Aguas turbulentas - Pilar Eyre

Las últimas noticias de la Realeza. Monarquía vs. República
¿Cuánto reinarán Felipe VI y Letizia?


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Mensajepor Invitado » Jue 26 Ene, 2023 3:12 am



Letizia antes de Felipe. Primer matrimonio y otras vivencias.
Letizia es intensa, apasionada, muy trabajadora, ha sufrido acoso, ha amado, ha sido amada… la vida corriente de una reina.




La tormentosa boda de Juan Carlos y Sofía. Drama y comedia.
Peleas, un ambiente crispado, joyas fabulosas, un pueblo que pasa hambre y unos novios muy tristes.

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Mensajepor Invitado » Jue 26 Ene, 2023 3:26 am



Pilar Eyre: "Vargas Llosa estava fart de la relació amb Preysler" - Tot es mou




Eyre: "Joan Carles no es perd cap acte oficial perquè el beneficia de cara al judici amb Corinna"

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Mensajepor Invitado » Jue 26 Ene, 2023 3:27 am

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NO ES POR MALDAD / Pilar Eyre

La familia del Rey desafía a Letizia


¡Rota! ¡Definitivamente rota! ¡La familia real española está partida en dos! A Felipe y a Letizia se le han soliviantado todos los parientes, que han hecho piña entre ellos. Están desatados, se han cansado de mendigar atención y que les respondan con indiferencia cuando no con desprecios, y no les importa que el mundo entero lo sepa. Lo intuíamos desde hace tiempo, pero ha sido en el entierro de Constantino cuando ha quedado expuesto en toda su crudeza. Es una guerra, y a un lado de la trinchera están Felipe, Letizia, Leonor y Sofía, y en el otro, Cristina, Elena, los chicos Marichalar-Borbón, los Urdangarin-Borbón y los eméritos. ¡Cuatro contra diez!

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Las infantas decidieron ir a Atenas con sus hijos sin consultarlo con Casa Real, algo que no es obligatorio pero que hasta ahora hacían por cortesía. Y una vez allí, rodeadas de los suyos, no se molestaron siquiera en fingir una relación amistosa con su cuñada ni tampoco con su hermano. Era incuestionable la frialdad con la que se trataron, por mucho que los periodistas hablaran del saludo cariñoso de Letizia a sus sobrinos, ¡por Dios!, si fue un simple gesto de mano que provocó que uno de los chicos se inclinara al oído de su primo para susurrarle un comentario que remataron con risitas. Juan Carlos, que decidió acudir también por su cuenta, exhibió un semblante malhumorado, no le dedicó ni un gesto de ternura a su mujer y respondió con indiferencia al abrazo que su hijo le hizo por compromiso, al pasar por su lado. ¡Idéntica calidez demostró Felipe por su padre que por la reina Noor de Jordania, a la que saludó a continuación!

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Los rostros de las infantas eran un poema: orgullosos y severos, más allá de la natural tristeza por la muerte de su tío. Elena tenía un perpetuo mohín de disgusto y Cristina, muy guapa, una expresión gélida que solo se animaba cuando miraba a sus hijos. ¿Las causas? Ni la una ni la otra se han sentido apoyadas por su hermano y su cuñada en sus problemas íntimos. Cristina creía quizás que, una vez separada de Iñaki, se le abrirían públicamente las puertas de Zarzuela tanto a ella como a sus hijos, y no ha sido así. Elena tal vez hubiera agradecido que su hermano le echara una mano en sus dificultades con Froilán y Victoria. Ambas, además, en el conflicto Felipe-Juan Carlos se han puesto incondicionalmente al lado de su padre. Cada visita a Abu Dabi, cada llamada de teléfono en la que el emérito se queja de su situación, aviva el resentimiento que las infantas sienten por los Reyes actuales. Quizás el papel más difícil en esta comedia de enredo es el de doña Sofía. Por una parte, pesa el respeto a la institución; por otra, el cariño materno. En el funeral iba de un lado a otro, si hablaba con las hijas notaba la mirada de desaprobación de Letizia, si hablaba con Letizia era su marido quien la observaba rencorosamente. De él no recibió consuelo, al contrario, le contestaba desabridamente y en un momento dado le hizo un gesto con el bastón y le dijo algo parecido a “apártate”. La reina se puso a correr casi despavorida.

