Corinna zu Sayn-Wittgenstein

Las últimas noticias de la Realeza. Monarquía vs. República
¿Cuánto reinarán Felipe VI y Letizia?


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Corinna zu Sayn-Wittgenstein

Mensajepor Invitada » Mié 18 Mar, 2020 10:25 am

El Rey vetó cualquier «negociación» con Corinna

Larsen pedía diálogo recién imputada en Suiza


18/03/2020


El jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín, fue el destinatario de la carta remitida por los abogados de la antigua amiga de Don Juan Carlos Corinna Larsen fechada el 5 de marzo de 2019 que ponía en conocimiento de Don Felipe la existencia de una fundación panameña offshore creada por su padre. El contexto: una investigación de las cuentas de Corinna en Suiza y las diligencias en España sobre comisiones en el AVE a La Meca por unos audios en los que, precisamente, hablaba ella.
Según el resumen ejecutivo de la carta al que tuvo acceso ABC, el mensaje decía que Corinna se había visto «arrastrada» a esa situación por una campaña de noticias falsas en España que ella relacionaba con el CNI y el propio Rey padre. Acababa con una supuesta invitación al «diálogo», apuntando que había sido llamada por la justicia de Suiza a aportar documentación que, a su entender, salpicaba a Don Juan Carlos.

Sin embargo, Don Felipe respondió renunciando a cualquier herencia de su padre, notificándole ante notario la situación e informando asimismo al Gobierno. Hasta el 21 de marzo, no salió de Zarzuela misiva con la respuesta y fue taxativa: ni el Rey ni su Casa tenían relación con los hechos y no habría «negociación alguna», siquiera un diálogo que algunas fuentes sitúan próximo al chantaje.

https://www.abc.es/espana/abci-veto-cua ... a_amp.html

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Mensajepor Invitado » Mié 18 Mar, 2020 5:22 pm

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Corinna desvela que Juan Carlos I la visitó en Londres 11 días después de contactar con Zarzuela

La empresaria alemana emite un comunicado donde explica que trató de establecer un "diálogo de buena fe" con la Casa Real en 2019

Corinna Larsen ha remitido este miércoles un comunicado donde asegura que el Rey Juan Carlos I fue a visitarla a Londres en marzo de 2019, días después de que los abogados de la empresaria alemana remitieran una carta a Felipe VI informándole de que figuraba como "segundo beneficiario" de la Fundación Lucum, considerada una sociedad offshore a través de la que el Emérito ocultó presuntamente 100 millones de dólares en Suiza.

Según informan fuentes del entorno de la empresaria a EL MUNDO, ese encuentro secreto tuvo lugar el 16 de marzo, 11 días después de que, según la versión dada por la Casa Real, el despacho de abogados Kobre&Kim enviara una misiva al Rey informándole de su supuesta designación como beneficiario de la Fundación Lucum, desde el momento en el que se produjese el fallecimiento de Don Juan Carlos. Aquella reunión en Londres entre Corinna y el Emérito fue solicitada por Juan Carlos de Borbón semanas antes, indican las mismas fuentes.

En el comunicado emitido ahora por el letrado de Corinna, Robin Rathmell, se explica que el marzo pasado, enviaron "una carta a la Casa Real solicitando un diálogo de buena fe en el contexto de la campaña de abuso que se libró contra nuestra cliente, que la llevó a ser arrastrada a los procedimientos suizos en relación con eventos en los que ella no estaba involucrada", en referencia a la investigación que mantiene abierta en estos momentos el fiscal de Ginebra Yes Bertossa sobre los supuestos testaferros de Juan Carlos de Borbón, los abogados Dante Canónica y el contable Arturo Fassana.

El abogado de la que fuera amiga íntima del ex jefe del Estado explica que tras esa primera carta a Felipe VI, y después de que "el Rey Emérito viniera a visitar a nuestra cliente", enviamos "varias cartas de seguimiento, sin hacer demandas" a la Casa Real, "pero nuestras solicitudes de buena fe para un diálogo nuevamente quedaron sustancialmente sin respuesta".

Además, Corinna Larsen se defiende ahora y enmarca estas iniciativas como un intento claro de que ha querido poner fin "a la campaña de acoso contra ella" y "salvaguardar su seguridad y la de sus hijos". La empresaria alemana afirma que "nunca se han hecho demandas indebidas, financieras o de otro tipo, a la Casa Real" y que tan sólo quería que al actual jefe del Estado tuviera conocimiento de "todos los hechos relevantes para hacer su propia evaluación de su posición en estos asuntos serios".

Igualmente, la alemana niega de forma rotunda que estas acciones puedan enmarcase como un "chantaje" a Zarzuela. "Es absurdo", zanja su abogado.

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Mensajepor Invitado » Jue 19 Mar, 2020 11:13 pm


Corinna Larsen, la mujer que ha puesto contra las cuerdas al Rey

La vida de Corinna Larsen antes durante y después de su relación de amiga entrañable del rey Juan Carlos I. Sus matrimonios y sus hijos, así como su relación con otros royals como el principe Alberto de Mónaco y Charlene.

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Corinna zu Sayn-Wittgenstein

Mensajepor Invitado » Dom 12 Abr, 2020 9:33 pm


Corinna Larsen: Después del Rey Juan Carlos, ahora demanda a su ex

Corinna Larsen ex princesa amiga del Rey Juan Carlos, ha demandado a su ex marido el príncipe alemán, en Londres

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Maritxu
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Re: Corinna zu Sayn-Wittgenstein

Mensajepor Maritxu » Mié 15 Abr, 2020 9:35 pm

La taxativa respuesta de los Sayn-Wittgenstein ante la demanda de Corinna
Tras conocerse que Corinna ha demandado al príncipe Casimir por el impago de un presunto préstamo que le hizo, en Vanitatis hemos hablado con los Sayn-Wittgenstein-Sayn




ACTUALIZADO: 15/04/2020 18:29
Corinna Larsen, o Sayn-Wittgenstein-Sayn, como ella prefiere, es noticia semana tras semana. Hace unos meses lo fue por don Juan Carlos, y ahora por su segundo marido, el príncipe alemán Casimir Sayn-Wittgenstein-Sayn, del que se divorció en 2005 y con el que tiene un hijo en común, Alexander. La que fuera princesa ha decidido demandar a su exmarido por un supuesto préstamo que le hizo de 600.000 libras (cerca de medio millón de euros) cuando este tenía problemas de liquidez y que el príncipe no le habría devuelto.

Según recoge el diario 'Daily Mail', Casimir estaría supuestamente usando su estilo de vida nómada para no pagarle lo que le debe a su ex. El magistrado encargado del caso ha decretado que, aunque el príncipe no tiene domicilio fijo, puede recibir los documentos a través de medios electrónicos. Asimismo, el juez ha decretado que los intentos de comunicación de Corinna exigiendo la devolución del dinero, por email y WhatsApp, cuentan como notificaciones formales.

Cuando se dio a conocer la noticia, en Vanitatis nos pusimos en contacto con el Palacio de Sayn-Wittgenstein-Sayn, cuyo jefe es el príncipe Alexander, padre de Casimir y exsuegro de Corinna. Sin embargo, y tras días preguntando acerca del asunto, la respuesta ha sido taxativa: "No comentaremos nada relacionado con el asunto", comunicaban finalmente, zanjando cualquier posibilidad de conocer qué opina la familia alemana de este nuevo movimiento judicial.

Tampoco hay ninguna información relacionada con este tema en la cuenta de Facebook de Alexander Sayn-Wittgenstein-Sayn, que lleva él mismo y en la que se encarga de compartir con sus seguidores noticias familiares y de su palacio, en la región de Renania del Norte-Westfalia. Lo que demuestra que, al menos por el momento, no se quiere

Desaparecida de su web
Cabe recordar que desde hace ya años los Sayn-Wittgenstein-Sayn y Corinna parecen tener una tensa relación. En julio de 2018, este medio publicaba que la familia había decidido borrar cualquier rastro de la otrora princesa de su página web. En el apartado dedicado al príncipe Casimir, se destaca su currículum así como el de su actual mujer, Alana Bunte.

Es cuando se habla del único hijo de Casimir -por el momento, ya que Alana está embarazada-, fruto de su matrimonio con Corinna, cuando echamos de menos alguna referencia a Corinna. Y es que literalmente podemos leer: "Un hijo, Alexander Kyril, que reside en Reino Unido, existe de una relación civil anterior". Fin. Ninguna referencia a la madre de la joven ni al primer matrimonio del príncipe.

https://www.vanitatis.elconfidencial.co ... a_2549984/

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Mensajepor Invitado » Dom 03 May, 2020 10:12 pm

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Álvaro de Marichalar en Nueva York el 22 de mayo de 2017


Álvaro de Marichalar: "A Corinna la conocí en los años ochenta. Ya se la veía venir"
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Hablamos de política y realeza con el deportista y hermano de Jaime de Marichalar, quien se encuentra en Miami a la espera de poder reanudar su expedición.

Eduardo Verbo


Nada más responder a un cuestionario vía e-mail desde Miami –“prefiero que sea así porque garantizo que se respeten mis palabras literales”–, Álvaro de Marichalar y Sáenz de Tejada (Pamplona, 1961) me ruega que no lo presente como el hermano menor de Jaime de Marichalar, exmarido de la infanta Elena y exmiembro de la Familia Real, sino como un avezado deportista y explorador que lleva navegando 38 años y ha conseguido 14 récords del mundo tras 40 expediciones. “Esta realidad quedaría eclipsada por una presentación facilona”, insiste.

Cuando saltó la crisis del coronavirus, el empresario se encontraba emulando la hazaña que consiguieron hace 500 años Elcano y Magallanes al dar por primera vez la vuelta al mundo en nombre de la Corona. “Estoy con amigos en Florida, donde llegué después de pasar siete meses cruzando el mar Mediterráneo, el océano Atlántico y el mar Caribe. La última etapa fue desde Cuba a Miami. Atravesé de milagro justo antes que cerraran el acceso a Florida por mar. Para poder ingresar en los Estados Unidos tuve que demostrar que no había estado en ningún territorio europeo desde al menos 14 días”, comenta Álvaro.

Muy activo en cuestiones políticas, Marichalar aprovecha cada pregunta –¿Qué está haciendo para entretenerse? ¿Qué es lo que más echa de menos de España? ¿Cómo ve nuestro país desde la distancia? ¿Qué es lo primero que piensa usted hacer cuando podamos salir a la calle?– para dejar clara su oposición al Gobierno de Pedro Sánchez y cuestionar de manera beligerante su gestión de la crisis del COVID-19. Les califica de “chavistas”, de “banda comunista” y de “desgracia”. Cuando le pregunto de qué se ha dado cuenta en los días de encierro que antes pasaba desapercibido, responde: “De la cobardía que está demostrando una parte sustancial del pueblo español aceptando como corderitos un confinamiento ridículo, ilegítimo e ilegal, mientras atemorizados aplauden. (...) Un pueblo dispuesto a vender y renunciar a su libertad a cambio de las migajas que les ofrece el comunismo para someterlos”, reflexiona. Marichalar, un hombre siempre polémico, es incombustible.

