Meghan Markle, duquesa de Sussex
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Meghan Markle y las palmeras del amor en su casa de Montecito
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Esto Pasará Con Harry Y Megan Ahora Que Carlos Es Rey
El Príncipe Harry No Pudo Despedirse De La Reina. Aquí Está La Razón
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La Última Entrevista De Meghan Markle Tiene a La Familia Real En Alerta
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La radical decisión de Carlos III con Meghan Markle: habría dicho a Harry que "no era bienvenida" en Balmoral
El príncipe como su esposa emitieron un comunicado sobre su marcha a Balmoral pero Carlos III habría intervenido en esa acción de forma muy radical
La tensión iba a saltar en cuanto los duques de Sussex difundieron un breve comunicado en el que anunciaban que se dirigían a Balmoral juntos... y después de los precedentes de los últimos años todo iba a estallar como así ha desvelado el diario The Sun.
Porque esta decisión de Harry y de Meghan sorprendió a más de uno, teniendo en cuenta que Kate no iba a formar parte del grupo que iba a dar el último adiós a la reina y sí lo hacía Meghan.
Pues dicho rotativo arrojaba la información de que el propio Carlos III llamó a Harry para decirle que "no era adecuado" que Meghan viajara con él a Balmoral. De hecho, una fuente vinculada a la casa real británica afirmaba que "Carlos le dijo a Harry que no estaba bien, que no era apropiado que Meghan estuviera en Balmoral en un momento tan triste".
Y agrego, siempre de la misma fuente, "que Kate no iba a ir y que se iba a limitar solo a los familiares más cercanos. Carlos dejó muy, muy claro que Meghan no era bienvenida".
Eso provocó un radical cambio de planes en Harry y su esposa. Tras la llamada, la pareja cambió los planes y el hijo de Carlos III tuvo que buscar transporte por su cuenta. Fue el último en llegar y solo a él lo estaban esperando para hacer el anuncio oficial de la muerte, difundido poco después de su llegada. También fue el primero en dejar Balmoral al día siguiente.
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Las dos personas que la reina Isabel II dejó fuera del testamento días antes de morir
Según el medio 'International Business Time', la monarca habría cambiado su testamento unos días antes de fallecer dejando a dos personas fuera de la fortuna de la reina Isabel II, que ronda los 500 millones de euros a repartir entre los miembros de su familia
Meghan Markle y su hija Lilibet, descartadas en el testamento
Los expertos aseguran que estas joyas, como la 'Gran Estrella de África' tiene un valor altísimo. El medio 'International Business Time' fue el primero en informar que, ante la salud delicada de Isabel II antes de morir, pidió cambiar el testamento y dejó fuera a Meghan Markle y a su hija Lilibet.
Las joyas en cuestión fueron repartidas, según el medio, a KateMiddleton y su hija Charlotte. Ni Meghan ni la pequeña Lilibet se verán beneficiadas del valor de las joyas, unos 110 millones de dólares.
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Meghan Markle, duquesa de Sussex
Resulta que el testamento es secreto y ahora se sabe lo que ha dejado y lo que no 
"Aunque se especula mucho sobre los bienes que la reina heredó, no es probable que se sepa a ciencia cierta qué dejó a quién. Y es que, a pesar de que por ley los testamentos son públicos en Reino Unido, hay ciertos candados para las personas de alta jerarquía en el trono. Un ejemplo es el testamento del príncipe Felipe, quien falleció en abril del año pasado, y aunque se leyó a los herederos, tendrán que pasar 90 años para que el oficio no saldrá a la luz pública".
"Aunque se especula mucho sobre los bienes que la reina heredó, no es probable que se sepa a ciencia cierta qué dejó a quién. Y es que, a pesar de que por ley los testamentos son públicos en Reino Unido, hay ciertos candados para las personas de alta jerarquía en el trono. Un ejemplo es el testamento del príncipe Felipe, quien falleció en abril del año pasado, y aunque se leyó a los herederos, tendrán que pasar 90 años para que el oficio no saldrá a la luz pública".
