Aguas turbulentas - Pilar Eyre

Las últimas noticias de la Realeza. Monarquía vs. República
¿Cuánto reinarán Felipe VI y Letizia?


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Mensajepor Invitado » Mié 26 Abr, 2023 11:46 pm


Letizia, la bestia negra de Juan Carlos

La ausencia más presente del viaje del rey emérito a España: Letizia. De vivir en el palacio de la Zarzuela a dormir en una consulta dental. Qué será lo próximo?

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Mensajepor Invitado » Dom 30 Abr, 2023 3:47 am



A Letizia le habrán sonado los oídos. En estos seis días que Juan Carlos ha estado en España, en un oído habrá tenido el Orfeón Donostiarra y en el otro Los Coros del ejercito ruso. Porque en esas largas horas de comilonas, copas y confianza en Sanxenxo, la ausente más presente en las reuniones de Juan Carlos y sus amigos ha sido la reina. Porque es la bestia negra del emérito, a quien responsabiliza de todos los agravios que recibe. ¿El último? Ser la culpable del desprecio que le infringió Carlos, rey de Inglaterra. Su entorno afirmaba desde hacía semanas que Juan Carlos iba a tener un encuentro con su "primo" en una comida privada. Seguían diciéndolo, aunque la embajada inglesa y la española lo negaron. Al final fue la propia Royal House quien tuvo que emitir un comunicado en el que informaba que dicha entrevista no se iba a producir en ningún momento, con lo que Juan Carlos se encontró en Londres compuesto y desairado. ¡Pues, en una piruleta inverosímil, hasta esto le han achacado a Letizia! Dicen que fue ella personalmente quien llamó a Camila para que no recibieran a Juan Carlos y emitieran el comunicado. Es cierto que algunas voces indican que fue Pedro Sánchez quien hizo esta llamada, pero resulta tan ridículo pensar que el rey de Inglaterra haya recibido órdenes de un político español, por muy presidente de gobierno que sea, que esta teoría alternativa no ha tenido mucho recorrido.

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En un principio, Juan Carlos, al contrario de lo que siempre hemos creído, no trataba a Letizia con desprecio, sino con la misma indiferencia que dedicaba al resto de su familia. Así lo manifestó su primo en su libro y también personas que los frecuentaban. Al rey solo le importaba una cosa: él mismo. Tenía su amante, y sus objetivos eran el dinero, los países árabes, las cacerías y su lujosa forma de vida. Y nada fuera de eso le interesaba. Trascendían algunos comentarios hirientes, como el que le hizo a un amigo, "que le pongan un bolsito o algo, que no sabe qué hacer con las manos". También "es tan lista que no deja hablar a nadie", "que el enseñen protocolo"... Y se negó a que los príncipes tuvieran su propia casa, "aquí la única Casa que hay es la mía". Acostumbrado a decir lo que le daba la gana y a la sumisión de su mujer, no se daba cuenta que Letizia, en territorio hostil, con la prensa en contra y pese al apoyo de su marido, se sentía tremendamente desgraciada. Una situación penosa que cristalizó el día del funeral de Erika, su hermana. Embarazada, con la tristeza de esa muerte horrible reflejada en el rostro, vimos a Letizia casi arrodillada delante de Juan Carlos pidiendo perdón aún no sabemos por qué.

