FELIPE VI Y LETIZIA YA SON REYES DE ESPAÑA!!

Las últimas noticias de la Realeza. Monarquía vs. República
¿Cuánto reinarán Felipe VI y Letizia?


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EL MUNDO prensa de calidad

Mensajepor Invitado » Mar 06 Ene, 2015 2:27 am

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Roscón erótico para Felipe y Letizia en su 'primera' Noche de Reyes

Tampoco faltará la tradicional corona real que acompaña al dulce en esta noche. La respostería también envía velas aromáticas, pétalos de rosa, el cava y fresas con nata


La primera vez siempre es diferente: el primer amor, el primer beso o la primera noche de pasión, es algo que siempre se recuerda, aunque muchas veces prefiramos olvidarla. El 5 de enero tendrá lugar la primera Noche de Reyes de Sus Majestades Don Felipe y Doña Letizia, tras ser coronados como monarcas de España, y en Lozano han querido que sea inolvidable.

Para ello, la marca de repostería de Elche ha elaborado un roscón de reyes especial, con el mismo mimo y cariño de siempre, siguiendo la receta tradicional, pero un punto más picante que la variedad clásica: las figuritas y juguetes de su interior serán algo más sensuales... y en lugar de haba, habrá escondido un dado erótico, que permitirá a quien lo encuentre 'abrir juego', en lo que sin duda será una noche larga y realmente mágica.

En el envío, junto con el roscón erótico, glaseado y en forma de corazón, no podía faltar la otra corona real. Tampoco las velas aromáticas, los pétalos de rosa, el cava y las fresas con nata; todos ellos ingredientes indispensables para cualquier noche de pasión que se precie. Y es que si algo se han empeñado en demostrar los nuevos reyes es que son una joven pareja, normal y corriente, tan cercana y unida como la que más.

"En Lozano también amamos y seguimos las tradiciones, por eso llevamos cerca de 40 años elaborando artesanalmente roscones de reyes, clásicos, rellenos... y hasta eróticos", reconoce José Luis Lozano, gerente de la empresa.

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Mensajepor Invitado » Sab 31 Ene, 2015 5:16 am

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REINA LETIZIA
SU PASIÓN POR EL CINE ACERCA A LA PAREJA A LOS GOYA

Casa Real no ha rechazado la invitación de la Academia de Cine. El deseo de la pareja es acudir a los premios, pero temen escándalos. Letizia se ha reunido con candidatos en actos informales.

JOSÉ LUIS ROMO


❝Si no hay chapapote ni nada por el estilo a la Reina y a mí nos gustaría ir a los Goya”. Son palabras pronunciadas por Felipe VI a cuenta de los premios de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España. Hace exactamente 15 años que Don Felipe no acude a estos galardones. Pero éste es un año especial, su primer año de reinado junto a Doña Letizia, una Reina que ha hecho de su pasión cinéfila una de sus señas de identidad.

Igual que Doña Sofía se significó con su amor por la música lírica, la nueva consorte es famosa por sus salidas al cine. Precisamente, una de las pocas ocasiones en las que la consorte ha acudido a la ópera fue para ver el Cosi Fan Tutte de Michael Haneke, uno de sus directores favoritos, al que tuvo la ocasión de conocer con motivo de los Premios Príncipe de Asturias de 2013 y del que es fan.

Sin duda, la opinión de Doña Letiza pesa en la intención del Rey respecto a volver a la gala de los Goya. Hace tiempo que desde la Academia les mandaron la invitación y en Casa Real no la han rechazado. “En el 25 aniversario de los premios también les invitamos y en seguida dijeron que no”, cuentan fuentes de la industria. Así pues, parece que el próximo sábado 7 de febrero, los Reyes podrían presidir los Goya. Un apoyo necesario para una industria maltratada por las políticas del Gobierno. Sin embargo, Zarzuela aún no ha confirmado su asistencia a la gala y no consta en su agenda de actos publicada ayer viernes. LOC ha llamado a Casa Real y la respuesta es ambigua. “No figura, pero todas las semanas se añaden más actos”.

Este suplemento ha podido saber que, durante los últimos días, en Casa Real se ha invitado a varios candidatos a los premios a reuniones informales. “Quieren asegurarse de que la gala no se desmadrará, que no va a salir un Willy Toledo gritando ‘¡viva la república!’ o algo así”. Este lunes, por ejemplo, Carlos Vermut, nominado al Goya por Magical Girl, una de las favoritas a la gala con siete nominaciones, ha sido convocado a Palacio. Hace ya tiempo que las meriendas o las cenas con gente de la industria cinematográfica tienen lugar en Zarzuela. A Letizia le gusta estar en contacto con personas a las que admira por sus películas. Sin embargo, nadie en el mundillo reconocerá haber acudido a una de estas reuniones. Parafraseando la mítica película de David Fincher: la primera regla del club de la lucha es no hablar del club de la lucha. Joaquín Sabina cometió la indiscreción de narrar su cena principesca (a la que invitó a Penélope Cruz o Ana Belén) y no sentó bien en Casa Real.

Los mencionados Michael Haneke o Carlos Vermut son un buen ejemplo del tipo de directores que le interesan a Letizia. Autores con universos personales y no aptos para palomiteros. Aficionada a la versión original, la Reina está muy al día en cuanto a lo que se cuece en los márgenes de la industria. La primera película de Vermut, Diamond Flash, la descargó porque no llegó a estrenarse en salas comerciales.

Aunque vea filmes de acción como El amanecer del planeta de los simios, su gusto se inclina más hacia los dictados de Cahiers du Cinemá (aquí: Caimán, cuadernos de cine). Hace años, cuando visitó EL MUNDO, confesó que la página de La Luna de Metrópoli que no se perdía nunca era la que muestra las estrellas de la crítica cinematográfica. Si no fuera poco respetuoso, se la podría calificar de gafapasta. Tengamos en cuenta que celebró su décimo aniversario de boda acudiendo junto a Don Felipe a la Cineteca de Madrid para ver una película inédita de Orson Welles de 1938. Ahí es nada.

Como un soplo de aire fresco, Doña Letizia ha cambiado la forma de ver cine en palacio. Zarzuela cuenta con su propia sala de cine. Luis, su antiguo proyeccionista, solía ir dos o tres veces por semana para poner algún filme, principalmente, a Doña Sofía. Las películas eran las que se depositaban en el ICAA (Instituto del Cine) para calificaciones. Sin embargo, Doña Letizia prefiere acudir al centro para ver las películas de estreno. Lo cual ha dado para múltiples anécdotas. Un día unos espectadores tuvieron que levantarles de sus butacas porque se habían confundido de localidad. Hay muchas más.


SUS CINES FAVORITOS

Durante un tiempo sus cines favoritos fueron los Renoir Princesa. De hecho, existe una relación muy cordial entre Letizia y el presidente de la Academia Enrique Rodríguez Macho (otro punto a favor para que la pareja acuda a los Goya). Pero en los últimos tiempos la sesión golfa de los cines Yelmo Ideal parece ser su favorita. La gente alucina al verlos, pero ellos lo llevan con naturalidad. Compran palomitas y esperan como cualquiera en caso de que aún no se pueda entrar a la sala. Sus guardaespaldas siempre piden a los espectadores que no saquen fotos. “Es un momento privado”, dicen. En alguna ocasión especial, la Reina ha pedido que se cerrara una sala para ella. La privacidad en ocasiones es necesaria.

Ahora queda por ver si la cinefilia de la Reina hace que Don Felipe regrese a los Goya más de una década después de que Almodóvar le cantase Cumpleaños feliz.


LA OTRA CRÓNICA EL MUNDO SÁBADO 31 DE ENERO DE 2015

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Mensajepor LOC » Sab 31 Ene, 2015 5:32 am

REY FELIPE VI
EL ‘SEXY KING’ DE EUROPA Y EL MARIDO MÁS ENTREGADO

Don Felipe ha triunfado fuera de España tanto como Letizia. Nuestro Rey ‘atractivo’ no sólo destaca como orador, sino también por su humor y entrega a la familia. Sólo falla cuando se viste de ‘sport’.

BEATRIZ MIRANDA


EL REY FELIPE cumplió ayer 47 años y lo hizo por primera vez como monarca. Pero, lo que es más importante: acaba de cumplir siete meses en el trono. Un periodo quizá un poco prematuro para evaluar su labor como jefe del Estado aunque, de momento, la sensación es positiva. La noche previa a su cumpleaños no faltó al 25 aniversario de Antena 3 en vez de irse al cine o a cenar con su mujer. Además, la jornada de celebración se la pasó trabajando en Etiopía y no soplando las velas en la intimidad de una estación de esquí, una de sus grandes aficiones, con sus amigos y/o su familia nuclear. Y eso que era viernes, casual day. Una actitud intachable que, indudablemente, le hace sumar puntos.

No hay más que echar un vistazo a los titulares de la última mitad del año relacionados con la Corona para darse cuenta de que el estreno de Felipe VI en el trono es mejor que el ocaso de su padre, Don Juan Carlos.

Un buen termómetro para medir la temperatura de la institución es el CIS. Pero también la prensa internacional. En el último barómetro, que data del mes de noviembre, la Monarquía sólo suponía un problema para el 0,2% de la población española, el porcentaje más bajo de los últimos meses, ya que hace un año lo era para el 0,6%.

La institución ocupaba un tímido puesto 29 entre los principales quebraderos de cabeza de los ciudadanos, mucho más afectados por la crisis, la corrupción política o el paro.

Con Felipe VI, España no teme fotos comprometidas con elefantes o amistades entrañables con aristócratas rubias. El país también espera de él más mano izquierda y firme con su hermana y su cuñado y, por supuesto, ansía una mayor transparencia. Sin embargo, la calificación que aún obtiene la monarquía es muy baja: 3,72. Aún suena más a vieja que a Europa.

Nada más proclamarse Rey, Don Felipe ha cautivado casi tanto como Doña Letizia al resto del mundo, conocedor en gran parte de la delicada situación de Zarzuela. Medios rosas como el US Weekly cayeron en la cuenta de que nuestro monarca era muy “atractivo”, un hecho objetivo que no es noticioso desde hace mucho en España, pues ya desde Príncipe, Felipe de Borbón y Grecia es un hombre guapo.

Lecturas frívolas de su llegada al trono ha habido muchas más de las que creemos; no sólo se las han dedicado a la Reina y a su indumentaria. “Letizia de España y Mary de Dinamarca son las únicas consortes que pueden presumir de tener maridos sexys”, publicaba un lector en un debate abierto en el portal Newmyroyals.com. Los periódicos extranjeros en general destacaban de Don Felipe que era “el primer rey constitucional, el encargado en reconectar a su pueblo con la monarquía”.


DE GIRA

Con clara intención de mejorar la marca España, el Rey Felipe ha intensificado sus viajes oficiales al extranjero. En estos siete meses ha visitado con Letizia Alemania, el Vaticano, Portugal, Francia, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, EEUU e Italia. En solitario, ha estado en México, en Lieja (Bélgica), en Riad y en Etiopía.

En todas partes han valorado sus profundos discursos, textos que seguramente Letizia le ha ayudado a supervisar y que estaban plagados de guiños en un gesto de hermanamiento con los lugares que daban su primera bienvenida como Rey, un rey mejor orador, por cierto, que el anterior, su padre. Si bien, algunos medios internacionales han reparado en la personalidad y el carácter de Felipe y no tanto en su profesionalidad.