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ascazo
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Invitado escribió:
La radical decisión de Carlos III con Meghan Markle: habría dicho a Harry que "no era bienvenida" en Balmoral
El príncipe como su esposa emitieron un comunicado sobre su marcha a Balmoral pero Carlos III habría intervenido en esa acción de forma muy radical
La tensión iba a saltar en cuanto los duques de Sussex difundieron un breve comunicado en el que anunciaban que se dirigían a Balmoral juntos... y después de los precedentes de los últimos años todo iba a estallar como así ha desvelado el diario The Sun.
Porque esta decisión de Harry y de Meghan sorprendió a más de uno, teniendo en cuenta que Kate no iba a formar parte del grupo que iba a dar el último adiós a la reina y sí lo hacía Meghan.
Pues dicho rotativo arrojaba la información de que el propio Carlos III llamó a Harry para decirle que "no era adecuado" que Meghan viajara con él a Balmoral. De hecho, una fuente vinculada a la casa real británica afirmaba que "Carlos le dijo a Harry que no estaba bien, que no era apropiado que Meghan estuviera en Balmoral en un momento tan triste".
Y agrego, siempre de la misma fuente, "que Kate no iba a ir y que se iba a limitar solo a los familiares más cercanos. Carlos dejó muy, muy claro que Meghan no era bienvenida".
Eso provocó un radical cambio de planes en Harry y su esposa. Tras la llamada, la pareja cambió los planes y el hijo de Carlos III tuvo que buscar transporte por su cuenta. Fue el último en llegar y solo a él lo estaban esperando para hacer el anuncio oficial de la muerte, difundido poco después de su llegada. También fue el primero en dejar Balmoral al día siguiente.
y como va a ser bienvenida alguien que para vivir vende los trapos sucios de la familia de su esposo?
ascazo
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Meghan Markle, duquesa de Sussex
Todos los sapos que se han comido Harry y Meghan en la despedida de su abuela Isabel II
El duque de Sussex se ha visto sometido a una serie de agravios comparativos que le habrían dejado "con el corazón roto"
El fallecimiento de la reina Isabel II tras más de 70 años en el trono ha puesto en evidencia la enorme distancia entre la familia real británica con el príncipe Harry y Megan Markle. Era de sobra conocida que la relación entre el royal británico y la actriz norteamericana no resultaba del agrado de la difunta monarca, especialmente tras la mudanza de la pareja a EEUU y su polémica entrevista con Oprah Winfrey. Un distanciamiento que volvió a quedar en evidencia a raíz del anuncio de que Isabel II se encontraba bajo vigilancia médica en Balmoral.
El aviso sobre la delicada salud de la monarca movilizó a toda la familia real. Sin embargo, Harry fue el último en llegar y el primero en marcharse tras el fallecimiento. Una visita que realizó en solitario. Según una exclusiva de The Sun, el rey Carlos III telefoneó a Harry desde la cama en la que agonizaba su madre para informarle de que "no era correcto ni apropiado que Meghan acudiese a Balmoral" precisando que "Meghan no sería bienvenida".
Una forma de marcar distancia que permitía atisbar el tratamiento que el Duque de Sussex y Meghan recibirían durante los siguientes días en los distintos homenajes y actos protocolarios.
Con Isabel II ya fallecida y Carlos convertido en rey, Harry se vio obligado a comerse un segundo sapo a las pocas horas. De acuerdo con los medios británicos, el duque de Sussex no fue invitado a la cena que el ya rey Carlos IIIorganizó en Balmoral en honor a su abuela, a la que, en cambio, sí acudió su hermano mayor, Guillermo, que actualmente ocupa el primer lugar en la línea de sucesión al trono.
Días más tarde, el miércoles 14 de septiembre, a Harry se le prohibió llevar el uniforme militar durante el cortejo fúnebre. Una cita a la que el resto de sus familiares acudieron con trajes castrenses de gala. Una llamativa diferencia teniendo en cuenta que Harry fue militar profesional durante una década durante la que llegó a participar en dos misiones internacionales en Afganistán.
