Aguas turbulentas - Pilar Eyre

Las últimas noticias de la Realeza. Monarquía vs. República
¿Cuánto reinarán Felipe VI y Letizia?


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NO ES POR MALDAD - Pilar Eyre

Mensajepor Invitado » Jue 07 Oct, 2021 1:00 am



Isabel Pantoja, “Prince” para su novio, y Paquirri, “Gordo” para su novia, se casaron el 30 de abril de 1983. Pues un año antes, yo ya había realizado con Isabel el recorrido del desfile nupcial, porque llevaba preparando ese día desde que se había enamorado de Paco. Corría la primavera de hace 39 años y la pareja todavía no había hecho ostentación de su amor en público, “porque a Paco le faltaba un papel y ya le había dicho que hasta que no tuviera la anulación completa no quería pronunciar la palabra “novio”. Pero esa mañana habían recibido ese último documento y la cantante, alborozada, me propuso: “Vamos, que te enseño cómo será mi boda”. En el garaje de su casa tenía dos cochazos, un Mercedes 220 y un Porsche último modelo, y yo argüí tímidamente que prefería el amplio y cómodo Mercedes, pero ella me respondió: “No, que ese es para las giras, me acabo de comprar el Porsche y me hace ilusión estrenarlo con vosotros”.

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Y allí nos embutimos, en el asiento de atrás, la barbilla pegada a las rótulas. Delante iba doña Ana, como una reina, y al volante Maribel. ¡Madre mía, nunca he pasado más miedo en mi vida! Cuando no estaba encendiendo un cigarrillo, estaba persignándose delante de las innumerables iglesias, capillas e imágenes religiosas que hay en Sevilla. O si no, apartaba la mirada de la conducción y nos señalaba los puntos fuertes del itinerario de su boda. “Mira, en esa casa de Triana nací yo… de ahí saldré, adornaremos el portal con rosas blancas y me vendrá a buscar una berlina tirada por cuatro caballos blancos…” Isabel fumaba incesantemente con expresión soñadora, el codo apoyado en la ventanilla y se notaba que estaba disfrutando, “el coche irá adornado con clavelinas, también blancas, por supuesto, y cuando cortemos la tarta nupcial, toda de nata, soltaremos palomas”.

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Yo preguntaba levantado un momento el bolígrafo del bloc donde iba apuntando diligentemente: “¿Blancas? Las palomas, digo”. Ella me miraba un momento con suspicacia por el espejo retrovisor, pero cuando veía que preguntaba de buena fe, proseguía, “sí, claro, ¡si fueran negras serían cuervos!” La gente empezó a reconocerla y ella saludaba desde el Porsche, con la mano oscilante, como los reyes: “El traje también será blanco, de raso, con una cola de siete metros”. Doña Ana precisaba: “Pero con escote barco, que ir muy destapada tampoco es elegante…” De pronto, Maribel soltó el volante para echarse el pelo hacia atrás mientras el coche daba bandazos: “Llevaré un moño así, muy tirante, y una diadema de brillantes que me están haciendo, maquillaje muy natural, destacando los ojos… y el ramo de flores de azahar que no falte”. La madre se enjugó una lágrima y nosotros también llorábamos, pero de miedo, aunque nos tranquilizamos cuando Isabel volvió a coger los mandos del coche con desenfado y prosiguió: “Todo lo guardaré muy bien para cuando se case mi primera hija… los zapatos no, porque me los hacen a medida del mismo raso que el vestido”. Blancos, claro, porque, por si no quedaba claro, Isabel iba a ir virgen e inmaculada al matrimonio, como me había contado en una entrevista y ya sabía media España.

Todo lo había calculado milimétricamente, “yo iré en la berlina con Fran y Caye, los niños de Paco, que los quiero mucho, les haremos vestiditos de paje, de satén, como mi traje, blancos también, ellos llevarán las arras y los anillos. También vendrá mi futuro suegro, de traje oscuro, mientras Paco se montará en otro coche con mi madre, como a él le falta la madre y a mí el padre…” Entonces hablaba con cariño de la familia de su marido, que tanto iba a vilipendiarla después. “Mira, atended bien, que estamos siguiendo el mismo camino que haré ese día.” Como ahora íbamos muy despacio la gente se acercaba a la ventanilla para curiosear y la madre alardeaba, “estos señores han venido expresamente de Madrid para hacerle un reportaje a mi hija”, nosotros aclarábamos “de Barcelona”, y doña Ana sacudía la mano, “¡de Barcelona!, ¡que está más lejos aún!”. Maribel sonreía al ver el interés que despertaba, “el día de la boda esto estará abarrotado” y la madre apostillaba: “¡Cómo abarrotado!, ¡abarrotadísimo!, tendrán que poner un cordón policial”, y Maribel corregía: “O dos”.

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Se detuvo en la esquina de la plaza, “desde aquí hasta la capilla del Cristo del Gran Poder colocarán una alfombra roja. Me bajaré del carruaje y la recorreré caminando para que todo el mundo me pueda mirar, pero iré velada, con el rostro cubierto. Hasta que el cura no diga eso de ya sois marido y mujer llevaré el rostro tapado… me destapará Paco y ¡cuando me vea la cara se emocionará!”. Ahí vi mi oportunidad de meter la bayoneta, ya que en realidad mi revista no era la Hoja Parroquial precisamente, y le pregunté dónde pasarían la noche de bodas. Se sonrojó, dio una calada honda al cigarrillo y repuso: “En la suite real del hotel Alfonso XIII dormiremos ya como marido y mujer…”. Pero mucho no debieron dormir, porque las crónicas contaron que la noche había sido tan fogosa que perdieron el avión que los iba a llevar en su viaje de novios. Y seguramente ahí concibieron a su hijo, que nació nueve meses después. En esa cama con dosel, entre esas lujosas sábanas de 200 hilos, ¡blancas, por supuesto!

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MELBA

Aguas turbulentas - Pilar Eyre

Mensajepor MELBA » Jue 07 Oct, 2021 4:38 am

'' NO ES POR MALDAD'' Pero segun cuenta Mercedes Cubero, la pusieron 1 talon de cheque en blanco para que hablara antes de que se casara Pantoja con Paquirri y ella NO acepto porque segun la tal Mercedes Cubero: '' lo pasado pasado esta'' Si es cierto que Pantoja cantaba con 17 anos en EL EMBRUJO y Baldomero, marido de Mercedes Cubero estaba ''loco'' por Pantoja, segun Mercedes, encontro a Pantoja besandose con su marido, EL PRESUNTO DELITO LO COMETIO EL MARIDO DE MERCEDES CUBERO Y NO PANTOJA QUE EN TIEMPO DE FRANCO LA MUJER NO ERA MAYOR DE EDAD HASTA LOS 20 Y TANTOS ANOS. Much@s enemig@s tiene Isabel Pantoja, hasta su propio hijo.
Cierto, Mercedes Cubero quizas sea la voz paya que mejor canta flamenco, pero yo la he visto cantando la copla en GOOGLE y NO LA SABE CANTAR. Lo que la Cubero NO dice quien le puso ese talon de cheque en blanco para que hablara mal de Pantoja antes de la boda con Paquirri.

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NO ES POR MALDAD - Pilar Eyre

Mensajepor Invitado » Jue 14 Oct, 2021 1:58 am



Laurence Debray, la escritora francesa, ¿está enamorada de Juan Carlos? Sí. ¿Es su amante? No. ¿El rey tiene novias? Sí. “Uno nunca se retira de eso”, me dice un gran amigo suyo. “Tiene, más que novias, enamoradas. Señoras que por él estarían dispuestas a todo… y él se deja querer porque es un gran coqueto”. Laurence lo corrobora después de su visita a Abu Dabi: “Me dijo que me quitara la mascarilla para poder besarme”, y también “no está vencido, permanece indomable como siempre, está viviendo su segunda juventud”.

¡Las mujeres! Son su debilidad, pero en estos momentos también su fuerza. Habla por teléfono más con mujeres que con hombres, porque es cierto que casi todos sus grandes amigos lo han abandonado. Los nombres importantes, los millonarios y poderosos que antes ponían cotos de caza, barcos, regalos, compañía…, a su disposición, que peleaban entre ellos para ver quien lo obsequiaba más, le regalaba el mejor reloj, los mejores puros, las escopetas más caras, los coches más veloces, han desaparecido, aunque no ahora, sino desde su abdicación.

