EL CIRCO CATALÁN
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Los separatistas incendian Cataluña con odio y violencia en la operación "rosa de fuego"
Re: EL CIRCO CATALÁN
El '' agitador y el facista'' eres tu, Rafaeilillo IGNORANTE que solo puedes presumir o presumistes de leer a 1 autor mediocre y chulo como era Umbral. Simplemente escribi que concordaba con Inaki Gabilondo. EL PROBLEMA EN CATALUNA NO TIENE EL ARREGLO QUE QUiERE
'' LA ACTUAL ESPANA POLITICA''
'' LA ACTUAL ESPANA POLITICA''
Re: EL CIRCO CATALÁN
Ah..., se me olvido de anadir: Este Senor pide el toque de queda…? De nada sirvio el toque de queda en Ecuador.Desgraciadamente, la violencia pide mas violencia. Y le aconsejo al facista lector de Umbral: APRENDE LO QUE ES VIVIR EN DEMOCRACIA: CUANDO 1 AUTONOMIA O ESTADO ESTA DIVIDIDA LA UNICA SOLUCION PARA EVITAR VIOLENCIA ES UN REFERENDUM Y A FASTIDIARSE EL QUE LO PIERDA.
EL CIRCO CATALÁN
Muera la inteligencia
DAVID GISTAU
BARCELONA vive, a la espera del viernes, como si le temblara el suelo bajo las pisadas de los bá ad portas. Las cinco columnas tractorianas que se han apoderado de las autopistas circundantes y marchan sobre la ciudad harán una entrada coincidente con la huelga general extorsiva.
Se da encima la excéntrica circunstancia, imposible de observar en otros ámbitos donde lo institucional y lo insurgente permanecen disociados, de que el máximo representante de la autoridad, Torra, se ha dejado ver al frente de una columna y sigue prodigándose en arengas estimulantes para los incendiarios, así como expidiendo unos certificados de infalibilidad popular que tienen propiedades ignífugas porque no los rebate ni el fuego.
Mientas esto ocurre, Barcelona ha rendido su cotidianidad. A pesar de los cortes policiales, las avenidas como Aragón y Valencia fluyen descargadas de tráfico, porque muchas personas han decidido aplazar su vida hasta que puedan vivirla en paz. Citas canceladas, actividades pospuestas, renuncias. En el crepúsculo, el centro queda liberado para que lo trasieguen los airados y los turistas, cuyo hotel está dentro de ese perímetro, parecen náufragos lanzando un SOS cuando, cargados de maletas que luego arrastrarán en la caminata, piden con una aplicación del móvil taxis que jamás llegarán.
Este miércoles comenzó el bloqueo universitario. Con la aquiescencia de los rectores, ya sea por complicidad o por miedo, la minoría ideológica que mantiene cautivos los campus ordenó el vaciamiento de las aulas. Esto motivó una concentración de respuesta en la plaza de la Universidad del colectivo S'ha acabat, compuesto por estudiantes de voluntad transversal aunque constitucionalista, que se declaran hartos de acatar los chantajes del matonismo universitario. Son chicos prolijos, buenos oradores, algo nerds, que en otra ciudad estarían llevando una vida rutinaria, de estudio y guateques, pero que aquí están aprendiendo ciertos matices heroicos relacionados con la defensa de la libertad primaria.
Anhelan arrancar del conformismo a todos aquellos que querrían estudiar incluso cuando el independentismo manda que no se haga. Los han agredido hasta con extintores y, en general, están acostumbrados a inspirar bajos instintos violentos. Usan casi como himno el Resistiré del Dúo Dinámico y, con sus banderas nacionales, forman en la calle una islita humana que parece amenazada por un ecosistema hostil.
Este miércoles, mientras hablaban, los motoristas que les pasaban cerca les gritaban "¡Fachas!" y les tensaban dedos. Algunas cuadrillas de activistas con aspecto batasuno eran inmediatamente detectadas por los Mossos, que las sometían a marcaje estrecho cuando intentaban colarse entre la concurrencia. Otros trataban de intimidarlos grabándolos con los móviles, como si los estuvieran identificando para darles luego algún disgusto.
A los estudiantes de S'ha acabat los acompañaron representantes de Ciudadanos, como Inés Arrimadas, y del PP. Al grupo de Cayetana Álvarez de Toledo y Alejandro Fernández lo envuelve estos días una protección policial que evoca los años vascos. En realidad, es una situación estimulante para un político vocacional que crea en la defensa de ciertos valores y no limite su oficio al acaparamiento de cargos y prebendas relacionados con el cotarro de la partitocracia.