Sin embargo, debido al protocolo específico para este acto, a Harry no se le permitía lucir el uniforme de gala porque ya no es un militar británico en activo y porque renunció de forma voluntaria a sus privilegios y obligaciones relacionados con la corona.
Durante el pasado fin de semana, Harry pudo volver a ponerse el uniforme y lucir sus condecoraciones pero de nuevo se sintió públicamente humillado. Un episodio durante la vigilia en honor a su abuela que aparentemente sería el que más le habría dolido al duque de Sussex.
A diferencia del resto de miembros de su familia, el uniforme de Harry no lucía las iniciales E.R (correspondientes a "Elizabeth Regina") en honor a su abuela. Algo que, según se filtró a los medios británicos, dejó a Harry "con el corazón roto".
Sin embargo, aquel tampoco sería el último sapo que Harry tendría que tragarse durante estos días. Durante el domingo se reveló que a Meghan y Harry se les retiró la invitación para un banquete organizado por su padre, el rey Carlos III. Una retirada de la invitación al convite que, según funcionarios de palacio, se produjo porque el evento se encontraba reservado para miembros de la familia real que estén en activo.
Finalmente, durante el funeral de Isabel II, Harry y Meghan Markle han recibido asientos en la segunda fila de invitados, junto a la princesa Beatrice y su marido Edoardo Mapelli Mozzi, que trabaja como directivo en el sector inmobiliario.
Mientras tanto, la primera fila quedaba reservada para Carlos III, Camila Parker-Bowles, los príncipes de Gales, el príncipe Eduardo y Sophie de Wessex, así como para el exjugador de rugby Mike Tindall, acompañado de su mujer con Zara Tindall, la nieta mayor de Isabel II.
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MEGHAN MARKLE
NI SUS LÁGRIMAS POR LA REINA HACEN QUE LOS BRITÁNICOS LA QUIERAN
Pese a que se suponía que la duquesa de Sussex debía mantenerse en un segundo plano, no ha podido (o no ha querido) evitar que sus apariciones en los funerales de la reina Isabel fueran el principal foco de atención. Incluso se dice que se fingió acongojada.
C.D.
"LA ÚNICA PERSONA POR LA QUE LLORÓ fue por ella misma, desde luego no fue por la reina Isabel”. La imagen la hemos visto todos ya: Meghan Markle, vestida de negro, enjugándose una lágrima de rímel en las puertas de la Abadía de Westminster tras el funeral de Estado de Isabel II el pasado lunes, mirando directamente (¿o no?) a la cámara. Una imagen por la que, como era de esperar, le han aplaudido, examinado y criticado: “¿Cómo no iba a llorar cuando llamó a su hija como ella?”, “¿Eran lágrimas de verdad o de cocodrilo?”, “¿Se llevaba bien con la reina tras airear sus trapos sucios en aquella entrevista con Oprah?”. Menos preguntas se han hecho sobre el estado emocional de Carlos III, que perdió a su madre y fue proclamado rey de Inglaterra en menos de 48 horas, que sobre el de Meghan, una forastera que llegó a formar parte de la familia real sólo para huir de ella dos años después, ante la frustración de la población británica.
ABRAZOS Y MANITAS, ASÍ SE SALTÓ EL PROTOCOLO
Si bien recibieron asientos en la segunda fila de invitados en el funeral de Estado de Isabel II, los Sussex no pasaron desapercibidos durante su estancia en Londres. En más de una ocasión, se vio a Meghan saltándose el protocolo real de luto, primero en Windsor y luego en Westminster. Durante el reencuentro ‘sorpresa’ de los Cuatro Fantásticos (Guillermo, Kate, Harry y Meghan) en las puertas del castillo, esta última abrazó a una adolescente que le esperaba detrás de una valla, un gesto prohibido para los miembros de la familia real. Días después, se vio a la duquesa cogiendo la mano a su marido durante la capilla ardiente de la reina en la Sala de Westminster y luego en el propio cortejo fúnebre, antes de que se le cayera esa lágrima por la mejilla.
La cuenta @RoyallyBlunt, sin embargo, fue un paso más allá y recuperó una antigua entrevista a Meghan, cuando aún protagonizaba Suits, en la que afirmó que puede empezar a llorar “al instante”.