El tío de Froilán y Victoria Federica pasa los días “hablando con mis tres mejores amigas”, escribiendo un libro sobre su expedición, dando conferencias virtuales y gestionando “como puedo” la nueva situación que ha provocado que algunas marcas no puedan seguir promocionando su expedición que, por cierto, planea retomar lo antes posible. El empresario está acostumbrando a los grandes temporales. Álvaro fue piloto de aviación y prestó servicio en el ejército del aire durante dos años, pero un accidente de tráfico le obligó a abandonar el mundo aeronáutico y su carrera como piloto de combate. Fue entonces cuando se lanzó al mar.

    ¿Cuál es el momento más emocionante que recuerda de sus años en la moto acuática? ¿Y el peor?
    Todos y cada uno de los momentos previos a zarpar. Fue especial el momento en el río Tíber, cuando zarpaba de Roma rumbo a Nueva York en 2002. El peor fue el día que me sorprendió una tempestad en Marruecos que segó la vida a muchas personas delante de mí. Lo viví con estupor y pena indescriptible, mientras intentaba refugiarme en el puerto de Safi, avanzando muy lentamente a causa del terrible estado de la mar mientras remolcaba a la pequeña embarcación de un anciano pescador al que logré salvar gracias a Dios.

    Quiere aprovechar esta última expedición para denunciar la masiva contaminación de los océanos por vertidos plásticos, la pesca ilegal y el tráfico de personas...
    Sí. Llevo haciéndolo 30 años. Al principio nadie se daba cuenta de las nefastas consecuencias de los vertidos plásticos en la mar y la sobrepesca. Me llamaban exagerado. Hoy hay más consciencia, aunque no la suficiente todavía.

    Otros de sus próximos proyectos -de nuevo su activismo político sale a relucir- es lanzar un partido “paneuropeo” llamado OmniaEuropa en el que trabaja desde hace tres años. Esta formación tendrá entre otros objetivos "defender las raíces cristianas de Europa". El idilio de Marichalar con la política no es cosa nueva. Hace más de diez años ya fue portavoz de UPyD en Soria. Le viene de familia. Su abuelo Luis Marichalar fue ministro, alcalde de Madrid y fundador de la Legión. “Por supuesto lo que no se me ocurre hacer es perder un minuto de mi vida mirando la televisión convertida hoy en la principal arma de la dictadura comunista / separatista / socialista que padecemos los españoles. Por eso siempre aconsejo deshacerse físicamente de la maldita televisión o al menos apagarla y rechazar los programas que sostienen la actual dictadura de lo amoral y absurdo”, prosigue Jaime. La insistencia es, sin duda, una de sus virtudes.

    ¿Recuerda la primera vez que tuvo que atender a un periodista? ¿Cómo ha gestionado la fama en todo este tiempo?
    La primera entrevista la hice como joven empresario en 1984 para hablar sobre mi empresa TeleSat, pionera en la comercialización de TV vía satélite. Ese tipo de fama se gestionaba y aceptaba encantado porque era positiva y demás ayudaba a que se conociera mi proyecto empresarial. También era positivo cuando los medios me entrevistaban por mis retos marítimos y me llamaban "el otro Induráin" o "el Induráin del mar". La fama que no me interesa en absoluto es la derivada del cotilleo, de las medio verdades fruto de las calumnias y las interpretaciones interesadas.

    ¿Cómo es la relación que mantiene con su hermano Jaime?
    Somos seis hermanos y todos nos queremos y respetamos entre nosotros.

    Usted guarda buen recuerdo de la infanta Elena, ¿cómo fue la primera vez que la conoció?
    La Infanta Elena es una persona comprometida con su deber institucional. Como español respeto y admiro su actitud y actuación pública. A nivel privado nunca comento, por ser cosas del ámbito privado.

    Ha declarado que le gustaría que volviese con su hermano…. ¿lo ve posible?
    Como español me gustaría que la primera Familia de España, la Real Familia, diera buen ejemplo siempre. Eso incluye arreglar matrimonios. A todos mis hermanos les deseo todo lo mejor.

    Álvaro de Marichalar también se encontraba fuera de España cuando trascendió que el rey Felipe VI había renunciado a la herencia que le podía haber correspondido de su padre después de que el diario The Telegraph publicara que el monarca era el supuesto beneficiario de una sociedad offshore con sede en Panamá vinculada a una presunta donación millonaria de Arabia Saudí al rey don Juan Carlos. Don Felipe también retiró a su padre la asignación mensual. A su vez, la Fiscalía de Suiza investiga una presunta donación millonaria a la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein por parte del rey Juan Carlos.

    ¿Qué opina de la presunta fortuna del rey Juan Carlos en el extranjero?
    De ser cierto que recibió pagos de los sauditas para conseguir contratos en beneficio de empresas españolas, hablamos de una gestión legítima y además necesaria. Este tipo de gestiones están reguladas legalmente en muchos países a través de los "lobbies". Insisto, si esos contratos beneficiaron a los españoles, bendito sea. Por otra parte, si hubiera una deuda fiscal, que se depure. Me temo que con todo esto lo que en realidad se intenta es tapar los verdaderos escándalos de corrupción del PSOE, como es el caso de los ERE. ¡El mayor caso de corrupción de la historia europea! Ahí no se trata de dinero extranjero saudita, se trata de nuestro dinero, el de nuestros impuestos.

    ¿Qué le parece la actuación del actual rey Felipe renunciando a la herencia y retirando la asignación mensual?
    Me pareció la actuación de todo un rey. Antepuso su deber a cualquier otra circunstancia, incluida su propia familia. Ahora debe mover ficha y cumplir su deber constitucional de árbitro y moderador de nuestras instituciones.

    ¿Qué opina de la actuación de la princesa Corinna en este asunto? ¿La ha conocido?
    Normal en alguien de su baja condición moral. La conocí en Alemania en los últimos años ochenta y primeros noventa. Se la veía venir. Ese tipo de gente debe permanecer siempre en su mundo mediocre y bajo. Si los sacas creyendo que te serán agradecidos y leales, te la clavan tarde o temprano a cambio de las siempre omnipresentes treinta monedas de traición. No se puede olvidar que la única aspiración que tiene ese tipo de gentuza es obtener dinero a cualquier precio y que su única moral es la traición.

    ¿Qué piensa del interés mediático que suscitan sus sobrinos, Felipe y Victoria Federica, durante los últimos meses y que dura desde que nació?
    Cierto interés puede ser normal y se debe aceptar de buen grado cuando se dan circunstancias que no dejan otra opción. Lo que a todo el mundo nos parece garrafal es cuando el acoso significa atentar contra la verdad. Cuando se difama.

    ¿Cuáles son las cualidades que destacaría de ellos?
    Las que pueden ver todos: personas jóvenes muy correctas con personalidades muy marcadas y atractivas. Victoria una mujer muy, muy elegante además.

    ¿Siguen sus sobrinos sus aventuras acuáticas? ¿Cuál es la actividad más divertida que han hecho juntos?
    Hemos navegado juntos en varias ocasiones. Cuando estoy de expedición, mis 15 sobrinos me siguen y apoyan muchísimo enviándome mensajes de apoyo constante. Su ánimo que es fundamental para mí. Al fin y al cabo no hay nadie más importante que la familia. Cuando estoy en tierra me organizan conferencias en sus colegios, universidades y centros de trabajo.

    Dijo hace poco que su sobrina Victoria le recordaba mucho a su madre... ¿cómo era doña María de la Concepción con sus nietos y qué solían hacer juntos?
    Es verdad. Se parecen mucho. El mismo ángel. Mi adorada madre era y sigue siendo desde el santo cielo, una persona ejemplar como esposa, madre o abuela. Todos sus actos eran admirables y sus gestos inspiradores. Su mirada te comunicaba con el bien y su sonrisa animaba siempre a todos, regalando una luz que yo no he vuelto a ver ni sentir nunca en nadie. Para todos sus hijos y nietos, mi madre representa el mejor ejemplo de la máxima y única verdadera nobleza, la que nace de la virtud.

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Corinna zu Sayn-Wittgenstein

Mensajepor Invitado » Dom 03 May, 2020 10:29 pm

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La guerra entre Corinna y la Corona: una amenaza de desenlace imprevisible
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Corinna zu Sayn-Wittgenstein pasó de ser la amiga entrañable del rey Juan Carlos a su enemiga íntima, una situación que la Zarzuela ya ha puesto en cuarentena.

David López Canales


El fin de semana del 13 de marzo, cuando en España se declaraba el estado de alarma y los ciudadanos descubríamos a la fuerza conceptos como distanciamiento social y confinamiento, el rey Juan Carlos fue, más que nunca y más allá de los discursos, como el resto de los españoles. Aún resistente a sus 82 años, tanto como para haber vuelto incluso a navegar, la mente del rey emérito, como la de todos, cavilaba a dónde escapar para romper el confinamiento. Pero ni el suyo era el mismo aislamiento ni sus planes los de unas vacaciones idílicas. Aquel fin de semana, a través de un comunicado de la casa real tan inédito como duro, Felipe VI ponía a su padre, siguiendo el paralelismo de los sucesos que vivíamos, en cuarentena. Y lo hacía, sobre todo, reconociendo así la posible existencia de unos negocios y fortuna privados hasta entonces negados desde palacio. El nombre de los dos reyes, Juan Carlos y Felipe, aparece hoy ligado a dos fundaciones en Suiza y Panamá con fondos en el extranjero tan millonarios como opacos y objeto de investigación por presunto blanqueo en Suiza y en España. Don Juan Carlos estaba, más que cualquier español, aislado. Y su deseo de huir, con un “disgusto monumental”, como me revela una persona próxima al rey, no era para hacerlo provisionalmente, sino de forma permanente. Escapar, seguro, fuera de la Zarzuela, donde su relación familiar con los reyes y doña Sofía apenas existe. Pero la clave entonces era a dónde. ¿Dónde en España? ¿O dónde en el extranjero? Por cada vuelta de pensamiento la alternativa de marcharse lejos, lo más lejos posible, a República Dominicana probablemente, cobraba más fuerza. Este destino ganaba opciones en la ruleta de ideas, porque allí viven sus buenos amigos Pepe y Alfonso Fanjul, magnates del azúcar.

“Nosotros no hemos comentado eso que me dice…”, me responde el armador Josep Cusí. Con el país confinado y sumido en una grave e incierta crisis, la opción de marcharse se complicaba día tras día. “Él ha viajado mucho y tiene muchos amigos fuera, pero de momento no creo que lo haya pensado. Es un español más que sufre y no quiere desentenderse en estos días tan duros”, añade.