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Después del 19 de junio de 2014 el rey, que no puede estarse quieto, fue viendo cómo las invitaciones a monterías, su gran pasión, fueron disminuyendo. Llegó al punto de que, en ocasiones, se presentó en alguna finca sin ser invitado expresamente, lo que causó considerable revuelo entre los anfitriones, porque una visita real exige medidas incómodas para todo el mundo. Alejado de su familia por voluntad propia, sus fines de semana fueron haciéndose más solitarios y tuvo que refugiarse en personas a las que hace unos años no hubiera prestado atención, pero que, halagados y compadecidos también, lo acogieron calurosamente. Frecuentó, incluso, a miembros de su staff de los que hasta entonces no sabía siquiera si estaban casados o solteros.

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Pero las amigas, ah, las amigas nunca le han fallado. “Lo dejé porque tenía relaciones con varias mujeres a la vez”, ha contado Corinna, y está hablando de una época en que las fuerzas del Rey, con varias operaciones a sus espaldas, estaban bajo mínimos. “Sigue teniendo el glamur de un artista de cine, lo persiguen auténticas groupis que no lo dejan ni a sol ni a sombra”, me secretea quien lo conoce bien. A sus 83 años sigue exhibiendo su legendario atractivo. “Su risa infantil, franca, dulce, ilumina la habitación. Su fuerza vital permanece intacta, tiene las manos suaves y cuidadas, la tristeza de sus ojos conmueve. Sigue siendo un gentleman”, confiesa una arrobada Laurence Debray, que lo visitó hace poco en Abu Dabi.

Al rey le gusta la conversación de las mujeres, le divierte que le cuenten sus problemas. Aconseja, pero no como un abuelo, sino como un amigo. Las ama a todas. A todas... menos a una. Mejor dicho, a dos. Sofía. A pesar de que se nos quiere convencer de que se llevan bien, “eso está muerto desde hace muchos años ¿Si hablan? Ella lo debe llamar y él es educado, pero, créeme, no hay más”. Y la otra, la otra… ¡Corinna! Se ha convertido en su Némesis, nadie puede mencionarla en su presencia. Sobre todo después del último golpe, la demanda por acoso que ha presentado en la corte inglesa, con acusaciones muy graves, 32 puntos que perfilan una situación de terror insoportable que Corinna asegura le ha causado depresión y graves daños psicológicos, por los que pide una orden de alejamiento y una indemnización aún sin cuantificar, que podría llegar a los 20 millones de dólares.

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De todo dice Corinna tener pruebas, desde disparos en el jardín de su casa, orificios de bala en la ventana de su dormitorio, espionaje por drones, móviles, cuentas bancarias y ordenadores hackeados, así como difamaciones ante sus clientes por parte del rey, que la llamaba “ladrona y estafadora”, lo que le hizo quedarse sin medios de vida. También, según ella, la ha enfrentado a su hija mayor. Y un detalle curioso: dice que intentó sobornar a su chófer regalándole un Rolex Daytona con su nombre en el reverso. El último regalo de Bárbara Rey a Juan Carlos, poco antes de romper, fue un Rolex Daytona, también grabado. ¿Podría ser el mismo?

Como los niños pequeños, inicialmente Juan Carlos cerró los ojos como si no existiera la denuncia y se negó a recibir la notificación, que llegó a Zarzuela y a Abu Dabi. Después, por consejo de su letrado, que está llevando su causa con mano maestra, nombró un abogado inglés que ha argüido que los tribunales británicos no son competentes para juzgar el caso. El próximo mes se sabrá el resultado, mientras las investigaciones suizas siguen su curso con desenlace incierto. Estas complicaciones jurídicas son la mejor excusa para perpetuar ‘sine die’ el exilio de Juan Carlos, algo que conviene a casi todo el mundo, aunque sus “novias”, como dice él mismo con cierto cachondeo, y sus nuevos amigos le hagan concebir falsas ilusiones de que aquí todo el mundo ansía su vuelta.

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Pero don Juan Carlos es más listo que todos ellos juntos y sabe la verdad: se le considera un elemento tóxico para la Corona, personificada ahora en su hijo, y también sabe que sus amigos de otros tiempos, los hombres de poder que tanto lo ayudaron en épocas lejanas, ven con temor este regreso, ya que ahora están en la órbita de Felipe y en el firmamento real solo cabe un astro. Tristes guerras / si no es amor la empresa /Tristes, tristes.

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NO ES POR MALDAD - Pilar Eyre

Mensajepor Invitado » Jue 21 Oct, 2021 2:04 am



Tenía que ser la bomba. ¡Vargas Llosa homenajeado al fin como se merece! El pasado viernes, 15 de octubre. Un “encuentro gastronómico por la cultura en libertad”, mensaje tan vago que en él cabe todo, que se iba a celebrar en una finca para eventos en El Escorial, propiedad del chef Mario Sandoval, con plaza de toros incluida. Se esperaba a presidentes, políticos mundiales, académicos, escritores, intelectuales, artistas, quizás incluso algún miembro de la familia real –no olvidemos que el protagonista lleva el título de marqués de Vargas Llosa–. ¡Se hablaba de más de mil personas reunidas alrededor del mejor escritor en lengua española!

Había motivos y, si no, se buscaban. Que si una década de la concesión del Nobel, que si los 85 años que cumplía el propio Mario, aunque en realidad el cumpleaños había sido en marzo, que si contar los nuevos objetivos de la cátedra, que si potenciar la amistad y la gastronomía española y la peruana... Pero, sobre todo, prestarle apoyo por haber sido acusado de evadir impuestos en los Pandora Papers, que desvelaron que había tenido una empresa en un paraíso fiscal para gestionar sus cuantiosos derechos de autor. No olvidemos que, en 1999, a Vargas Llosa se le hizo el contrato más alto que se había pagado nunca a un escritor: 200 millones de pesetas. Aunque él contó que había disuelto esta sociedad años atrás, su desmentido apenas ocupó unas líneas en la prensa y de ahí la necesidad de ese respaldo público.

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Isabel apoyó calurosamente esta iniciativa, a pesar de que no le entusiasma la vida social y además acaba de perder a su madre, pero la pareja se desvive el uno por el otro. Aunque los tres hijos de Julio Iglesias no asistieron, sí estaban Tamara y Ana. Su presencia garantizaba sitio al menos en las revistas del corazón, esas que Mario definía como “periodismo de cloaca que solo se ocupa del chisme y de la vida privada... El triunfo de la chabacanería y el esnobismo de la idiotez”, en su etapa pre-Preysler (lo dice en su ensayo ‘La civilización del espectáculo’). Pero los invitados de relumbrón empezaron a fallar, uno a uno, con diferentes excusas... Bueno, lo de invitados es un decir, porque los organizadores aclaraban que la fiesta en realidad era un acto a la americana para recoger fondos destinados a la cátedra Vargas Llosa. El ticket costaba 1.000 euros por persona y 20.000 euros la mesa completa, aunque ese precio incluía que el nobel se detendría un momento para hablar personalmente con ellos y hacerse fotos. Si quisieran asistir además a un par de conferencias del escritor en algún lugar del mundo el importe sería otro. No se sabe si por tener que apoquinar o por otro motivo hubo numerosas bajas.

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Llegó el gran día. Se instaló un ‘photocall’ en la entrada de la finca en el que ponía “cátedra” (en pequeño) “Vargas Llosa” (en grande), como si fuera una marca de zapatos, para no dejar dudas de que se trataba no de una celebración particular, sino de un evento publicitario. Allí posaron futbolistas como Simeone, el torero Roca Rey, cantantes como los del Río y la plana mayor de la derecha, Casado, Rivera, Esperanza Aguirre, Ana Botella, Toni Cantó, Almeida... La agencia Efe, que cubrió el acto, dijo: “Todos ellos arroparon a Vargas Llosa, cuyo nombre apareció como evasor fiscal en los papeles de Pandora”. ¿Escritores? Sí, Boris Izaguirre, pero hay que aclarar que acudió porque es amigo íntimo de Isabel. También estuvo en el ochenta cumpleaños de Vargas Llosa que se celebró en el hotel Villamagna de Madrid hace cinco años y entonces sí que la gente fue invitada a una cena que costó, al parecer, 70.000 euros. Mario estaba entonces en la cumbre del estrellato literario, político y social, movilizó riadas de fotógrafos y curiosos hasta el punto de que se tuvieron que desplazar al hotel cuatro vehículos policiales. Felipe González, Aznar, los ministros García Margallo y Soria, cuatro expresidentes latinoamericanos, escritores desde Rosa Montero a Álvaro Pombo, embajadores, saludos especiales de los Reyes y del entonces presidente Rajoy... Isabel, resplandeciente en un vestido plateado, recibió con emoción las palabras de su amado: “Por fin he sabido que la palabra ‘felicidad’ tiene nombre y apellido, Isabel Preysler”. La cena ocupó varias páginas de los periódicos más enjundiosos, españoles y extranjeros: “Ochenta años en plenitud”.

