No se, pero como aqui podemos opinar libremente, sigo creyendo que Nisman no fue asesinado; creo que Nisman se suicido, aunque otra cosa es que ese suicidio fuera inducido. No obstante, nadie habla si las pruebas que tenia Nisman contra Cristina Fernandez, estan o no estan disponible para que el caso siga adelante.?
Tanto si se cree que Nisman fuera asesinado o se suicido,la mas perjudicada hablando politicamente es el gobierno de Cristina Fernandez.
ARGENTINA NO CONFIABLE...
Assia escribió:No se, pero como aqui podemos opinar libremente, sigo creyendo que Nisman no fue asesinado; creo que Nisman se suicido, aunque otra cosa es que ese suicidio fuera inducido. No obstante, nadie habla si las pruebas que tenia Nisman contra Cristina Fernandez, estan o no estan disponible para que el caso siga adelante.?
Tanto si se cree que Nisman fuera asesinado o se suicido,la mas perjudicada hablando politicamente es el gobierno de Cristina Fernandez.
A estas alturas hasta Cristina lo reconoce
Cristina Fernández ahora está "convencida" de que la muerte de Nisman "no fue un suicidio"
La presidenta argentina, que desde la muerte del fiscal no se ha dejado ver en público, vuelve a escribir en su web sobre este asunto. Asegura que todo es "una operación contra el Gobierno". "¿Por qué se iba a suicidar alguien que siendo fiscal gozaba de una excelente calidad de vida?", escribe.
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2354444 ... xts=467263
Carta colgada en el blog de Cristina Fernández
El estruendoso silencio de Garzón en torno a la muerte del fiscal argentino Nisman
El famoso juez estrella y adalid de la defensa de los Derechos Humanos no responde sobre el suceso que ha conmocionado a Argentina. Quizás porque Garzón ayuda al Gobierno de Fernández de Kirchner...
Por ahora, Baltasar Garzón no se ha pronunciado acerca de la misteriosa muerte del fiscal argentino Alberto Nisman. El exjuez estrella de la Audiencia Nacional, adalid de la defensa de los Derechos Humanos y hasta eterno candidato al Premio Nobel de la Paz mantiene un estruendoso silencio sobre el inexplicado suceso que ha conmocionado a Argentina. Curiosamente, un hombre gustoso de expresar sus valoraciones sobre cualquier atropello de las libertades no ha dicho ni esta boca es mía. Quizás tenga algo que ver con esa falta de opinión que el hombre que veía amanecer sea asesor del Gobierno que preside Cristina Fernández de Kirchner. Un cargo, además, muy bien remunerado, a no menos de 4.000 euros mensuales.
ES QUE SERE MUY QUISQUILLOSA, QUIZAS PORQUE NO ME GUSTA LO QUE
NO ENCUENTRO LOGICO.
1.) SI NISMAN TENIA ARMAS DE FUEGOS REGISTRADAS,OSEA, LEGALES.
POR QUE PIDIO PRESTADA ESA PISTOLA A SU AMIGO.?
2.) ESTO YA LO REPETI EN 1 MENSAJE. SI ES CIERTO QUE EL CUERPO DE NISMAN BLOQUEABA LA PUERTA DEL CUARTO DE BANO, COMO PUDO ESCAPAR EL/A PERUNTO/A ASESINO/A.?
LO QUE MAS ME GUSTARIA ES QUE CON LA MUERTE DE NISMAN NO SE PARE LA INVESTIGACION CAIGA QUIEN CAIGA.
Saludos,
Assia
NO ENCUENTRO LOGICO.
1.) SI NISMAN TENIA ARMAS DE FUEGOS REGISTRADAS,OSEA, LEGALES.
POR QUE PIDIO PRESTADA ESA PISTOLA A SU AMIGO.?
2.) ESTO YA LO REPETI EN 1 MENSAJE. SI ES CIERTO QUE EL CUERPO DE NISMAN BLOQUEABA LA PUERTA DEL CUARTO DE BANO, COMO PUDO ESCAPAR EL/A PERUNTO/A ASESINO/A.?
LO QUE MAS ME GUSTARIA ES QUE CON LA MUERTE DE NISMAN NO SE PARE LA INVESTIGACION CAIGA QUIEN CAIGA.
