ACTUALIDAD NACIONAL DE ESPAÑA
ACTUALIDAD NACIONAL DE ESPAÑA
Irene Montero y Pablo Iglesias, los peor valorados seguidos de otros dos ministros de Podemos
Los dos líderes de Podemos son puntuados con un 2,5 ella y con un 3,2 él. Además ambos son los que más suspensos merecen de los encuestados
La crisis del coronavirus está golpeando la popularidad del Gobierno. Y especialmente a sus dos miembros más controvertidos: el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, y la ministra de Igualdad, Irene Montero.
Según el sondeo realizado por SocioMétrica para EL ESPAÑOL, es la número dos de Podemos la que alcanza una peor nota de todos los que se sientan en el Consejo de Ministros cada martes, con un 2,5 de valoración media de los españoles. Pero aún más significativa es la proporción de los españoles que la suspenden, hasta un 70% de los encuestados.
Por su parte, Iglesias es el penúltimo entre los ministros, con un 3,3 de calificación en su popularidad. También es el segundo por la cola en lo referente al porcentaje de encuestados que lo suspenden: casi dos de cada tres españoles no aprueban la actuación y la gestión del líder de Unidas Podemos en este momento: un 65,8%.
Observado el ránking que arroja la encuesta se puede concluir que son los miembros del Gobierno con mayor exposición mediática los que peor están saliendo parados de la emergencia del Covid-19. Así les ocurre a Salvador Illa, Isabel Celaá y Yolanda Díaz, todos ellos con un 3,7 de nota media.
Los tres pierden mucha popularidad si tomamos como referencia el último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas con valoración de líderes políticos. La encuesta de José Félix Tezanos (director del CIS) publicada el pasado 25 de marzo realizó su estudio de campo antes de la declaración del estado de alarma, por lo que sus datos pueden servir como comparación del efecto que ha tenido el coronavirus en la popularidad de los ministros.
Yolanda Díaz, en este balance, desciende desde el 4,3 (era la miembro de Unidas Podemos en el Gobierno con mejor imagen); Salvador Illa cae desde el 4,2 de puntuación; y la exportavoz y titular de Educación se deja dos décimas, desde el 3,9 de hace ahora un mes.
Sin protagonismo
Pero curiosamente, ni Pablo Iglesias ha conseguido tanta presencia en las ruedas de prensa diarias de Moncloa como él desearía ni Irene Montero ha llegado a comparecer una sola vez: cayó enferma de Covid-19 a los seis días de la gran manifestación del 8-M y no se recuperó hasta la semana pasada, cuando por fin dio negativo después de tres test y más de un mes en cuarentena.
Ninguno de los dos ha tenido especial protagonismo en la comunicación del Gobierno. Pero a Iglesias se le achacó, ya desde la primera semana de la emergencia, que se saltara la cuarentena a la que estaba obligado por las normas dictadas desde el Ministerio de Sanidad para acudir a Moncloa al Consejo de Ministros que decretó el estado de alarma.
La realidad es que esa misma noche se comunicó que la esposa del presidente, Pedro Sánchez, también había dado positivo, lo que habría obligado al jefe del Ejecutivo a celebrar la cita más importante en la historia del Gobierno en Democracia de manera telemática. No lo hizo, pero los reproches se los llevó Iglesias.
En todo caso, el vicepresidente segundo ha acaparado titulares por sus peleas internas con Nadia Calviño, con quien llegó a comparecer en una rueda de prensa conjunta en un intento de Moncloa de acallar las informaciones cruzadas por sus respectivos equipos de prensa. El experimento salió mal, y no se volvió a repetir.
ACTUALIDAD NACIONAL DE ESPAÑA
Los comunistas preparan la mayor subida fiscal de la historia con la excusa del coronavirus
La "tasa covid" solo es la punta del iceberg. Unidas Podemos pretende subir el IRPF, Sucesiones, Sociedades e incluso gravar los depósitos.
Ahora que la crisis sanitaria amaina, tal y como evidencia el gradual desconfinamiento que acaba de anunciar el Gobierno, la crisis económica empieza a mostrar sus primeros efectos. La histórica caída del PIB y la intensa destrucción de empleo que registrará España en 2020 se traducirán también en un amento sustancial del déficit y la deuda pública. ¿Quién pagará, por tanto, la ingente factura presupuestaria del coronavirus?
