EL EFECTO RUBALCABA

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Isidoro

Mensajepor Isidoro » Sab 17 Sep, 2011 11:08 pm

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Felipe González en Ibiza: 'socialismo' de velero, habano y barrigón


El expresidente ha pasado unas vacaciones de lo más socialistas: en un velero en Ibiza, fumando puros, con su joven novia y una prominente panza.

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ESTAMPIDA

GRAN ESTAMPIDA EN EL PSOE

Mensajepor ESTAMPIDA » Dom 18 Sep, 2011 3:52 pm

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    LA GRAN ESTAMPIDA EN EL PSOE


    ...Gabilondo, Sebastián, Carmen Calvo... Dicen no a ir en las listas de Rubalcaba. Y Chaves habla de que el barco hace aguas. Así cunde la desmoralización en la tropa del PSOE

    JOSÉ GARCÍA ABAD
El presidente del PSOE, Manuel Chaves, ha comparado las deserciones de las listas de Rubalcaba con ratas que abandonan un barco que hace aguas. La observación iba dirigida principalmente a José Bono y puede aplicarse a otros compañeros. Sin embargo los motivos de unos y otros responden a causas diversas.

Los hay que utilizan su negativa como una táctica para conseguir un puesto más alto, conscientes de que el 20-N limitará el numero de candidatos con posibilidades. Quizá sea el caso de Miguel Ángel Moratinos o de Mariano Fernández Bermejo. Hay también quienes se anticipan a la decisión del candidato de prescindir de ellos, gente con los que este no comparte química alguna, como Miguel Sebastián o Carmen Calvo. Prefieren marcharse antes de que les echen.

En algunos casos, como el de esta última, se combina la razón aludida con enemistades a muerte. La exministra había jurado que jamás iría en una lista en la que apareciera Rosa Aguilar. Son muchos los dirigentes andaluces que no la perdonan que uCando era alcaldesa de Córdoba por IU dijera que no daría la mano a Felipe González porque la tenía manchada de sangre.

La renuncia de Bono responde al resentimiento. Rubalcaba, que había sido su jefe de estado mayor cuando disputó a Zapatero el sillón de mando, se pasó, en su opinión, demasiado pronto al triunfador sin explicaciones previas.

Finalmente, hay quien, como Ángel Gabilondo, ha tomado la decisión muy a pesar del candidato, que ha intentado convencerle hasta el último momento. Con Elena Salgado, Rubalcaba mantiene una larga amistad y su consejo fue decisivo para que Zapatero la elevara a la vicepresidencia económica, pero, al parecer, ambos han coincidido en que su presencia sería contraproducente por su fuerte implicación en la gestión de la crisis.

El candidato desea incluir a un espectro muy variado, recuperando a gente que Zapatero había mandado a las catacumbas o al balneario. Es muy posible que, aunque no aparezcan en las listas, cuente en el futuro, si tras las elecciones consigue la dirección del partido, con gente que apostó en su día por el leonés y que mantuvieron después actitudes críticas como Solchaga, Peces Barba, Eguiagaray, Solana y hasta Leguina. Guerra, adversario declarado de Rubalcaba, será el número uno por Sevilla. También cuenta con el guerrista Txiki Benegas que aparece en Vizcaya tras el zapaterista Eduardo Madina.

Las listas estarán trufadas de ministros, pese a que en el cuartel electoral había reticencias por la necesidad de distanciarse del gobierno ZP y por la duda de que sean los más adecuados para nutrir el grupo parlamentario en tiempos de oposición. Chaves será el primero de la lista gaditana. Ramón Jáuregui lo será por Álava. El vasco fue ministro a petición de Rubalcaba contra la opinión del presidente, que no puede verle ni en pintura. Previsiblemente conseguirán escaño el titular de Trabajo, Valeriano Gómez; el responsable de Justicia, Francisco Caamaño; la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, y la de Sanidad, Leire Pajín.

    UNOS, COMO SEBASTIÁN, SE VAN ANTES DE QUE LES ECHEN. OTROS, COMO MORATINOS, PRESIONAN POR UN PUESTO MÁS ALTO
Su empeño en situar a quien le sucedió al frente de Interior, Antonio Camacho, en Zamora en sustitución de Jesús Cuadrado para blindarle del caso Faisán ha provocado un fuerte revuelo. El portavoz en la Comisión de Defensa del Congreso, muy querido en su provincia, ha sido defendido a ultranza por dos adversarios de Rubalcaba: el ex ministro de Defensa Bono y la actual rectora de este departamento, Chacón, quien espera su oportunidad.

Las navajas vuelan con inusitado furor. El PSOE no se rompe fácilmente pero aparece dividido, empezando por la fisura entre el candidato y el presidente, que seguirá siendo secretario general hasta el próximo congreso. Rubalcaba tuvo que tragar la reforma constitucional y se las vio negras para convencer al grupo parlamentario de su conveniencia. La reunión de la víspera de su aprobación duró desde las 19.30 hasta pasada la medianoche, con intervenciones muy críticas. Tras ser aprobada, los populares aplaudieron rabiosamente mientras la mayoría de los socialistas cruzaba los brazos. Tampoco le hizo un favor su jefe de filas con la formulación final del impuesto sobre el patrimonio, que Rubalcaba, que se considera el jefe socialista, «le ordenó» restaurar.