Saludos,
Assia
Segun http://www.abc.es, la Presidenta argentina de 61 anos, esta recluida en silla de ruedas o tendida en 1 sofa,desde la pasada Navidad. Cristina Fernandez,en las fiestas navidena se fracturo el tobillo izquierdo. En la residencia donde esta recluida la Presidenta argentina es ''LA QUINTA DE OLIVOS,'' creo que al parecer es 1 residencia oficial usada por Mandatarios argentinos. Fue alli, donde la Presidenta recibio las 2 males noticias: El joyero argentino,Sergio Hovaghini confirmo que Cristina Fernandez se gasta al ano 850 mil euros en joyas. El asesinato o suicidio del Fiscal Nisman, tan bien se la dieron en la residencia donde esta recluida la Presidenta argentina. Al parecer, Cristina Fernandez,recibe cada manana a todos sus colaboradores del gobierno.
PD Solo confio que se nombre a otro Fiscal cuanto antes, para que esa masacre que investigaba Nisman NO QUEDE PARADA POR MIEDO.
PD Solo confio que se nombre a otro Fiscal cuanto antes, para que esa masacre que investigaba Nisman NO QUEDE PARADA POR MIEDO.
Alberto Nisman, en su juventud, antes de hacerse cargo del caso AMIA
EL HOMBRE QUE SABIA DEMASIADO
(DE CRISTINA)
Cómo el favorito de los Kirchner se convirtió en la peor pesadilla de la presidenta y terminó con un tiro en el baño horas antes de acusarla de ‘tapar’ un atentado. Reconstrucción minuto a minuto del camino hacia la muerte del fiscal Nisman. ¿Secumplirá su profecía? “Más temprano que tarde la verdad triunfa”
IVÁN RUIZ
Ocho rotuladores amarillos apenas alcanzan para subrayar las 288 hojas de su denuncia. Sábado 17 de enero. Alberto Nisman trabaja a destajo. No hay margen de error: en 36 horas debe presentar ante el Congreso una denuncia que imputa a la presidenta de su país, Cristina Kirchner, en un supuesto plan secreto para darle inmunidad a unos iraníes sospechosos de haber atentado contra la sede judía de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994 con el resultado de 85 muertos. Su móvil arde. Llama a sus colaboradores. Chatea por WhatsApp con periodistas, dirigentes de la comunidad judía, colegas y más. No hay margen de error, además, porque los dirigentes cercanos a la presidenta ya han advertido que saldrán con «los tapones de punta» contra el fiscal.
Son las 18.27. Nisman está eufórico ante el desafío. Acomoda las pilas de su expediente y amontona los fibrones. Toma el móvil, enciende la cámara y le hace una foto para un dirigente de la comunidad judía de mucha confianza. «Acá estoy trabajando. Qué te parece esto?», escribe mientras envía la imagen. Hasta aquí retumban los golpes de orgullo sobre su pecho.
EL AYUDANTE. La juez del caso Nisman ha ordenado
que 15 gendarmes vigilen a Diego Ángel Lagomarsino, el ayudante
del fiscal que prestó la pistola a su jefe horas antes de su muerte.
Son los últimos retoques de la obra maestra. A los 51 años, Natalio Alberto Nisman está frente a la denuncia de su vida. Se lo ha dicho a su ex mujer, la juez Sandra Arroyo Salgado. Se lo ha dicho a su hija, pero no ha sido fácil. Festejaban sus 15 años en un viaje por Europa hasta hace pocos días, cuando radicalmente cambió de planes. Habían caminado por la orilla del Támesis, en Londres. Habían cruzado ya los canales de Amsterdam y les quedaba todavía un fin de semana de esquí en Andorra. Pero no. De pronto, Nisman adelantó siete días su regreso. ¿Por qué?
Cae la noche de verano en Buenos Aires. El fiscal está asustado. Le pidió ayer [viernes 16] a su colega Carlos Stornelli que lo ayudara a resguardar algunas pruebas. Le dijo que le entregaría material sensible para que le guardara una copia en su fiscalía. Nisman llama a Diego Lagomarsino, un empleado de su máxima confianza. Este licenciado en sistemas es el encargado de cifrar y proteger los archivos digitales del fiscal. Trabaja desde su casa pero tiene un alto sueldo (unos 3.700 euros) para un empleado judicial. Nisman le pide además un favor personal: que le preste su pistola Bersa calibre 22. Dice que la necesita «por seguridad». ¿Qué ha pasado con las dos armas que tenía registradas a su nombre?