En líneas generales, existen tres vías para tratar de reequilibrar las cuentas públicas, que, además, se pueden combinar en mayor o menor grado: austeridad (recortes de gasto público), reformas estructurales (para impulsar el crecimiento) o subidas de impuestos.
Podemos, el socio de gobierno de Pedro Sánchez, opta abiertamente por esta última y pretende aprovechar la crisis del coronavirus para imponer su programa fiscal en España. El líder de los comunistas y vicepresidente segundo de Derechos Sociales, Pablo Iglesias, ya avanzó el pasado lunes su intención de implantar un nuevo impuesto para los ricos que, no por casualidad, lleva el nombre de "tasa covid". En realidad, no es más que el gravamen adicional sobre la riqueza que defiende Podemos desde su nacimiento como partido, allá por 2014, solo que ahora lo revisten con la excusa de la pandemia.
La cuestión, sin embargo, es que no se trata de una simple idea peregrina, sino que esta primera propuesta forma parte de un programa fiscal mucho más ambicioso que, en caso de aprobarse, supondrá, de lejos, la mayor subida de impuestos de la historia de España. De hecho, Izquierda Unida ya está trabajando en un documento específico, que, a priori, verá la luz a finales de este mes, a fin de ser debatido en la coalición que conforman con Podemos.
La elaboración de este particular "Plan de Reconstrucción", que lleva por título "Horizonte País", fue aprobada en la reunión de la Coordinadora Federal de IU que tuvo lugar el pasado 18 de abril, y, entre otras materias, destina un apartado específico a la fiscalidad, cuyos principales objetivos son, por un lado, subir el IRPF, el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, Sociedades, el Impuesto a los Depósitos y el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI); y, por otro, crear nuevas figuras, tales como la "tasa Covid" de Iglesias, un gravamen a las Transacciones Financieras o más impuestos verdes.
Aunque los detalles todavía se desconocen, todas estas medidas están recogidas en los respectivos programas electorales de IU y Podemos. La única diferencia es que, hasta ahora, habían sido aparcadas debido al rechazo inicial del PSOE, pero la crisis del coronavirus abre una nueva ventana de oportunidad para exigir su puesta en marcha en el seno del Gobierno.
A la espera de los cambios concretos que incorpore dicho "Plan de Reconstrucción", el grueso del programa fiscal que defendían IU y Podemos de cara a la presente legislatura se resume en los siguientes puntos:
- Subir el IRPF a las rentas de más de 100.000 euros anuales, con un tipo marginal del 47%, que llegaría hasta el 55% para las de más de 300.000 euros.
- Que las rentas del capital tributen en la misma base que las del trabajo, incluyendo las plusvalías generadas en menos de dos años (ampliable a seis en el caso de inmuebles).
- Eliminar las desgravaciones fiscales de los planes de pensiones, cuyo límite actual se sitúa en 8.000 euros al año por contribuyente.
- Crear un Impuesto sobre la Riqueza (ahora "tasa covid") sobre patrimonios de más de 1 millón de euros, con el fin de recaudar el 1% del PIB (más de 10.000 millones de euros). Tendría un mínimo exento por primera vivienda de 400.000 euros y gravaría con un 2% los patrimonios de más de 1 millón, con un 2,5% los de más de 10, con un 3% los superiores a 50 y con un 3,5% los de más de 100 millones. Sustituiría al Impuesto de Patrimonio.
- Elevar el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, armonizándolo a escala estatal a partir de un mínimo de tributación para evitar la competencia fiscal entre comunidades autónomas.
- Establecer un tipo del 35% en el Impuesto de Sociedades para las bases imponibles superiores al millón de euros, introduciendo, además, un tipo mínimo del 15% sobre el resultado contable.
- Aplicar un Impuesto sobre los Depósitos con un gravamen mínimo del 0,2%, con la posibilidad de que las comunidades autónomas puedan establecer recargos adicionales.
- Crear un recargo específico en el IBI para viviendas desocupadas.
- Y aprobar un Impuesto sobre las Transacciones Financieras para gravar con un 0,3% la compra de acciones y derivados, quedando exenta la adquisición de deuda pública.