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Esta vez, sin embargo, los participantes tuvieron menos fuste y los discursos también, al menos el del hijo del nobel. Según contó Vozpópuli, aludiendo al nombre de la finca, Álvaro Vargas Llosa dijo: “Me he enterado de que las jaras son una planta hermafrodita, dato muy importante en estos tiempos de gran preocupación por las cuestiones de género”, broma que los reunidos celebraron mucho. Mario se desvivía por atender a todos –pero ya no es un niño (se había levantado como siempre a las cinco y media de la mañana y la fiesta se alargaba interminablemente bajo un calor sofocante)–, hablar con los medios, aperitivo, conferencia, toros, flamenco, comida, más música... A la hora del cierre, los exhaustos anfitriones despidieron a los últimos asistentes muy educadamente, pero con la voz enronquecida de cansancio. Entretanto, el mismo día, a casi 700 kilómetros de allí, en Barcelona, en el Premio Planeta, reyes, periodistas y lo más granado del mundo intelectual español alzaban su copa brindando por la cultura. También estaba Boris.

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Aguas turbulentas - Pilar Eyre

Mensajepor Invitado » Jue 28 Oct, 2021 2:00 am



La familia real al desnudo! Esta semana han tenido más apariciones públicas que en todo el año y se han ofrecido a nuestros ojos con sus filias y sus fobias, sus luces y sus sombras, en un momento crucial de su historia, cuando el pasado queda atrás y se vislumbra un cambio esperanzado.

Si la gente esperaba una Letizia modesta, en segundo plano, sacrificándose para que brille su hija Leonor, se ha llevado un palmo de narices. Al contrario, la hemos visto espectacular, con el vestido de las grandes ocasiones, más segura de sí misma que nunca.

Aunque intentaba cumplir con el protocolo yendo junto al Rey, al final sus gestos la delataban: mantuvo el ojo crítico y vigilante sobre todo lo que ocurría en el teatro como si fuera la organizadora del evento, salió la primera por el pasillo central conduciendo casi a rastras a marido e hijas y después, en los corrillos, llevó la voz cantante sin que nadie más pudiera meter baza. Se la veía empoderada, porque el resultado de estos años de desvelos y desprecios por parte de su familia política estaba ahí: sus hijas, impecables, como reconocían hasta los republicanos más recalcitrantes, y una opinión pública, sobre todo los jóvenes, que valora positivamente su papel en esas encuestas internas que sigue haciendo la Zarzuela.

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La única capaz de hacerle sombra era su suegra, pero Letizia ha aprendido a desactivarla: pasa olímpicamente de ella, con unas maniobras estratégicas dignas de un avezada militar. Apenas la saluda, cuando habla hace gestos tan expresivos con los brazos que consigue dejarla fuera del corro y Sofía no tiene más remedio que dedicarse a merodear por los alrededores sin saber muy bien qué hacer, incluso su propio hijo la saluda apresuradamente y se va.

Y no se trata solo de falta de empatía personal; la figura de Sofía, antes intocable, cada vez resulta más controvertida. Luce con orgullo su anillo de casada y hay periodistas que dicen que Juan Carlos y ella se llevan muy bien y hablan todos los días por teléfono, lo que plantea una duda: ¿por qué no está entonces con su marido en Abu Dabi? En realidad, a Sofía casi nada la ata a España, aún menos que a Juan Carlos; al fin y al cabo, ella nunca se ha sentido identificada con este país, no tiene aquí ninguna amistad y ve a sus nietas solo en actos oficiales. El hecho de que siga teniendo el tratamiento de reina plantea, además, problemas protocolarios: recordemos que la reina Beatriz de Holanda al abdicar tomó el título de princesa de los Países Bajos y dejó de acudir a ceremonias oficiales para no opacar a su hijo. Algo que debería plantearse también Sofía. Este año tenía la excusa perfecta para no acudir a los premios y ahorrarse el mal trago alegando la boda de su sobrino en Atenas. ¿Por qué no lo hizo?

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¿Cómo se come eso? ¿Una boda real en un país donde hay república? ¿Una monarquía odiada y repudiada por la mayoría de los griegos, que recuerdan los pactos de Constantino con los militares golpistas? ¿Unos ciudadanos que llamaban nazi a Federica, la adorada madre de Sofía? Hace unos años, el primer ministro griego Karamanlis visitó España. La Reina no disimuló su desprecio por él y después criticó ante su biógrafa Pilar Urbano la validez de la democracia griega. El principal diario ateniense le respondió con un duro editorial: “Si la reina de España tiene esa opinión sobre un gobierno legítimamente constituido, que se olvide de venir de visita a Grecia, nosotros tampoco la queremos”.

Pero la gente tiene muy mala memoria, sobre todo si hay mucho dinero de por medio, y los tres chicos de Constantino y Ana María se han casado con millonarias. Y, según se dice, gracias a la fortuna de los consuegros pueden mantenerse esa ‘corte’ y esos fastos. Aunque muchos recordamos todavía que la familia real griega vivió decenas de años a costa de la nuestra: Juan Carlos no solo llegó a prestarle ropa a Constantino, sino que también le encargó, por ejemplo, a él y a su socio Alexis Mardas, el sistema de seguridad de los palacios reales y los introdujo en el mundo árabe. Y ahora viene la gran pregunta: ¿lo invitaron a la boda? ¿O en Grecia Juan Carlos es también un apestado?

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Cristina e Iñaki, en Barcelona. Ellos también lo son. O lo eran. Apestados. Pero Iñaki ha pagado su deuda con la sociedad y merece, como todos, una segunda oportunidad. ¿Quizás en Barcelona? Ahí vive su hijo, también la hermana de Iñaki y sus sobrinos. En la clínica Teknon se visitan con sus médicos y quizás el cuñado del Rey pudiera tener una oferta de trabajo en el Barça por parte del presidente Laporta, su gran amigo. “Estoy tratando de volver a mi vieja normalidad y es difícil”, ha confesado en perfecto catalán a Catalunya Ràdio. El sábado, Iñaki se reunió con sus antiguos compañeros y todos le dieron un gran abrazo, sobre todo Enric Masip, mano derecha de Laporta. Y en el debut de su hijo en el primer equipo de balonmano se vio a la pareja unida, se cogían de la mano y reían como nunca se les había visto, como si tuvieran un gran futuro por delante. Recuerden, Barcelona. Tic, tac, tic, tac...

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NO ES POR MALDAD - Pilar Eyre

Mensajepor Invitado » Jue 04 Nov, 2021 1:49 am



¿Leonor será reina algún día? Dentro de dos años… podría serlo, si se dieran ciertas circunstancias. Aunque lo más probable es que le quede todavía por delante un largo camino hasta ejercer el papel para el que se está preparando. Recordemos que Carlos de Inglaterra tiene 70 años y lleva 50 esperando el trono. Seguramente, cuando le toque, Leonor ya tendrá hijos o incluso nietos. ¿Qué imagen vamos a tener de ella en estos años? Cuando las chicas de su edad se conviertan en adultas y estén trabajando y ganando un sueldo, ella seguirá siendo “la heredera”, esperando… siempre esperando. Pero este domingo, 31 de octubre, ha cumplido 16 años y lo ha celebrado en Zarzuela, junto a su familia, aprovechando las vacaciones de Todos los Santos en su internado galés. Al soplar las velas quizás ha sido consciente de los retos que deberá superar para aprobar el difícil papel en que el destino la ha colocado.

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Enamorarse. ¡Como todas las adolescentes! El Atlantic College es un colegio liberal, mixto, en el que se habla con naturalidad de relaciones y se imparten clases de educación sexual. ¿Podría ser que Leonor se sintiera atraída por algún condiscípulo? ¿Por qué no? Su padre, a los 16 años salía con Viki Carvajal y su madre estaba a punto de conocer al que iba a ser su primer marido. Su abuela Sofía, en un internado similar y a su edad: “Algún enamoramiento hubo con algún compañero, intercambiamos fotos y las típicas cartitas de adolescentes, aunque yo de quien estaba prendada era del actor James Dean”, confesó ella misma a su biógrafa.Mientras, un promiscuo don Juanito suspiraba entre los brazos de la princesa María Gabriela de Saboya y algunas más. ¿Veremos pronto titulares de “Leonor enamorada” y las fotos del chico en cuestión? Como se ha hablado de que las herederas de tronos podrían ser lesbianas y casarse con otra mujer ahora ya no parece tan descabellado que se filtre algún amorío de la princesa de Asturias para disipar especulaciones.