-¿Puedes empezar a llorar?
-Sí, y lo puedo hacer súper bien además. Es una locura. Me dicen: “Meghan, una lágrima, ojo izquierdo, ¡ya!”. Y les contesto: “Dadme tres segundos”.
“¿Acaso sería casualidad que fuera el mismo ojo en esta ocasión?”, leyó el tuit de Gina, enfermera y madre de dos hijas, en respuesta al vídeo. No se sabe –y puede que nunca se sepa– si la reacción fue genuina o no, pero lo que sí es cierto es que la popularidad de la duquesa de Sussex sigue cayendo en picado.
Según los resultados de un sondeo de YouGov publicado a principios de este mes, casi dos tercios (65%) de los británicos no empatizan con la situación de Meghan y su marido, el príncipe Harry, tras alejarse de La Firma, como se conoce a la familia real, para independizarse económicamente. A la pregunta, ¿Por lo que ha leído o escuchado de ellos, ¿cuánta simpatía, si es que tiene alguna, siente por la pareja?”, el 43% de los 2.627 adultos encuestados respondieron que no sentían nada de simpatía”, y otro 22% afirmó “no sentir mucha simpatía”. ¿Por qué será?
Si se pregunta a los jóvenes, es una cuestión de racismo. Para los mayores, es una de tradiciones y valores. “La familia real es una institución asentada en el privilegio heredado de los blancos y que la presencia de una mujer birracial amenazaba esa imagen”, recalca Zoë, de 25 años, en conversación con LOC. Por su parte, Mary, de 84, reconoce que “habrá quienes la achacarán única y exclusivamente por ser negra y estadounidense, pero a otros, yo incluida, nos parece mal que mienta y luego se haga la víctima cuando alguien expone la verdad”.
Una de esas falsedades a las que se refiere es la del protocolo real respecto a la prensa del que habló Meghan con la revista The Cut. La duquesa comentó que si se escolarizara a su hijo Archie en el Reino Unido,¡ “nunca podría ir a recogerle sin que hubiera 40 fotógrafos allí”. Richard Palmer, corresponsal real para The Express, se apresuró a recordar a sus lectores las estrictas normas de prensa que deben seguirse con los niños de la realeza, que “solo permiten la presencia de un único fotógrafo el primer día del curso escolar”.
Mary también quiso recordar los comentarios de Meghan en su entrevista con Oprah sobre la concesión del título de príncipe a su hijo: “Alega que la decisión de no nombrarle príncipe se debe a que es mestizo, pero no quiso admitir que Archie no cumplía los requisitos en virtud de los protocolos establecidos en 1917 por Jorge V”.
Aunque se muestra comprensiva con el maltrato que sufrió por parte de la prensa, Jane, de 53 años, quiere que Meghan se decida: “Se mudó a EEUU para tener privacidad, pero luego divulga detalles íntimos en público. No puede tenerlo todo”.
EL MUNDO / SÁBADO 24 DE SEPTIEMBRE DE 2022
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Meghan Markle, duquesa de Sussex
Harry, Meghan y sus hijos, podrían perder sus títulos de duques de Sussex y príncipes
Se han visto muchos cambios tras la muerte de la reina Isabel II y es que la casa real sorprendió con los cambios realizados en la página web oficial de la familia real británica, donde los perfiles de los duques de Sussex aparecen al final de la página, cuando anteriormente estaban colocaban debajo de los miembros de primer nivel. Este podría ser el principio de otros cambios para Meghan y Harry, por lo que hay dudas de si mantendrán su título como duques de Sussex, una decisión que podría tomar el rey Carlos III para reducir la cantidad de miembros activos. Al convertirse Carlos en rey, todos sus nietos pasaron a ser príncipes, sin embargo, Archie y Lilibet no han sido actualizados en la página con ese título por lo que se dice que el rey Carlos III, podría estar esperando el lanzamiento del libro de los duques para decidir si sus nietos recibirán estas distinciones.