En México, el diario El dictamen se hizo eco de su sentido del humor al viajar de Rodríguez al país donde vivió su esposa durante su primera etapa como periodista. “No se preocupen, con estos retratos no me siento solo”, dijo mientras señalaba los cuadros de sus bisabuelos, los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia, que presidían la sala del edificio de Veracruz donde rindió homenaje a los mexicanos emigrados a España.

El Daily Mail, por su parte, publicó durante la visita de nuestros Reyes a Berlín, un álbum de fotos en el que se demostraba la complicidad entre los Reyes. Calificaron a Don Felipe de “simpático y sonriente” y se prodigaron con imágenes de carantoñas entre él y su esposa.

Siempre pendiente de Letizia y de sus hijas, Don Felipe sobresale por su formación políglota, universitaria y militar, pero también como buen marido y padre. En lo único que patina es a la hora de vestirse de sport. Porque cuando va de uniforme causa el efecto Oficial y caballero, al igual que Haakon de Noruega y Federico de Dinamarca, otros bellos reales.

Desde que se casó con Letizia, Don Felipe escoge una serie de prendas un tanto anticuadas cuando no está de servicio. Cazadoras de cuero con hombreras tipo Juez Garzón, calcetines negros con castellanos burdeos... En ese sentido gustaba más cuando estaba soltero, veraneaba en Palma y compartía un look más clásico y pijo con su primo Pablo de Grecia.


LA OTRA CRÓNICA EL MUNDO SÁBADO 31 DE ENERO DE 2015

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Mensajepor Invitado » Sab 28 Feb, 2015 10:47 pm

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El Rey (+52), la Reina (+44) y la Nación

Los intentos de banalizar su agenda están condenados al fracaso, porque la Reina está demostrando un espíritu de superación francamente elogiable

JOSé ANTONIO ZARZALEJOS


La ausencia de sentido institucional y político de nuestra clase dirigente dio su medida -su ínfima medida- en el debate sobre el estado de la Nación. Ni en el balance del Presidente (del PP, no se olvide) -que era donde correspondía- ni en el discurso del líder de la oposición, se puso en valor la apuesta regeneracionista que, in extremis, realizó la Corona en junio de 2014 al abdicar de ella Don Juan Carlos en su hijo, el hoy Felipe VI. Esa sucesión en vida del Jefe del Estado y la reforma de la Constitución en agosto de 2011 son los hechos netamente políticos más importantes de los últimos años. Y pasaron desapercibidos nada menos que en el último balance sobre el estado de España esta misma semana.

Algunos pensarán que el acontecimiento de la sucesión en la Corona fue un acto meramente simbólico. En absoluto. Fue la activación de una previsión constitucional que introdujo en un fuerte estrés al sistema y a la Monarquía, que estaba nominativamente encarnada en la persona de Don Juan Carlos. Felipe VI es un Rey no mencionado en la Constitución, sino previsto como sucesor de su padre y, por ello mismo, desposeído del carisma iniciático del reinado anterior y obligado a asumir, con todas sus consecuencias, una Monarquía parlamentaria. Pero fue algo más: la abdicación del Rey -y el comportamiento intachable de Felipe VI y de la Reina desde que aquel fue proclamado por las Cortes- han introducido un precipitante en la vida pública nacional. Un Rey de 47 años recién cumplidos no es un Rey de 77, porque su juventud y su energía operan en cascada y de manera tácita sobre la sociedad.

En rigor, la proclamación de Felipe VI ha sido el único factor regenerador de la democracia española, que está situada en el trance de un profundo cambio al que el propio Rey no puede ser ajeno, porque necesitará una suerte de relegitimación que ya está poniendo en práctica mediante el ejercicio de su magistratura. Un ejercicio discreto, eficiente y oportuno que no ha merecido de la clase política ni una sola mención, pero que las encuestas reflejan indubitadamente.

La de Metroscopia de El País del pasado mes de noviembre no podía ser más expresiva: la valoración del Rey era de +52 (sólo el 14% le desaprobaban) y la de la Reina del +44 (sólo un 18% la desaprobaban), mientras que Rajoy era rotundamente suspendido (-63), al igual su vicepresidenta (-57), Pedro Sánchez (-17) y Rosa Díez (-18). Sólo se salvaba de la quema Susana Díaz con un escuálido +5. Con estos datos, ¿no podían nuestros políticos poner en valor el comportamiento de los Reyes? Lo atribuyo más a torpeza que a mala intención. La ocasión la pintaban calva para reforzar lo que es un hecho: la disolución de los brotes republicanos y la recuperación de la estabilidad institucional luego de unos años en los que la Corona atravesó una fuerte crisis.Llamar la atención sobre la alta valoración de la Reina Letizia tampoco es sobreabundante. Los intentos de banalizar su agenda o sus apariciones podrían estar condenados al fracaso, porque la consorte de Felipe VI está demostrando un espíritu de superación francamente elogiable. Ella es un flanco débil y muchos se ensañan con su persona y sus comportamientos cuando no lo merecen en absoluto.

Voy, sin comentario adicional, a reproducir un párrafo acertadísimo del último ensayo de Jon Juaristi (“A cuerpo de Rey”, editorial Ariel) acerca de la Reina:

“De modo que uno de los flancos más desprotegidos, si no el más, ante los ataques a la Monarquía constitucional española, hoy por hoy, se llama Doña Letizia, cosa que saben muy bien los antimonárquicos de toda laya, pero sobre todos los de derechas. Como observa Barraycoa, por ejemplo, ‘la gran diferencia de Felipe VI con respecto a sus antepasados es que está casado con una plebeya y de pasado republicano’. Esta es, claro está, una advertencia a los monárquicos netos (…) Pero no hay que ser demasiado perspicaz para adivinar que lo que verdaderamente molesta de la Reina a la derecha católica es su falta de ejemplaridad. Para el moralismo clerical, Letizia es una pecadora pública, divorciada, cripto-atea (…) O sea, como miles de mujeres españolas. No se trata de comportamientos criminales ni deshonrosos. Aunque bastarían para condenarla al infierno según sus detractores (una banda de hipócritas). Obviamente, frente a esta turba de inquisidores, hay que defender a la Reina. Cada ciudadano demócrata debe ser su campeón”.

Lo suscribo.

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Mensajepor Invitado » Sab 21 Mar, 2015 4:35 pm

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"Letizia supo que Urdangarin ponía a Felipe en contra de ella"
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Llegó a Palacio con pocos apoyos. Cuestionada. Y se granjeó un enemigo mayor que el rey Juan Carlos: Iñaki Urdangarin. Diez años después, y tras sortear todos los obstáculos, Letizia, la primera reina plebeya de la Monarquía española, le ha dado la vuelta a las encuestas. Se ha convertido en la tabla de salvación de una institución dañada por los escándalos. Vanity Fair habla con sus personas más cercanas y descubre cómo ha superado la crisis matrimonial con Felipe... y la de la propia Corona.


Seis y cuarto de la mañana. Suena el despertador en el Pabellón de los Príncipes. La reina recibe a su peluquera de confianza, la misma desde sus tiempos de presentadora en Televisión Española. Ya peinada, baja a la cocina para preparar con tranquilidad el desayuno a Leonor y Sofía. Es ella quien las despierta y las viste. Cereales, lácteos, fruta, e infusiones. Un menú contundente, pero sano.

Mientras las niñas se dirigen al colegio, ella aprovecha para leer la prensa y, si hay acto oficial, elegir vestido. Así arranca una jornada de Letizia. Sin doncellas ni ayudas de cámara. Es la tónica de un reinado que empezaba el 19 de junio de 2014, no sin antes superar muchos escollos.

    Desde la Casa Real se habló de “altibajos” en la pareja.
    “Sí, atravesaron una crisis. Y gorda. Nos temimos los peor”,
    admite alguien que durante esa época estaba muy unido a ella.

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La primera reina plebeya de la Monarquía española llegó a palacio cuestionada. Muchos dudaban de la idoneidad de una profesional de clase media, divorciada, nieta de un taxista e hija de una sindicalista para contraer matrimonio con el heredero de la Corona. Víctima del menosprecio de un sector de la nobleza, en la Familia Real tampoco se lo pusieron fácil. Si con sus parientes políticos los vínculos nunca llegarían a estrecharse, con su suegro la falta de sintonía era evidente.

Todo cambió con la proclamación. “Últimamente, y subrayo, últimamente, don Juan Carlos me ha comentado en privado que Letizia lo está haciendo muy bien”, revela Fernando Ónega. Aunque el monarca emérito no era su único oponente. “Urdangarin siempre fue el enemigo número uno de Letizia en la Familia Real, incluso antes de que estallara el caso Nóos”, revela una persona que conoce desde niña a la reina. “Ni el rey ni las infantas. Iñaki”, insiste.

Antaño amigos y confidentes, Cristina e Iñaki pasaron de cobijar en su casa de Barcelona el noviazgo entre Felipe y Letizia a ser considerados personas non gratas. Esta áspera relación con la familia política junto al declive de una institución tocada por los incidentes de Botsuana y la aparición de Corinna zu Sayn-Wittgenstein pusieron en jaque a los entonces príncipes. Tensiones que agravaron una crisis matrimonial que trascendió a los medios en 2013. Rumores tan insistentes que obligaron a La Zarzuela a dar explicaciones. Desde la Casa Real se habló de “altibajos” en la pareja. “Sí, atravesaron una crisis. Y gorda. Nos temimos los peor”, admite alguien que durante esa época estaba muy unido a ella.

El reportaje continúa en el número 80 de Vanity Fair, ya a la venta.

A continuación, los titulares que más darán que hablar:

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    “Al principio existía una entente cordial, hasta que letizia supo que iñaki ponía a felipe en contra de ella. si antes la relación era fría, tras el Caso Nóos se hizo insostenible”, asegura un íntimo de la pareja.

    “El caso Nóos le afectó mucho. Letizia se mostraba distante, a la defensiva. pero si hubo mal rollo entre ambos, ya desapareció. ahora van de la manita”, zanja un ex alto cargo de Zarzuela.

    “Antes de casarse con felipe, letizia era una mujer tremendamente conservadora en lo concerniente al matrimonio. a veces caemos en la ligereza de pensar que alguien divorciado es liberal”, advierte Alfredo Urdaci.

    Antes del anuncio del compromiso, letizia sufrió un accidente de coche. “al salir del túnel la sorprendió una tromba de agua. intentó frenar, sin poder evitar el aquaplaning y provocó una colisión múltiple”, asegura Alfredo Urdaci.

    Ella misma escribe sus discursos y también mete pluma en los de Felipe. intentó seguir ejerciendo de periodista tras el anuncio de compromiso con el entonces príncipe y RTVE se reunió con casa real para ver si era posible, pero la idea se desechó.

    Ella misma escoge su vestuario, no tiene enlace con las marcas ni estilista, compra las prendas o las encarga por catálogo. “Lo que le interesa es ir correcta. no busca ni la tendencia ni la elegancia”, dice su amigo Matías Rodríguez.

    “Solo se ha operado la nariz, jamás se tocó el mentón y es completamente falso que vaya a someterse a una braquioplastia. ¡pero si es pura fibra!”, explican sus íntimos.