El empleado se la lleva a su casa. Sube hasta el piso 13 del edificio Le Parc, en el lujoso barrio de Puerto Madero. Entra a su apartamento por la puerta de servicio, como era habitual. Están solos. Lo invita a tomar un café, pero le sorprende que esta vez se lo hiciera preparar al propio invitado. Se sientan en la mesa. Diego lo percibe tranquilo. Al poco rato sale por la puerta principal. El ascensor llega tan rápido que no se pueden despedir.
LUNES, 12 DE ENERO. Europa queda atrás. Recién aterrizado en Buenos Aires, el fiscal comienza una lucha contrarreloj para pulir la denuncia. La ciudad estaba semivacía por las vacaciones, pero Nisman no tenía descanso. Llevaba dos años con la investigación. Eran días de tensión: mantuvo varias discusiones con sus empleados. Pocos imaginaban que haría pública la denuncia cuando la Justicia estaba de fiesta. ¿Por qué lo hizo? ¿Habrá recibido una orden, como aseguró Kirchner a través de Facebook?
Nisman se preparaba para una guerra. Estaba ante el punto de inflexión de su carrera. Se lo había dicho a sus amigos por WhatsApp: «Este es un mensaje de difusión masiva para un grupo pequeño y querido... Debí suspender intempestivamente mi viaje de 15 años a Europa con mi hija y volverme. Imaginarán lo que eso significa. Pero a veces en la vida los momentos no se eligen. Simplemente las cosas suceden. Y eso es por algo… Me juego mucho en esto. Todo, diría. Pero siempre tomé decisiones. Y hoy no va a ser la excepción. Y lo hago convencido. Sé que no va a ser fácil, todo lo contrario. Pero más temprano que tarde la verdad triunfa. Y me tengo mucha confianza». Y cerró el chat: «Gracias a todos. Será justicia. ¡Ah! Y aclaro, por si acaso, que no enloquecí ni nada parecido. Pese a todo, estoy mejor que nunca. Jajaja :)».
Estaba ansioso y preocupado. Hiperactivo, como siempre, pero tan atolondrado al hablar que algunos periodistas apenas le entendían. Presionado como nunca. Nisman había intentado durante años contener sus nervios, últimamente incluso ejercitaba la respiración para relajarse. También le dedicaba tiempo a su figura, en especial desde su separación, hace dos años. Ante los medios aparecería con unos kilos menos y algún retoque en su cara.
Era incalculable el peso político de su presentación. Pero era la final que cualquier fiscal quiere jugar. ¿Qué tienen en común terroristas iraníes, Cristina Kirchner, los agentes secretos argentinos, la comunidad judía, los terroristas libaneses de Hizbulá, el Departamento de Estado norteamericano y los más pesados movimientos de Argentina? Nisman. Todos pueden haberse sentido afectados / traicionados / decepcionados con su investigación. O todas esas cosas al mismo tiempo. Todos poseen capacidad de presión y, sobre todo, de daño. Nisman los conocía. Había dedicado sus últimos 14 años a investigar el atentado contra la AMIA: una camioneta bomba se estrelló contra la sede de la aseguradora en 1994, el mayor atentado contra la comunidad judía tras la Segunda Guerra Mundial.
El fiscal nació en una acomodada familia judía, aunque él no es practicante. Hijo de un empresario textil, se licenció como abogado en la Universidad de Buenos Aires y comenzó a trabajar desde adolescente en los tribunales. Ascendió hasta que se topó con AMIA, la oportunidad de su vida y la causa de su muerte.
Un cambio de rumbo en la investigación le hizo un guiño. El entonces presidente Néstor Kirchner pidió en 2004 que fuera nombrado al frente de una nueva fiscalía especial para darle impulso a la causa. La tensión de estos días le habrá traído buenos recuerdos. Como cuando acusó en 2006 a funcionarios iraníes de haber ideado el ataque y Hizbulá de haberlo ejecutado. Como cuando en mayo de 2008 pidió la detención del ex presidente Carlos Menem por entorpecer la investigación. Su imagen ya estaba asociada al kirchnerismo: lo acusaron de querer congraciarse con Cristina por atacar al ex mandatario.
Su nombre ganaba credibilidad en la Casa Rosada. Sonó, incluso, como candidato a Procurador, el jefe de los fiscales, con el aval de Cristina. Pero con la muerte de Néstor, en 2010, y el memorando propuesto por el oficialismo para acercarse a Irán, Nisman se distanció definitivamente. El fiscal reforzó su alineamiento con la embajada de EEUU —según los cables de Wikileaks—, hasta tal punto que solía adelantar algunas de sus presentaciones a los funcionarios estadounidenses antes de hacerlas públicas.