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El hecho de que asistieran al funeral los seis hijos de las infantas, seguramente con nula relación con su tío abuelo, hizo resaltar aún más la ausencia de Leonor y de Sofía. Se dice que Letizia no quería que se fotografiaran con su abuelo. Un abuelo que se esforzó lo imposible para figurar en el cortejo familiar, yendo incluso al agreste cementerio de Tatoi, donde lo tuvieron que llevar casi en volandas. Pero tenía gran interés en salir en la “foto” para dejar constancia de que sigue manteniendo el estatus de royal, algo que le será muy útil en el próximo juicio que tiene con Corinna, aunque en esta ocasión no consiguió interactuar con nadie ajeno a su familia. Es más, pareció que reyes y príncipes trataban de evitarlo. Lo que ha quedado claro es que Felipe y Letizia son incapaces de controlar a su levantisca familia y que, como estos actúan a sus espaldas, deben enterarse por la prensa de sus movimientos: que Froilán se va a vivir a Abu Dabi con su abuelo y Victoria Federica a Zarzuela con su abuela. Dos exclusivas de LECTURAS que Letizia intentó desmentir a través de sus portavoces oficiosos. ¡Triste papel el de estos periodistas obligados a negar lo evidente sin que sus abnegados servicios se vean jamás recompensados por ninguna primicia o exclusiva!

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Llegan tiempos tormentosos para la familia real. La infanta Elena está hundida, sus hijos la han abandonado y, además, Froilán deberá ir al juzgado a declarar por el tema de las puñaladas. A Juan Carlos todavía le queda enfrentarse con Corinna en los tribunales, seguramente en el próximo otoño, por no hablar de las jugosas declaraciones que está concediendo Bárbara Rey sobre su historia de amor. Ni en el 30 aniversario de la muerte de don Juan de Borbón, en abril, ni a la mayoría de edad de Leonor, en octubre, se espera que asista el emérito, pero ¿se hará alguna alusión a su persona o se fingirá que no ha existido nunca? No me extrañaría que Letizia le dijera estos días a su marido con cierta sorna: “Jo, macho, y pensar que la problemática iba a ser mi familia...”.

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Mensajepor Al aire » Sab 28 Ene, 2023 3:15 am



La familia real rota! El ala díscola de Zarzuela!
Cuatro frente a diez, dos bandos irreconciliables. Enfrentamientos, envidias, odio, dolor, humillaciones y desprecios.

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Mensajepor Al aire » Jue 02 Feb, 2023 2:29 am



Marisol, Pepa Flores. Un rayo de luz que ocultaba muchas sombras.
Marisol, Pepa, cumple 75 años. Una niña explotada, una vida llena de desilusiones y, sobre todo, la traición de su gran amor. La más bella de todas… y la más desgraciada.




Sofía y Corinna juntas en Barcelona, un encuentro de infarto!
Mientras operaban a Juan Carlos a vida o muerte, su mujer y su amante estuvieron a punto de encontrarse. Lo vi todo y aquí os lo cuento.

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Mensajepor Invitado » Jue 02 Feb, 2023 2:31 am



Felipe ha cumplido 55 años en pleno caos familiar, y las cosas, en lugar de arreglarse, cada vez van a peor, aunque en realidad las desavenencias cotidianas han sido su caldo de cultivo desde su nacimiento. Porque desde que era niño ha visto sufrir a su madre, de ahí la compasión que le inspira, de la que quiso dejar constancia en una larga mención en su primer discurso como rey: “Su dignidad y sentido de la responsabilidad merece mi emocionado tributo como hijo y como rey”, en clara alusión a las humillaciones públicas que Sofía había sufrido por parte de su marido y que ella soportaba con estoicismo.

Así, el rencor que Felipe siente ahora por su padre hunde sus raíces en aquellos años. Una hostilidad que se puso en evidencia en el cementerio de Tatoi. En ese beso “cariñoso” según los “pelotas palaciegos”, como los denomina el periodista Pablo Sebastián. Si se observa la secuencia completa se advierte cómo alguien le indica a Felipe la presencia de su padre, cómo se acerca a él de mala gana, con paso renuente, da dos besos al aire con un frotamiento de espalda con la mano, un gesto propio de personas que no se conocen mucho (copiado, por cierto, de Letizia), y pregunta: “¿Cómo estás?”, mientras Juan Carlos masculla: “Bien, bien”, con la vista clavada en el suelo. Sin saber qué hacer, Felipe le estrecha la mano calurosamente a un conocido en segundo plano y después aprovecha el saludo innecesario a una sorprendida reina Noor de Jordania para huir a uña de caballo sin mirar atrás.