    “Le gusta hacer footing por las inmediaciones de palacio o montar en bicicleta. Y no tiene entrenador personal”, asegura una amiga.







    LOURDES GARZÓN, DIRECTORA DE VANITY FAIR
    "Doña Letizia ejerce ahora el poder de una forma real"
    Lourdes Garzón, directora de la revista Vanity Fair ha visitado Espejo Público para comentar el principal artículo del último número dedicado a la reina Letizia. "Ella ejerce ahora el poder de una forma real. Ha cambiado muchas cosas y ha dado su personalidad. Desde pequeñas cosas como cocineros que se eligen, hasta la organización interna de la casa", asegura. Garzón ha relatado que el caso Nóos fue un momento muy complicado en la relación entre los reyes pero todo se ha reconducido.


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Mensajepor Invitado » Dom 26 Abr, 2015 10:03 pm

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El Rey pasa de onomásticas


Los tiempos cambian. Y si no cambian da igual, porque este Rey parece decidido a que lo hagan. Habrá, por ejemplo, quien se acuerde de aquellas luminosas recepciones con las que Juan Carlos I recibía en los jardines de Sabatini a lo más granado de la españolidad. Una mini corte de largo y olor a azahar se daba cita a los pies del Palacio Real en aquellas cálidas noches de San Juan de la primera década de su reinado. El monarca celebraba su onomástica, y lo hacía por todo lo alto, junto a banqueros, intelectuales, famosillos del colorín, socialistas de pajarita y parejas de moda, como Miguel Boyer e Isabel Preysler. Los años 90 fueron algo más sobrios que los 80, y para cuando llegó el cambio de siglo, el viento de la Historia ya se había llevado consigo al Príncipe Tchokotoua, a Mario Conde y todo aquel primer glamour de couché (luego vendría otro).

Pero de las cálidas noches de San Juan no quedó más que algunos recuerdos en papel sepia. Eso, y un guiño particular del Rey Juan Carlos hacia las Fuerzas Armadas. Porque hasta su abdicación, el monarca cumplió con la tradición de conceder por su onomástica, al igual que por la Pascua Militar, las Cruces (refrendadas por el Ministro de Defensa) y la Gran Cruz (por todo el Consejo de Ministros) al mérito militar, aeronáutico y naval.

Pero los tiempos cambian, decíamos, y también las circunstancias. Resulta que el nuevo Rey no se llama Juan. Y que aunque San Felipe tiene varias fechas reservadas en el santoral -23 de marzo, 3 de mayo, 4 de junio...- no hay indicios de que el joven monarca lo celebre ni siquiera en la intimidad. La Casa, siempre adicta a la atonía, tiende a minimizar estos detalles, pero la secularización de la Jefatura del Estado es un hecho sutil y progresivo.

Como lo es el acercamiento de Don Felipe a ese mundo de los cuarteles con el que tanta empatía y fidelidad recíproca mantenía su padre. No hay más que recordar su reciente visita al Líbano, y esa potente imagen de un altísimo y remozado capitán general en uniforme de campaña. O la reanudación de sus audiencias oficiales a altos cargos castrenses, como la de este pasado lunes.

Así, y pese a lo que algunos temían, los militares tendrán en junio su tradicional reparto de condecoraciones. Pero no será el 25, festividad de San Juan, sino el 19, esto es, el aniversario de la proclamación de Felipe VI. Este año, el primero. Tenue e Ingenioso es el giro del nuevo señor de La Zarzuela, quien poco a poco, pasito a paso, sigue marcando distancias e inaugurando reinado.

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Mensajepor LOC » Sab 13 Jun, 2015 3:53 am

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ENCUESTA


1. ¿Qué es lo que más le ha gustado de Letizia en su primer año de Reina?

2. ¿Qué cosas cree que necesita mejorar o cambiar?

3. ¿Qué cree que aporta Letizia a la monarquía?

4. ¿Cuál cree que ha sido su mejor momento como Reina de España?



CARLOS FITZ-JAMES STUART
Duque de Huéscar y futuro duque de Alba

    1.- Lo que más me gusta de la Reina Letizia es su naturalidad, simpatía y humanidad.

    2.- No cambiaría de ella nada importante. Si acaso le sugeriría que se pusiera la mantilla española más a menudo.

    3.- Letizia aporta a la monarquía un estilo nuevo. En definitiva, da frescura a la institución.

    4.- El momento de este año en el que he visto a Letizia más Reina que nunca ha sido en el último viaje a París. Ha estado extraordinaria. Los Reyes son un orgullo para los españoles, todo un ejemplo en su saber. El discurso de Felipe VI en la Asamblea Nacional fue magnífico.

FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Periodista

    1.- Lo que más me ha gustado de Letizia este año es que por primera vez vemos a una Reina que está con el Rey. Ninguno de los tres borbones anteriores ha tenido una reina a su lado de forma activa. Ni Doña Sofía, ni Doña Mercedes, ni Ena han estado al lado de sus maridos.

    2.- Creo que Letizia debe dejar de transmitir esa sensación de tensión y control sobre el Rey Felipe y sus hijas. Está demasiado pendiente de ellos. El Rey lo hace fenomenal, que deje de ser tan perfeccionista porque él no va a meter la pata. También la animaría a que se creyera un poco más su papel de Reina. A veces pienso que no se lo termina de creer del todo.

    3.- Letizia aporta dos niñas que son una preciosidad y están muy bien educadas comparadas con Froilán y cía. Es una madre extraordinaria. Al final, la más progre que ha pasado por Zarzuela le ha dado a la monarquía lo más tradicional: una familia.

    4.- El día que he visto a Letizia más Reina fue el día de la proclamación. Por primera vez se vio a una Reina en el discurso de un rey español. Don Felipe condenó a su padre y elogió a su madre.

FERNANDO SÁNCHEZ DRAGÓ
Escritor

    1.- A mí siempre me ha gustado Letizia. Es guapa, simpática, e inteligente desde antes de ser Reina. Ya lo era cuando de Princesa y de periodista. Es una mujer cariñosa y le gusta mi barrio, Malasaña.

    2.- Animaría a Letizia a que cogiera un kilillo más. Yo la veo como mujer, y no como Reina.

    3.- Letizia aporta sangre roja, no azul, del pueblo, a la monarquía.

    4.- No sé en qué momento la he visto más Reina, yo vivo ajeno a los asuntos palaciegos.

CUSTO DALMAU
Diseñador

    1.- Letizia me gusta en general, teniendo en cuenta el papel complicado que tiene que desempeñar.

    2.- Letizia lo hace muy bien, pero evaluarla en su primer año es injusto, aún tiene que crecer y desarrollarse como Reina.En cualquier caso, le pongo buena nota a su debut. Siempre está fantástica.

    3.- Ella aporta aires nuevos a la monarquía.

    4.- La semana pasada en París estuvo fantástica.

RAFAEL CANOGAR
Pintor

    “Preferiría no centrar mi opinión en la Reina Letizia. A mi juicio, los nuevos Reyes actuán más positivamente que los anteriores. El Rey Felipe es un rey preparadísimo, y junto a su esposa aportan una nueva forma de ser, estar y hacer. Me siento muy orgulloso de la monarquía española. No les cambiaría nada, además, no soy quién para hacerlo”.

ANTONIO GARCÍA FERRERAS
Periodista

    1.- Letizia no ha cometido errores y ha aportado aciertos en un momento extremadamente delicado para la Corona. Ha sobrevivido al microscopio mediático que controla cada uno de sus pasos y de sus gestos.

    2.- Creo que poco a poco debería irse aproximando más a los colectivos más golpeados por la crisis.

    3.- Letizia aporta a la monarquía un punto de heterodoxia realmente interesante.

    4.- Su mejor momento ha sido la primera recepción como Reyes con los representantes de los colectivos de gays y lesbianas. La primera vez en la historia. Orgullo real.

PALOMA SEGRELLES
‘Socialite’

    1.- Lo mejor de Letizia este año ha sido su profesionalidad, es como si hubiera nacido Reina.

    2.- ¿Si cambiaría algo? No. Nunca llueve a gusto de todos. Entre el pueblo hay diferentes opiniones y las críticas a veces son injustas con ella.

    3.- Letizia ha aportado sencillez y cercanía a la institución.

    4.- Para mí lo importante de Letizia no son los modelitos que lleva, sino es el ‘modelito interior’. No me gusta cuando se habla de las mujeres por cómo van vestidas, porque parece que somos floreros. Si me preguntaras por el Rey, no me preguntarías por sus trajes.

ANA ROSA QUINTANA
Periodista

    1.- Lo que más me ha gustado de Letizia en su primer año ha sido situarse en un segundo plano.

    2.- Creo que Letizia mejoraría si se relajase un poco más en su imagen pública. En privado, no puedo hablar porque no la conozco.

    3.- Lo que aporta a la institución es precisamente eso, imagen.

    4.- Con respecto a su mejor momento como Reina, Creo que con el tiempo está vistiendo mejor. Va más apropiada a los actos públicos. En concreto, me gustó mucho aquella vez que se puso un traje de noche negro con encaje de Carolina Herrera en la recepción en Zarzuela a la presidenta chilena Michelle Bachelet.

PACO LEÓN
Actor y director de cine

    1.- Lo que más me gusta de la Reina Letizia es que le gusta el cine y que siga yendo a ver películas.

    2.- Creo que Letizia debería poner de su parte para modernizar la institución. La monarquía no es nada moderna.

    3.- Letizia aporta a la monarquía el manejo de la información. Ella sabe cómo tratar a los medios por su pasado como periodista.

    4.- ¿Su mejor momento como Reina? No sé… Ella me viene a la cabeza con los típicos vestidos de cuando todavía no era reina, como aquel traje de chaqueta blanco de Armani de la pedida de Mano. Desde que es Reina no he reparado en muchas fotos suyas, no sé ni qué estilo tiene, la verdad. Me cae bien, pero muy levemente.

ANA GARCÍA SIÑERIZ
Presentadora y crítica de cine

    1.- Me gusta la energía y el entusiasmo con la que ha iniciado esta nueva etapa, visible en todo momento. También la facilidad para el contacto directo con la gente que se aprecia en cuanto se sale del puro acto institucional.

    2.- Creo que lo está haciendo bastante bien, pues lo que exige su papel lo cumple a la perfección.

    3.- Aporta conexión con el mundo real, que no Real. Tiene amigos y familia que son como los de todo el mundo, y una vida anterior a su estatus actual que hace que pueda entender los problemas a los que se enfrenta la mayoría de la gente y que, a veces, en ciertos ambientes, sólo conocen por las películas.

    4.- Me gusta cuando va vestida sobria. ¡En Nina Ricci la visten regia!

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Mensajepor Invitado » Sab 13 Jun, 2015 5:06 pm

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LA SONRISA ETRUSCA DE LA REINA LETIZIA

Hace un año, Doña Letizia dejó de ser una Princesa triste para convertirse en una Reina feliz. En los 12 meses de reinado, los monarcas han cambiado su círculo de colaboradores y han acabado con las filtraciones sobre su vida personal. El trabajo y el físico de la Reina son los principales motivos de satisfacción

EMILIA LANDALUCE


Doña Letizia (42 años) presenta a la Princesa de Asturias a una de sus amigas, ex compañera en uno de los medios de comunicación en los que trabajó durante sus años civiles. Por supuesto, la fuente prefiere mantener el anonimato. «No imaginas cómo se pone si sospecha que has largado algo a la prensa», comenta a La Otra Crónica esta reportera retirada.

