Opinión
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La Infanta no fue nunca un florero…
Jaime Peñafiel
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…… sino el cerebro de su marido. La eminencia gris. No sólo estaba informada sino, siempre, consultada. Influía y participaba en la toma de decisiones y colaboraba, eficazmente, en la entrada de dinero en Nóos. Todo muy discretamente y muy gris porque era eso …. la eminencia gris.
Mañana martes y en el Ateneo de Madrid, mi querida, vieja amiga y compañera Pilar Urbano presenta su libro La pieza 25. Operación Salvar a la Infanta ( La Esfera de los Libros).
Se trata de un interesantísimo y revelador informe, tras un centenar de horas y sesenta y dos conversaciones con el gran juez José Castro, entre junio de 2016 y septiembre 2017.
Al igual que sucedió con el libro La Reina ( Plaza y Janes 1996), Pilar le ha hecho decir a Su Señoría lo que no ha dicho nunca aunque se intuía. Pero se necesitaba a alguien, como la Urbano, para poner, negro sobre blanco, todo lo que, por interferencias políticas o institucionales, cuando no por “razones de Estado”, se torció el brazo de la Justicia en beneficio de la hija del Rey. Sin su presencia y ayuda hubiera sido imposible estafar, engañar y robar, tanto dinero.
El mérito de este libro es que el juez Castro ha confiado a la periodista el relato inédito de sus vivencias personales a lo largo de toda la investigación, “no pocas veces tenso y proceloso pero siempre apasionado”. Y sin miedo. Para amedrentarle “usaron métodos mafiosos de la Camorra, de la Cosa Nostra … Querían que supiera que me tenían vigilado y controlado, que escuchaban mis conversaciones privadas y que rondaban mi casa” , le cuenta el juez valiente e insobornable a la periodista, aclarando que “un juez no tiene que ser valiente. Un juez tiene que ser honrado. Honrado a secas”.
Me cuesta creer que el entonces fiscal, Pedro Horrach, le grabara al juez Castro una conversación que éste mantuvo, en una finca, con Miquel Roca, el abogado de Cristina.
Estimo y admiro a Horrach, el mejor “fiscal defensor” que pudo soñar una persona implicada en delitos que llevarán a su marido a la cárcel por varios años, Ella, de no haber sido quien es, también. Que la “condenaran” sólo por dos delitos fiscales, “¡Ni hablar!”, como dice Castro.
Tengo que contactar con el hoy abogado en ejercicio Horrach para que me aclare muchas de las cosas que se cuentan en este libro sobre un proceso tan mediático en el que él también fue uno de los grandes protagonistas.
Leyendo y releyendo el libro de Pilar, no puedo por menos que acordarme de la ex ministra de Sanidad, Ana Mato, acusada como “partícipe a titulo lucrativo” por “beneficiarse de unos 28.000 euros en servicios pagados por las empresas de Correa “en la decoración de fiestas de cumpleaños y algún viaje familiar”.
Nada que ver los “gastos de empresa de una serie de fiestas de cumpleaños y primeras comuniones, viajes familiares turísticos a Río de Janeiro, Roma, Washington, Nueva York, Detroit, Filadelfia, safaris en África, sesiones de coaching, clases de salsa y merengue, antenas parabólicas, televisores, mobiliario infantil y material didáctico, cuentos de Harry Potter, contratación de payasos, 72 muebles y elementos de hogar como sofás, butacas, cortinas de lujo, climatización de terrazas, suministro de vinos, botas altas de señora, casco y guantes de motero, una vajilla de Alcira de 1,741 euros……El albarán de gastos “no societarios” pero cargados a Aizoon como si lo fueran, ocupan varios folios.
“Nada de lo que gastaban salía de sus bolsillos particulares. Nada”.
Y, a pesar de todo esto y mucho más , la señora Infanta, por ser hija de Rey, se fue de rositas con tan sólo … dos delitos fiscales. Cuando, por lo mismo, a su marido, “quien fue el cerebro, la eminencia gris… el que. sabía, influía y participaba” (el juez Castro dixit), le condenan a….. 14 años de cárcel.
Hoy, querida Ana Mato, me acuerdo de ti y se me desgarra el alma que cantara Christina Aguilera.