Rocío Jurado
¡Cómo queremos todos a Hilario López Millán! Tengo la suerte inmensa de que este verano sea mi invitado, él y Alberto, su pareja desde hace cuarenta años y su marido desde hace once, y las sobremesas se convierten en un festival de risas y anécdotas. Como la de Rocío Jurado, por ejemplo. Actuaba, ya casi estrella, con Celia Gámez en un espectáculo llamado 'Fiesta', producido por Luis Sanz. Rocío salía desnuda y envuelta en un abrigo de visón que se había comprado a plazos. Los lunes pasaba la peletera a cobrárselo. Un día se dieron cuenta de que se había dejado el abrigo en casa. ¡Horror! ¿Qué podían hacer? Pues enviaron a buscarlo a Hilario, que se recorrió todo Madrid con aquel visón que costaba una fortuna metido en una bolsa de plástico, ¡y en metro! Rocío se lo puso e irrumpió en el escenario. "Ay, perdóname, Celia, pero no estaba lista", le dijo, a lo que la otra contestó con gracejo: "Pues hay que venir antes para ser artista".
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Isabel Pantoja
Y lo de la Pantoja. Hilario había comentado en el programa de Luis del Olmo que Paquirrín se parecía al papa Clemente del Palmar de Troya. Si, una de esas “gracias” que soltamos los periodistas y que olvidamos… hasta que nos encontramos con el interfecto frente a frente. Poco después, en la feria de Sevilla, iba Isabel, con María del Monte, Dulce y Chabelita, en coche de caballos y, al ver a Hilario en la puerta de una caseta, frenaron en seco. Se bajaron las dos amigas hechas una furia, e Isabel le gritó: “¡De mí di lo que quieras, pero a mi hijo ni lo toques!”, y María del Monte corroboró, aun más cabreada: “¡Ni lo toques!”. “Aunque luego acabamos siendo amigos, e Isabel me regaló un clavel”. Lo dicho, ¡cómo queremos todos a Hilario!
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María Edite Santos
Ahora voy a hablar, sorpresa, ¡de Julio Iglesias! Conoció a María Edite en el verano de 1975 en la sala de fiestas Las Vegas de Sant Feliu de Guíxols, donde ambos actuaban. Ella era virgen, y él se la llevó un mes a la casa donde vivía con sus músicos.
Posesivo y celoso, solo la dejaba salir para ir a actuar. La chica se enteró de que su novio estaba casado cuando Isabel Preysler fue a visitarlo. Se puso a llorar, quiso dejarlo y olvidarse de él, pero ya era tarde. Una bailarina del grupo le comentó: “
Portuguesiña, tienes la cara de color verde, ¿no estarás embarazada?”. La chica se asustó y la compañera, de más edad, le aconsejó: “Vete a la farmacia a hacerte la prueba de la rana”. Cuando supo que el resultado, dio positivo, Julio ya se había marchado y no pudo decirle nada.
Ahora se ha vuelto a reavivar la historia, recordemos que hay una fabulosa herencia en juego. Aunque tendrá sus dificultades legales repartirla: pocos saben que Julio, como Miguel Bosé, tiene la nacionalidad panameña, que le fue concedida de un día para otro por su gran amigo Omar Torrijos, entonces presidente del país.
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Paquita Rico
Una anécdota sobre Paquita Rico que le contó Rocío Jurado a Hilario: “En los sesenta fuimos un grupo de artistas a cantar a los emigrantes. En Bélgica, actuamos delante de la reina Fabiola y cuál fue nuestra sorpresa cuando vimos que Paquita Rico interpretaba ‘El Relicario’ en lugar de ‘María de las Mercedes’. Le pregunté extrañada por qué lo había hecho a lo que me respondió: “Muhé, hay que tener delicadeza… que doña Fabiola no se vaya a dar por aludida con esa letra... ‘Te vas camino del cielo/ sin un hijo que te herede…”.
Sí,pero...
LUCÍA PARIENTE
Usted es una madre coraje. Es una ‘mamma’ italiana, griega y judía todo en una pieza. Es mama/osa. Usted, por su hija, no solo mata, sino apuñala, descuartiza, revienta, y despelleja a quien sea.
Sí, pero…
Una, que también es madre, empieza a estar harta del todo vale para defender a nuestros hijos. El ser madre y querer a tus hijos no debe servir de excusa para sacar a pasear tus malos instintos, tus rencores internos, el lenguaje tabernario y la maldad intrínseca de tu negro corazón. Me niego a identificarme con esta forma de vivir la maternidad y creo que la mejor herencia que podemos dejar a los que nos siguen es el ejemplo, ¡y menudo ejemplo está usted dando, señora! Claro que, quizás, todo es un paripé de cara a la galería y es usted dulce, ingenua y bondadosa como Heidi, entonces no he dicho nada y ‘tirurirurirura, abuelito dime tú’.