-Mira Leonor, ésta es la tía X. Es periodista pero puedes decir lo que quieras.

La Princesa, como cualquier niña, se muestra al principio tímida y apenas balbucea unas palabras de presentación.

La Reina insiste.

-Que puedes decir lo que quieras aunque sea periodista. No pasa nada.

Leonor ya habla tranquilamente y justo cuando su progenitora parece dispuesta a insistir por tercera vez en que su interlocutora es periodista pero «de confianza», la niña reacciona ante la previsible cantinela.

-Mamá YA SÉ que es periodista y que no pasa nada.

El próximo viernes se cumple un año desde que los Príncipes de Asturias devinieran en Felipe VI y Letizia I de España y V de Malasaña. [Es de justicia reconocer que en el barrio madrileño nunca han faltado las Leticias de postín].


En boca cerrada

Desde entonces, el rostro regio ha mudado su expresión crispada a otra mucho mas relajada y segura.

En esta ocasión no se trataría de los consabidos retoques en nariz, pómulos y mentón por motivos de salud, sino de una sensación de serenidad que ha conseguido transmitir a todos los que observan sus movimientos clic de Playmobil. ¿Habían visto alguna vez tanta rigidez en un ser vivo?

Es un hecho incuestionable: Letizia ha dejado de ser una Princesa triste para convertirse en una Reina feliz.

Se le notó en el mismo día de la coronación. Como si hubiera dicho, a lo Rosa Benito, lo he conseguido. La Reina también reina. Sobre todo en Zarzuela.

Precisamente, la anécdota sobre Doña Leonor y la periodista revela una de las principales obsesiones (y seguramente, el mayor triunfo) de Letizia I de España: el control de la información relativa a su familia y a la Institución.

Eso es a lo que se deben de referir los plumillas cortesanos cuando dicen que «la Reina ha encontrado su sitio», frase, por cierto, ya demasiado manida.

El lugar, ese sitio que los Borbón eran incapaces de encontrar, debe de ser un estado mental. [Que sepamos] La Reina sigue residiendo en el mismo pabellón de Zarzuela en el que como Princesa parecía sentirse atribulada, insegura e infeliz.

No se trata de una incoherencia. Zarzuela es, precisamente, lo que más ha cambiado en el primer año de reinado de Felipe VI [y Letizia I]. ¿El motivo? El juancarlismo, generalmente crítico con Doña Letizia y principal filtrador de cuitas familiares ya superadas, ha sido reducido a la mínima expresión.

Los Reyes se han blindado para preservar su intimidad. La obsesión roza el ridículo pues los labios de los fieles también permanecen sellados ante las preguntas más nimias e inocentes. ¿Hace zumba la reina? «Eso se trata de una cuestión privada». ¿Se han ido de viaje a Portugal? «Eso concierne a su esfera privada y no es nuestra labor confirmar o desmentir nada».

La lealtad del personal está fuera de toda cuestión. Cada uno de los miembros del equipo de los Reyes ha recibido el visto bueno de Doña Letizia.

Jordi Gutiérrez, director de comunicación de la Casa del Rey, es el caso más evidente. El periodista ya había trabajado durante 16 años años en Zarzuela pero en 2010, fue destinado a la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM), un favor personal que el Rey Juan Carlos pidió al controvertido Arturo Fernández.

Felipe VI le recuperó a los pocos días de su coronación lo que prueba el interés del nombramiento. Por otro lado, es bien sabido que la Reina suele hacer valer su experiencia periodística en este tipo de cuitas y que desde su llegada a la corte de los milagros, mantenía una estrecha relación (sin doble sentidos corinnescos) con Gutiérrez.

El resto de los nombramientos del nuevo reinado respondieron también a las mismas características. La fidelidad a la causa felipista cuenta tanto o más que la capacidad profesional. No sería el caso de Jaime Alfonsín, secretario del príncipe durante años y actual jefe de la Casa del Rey.

Una persona que le conoce bien defiende su labor: «Su entrega a los Reyes es total. No habría que olvidar que también cuenta con las simpatías de la Reina debido al importante papel que jugó durante su noviazgo como confidente de los amantes».

El apagafuegos Alfonsín trata de ir por delante en los que a la gestión de las crisis informativas se refiere. Cuando estalló el caso Villar Mir, se reunió con los responsables de los medios de comunicación para explicar que el Rey ya había tomado distancia de su amigo. Hasta la fecha, esa ha sido la única polémica que ha salpicado a Felipe VI y su esposa.

Una de las muestras de la fidelidad de Alfonsín se percibe precisamente en verano, cuando el jefe de la Casa del Rey se toma unos días de asueto. «Siempre enferma como si su cuerpo no estuviera preparado para estar de vacaciones. Es un hombre en permanente tensión».

El resto del equipo de Zarzuela parece cortado con idéntico patrón. El felipismo es su causa.

El caso más soprendente quizás sea quizás el de Beatriz Rodríguez Alcobendas, responsable de los gastos de la Casa [7,7 millones en 2015].

Un hecho insólito: la interventora de la Casa Real fue invitada hace tres días a un almuerzo en el Palacio Real con ministros y escritores en honor de Horacio Cortés, presidente de Paraguay.

Su presencia fue sorprendente aunque es probable que desease asistir para contemplar el descacharrante discurso que el Rey de España pronunció en guaraní como si de Moratinos hablando en lingala se tratase.

-Tetâ paraguáipe guarâ...

Nunca se ha había visto a Óscar Moreno, el antecesor de Rodríguez Alcobendas, en semejantes lides institucionales.

La fidelidad extrema es la consigna y ¡ay de quién no la respete!

El temor a la consecuente reprimenda funciona. Todos los periodistas que cubren Casa Real coinciden en que desde hace un año, es casi imposible obtener informaciones de fuentes de Zarzuela ni rascar dato alguno más allá de las noticias que facilita la propia Casa Real. Las confidencias y los deslices interesados se acabaron con el reinado de Juan Carlos I.

Esto no significa que sea positivo. La vista gorda (o la ignorancia) ante los desmanes han sido uno de los motivos por los que en los últimos años del reinado del anterior rey se deterioró la reputación de la Monarquía. «Solo se publica lo que quiere Zarzuela. El control de los medios es mucho más férreo que antes».

La obsesión por mantener la vida privada de los Reyes a salvo del escrutinio de los ciudadanos parece también presente en su círculo cercano. Los amigos apenan sonríen cuando se les pregunta algo íntimo de Doña Letizia.

-Pero, ¿hace zumba o no? ¿Es verdad que desayuna una tortilla de claras de huevo?

La respuesta suele ser un leve encogimiento de hombros. La discreción es obligada. Cualquier atisbo de cotilleo se castiga con la purga cuasiestalinista, tal y como reconocen algunos de los afectados.

De alguna forma, puede decirse que este nuevo reinado es mucho menos transparente [concepto muy distinto a invisible].

Otra muestra de la importancia que Doña Letizia le da a este aspecto. Cada una de las personas que trabaja con ella o tienen contacto con sus hijas han borrado su presencia en internet.

Un absurdo si no hay nada que ocultar.


Una Reina trabajadora

El entorno es precisamente otro de los cambios que parecen haber consolidado al matrimonio.

Desde hace algunos años, Don Felipe y Doña Letizia hacen vidas sociales más o menos separadas. El Rey acude solo a los acontecimientos que celebran sus amigos mientras que Letizia hace lo propio con su círculo de amigas.

Después, por supuesto, hacen esas salidas en común en las que los reyes se travisten de indies de clase media. Nada nuevo bajo el sol, Maria Antonieta también se divertía jugando a ser pastorcilla.

En cualquier caso, tal y como reconoce una persona que trata a menudo con la Reina es que le queda poco tiempo para la vida social.

-Está que no cabe en sí. Dice que no puede hacer nada porque no para de trabajar pero se le nota que está encantada.

El amor a ganarse el jugo de remolacha con el sudor de su frente es otro de sus triunfos.

Una fuente de Zarzuela relata a este suplemento el interés que ahora pone Doña Letizia en los actos que amadrina y en las causas que respalda según sus ámbitos de interés.

Por supuesto, estos son los adecuados para una Reina: Educación, enfermedades raras... No esperen verla en los toros, ni en un partido de fútbol (con o sin pitada al himno). Tampoco en una cacería, actividad en la que sí participó en sus años jóvenes la Reina Sofía pese a que es vegetariana y animalista confesa. Esta dedicación no ha pasado desapercibida. Ayer, la Reina se desplazó a Roma para ser nombrada embajadora de la FAO para la nutrición.

El viaje coincidió con la polémica de la retirada (voluntaria o no) del título de duquesa a la Infanta Cristina. ¿Es este otro de los triunfo de Letizia I? Puede considerarse que sí. Especialmente porque desde que EL MUNDO destapara el caso Noos, ha sido partidaria de mantener la distancia con el matrimonio Urdangarin pese a las buenas relaciones que mantuvieron durante los meses de noviazgo.





La «It Queen»

La dureza con la hermana del Rey parece responder a un nuevo estilo de Monarquía, acorde a los nuevos tiempos políticos que vive el país.

No se puede exigir a los partidos que sean implacables con la corrupción con una imputada en las listas [de sucesión] de la familia del jefe de Estado.

La nueva Monarquía requiere otros modos, usos y valores y precisamente, Doña Letizia parece dispuesta a encarnarlos.

«Antes, estaba mas acomplejada por la situación y por la presión que el círculo del hoy Rey emérito ejercía sobre ella pero ahora se siente muy segura», explica una de las personas que ha seguido de cerca a la trayectoria de los Reyes.

Una gente bien de toda la vida se encontró con Doña Letizia en una fiesta que se celebró en Madrid.

-Nos saludamos. Le fui a hacer la reverencia y a darle el tratamiento de siempre -el señora, majestad y demás-. No pude. Con ella estaba un chico que no entendía de esas cosa y la llamaba de tú, mientras se hacía selfies (sic.). Yo no supe muy bien que hacer pero ella me dijo que hiciera lo propio. Si mi padre ¡un socio del nuevo club de Madrid! hubiera visto que su hija tuteaba a la Reina de España me hubiera desheredado.

No se trata de una exageración. Los miembros de la aristocracia, poco habituales en la corte de Felipe VI y mucho menos de Letizia I, ven con recelo las nuevas costumbres pese a que reconocen que están acordes a los tiempos que corren.

Esta misma semana, los Reyes recibirán a la Diputación de la Grandeza, una cita anual en la que los nobles suelen renovar su fidelidad a la Corona.

-El Rey lo está haciendo tan sumamente bien que lo de la Reina es como cuando la mujer de un amigo tuyo te cae regulín. Se acepta y ya está.

El carquismo es justificable dado el relativo peso institucional de las reinas de España.

La estética y la imagen se han convertido en una de las bazas de la Reina para concitar el interés de los medios. También, en uno de los motivos de mayor orgullo para Doña Letizia, una paradoja considerando su empeño en encarnar valores aparentemente profundos.

Ella quiere ser una 'it queen'.