Coetáneo del rey emérito, Cusí es su mayor apoyo desde hace años. Un hombre extremadamente educado y discreto que no se considera a sí mismo un amigo suyo, sino “un servidor fiel”, porque un “rey no tiene amigos” y “el que se considere amigo no es alguien leal”. Él es hoy la única persona del entorno más cercano a don Juan Carlos que rompe la “discreción” casi mitológica en la que se escudan todas para no hablar. Cusí me confiesa que el rey está “triste” y que le “duele” lo que sucede, dentro y fuera de palacio, pero que como rey que es “sabe perfectamente llevar todas las situaciones”. También me dice que todos “deberíamos valorar lo mucho que ha hecho por España” y poner en una balanza, para verlo, lo positivo y lo negativo. “Todo el mundo comete errores”, añade, con su tono afable, pausado y de cierta resignación.

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Los “errores” a los que se refiere Cusí, el escándalo creciente que amenaza hoy a la casa real y ha desatado otro estado de alarma intramuros del palacio, han coincidido en el tiempo con la crisis mundial por el coronavirus. Un nombre tan paradójicamente apropiado como otro, más irónico y acertado para comprender la situación: el corinnavirus. Porque es Corinna zu Sayn-Wittgenstein, de 56 años, princesa oficiosa, alemana políglota, mujer encantadora e inteligente, hábil cazadora y ambiciosa intermediaria empresarial, la gran sombra que acecha hoy a la casa real. La antigua amiga entrañable de don Juan Carlos, el eufemismo de una relación sentimental de años conocida tras la accidentada cacería en Botsuana en 2012, se ha transformado en la enemiga íntima de la institución. En un virus de la Corona que ha tardado más de una década en estallar. Catorce años de incubación, para ser exactos.

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Febrero de 2006. Hemos visto la fotografía repetida durante años. Visita privada del rey —esas de cuya agenda y propósitos nunca informaba la Zarzuela—, al castillo de Schöckingen en el estado de Baden-Württemberg, al sur de Alemania. Don Juan Carlos, traje oscuro, camisa blanca y corbata amarilla, comparte mesa con Corinna, vestido negro sin mangas, melena suelta y vistosos pendientes de brillantes. Tras ellos, un empresario alemán —que asiste a la cena con el rey como invitado especial y repleta de directivos de la industria alemana y otros hombres de negocios del mundo— les susurra algo al oído. El rey escucha; Corinna, también, mientras mira de frente y sonríe. Esa es la noche en que habría comenzado a gestarse el virus. Pero para comprenderlo debemos descongelar la imagen. Don Juan Carlos y Corinna suman ya entonces casi dos años de relación sentimental. Supuestamente, ella es otra conquista más del currículum de un rey crónicamente aficionado a las mujeres. Pero no es una conquista más. A Corinna no le gusta el segundo plano, la sombra, el papel de amante. Ella prefiere los focos. Las semanas previas presiona a don Juan Carlos para sentarse junto a él en esa mesa. Quiere que todos la vean allí, a su lado. Que sepan que está con él y que tiene acceso a él. Y lo consigue. Corinna deja oficialmente de ser la amante escondida. A partir de entonces pasará a hablar en nombre del rey y a decir que es asesora suya. “El rey era muy desorganizado para sus negocios. Ella todo lo contrario, así que le dejó toda la gestión. Estaba feliz de tenerla”, me revela una fuente que vivió aquella etapa cerca de la pareja y que la vio transformarse. Me pide que no desvele su nombre. “Corinna es capaz de todo…”, se excusa. Aquella noche a don Juan Carlos y a Corinna les presentan a los directivos y empresarios allí reunidos. Entre ellos, a un árabe de nombre Amr Dabbagh que dirige SAGIA, una agencia pública de inversión saudí. Cercano al entonces rey Abdalá, Dabbagh debe potenciar Arabia Saudí como un país de inversores y para inversores. Finanzas, pero también relaciones públicas, porque eso ayudará a mejorar la imagen exterior de unos de los regímenes más duros del mundo. Aquel contacto es el embrión del que saldría en 2011 el contrato por casi 7.000 millones de euros con un consorcio de empresas españolas, liderado por OHL, para desarrollar la línea de tren de alta velocidad entre La Meca y Medina, los dos santuarios del islam. Supuestamente, don Juan Carlos y Corinna cobraron una comisión millonaria por aquel contrato. La supuesta comisión que se investiga ahora en Suiza.

La conexión árabe es hoy el epicentro del escándalo de la casa real y de la guerra abierta con Corinna. Pero por las dos operaciones bancarias realizadas, en realidad, antes de que se firmara el contrato. La primera, en agosto de 2008, el envío de Riad a Suiza de 100 millones de dólares—77 millones de euros— a una cuenta de la fundación en Panamá a nombre del rey Juan Carlos. Se hizo dos años después de una visita oficial de los reyes de España a Arabia Saudí y de la primera, al año siguiente, del rey Abdulá a España, cuando ambos países mostraban con ellas públicamente su amistad y cooperación. Fruto de aquellos viajes se creaba, además, un fondo privado de inversión hispano-saudí —en cuya creación sí participó Corinna— que aspiraba a reunir 5.000 millones de dólares y que terminó fallido y disuelto. De la cuenta en Suiza hoy bajo sospecha saldría la segunda operación: 65 millones de euros transferidos a Corinna y que serían, según ha desvelado ella a través de sus abogados, “una donación” del rey por el “cariño” que le tenía. El “regalo”, 65 millones de euros que don Juan Carlos jamás podría haber ahorrado con su sueldo como jefe de Estado, se realizó en la primavera de 2012, tras la cacería de Botsuana. En aquella época desde la Zarzuela decían que la relación del rey con Corinna estaba “cancelada” y la describían insistentemente como exclusivamente sentimental. Literalmente, en palacio aseguraban que don Juan Carlos estaba “encoñado”. Al mismo tiempo, Corinna denunciaba por primera vez que la vigilaban y amenazaban y señalaba a los espías del Centro Nacional de Inteligencia español. Corinna dice hoy que aquellas presiones y amenazas han continuado desde entonces y que planea incluso denunciar por ellas al rey en un tribunal británico. Pero no, la relación ni estaba cancelada ni era solo una cuestión sentimental.

Aquella cena de 2006 habría sido el comienzo de una serie de operaciones conjuntas que no se limitarían solo a Arabia Saudí y que no se liquidaron con la “donación” del rey. “¿Sabe lo que sucede? Corinna sabe bien el dinero que había. Y para ella 65 millones de euros serían un puñado de cacahuetes. Quiere más”, me dice una de mis fuentes. “El rey ha generado mucha suciedad para hacerse rico. Y Corinna es parte de ella”, añade. Según me revela, mi fuente dispondría de documentación que demostraría los negocios de ambos, pero se niega a facilitarla para que se publique porque Corinna sabría quién la habría filtrado, aunque no descarta compartirla directamente con el fiscal que investiga el caso en Suiza.

Me pongo en contacto con Corinna. Trato de averiguar qué sucede realmente y por qué mantiene esta guerra, hoy ya abierta, con el rey y la casa real. Durante años tuve contacto con ella. Decenas de llamadas y correos electrónicos en los que tenía palabras de cariño para el rey. “¿Por qué no le dais un respiro?” o “Una persona que ha tomado una decisión así necesita tiempo para reconfigurarse”, me decía tras la abdicación del monarca. Pero mostraba también su enfrentamiento con la casa real y con el CNI. “Intento minimizar mi contacto con él porque no me siento cómoda con esas personas que tú y yo sabemos…”; o deslizaba: “Gracias a Dios nunca hablaré, pero a veces pienso que si la gente supiera lo que yo sé…”. También tuve tres encuentros con ella en Mónaco y Londres. En uno de ellos, la primavera de 2013, en el restaurante del hotel Connaught, su cuartel general en la capital británica, hablamos de toda su relación con el rey. “Yo no creo haber sido el gran amor de su vida, sino el último”, me confesó. Aquel día le pregunté directamente por el dinero árabe.

—Sé que ambos habéis cobrado al menos 100 millones por el contrato del tren —le dije aquella noche.
—Yo no —me respondió—.

El rey sí. Lo hizo pormedio de Shahpari Zanganeh [intermediaria en la operación y exmujer del traficante de armas Adnan Khashoggi]. De hecho, me preguntó por e-mail qué me parecía que lo cobrara a través suyo. Yo le recomendé que, dado el perfil de ella, lo hiciera mejor, como siempre, por medio de Villar Mir [Juan Miguel Villar Mir, fundador de OHL y amigo personal de rey].

Cinco años después, el verano de 2018, se filtraba una conversación similar que Corinna mantuvo con el excomisario José Manuel Villarejo. Es la grabación de la que partió la investigación hoy abierta en España por aquellas supuestas comisiones. En esa charla la alemana señalaba a Álvaro de Orleans-Borbón, primo de don Juan Carlos, como su mano derecha en los negocios y revelaba que continuaban las amenazas contra ella desde la primera línea de defensa del rey.

Corinna ha negado siempre haber cobrado nada de aquel contrato. Y no se ha demostrado que lo hiciera. Las fechas de los ingresos que se investigan son anteriores. Pero no significa que no pudiera haber otras operaciones, entre ellas ese fondo hispano-saudí, de las que sí se beneficiaran ella y el rey. Le pregunto directamente qué sucede. De Orleans ha dado públicamente la cara diciendo que tanto las fundaciones investigadas como el dinero eran suyos y que don Juan Carlos no estaba detrás. Pero De Orleans-Borbón, según mis fuentes, y así se lo digo a Corinna, no tendría la capacidad ni la habilidad para haber hecho negocios de ese calibre. Sería un “hombre de paja”, como me lo describen, pero no el cerebro detrás del negocio. Le planteo dos hipótesis. La primera, que esta es una pugna económica. Ella le reclama más dinero al rey Juan Carlos o él es quien se lo pide a ella. La segunda, compatible con la primera, que ella esté exigiendo que no le afecte ninguna de las dos investigaciones abiertas. Corinna no responde hoy al teléfono ni al correo electrónico, pero sí lo hace, desde Londres, con copia a sus abogados, la responsable de una agencia de comunicación y gestión de crisis a la que Corinna ha reenviado mis mensajes. “Toda esta desinformación es simplemente la continuación de la campaña de abuso contra ella que será revelada en una corte británica”, me dice en su respuesta. “Corinna nunca hizo negocio con el rey ni tiene implicación en el tren a La Meca. Y nadie aquí está pidiendo dinero”, añade. “Hubo una solicitud de diálogo de buena fe para que parasen esos abusos y no lo hicieron. Esa es la realidad”, remata.