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Identidad. Lejos de la absorbente protección materna (que tan buen resultado ha dado de todas formas), Leonor debe afianzar su personalidad. De momento, no la tiene o no la conocemos. Deportes, creemos que no practica. Amigos, no sabemos cuáles son. Aficiones, las ignoramos. ¿Es ecologista, ama a los animales? Parece que no, pero ‘chi lo sa’. ¿Toca algún instrumento, pinta, cose? Ni idea. ¿Es presumida, le gusta la moda, se preocupa por su físico? Misterio. La dieta con exceso de hidratos del colegio galés tiene un efecto letal sobre las alumnas españolas: ¡engordan! “5 kilos por cada año que pasé allí”, me comenta una exalumna del mismo centro. ¿Lo tendrá en cuenta Leonor y hará régimen?La princesa es guapa y en su rostro se evidencian los rasgos clásicos de su herencia borbónica, no sabemos si tratará de remodelarlos en el futuro, aunque recordemos la respuesta que su tía abuela Pilar de Borbón dio a quien le sugería modificar su perfil: “¡Ni pensarlo!, ¡se han necesitado veinte generaciones para hacer esta nariz!”. Es elegante y tiene estilo, pero su forma de vestir, según los expertos, urge una rápida modernización.

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Universidad. Ahora sería impensable tener una reina sin formación universitaria. Y contraproducente que se le construyera una carrera a su medida, como se hizo con su padre y sus estudios de Derecho, lo que provocó la protesta airada de los alumnos: “No se puede llamar estudiante a quien se examina de lo qué quiere y cuándo quiere”. También debería descartarse estudiar en una universidad pública por motivos de seguridad, pero ¿cuál escoger que no tenga sesgo político?¿Y qué carrera? Sus tías Elena y Cristina estudiaron Magisterio y Ciencias Políticas, tía Telma, Económicas y su madre, Periodismo.

Leonor con uniforme. Nadie le evitará a la princesa de Asturias cursar la carrera militar en las tres armas, tierra, mar y aire, porque la instrucción castrense forma parte de su educación, ya que va a ser jefa de las fuerzas armadas.¿Se embarcará en el Juan Sebastián Elcano durante nueve meses, como hicieron su padre y su abuelo?Tanto uno como otro han destacado esos años como los más ricos de su aprendizaje, ya que les pusieron en contacto con muchachos de todas las clases sociales del país, algo muy necesario para huir de la endogamia de amigos pijos que sospechamos ha sido caldo de cultivo de la heredera española.

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Su abuelo. Leonor, sin ella saberlo siquiera, es uno de los principales escollos para que Juan Carlos vuelva a España. Con el emérito aquí, ¿cómo resolver la relación entre abuelo y nieta? ¿Veríamos la imagen impoluta de la princesa de Asturias, que no ha cometido un solo fallo desde que ha empezado a tener actividad pública, al lado de un hombre manchado por la sospecha? ¿Le cogerá la mano como hace con su abuela Sofía, de manera forzada y sin ningún afecto? A nadie llama la atención que Leonor no aparezca jamás con sus tías o primos, pero si rehúye a Juan Carlos de la misma manera, ¿no resultará cruel a los ojos de los españoles que no apoye a su anciano abuelo caído en desgracia?Difícil papeleta que solo se puede resolver manteniendo al emérito en el exilio. Una razón más para ese apartamiento que, de momento, no parece vaya a cambiar.

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Aguas turbulentas - Pilar Eyre

Mensajepor Invitado » Jue 11 Nov, 2021 1:40 am



Pilar Eyre, sobre las posibles cuentas que el emérito compartía con la reina Sofía: "Me dicen que ella le animaba. Es una compradora compulsiva"

"La reina Sofía está muy mal, cree que está al margen al no ser la reina oficial y no merece que se le dediquen tantos titulares", afirma Pilar Eyre sobre su polémica relación con una sociedad offshore del emérito.

Sofía de Grecia se habría beneficiado de una sociedad con nombre griego a la que la Fundación Zagatka transfería fondos de manera sistemática. Fue constituida por Arturo Fasana, presunto testaferro detrás de las offshore del emérito. Para conocer más de este tema, Andrea Ropero entrevista a través de una videollamada a Pylar Eyre, una de las periodistas que más sabe sobre la Casa Real.

¿Cómo están afectando estas informaciones a la reina Sofía? "Muy mal, lo está pasando muy mal, se siente muy afectada", explica Eyre, que señala que "no entienden cómo han salido a la luz": "Ella cree que está al margen al no ser la reina oficial y no merece que se le dediquen tantos titulares". Además, Eyre afirma que da credibilidad a estas informaciones: "Yo escribo libros sobre la familia real desde hace muchos años y quería que la reina me cayera bien, la veía una mujer sometida al marido y sacrificada, pero a pesar de todos los esfuerzos que yo hacía cuando yo preguntaba si Sofía no sabía nada de lo de Juan Carlos, todo el mundo me decía que no solo lo sabía sino que le animaba en esa dirección". Además, Eyre afirma que lejos del perfil de una reina austera, doña Sofía "es una compradora compulsiva".

Pilar Eyre defiende que el rey emérito no va a volver

La periodista especializada en Casa Real afirma que Juan Carlos I y la reina emérita son "dos perfectos desconocidos" que "no tienen relaciones desde que nació Felipe VI". Aunque cree que el rey solo volverá a España cuando esté mal de salud, de regresar, dice, no se les volvería a ver nunca juntos en un acto público: "Sus amistades femeninas no estarían contentas de que volviese con Sofía".

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Aguas turbulentas - Pilar Eyre

Mensajepor Invitado » Jue 11 Nov, 2021 1:52 am



Bárbara Rey me invitó a almorzar en un restaurante. Le toqué un pecho y un amigo suyo, escondido en un seto, tomó una fotografía. Hoy me ha llamado pidiéndome 100.000 dólares”. Era el 4 de julio de 1994. El rey se lo comunicó tranquilamente al jefe de los servicios secretos españoles, Emilio Alonso Manglano, según cuenta el libro ‘El jefe de los espías’ (Roca editorial), basado en los diarios del propio general recogidos por Chicote y Fernández Miranda. El militar se horrorizó: “Pero Señor, ¡esto es un chantaje!” Aun así, se reunió con diversas personalidades, incluido Felipe González, y decidieron pagarle 25 millones de pesetas, aunque la ‘Pariente’, como la llamaba el rey, quería también un programa de televisión. Se lo dieron, pero la cosa no terminó ahí.

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Sol Bacharach, Corinna y Bárbara Rey

Al cabo de un año, Bárbara Rey volvió a llamar a su antiguo amante, con el que había roto hacía años, le dijo que estaba en mala situación económica y que quería más dinero, mucho más. Como reveló que tenía tres cintas íntimas grabadas en su casa, dos de ellas en la cama, consiguió que de nuevo cedieran a sus pretensiones. Concretamente, cien millones de pesetas de golpe y 50 anuales durante diez años. El acuerdo lo tuvo que suscribir Aznar, pero con tan mal talante que el rey amenazó: “Si quieres, abdico”.

Bárbara no es la única amante del rey que preocupó al jefe de los servicios secretos. Habla de las injerencias de la mallorquina Marta Gayá: “El rey está mal, dedicado completamente a Marta y sus amigos golfos, se desentiende de todo, no hace nada…”. Al cabo de unos años, sin embargo, se cansó también de ella, porque el rey se cansaba de todo, y le confesó al general: “Marta se queja porque cada vez voy menos por allí… Ha habido un despegue”. Lo que no fue óbice para que, tiempo después, le donara dos millones de euros, porque Juan Carlos nunca se desentiende del todo de las mujeres de su vida.

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Sofía no se pudo sentir traicionada, porque el rey le había dejado la situación muy clara en 1990, cuando le dijo que se consideraba un hombre separado y que no se metiera en sus asuntos. Habló también con sus hijos, que reaccionaron mal. Elena y Felipe dijeron que no aguantaban en casa y “la infanta Cristina cogió una borrachera en el Club de Mar”, se lamentaba Manglano en sus diarios.