Álvarez de Toledo, que durante la anterior campaña electoral sufrió un escrache violento en la Autónoma, pronunció en la plaza una palabras unamunianas para denunciar que es la tiniebla independentista la que hoy mata la inteligencia en las universidades. Éstas, según agregó, son una reproducción a escala de la sociedad que tampoco sabe cómo liberarse de ese matonismo con prolongación institucional que está cumpliendo su propósito de paralizar las vidas de sus ciudadanos, todos ellos convertidos en rehenes.
La Policía recomendó dispersarse de la plaza de la Universidad, una vez terminado el acto, como si tampoco conviniera exponerse en un mismo lugar durante demasiado tiempo. De hecho, era el cambio de turno: al centro iban afluyendo los manifestantes convocados por los CDR que, bajo un pretexto higiénico, traían rollos de papel de baño que, una vez lanzados, recordarían la estética de los fondos de estadio argentinos.
El centro urbano ya estaba resignado a una nueva ocupación. Y muy pronto, en los cruces de calles del Ensanche, activistas enmascarados prendieron fuego a contenedores mientras recibían reproches de los vecinos. Nadie pudo evitar que las llamas alcanzaran a ciertos coches que empezaron a arder.
Un manifestante independentista con botas decoradas con la estelada catalana, en los disturbios, este martes, en Barcelona.
EL CIRCO CATALÁN
Las 'Botas Independencia' de Toni están a la venta por 650 euros.
Toni, el 'cowboy' independentista que vende miles de botas con la 'estelada' a 650 euros
-República Dominicana, diguim
-Buenas tardes, ¿podría hablar con Toni, por favor?
-República Dominicana, diguim [habla catalán muy deprisa]
-¿Toni...?
Toni Tamayo ha recibido tantas llamadas de bromistas esta tarde que ha decidido trolear al troll, directamente. "Ya digo cualquier cosa: República Catalana, República Dominicana... ¿Qué más da?". Por suerte, le agrada la voz femenina al otro lado del teléfono y consiente dedicarle unos minutos antes de calzarse el uniforme y partir hacia el tercer día de protestas por la sentencia del procés, que condena a penas de entre nueve y 13 años a los líderes independentistas que alentaron la consulta del 1-O.
El uniforme es lo que nos lleva a esta charla. shorts tejanos deshilachados, camiseta con mensaje provocador (luego volveremos sobre esto), y la joya de la corona: un par de botas de piel estilo cowboy decoradas con la estelada, la bandera independentista catalana.
Su look estrafalario y contestón ha llamado inmediatamente la atención de las redes sociales. No se ve todos los días a un vaquero paseando en medio del caos. Porque Toni pasea entre barricadas ardiendo y cargas policiales con su móvil en la mano, directo de Facebook tras directo de Facebook. "Estos días me siento un poco reportero", dice, no sin orgullo.
Pero no es reportero, no. Toni es la perfecta definición del tan manido entrepreneur. 13 empresas tiene este barcelonés, todas de venta, tanto online como presencial. La mayoría son artículos de estética yanqui. "No, no, son motivos sureños", corrige, "rollo Trump. Lo que a la gente no le gusta, a mí me encanta". Ahora, aclara, "nada que ver con el esclavismo".
La niña bonita de sus productos a la venta son sin duda las botas que él mismo luce. No hay mejor valla publicitaria que protagonizar el prime time de las protestas en Barcelona. Todo comenzó con la explosión del procés, poco antes del 1-O. Está todo inventado, reflexionaba un día Toni, y se le encendió la bombilla: ¿por qué no unir sus dos grandes pasiones, la América profunda y Cataluña? Habló con una "prestigiosa" firma de calzado catalana, les propuso diseñar unas botas de cowboy con motivos independentistas, les pareció bien y nacieron las Botas Independencia, a la venta en Wallapop por 650 euros.
Son de piel y factura de calidad, justifica el precio. "Tenemos todas las tallas para hombres y mujeres independentistas o catalanes al 100%". Y se venden, vaya si se venden. No lleva el vaquero la cuenta de las que lleva pero da una cifra como orientación: el 11 de octubre de 2017, el día después de la Declaración Unilateral de Independencia de Cataluña, le encargaron 1.500 unidades.
"Son caras, somos rebeldes pero clasistas", asegura, "la gente quiere tener lo que el vecino no tenga". Afortunadamente, sus botas tienen aún un halo de exclusividad y nunca se ha dado que vistiéndolas él se haya encontrado con otro propietario. Pero vistiendo él bambas, sí. Varias veces. La más curiosa, también la primera, fue en Madrid, durante la primera manifestación en apoyo a los "presos políticos".
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