El “diálogo de buena fe” que menciona el equipo contratado por Corinna se refiere a la carta que sus abogados enviaron a la Zarzuela en marzo de 2019 solicitando que terminara esa, como la describen, campaña de abusos. Corinna, como denuncian sus abogados, responde hoy porque se ha visto “arrastrada” a una investigación, la de Suiza, sobre unos eventos en los que “no estaba involucrada”. Jamás, añaden, ella “ha hecho demandas indebidas (financieras o de otro tipo) a la casa real”. La casa real recibió hace un año la misiva. Fue el detonante para que actuara. Un movimiento que, sin embargo, no conoceríamos hasta un año más tarde a través del polémico comunicado que puso a don Juan Carlos en cuarentena. El rey Felipe renunció entonces a su herencia, negó tener conocimiento de que figurase como beneficiario final de las fundaciones y de su patrimonio y pidió ser excluido de ellas. En mayo del año pasado, dos meses después de recibirse en palacio la carta bomba de Corinna, se anunciaba la retirada de don Juan Carlos de la vida pública.

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Hoy aquella decisión parece distinta. Entonces era la de un hombre dispuesto a vivir los últimos años de su vida alejado de los focos. La de un anciano retirado del poder, con una relativa buena salud después de años de achaques, que aprovechaba su jubilación para disfrutar de buenos restaurantes, viajes con amigos y, de nuevo, desde marzo de 2017, de la vela. El capítulo final de una abdicación que le había resultado más amarga de lo previsto, como descubrió inmediatamente tras ceder el trono.

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La llegada de don Felipe y doña Letizia cambió radicalmente la casa. En un recinto, el de palacio, limitado de espacio, lejos de la suntuosidad de Buckingham, donde sobran alas para tener moquetas sin apenas huellas, los nuevos reyes ocuparon los despachos de los salientes. Doña Sofía se acomodó enseguida al cambio. Como me dice Laura Hurtado de Mendoza, hoy jubilada, pero que fue su asistente privada durante su reinado, “mantuvo su actitud de hacer lo que debiera hacer y lo que el rey Felipe necesitase”. El resultado, lo ensalza, “de unos valores e ideas clarísimos de lealtad y servicio”. Los mismos ideales con los que la reina habría aguantado, con estoicidad regia, los turbulentos años finales del reinado de su marido hasta la abdicación y cuando el nombre de Corinna había trascendido los rumores de alcoba para convertirse en asunto de Estado. “Ella siempre se ha agarrado a sus ideales. Es duro, es difícil, es admirable y es ejemplar”, lo destaca Hurtado de Mendoza. “Por eso todo el mundo la valora aún más conociendo la situación. ¿Cómo no le iba a afectar? Por supuesto que lo hacía. El corazón de la reina es humano, como el de todos. Pero siempre sabe lo que tiene que hacer”, añade.

Don Juan Carlos fue quien no se adaptó. Pasó de ser el rey a tener incluso que buscar una sala en la Zarzuela donde poder reunirse con algunas visitas, primero, y después a poseer un despacho propio en el Palacio Real que no le gustaba porque se sentía una pieza de museo entre tapices y lámparas del siglo XVIII. Pero sentía, además, como le insinuaba a algunos conocidos, que su hijo lo había dejado apartado. Esperaba figurar a su lado, como consejero necesario en los primeros años, y se encontró con que el nuevo rey no lo necesitaba ni recurría a él.



La escritora francesa Laurence Debray realizó para la televisión de su país un documental sobre el rey, Yo, Juan Carlos I, antes de la abdicación. Más de 10 horas de entrevista grabadas para un trabajo que se centraba en su reinado hasta el punto álgido de la España de 1992. Pero Debray, como me revela, quiso ir más allá en las conversaciones. En una ocasión le preguntó a don Juan Carlos si había hablado con su padre cuando este renunció al trono en su nombre. El rey le confesó que no, porque en su familia “no se habla mucho” y que la “procesión se lleva siempre por dentro”. Cuando quiso saber si ahora él lo hacía con su hijo, volvió a darle la misma respuesta. Tras la abdicación, don Juan Carlos seguía teniendo agenda oficial pero cada vez más exigua. En 2017, el año más intenso fuera del trono, tuvo 29 actos oficiales, prácticamente uno cada dos semanas. Felipe VI tuvo aquel año 161, prácticamente uno cada dos días. El año pasado, antes de su retirada definitiva, solo cinco.

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Esa renuncia a la vida pública parece hoy, tras revelarse los movimientos de Corinna y la reacción en palacio, un cortafuegos. El que habría puesto palacio frente a la amenaza cada vez menos latente y más abierta de la alemana. Un cortafuegos como el que durante años estableció la clase política alrededor de don Juan Carlos. Hoy, tanto el PSOE como el PP mantienen su respaldo al rey Felipe. “Es una medida necesaria y coherente con su compromiso de transparencia y ejemplaridad”, evaluó el presidente, Pedro Sánchez, la decisión y el comunicado de la casa real. Pablo Casado, el líder popular, mostró la “confianza” de su partido en el “ejemplar servicio público del rey”.

“Se tomaron muchas decisiones para proteger la monarquía. Creo que puede haber motivos legítimos para ello, si se entiende la casa real como la clave de bóveda del sistema”, lo analiza Pablo Echenique, secretario de organización de Unidas Podemos, uno de los partidos hoy en el Gobierno más críticos con la Corona. Como me explica, aunque las reuniones son secretas, no le “consta” que antes del estado de alarma sus compañeros de partido llevasen la cuestión al Consejo de Ministros. Pero asegura que cuando pase la crisis insistirán para que el Congreso investigue al rey y que estudiarán la opción de personarse en las causas judiciales abiertas o abrir otras nuevas.

Entre esas decisiones para proteger la institución estarían gestos como negar las comisiones de investigación en las Cortes, con el voto del PSOE y PP en contra por no considerarlas constitucionales, como sucedió en marzo, o evitar que el Centro de Investigaciones Sociológicas pregunte en sus encuestas por la monarquía, como dejó de hacer un lustro atrás.

Hace ocho años, con España atravesando una grave crisis económica, la casa real palió el episodio de Botsuana con don Juan Carlos entonando un histórico perdón. Hoy, con el país sumido en una emergencia social aún más grave, en palacio ya no bastan solo las palabras. Felipe VI ha aislado, simbólicamente, a su padre, que continúa siendo rey emérito y miembro de la familia real con los reyes, la princesa Leonor, la infanta Sofía y la reina Sofía. Y don Juan Carlos, de momento, ha contratado ya un prestigioso abogado, Javier Sánchez Junco, para que lo defienda. Sánchez Junco, que rechaza hacer declaraciones porque dice que no es momento aún para eso, ha anunciado que no han recibido ningún requerimiento oficial por las investigaciones abiertas. Sobre ellos pende la duda legal, en la que no coinciden los expertos, de saber qué pasaría si lo recibiesen y si el rey podría ser juzgado por un presunto delito de blanqueo cometido tras su abdicación. Hasta ese momento está a salvo por la inviolabilidad que tenía como jefe de Estado.

Pero esa es solo una de las amenazas que se ciernen sobre palacio. La otra, más incierta e imprevisible, Corinna, es la que ha contagiado a la Zarzuela. Los cercanos del rey suspiran con un “A ver si nos la sacamos de encima” cuando se les menciona su nombre, como si fuese una fiebre pasajera y no los síntomas de una enfermedad más grave. Ellos confían, como me dice Cusí, en que sea, como “el gran rey que hemos tenido”, la historia, y solo la historia, quien lo juzgue. Pero saben, como lo saben también en la Zarzuela y como lo sabe mejor que nadie don Juan Carlos, que ella sigue siendo esa mujer astuta y misteriosa a la que su primer marido convirtió hace más de 20 años en la sabana africana en una excelente tiradora de caza mayor a largo alcance.

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Corinna zu Sayn-Wittgenstein

Mensajepor Invitado » Dom 05 Jul, 2020 2:49 am

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Corinna Larsen asiste a un concierto en Nueva York, el 28 de febrero de 2016.


Corinna Larsen declaró que Juan Carlos I le dio 65 millones “por gratitud” y no para esconder el dinero

EL PAÍS accede a la declaración ante el fiscal suizo de la examiga del rey emérito


Corinna Larsen, examiga de Juan Carlos I, asegura a la Justicia suiza que el rey emérito le transfirió 64,8 millones de euros en 2012 “no para deshacerse del dinero”, sino “por gratitud y por amor”, para garantizar “su futuro y el de sus hijos”. “Porque todavía tenía la esperanza de recuperarme”, según señala en su declaración judicial ante el fiscal Yves Bertossa, en calidad de investigada, a la que ha tenido acceso EL PAÍS. El fiscal Bertossa mantiene imputados a Larsen, al gestor del rey emérito, Arturo Fasana, y al abogado Dante Canónica por un delito de blanqueo agravado de capitales.

El testimonio de Corinna Larsen tuvo lugar el 19 de diciembre de 2018 en la sede de la Fiscalía de Ginebra, a la que acudió en compañía de sus dos abogados suizos y donde se la investiga por un presunto delito de blanqueo agravado de capitales, penado con hasta cinco años de cárcel. En Suiza, al igual que en España, las personas que acuden a declarar en calidad de investigados tienen el derecho a no decir la verdad. La Justicia española aguarda desde hace meses esta declaración —hasta ahora inédita—, que todavía no ha sido remitida a España ante la negativa de Larsen: la ley helvética permite que los investigados recurran el envío de sus declaraciones a otros países.

La declaración de Larsen es trascendental para el desarrollo de la investigación que se sigue en la Fiscalía del Tribunal Supremo contra el rey emérito por presuntos indicios de blanqueo de capitales y fraude fiscal. Este organismo investiga el presunto cobro de comisiones en la obra del AVE a La Meca (Arabia Saudí), que construyó un consorcio de empresas españolas. Juan Carlos I llevó a Ginebra en 2010, cuando todavía era jefe del Estado español, un maletín repleto de billetes, en total 1,7 millones de euros que puso en manos de su gestor Arturo Fasana. El dinero procedía de una entrega que había realizado el sultán de Bahréin al rey español, según desveló este diario en mayo. Posteriormente, en 2012, el rey emérito transfirió casi 65 millones de euros a Larsen. Fue Alejandro Luzón, fiscal jefe anticorrupción, quien solicitó a Bertossa la declaración de Larsen y la de los otros investigados en la causa suiza. Los indicios recabados por la Fiscalía Anticorrupción se han remitido al Supremo debido a la condición de aforado de Juan Carlos I.

La examiga de Juan Carlos I está siendo investigada en Suiza después de que el fiscal jefe del Cantón de Ginebra registrara en 2018 en esa ciudad el despacho del gestor Fasana —relacionado también con la familia Pujol Ferrusola y con la trama Gürtel— y del abogado Dante Canónica y descubriera una cuenta del rey emérito a nombre de la fundación panameña Lucum en la banca suiza Mirabaud. En esa cuenta, abierta en 2008, se ingresaron 64,8 millones por orden del Ministerio de Finanzas de Arabia Saudí. El dinero fue transferido finalmente por el rey emérito a una cuenta en Bahamas de Larsen. Además de este pago, se investigan los cinco millones de dólares que recibió Corinna Larsen del Gobierno de Kuwait después de que el entonces jefe del Estado visitara ese país.