La reina, a la que siempre hemos tenido por una mujer austera y poco materialista, tampoco escapaba a sus críticas: “Se gasta al año 30 o 40 millones de pesetas en ropa”. No son chismes de periodistas, sino informaciones de una alta personalidad del Estado, además de confidente del rey. El general sabía, como todos, que las mujeres eran la perdición de Juan Carlos. Siempre había sido así. La primera de sus amantes que escribió sobre su vida íntima fue la condesa Olghina de Robilant, una desinhibida italiana con la que tuvo cuatro años de relaciones discontinuas hasta días antes de casarse con Sofía. La primera vez que tuvieron sexo fue un fin de año en Cascaes (Portugal) en el asiento trasero del Volkswagen amarillo de don Juanito. Él tenía 18 años, “pero era muy cálido, sabio, ardiente… sabía perfectamente cómo hacer el amor… se notaba su experiencia, que había tenido ya muchas amantes”. Aunque la novia oficial de esos años era la princesa María Gabriela de Saboya, la alternaba con chicas de la sociedad portuguesa y modelos brasileñas.

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Olghina de Robilant.

Y así hasta las mil quinientas amantes que me confirmó un amigo suyo medio en broma. “Un amor en cada puerto”, añadía, riéndose. Se decía que las fijas las renovaba cada cinco años y las eventuales, cada día. En cada ciudad española mantenía una estable, en Granada, en Coruña, en Valencia, también en Sevilla, donde se rumoreaba que había tenido una hija; lo mismo que con una condesa en Madrid, donde estaba su campo de operaciones más amplio, que incluía ‘madames’ con ‘books’ muy caros en los que había modelos, actrices, presentadoras de televisión, señoritas…

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En Palma se escapaba en helicóptero para ver a alguna novia; en Barcelona también tenía varias, una de ellas una pariente política, otras señoras 'bien', una con título, a otra le puso un piso... Con algunas se veía en un apartamento en Gavá. Todo ello conllevaba arduos movimientos de los servicios de seguridad y la complicidad de las autoridades locales. Su amigo Fermín Bouza explicaba que al rey se le ofrecían multitud de mujeres porque el brillo de la corona era irresistible y además "todo" le funcionaba, ya que él personalmente le había confesado que "de próstata bien". La misma Corinna contó que ella había abandonado al rey por sus infidelidades con varias mujeres y en esa época ¡tenía 75 años!

Desde aquella conversación en la que el rey le dijo que en la práctica estaban separados. Sofía no ha tenido más remedio que aceptar la situación, a veces incluso con humor. Un día de Corpus Christi en el que los reyes visitaban el convento de las Huelgas Reales, Juan Carlos se aburría y quería irse. Como Sofía se quedó rezagada hablando con unas religiosas envió al amigo a buscarla "Señora, dice el rey si es que pensáis meteros a monja de clausura". A lo que la reina contestó: "Dile que no sería malo que se metiese él".

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Aguas turbulentas - Pilar Eyre

Mensajepor Invitado » Jue 18 Nov, 2021 2:06 am



Poco se sabe de la mujer que rompió su familia y destrozó la vida de Miguel Bosé, a la que él llama “bruja” en sus memorias. Mariví Dominguín. “La más pvta de las pvtas”, según Lucía Bosé.

“Luis Miguel ‘Dominguín’ y yo nos quisimos con locura, fue un amor apasionado, ciego, que arrasó con todo”. “Pero, Mariví, ¡que él estaba casado con Lucía Bosé y era el padre de Miguel, Paola y Lucía!”. “Mira, Pilar, yo siempre he puesto el amor por encima de todo, los dos nos lanzamos al abismo, al vacío, sin miedo al escándalo...”. Mariví apretaba los puños y se le escapaban unas lágrimas rabiosas. “¡Sí, Lucía, su mujer! La vida nos hizo rivales, pero merece mi respeto y la defiendo delante de todos”.

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Mariví era Mariví Dominguín, prima hermana de Luis Miguel, su amante, a la que Bosé define como “demonio... mala gente, envidiosa, falsa... lagarta, bruja”, en ‘El hijo del Capitán Trueno’ (Espasa). En el libro explica que los padres adiestraron a la niña desde los 14 años para meterla en la cama del torero por odio a “la italiana”. A los 16 años la casaron misteriosamente con otro, pero la relación con su primo siguió adelante hasta que Lucía los descubrió. Y el torero prefirió a la amante a su familia. “Yo era un sinvergüenza, perdí la cabeza”, se sinceró años después. Mariví, sin embargo, tenía una visión más romántica del asunto: “Fue un amor de novela prohibida, Luis Miguel me llamaba su ‘poupée”, me confesaba un día en el hotel Arycasa de Barcelona. “Me llevaba a las cacerías de Franco, éramos la única pareja ilegítima a la que admitían. El Caudillo se acercaba y siempre nos preguntaba: ‘¿Ya han ido ustedes a misa?’. Y cuando le decíamos que sí, le pedía a Luis Miguel que le contara el último chiste sobre su persona. Hasta que él no reía no reían los pelotas que lo rodeaban”.

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Mariví tenía un bonito rostro triangular, era nerviosa y lista. “Nuestra vida divertida y maravillosa se estropeó por las malditas fotografías...”. Les hicieron un reportaje para la revista Garbo en el que ella, con un sucinto biquini, se sentaba encima de él y lo besaba. Los denunciaron por escándalo público. “Me tiraban piedras por la calle, me insultaban... En la peluquería no quisieron atenderme”. Mariví tuvo una relación paralela y secreta con un importante financiero y, cuando le dijo a Dominguín que estaba embarazada, él repuso: “Ya sé que ese hijo no es mío, ¡fuera de mi vida!”. Y la echó de casa. Pero siguieron viéndose en los juzgados por el dichoso reportaje periodístico. Aunque sus abogados arguyeron que en esas fotos Mariví le estaba haciendo a su primo una limpieza de cutis por estar siguiendo estudios de esteticista, la mentira no coló y les pusieron cien mil pesetas de multa.

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Luis Miguel retomó entonces la relación con sus hijos, rota hasta aquel momento, y se sucedieron las novias, las conocí a casi todas. “Qué pena que la pasión dure tan poco”, se lamentaba. Un amigo suyo me contaba: “Le iba todo, las señoras elegantes y las pvtas viejas”. Vivía austeramente, en su casa la puerta siempre estaba abierta y si le preguntabas si no tenía miedo a los cacos se encogía de hombros: “Como no se lleven el ficus... La televisión no funciona, dormimos en colchones y el único Picasso que tengo es una litografía, los otros se los quedó Lucía”.

Su hermana, la mujer de Antonio Ordóñez, una de las “dominguinas brujas” según Miguel, y una de las mejores personas que he conocido, me contó: “Lucía lo dejó sin nada... Reconozco que es difícil vivir con un señor que tiene un amor en cada puerto, pero ella ya sabía con quién se casaba”. Por estas declaraciones y por la entrevista de Mariví, una noche Lucía me abordó muy alterada en una fiesta: “¿Cómo entrevistaste a esa ‘putana’? Que me tiene respeto, dice. ¿Y lo que me hizo sufrir aprovechándose de que entonces casi no hablaba español? ¡Y lo de mi cuñada no tiene nombre!”. El periodista Antonio Olano consiguió apartarla de mí, ya que era muy expresiva con las manos, aunque al final Lucía me pidió disculpas.

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Miguel habla mal de Luis Miguel ‘Dominguín’ en su libro; sin embargo, a mí me contó que si bien como padre y marido resultaba un desastre, como amigo era adorable, y esa amistad había empezado el día en que el padre le dio el primer porro para fumárselo juntos. “Descubrimos que teníamos el mismo sentido del humor, nos reíamos de las mismas cosas...”.

Claro que el torero no debía estar muy al tanto de la vida de su hijo, porque me dijo: “Miguel no se drogaba ni bebía, ni siquiera cuando se fue a vivir a Londres... Ese porro que le di ha sido el único de su vida”. El propio cantante me reconoció que en su época inglesa había sido drogadicto.

En la última entrevista que le hice a Dominguín en su finca de Andújar me reveló que se había vuelto ecologista y antitaurino: “No puedo ver una corrida ni por televisión. No puedo matar, ni ver matar a un animal, ni en la plaza, ni en la caza... He convertido esta finca en una reserva ecológica, tengo ciervos, gamos, jabalíes, hasta lobos... ¡Cuido muchos a mis animales como desagravio ante la naturaleza, porque he matado a tantos...!”.