Marca Letizia

Hace unas semanas, LOC ya adelantaba en exclusiva la contratación de Eva Fernández, una estilista que hasta entonces trabajaba en Cosmopolitan, revista en la que, según deslizan algunas miembros de la redacción, se debate si las lectoras saben quién es Angela Merkel. ¿Habrá cargado su sueldo a la asignación de 128.000 euros que recibirá a lo largo 2015? «Vida privada».

El toque Fernández se ha evidenciado en el último viaje de los Reyes a París, en el que la silueta de Doña Letizia cosechó todo tipo de parabienes aunque algunos puristas consideraron exagerado el despliegue de vestuario en las antípodas de la parquedad histórica de las reinas españolas.

La aristócrata tuteadora describe la actitud de la Reina en los actos sociales a los que asiste.

-Es un poco como las actrices que van representando a las marcas en las fiestas. Ella se considera como si fuera la imagen de la monarquía.

La otra novedad es el peinado, cuyas múltiples posibilidades hemos atestiguado en este último año. Desde el falso moño hasta las trencitas. Es como si hubiera dicho: ¿Os vais a enterar?

No se trata de una cuestión baladí. En un discurso a estudiantes de Derecho, Hillary Clinton refutaba la inquietud de la Reina respecto a su media melena.

«La cosa más importante que tengo que deciros hoy es que el pelo importa. Es una lección de vida que mi familia no me enseñó. Wellesley y la escuela de Derecho de Yale fallaron a la hora de enseñármelo también. Vuestro pelo manda mensajes a la gente. Prestad atención a vuestro pelo porque todo el mundo va a hacerlo».

Y lo peor es que tiene razón aunque una Reina de España no debería verse reducida a algo tan banal.

Y un último motivo para la felicidad de Doña Letizia. Si el nuevo gobierno balear abre Marivent al público, ya ni siquiera tendrá que ir a Mallorca.


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    UN ALMUERZO PRIVADO PARA CELEBRAR EL ANIVERSARIO

    Esta semana ha habido cierta controversia en torno a si había o no un acto institucional programado para celebrar el primer aniversario de la proclamación de Felipe VI como Rey de España. Aunque desde el Palacio de la Zarzuela se ha comunicado a distintos medios que los Reyes han optado por que el 19 de junio sea para ellos un día laboral más, LOC ha podido saber que sí habrá un acto especial. Es cierto que mantendrán su agenda habitual, pero está previsto que a la hora del almuerzo los Reyes se reúnan con un número restringido de personalidades de la sociedad española en el Palacio Real para una comida privada. No será un acto tan multitudinario como el besamanos de su proclamación, que se eternizó durante casi dos horas. Entonces, los nuevos Reyes protagonizaron su primera y más larga recepción como tales, recibiendo hasta bien entrada la hora de comer, de pie en la Sala del Trono, a cerca de 2.000 protagonistas de la vida social española. En esta ocasión se tratará de un acto más reducido del que apenas han trascendido algunos datos. Se trata, por cierto, de un gesto nuevo. El Rey Juan Carlos nunca celebró su propia proclamación.



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LOC

Mensajepor LOC » Sab 13 Jun, 2015 5:37 pm

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Una imagen del momento en el que Alejandro Riego envía su crónica en directo a Televisión Española ante la atenta mirada de la Reina Letizia


TRABAJADORA
UNA REINA CON CARTERA

Se prepara sus propios discursos, participa en las reuniones de los patronatos que preside, pregunta a los expertos y habla con sus interlocutores sin descanso.

CARMEN REMÍREZ DE GANUZA


LA ESPOSA DEL PRESIDENTE DE HONDURAS,Ana García, acompañaba a la Reina de España en un acto de su reciente visita de Cooperación a Tegucigalpa cuando ésta, de repente, se detuvo. Muy cerca, el periodista Alejandro Riego hacía la crónica de la visita, micrófono en mano, para TVE. Doña Letizia lo miró atentamente, aguardó un instante a que terminara el compañero y le preguntó: “¿Qué tal te ha salido? ¿Te ha salido bien?”. A renglón seguido, comentó a su anfitriona: “Esto es lo que yo hacía antes...”.

No había, sin embargo, asomo de nostalgia en la nueva Letizia. Una Letizia distinta que, si ya hubo de reinventarse como Princesa de Asturias, apenas ha invertido un año en crear su propio personaje desde la cúspide de la Corona: una Reina profesional, una Reina, como se decía de los ministros de otros tiempos, con cartera.

Y no ya porque la antigua periodista haya institucionalizado el look de ejecutiva, sino porque se ha empeñado en dotar de contenido y continuidad —y hasta de una cierta rutina, tiempo de libranza incluido—, a su muy cargada agenda oficial/laboral.

Una agenda enfocada a la educación, la salud y la mujer que, ayer mismo, se veía refrendada con su singular fichaje por parte de Naciones Unidas como embajadora especial de la FAO. Un nombramiento que a ella le ha ilusionado personalmente como pocos, por el espaldarazo internacional a su particular interés por la nutrición, y del que no pudo ser ajena su aplaudida actuación de noviembre en Roma, en uno de sus primeros viajes en solitario, cuando también invitada por la FAO y la OMS, dio una conferencia sobre la dieta mediterránea.

Claro que el fichaje no ha estado exento de polémica en las redes por quienes cuestionan la delgadez de la nueva embajadora. Algo de lo que ya apenas se oye hablar en el entorno de la Casa. La Reina se cuida mucho, ciertamente, y mantiene una particular cruzada contra el dulce, pero hay testigos que juran haberle visto ingerir un cocido.

El caso es que entre audiencias, entregas de premios y visitas oficiales, la esposa de Felipe VI ha hecho hueco visible a sus propias actividades. Se ha encerrado con regularidad mensual con la Asociación Española contra el Cáncer que preside, para implicarse en su propia estrategia. La semana pasada, sin ir más lejos, echó mano de su modulada locución para introducir el primer encuentro empresarial con el que la entidad se lanzó a pasar el cepillo a los grandes del Ibex en favor de la investigación oncológica. “¿Qué puedo hacer?”, es la pregunta que más repite de puertas adentro la actual soberana. Pero no es la única, porque ella pregunta y pregunta a cuantos le rodean; y habla sin descanso, aunque rara vez de su familia, y nunca de política.

Y puestos a hablar —que es lo que domina—, la Reina hace alarde de lenguas. Sorprendió a Josep Antoni Duran i Lleida cuando, al coincidir en una ceremonia en el Palacio Real, inició con él una conversación en catalán. Y sorprendió a los austriacos en octubre cuando, en su estreno internacional en solitario para inaugurar la Exposición de Velázquez en Viena, se arrancó con unas largas palabras en alemán, antes de continuar con un inglés intachable. Y es que, más allá de su recalcitrante perfeccionismo, tiene una facilidad innata para los idiomas y los acentos.

La Reina trabaja en su propio despacho. Y por tópico que resulte, escribe todos sus discursos. Se nota, porque son mucho más breves y directos que los de su marido. Pero lo que más hace es leer. Lee la documentación que su secretario (y su sombra) José Manuel Zuleta, duque de Abrantes, requiere de los ministerios; lee los informes que le envían las asociaciones... y siempre está enchufada on-line, si bien, curiosamente nunca se le ha visto con un iPad. En su cartera de Reina lo que abundan son los papeles, que empolla de manera meticulosa en vísperas de cada viaje de trabajo.

Quienes mejor la conocen aseguran que hay un antes y un después en Letizia desde el 19 de junio de 2014. Ahora, dicen, está “cómoda y muy motivada. Siente que no se la cuestiona como antes y, sobre todo, está encantada de que se dé visibilidad a las causas por las que pelea”. Nunca como este año, por ejemplo, se ha llevado a titulares su apoyo a la formación profesional; o a los afectados por las Enfermedades Raras, con los que tantas veces trabajó en sus años de Princesa.

Ella misma se visualiza, se mira en el espejo de Reina con cartera y empieza a reconocerse —sin dejar de cultivar ese otro glamour de pasarela— en su propio personaje.

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Mensajepor Invitado » Sab 13 Jun, 2015 6:28 pm

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UN AÑO DE REINADO EN DATOS

MARTA SERRA


Se cumple un año desde que Felipe VI y Doña Letizia se convirtieran en Reyes de España. En un momento difícil para la Corona, Don Juan Carlos cedía el trono en beneficio de su hijo Felipe, produciéndose así un cambio generacional en la Jefatura del Estado y en la Corona. Con el aniversario de la proclamación toca hacer balance del primer año de reinado de Felipe y Letizia. ¿Cómo han ejercido los Reyes su tarea? Partiendo de la agenda de Casa Real, ‘La Otra Crónica’ ha analizado los actos y viajes oficiales de los Reyes durante este primer año. ¿Han trabajado más los Reyes juntos o separados? ¿A qué tipo de actividades dedica más tiempo Felipe VI? ¿Y Doña Letizia? Teniendo en cuenta que la Reina siempre está en el punto de mira ¿cuánto protagonismo le han dado en la agenda real? Y ¿cuántas veces han acudido los Reyes a Cataluña? A continuación, las respuestas a las preguntas del primer año de reinado de Felipe y Letizia en cifras.

    188 actos oficiales

    El día 19 de junio de 2014 Felipe VI y Doña Letizia comenzaban su reinado. Los Reyes de España han acudido a un total de 188 actos oficiales, según datos de la agenda de Casa Real.

    El Rey ha acudido en solitario al 43% de los actos oficiales, 80 en total. El jefe del Estado ha dedicado la mayoría de su actividad a actos oficiales de categoría económica. Educación y ciencia son las áreas a las que menos tiempo ha invertido.

    Otro de los sectores a los que más tiempo dedica el Rey es el deportivo. Aunque la mayoría de los actos son de carácter institucional, cultural y de Defensa, Felipe VI dedica entorno al 12.5% de su actividad profesional a eventos deportivos.


    105 actos en Madrid

    Los Reyes han protagonizado 171 actos oficiales dentro del territorio nacional. La comunidad autónoma más visitada por los Reyes ha sido Madrid. En segundo lugar Cataluña, seguida de Castilla y León. Entre las comunidades menos visitadas La Rioja y Murcia.

    La actividad de los Reyes se ha centrado en la capital española, donde están el Palacio Real y el Palacio de La Zarzuela. Hasta 105 actos se han celebrado en Madrid, la mayoría han sido de carácter institucional y cultural.

    Los Reyes han visitado hasta en 14 ocasiones Cataluña durante sus actos oficiales, principalmente Barcelona.Un dato relevante teniendo en cuenta que el panorama político en este primer año de reinado ha estado marcado por los conflictos territoriales.


    La Reina Letizia en 39 actos y 1 viaje oficial

    La mayoría de los actos oficiales han sido de categoría cultural, representando un 15.2% del total, especialmente aquellos a los que acudía Doña Letizia en solitario. El primer acto oficial al que acudieron los Reyes fue con motivo de una visita al Museo Picasso de Málaga.

    De los 188 actos oficiales, la Reina ha protagonizado en solitario 39 de ellos. Solidaridad y Cultura son las categorías en las que más ha trabajado Doña Letizia, especialmente enfocada en las enfermedades raras y el cáncer.