Bertossa centró su interrogatorio en buscar la razón por la que Corinna Larsen recibió ese dinero. “Se trataba de un regalo”, respondió. “Recibí una llamada telefónica de Canónica [administrador de la fundación Lucum] informándome de que Juan Carlos I deseaba hacerme un regalo. No me habló por teléfono de una cantidad concreta. Me dijo que quería encontrarse conmigo. Fui a su despacho. Me explicó que el rey quería ofrecerme un regalo a mis hijos y a mí. Juan Carlos I quería asegurar un buen futuro a mis hijos y a mí”, dijo.

El fiscal suizo le puntualizó que por aquel entonces ella ya disponía de una fortuna importante, a lo que Larsen respondió: “Es así. Pienso que me ofreció ese dinero por gratitud y por amor. Era consciente de que había hecho mucho por él y que había estado muy presente cuando le anunciaron su enfermedad. Pienso también que se sentía un poco culpable por lo que me había pasado en Mónaco. En 2012 fui secuestrada por los servicios secretos españoles en mi apartamento”. Una versión que ha negado el ex director del Centro Nacional de Inteligencia, Félix Sanz Roldán. “Pienso que hay una última razón: que tenía todavía la esperanza de poder recuperarme”, añadió.

La examiga de Juan Carlos I apostilló que “en ningún momento [el rey emérito] dijo que quisiera deshacerse de ese dinero. Ignoro si había declarado estos activos al fisco español. Había oído hablar vagamente de una amnistía fiscal en España, pero como no vivo en ese país no conozco los detalles”. El Gobierno de Mariano Rajoy aprobó una amnistía fiscal a mediados de 2012, con el objetivo de aflorar 25.000 millones en dinero negro; las cifras finales quedaron muy por debajo de esa meta. El Constitucional anuló la amnistía en 2017, pero avaló las declaraciones que hicieron más de 31.000 contribuyentes para regularizar el dinero evadido.

Larsen compareció ante el fiscal que investiga el presunto cobro de comisiones en la obra del AVE a la Meca junto a Fasana, Canónica y un representante de la banca Mirabaud. Todos ellos en calidad de investigados por el mismo delito: blanqueo agravado de capitales.

Dante Canónica, director de la fundación cuyo primer beneficiario era el rey emérito, corroboró la versión de Larsen. “Me acuerdo de que Juan Carlos I quería transferirle sus activos de manera irrevocable. No creo haberle dicho a Corinna que el rey lo hacía para deshacerse de sus activos”, argumentó.

Sobre el origen el dinero, Larsen afirma que no preguntó a Canónica, pero que más tarde “en las conversaciones con el banco [suizo] Gonet o con Canónica se me explicó que venía de una donación del rey Abdalá en favor de Juan Carlos I. No me explicaron la razón de esa donación, pero se trata de una práctica corriente entre reyes, concretamente en Oriente Medio. Juan Carlos I no me había hablado de esto previamente. Era muy discreto con respecto al estado de sus finanzas”.

Viajes y cuentas en las islas Bahamas

La antigua amiga del exjefe del Estado relató al fiscal sus gestiones con el dueño del banco suizo Gonet & Cie para recibir los 64,8 millones de euros en una de sus sucursales en el paraíso fiscal de Bahamas. “Decidimos [Canónica y ella] abrir una cuenta en Gonet Bahamas. La decisión se tomó porque suelo visitar Bahamas y aprecio este lugar. Siendo residente monegasca podía abrir una cuenta donde quisiera en el mundo sin consecuencias fiscales. Creo que es preferible no poner todos los activos en el mismo lugar”, subrayó en su declaración.

Larsen reconoce que firmó la documentación a nombre de su sociedad Solare tanto en Ginebra como en Nassau (Bahamas). Asegura que conoció a Canónica en una cena en 2009 con Juan Carlos I. Y que el abogado únicamente le ha prestado sus servicios para recibir los 64,8 millones de euros.

La examiga del rey emérito afirmó asimismo al fiscal suizo que no le sorprendió que el entonces jefe del Estado aceptara esa donación de Arabia Saudí, “cuando su tren de vida lo financia el contribuyente español”. Y añadió que tras recibir el dinero en Bahamas se desplazó a España “para darle las gracias a Juan Carlos I”. “Estaba extremadamente agradecida y le hice partícipe de mi gratitud”, añadió.

Préstamos para viviendas en Londres y Suiza

Buena parte del interrogatorio de Bertossa a Larsen se centró en la compra de una casa en Londres y de dos apartamentos en la estación suiza de Villars-sur-Ollon. Y en las transferencias que fueron desde la cuenta de Juan Carlos I a las suyas en el Mirabaud y en la entidad financiera británica HSBC. Larsen atribuyó esas operaciones a “préstamos” del exjefe del Estado y afirmó haberlos devuelto en su día. Además, Larsen explicó que creó la sociedad Riverhouse-Partners para comprar una casa en Eaton Square (Londres) por cinco millones de libras (5,6 millones de euros), pero que necesitaba una gran reforma que costó cuatro millones adicionales. “Es verdad que Juan Carlos I participó en la financiación para la compra de esta casa con 1,5 millones de libras. Se trataba de una donación de su parte a mi favor. Para comprar esta casa no fue necesaria la autorización de Juan Carlos I”, declaró.

Esta mansión es la residencia de Larsen en la capital británica y los fondos procedían de su sociedad Gulf Development Initiative (GDI). Bertossa le mostró un correo de 2011 de Arturo Fasana, gestor externo de la cuenta del rey emérito, en el que Juan Carlos le autorizaba a hacer una oferta para comprar una casa en Londres, pero Larsen respondió que se trataba de otra vivienda en Upper Belgrave Street —en el centro de Londres— que no adquirió.

El entramado de sociedades que aparece en la declaración es muy tupido. Para la compra de las casas en la estación de esquí, Larsen creó la sociedad Siam Partner SA, que también recibió un préstamo por parte de Juan Carlos I “destinado a permitirme adquirir dos casas en Villars”. Larsen explicó que entonces su hijo menor estaba escolarizado en Aiglon y que Juan Carlos I frecuentaba a menudo la estación, pero la casa que ella ya tenía allí “era muy pequeña para acogerle y decidimos adquirir los dos apartamentos”.

Según su versión, ella financió la mitad de la compra. De la otra mitad se hizo cargo Juan Carlos I con dos préstamos a Siam Partners —de una sociedad llamada Calden— por un importe total de 2,2 millones de francos suizos (en torno a dos millones de euros) en 2009. Larsen aseguró que reembolsó los préstamos con intereses un año después.

El fiscal Bertossa mostró especial interés en la sociedad Calden. Canónica lo justificó en su declaración diciendo que en 2009 pensó que Juan Carlos I no quería que Corinna conociese la fundación Lucum. “Me debió pedir sin duda que añadiera una estructura entre Siam y Lucum y por ello utilicé la sociedad Calden”, explicó el abogado.

El fiscal apuntó a Larsen que en el momento del reembolso, en diciembre de 2010, recibió en su misma cuenta del Mirabaud cinco millones de dólares del Gobierno de Kuwait. Según la investigación del fiscal suizo, este pago se hizo semanas después de que Juan Carlos I visitara Kuwait. Ella lo atribuye a una “remuneración” por sus gestiones en ese país. El representante del banco durante la declaración precisó que la entidad había clarificado la llegada de este dinero y añadió que la documentación bancaria contiene un contrato . “Se trata más de una carta que de un contrato”, precisó Luc Thevenoz.

Durante su declaración, Larsen reconoció al fiscal haber transferido entre 2016 y 2017 un total de 42 millones de dólares (39 millones de euros) desde su cuenta en Bahamas hasta una cuenta de su propiedad en el Fieldpoint Private Bank de Nueva York. “Este dinero sigue en la cuenta. De todas formas transferí 11 o 12 millones de dólares a una cuenta en Inglaterra porque gestioné convertirme en residente y para eso se necesita tener activos allí”.

Sobre la fundación Zagatka, en la que Juan Carlos I figura como tercer beneficiario, Larsen afirmó que el rey emérito le había comentado que le pertenecía. “En 2011 o 2012 Juan Carlos I me presentó un perfil de inversión pidiéndome consejo. La fundación se mencionaba. En el documento aparecían las inversiones de la misma. Lo vi con detalle, razón por la que me acuerdo todavía hoy. Los activos los gestionaba un banco suizo, podría ser el Credit Suisse”.

Larsen dijo ignorar que esta fundación había pagado algunos de sus viajes en aviones privados por prácticamente tres millones de euros. “Para mí la fundación Zagatka es la fundación de Juan Carlos I”, afirmó. Sobre la transferencia que recibió de 150.000 euros desde la cuenta de esta fundación, argumentó que podría ser el reembolso de algunos pagos para regalos que ella había hecho con su tarjeta de crédito en favor del rey emérito. Dante Canónica precisó que el primer beneficiario de Zagatka es Álvaro Orleans, primo lejano del exjefe del Estado, “contrariamente a lo que acaba de indicar” Corinna Larsen. Orleans figura en esta causa como testigo asistido.

La examiga del rey emérito ha declarado en otras dos ocasiones ante el fiscal suizo, la última el pasado mes de marzo. En todas ellas ha mantenido argumentos similares a los de su primera comparecencia.

Cuando se produjeron los hechos que investiga la justicia suiza, Juan Carlos I gozaba de inviolabilidad. La investigación en España se centrará únicamente en lo acontecido a partir de junio de 2014, fecha de su abdicación. Tras conocerse la existencia de esta cuenta suiza, Felipe VI renunció a cualquier herencia que en el futuro pudiera recibir de su padre.

Terrenos en Marruecos y negocios

Sobre la sociedad Mountain Lion Inc, la examiga del rey emérito explicó al fiscal Bertossa que es una sociedad que ella ordenó crear al abogado Dante Canónica. La sociedad posee un terreno sin construir en Marrakech. “Es un regalo del rey de Marruecos. Fue un regalo para mí, no a favor de Juan Carlos I. Visité al rey de Marruecos para agradecerle su regalo. Esperaba que construyera una casa en el terreno. Él sabía que yo iba a Marruecos desde hace veinte años. Y decidió ofrecerme ese terreno para que invirtiera allí. Ignoro si Juan Carlos I ha recibido algún regalo del rey de Marruecos”.

Larsen se extendió en su declaración judicial acerca de su actividad como consultora. Afirmó que la inició en 2004 con su sociedad Apollonia y que sus trabajos para Volkswagen y Richemont “no tuvieron nada que ver con Juan Carlos I”. Su cifra de negocios, siempre según su versión, iba en aumento año a año. “En 2007 participé en una importante operación con Lukoil [la principal petrolera de Rusia] que me reportaba 100.000 euros al mes”, añadió. Larsen explicó que desde su implicación en el caso Noos —que ha llevado a la cárcel a Iñaki Urdangarin— los negocios son “difíciles”, pero que continúa trabajando para clientes rusos. Asimismo, añadió que no tiene ninguna actividad profesional en España ni contacto con Juan Carlos I.