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NO ES POR MALDAD - Pilar Eyre

Mensajepor Invitado » Jue 25 Nov, 2021 1:43 am



Este año, el balcón de Mónaco, en su día nacional, parecía el de Rocío Jurado en Chipiona: niños y mayores en confuso montón, apretujados y con pocas sonrisas. Todas las miradas puestas en la que sigue siendo gran protagonista: la princesa Carolina, sin que nadie le haga sombra.

Una Carolina de expresión severa y ausente, preocupada por las aventuras españolas de su díscolo marido, del que al parecer no se divorcia simplemente por el vil parné y por los títulos. Un despechugado Ernesto de Hannover, que parece haber dormido con la ropa que lleva puesta, con aspecto desaseado y la expresión soberbia e insolente del que no ha tenido que trabajar un solo día de su vida, tambaleándose por las calles de Madrid y saliendo inexplicablemente con Claudia Stilianopoulos. ¡Si sus padres, Pitita y Mike, las personas más educadas del mundo levantaran la cabeza! Conocí a una Claudia de siete años en su casa de los Monteros. Mientras su madre me contaba que trataba mucho a Grace de Mónaco y a la reina de Inglaterra, donde su marido era embajador, Claudia, una niña delgada de grandes ojos oscuros, escuchaba atentamente, sentada en el regazo materno. Pitita, que en esa época pintaba, decía soñadoramente “será artista”. ¡Ay el oscuro atractivo de los golfos, Carolina sabe mucho de eso!

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El otro puntal del balcón monegasco ha sido, obviamente, el príncipe Alberto. Solía venir a Barcelona de francachela con su padre, a bordo de su barco Stalca (iniciales de sus tres hijos), atracaban en el puerto y no bajaban ni para comer. Una vez les hicimos una guardia de 24 horas y contamos, y fotografiamos, hasta quince señoras de todas las edades y condiciones metiéndose subrepticiamente en el yate. También servicios de catering con bebidas hasta la madrugada. Lo publicamos y nos llamó indignada la encargada de prensa del principado para que rectificaremos: padre e hijo no estaban de parranda, sino organizando planes y ayudas para las fundaciones benéficas de Rainiero.

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Estefanía el día nacional de Mónaco optó como siempre por un perfil bajo, como si quisiera desmarcarse del glamour y de los focos: zapato plano y un abrigote arrugado que tenía los bajos medio descosidos y las mangas demasiado largas. Una información que publiqué sobre ella, hace años, mereció otra llamada indignada de la señora Lacoste: un día de verano fui con mi familia al Sporting Club de Montecarlo y me tropecé con un camarero español. Sin saber que yo era periodista estuvo contándome que las dos hermanas, Carolina y Estefanía, no se trataban y que el personal debía avisar cuando estaba la una o la otra para que no coincidieran en las instalaciones. Contó también que Carolina no conocía a sus sobrinos y que él había visto a los niños con sus tatas respectivas bañándose en la piscina, ignorándose mutuamente, sin saber que eran primos. Un mes después de que publicara esta noticia se “filtraron” unas fotos de Carolina haciéndole carantoñas a la hija de Estefanía, que la observaba con extrañeza, demostrando que era la primera vez que la veía. ¡Una puesta en escena con la que por aquí estamos muy familiarizados!

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En el balcón de marras estaban también los hijos de Carolina. Los tres mayores, los que tuvo con Casiraghi, que apuntaban maneras cuando eran jóvenes, se han convertido en adultos responsables que viven al margen de los negocios del Principado, lo que otorga más mérito a su presencia ese día. Pierre vive en Milán y trabaja en la empresa inmobiliaria de su familia paterna, Carlota en Paris y Andrea y su mujer son ciudadanos del mundo, financiados por la inmensa fortuna de los Santo Domingo. Los vi una vez cuando eran niños, en el pueblo de la Provenza francesa donde se retiraron a vivir cuando murió el padre. Me impresionó que los cuatro, madre e hijos, salieron de misa y se detuvieron en la panadería del pueblo para comprar unas baguettes. Como una familia cualquiera… si no fuera por el medio centenar de fotógrafos que los acompañaban, caminado al mismo ritmo que ellos. Los niños, pálidos y entristecidos, apenas pestañeaban. Al padre también lo había conocido en Vilanova i la Geltrú, donde acudió a una carrera de lanchas motoras. Doy fe de que es uno de los hombres más guapos que he visto en mi vida. Nos habían advertido que no podíamos acercarnos ni preguntar, pero luego, como pasa siempre, él era tan educado que no dejó de atendernos, aunque solo nos dijo banalidades tipo “la princesa está muy bien”.

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Pocas personas sabrán que, en ese balcón tan publicitado, y que tan modesto resulta al natural, había tres españolitos: Sacha, India y Maximilian. Los tres hijos de Andrea y Tatiana, nietos por tanto de Carolina, tienen la nacionalidad española, que tramitaron a través de un importante despacho de abogados londinense. Tampoco conocerán que tanto Carolina como el príncipe Alberto hablan con cierta frecuencia con Juan Carlos en Abu Dabi. Le tienen mucho cariño, a pesar de lo cual se relacionan también con Corinna. La abuela del rey emérito, Victoria Eugenia, era madrina de Alberto y pasaba todos los inviernos en Montecarlo, en un palacio propiedad de la familia principesca. Fue la introductora de Grace Kelly en la sociedad europea, le aconsejó cambiar de modista, dejar de lado el estilo hollywoodiense y le trasmitió su máxima favorita: “ríe y el mundo reirá contigo, llora y llorarás sola”.

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Aguas turbulentas - Pilar Eyre

Mensajepor Invitado » Jue 02 Dic, 2021 1:49 am



in de año. 1956. En la ‘boîte’ Muxaxo de Cascais se reunían los exiliados. Los hijos del conde de París, los príncipes italianos, los Bulgaria, los Borbón... Juanito llevaba una cinta negra en la manga en recuerdo del hermano muerto, pero era el más animado de la fiesta. De pronto, una mujer curvilínea y voluptuosa se acercó a él cimbrando las caderas. Era la escandalosa condesa Olghina de Robilant, de 23 años, famosa por sus excesos hasta el punto de que saldría en la película ‘La dolce vita’, de Fellini. Bailaron el chotis ‘Madrid, Madrid, Madrid’, los labios de Juanito en su oreja susurrando palabras de amor. Extrañada, la condesa le preguntó si no salía ya con la princesa María Gabriela de Saboya y él contestó con desenfado: “Sí, pero está en Suiza y tú me gustas mucho”. Se sentaron juntos, él no dejaba de meterle mano..., ella se retocaba los labios con nerviosismo y él le dijo: “No te pintes la boca, porque voy a volver a besarte...”. Le arrebató su barra de ‘rouge’ y escribió en la servilleta: “Te quiero”.

Extraviados de pasión, salieron a la noche e hicieron el amor en el asiento trasero de su Volkswagen. “Me besó con sus labios ardientes, secos y experimentados... Era muy sabio en el sexo, aunque solo tenía 18 años. ¡Se comportaba como un hombre y no como un niño!”, relata Olghina en sus memorias, ‘Reina de corazones’. Fue la primera vez de muchas, su relación duró cuatro años. Juanito tenía otras novias, pero siempre volvía con Olghina, un volcán inolvidable que volvía locos a los hombres. Lo acompañaba hasta en las bodas familiares. En una ocasión, para incluirla en un viaje a Rapallo, Juanito tuvo que pelearse a puñetazos con su padre, que quería que rompieran.

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La última vez que se acostaron fue en la pensión Passiello de Roma, unos días antes de la boda con Sofía, y Juanito le enseñó el anillo de prometida que le había hecho a partir de una botonadura de rubíes de su padre. Olghina le contó que durante ese año en que no se habían visto había tenido una hija: “El príncipe se volvió frío como un témpano de hielo y dijo: ‘Espero que no trates de endosármela”. Después le pidió dinero para pagar la habitación que, según cuenta ella en esas memorias, Juanito le devolvió por medio del padre de Alessandro Lequio. Intercambiaron 47 cartas amorosas en las que él se comportaba como lo que era, un cadete enamorado: “Esta noche, en la cama, he pensado que estaba besándote, pero me he dado cuenta de que no eras tú sino una almohada sucia y con mal olor (de verdad, desagradable)”.