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Pero todo cambió en estos últimos años: obligado a abdicar prácticamente a la fuerza, Juan Carlos ha perdido a su amante, la posibilidad de hacer negocios, el respeto de los periodistas y lo que es peor, el prestigio ganado en los difíciles años de la transición. El exilio en Abu Dabi se le presentó como una última salida, que él aceptó a regañadientes. Allí, con todo el tiempo del mundo para reflexionar, no se le ha ocurrido ni por un momento hacer autocrítica, porque no cree que haya obrado mal. Es más, a los amigos que le sugerían que había llegado la hora de pedir disculpas o dar explicaciones, "señor eso os engrandecería, como cuando lo de Bostwana", los ha apartado de su lado y solo mantiene a los que le dan la razón y lo adulan sin tasa. "Izquierdistas extremos, filoetarras, independentistas, enemigos de España, fariseos" nos llamaba a los críticos su íntimo amigo José María López de Letona en un artículo publicado el año pasado. También tiene una relación muy estrecha con sus hijas y a su hijo Felipe lo quiere entrañablemente y no deja que nadie hable mal de él en su presencia, "al rey, ni tocarlo". Lo quiere... y lo compadece por estar casado con Letizia. "Mandona", "la asturiana", o "esa" son las palabras que suelen usar para aludir a la reina de España. Y todo, desde la abdicación hasta el exilio, incluidas las investigaciones periodísticas sobre su fortuna, cree que ha sido por su culpa, como si Felipe fuera un juguete en sus manos. Las anécdotas que circulan siempre son desfavorables a Letizia, unas directamente inventadas, como la llamada a Camila, otras exageradas, "trató con desprecio a un camarero", "dio plantón al duque de tal..." Forman parte de esos rumores que suelen rodear a la familia real, que incluso en ocasiones me dan a mí como fuente, como el del nuevo novio de la infanta Cristina, cuando nunca he hablado de tal asunto, puesto que lo desconozco.

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Las infantas, por cierto, que están muy dolidas con la reina, ya que creen que no las ha apoyado en sus problemas familiares, no hacen nada por defenderla. Estos días se morían por estar al lado de su padre, pero había orden "de la asturiana" de que la visita a Sanxenxo no se convirtiera en una romería, como ocurrió el año pasado. Ni hijas, ni hermana, ni sobrinos, ni nietos. Remedando a su padre, Juan Carlos podría decir "Felipe parece un huerfanito". Froilán está viviendo en Abu Dabi, como esta revista contó en exclusiva, y a los otros nietos los ve de vez en cuando, pero no tenemos ninguna foto reciente del emérito con la heredera, cuando muchos piensan que, si no fuera por él, Leonor nunca llegaría a ser reina. La culpa es de Letizia. Que hiciera demasiado viento y que lloviera, también.

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Mensajepor Invitado » Jue 04 May, 2023 1:56 am


La hija secreta de Juan Carlos y por qué creo que el comunicado del rey ha sido un gran error.

“No quiero ver este final terrible de mi rey, emitiendo desmentidos como si fuera un personaje de la Isla de los Famosos”, palabra de un viejo monárquico.

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Mensajepor Invitado » Jue 04 May, 2023 3:07 am


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Mensajepor Invitado » Jue 04 May, 2023 3:08 am



Raphael cumple 80 años. Pero eso no es lo asombroso, lo que causa pasmo es que el año pasado haya hecho casi cuarenta conciertos con todas las entradas vendidas y que este tenga programados de momento veinte. Y que permanezca dos y tres horas sobre el escenario, sin descansar y sin que su voz prodigiosa flaquee en ningún momento. Pero a mí, más que eso aún, me impresiona que lleve cincuenta y un años casado con Natalia Figueroa. ¡Julio Iglesias, tirando a lo bajo, ha tenido durante este mismo periodo de tiempo 2.300 mujeres, según sus biógrafos!

He conocido mucho a Raphael y a Natalia y puedo decir que no he visto en el mundo artístico una pareja más compenetrada y sólida. “Mi mujer tiene tanta categoría que nunca me ha hecho notar la diferencia entre su padre, que es marqués, y el mío, que es obrero ferrallista”. “Me enamoré de él porque es el hombre más feminista que he conocido”.

Se empezaron a ver en 1970. Natalia era la chica de moda de Madrid, una aristócrata intelectual que se movía en el ambiente artístico y bohemio como pez en el agua. “Cuando mis amiguitas querían ponerse de largo y casarse, yo escribía poemas a escondidas, leía, pintaba y quería trabajar. Empecé a publicar, a hacer teatro en televisión con Guerrero Zamora y mis tías llamaban a mi madre para que me metiera interna en un colegio inglés, pero mi padre, que era muy inteligente, siempre me apoyó”. Era portada de revistas, se le atribuían romances, “a ver, yo era enamoradiza y tenía novietes, pero nada serio, porque no quería casarme, no quería perder mi libertad. Salía, entraba, iba de fiesta hasta el punto de que me llamaban ‘la coctelera de Madrid”.