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EL PAIS

Corinna zu Sayn-Wittgenstein

Mensajepor EL PAIS » Dom 05 Jul, 2020 11:48 am

SEGUN DICE ESTE PERIODICO EN PRIMERA PAGINA: CORINNA LARSEN HA DICHO QUE LOS 65 MILLONES QUE LE DIO JUAN CARLOS I FUE COMO UNA GRATITUD Y NO PARA ESCONDERLO. LAMENTABLEMENTE, NO HE LEIDO EL ARTICULO Y OS DIGO DONDE PODEIS LEERLO. ESTOY CANSADA DE LEER Y ESCUCHAR TANTA SUPUESTA CORRUPCION COMO HAY EN ESPANA, YA SEAN DE POLITICOS COMO DE EX-JEFE DE ESTADO

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PERDON

Corinna zu Sayn-Wittgenstein

Mensajepor PERDON » Dom 05 Jul, 2020 11:57 am

SE ME PASO QUE YA INVITADO LO HABIA PUESTO. SOLO ESCUCHE EL VIDEO DE CERCA DE 1 HORA Y MEDIA. SIENTO QUE SE ME PASARA EL ARTICULO DE INVITADO.

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Invitado

Corinna zu Sayn-Wittgenstein

Mensajepor Invitado » Jue 09 Jul, 2020 3:06 am

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Juan Carlos y Corinna, una pasión "tóxica" y "fuera de lo normal" según su primo, Álvaro de Orleans

Asesor tecnológico, confidente y conseguidor, Álvaro de Orleans, primo del rey Juan Carlos, narra en el podcast XRey de Sportify lo delicada que se volvió la relación entre el jefe de Estado y la princesa.

El noveno capítulo de XRey, el podcast de Spotify que disecciona la figura del rey emérito, cuenta con el testimonio de uno de los grandes confidentes y conseguidores del rey Juan Carlos durante los años de la relación con Corinna: Álvaro de Orleans, primo del rey y residente en Ginebra. El rey y Álvaro de Orleans se hicieron amigos cuando el noble empezó a frecuentar España como aficionado al vuelo deportivo y futuro presidente del Real Aero Club de España. y De Orleans se convirtió en el gran asesor tecnológico del ahora emérito, hasta el punto de que, asegura, el primer email que jamás envió Juan Carlos fue a su primo, la persona que le enseñó a usar Internet. También se dio cuenta de que el rey estaba "involucrado en una pasión muy fuerte" con Corinna zu Sayn-Wittgenstein-Sayn. Una pasión "fuera de lo normal".

La amistad entre los primos estaba trufada de confidencias (Orleans le contó al rey su divorcio y posteriores amoríos, algo que el rey no podía hacer con tanta libertad). "Al ser mi primo, me callé ciertas cosas", cuenta el aristócrata al podcast de investigación de Álvaro de Cózar (dirigido por Toni Garrido y con la colaboración de Eva Lamarca). También revela cómo percibía el enamoramiento del jefe de Estado y la laboriosa princesa alemana –que manejaba una envidiable agenda y soltura en el mundo de las relaciones públicas– como algo "tóxico". "Era una combinación que a mí me daba escalofríos (...). Me di cuenta pronto de que esto podía terminar muy mal".

Álvaro de Orleans se unió al coro de voces que intentaban decirle a Juan Carlos que el ejercicio de sus funciones y su vida privada eran incompatibles. Orleans le espeta: "Mira lo que estás haciendo, por favor. No soy nadie para decirle al rey lo que tiene que hacer, pero tal vez a mi primo..." Y eso que Álvaro de Orleans es un nombre de la máxima confianza del rey, conocido desde hace tiempo de la prensa española: fue él quien se encargó desde 2005 de gestionar y pagar los vuelos privados de Corinna y Juan Carlos, según su propio relato. Vuelos que menciona en XRey como "una consecuencia. El objeto es, lamentablemente, la relación que causó los vuelos".

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chupatintas

Corinna zu Sayn-Wittgenstein

Mensajepor chupatintas » Dom 12 Jul, 2020 2:51 am

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LO QUE VALE MÁS DE LOS 60 MILLONES DE CORINNA

EMILIA LANDALUCE

Pablo Iglesias quiere abrir el debate sobre la Monarquía. El melón parece más peligroso que el catalán. Olvida el lidereso que las dos últimas monarquías las han fundado los comunistas en Corea del Norte y Venezuela, en donde Maduro va a dejar a su hijo Madurito....

...Al Rey Juan Carlos le molesta lo de Emérito tanto como le jodería lo de madurito en labios de cualquier señora. El chiste es viejo y ofensivo. ¿Pero qué les das a tu edad?, le pregunta uno a otro. Pues mucho asco y dinero.

Hay pocas cosas más peligrosas que un señor mayor enamorado. Y eso es lo que le ha pasado al Rey padre con Corinna Larsen, cuya ambición y, sobre todo, temor a la justicia han conseguido salpicarle (y amenazar a Felipe VI), aunque de momento, no hay acusación formal alguna ni cargos. Da igual: el daño social ya está hecho. Es lo que pasa por irse de putinas (recuerden que Larsen asesoró a Lukoil, petrolera rusa, en el intento frustrado de compra de Repsol) en lugar de centrarse en la Gayá ciencia, muy nietzscheana pero discreta. Putifina es otra categoría superior.

La cuestión son los 60 kilos que regaló a Corinna, obsequio de unos árabes en 2008, lo que prueba que quizá Don Juan Carlos pecara de palabra y obra pero no de comisión de AVE a La Meca, cuyo contrato se firmaría mucho después. ¿De dónde salía ese dinero? Dicen algunos que la generosidad de los hermanos árabes quería garantizar a Don Juan Carlos un retiro a la altura. Es lo que tiene haber escuchado en casa lo de tomar el camino de Cartagena sin un clavel. Y eso que Alfonso XIII invirtió en Metro de Madrid con su fortuna personal, un hecho que la república del siglo pasado (y los republicanos de ídem) olvidó convenientemente. Me cuenta el profesor Riesgo que Alfonso XIII sólo pudo permitirse un lujo en su exilio romano y necesitó la ayuda de la familia de la reina Victoria Eugenia: se trataba de un avión Beechcraft-17, que era el mismo que usó el lendakari Aguirre para huir a Francia durante la Guerra.

«El capitalito del Rey por si acaso [eufemismo de irse por Cartagena]» era una motivación. Pedro Sánchez (o el propio ZP) también se benefician, como Corinna, de la generosidad árabe con el Rey padre. Hussein de Jordania regaló a Don Juan Carlos la Mareta, que fue cedida por el monarca a Patrimonio y que ZP mandó acondicionar para disfrute de las esposas de los presidentes. Por otro lado, el emir de Kuwait nunca olvidó las gestiones de Don Juan Carlos durante la invasión iraquí que desencadenó la guerra del Golfo. El Rey no se ha valido de estas amistades solo para su provecho. No hay que olvidar que gracias a Juan Carlos I, los países del Golfo (con mayúscula por el Pérsico, no nos piensen mal) encargaron numerosos barcos a astilleros españoles. La cuestión es que España le debe mucho a lo cachondo (o simpático) que es el Rey porque, hasta la irrupción de Larsen, ha sido el mejor cabildero de los intereses españoles, con lo que eso supone. No había nadie que no se le pusiera al teléfono. En su época de esplendor quizá hubiera podido hasta arreglar los votos para que Nadia Calviño presidiera el Eurogrupo.

Es preferible un rey con buenas relaciones (comisione o no) que consiga prosperidad para España que políticos que quieran normalizar el insulto, la miseria o la violencia. El Ministerio de Igualdad, las asesorías, los periódicos ya son más que los 60 millones que Juan Carlos le regaló a Corinna. A ver cuántos barcos encarga Madurito a Navantia. [Que ya sabemos lo que pasó con las fragatas en las que medió Bono para Venezuela. Pues nada].

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Invitado

Corinna zu Sayn-Wittgenstein

Mensajepor Invitado » Dom 19 Jul, 2020 2:45 am

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CARNE DE CAÑÓN HERMANA CORINNA, YO SÍ TE CREO (ES BROMA)

EMILIA LANDALUCE

Se meten con Corinna Larsen porque es mujer, negra y fea. Y además, su burda estrategia tiene un fin mucho más noble que su ex principado alemán: acabar con una institución plenamente heteropatriarcal y obsoleta como es la Monarquía… Hermana Corinna, yo sí te creo. ¡Ja!...

...Por no hablar del edadismo (desprecio a los personas de edad) que rezuma el cuestionamiento de los amoríos entre un señor como era el Rey Juan Carlos y una mujer capacitada y sin prejuicios superficiales como Corinna. Los más avezados se habrán dado cuenta de que este artículo tiene una clara intencionalidad woke, que es como en posmoderno se autodenominan «las personas concienciadas sobre la justicia social y las políticas identitarias». Prepárense para leer la mayor sarta de tonterías imaginable (aunque ustedes podrán explayarse con el Woke –Alianza Editorial– que firma Titania McGrath, alias de Andrew Doyle) .

Pese a lo que digan los prejuicios occidentales, los mayores tienen derecho a amar. ¿Y acaso amar es un delito? (esto es de El Mundo Today). Hay quien dice que los señores mayores claudican sentimentalmente antes las jóvenes porque cada ayuntamiento carnal, polvo en fino, adquiere la importancia del último. Pregúntenle a los casados que abandonan la casa familiar en pos de la juventud (Póncelo, Pónselo). Por otro lado, está esa actitud tremendamente machista que consiste en cuestionar las aptitudes profesionales (su capacidad para mediar entre gobiernos) de Corinna y ligarlas a su entrañable amistad con Don Juan Carlos. ¿Acaso pondríamos en duda la valía de Irene Montero por estar con Pablo Iglesias? Pues claro que no.

Hay quien se refiere a las actuaciones de la alemana como un chantaje a la Corona. Ésa es la proverbial maldad que el machirulismo imperante en la historia atribuye a las mujeres ambiciosas. El poder femenino en Roma siempre se ha ligado a las mujeres fatales: Livia, Mesalina, Agripina... En la historia, su triunfo suele atribuirse a la supuesta mala intención femenina y a ciertas habilidades sexuales. ¡Qué poca sororidad demuestran las cronistas reales de cabecera despreciando las habilidades de Corinna en favor de Don Juan Carlos, hacedor de miles de contratos en pos de la industria española! Por no referirnos a la falta de respeto a santa Rita (seguro que por ser mujer) con la petición que Don Juan Carlos hizo a Corinna para recuperar 65 millones.

Hay otro asunto que no se puede desligar de la actuación de Corinna. Y es seguramente su acción destructiva con una institución, la Monarquía, en la que prima el heteropatriarcado –no fuimos capaces de cambiar la Constitución para que a Leonor no le quitara la Corona un hermanito– y el privilegio del hombre blanco. Qué más se puede decir...