En el año 88, Olghina vino a España para chantajear al Rey con esas cartas. Jaime Peñafiel hizo de intermediario y consiguió que Sabino Fernández Campo pagara 8 millones de pesetas a la condesa, que, sin embargo, había hecho copia de las misivas y las publicó en la revista Oggi. En esas mismas páginas, el 13 de septiembre de 1989, contó: “El rey de España es el verdadero padre de mi hija Paola, no lo he querido llevar a los tribunales para no comprometer su futuro”. En sus memorias, dos años después, lo negó y dijo que Paola, hoy una reputada y anónima filóloga profesora de universidad, era hija de un italiano moreno (Juan Carlos ha nacido en Roma). ¿Le pagaron por desmentirlo? Después de todo lo que sabemos sobre las actividades del emérito, no cabe duda.

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Muchos años después, Olghina de Robilant resurgió como un fantasma del pasado en la boda de los príncipes de Asturias, el 22 de marzo de 2004. Vino a España como enviada especial del periódico La Repubblica y su blog Dagospia porque se había hecho periodista. Al parecer, Olghina estuvo en la cena privada que se dio en la Zarzuela, ya que relató la pelea entre Humberto de Saboya y el duque de Aosta, que se odian a muerte a pesar de ser, según se comenta, hermanos. La condesa hizo la crítica más despiadada y feroz sobre la boda que se escribió esos días.

En su artículo detallaba que Paloma Rocasolano “llevaba un sombrero que parecía un orinal” y que en su traje rojo “solo faltaban la hoz y el martillo”, que doña Sofía “tenía unas ojeras impresionantes, se notaba que se encontraba muy mal”, y que la misma Letizia “se hizo esperar veinte minutos con la arrogancia de una diva, tiene una mirada de acero y se cree Evita Perón. La corona de miss España Ortiz parecía de plástico”. Y terminaba resumiendo la ceremonia con estas palabras venenosas: “¡Ha sido un ‘show’ matrimonial tan falso como el dinero del Monopoly!”. De su antiguo novio, comentaba, sin embargo, con cierta nostalgia: “Pobre Juanito, para mí tan trasparente, ¡su expresión todavía me hace reír! Me gustaría cantarle una vieja canción mexicana: ‘Un viejo amor, ni se olvida ni se pierde...”. ¿Quién le habrá contado al emérito que su antigua amante, la mujer que le enseñó todo sobre sexo, ha muerto? ¿Habrá sido la princesa María Gabriela de Saboya, su primera novia, que tenía cierto trato con ella? Juan Carlos sonreirá indulgentemente por los pecadillos de aquel Juanito enamorado y habrá respondido quizás con unas palabras de la última carta que intercambió con Olghina: “Así es la vida, ¡nos pasamos la vida soñando una cosa mientras Dios decide otra!”.

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Aguas turbulentas - Pilar Eyre

Mensajepor Invitado » Jue 09 Dic, 2021 1:58 am



Labios gruesos, pieles sin manchas ni arrugas, pechos turgentes, pelo abundante, dentadura blanca, tipín... Las ‘influencers’ tratan de imponernos sus sofisticados consejos de belleza, en general patrocinados por alguna marca, pero no representan una novedad para las periodistas que hemos tratado con famosos. Mujeres que nos desvelaban generosamente sus truquillos estéticos, casi artesanales, que luego nosotras nos aplicábamos con resultados bastante mediocres, al menos en mi caso. Maruja Asquerino, por ejemplo, me sugirió que me operara la nariz, una intervención a la que ella se había sometido hacía algunos años: “Te daría una expresión más afable... Yo, antes, solo podía hacer tragedias y ahora me llaman para comedias y la gente se ríe conmigo”. Otra Maruja, la Díaz, se hizo la misma operación, aconsejada por Espartaco Santoni: le limaron el caballete. Espartaco contaba que Maruja, cuando se vio por primera vez en el espejo, gritaba:“Ozú, si soy una muñeca”. La actriz solía reñirme: “Mujer, maquíllate los ojos... A los noventa años puedes tener los ojos más bonitos que las de veinte... Es en lo único que puedes ganarles”.

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Sara Montiel, además de exigir una media en los objetivos de las cámaras, se cuidaba por cuatro pesetas. En su casa me enseñó el jabón que usaba para lavarse la cara, uno de color verde, áspero y reseco, llamado Lagarto, y me confesó que solo se ponía crema Nivea, la de la caja azul, aunque al final dejó de usarla: “Me han dicho que engorda”. Claro que había pasado cuatro veces por las manos del cirujano plástico, la primera en Nueva York y las tres siguientes en Barcelona. “Pero las domingas son mías, mira, toca”, te decía cada vez que la en - contrabas (lo hice, eran naturales, aunque tengo que decir que carezco de referencias porque nunca he tocado unas operadas). La estupenda Ana Obregón, sin embargo, sí se aumentó el pecho por consejo de Jimmy Giménez Arnau: “No triunfarás en Hollywood con una silueta tan plana”. Una vez, mientras grabábamos la célebre ‘Máquina de la verdad’ dedicada a Antonia Dell’Atte, Ana me enseñó un truqui: entonces no existían los rellenos inyectables de labios y me dijo que, si quería tenerlos más gruesos, me los untara todas las noches con pasta de dientes. Parecido era el consejo de nuestra querida Lydia Lozano para combatir las ojeras: untárselas con una pomada contra las hemorroides (no olviden ponerse la crema en los ojos en primer lugar).

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Durante un tiempo se dijo que Isabel Preysler usaba una crema de farmacia de tres euros, la habían visto poniéndosela en un vuelo desde Miami. La crema se agotó e Isabel juró que era mentira, que ella usaba unas cremas iraníes. Pero acérquese y escúcheme con atención: a veces, los famosos mienten. Concha Márquez Piquer solo se pintaba ojos y labios, sin base de maquillaje, ya que opinaba que envejecía. Y Tita Cervera solo usaba como cosmético aceite de oliva, como Ana Belén, Paquita Rico e Isabel Pantoja. Aunque Isabel consideró que el aceite no era suficiente y decidió hacerse un ‘lifting’ junto a Encarna Sánchez; entraron a la vez al quirófano. Los resultados fueron tan espectaculares que Laura Valenzuela decidió ponerse en manos del mismo médico para rejuvenecer diez años. Y siguieron Paloma San Basilio, Lola Herrera, Concha Velasco, Campos... Aunque a veces los resultados son nefastos: la supuesta enfermedad de Charlene de Mónaco no es tal. Según me cuentan, su rostro ha quedado totalmente deformado por una negligencia en una operación de estiramiento facial que se hizo con un médico en Dubái. Y conste que no son solo las mujeres las que buscan la fuente de la eterna juventud, desde Julio Iglesias hasta Manu ., desde Bertín Osborne hasta Bustamante, desde el añorado Arturo Fernández hasta Vicente Parra, el pionero, se someten a tratamientos sin fin en clínicas e institutos de belleza. Y no digamos don Juan Carlos, que llegó a tener su propio apartamento en una clínica de estética de Barcelona, donde le aplicaban tratamientos ‘antiaging’ a base de ácido hialurónico y bótox. Una prima mía vino entusiasmada de una audiencia en el Vaticano, en la que se enteró de que el papa Juan Pablo II consumía una papaya diaria como fuente de energía (yo lo hago también). Rocío Jurado, cuando salía de la ducha, se untaba toda entera con Nivea Milk, según me cuenta mi amigo Hilario López Millán. La misma Rocío me enseñó a posar: mirando siempre arriba, la barbilla alzada y los brazos levantados.

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Hablando de brazos... ¿Letizia? Aunque haya mucha leyenda urbana sobre sus cambios físicos, me dicen que su principal trasformación la debe a la hora diaria de pilates que realiza con un exigente entrenador en el gimnasio particular de la Zarzuela, dotado de todo tipo de máquinas de última generación. Se ha convertido también en una adicta al “masaje de remonte”, una técnica para conseguir unos brazos y rostro firmes solo con intervención manual y cremas. La bisabuela de su marido, la reina Victoria Eugenia, dormía a veces con un bistec crudo en cada mejilla y por la mañana se ponía crema Pond’s, de la que llegó a ser imagen. La reina Sofía utiliza productos naturales de una famosa firma inglesa y tiene una manía, que le reveló con su profunda voz de acento prusiano a mi amigo Manuel Pertegaz en una prueba en su taller de la Diagonal: “Mire, Pertegaz, nunca me ponga medias azules... Hacen piernas de muerta”.