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En ningún momento hubo contacto visual entre padre e hijo. Letizia, por su parte, ni se molestó en salir al encuentro de su suegro. Y eso que el nacimiento de Felipe, el 30 de enero de 1968, fue uno de los acontecimientos más dichosos en la vida de Juan Carlos. No por tener un nuevo hijo, sino porque al fin, después de dos niñas, era varón, requisito indispensable para heredar la Corona. Tanto él como Sofía pasaron un embarazo angustioso, así se lo dijo la princesa a unos amigos portugueses: “Por las dificultades que he tenido en mis partos anteriores quizás no podré tener más hijos, ¡y necesito un chico!”. Claro que, con esa desenvoltura para falsear la realidad que tienen las personas de la realeza, después comentó que el tema no le preocupaba en absoluto. Fue tanta la tensión que, cuando el doctor Mendizábal le comunicó a Juan Carlos que había sido varón, se desmayó, se cayó al suelo. Cuando se recobró lo primero que hizo fue llamar a Franco: “¡Ha sido un machote como su padre!”. Felipe se crio entre algodones, con una madre que le daba todos los caprichos porque lo consideraba perfecto, un padre ausente y unos preceptores que no se atrevían a reñirlo. No le gustaba madrugar, era indisciplinado y, como es lógico, quería ser un niño más y protestaba porque no podía ir de excusión con sus amigos.

La Reina exigió que saliera con el colegio hasta que le hicieron ver el gasto que comportaba cada uno de estos paseos: escoltas, coches de vigilancia, dietas... Con 12 años concedió su primera entrevista para que dijera qué significaba ser príncipe de Asturias: “No lo sé”, contestó con ingenuidad. En otra ocasión, ya más mayor, le preguntaron cómo se informaba de la actualidad y, después de pensarlo mucho, contestó: “Escucho bastante la radio”. Y empezaron a oírse algunas críticas al papel del príncipe, aunque con la boca pequeña para no ser tachados de antipatriotas. Manuel Vicent le reprochó la “endogamia de amigos pijos” que lo rodeaban. Peñafiel declaró sin ambages que la Reina lo había convertido en un niño caprichudo y déspota. Hasta su paso por las academias militares y su grado de teniente cosecharon críticas, porque lo que los otros habían conseguido en seis años a él le había costado solo dos. Durante la guerra del Golfo declaró que, en solidaridad con las tropas españolas que estaban combatiendo, había decidido suspender sus entrenamientos para una regata. También protestaron los estudiantes cuando le concedieron la Medalla de Oro de la Universidad “por política y no por méritos” y hubo bromas cuando se dijo que había recorrido el Camino de Santiago. ¡Un kilómetro! Hasta el mismo escritor monárquico Luis María Anson hablaba de “la insaciable cortecilla de advenedizos y mamporreros del príncipe”.

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Su vida sentimental pronto fue carne de portada, todas las novias recibían tantos ataques que algunas incluso renunciaron a seguir con la relación. Y si no, es el padre el que se opone: llegó a enviar a tres expresidentes de Gobierno para que lo disuadieran de seguir con Eva Sannum, cosa que al final consiguió su abuelo en su lecho de muerte. Entonces las críticas se cebaron en su soltería: a los 34 años tenía que estar ya casado y con hijos. Por eso, cuando se enamoró de Letizia, les dijo a sus padres: “O ella o nadie”. Y, a medida que el papel del padre se fue diluyendo en una espiral de escándalos, rumores, amantes y continuos viajes a los países árabes, Felipe fue adquiriendo peso. Lo que antes llamábamos desidia ahora era prudencia, lo que antes calificábamos de indiferencia se convertía en discreción.

El enfrentamiento entre padre e hijo culminó en el restaurante El Landó, donde Juan Carlos le comunicó que quería divorciarse de su madre para casarse con Corinna... y seguir siendo rey: “No te hagas ilusiones, moriré con las botas puestas”. Pero la situación se volvió insoportable, Juan Carlos no podía a veces vocalizar en los discursos por lo que había bebido y al final fue el propio Felipe el que tuvo que poner el pulgar hacia abajo y decir la última palabra: “Mi padre tiene que abdicar”. Cincuenta y cinco años de vida, veinte de matrimonio, nueve de rey. El regalo de cumpleaños de su padre no ha podido ser más demoledor: se ha hecho residente fiscal en Abu Dabi, así puede mantener su fortuna, la oculta y la otra, intacta, y blinda el futuro de sus hijas y de los hijos de sus hijas... y su presente. ¡A trabajar, señores de protocolo! ¡Todo el operativo preparado para el entierro de Juan Carlos de Borbón con honores de Estado se ha archivado en la papelera y vuelta a empezar! ¡Pero quién ha dicho que la vida iba a ser fácil, quién!