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Natalia en 1970 era
la chica de moda de Madrid, una aristócrata intelectual que se movía en el ambiente artístico y bohemio como pez en el agua

Mientras, Raphael, que había empezado a trabajar de recadero a los diez años, cuando su padre enfermó y él era aún Rafael Martos, ya se había convertido en un cantante famoso después de que en Salzburgo le proclamaran la mejor voz de Europa. Cuando se conocieron fue el choque de dos planetas, “fuimos a cenar y Raphael me dijo que tenía una casa en Marbella pero que no iba nunca porque no le gustaba el sol, ¡horror! ¡estuve a punto de levantarme! ¡si el sol es lo que más me gusta del mundo!”.

Pero al final siguieron y mantuvieron un noviazgo de dos años que no sospechó nadie. Habla él: “Le enviaba postales sosas, un recuerdo desde Japón, un beso desde Moscú”, porque Raphael fue el primer cantante que actuó en la Unión Soviética cuando en nuestros pasaportes ponía “válido para todo el mundo excepto Rusia y países satélites”. “Me hacían un permiso especial en la embajada de París, vinieron juntos al teatro cargados de ramos de flores Breznev y la Pasionaria, que me confesó que tenía una nostalgia brutal de España”.

La pareja se peleó y se reconcilió mil veces hasta que Raphael enfermó y durante tres meses se vieron a diario. Habla Natalia: “Me di cuenta de que nunca iba a encontrar un hombre mejor que Raphael, que me apoyara, respetara mi trabajo, que me estimulara... que me hiciera sentirme libre”. Raphael: “Con nadie me lo pasaba mejor que con Natalia, hablábamos, reíamos, y al final decidimos que queríamos compartir nuestra vida para siempre. No éramos unos chiquillos, fue un compromiso serio, casarnos y tener hijos”.

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Raphael es como una fuerza de la naturaleza que, además, tuviera el don de la ternura”, me dijo Natal de su marido

Celebraron la boda en Venecia, “no quisimos hacer un espectáculo”. Cuando les digo que nadie daba un duro por ese matrimonio, Raphael ríe, “hija mía, aquí nunca nadie da nada por nadie”. Si se les pregunta si siguen enamorados, te dicen los dos a la vez, “sí, y más que el primer día siempre más”. Y si han sido fieles a ese compromiso que firmaron hace 51 años, “nunca nos hemos traicionado, en ningún sentido...” y Natalia añade con un punto de fiereza en las hermosas aguamarinas de sus ojos “yo nunca le perdonaría una infidelidad a Raphael, nunca, pero sé que tiene un código en este sentido tan estricto como el mío”. Cuando yo los traté y me contaron todo esto fue en los años ochenta. Viajé con ellos por Estados Unidos, donde el cantante es un ídolo, estuve en su casa de Madrid y en la Costa del Sol, en el chalet el Tamborilero.

Sus hijos eran pequeños y jugaban en el jardín. Les pregunté si les gustaría que fueran artistas y el matrimonio se espantó, “no, por Dios, es muy duro, ser artista es llorar, pero no solo porque se cobre más o menos, sino porque aquí no se tiene piedad con nadie, ya puedes ser número uno toda tu vida que, si una noche te falla la voz porque estás constipado, todo el mundo se te tira encima y dicen que estás acabado”.

Raphael, cuando hablaba Natalia no intervenía y fingía no escuchar, pero yo vi cómo se secaba una lágrima furtiva con el pulgar cuando le pedí a ella una definición de su marido, “es como una fuerza de la naturaleza que, además, tuviera el don de la ternura”. Mientras esperábamos el coche que tenía que llevarnos al aeropuerto, un niño de unos cinco años me observaba atentamente. Me agaché hasta su altura y le pregunté: “¿Tú sabes quién es Raphael? El crío me miró como si fuera idiota y se señaló el corazón: “Sí, claro, es mi padre”.