MIÉRCOLES, 14 DE ENERO. La bomba. Nisman denuncia un «plan secreto» ideado por Cristina y encabezado por el canciller Héctor Timerman —judío practicante— para sellar la impunidad de los iraníes de AMIA a cambio de restablecer las relaciones bilaterales y su beneficiosa balanza comercial de granos argentinos por petróleo persa. Se convirtió en el hombre de la semana. Si llamabas a su móvil saltaba el contestador. Algunas frases llamaban la atención, aunque se justificaban por el contexto y la magnitud de su acusación. «Yo puedo salir muerto de esto. Van a venir por mí», dijo. «Me juego la vida en esto. No me dejes solo», le pidió a un periodista de confianza antes de despedirse.
¿A qué le temía Nisman? El fiscal se enredó en una telaraña manejada por los poderes más influyentes. Se enterró en la feroz guerra interna de la Secretaría de Inteligencia en un año electoral. Es un poder dentro del poder: un grupo de presión que ha puesto en jaque a más de un presidente. Su denuncia está centrada en las 967 escuchas realizadas sobre el teléfono de Jorge Alejandro Yussuf Khallil, dirigente de la comunidad islámica que supuestamente oficiaba de nexo entre Argentina e Irán para forjar el pacto impulsado por Cristina Kirchner.
Nisman sostiene que Khallil intercambió mensajes con Mohsen Rabbani, ex agregado cultural iraní en la Argentina de los 90, acusado de ser el ideólogo del ataque a la AMIA. Los negociadores argentinos eran el diputado Andrés Larroque, amigo de Máximo Kirchner —hijo de Cristina—, el dirigente Luis D’Elía, utilizado por el gobierno como fuerza de choque ante conflictos sociales, y el dirigente de ultraizquierda Fernando Esteche. Menos Larroque, todos viajaron juntos por lo menos dos veces a Teherán en los últimos cinco años y se fotografiaron sonrientes en una mezquita.
El kirchnerismo agitó los fantasmas sobre la Secretaría de Inteligencia apenas se conoció la denuncia de Nisman. Argumentaron que era un carpetazo sin pruebas operado por agentes secretos. El gobierno se refería a la lucha interna que había intentado frenar Cristina: un mes atrás descabezó al organismo y puso a un ex secretario de la presidencia como número uno. También desplazó a Jaime Stiusso, líder de los espías en las sombras. Necesitaba controlar una pugna que incluía amenazas, extorsiones y hasta el raro asesinato del agente de contrainteligencia alias Lauchón Viale.
LA ESQUELA. Así lamentó su familia la muerte en una pequeña esquela publicada en prensa. El fiscal se separó de su mujer hace dos años y tenía dos hijas adolescentes, Iara y Kala.
«A mí no me manejó Stiusso ni nadie. Las decisiones las tomo yo y son exclusivamente mías», dijo Nisman cuando se le preguntó por la influencia del ex espía en su presentación. Y reconoció que parte de su denuncia estuvo basada en información facilitada por el agente.
MARTES, 19 DE ENERO. El día después de la muerte de Nisman, Lagomarsino llora. Intenta, desde hace horas, declarar ante la Justicia. Está desconcertado, como todos los que habían tenido contacto con el fiscal en las últimas horas. «Era mi jefe», se justificó cuando le preguntaron por qué le entregó el arma. En su último encuentro, Nisman le habría dado documentación sensible. Teme por su vida. «Si camino por la calle no hago más de 200 metros vivo», habría afirmado.
Nisman le había pedido la pistola «por seguridad». Pero si el fiscal estaba preocupado, ¿por qué ordenó a su custodia que se retirara el viernes por la noche? Los policías regresaron al edificio el domingo a las 11.05, la hora pactada. Les pareció extraño que no fuera puntual. Subieron cerca de las 13.30 hasta el piso 13. Encontraron los periódicos en la puerta. Tocaron la puerta, pero nadie respondía. Nunca notificaron el disparo que, después de las 14.00, le quitó la vida.
Su cuerpo había quedado tendido boca abajo en el baño. Su ropa interior y su camiseta estaban teñidas de rojo. A su lado, la pistola y un casquillo usado debajo de su tórax. Un tiro en la sien. La sangre inundaba todo. Las dudas también: su dedo quedó en posición de apretar el gatillo, pero sin rastros de pólvora. La duda invadió a todos, incluso a Cristina. «¿Por qué tomó la decisión de quitarse la vida?», se preguntó horas después de conocerse la noticia. Tres días después, cambió de opinión: «Estoy convencida de que no fue un suicidio».