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Mensajepor Al aire » Sab 04 Feb, 2023 2:44 am



Felipe y las dramáticas tensiones de su nacimiento.
Cuando nació Felipe, hace 55 años, la reina Victoria Eugenia le dijo a Franco: “ahora tiene tres herederos: escoja”.

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Mensajepor Al aire » Lun 06 Feb, 2023 2:55 am



Alfonso de Borbón Dampierre, la trágica (y entretenida) vida del príncipe oscuro.
Primo hermano de Juan Carlos estuvo a punto de ser rey en su lugar. Una vida marcada por la tragedia que fue portada de miles de revistas de los años 80.

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Mensajepor Invitado » Lun 06 Feb, 2023 2:59 am



Pilar Eyre define los bandos de la guerra abierta en la familia real española

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Mensajepor Al aire » Jue 09 Feb, 2023 3:05 am


El misterio Isabel Preysler! Cincuenta y dos años dando guerra!
La fascinación de Isabel Preysler, dónde radica? Cuál es su secreto? En persona, es tan seductora como dicen? Aquí os lo cuento todo.

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Mensajepor Invitado » Jue 09 Feb, 2023 3:07 am



La voz de Isabel es fascinante. Sobre todo por la noche adquiere unos tonos íntimos que te hacen sentir como su mejor amiga sobre la tierra. Yo le había hecho una larga entrevista en su casa para un libro sobre mujeres y después tuvo la amabilidad de acudir cuando lo presenté. ¡Me robó el corazón! Hablábamos de vez en cuando y así, cuando estábamos preparando un ‘Hormigas blancas’, unos programas monográficos sobre personajes populares, la llamé para que me contara detalles inéditos de su matrimonio con Julio. “Ay, Pilar, ¿sabes? Era muy joven, yo era una chica que había vivido muy poco, muy ingenua. Julio es muy atractivo, ya lo conoces... Me casé enamorada, claro”. “Te casaste embarazada, ¿no?”. Largo silencio y la voz herida de Isabel: “¿Cómo? No, claro que no, eso son infundios, no es verdad, ¡pero si Chábeli nació a los nueve meses!, ¡pero qué tontería!”. Me sorprendí mucho, ya que siempre se había dicho que se habían casado de penalti, pero la creí. Segura de mí misma, con mi verdad por delante, me senté en el plató. Estaba Peñafiel, que en dos minutos pulverizó mi información con datos y fechas y me dejó en ridículo. Una de las condiciones de Isabel para hablar con periodistas era que jamás podías decir que ella era tu fuente, así que me tuve que morder la lengua, callar y aguantar el chaparrón. Evidentemente, es un tema sin importancia y menos a estas alturas, pero formaba parte de su biografía y me dolió que me hubiera engañado. Cuando se lo dije reconoció con voz compungida, como una niña pillada en una travesura: “Sí, es verdad, pero es que mis hijos no lo sabían...”.

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Lo cierto es que Isabel se casó con Julio sin entusiasmo, incluso le propuso no hacerlo y tener a su hijo en Estados Unidos, a lo que se él se negó: “Un caballero español siempre da la cara”. El matrimonio duro ocho años de infidelidades por parte de Julio desde el viaje de novios. Llegó a tener una novia oficial en Buenos Aires que daba entrevistas hablando de su pareja y de la casa que se iban a comprar. Casualmente, unos tíos de Isabel estaban de paso en Argentina y se lo contaron. Julio le pidió perdón de rodillas, estuvieron un año haciendo cada uno su vida y fue cuando Isabel conoció a Carlos Falcó, marqués de Griñón, y decidió divorciarse. Para que Julio no hiciera una escena, se lo comunicó en el aeropuerto y esa noche Julio ya durmió en casa de su mánager, Alfredo Fraile. Cuando le dije que Julio no ha podido olvidarla nunca, se rio: “Qué tontería, pero Chábeli me dice lo mismo”. Julio tuvo siempre buenas palabras para Isabel y, acerca de su intimidad, solo le contó una vez a un amigo: “Bajo su aparente frialdad es un volcán de pasión”.