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Mensajepor Invitado » Sab 06 May, 2023 10:02 pm


Pilar Eyre: "El desmentido de Emérito sobre su hija secreta es un error"

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Mensajepor Invitado » Sab 06 May, 2023 10:04 pm


Carlos, Camilla y el maldito t...
Una coronación que parecía imposible. Una historia de amor contra viento y marea. Los detalles íntimos que estuvieron a punto de destruirlos.




Coronación. El rostro de Camila y otros detalles.
Notas tomadas a vuelapluma. Modernidad (las nuevas royals paseando por la alfombra roja como modelos) contra tradición (ceremonias que no llegan a emocionar ni a los propios protagonistas, que exhiben un semblante agobiado y exhausto).

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Mensajepor Invitado » Dom 07 May, 2023 3:19 am


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Mensajepor Invitado » Lun 08 May, 2023 12:06 am


Cielo/infierno de la Coronación. Los mensajes ocultos y alguna exclusiva (sobre Harry).

La escena con más fuerza simbólica (que no es la evidente), la invitada más patética, los dedos de Carlos, los perros de Camila, Harry cobrando por ser hombre anuncio, qué pasa con Kate... Y Letizia.

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Mensajepor Invitado » Jue 11 May, 2023 12:31 am


Algo pasa entre Carlos y Letizia.

Besos en la mano manteniendo la mirada, complicidad, sonrisas... Carlos parece entregado al encanto irresistible de Letizia. Una cálida amistad a lo largo de varios años y varios encuentros.


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Mensajepor Invitado » Jue 11 May, 2023 2:52 am




Brutal. El impacto de Letizia en la coronación de Carlos III. Cuando en la recepción del viernes se detuvo en la entrada de la recepción de Buckingham, enfundada en su traje de Victoria Beckham, confeccionado con una seda tan sutil que modelaba su pecho y derrière de una forma tremendamente sexy, hasta los ujieres contuvieron la respiración mientras los fotógrafos se volvían locos disparando sus cámaras.

Maquillada con sombras verdes en los párpados, lo que resaltaba el color de sus ojos, un 'contouring' que afinaba la punta de su nariz y acentuaba sus pómulos, los labios cuidadosamente perfilados algo por encima de su línea natural, exhibía un rostro jugoso y sofisticado, enmarcado por su espectacular melena. Oscura y brillante, con algunas mechas canosas que le prestaban elegancia y un punto de moderno esnobismo. Segura de sí misma y del efecto que estaba causando, dejaba caer la cabeza hacia el hombro para que se vieran sus pendientes de zafiros y brillantes, sonreía mirando a un lado y a otro, tan derecha que parecía incluso alta. Fascinados, los fotógrafos no la dejaban irse, solo se oían los clic clic furiosos, y tuvo que ser Felipe el que le indicara el camino con un gesto simpático. "La reina Letizia deslumbró desde el momento que bajó del coche, estaba radiante". "Me encantan los complementos en azul marino y su traje era la perfección total". "Es mi favorita, ¡ese color fue hecho para ella" "Solo Kate está a su altura", son algunos de los elogios que le dedicaron las expertas en moda británicas.

Pero no han sido los únicos ingleses cautivados por nuestra reina. Cuando Carlos la vio aparecer se iluminó su semblante. Aunque imperaba el ambiente informal, el protocolo decidió que, para saludar al rey de Inglaterra, había que formar una pequeña cola. Felipe y Letizia se colocaron entre la fornida Charlene de Mónaco quien, al lado de la esbeltez de nuestra reina, parecía un descargador de muelles, y después de la princesa Mary de Dinamarca, que hizo una reverencia tan exagerada que el propio Carlos la obligó a levantarse. Pero por el rabillo del ojo miraba a Letizia, su favorita.

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Cuando llegó el momento, el rey de Inglaterra metió barriga, trató de esconder los dedos de la mano izquierda, tremendamente hinchados, y con la derecha agarró la de nuestra reina y, sin dejar de mirarla a los ojos, la besó pausadamente. Con emoción. Ella ladeaba la cabeza y sonreía, ladeaba y sonreía. Fueron segundos que parecieron siglos. La atracción de Carlos por Letizia empezó en realidad hace cuatro años, cuando la reina fue a inaugurar en solitario la exposición de Sorolla en la National Gallery de Londres.