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MEGHAN MARKLE
UNA ‘TIRANA’ EN LA FAMILIA WINDSOR
Ex trabajadores del palacio de Kensington tachan a la mujer del príncipe Harry de ‘sociópata narcisista’ en un libro explosivo. Mientras, sigue la ‘guerra’ de los Sussex con el rey Carlos III.
EDUARDO ÁLVAREZ
“UNA SOCIÓPATA NARCISISTA”. Así es como al parecer describen a Meghan Markle ex empleados de Kensington que trabajaron a las órdenes de los duques de Sussex cuando todavía formaban parte activa de la familia real británica. En este palacio londinense residió el matrimonio antes de mudarse en 2019 a Windsor. El dardo lo recoge en su nuevo libro, Cortesanos: el poder oculto detrás de la corona, Valentine Low, periodista que ha seguido los pasos de la familia real británica durante el último cuarto de siglo y que ha entrevistado a diferentes trabajadores palaciegos para dar forma a su bomba editorial, a punto de salir a la venta.
Los integrantes del llamado club de supervivientes de los Sussex tachan a la mujer de Harry de “tirana” porque habría hecho llorar en no pocas ocasiones a un gran número de trabajadores por sus modales, faltas de respeto y trato abusivo. En realidad, no son acusaciones nuevas. La propia Meghan las negó cuando se difundieron en su día en los tabloides. Buckingham llegó a encargar una investigación sobre el supuesto acoso por parte de la duquesa de Sussex que denunciaron algunos empleados de la institución, aunque nunca se hicieron públicas las conclusiones del informe que se habría redactado. Un episodio que recordó mucho al escándalo protagonizado en su momento por la gran duquesa consorte de Luxemburgo, María Teresa, quien fue descrita como una “dictadora” en el informe Waringo que rubricó un ex funcionario de la Inspección General de Finanzas ya jubilado por encargo del primer ministro del país, Xavier Bettel.
El caso es que Harry y Meghan no dejan de estar en el ojo del huracán. Y esta semana, en la que ha concluido el periodo de luto oficial decretado por Carlos III para la Corte en memoria de la difunta Isabel II, los príncipes caídos en desgracia han visto cómo se les relega a las últimas posiciones, junto al defenestrado duque de York, en el organigrama de la familia real en la web oficial de los Windsor. Dado que fueron ellos quienes tomaron la decisión hace dos años de apartarse de sus responsabilidades institucionales, Palacio les sitúa ahora incluso por debajo de otros miembros de la dinastía mucho menos conocidos como los duques de Gloucester o la princesa Alexandra, primos de la fallecida reina.
Se desvanecen así de momento las esperanzas en una posible vuelta al redil de los Sussex y un acercamiento a La Firma, como popularmente se conoce a la familia real. Antes al contrario, en el entorno de Carlos III se aguarda con preocupación la publicación de otro libro, en este caso las memorias autorizadas del propio Harry, que podrían dinamitar aún más la relación con su padre. Y se especula que precisamente hasta que salga esa obra al mercado el nuevo rey podría esperar a decidir si finalmente concede o no a los dos hijos de los Sussex el título de príncipes, con tratamiento de Alteza Real.
La carta patente que en 1917 emitió Jorge V ha servido desde entonces como norma por la que se ha impuesto la convención de que todos los nietos de un rey británico son elevados a la dignidad de príncipes. De ahí que, tras la muerte de Isabel II y la proclamación de su primogénito, en el Reino Unido existe gran interés por la posibilidad de que esto sea lo que ocurra con Archie Mountbatten-Windsor, nacido en 2019, y con su hermana Lilibet, de apenas un año. Pero no se trata de una cuestión automática. La concesión de títulos es prerrogativa personalísima del monarca. Y además existen precedentes que suponen excepción a la regla como el hecho de que los hijos del príncipe Eduardo –el benjamín de Isabel II– no hayan sido titulados príncipes nunca. Lo que acabe ocurriendo, por tanto, puede ser el mejor indicador de hasta qué punto hoy a los Sussex y a la familia real británica les separa algo más que todo un océano.
EL MUNDO / SÁBADO 1 DE OCTUBRE DE 2022