SIGLAS ESCONDIDAS

Los socialistas estiman que Alfredo es el más idóneo. Le critican, sin embargo, que haya escondido las históricas siglas del PSOE tras su persona. Sus estrategas de campaña dirigidos por Elena Valenciano, se defienden señalando que el PP les gana en casi todos los rublos con excepción de la calidad del candidato. De ahí el lema acuñado en los videos de campaña: «Con Rubalcaba, sí», una frase de doble filo que encierra la constatación de que «Con Zapatero, no». No pudiendo distanciarse demasiado del presidente su principal argumento es: «Ojo, que yo no soy Zapatero».

Que el cántabro sea la mejor posibilidad muestra el fracaso del relevo generacional, la imagen de marca de Zapatero. En el socialismo español, como en la Cuba de los Castro, los viejos dirigentes no han encontrado jóvenes en condiciones de sucederles. En el primer momento, y en el último, Zapatero apostó por Chacón, crecida a sus pechos, pero en plena combustión de su persona tuvo que valerse del veterano bombero. El cántabro es, quizás, el último recurso socialista antes de abrirse las venas. Si el leonés actuó como si fuera el mesías prometido, el de Solares asume el menester del buen samaritano: curar heridas y animar al enfermo.

Su objetivo es movilizar a la parroquia desolada, perpleja o indignada con el gobierno de su partido; con el «partido que lo soporta», según el lapsus de la vicepresidenta Salgado. Pretende levantar a los compañeros que escenificaron la gran sentada del 22-M.

Si no se produce el milagro del triunfo, y si la magnitud del descalabro no es tan grande como se teme, Rubalcaba podría hacerse con las riendas del partido más allá del 20-N. Se dará con un canto en los dientes si Rajoy no consigue la mayoría absoluta, superando la derrota de Almunia en el año 2000, que sólo pudo sentar a 125 diputados.

Este se ha convertido en la gran referencia. Cuando el vasco recibió la alternativa por parte de González, el partido estaba al borde de la catarsis como ahora. Tuvo que enfrentarse con las secuelas de los viejos escándalos: Cesid, Roldán, Filesa... Buscó «un sutil equilibrio entre la asunción de nuestra historia y la no justificación de los errores cometidos». Rubalcaba que en su día tuvo que defender al Gobierno de esos «errores» asume ahora la gestión del Gobierno del que formó parte.

En ambos casos sus candidaturas no fueron solemnizadas en un congreso sino por el Comité Federal, o sea, cooptados por los barones. Cuando Almunia era secretario general, González le dijo a Bono: «Tú tienes que ser el candidato», pero éste se negó: «No lo seré si no es por la elección del congreso». Quién sabe si la negativa de Bono a entrar en las listas no signifique su reserva por si las cosas vienen mal dadas.

En todo caso no hay que restarle méritos al cántabro, que se ha tragado los peores marrones de los últimos tiempos de González, del trienio de Almunia y del annus horribilis de Zapatero. Hay que poseer un valor rayano en el suicidio y mucha devoción a su partido para aceptar el reto cuando tantos elementos conspiran contra él, desde los vientos de la historia hasta los trágalas servidos por su correligionario, el presidente del Gobierno.

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Que paguen los el PP

Mensajepor Que paguen los el PP » Dom 18 Sep, 2011 5:01 pm

Obama propondrá una tasa para los millonarios

El presidente de EE UU pretende gravar las rentas de aquellos que ganen más de un millón de dólares al año

EL PAÍS - Madrid
ELPAIS.com - Internacional - 18-09-2011
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, va a anunciar el lunes un nuevo impuesto para las personas que ganen más de un millón de dólares al año (unos 725.000 euros), según ha adelantado The New York Times. La intención del Gobierno de Obama es que los ricos paguen al menos el mismo porcentaje de impuesto que las familias de clase media.

La proposición de Obama no es exactamente un nuevo impuesto, sino un aumento del tipo impositivo -el porcentaje de los ingresos de una persona que se lleva el fisco. Se incluirá en las recomendaciones que planteará el lunes en el Congreso para reducir el déficit, pero es difícil que salga adelante, teniendo en cuenta la oposición de los republicanos a subir los impuestos mostrada durante toda la crisis de déficit del verano, alegando que desalentaría la inversión. Sin embargo, sí puede ser una baza electoral de cara a las elecciones presidenciales de 2012.
La iniciativa ya se conoce como la norma Buffett, en referencia al multimillonario Warren Buffet. Precisamente fue el octogenario inversionista el que ya en noviembre de 2010 aseguró que los ricos como él deberían pagar "muchos más impuestos". El pasado mes de agosto, Buffett volvió a pedir a los legisladores de Washington que subieran los impuestos a las mayores fortunas del país, ya que consideraba "injusto" para la clase media el modelo tributario actual. En la misma línea se manifestó hace pocos días Obama que poniendo como ejemplo a Buffett señaló que era "una atrocidad" que el multimillonario pagara menos impuestos que su secretaria.
La propuesta se incluye en un paquete de recomendaciones que el presidente presentará el lunes a un comité del Congreso con el objetivo de ahorrar hasta 3 billones de dólares (2,17 billones de euros) en 10 años a base de aumentar los ingresos por impuestos y contener el gasto público. Sin embargo, son solo recomendaciones y el Congreso tiene potestad para no tenerlas en cuenta, cosa que probablemente ocurrirá habida cuenta de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes y su oposición contraria a cualquier subida de impuestos.




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