Ese día a Carlos, que iba sin Camila, se le vio totalmente entregado a la española. Estuvieron paseando por las diferentes salas.. riendo y haciendo comentarios. Todos vieron la complicidad que destilaban y al día siguiente apareció en la prensa inglesa una imagen de los dos en la que Carlos le besaba la mano mentras Letizia, increíblemente juvenil y bella en un vestido estampado, sonreía entre tímida y sorprendida.

Hace seis meses se volvieron a encontrar por el funeral de la reina Isabel y, dentro de su natural tristeza, Carlos se detuvo con Letizia más que con el resto de los invitados. Como prueba de amistad, apenas interactuó ese día con el suegro aborrecido, Juan Carlos, que, pese a eso, intentó acapararlo en algún momento con la intención, tal vez, de hablarle de sus cuitas con la ciudadana británica Corinna Larsen.

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Ahora, descabalgado Juan Carlos de esta ceremonia por una decisión del propio rey y ausente Camila de la ceremonia de precoronación. Carlos ha podido dedicarle unos momentos gloriosos a Letizia. Lo cierto es que, aunque la relación con su mujer es indestructible, es hombre coqueto y le gusta gustar, algo que Camila tolera porque, como le dijo en esa célebre conversación de 1989 captada por un radioaficionado: "Nos queremos como no se quiere nadie en el mundo". Es exactamente la misma situación de Felipe. Sabe que su mujer es coqueta, que le gusta gustar, pero es consciente de que valora la fidelidad por encima de todo, ya se lo dijo antes de casarse, "yo no te voy a pasar ni una, no soy como tu madre". A lo que el bueno de Felipe respondió, "no te preocupes, que yo tampoco soy como mi padre". nuestro rey iba tan correcto como siempre, aunque no llega a la elegancia 'old british' de Carlos. Llevaba unos pantalones demasiado largos que caían en antiestéticas arrugas sobre unos zapatos con doble hebilla, cuando lo canónico hubiera sido llevar cordones, tal como Carlos. Que lucía una alegre corbata rosa con topos negros y ese nudo ancho llamado obviamente windsor, mientras Felipe, también con tema primaveral a base de florecitas, optaba por el nudo estrecho. Lo cierto es que Felipo podría haber ido vestido de gaitero, daba igual, porque todas las miradas fueron para Letizia. Nuestro rey hubiera podido decir lo mismo que Kennedy en París ante el entusiasmo de los franceses por su mujer: "Yo solo soy el hombre que acompaña a Jackie". O, como decretó un malicioso periodista inglés, "el mejor accesorio de Letizia fue su marido".

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Mensajepor Invitado » Jue 11 May, 2023 2:56 am


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Mensajepor Invitado » Jue 18 May, 2023 1:15 am


Leonor. ¿Dónde está? ¿Qué hace? ¿Por qué no sabemos nada de ella?

Queremos saber cómo es la heredera de la Corona, que será reina dentro de unos años. No se ama lo que no se conoce. ¿Y cómo van a conocerla las personas de su generación?

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Mensajepor Invitado » Jue 18 May, 2023 3:22 am




Leonor. Queremos verla. La princesa de Asturias es una muchacha ya adulta, es la heredera del trono y los ciudadanos españoles ansiamos conocer cómo es nuestra futura reina. No se trata de que los paparazzi la persigan como si fuera una celebrity ni que pose en las alfombras rojas ni que acuda a eventos patrocinados o fiestas de la jet set, pero tenemos curiosidad por saber cómo se desenvuelve, nos gustaría que apoyara causas que la hermanen con sus compañeros de generación y que diera muestra de inquietudes culturales, artísticas o deportivas. Creo que ha sido loable la pretensión de Letizia de resguardarla a toda costa, pero, majestad, basta con eso. Lo que hasta ahora ha parecido lógico cuidado maternal corre el peligro de convertirse en sobreprotección incomprensible para una heredera de la corona.