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MELBA

Aguas turbulentas - Pilar Eyre

Mensajepor MELBA » Jue 09 Dic, 2021 2:32 am

'' NO ES POR MALDAD'' Pilarica. Ya salio Hilario Lopez de su casa pra contarte ese chisme sobre la que dijo: '' SOY MAS LRGA QUE LA PIQUER''? Oh.. es cierto que Hilario Lopez No solo sabe mucho de la copla andaluza, Hilario Lopez se las arreglo para ganarse muy bien la confianza de las vidas privadas de las copleras, pero SOLO CUENTA LO QUE LE CONVIENE Y LO QUE NO LE CONVIENE NO LO CUENTA.

Hilario Lopez es el unico que sabe LA VERDAD sobre lo que paso en casa de la Piquer entre Rocio Jurado y Dona Concha Piquer. No obstante en '' LAZOS DE SANGRE...'' Hilario Lopez MINTIO. Es imposible que la Piquer le aconsejara a Rocio Jurado que '' NO SE ACERCARA TANTO AL PIANO...'' En un video donde Gracia Montes Canta con Maria del Monte: '' SERA UNA ROSA SERA UN CLAVEL.'' Hilario Lopez esta con Gracia Montes y Maria del Monte cantando muy cerquita del piano. Rocio Jurado esta muerta y por respeto a los muertos que No pueden defenderses, Hilario Lopez DEBERIA DE DECIR LA VERDAD. LA VERDAD NO OFENDE A LOS MUERTOS. La '' MAS GRANDE,''NO SE MOSTRO ALTANERA'' EN CASA DE DONA CONCHA PIQUER. Lo que no sabemos es lo que paso en casa de la Piquer. HILARIO LOPEZ LO SABE Y LO CALLA. Basta conque Hilario Lopez NOS DIJERA POR MEDIO DE QUIEN CONTRATO PASTORA IMPERIO A ROCIO JURADO PARA QUE CANTARA FLAMENCO EN LA TABERNA DEL YERNO DE PASTORA IMPERIO. '' NO ES POR MALDAD'' Pilarica, PERO NO TE FIES MUCHO DE LO QUE TE DIGA HILARIO LOPEZ. Te lo digo por experiencia, ya le he pillado '' cambio de camisa'' a Hilario Lopez.

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Aguas turbulentas - Pilar Eyre

Mensajepor Invitado » Jue 16 Dic, 2021 2:07 am



Era una noche fría de invierno de 1981. Me habían dado el soplo de que Adolfo Suárez, que había dimitido hacía pocos meses de la presidencia de Gobierno, estaba alojado en el Princesa Sofía y que en ese momento estaba tomando una copa en el bar del hotel. Desperté a mi espectacular hermana Olga, el bar estaba casi vacío, solo una mesa ocupada por Adolfo Suárez y un hombre dentudo muy bronceado. Era Manolo Santana,que estaba dirigiendo un torneo de tenis que se celebraba esos días en Barcelona.

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Nos sentamos al lado, haciéndonos las disimuladas. Ambos nos enviaron miradas apreciativas, pero siguieron a lo suyo. Conversaban tranquilamente, quizás nos creían extranjeras. Adolfo le puso a su amigo la mano sobre el hombro. “Has roto con esa chica sevillana tan mona, Mila, ¿no? ¿Cuánto tiempo llevabais?”.“Un año –Santana suspiró tan fuertemente que el camarero pegó un respingo–. Presidente, a veces pienso que Mila es demasiado mujer para mí”. “¿No has pensado en volver con Fernanda?”. Nosotras fingíamos hablar mientras yo tomaba nota mentalmente de todo. Manolo denegó con la cabeza: “Mi matrimonio con Fernanda está acabado”. “Pero no podéis estar así, peleándoos. Tú eres un tío tranquilo, esta chica es joven y tiene temperamento...”. Santana dejó la copa con un golpe seco en la mesa: “Cuando acabe el torneo me voy a Estados Unidos y allí tomaré una decisión, ¡pero no me la puedo quitar del pensamiento!”. Suárez se rio: “Vamos, que estás enamorado como un becerro”. Al día siguiente, con una extraña timidez en el cuerpo, lo entrevisté oficialmente en el Palacio de los Deportes. Ahora me resulta curioso constatar que no rehuyera hablar de su vida amorosa: “Con Fernanda he tenido tres hijos maravillosos y la querré toda la vida. Pero Mila…–sacudía la mano y no la apartaba de ahí– Mila es que Mila...”.

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Lo volví a ver en Marbella al cabo de un par de años, ya casado con Mila Ximénez, con su hija, Alba, de pocos meses. Dirigía el Club Puente Romano y las ‘celebrities’ hacían cola para jugar con él. Yo le decía: “Mira todo lo que te ha dado el tenis”, y él me contestaba con humor y cierta chulería: “Más le he dado yo, el tenis no hubiera llegado tan lejos en España si no hubiera sido por mí... Es verdad que sin el tenis hubiera sido tan humilde como mi propia familia, pero cuando gané Wimbledon puse a España en el mapa del deporte y esto ha generado dinero y reconocimiento para todos”. Los Santana eran la pareja más emblemática y glamurosa de la Marbella dorada. En las cenas, los señores más encopetados querían sentarse al lado de Mila, desde don Juan de Borbón, que le susurraba piropos con voz enronquecida, hasta el barón Thyssen, con evidente alarma de Tita Cervera. Aunque a Mila, una persona más profunda de lo que aparentaba, de vez en cuando se le cruzaban los cables. “Si me sientan al lado del príncipe Alfonso de Borbón, ese tío sieso, somos capaces de estar dos horas sin intercambiar palabra, porque, si él no me habla, yo tampoco”, me confesaba. Santana era todo lo contrario a su mujer, tranquilo, sencillo, atento... No bebía ni fumaba, aunque era la imagen de una marca de tabaco y tenía que posar con un cigarrillo entre los dedos. Se quejaba de la fama de frívolo que le habíamos dado los periodistas: “Cuando he estado suelto me han gustado las mujeres como al que más, pero mientras estuve casado con Fernanda, desde que lo estoy con Mila, no he mirado a otra...”. Le preguntaba si seguía enamorado de ella, porque notaba en Mila cierto cansancio y desapego, pero él se extrañaba:“¡Qué preguntas me haces! Cada día la quiero más. Mira, ayer fuimos a cenar con Felipe González y su mujer, solos los cuatro. Yo soy un tipo soso, pero no sabes lo que se rieron con Mila. Bailaron sevillanas, contaron chistes, estuvimos hasta las tres de la mañana y porque nos echaron del restaurante... Al día siguiente me llamó Felipe y me dijo que era el día en que se habían divertido más desde que era presidente”.

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A Manolo se le notaba orgulloso de esa faceta social de su mujer: “El Rey siempre me pregunta por ella”. Entonces ya se empezaba a hablar de los ligues de don Juan Carlos y traté de tirarle de la lengua: “A ver, Manolo, que a mí me han dicho que por las noches en Madrid os vais de juerga tú, el Rey y Ángel Nieto”. Él reía a carcajadas, enseñándome su nueva dentadura ‘made in New York’: “Pero ¿qué dices? Yo voy a jugar al tenis con él a la Zarzuela y por allí ronda doña Sofía... Siempre viene a ver qué hacemos”. “¿Lo vigila?”. “Oye, a mí no me líes”. “¿Pero el Rey está en buena forma?”. “Es incansable, tiene una energía increíble, un fondo físico excepcional que le permite jugar largos partidos, aunque por supuesto siempre le gano”. “¿Y después?”. “Después nada, ¡pero si a veces viene Mila y tomamos el aperitivo juntos!”.“¿Con doña Sofía?”. “No, el día que viene Mila no aparece”. Se lo comenté a Mila y rio con despreocupación: “El Rey me decía, como un chiquillo travieso: ‘Quedaos a comer, que hoy no está la Reina y lo pasaremos bien”. Tiempos, lugares, personas que ya no volverán.

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eyre

menudo cuadro!

Mensajepor eyre » Dom 19 Dic, 2021 1:39 am



Coronándonos con Pilar Eyre
Esta semana sacamos nuestras mejores galas a relucir porque nos acompaña una periodista de lo más real. Pilar Eyre nos habla de cómo han sentado sus libros en la Casa Real, del amor por sus perros o indagamos en por qué algunos países ya no nos dan puntos en Eurovisión. Dale al play porque esta es la entrevista que en Zarzuela no quieren que escuches




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