    Sin embargo, solamente en una ocasión Doña Letizia ha acudido en solitario a un acto oficial de categoría económica. Fue con motivo de la entrega de la III Edición de los Telefónica Ability Awards a principios del año 2015.

    Recientemente, la Reina Letizia realizó su primer viaje oficial en solitario a Honduras y El Salvador. El motivo del viaje fue solidario. Allí pudo comprobar la labor que realiza en estos países la Cooperación Española. Felipe VI ha acudido en solitario a un total de cuatro viajes frente a un viaje de Doña Letizia.


    El 36% de los actos los han hecho en conjunto

    Los Reyes han llevado a cabo de manera conjunta la mayor parte de su actividad oficial, alrededor del 36%. La cultura es el área al que más tiempo han dedicado, seguida de actos institucionales.

    Los Reyes han acudido a un total de 17 viajes oficiales, de los cuales en 12 han viajado juntos. El primer viaje oficial de Felipe y Letizia como Reyes de España fue al Vaticano poco después de la proclamación, en el mes de junio.

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Mensajepor Invitado » Sab 13 Jun, 2015 6:52 pm

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EQUIPO
HOMBRES INVISIBLES, LEALES Y ‘CURRANTES’

Las vacaciones le sientan mal a Jaime Alfonsín, jefe de la Casa. Zuleta es la ‘sombra’ de la Reina desde que era Princesa. Así es su ‘tabla redonda’.

CONSUELO FONT


En el recorrido por Madrid que hizo en 'rolls royce' descubierto el día de su proclamación, Felipe VI iba de pie junto a la Reina y delante, en el asiento del copiloto, un militar. No era el coronel Francisco López Requena, jefe de seguridad de Zarzuela, como hubiera sido lógico, ni siquiera lucía galones de alta graduación. Era José Corona, el hombre que se había ocupado durante años de la seguridad del Príncipe y, más tarde también, de proteger a Doña Letizia.

Ese día Felipe VI quiso darle todo el protagonismo, en agradecimiento a su dedicación, y también porque estaba atravesando serios problemas de salud. Un ejemplo que adelantaba cuál iba a ser el criterio de los futuros Reyes, (el de Doña Letizia se tuvo muy en cuenta) a la hora de elegir a su equipo de confianza: fidelidad probada, de ahí que todos los elegidos llevasen años trabajando con ellos; discreción, cualidad que para la Reina es casi obsesiva, y trabajo en la sombra.

Requisitos que encarna a la perfección Jaime Alfonsín, de 59 años, el actual Jefe de la Casa del Rey, quien estuvo al frente de la Secretaría del Príncipe desde 1993. Premio extraordinario de carrera, este abogado del Estado trabajaba en el bufete de Aurelio Menéndez, preceptor del Heredero, que lo recomendó en Zarzuela. Tan discreto que le apodan el hombre invisible pues aborrece salir en las fotos, y tan trabajador que cuando llega a Sotogrande a relajarse en sus vacaciones, suele coger un virus por el exceso de estrés acumulado. Su lealtad la comprobó Felipe VI en los duros momentos de la campaña orquestada desde Zarzuela por Fernando Almansa, con la aquiescencia de Don Juan Carlos, para romper su noviazgo con Eva Sannum. Una relación profesional que derivó en amistad, tanto que fue él junto a su mujer, Natalia, quienes acompañaron al Príncipe la noche de su primer encuentro con Doña Letizia en casa del periodista Diego Carcedo. Así, gracias a su inestimable ayuda, pudo salvaguardar el secreto de su incipiente relación con la periodista.

Junto a Alfonsín, el otro "peso, pesado" del equipo es José Manuel Zuleta, duque de Abrantes, un aristócrata de 54 años poseedor de siete títulos nobiliarios y actual jefe de la Secretaría de la Reina. Procedente del departamento de protocolo de la Casa Real, en 2007 le designaron 'ángel protector' de Doña Letizia, para que, aparte de aleccionarla en el protocolo regio, estuviera atento para evitar cualquier desliz en un momento en que la consorte era blanco de todas las críticas. Entre ambos nació también una estrecha relación humana, que, tras la proclamación de Felipe VI, aupó a Zuleta a convertirse en la sombra de la Reina.


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El Jefe de la Casa, Jaime Alfonsín, comparte confidencias con la Reina en un acto reciente


Fiel a esa condición de lealtad probada se sitúa el actual jefe de protocolo, Alfredo Martín Serrano, ovetense como Doña Letizia y sólo dos años mayor que ella, algo que puede no ser una coincidencia, ya que dicen que se conocían de su juventud. El citado diplomático ya había trabajado anteriormente en el departamento de protocolo de Zarzuela, donde se ocupaba de las actividades de los Príncipes.

Pero si hablamos de premiar servicios prestados, más relevante es el caso del periodista Jordi Gutiérrez, actual portavoz de Zarzuela. Numero dos del gabinete que capitaneaba Juan González Cebrián, fue el encargado de preparar la boda de los Príncipes y conectó a la perfección con Doña Letizia. Según una fuente próxima, "en aquel momento Jordi se dedicaba casi en exclusiva a los Príncipes, en un momento en que Doña Letizia era cuestionada incluso por su propia familia política. Eso tuvo bastante que ver con su salida de Zarzuela". Tras la investidura de los nuevos Reyes, regresó por la puerta grande.


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José Manuel Zuleta y la Reina Letizia


RECOGÍA MELOCOTONES

También de total confianza, aunque no perteneciera a la secretaría del Príncipe, a quien conoce desde niño, es el general Domingo Martínez Palomo, que dirigió el departamento de Planificación y Coordinación desde el año 2006, y es el actual secretario general de Zarzuela. Hijo de un guardia civil de la localidad de Cieza, es un ejemplo de hombre hecho a sí mismo (de niño recogía melocotones para pagarse sus estudios). Discreto y trabajador, coincidiendo con su sueño de ascender a general de división, Felipe VI le nombró nuevo número dos de la Casa.

Aparte de sus colaboradores más cercanos, se mantienen en esta misma línea otros cargos, como el general Emilio Tomé de la Vega, primer ayudante de campo del Príncipe y número dos de su Secretaría, hoy al frente del Departamento de Planificación y Coordinación. O Alfonso Sanz Portolés, ex jefe de protocolo, actual asesor diplomático de Felipe VI y responsable de la actividad de los Reyes eméritos. La única que rompe la norma, por ser mujer y nueva en Zarzuela es Beatriz Rodríguez Alcobendas, nombrada en febrero interventora de la Casa del Rey. Miembro del cuerpo de auditores del Estado, y con un curriculum brillante, ella es la nota distinta de este férreo núcleo que recuerda a los caballeros de la tabla redonda del Rey Arturo.

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Mensajepor Invitado » Sab 13 Jun, 2015 8:40 pm

MÚSICA
NO TAN ‘INDIE’ COMO LA PINTAN

QUICO ALSEDO


Despejemos la cuestión de entrada: ni princesa indie, ni Su Alteza Rockera, ni monarca hipster, ni cristo que lo fundó. A Letizia Ortiz lo que pasa es que le va la marcha. Le mola el rollo. Que se apunta a un bombardeo, vamos. Porque sí, Los Planetas, Eels y el Primavera Club. Pero también Hombres G, Bon Jovi, The Killers... ¿Maná? Es decir: artistas minoritarios, pero también 40 Principales.

ImagenVamos, que si hay jarana en el Casino de Torrelodones en una actuación de Dyango, allí podría usted encontrarse a la Reina de España, disfrutando de una de sus reconocidas pasiones, la música. Y probablemente charlando amigablemente con quien pinte. Porque ésa es otra: Letizia utiliza el contexto concierto con gran maestría para practicar con desparpajo el dejad-que-los-súbditos-se-acerquen-a-mí.

Uno de los primeros en experimentarlo fue, probablemente, Iago Fernández. Si busca usted, lector, su foto en Google, lo que hallará es un gafapasta de libro, redactor de la revista web Vice (Vicio en inglés): enormes gafotas negras, pelo ausente, camisetas modernas y mirada irónica.

Fernández (amigo de quien esto escribe, lo que me ha convertido en su involuntario exegeta/jefe de prensa) saltó a una incierta fama a raíz de protagonizar una serie de situaciones, ahora lo sabemos, muy made in Letizia. El hombre estaba tranquilamente en 2010 viendo un concierto del californiano Mark Oliver Everett en la sala La Riviera cuando va, se fija en la chica a su derecha y se pregunta: ¿Caramba, no es ésa Letizia Ortiz (entonces princesa de España)?

Lo era. Fernández, probablemente más indignado que monárquico, no resiste la tentación periodístico-lúdica, se acerca «y en medio minuto ella ya le había dado la vuelta a la tortilla y me preguntaba ella a mí si me gustaba este disco o este otro».

A partir de ahí, una cadena de singulares encuentros entre ambos fraguó una suerte de para-amistad cultureta, por ejemplo en la cola del Teatro Alfil, esperando al inicio de uno de los vitriólicos ultrashows de Miguel Brieva, un cómico también modernete, clónico por cierto al propio Iago (todo muy raro, sí).

En una de esas colas, esta vez en un cine, Letizia tuvo a bien, como quien no quiere la cosa, incluir al ahora rey Felipe VI en su particular estrategia de inmersión en la masa: «Mira», le dijo a Fernández, «voy a presentarte a una persona. Felipe, mira, este es...». Sobra decir que el periodista, treintañero y oriundo de A Coruña no la había visto más gorda en la vida.

Los gustos e intereses de Ortiz, hay que explicar para el profano en la materia, no difieren mucho de los del estrato social del que proviene, la burguesía monda y lironda, con la música como puro entretenimiento/excusa para la jarana, pero sus salidas nocturnas concertiles facilitaron la crítica sobre ella, en alguna época, cierta caspa del cuché.

Su currículo es largo: The Killers en el DCode Festival de la Complutense de 2012 y en el Festival de Benicàssim de 2013, el grupo jienense Supersubmarina a final de ese mismo año, el Primavera Club de 2012, Shakira, Amaral, Alejandro Sanz... Lo que le pongan por delante, vamos. Y de lo que no nos hemos enterado: la Reina va a los conciertos prácticamente sin avisar, y si se le ofrecen tickets de copas por cortesía probablemente las rechazará: «Ya pillamos nosotros, gracias», le dijo una vez a un promotor.

La cosa viene de lejos. Busque el lector la portada del disco Sueños líquidos, del grupo Maná. La chica pintada en la portada es una estudiante española que entrevistó al grupo, en Guadalajara (México), en 1996. «Era una chica dura, se tomó unos tequilas con nosotros», declaró luego Fher, el cantante. En efecto: se llamaba Letizia Ortiz.




CINE
LA AUTÉNTICA PASIÓN DE SU MAJESTAD

CUSTODIO PASTOR


Va al cine como una espectadora más. Cuando se apagan las luces en la sala es feliz. Se abstrae y se deja llevar. Ir al cine es un ritual que disfruta especialmente Su Majestad. Rara es la semana que no se escapa a ver una película en el centro de Madrid. Siempre en versión original, como buena cinéfila. Los Ideal y los Renoir son sus cines favoritos.

ImagenLa Reina Letizia va la mayoría de las veces acompañada por el Rey Felipe, que suele comprar palomitas, pero también va a veces sola o con amigas. Las primeras sesiones entre semana y las últimas los fines de semana son las que suele elegir. Devora la información cinematográfica y va a tiro hecho. La mayoría de las veces compra sus entradas por Internet. No es de las que deciden mirando los carteles a última hora. Le entusiasma el cine de autor.