Corinna rima con Dina. El loable afán de Felipe VI por mostrar una institución ejemplar y limpia choca con el clamor social desatado por los medios. Evidentemente, el Gobierno no quiere cargar con la responsabilidad social de expulsar a Don Juan Carlos, al que aún guardan respeto y cariño muchos españoles, y pretende endosarle a Don Felipe la decisión de tener que pegar metafóricamente a un padre que, según reza el dicho, es lo más feo (salvo pegar a una madre). Un solo detalle. Si es fácil quitar a un rey también será fácil quitar a otro. Corinna nos ha abierto el camino. Hay poco que hacer con don Juan Carlos en los tribunales, porque la comisión rogatoria no es para investigarle. Afortunadamente, en España todos somos culpables hasta que se demuestre lo contrario.

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Corinna zu Sayn-Wittgenstein

Mensajepor Invitado » Jue 23 Jul, 2020 2:48 am

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El enredo de Villa Corinna

La imagen no podía ser más surrealista. Un comisario de policía, adicto a los trabajos sucios, vestido con prendas desconjuntadas y toscas, sentado con las piernas abiertas en el costoso sofá del ostentoso salón de la aún más ostentosa casa que la entonces autodenominada princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein, tiene en Eaton Square, en el exclusivo barrio londinense, de Belgravia. Era el 15 de abril del 2015 y no era la primera vez que José Manuel Villarejo se veía con quien se autodefinió, en el 2013, como “amiga entrañable” del rey Juan Carlos.

Todo empezó, unos años antes, cuando, según Corinna Larsen, unos individuos asaltaron su casa en Mónaco. Juan Villalonga, expresidente de Telefónica, compañero de pupitre de José María Aznar en el colegio de El Pilar y casado, en terceras nupcias, con una fotógrafa alemana amiga de Corinna, le puso en contacto con el superagente Villarejo, experto en arreglar enredos y en enredar arreglos. Corinna Larsen (ese es su apellido de soltera) atribuyó el asalto a agentes del CNI (Centro Nacional de Inteligencia), y la orden de efectuarlo, al entonces director del organismo, el general Félix Sanz Roldán.

Villalonga contó a Corinna que Villarejo era su hombre, el que le iba a solucionar todos los problemas y pactaron un encuentro. A la pretendida princesa le hicieron creer que el asalto había sido orden de Sanz Roldán, uno de sus mayores enemigos desde que t­­res años antes, tras la cacería de Botsuana, en una entrevista en Londres, la conminó a no volver a España y dejar tranquilo al entonces jefe del Estado.

No es fácil atribuir la entrada a la casa de Corinna, si es que se produjo, a alguien en particular, pero entre las artimañas de los conseguidores tipo Villarejo está la de actuar como pirómano y luego presentarse como bombero. En cualquier caso, los autores del supuesto ataque no fueron agentes del CNI, ni mucho menos de la Zarzuela, pero Corinna Larsen entró en pánico y fue una presa fácil. Solo faltaba meterle más miedo, con presuntos planes para atacar su integridad física y la posibilidad de acabar en la cárcel, para convencerla de que su único seguro era grabar una serie de confesiones con las que, en un momento dado, negociar.

Que Corinna hablaba español no lo sabía ni el propio rey Juan Carlos, ni lo sospechó la periodista Ana Romero, que le hizo una entrevista y que es, sin duda, quien mejor la ha retratado, aunque ha pagado un alto precio. Si entras en el círculo de Corinna es para bailarle el agua, no para desenmascararla. La ocultación del conocimiento del castellano argumenta la sospecha de que, en las grabaciones hechas por Villarejo, Corinna no solo estaba al caso, sino que interpretó un guion, pergeñado por el comisario y escrito en español: el de la amante abandonada que solo buscaba el bien de su amor y que, además, se presenta como víctima de sus presuntos enredos económicos.

Villarejo compartía con Larsen su animadversión hacia el general Sanz Roldán, y ya se sabe que los enemigos de mis enemigos, son mis amigos. No podía haber dos personas más distintas en la apariencia, la princesa sofisticada y el comisario gañán; la que se pirraba por los bolsos de Celine y el que llevaba una mariconera de piel sintética; la que se movía en los salones y el que bajaba a las cloacas. Pero lo que les unía era más fuerte: la venganza, el arribismo y la necesidad de protegerse, ella de presuntos delitos de blanqueo y él, de todos sus chanchullos.

Así se grabaron las cintas, unas en casa de Corinna Larsen y otras en el sofisticado restaurante londinense, Santini, en el que Villarejo, como Julia Roberts en Pretty woman, no acierta con los cubiertos y se come el pan ubicado a su derecha, en vez del de la izquierda. El comisario guardó los audios por si un día tenía que echar mano de ellos. Pasó, con o sin contraprestación económica, alguna copia a sus corifeos habituales por si, como sucedió poco después, la policía registraba su casa tras su detención. Ahora está en la cárcel, desde donde dosifica sus grabaciones en un intento claro de presionar y/o chantajear a quien corresponda.

Las grabaciones de Corinna, cuya primera parte, hecha pública en el verano del 2018 por dos medios de comunicación afines al comisario, dieron pie inmediatamente a las investigaciones del fiscal suizo Yves Bertossa, parecen la fonoteca de Radio Nacional: no tienen fin. Horas y horas de grabaciones y de confidencias a cual más sabrosa para consumidores de comida basura. Las afirmaciones de Corinna Larsen sobre su condición de testaferro del rey Juan Carlos, papel que también atribuyó a los gestores suizos Dante Canonica y Arturo Fassana, llevaron al fiscal Bertossa a investigarlos a todos y también a intentar averiguar el origen de 100 millones de dólares (68 millones al cambio) que fueron dando tumbos desde Riad a las Bahamas. Según Corinna Larsen, el rey Abdulah de Arabia Saudí se los había regalado al rey Juan Carlos, y este, en su magnanimidad, se los había donado a ella por los servicios prestados. A partir de ahí, las declaraciones de Larsen, Fassana y Canónica ante la Fiscalía suiza se unen al contenido de las grabaciones de Villarejo como fuente interesada, y su difusión acaba convirtiéndose en una condena mediática para el rey Juan Carlos.

Corinna Larsen tiene contratado a un equipo internacional de abogados especializados en líos de grandes fortunas, unos killers capaces de todas las argucias legales, encabeados, en Londres, por Robin Rathmell, que factura sus servicios a 20.000 euros al mes, más las horas de otros asesores que se pagan a precio de oro. Su aparente estrategia es la de filtrar, a algunos medios, documentos, de procedencia desconocida, con los que exculpar a su cliente y pasar la pelota al rey Juan Carlos. Una estrategia de defensa multimillonaria para blindar la fortuna de Corinna y evitarle la cárcel.

De los abogados de Corinna fue la idea de implicar al rey Felipe, haciéndole sabedor de que su nombre figuraba como beneficiario de una de las fundaciones opacas que Fassana y Canónica constituyeron a nombre de su padre. Le mandaron una carta, que en la Zarzuela consideraron un intento de chantaje, para que exculpara de todo a Corinna Larsen y se encontraron con un muro. El propio rey Juan Carlos se desplazó a Londres el 16 de marzo del 2019 para trasladarle personalmente a Corinna el mensaje de que ni él, ni mucho menos su hijo, podían intervenir en causas judiciales. En lo privado, el anterior monarca intentó convencer a su examante para que acabara con una guerra en la que todos perderían. Fue entonces cuando, tras comunicar a su hijo el fracaso de sus gestiones, se tomó la decisión de apartar al rey Juan Carlos de las actividades oficiales; un primer cortafuegos que se ha revelado insuficiente.

Mientras tanto, la versión envenenada de una de las partes circula por los medios de comunicación como dogma de fe, sin que se tenga certeza de su veracidad. La estrategia de colar mentiras contando alguna verdad ha funcionado y hasta Pedro Sánchez ha calificado de “inquietantes y perturbadoras” las noticias aparecidas, sin hacer la salvedad de que eran informaciones de parte. La Zarzuela guarda silencio mientras aguanta como puede la presión de infligir un mayor correctivo al anterior monarca. El rey Juan Carlos ya ha sido condenado al ostracismo, pero se pide más: el exilio, el escarnio público y, como consecuencia, el repudio; que se le coloque una enorme letra escarlata, obviando la presunción de inocencia y olvidando, y eso es lo más grave, su impecable función constitucional durante casi cuarenta años. El final de la historia es imprevisible, pero vale la pena recordar que todo empezó en un pretencioso salón de Eaton Square, donde las cerillas del puro que encendió el comisario Villarejo se guardaban en una caja de laca negra con filo dorado y las dos c enlazadas de Chanel marcando el poderío de la dueña de la casa.

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Corinna zu Sayn-Wittgenstein

Mensajepor Invitado » Lun 27 Jul, 2020 3:07 am

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Un príncipe, el niño de las cartas de Corinna

Y por qué la ex amiga que recibió los 65 millones menciona, en las cartas del presunto chantaje a la Casa Real, hasta cuatro veces a Alexander, que tiene ya 18 años. Ella, a través de sus abogados, nos explica qué fue del dinero 'regalado' y que transfirió 39 millones a EEUU


Su nombre completo es Alexander Kyril Ludwig Peter Salentin Maria Gabriel zu Sayn-Wittgenstein, y aparece en las cartas de su madre a la Casa Real española de la manera más grandilocuente: «Su Alteza Serenísima el Príncipe Alexander zu Sayn-Wittgenstein». Estuvo, siendo menor de edad, en la cacería de elefantes de Botsuana que terminó marcando el ocaso del entonces rey de España y ahora, recién cumplido los 18, es pieza fundamental en el jaque definitivo de una ex princesa, Corinna, su propia madre, pretende dar a quien desde su tropiezo con ella se ha convertido en rey emérito y está en el punto de mira de la magistratura suiza.

A través de sus abogados en Londres, Corinna -Larsen de nacimiento, zu Sayn-Wittgenstein, tras su segundo matrimonio- nos responde a la pregunta de por qué ha incluido a su único hijo varón hasta cuatro veces en las cartas contra don Juan Carlos de Borbón que ha ido enviando a la Casa Real desde poco después de su abdicación.


Alexander, se ha publicado, llamaba 'papá' al emérito. Y Corinna denomina a su hijo: 'Su Alteza Serenísima el Príncipe...'



Antes dijo, ante el fiscal suizo Bertossa, que el cariño que sentía por su hijo fue, en parte, el motivo por el que el entonces rey de España le regaló 65 millones de euros. Después puso también a su hijo como testigo, hace ahora algo más de un año, de su último encuentro cara a cara con el octogenario monarca, a quien acompañaba el jefe de los servicios secretos españoles. En Londres.

De todo ello comentará Corinna con sus abogados y juntos responden a las preguntas que Crónica les envía. Sobre la participación de su hijo en la definitiva reunión. Y también acerca del destino de los millones regalados por «cariño», que han ido menguando... Mención por mención. Carta por carta, después de que su contenido haya sido desvelado esta semana por EL MUNDO.