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El día 25 de mayo se celebra la confirmación de Sofía, un sacramento que suele tener poca relevancia al que, sin embargo, los periodistas estamos dedicando tanto espacio como si se tratara de la elección de un nuevo papa. Y es que deseamos una foto de Leonor con el ansia del sediento que espera unas gotas de agua en el Sahara. ¿Tendrá a bien Casa Real proporcionarnos esa codiciada imagen de las dos hermanas? Habida cuenta de los desmedidos elogios que suele recolectar cualquier noticia sobre ellas, no sé qué teme Letizia. A todos los periodistas nos da miedo enfadarla ya que dicen que las consecuencias pueden ser fuertes y nadie osa deslizar lo que pudiera interpretarse como la más leve crítica hacia su persona o sus hijas. La otra fecha marcada en el calendario es la del 17 de agosto, cuando Leonor ingrese en la academia de Zaragoza para iniciar su formación militar. Pero, hasta entonces, ¿qué? ¿Sabremos lo que harán este verano u ocurrirá de nuevo lo de estos últimos años? Es decir, cuatro días de actividad frenética con planes absurdos para contentar a la jauría periodística como el que da de comer a las palomas, y después… el vacío más absoluto. Un agujero negro en el que suelen perderse Letizia, Felipe y sus dos hijas, tan impenetrable y misterioso como el Triángulo de las Bermudas.

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Oficialmente, la princesa no cumple su mayoría de edad hasta el 31 de octubre y entonces su tutela pasa de sus padres al gobierno. ¿Cambiarán las cosas? ¿O seguirá siendo la heredera más desconocida de Europa? De Amalia de Holanda estamos al tanto de sus actividades e incluso sus opiniones feministas y de apoyo al colectivo LGTBIQ+, a pesar de que ha sufrido amenazas del crimen organizado. De Ingrid de Noruega sabemos que le gustaría ser médico, Isabel de Bélgica habla con soltura de sus futuras tareas: “Me quiero preparar a fondo porque pretendo no ser solo una reina que corte cintas inaugurales”. Pero de Leonor no conocemos nada más que algunos datos que no pasan de rumores sin confirmar. Es una chica guapa, educada, habla idiomas y “lee” muy correctamente, como hemos visto en los escasos discursos que ha pronunciado. Pero aún le falta un largo trecho para ganarse el corazón de los españoles, porque no se ama lo que no se conoce. Algo que en Inglaterra saben muy bien y que han demostrado de nuevo esta semana. ¡Porque Kate lo ha vuelto a hacer! Ser encantadora con naturalidad, eso tan difícil, con el video introductorio a la gala de Eurovisión tocando al piano vestida de azul la canción de Ucrania que ganó el año pasado.

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Con este tipo de mensajes Kate, de origen plebeyo como Letizia, se ha ganado el cariño de sus súbditos, algo que la española no ha conseguido, a pesar de sus indudables méritos, mayores, seguramente, que los de la inglesa. No me imagino a la reina tocando algún instrumento de nuestro acervo cultural, como la gaita o la tenora, ni tampoco despachando vino detrás de la barra de una taberna o jugando al bingo en una residencia de ancianos, como han hecho Kate y William. No es su estilo y quedaría falso, además de que ellos son reyes y los otros ‘solo’ príncipes de Gales. Pero yo les pediría a los padres que aflojaran el corsé de la heredera y la dejaran mezclarse con el pueblo. Me sabe mal terminar esta croniquilla con el consejo de Franco a Juan Carlos cuando era un simple príncipe desconocido por la mayoría de los ciudadanos: “Viaje, alteza, que los españoles le conozcan… gánese su cariño”. Y la explicación de Juan Carlos a su hijo: “Tenemos que hacerlo, Felipe, que, si no, nos botan”.

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Mensajepor Invitado » Sab 20 May, 2023 12:29 am


Helmut Berger ha muerto. Mi noche con él.

En 1981 fui a la habitación 603 del hotel Avenida Palace de Barcelona con una botella de champagne. Aquí cuento lo que pasó.

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