No sólo ve cine en el cine. También lo hace en La Zarzuela. Allí vio, por ejemplo, Diamond Flash de Carlos Vermut. Cuando era Princesa de Asturias reconoció a Rocío León, una de sus protagonistas, en un concierto de Eels. La actriz no se lo podía creer. Era una película absolutamente underground, fuera de circuitos comerciales. Una pasión por el cine que también ha trasladado a discursos institucionales, como cuando hizo alusión a La vida de Adèle de Abdellatif Kechiche en la entrega de unos premios.

Los Reyes celebraron su décimo aniversario de boda yendo a la Cineteca para ver Too Much Johnson, la película perdida de Orson Welles. Después cenaron cuscús en la Cantina del Matadero, como cualquier pareja. Trascendió su noche porque les fotografiaron con móviles. Les ha pasado muchas otras veces. Como cuando vieron Perdida en los Ideal. La película de David Fincher con Rosamund Pike y Ben Affleck seguro que les dio para una buena charla.

Las páginas del cuché también se han llenado con instantáneas de los soberanos saliendo del cine en numerosas ocasiones. Una de las más reproducidas fue cuando fueron a ver Lucy, protagonizada por Scarlett Johanson, y Doña Letizia llevaba unos ripped jeans y unas deportivas. Entre otras películas que se ha conocido que han ido a ver se encuentran españolas como Luces rojas de Rodrigo Cortés o Blancanieves de Pablo Berger con Maribel Verdú (a la que la asturiana fue a aplaudir al teatro cuando la actriz madrileña protagonizaba Un Dios salvaje), oscarizadas como 12 años de esclavitud, La noche más oscura o La teoría del todo, asiáticas como Amor bajo el espino blanco o blockbusters del calibre de El amanecer del planeta de los simios, Corazones de acero o Éxodus.


PELÍCULAS PARA LAS INFANTAS

Entre sus cineastas preferidos se encuentran Woody Allen y Michael Haneke, premiados con el Príncipe de Asturias de las Artes. Francis Ford Coppola será el próximo en recibir el galardón en Oviedo, ahora Princesa de Asturias. Una pasión por el celuloide que tratan de contagiar a sus hijas. Leonor y Sofía han visto en el cine películas como Maléfica, Campanilla, hadas y piratas o Justin y la espada del valor. En La Zarzuela tienen una sala de proyección, pero prefieren escaparse a los cines también con las niñas.

En su reciente visita de Estado a Francia los Reyes tuvieron unas intensísimas jornadas sin tiempo libre. Aun así, no quisieron irse de París sin ver la exposición Lumière! El cine inventado en el Gran Palais. Lo hicieron fuera de agenda, poco antes de salir el avión que les devolvía satisfechos a Madrid.




LITERATURA
CÓMIC, POESÍA... Y TAMBIÉN ‘BEST-SELLERS’

JOSÉ LUIS ROMO


En la celebración del compromiso entre los ahora monarcas Felipe VI y Doña Letizia se coló un escritor inesperado. Un romántico, concretamente. Mariano José de Larra. La, entonces, aún periodista le regaló al príncipe de Asturias un ejemplar de El doncel de Don Enrique el doliente, “una joya literaria”, como ella aseguró, encuadernada en 1850. En esa misma celebración, la Reina explicó que compartía con su prometido muchas inquietudes intelectuales y, concretamente, alabó su “gusto por la lectura”. Con esta carta de presentación, Doña Letizia dejó claro el valor que los príncipes daban a la literatura. Algo refrendado en sus 11 años de matrimonio, un tiempo en el que Doña Letizia ha presidido todo tipo de premios literarios (desde el prestigioso Cervantes hasta el infantil del Barco de Vapor) dando encendidos discursos sobre los beneficios de la lectura.

ImagenPero más allá de esa cara institucional, lo que importa es qué lee Doña Letizia en la intimidad. Y lo cierto es que, como en sus gustos musicales o cinéfilos, se puede afirmar que es una mujer ecléctica y que le gusta estar a la última. Lo demostró el año pasado cuando se llevó de la Feria del libro, Libertad, la última novela de Jonathan Franzen, el autor de moda esa temporada y señalado por Time como el mejor novelista estadounidense del siglo XXI. Este año, volvió de incógnito a la feria, y compró Ángeles fósiles, un cómic bastante oscuro de Alan Moore, autor conocido por sus ideas revolucionarias (en su obra más conocida, V de Vendetta, hace estallar el parlamento británico), y que sirve para dejar claro que como buena hipster, (así la han bautizado por su afición a Malasaña) también abre su biblioteca al noveno arte.

Pero Doña Letizia no sólo alimenta su sed lectora de novedades extranjeras sino también de best sellers patrios. Así lo cuenta Pilar Eyre, quien recibió una cariñosa nota de la monarca después de que le envise su novela autobiográfica Mi color favorito es verte, último finalista al premio Planeta. El ganador fue Jorge Zepeda, antiguo jefe de Doña Letizia en un diario méxicano. Su novela Milena o el fémur más bello del mundo también llegó a sus manos. En su etapa méxicana, bajo mandato de Zepeda, la reina confesó su admiración por Carlos Fuentes y Kapuscinski, maestro del periodismo como Larra.


TODO JAVIER MARÍAS

En las estanterías de doña Letizia hay un autor que ocupa un lugar especial. Ése es Javier Marías, del que la reina aseguró haberse leído todos sus libros. Fue en 2012, en la caseta de Santillana, durante la Feria del libro, cuando Doña Letizia confesó que, a excepción de Los enamoramientos (libro que aprovechó para llevarse a palacio), había leído todo del eterno candidato español al Nobel. Por su parte, el Rey, confesó ser más de Arturo Pérez Reverte, buen amigo de Marías. Al parecer, siente especial predilección por las aventuras del capitán Alatriste.

Pero no sólo de narrativa vive la Reina, si atendemos al premio Cervantes Antonio Gamoneda, la Reina Letizia también puede mantener una conversación de altura sobre poesía sin pegar un resbalón. El Premio Nacional Antonio Colinas comentó en una ocasión: “Hemos hablado en muchas ocasiones y sé que a Doña Letizia le gusta mucho la poesía. Es una persona muy inteligente y muy preparada, espero que ahora pueda demostrarlo”.

Así pues ya sea en verso, con viñetas o recorriendo la gran novela americana, la voracidad lectora de la Reina es un hecho.




ARTE / ÓPERA
CARA Y CRUZ DE SU AGENDA CULTURAL

JOSÉ LUIS ROMO


El arte ha marcado la agencia de Doña Letizia desde el primer momento en que comenzamos a llamarla Su Majestad. Su primer acto en solitario convertida ya en Reina de España fue inaugurar la exposición de El Greco y la pintura moderna en el Museo del Prado. Allí, siguió atentamente las explicaciones del comisario sobre los 27 cuadros que componían la muestra. Su primer acto oficial en el extranjero como Reina también tuvo una excusa artística como pretexto. Su majestad inauguró en el Kunsthistorisches Museum de Viena la primera exposición dedicada a Velázquez en un país germano. Y para terminar con los estrenos como Reina, también en su primer viaje oficial junto a Don Felipe hubo tiempo para la pintura. Fue en París, hace 15 días, donde hicieron parada en otra monografía de Velázquez en el Grand Palais. Queda así claro, cómo la pintura ha marcado la agenda de la Reina en la misma medida que los temas de cooperación o igualdad, dos de sus prioridades.

ImagenAl igual de Felipe VI, Doña Letizia trata de inculcar su gusto por el arte a las infantas Leonor y Sofía. Hay que recordar que su última felitación navideña como príncipes de Asturias fue una foto familiar durante una visita privada al Museo del Prado. El retrato de la Infanta Margarita (de nuevo, Velázquez) servía de fondo para la tarjeta.

Presencia habitual desde hace años en las inauguraciones de ARCO, un galerista afirma que la Reina tiene buen ojo para el arte contemporáneo. “Sabe distinguir lo que es interesante y es muy curiosa”. Quizás fuese ese espíritu curioso lo que llevó la llevó a convertirse en modelo para un pintor (y no de cámara, precisamente). Durante su etapa mexicana, Doña Letizia conoció al pintor cubano Waldo Saavedra, quien le propuso usar su rostro para homenajear obras de Magrit, Goya o Picasso. La Reina se convirtió en su musa y para el recuerdo queda el retrato que él la hizo y que inspiró una portada de Maná.


ASIGNATURA PENDIENTE

A pesar del afán cultural de la Reina, sí que hay áreas en las que han salido perdiendo con el cambio de Majestad. La música y la lírica fue sin duda la gran pasión de su predecesora, Doña Sofía, un mundo en el que la actual monarca no se mueve con la misma soltura. En los últimos años, el palco del Teatro Real ha estado tristemente vacío en la mayor parte de los estrenos. Las veces que los Reyes se han acercado a el, ha quedado claro el gusto por la modernidad de la Reina. Nada de Traviatas o Rigolettos, lo que la Reina aprecia es la modernidad y la vanguardia. De ahí que hayan elegido títulos como Brokeback Mountain, una ópera contemporánea compuesta por Charles Wuorinen sobre los vaqueros gays imaginados por Annie Proulx, o El público, otra partitura contemporánea de Mauricio Sotelo a partir de un texto de Lorca. Está claro que Doña Letizia echará de menos al heterodoxo Mortier al frente del coliseo madrileño. En una ocasión, los Reyes se atrevieron con Wagner (no se sabe si les dio ganas de invadir Polonia) y vieron Tristán e Isolda en una visita oficial de Durao Barroso. También había coartada cultureta. La escenografía incluía proyecciones del videoartista Bill Viola.

Igualmente Sus Majestades se han prodigado poco en el teatro. Se sabe que vieron Toc Toc o un Dios salvaje, dos grandes éxitos comerciales, pero poco más. Desde el Teatro Español deslizan que manifestó su intención de ver actuar a Vargas llosa, “pero finalmente no vino”. Tampoco ha visto los estrenos del Teatro de la Ciudad, uno de los grandes acontecimientos del año. Como Reina que enarbola la bandera de la cultura, quizás debiera atender más a artes menos mediáticas.

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LOC

Mensajepor LOC » Sab 13 Jun, 2015 9:32 pm

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    DE DÍA Y DE NOCHE, REINA TAMBIÉN EN LOS ‘SARAOS’
    1- La Reina Letizia posa junto a Matías Prats, Pablo Motos, Alberto Chicote, Vicente Vallés y Juanra Bonet en la fiesta que dio Antena 3 por su 25 aniversario en el ayntamiento de Madrid. Fue comentado su esmoquin, similar al de Susanna Griso. 2- La Reina de gala en su viaje oficial a Honduras, donde brilló por su elegancia y simpatía. 3- Doña Letizia junto a la actriz mexicana Salma Hayek en los premios de la revista ‘Woman’, donde impactó con su corte de pelo falso bob, muy elogiado por su modernidad. 4- Su Majestad llega conduciendo, con gafas de sol, a la comunión del hijo de Laura Ponte y Beltrán Gómez Acebo. Un asistente comentó, que la monarca mantuvo una cierta tirantez pese a que en la familia todos la reciben “con los brazos abiertos”. 5- Durante el 75 cumpleaños de la Reina Margarita de Dinamarca, Doña Letizia estrenó la gran tiara Ansorena que le regaló el Rey Felipe. En la foto, junto a Felipe de Bélgica (dcha.) y Enrique de Luxemburgo. 6- Los Reyes, cuando aún eran príncipes, en una salida a un concierto de Luz Casal. Estas escapadas más informales son las que más disfruta la Reina Letizia.