CARTA DEL 5 DE MARZO DE 2019: SOBRE CHATS CON SUS HIJOS

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Dos misivas, tres páginas. Esta corresponde al 5 de marzo de 2019... La propia Corinna -con sus abogados y su equipo de comunicación- profundiza en ellas para 'Crónica'. Siempre según sus palabras

«El Rey Emérito también se ha dirigido a los dos hijos de nuestra cliente. Los ha incluido como miembros en varios chats grupales privados online... Continúa haciendo comentarios falsos y molestos sobre nuestra cliente a su hijo».

La misiva refiere una reunión que tuvo lugar en el año 2012 a petición del general Sanz Roldán en el Hotel Connaught en Londres. Meses antes del encuentro Alexander había cumplido 10 años. Lo había tenido todo y cada vez tenía más. Más mimos. Más cariño de ese hombre al que, según se señalaría más tarde, él llamaba «papá». Su padre biológico es, como relata la propia casa real germana, «el príncipe Casimir, segundo hijo mayor de la pareja real, propietario de una institución financiera que gestiona proyectos agrícolas...».

Y el rey Juan Carlos I se empeñó en regalarle un viaje especial. Volaron desde Mónaco, en avión privado. Iban Corinna, el monarca, Philip Adkins, ex marido de ella, después se casó con Casimir; el multimillonario sirio Eyad Kayali, quien se dijo pago los gastos. Y Alexander. Siempre Alexander. Destino: Botsuana.

Los mofletes sonrosados del príncipe Alexander se encendían con la luz africana. Pero el safari terminó en desgracia. Fue el principio del fin. El rey se rompió la cadera, tuvieron que trasladarle de emergencia. Pidió disculpas públicas. Pero no fue suficiente. En pleno hundimiento por la crisis económica, el rey de la Transición abdicó dos años después. Y aquel encuentro de la primera carta -en la que se cita a Alexander- entre el jefe de la inteligencia española y su madre es hoy una tormenta que no cesa. Sanz niega cada acusación de Corinna. Su palabra contra la de ella.

Le preguntamos a Corinna por este momento, por lo que dice vivió su hijo. Y, a través de un portavoz, nos transmite lo que recuerda: «Alexander también ha sido víctima de la campaña de acoso y difamación que se libró contra su madre durante ocho años... Todo comenzó cuando tenía cinco años». La empresaria y relaciones públicas se relacionó con el rey en 2005. Entonces Alexander tenía tres años. Ella argumenta que desde la Casa Real se pidió que «fuera excluido de los eventos sociales en el Reino Unido, incluso fiestas infantiles». Acusa a la reina Sofía.

-¿Cuáles son las pruebas? -le exigimos.

-Esta semana los informes de los medios en España alegan que la reina Sofía intentó excluir a Alexander de las mejores escuelas del Reino Unido. Esta es una acusación muy seria que será explorada. La reina Sofía vivía en el Hotel Claridges y generalmente pasaba largos periodos de tiempo en Londres. Uno podría imaginar que ella podría tener cierta influencia en el Reino Unido. Sin embargo, el abuso ha sido más profundo...


Alexander está muy agradecido por todo el afecto que el rey emérito le dio cuando era más joven...



«Corinna le dijo a su equipo legal que terceros también le contaron la historia sobre la exclusión social», añade su portavoz. Su equipo de abogados y su equipo de comunicación nos envían un texto de la revista del corazón Lecturas. Lo firma Pilar Eyre. La periodista fue quien dijo cómo llamaba Alexander Kyrill a Juan Carlos I: «El hijo de Corinna llamaba papá al rey Juan Carlos». Así se fue haciendo adulto el príncipe. Con ocho años, en mayo de 2010, acompañó a su madre al Clinic de Barcelona, cuando el rey tuvo que ser operado de un nódulo en el lóbulo superior del pulmón derecho.

El cariño entre el rey y Alexander no era desconocido. Aún tras lo que pasó en Botsuana y aunque ya era un asunto de Estado, en los recintos personales del monarca español estaban las pruebas de ese afecto. «Juan Carlos I sentía un enorme cariño por Alexander. Pocas personas entran en el dormitorio personal del rey emérito en Zarzuela. Los que lo hicieron en aquella época se llevaron las manos a la cabeza al comprobar el gran número de fotografías de Corinna que adornaban las estanterías. Alguna también con Alexander sentado en su falda, muy pequeño, casi como un hijo o un nieto», relató Ana Romero en EL MUNDO.

El rey le regalaba exquisitos relojes cada año. Se llegó incluso a decir que Alexander vivía por temporadas -cuando no estaba en Aiglon, su colegio en los alpes suizos- con su madre en la residencia de La Angorrilla, propiedad de Patrimonio Nacional. Incluso que su reforma -que duró un lustro- se pagó con fondos públicos: El Confidencial lo cifró en su momento en dos millones de euros. La Casa Real española lo ha desmentido una y otra vez. Lo cierto es que es un lugar que aúna arte y nobleza. Es el lugar donde Joaquín Sorolla vivió y pintó. Una de sus obras de esa época se llama: La convalecencia de mi hija [María en el Pardo], data de 1907.

LA DONACIÓN: DECLARACIÓN DE CORINNA ANTE EL FISCAL SUIZO

«Recibí una llamada telefónica de Dante Canónica [uno de los investigados como supuestos testaferros del rey] donde se me informaba que Juan Carlos I quería hacerme un regalo... Fui a su despacho. Me explicó que el Rey quería ofrecerme un regalo a mis hijos y a mí. Juan Carlos I quería asegurar un buen futuro a mis hijos y a mí». [Así explica la donación, 19 de diciembre de 2018, ante el fiscal Bertossa].

-¿Cuándo fue la última vez que estuvo en España? -preguntamos a la madre de Alexander, a través de sus representantes.

-La última vez fue a finales de 2012. Alexander no ha estado en España durante muchos años.

Habla en plural, siempre tratando de no obviar a Anastasia, su hija mayor, nacida en 1992, la que tuvo con el empresario que los acompañó en el safari...

COMUNICADO DE SU ABOGADO LONDINENSE

La donación se realizó en junio de 2012. ¿La razón?

«Nuestra Cliente recibió un regalo... del Rey Emérito" como donación para ella y su hijo, con los cuales él se había encariñado...». [Robin Rathmell, marzo 2020]

Así justifican la donación de 65 millones de euros del rey a Corinna. Hecho que hoy se investiga en Suiza y España. Le pedimos que profundice y aclare las múltiples contradicciones y declaraciones que existen. Contesta así, casi calcado el comunicado de marzo:

-Ella recibió un regalo no solicitado de 65 millones que está completamente documentado como tal. Hay un contrato de regalo que se redactó para asegurar que Corinna recibiera los fondos durante la vida del rey emérito y para documentar la posición en caso de que el rey emérito muriera. Efectivamente él estaba ejecutando su voluntad durante su vida. También les hizo regalos monetarios a otras personas cuales le importaban, con el mismo espíritu, incluso a Marta Gaya [se ha publicado que quiso otorgarle un par de millones].

Tras su partida definitiva de España la vida de madre e hijo fue un tsunami. Y una reconstrucción. Londres, Mónaco, San Petersburgo... Es Rusia donde tiene muchos contactos la madre de Alexander... La más reciente foto suya en público es ella radiante, en 2019, con Alekséi Kudrin, ministro de Finanzas. Curiosamente, el último retrato de madre e hijo es en la Noche Blanca de la ciudad de los zares, en 2014. Allí Alexander se tomó una foto emblemática con la supermodelo Natalia Vodianova... Siempre, según ella, con los servicios secretos atentos a sus movimientos.

CARTA DEL 18 DE MARZO DE 2019: EL ÚLTIMO ENCUENTRO

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Este escrito fue publicado en una investigación de EL MUNDO, por los periodistas Esteban Urreiztieta y Ángela Martialay.Este escrito fue publicado en una investigación de EL MUNDO, por los periodistas Esteban Urreiztieta y Ángela Martialay.

«La visita, promovida por el rey emérito, tuvo lugar (el 16 de marzo de 2019) en la residencia de nuestra Cliente en Londres. También estuvo presente el Su Alteza Serenísima el Príncipe Alexander zu Sayn-Wittgenstein, quien participó completamente en la discusión, habiendo él estudiado en detalle los archivos legales y los hechos relevantes... Durante la reunión, el Príncipe Alexander tuvo la oportunidad de describir al Rey Emérito el enorme daño que la campaña hostil ha ocasionado a su familia y cómo ha afectado a su vida escolar. Debido a la campaña de difamación y mentiras emprendida contra nuestra Cliente por el director del CNI, con el pleno conocimiento y respaldo del Rey Emérito, el príncipe Alexander sufrió un grave acoso escolar en 2012 y tuvo que abandonar el colegio».

-¿Qué más sucedió en ese encuentro? -preguntamos a Corinna.

-Alexander y el rey emérito tuvieron una relación cercana durante muchos años y no se habían visto desde hace mucho tiempo, aunque el rey emérito le envía mensajes de texto a Alexander de vez en cuando. Alexander está muy agradecido por toda la orientación y el afecto que el rey emérito le dio cuando era más joven y compartió ese afecto. Alexander quería escuchar por sí mismo las explicaciones del rey sobre las mentiras que él y su séquito habían inventado sobre su madre. Fue muy desestabilizador para él cuando era adolescente escuchar acusaciones tan dañinas y falsas. Tuvieron una discusión muy abierta, pero el rey no ofreció disculpas ni una gran explicación...

[Es su versión. Sin más que el valor de su palabra... Y el rey emérito silente. ¿Dónde está hoy el dinero?]

-Según información de Ginebra los 65 millones tuvieron estos movimientos... para pagar el apartamento que Corinna tiene en Londres, el mismo que apareció en la revista francesa ' Point de Vue', 11 millones...

-No, es incorrecto. La propiedad de Eaton Square es un piso comprado en diciembre de 2011. El coste de adquisición fue de 5,5 millones de libras. El regalo de 65 millones no fue entregado hasta mucho más después.

-También se usó para remodelar los pisos de la localidad suiza de Villars sur Ollon: cuatro millones...

-Los cuatro millones se refieren a la renovación completa del piso del Reino Unido e incluyen lo gastado en todos los trabajos de remodelación y decoración.

-Y se transfirió a la cuenta en el Banco Privado Fielpoint 39 millones...

- Es la oficina familiar de Corinna en Estados Unidos.

Sobre la vida actual del príncipe Alexander, el niño que fue bautizado en la capilla del portentoso castillo de Sayn, es sucinta: «Él todavía está estudiando». Tiene nuevo hermano, Johann Friedrich Salentin, fruto del matrimonio de su padre biológico con la ex modelo Alana Bunte, que vino al mundo en abril. Con futuro económico garantizado -en parte por un dinero investigado por la justicia suiza y española- gracias a una fortuna de varias decenas de millones de euros.




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