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Después de un seductor profesional como Julio, Isabel optó por la vida tranquila al lado de Carlos Falcó: no era la alegría de la huerta, pero también tenía su atractivo, no en vano había conquistado a millonarias como Christina Onassis o a la exemperatriz Soraya. Pero a los dos años de matrimonio, cuando Tamara tenía solo cinco meses, Isabel conoció al político Miguel Boyer y ya nada volvió a ser lo mismo. Él se enamoró locamente de ella, pero pasaron tres años viéndose de forma clandestina, sin que Isabel se decidiera a romper su matrimonio. Los amantes se encontraban en París, en Marbella, en Ibiza, a veces incluso acompañados de sus cónyuges, que no sabían nada. El Día de San Valentín Isabel recibía ramos de flores de ambos y al final Miguel dejó a su mujer y se fue a vivir al ministerio. Ella aún concedió una entrevista exclusiva en la que decía una vez más con dolorida indignación que todos los rumores de separación eran mentira. Pero el 30 de julio de 1985 el marqués sacó sus trofeos cinegéticos de la casa familiar de la calle Arga y al día siguiente entraba Miguel con su propio llavín.

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Vivieron juntos 22 años. Fue cuando le hice una larga entrevista en la que Isabel se manifestó feminista, socialdemócrata, agnóstica y lamentó no tener una carrera. Se burló cuando le dije que la llamaban cazafortunas: “¡Por Dios, si soy más rica que mis maridos! Julio era un cantante que empezaba, a Carlos le tuve que dejar yo dinero y Miguel lo único que ha aportado es un cuadro de Sorolla”. Boyer fingía leer, pero todo lo escuchaba con expresión embelesada. Al cabo de unos años tuvo un ictus con secuelas. Isabel lo cuidó, pagó su largo tratamiento y, cuando empezó a salir con Mario Vargas Llosa cinco meses después de su muerte, se vio obligada a justificarse: “Es como si llevara dos años viuda”.

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A Jesús Hermida le dijo: “He tenido la suerte de que todos mis maridos hayan sido unos señores”. Pero la omertá se ha roto con Vargas Llosa. “Nuestros mundos eran diferentes”, ha dicho él con cierto desdén, y ella: “Lo dejé por celoso”. Incluso ha llegado a hacer pública una carta personal de la mujer de Mario: “Eres solo una aventura”. Me gusta esta Isabel que ha dejado atrás su imagen dulce y sumisa para ser una guerrera de la vida y estoy segura de que le quedan aún muchos corazones por conquistar. Quizás en Abu Dabi...

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Mensajepor Invitado » Vie 10 Feb, 2023 3:03 am


Vargas Llosa y Juan Carlos, pareja de hecho. Vídeo quizás innecesario.
Acabo de ver en directo la ceremonia del nuevo académico Vargas LLosa, con Isabel en el recuerdo. Al filo de la noticia!

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Mensajepor Al aire » Lun 13 Feb, 2023 2:59 am



Isabel Pantoja y su pasado más íntimo.
De cómo tuve que demostrar que Maribel no había estado nunca con ningún hombre. Dijo la verdad!

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Mensajepor Al aire » Jue 16 Feb, 2023 3:04 am



Cómo conocí a los tres hombres más guapos del mundo.
Los tres, los hombres más admirados de mi generación, me confesaron que la belleza es una carga y un castigo.

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Aguas turbulentas - Pilar Eyre

Mensajepor Invitado » Jue 16 Feb, 2023 3:05 am



Vargas Llosa ha entrado en la Academia Francesa. Pero seamos sinceros: si no hubiera sido el amante de Isabel Preysler durante ocho años, no estaría escribiendo esto. Ni yo ni ninguna otra revista o periódico de los considerados “serios”. En el diario en el que colabora (donde cobra 200.000 euros anules) al final de la entrevista que le hicieron se deslizaba como quien no quiere la cosa una pregunta sobre Isabel y luego ese fue el titular. En La Razón lo llaman directamente el ex de la Preysler.

No hubiéramos hablado de este acto y nos hubiéramos perdido la gran tragicomedia del año. Empezó calentando motores en Madrid la propia Isabel poniendo a parir a Mario en aras de una supuesta maternidad mancillada, siguiendo la estela de Belén Esteban y su célebre “yo por mi hija mato”. Y si digo “supuesta” es porque nadie más que Isabel advirtió esta ofensa, una alusión a las Islas Marquesas en un cuento del Nobel que, si no hubiera sido por ella, casi nadie hubiera leído.

