Vox y el sexoLas ideas de Vox sobre la libertad sexual y la sexualidad nos retrotraen a una España que pensábamos extinta.JOSÉ IGNACIO TORREBLANCA
Ante la insistencia de los
trolls de Vox (propongo a la RAE el término
voxiferar), completo la trilogía. Queda pendiente, eso sí, otra sobre sus ideas sobre la Unión Europea y, en concreto, sobre su caspofranquista reivindicación de una España soberana (¿y soberanamente aislada?) en la que ningún tribunal europeo podría decir nada sobre las restricciones de derechos y libertades que, como muestran sus propuestas en la Asamblea de Madrid, tienen pensado llevar a cabo contra una serie de minorías en razón de su orientación sexual. Sepan que la Comisión de Venecia (que asesora al Consejo de Europa en materia constitucional, y que buen cable nos echó durante el
procés), ha considerado que la ley húngara, espejo en el que Vox se mira, que prohíbe y sanciona que los menores sean «expuestos» a información sobre la homosexualidad es incompatible con las normas internacionales y europeas sobre derechos humanos por discriminatoria y amenazante.
El caso es que las ideas de Vox sobre la libertad sexual y la sexualidad nos retrotraen a una España que pensábamos extinta en la que la homosexualidad es entendida como desviación y, por tanto, limitante de derechos. En Vox dicen que no son homófobos, claro, pero en la medida que rechazan que gays, lesbianas o trans puedan formar una familia, casarse, tener hijos o adoptar en las mismas condiciones que otros, está claro que sí lo son. Vox también tiene la mira puesta en el aborto, con la idea de derogar la actual ley e introducir restricciones a la interrupción del embarazo. Se muestran muy inspirados por la reducción en el número de abortos lograda por Ley y Justicia en Polonia, todo ello, claro está, sobre la base de obstaculizarlo sacándolo del sistema público y hostigando a las clínicas, médicos y mujeres con leyes que despenalicen el acoso o que, como en Hungría, obliguen a las mujeres que van a abortar a escuchar primero los latidos del feto.
Volvamos pues a la receta educativa que consideraba que la mejor manera de prevenir los embarazos no deseados era no facilitar orientación sexual a los adolescentes en las escuelas. Porque ya se sabe que cuanto menos se sepa menos se practicará. Vox es un partido que vive de obsesiones sobre cuestiones, como la libertad sexual o la inmigración, en la que en España es una referencia para muchos otros. Pero su propuesta es regresar al pasado para que las futuras generaciones se solacen en las glorias patriótico-morales de un nacional-catolicismo obsesionado con el sexo.