Los custodios y su madre ingresaron seis horas después de su muerte al apartamento. Cruzaron el salón. Estaba todo ordenado. Intentaron abrir la puerta, pero el cadáver la obstruía. El charco de sangre intimidaba. Su madre apenas pudo ver que yacía boca abajo. Se fue. Sus custodios tampoco entraron. Al médico le valió con asomarse. El ministro de Seguridad, que acudió al lugar antes incluso que la juez, dice que ni se acercó al baño. Nadie quería verlo. Su muerte fue certificada justo después de la medianoche. Nisman no pensó en cartas de despedida, pero sí dejó el encargo de las compras que su asistenta tenía que hacer el lunes, el día después de su muerte.
El periodista que adelantó en Twitter la muerte de Nisman se va de Argentina al sentirse amenazado
'Me voy porque mi vida corre peligro', les confesó a dos colegas antes de partir
CÉSAR G. CALERO
Damián Pachter, periodista del diario argentino 'Buenos Aires Herald' que adelantó en Twitter la muerte del fiscal Alberto Nisman el domingo pasado, abandonó Argentina al sentirse amenazado, según reveló a dos colegas periodistas antes de tomar un vuelo en el aeropuerto porteño de Aeroparque en la madrugada del sábado.
"Me voy porque mi vida corre peligro", les dijo Pachter a sus colegas del diario 'Clarín' y el portal 'Infobae' en el aeropuerto a las 4.30 de la mañana, antes de tomar un vuelo al extranjero. Pachter, especializado en política internacional, les reveló a sus colegas que tenía los teléfonos "pinchadísimos" y que tuvo que retirarse de la redacción del diario atropelladamente sin apenas tiempo para explicarles a sus jefes lo que estaba sucediendo. Dejó su coche en el estacionamiento del periódico y se marchó.
"Desde que empezó todo esto, una fuente cercana, confiable desde hace años y que sabe moverse en el mundo de la inteligencia, me venía tirando indirectas. No sé desde cuándo es que me empezaron a seguir. No voy a contar nada todavía, pero sí puedo decir que recibí un mensaje del Estado que yo lo entendí como un mensaje hacia mí, luego lo chequeé y efectivamente fue así", reveló Pachter. "Hoy se confirmó todo (...) Andate ya porque te están buscando" le habría aconsejado alguien al periodista del 'Buenos Aires Herald'.
"Les cagué el tema con ese tuit; les cagué la operación", aseguró Pachter. Sobre su regreso al país, les dijo a sus compañeros: "¿Cuándo vuelvo? Cuando las fuentes me digan que las condiciones cambiaron. No creo que sea durante este gobierno (...) Tuve que dejar el laburo, me fui a la mierda".
Pachter fue el primer periodista en informar de la muerte del fiscal Nisman, cuyo cuerpo apareció sin vida el domingo en su piso de Buenos Aires con un balazo en la cabeza. El fiscal había denunciado al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, acusándolo de encubrir a Irán en el caso del atentado contra la mutual judía en Buenos Aires en 1994.
El primer tuit de Pachter se publicó antes de la medianoche del domingo, tres horas antes de que las autoridades confirmaran la muerte del fiscal. "Me acaban de informar sobre un incidente en la casa del Fiscal Alberto Nisman", tuiteó Patcher a las 11.35h del domingo. Y media hora después, a las 12.08h., escribió: "Encontraron al fiscal Alberto Nisman en el baño de su casa de Puerto Madero sobre un charco de sangre. No respiraba. Los médicos están allí".
Efectivamente, un médico de la compañía Swiss Medical ya estaba en el lugar de los hechos. Lo había llamado la madre de Nisman. Pero a esa hora ni siquiera había llegado al edificio de Le Parc del barrio de Puerto Madero la fiscal de guardia, Viviana Fein, encargada del caso.
El Foro de Periodismo Argentino (Fopea), a través de su cuenta de Twitter, ha divulgado un comunicado en el que confirma la marcha de Pachter del país por sufrir "seguimientos sospechosos". La asociación pidió a las autoridades la "máxima atención a la seguridad de los periodistas en estos momentos".
El gobierno reacciona tuiteando datos privados del periodista desde su cuenta oficial
http://i60.tinypic.com/2d9aur.png
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