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No contenta con esto, dio a conocer públicamente una carta personal de la exmujer de su novio. Algo tan poco en consonancia con su personalidad que solo puede achacarse a una rabieta irrefrenable. Pero, según nos contaba la misma Isabel, ¿no era ella la que había abandonado a Vargas Llosa? ¿Por qué, entonces, estaba tan enfadada?

Otra posibilidad sería que Preysler haya cambiado su grupo de confianza y ahora esté mal aconsejada, lejos aquellos tiempos en los que el gran Boris Izaguirre ejercía de gurú. ¡Vuelve en ti, Isabel, que solo Shakira está en condiciones de convertir el despecho en arte!

Después de esto, en París, los reporteros le gritaban a Vargas Llosa, “dice Isabel que has caído muy bajo”, y a Patricia, “¿qué te parece que Isabel haya filtrado tu carta diciendo que Mario te había puesto los cuernos treinta veces?” Pero en el fondo, y por mucho que se sintieran molestos, los Vargas Llosa no podían quejarse porque gracias a estas circunstancias ni en el mismo Perú se ha seguido con tanta devoción el acto de la Academia como en España. Aquí todos sabíamos lo que era el “habit vert” y los ritos de la ceremonia, que muchos visionamos hasta en directo.

El escritor hizo un discurso muy largo, en una lengua que no es la suya, y tiene 87 años. Si bien empezó de forma brillante, terminó adoptando un tono tan monótono que pudimos advertir con sorpresa que Patricia Llosa se quedaba dormida.

Al despertarse aplaudió con desgana y rostro malhumorado. Sin embargo, se rompió las manos celebrando el discurso del académico que dio réplica al padre de sus hijos. ¿Por qué? ¡Misterios de la vida!

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También se durmieron dos invitados, el escolta del rey e incluso el mismísimo emérito dio alguna que otra cabezada. ¡Juan Carlos! ¿Cómo explicar su asistencia a este acto? Que fueran amigos íntimos, como dicen algunos, sencillamente no es cierto.

El rey tiene un círculo de amistades del que el escritor nunca ha formado parte, es más, en un principio el propio Vargas Llosa solo habló de dos llamadas telefónicas que le hizo Juan Carlos hace años por cortesía: cuando adquirió la nacionalidad española y cuando le dieron el Nobel.

Solo puede explicarse esta invitación como una manera de atraer el interés de los medios y así contrarrestar la ausencia de Isabel Preysler, aunque la presencia incómoda del emérito haya ahuyentado invitados españoles de fuste.

Juan Carlos aceptó encantado porque todo lo que contribuye a darle relevancia le beneficia de cara a los tribunales ingleses y también a la opinión pública. Se le vio muy mejorado respecto al funeral de Constantino, es evidente que cuando está sin Sofía tiene mejor cara, y se hizo acompañar de la infanta Cristina, por cierto, muy guapa. Recordemos que se acaba de someter a un tratamiento estético en una clínica de Barcelona.

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Pero, sin duda, quienes más han jaleado la ceremonia han sido los hijos del homenajeado a través de sus redes sociales. Entusiastas, no dejaban de poner fotos de su padre con comentarios elogiosos: “qué contento está”, “la familia lo arropa para su tranquilidad”, “el inmortal feliz”, “el abuelo disfruta”.

Dejando aparte que ser denominado abuelo le ha debido sentar como una patada a Vargas, inmerso en cuitas amorosas cual adolescente despendolado, la verdad es que no vimos ese ambiente de regocijo por ningún lado, y eso que eran imágenes tomadas en la intimidad de su casa. Al escritor se le veía taciturno, aburrido, frio, con una sonrisa impaciente (“papá, sonríe, por favor”). En una palabra: triste.

Patricia (de la que su hijo decía en un tweet: “Nadie merecía estar en primera fila más que ella. La mujer de su vida, dicen los cursis”) lució por su parte una expresión antipática en todo momento.

No vi entre los dos ni una mirada de complicidad ni, mucho menos, afecto, lo que me lleva a deducir que los hijos han confundido la realidad con el deseo y que Mario y Patricia no tienen ninguna intención de volver a casarse.

Ahora, al volver a Madrid y a la normalidad, veremos qué ocurre. Lo único cierto es que para bien o para mal, después de 52 años, Isabel sigue ocupando ella sola más portadas que todo sus maridos y amantes juntos. Y eso, no me negarán ustedes, tiene su mérito.




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