TODAVÍA NO SE SIENTE A GUSTO EN LAS FIESTAS DE ALTA SOCIEDAD

Mª EUGENIA YAGÜE


Letizia es otra desde la proclamación de Felipe VI. La reina pisa más fuerte, sonríe más y hasta acepta las invitaciones de las monarquías europeas para asistir a sus grandes celebraciones. El pasado mes de abril, los reyes de España viajaron a Copenhague para los fastos del 75 aniversario de Margarita de Dinamarca. Felipe y Letizia no participaron en todos los actos como los otros jóvenes monarcas asistentes Y a diferencia de sus colegas, se alojaron por su cuenta en hotel. La reina suele marcar territorio.

En 2010, Letizia daba un sonoro plantón a reyes y príncipes de toda Europa, reunidos en Londres para el 70 cumpleaños del rey Constantino. Doña Sofía y el entonces príncipe Felipe no faltaron a la cita familiar, toda una escuela de protocolo y usos monárquicos que a la futura le habría sido muy útil. Pero no, Letizia alegó problemas de agenda, aunque lo cierto es que ese fin de semana se fue al Algarve de vacaciones con sus hijas.

Ahora parece que su calendario va encajando con las actuales circunstancias. Pero donde se ve a la reina realmente distendida, es cuando sale de marcha por los barrios más movidos de Madrid. De Malasaña a Chueca, pasando por Lavapiés, con su pequeño grupo de amigas a las que en ocasiones se suma el rey.

O en los conciertos de música independiente, donde es capaz de compartir opiniones con el vecino de al lado y hasta se deja hacer un selfie .

En pocas fiestas formales cara al público, consigue Letizia desprenderse de esa cierta rigidez, apenas amortiguada desde la seguridad que le da ser la reina.

La hemos visto en el 25 aniversario de la creación de Antena 3, celebrado por todo lo alto en la galería acristalada del ayuntamiento de Madrid.

Intercambió algunas frases convencionales acerca de las respectivas indumentarias, con la periodista Susanna Griso, pasó rápidamente por algún corrillo de antiguos colegas y accedió sin ningún entusiasmo a hacerse fotos con varios periodistas que le pidieron una imagen para el recuerdo. Hasta que pronunció la frase con la que suele dar por concluida la fiesta. “¿Nos vamos?”, le dice al rey para indicar que quiere marcharse.

En otra fiesta más reciente, la de los Premios Woman, Letizia eclipsó el mensaje feminista y solidario del evento, lanzado por ella misma en su discurso, al presentarse en la fiesta con su nuevo y rompedor corte de pelo y un vestido con los hombros al aire, más propio de un estreno de cine o un evento mundano y nocturno.

Y es precisamente en algunas fiestas relacionadas con la cultura o el mundo del espectáculo, donde se echa de menos su presencia.

Los reyes van al cine casi todas las semanas, solos o con sus amigos para ver películas en versión original y en salas populares, pero nunca han asistido a la gala de los Goya, una asistencia que significaría apoyo al cine nacional, tan castigado por los recortes y un IVA inhumano que lleva a la industria a la ruina.

En su reciente visita de Estado a Francia, Letizia se cambió de modelo seis veces, o más, en dos días, una demostración considerada innecesaria, excesiva o banal en las redes sociales. Sin embargo nunca se ha sentado entre los invitados a una pasarela de moda española, Cibeles o la catalana 080, para animar a un sector que dado su despliegue habitual de vestuario, no parece resultarle indiferente.

Letizia, la reina, parece ahora más cercana a la gente corriente cuando los Reyes viajan o participan en actos públicos. Pero no acaba de perder la rigidez que siente cuando está entre otros niveles sociales.

Hace diez años, cuando la gente de Armani en España, señoras bien de la sociedad de Madrid, la vistieron para su presentación oficial como prometida del Príncipe de Asturias, Letizia les dijo: “Yo sé que a los vuestros no les gusto”.

Y en esa idea (equivocada) debe estar todavía. Porque en ese nivel social en el que todavía se siente extraña, la mayoría de ellos que recibieron a la prometida del príncipe con recelo, considera hoy que ha hecho y hace un buen papel, correcta y satisfactoriamente, con entrega y profesionalidad.

Hace unos días, los reyes participaban en la fiesta de comunión de los hijos de Beltrán Gómez Acebo y Laura Ponte, nietos de la infanta doña Pilar. Una celebración privada y familiar, sin protocolo alguno. Letizia saludó a todos pero marcó distancias, cuenta uno de los invitados. “Nunca es capaz de trasmitir naturalidad. Hay una cierta tensión que sólo existe por su parte, como si ese mundo no fuera el suyo cuando todos la reciben con los brazos abiertos”.

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Mensajepor Invitado » Dom 14 Jun, 2015 2:21 am


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Mensajepor Invitado » Lun 15 Jun, 2015 3:56 am

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El Rey recupera el apoyo de los españoles a la Monarquía

● El 53,3% de los votantes de Iglesias tiene buena opinión y el 55,5% lo aprueba como rey

● La monarquía logra un respaldo récord del 61,5% en el primer aniversario de Felipe VI

● Los votantes de Izquierda Unida son los más beligerantes contra la Corona

● Ya hay más 'felipistas', como 'juancarlistas en su día' que monárquicos


CARMEN REMÍREZ DE GANUZA


La Monarquía ha logrado un respaldo récord en España en los últimos tiempos. En sólo un año de reinado de Felipe VI, el aval de los españoles a la forma de Estado establecida por la Constitución ha alcanzado el 61,5%, un porcentaje superior al que gozaba la Corona en los tiempos aún boyantes del Rey Juan Carlos (60%), previos a la crisis generada por su viaje a Botsuana, y mayor aún al dato que se produjo en enero de 2014, en vísperas de la abdicación, cuando la Monarquía suspendió con un apoyo de sólo el 49,9%.

Así lo pone de manifiesto la encuesta elaborada por Sigma Dos para EL MUNDO con motivo del aniversario de la proclamación del Monarca. Claro que éste aún no ha alcanzado el nivel de popularidad que tenía su padre en aquellos primeros meses de 2012, pese a que entonces ya había estallado el caso Nóos y La Zarzuela acababa de expulsar de la agenda a Iñaki Urdangarin. Juan Carlos I tenía un 76% de apoyo entre los españoles.

Luego, el anterior Monarca tocó suelo, con un 41,3% de apoyos en enero de 2014. Una situación que, ahora, ha cambiado de forma vertiginosa, al haber doblado su hijo el respaldo ciudadano en sólo un año y medio, con un 74,7%, entre los que dicen tener una opinión buena (52%) o muy buena (22,7%) de él. Un dato con el que incluso pisa los talones a su padre, a sólo un punto de su mejor dato, el de enero de 2012.

Y es que, igual que siempre hubo más juancarlistas que monárquicos en España, Felipe VI ya puede presumir de haber generado una legión de felipistas entre los que, de manera significativa, se encuentran más de la mitad de los votantes de Podemos.

Se trata, éste último, de uno de los datos más significativos del sondeo, que fue elaborado entre más de un millar de votantes en las elecciones locales y autonómicas; concretamente, entre el 9 y el 11 de junio pasados, justo inmediatamente antes de que se conociera la decisión del Rey de revocar el título de duquesa de Palma a su hermana, la Infanta Cristina.


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Así, el 53,5% de los ciudadanos que votó a la formación el 24-M tiene una buena (42,9%) o muy buena opinión del Rey (10,4%). Más aún, el 55,5% llega a declarar que Felipe VI está siendo un buen monarca. Así lo piensa, de hecho, el 75,1% del total de encuestados, entre los que sólo se advierte el claro rechazo de los simpatizantes de IU, la única formación abiertamente beligerante, tanto con la Corona como con el Monarca.

Una beligerancia que incluso ha aumentado en el curso de este último año entre este segmento minoritario de la población. Y es que su nivel de rechazo al sistema monárquico ha aumentado del 72,1% en junio de 2014 al 76,5% en junio de 2015; y los partidarios de la Corona, que los hay en este segmento de la izquierda, ha bajado en el mismo periodo del 22,6% al 20,7%.


Fervor entre los votantes socialistas

Por el contrario, Felipe VI se ha hecho con el fervor de los votantes socialistas. No es sólo que ocho de cada 10 aplaudan al joven Monarca, sino que, además, ya son casi siete de cada 10 los convertidos a la causa monárquica. Algo inaudito si se recuerda que, en enero de 2014, en plena crisis de la Corona, había más republicanos que partidarios de la Monarquía. Claro que esta ecuación se invirtió de golpe a los pocos días de la abdicación y la proclamación, cuando, ya en junio del año pasado, la encuesta de este diario registró un 52,7% de socialistas partidarios del modelo constitucional vigente.

Así pues, lo singular del efecto Felipe VI sobre el antiguo juancarlismo es que está logrando arrastrar un grado de adhesión, no ya personal, sino institucional.

Un grado especialmente visible entre la población de centroderecha, que también ha aumentado su respaldo a la Monarquía del 80,3% al 89,4% en un año; y también entre la que apoya a Ciudadanos, cuya posición se mide por primera vez en un entusiasta 74,2%.

Pero no todo son alharacas en torno a la aceptación de la Corona, al cabo de cuatro años de un gravísimo pinchazo institucional, que arrancó con el primer suspenso registrado por el CIS en octubre de 2011. De hecho, según la última encuesta de Sigma Dos, Don Felipe no ha logrado recuperar para la institución el prestigio perdido. Sólo el 49% de los ciudadanos le reconocen esta pretendida gesta y, en particular, sólo lo hacen mayoritariamente los simpatizantes del PP y del PSOE.

Por otra parte, las muy publicitadas medidas que Felipe VI ha adoptado en favor de la transparencia en la gestión de la Casa han sido recibidas con general aprobación, pero sin demasiado entusiasmo. Apenas un 45% las valora como buenas y sólo un 15,5% como muy buenas. Pero lo que es más importante: cuatro de cada 10 españoles demuestran no creerse lo que hasta ahora -el anuncio de auditoría de la Casa, un código de conducta o la prohibición a los miembros de la Familia Real de hacer negocios o disfrutar de créditos ventajosos- sólo se ha ceñido a la norma y al discurso. Y sólo uno de cada 10 las aplaude a rabiar. Unos datos que, en cualquier caso, es de suponer que habrán cambiado a mejor después de la decisión del Rey sobre su hermana en relación al caso Nóos, uno de los episodios de corrupción que más indignación ha generado entre los españoles.

Además, el joven Rey todavía tiene una asignatura pendiente con los de su propia generación. Si bien los niveles de felipismo entre los menores de 30 años (66,8%) y los de 44 (70,7%) son notables, más de la mitad dice apoyar la Monarquía por primera vez (53,8%/54%) y cuatro jóvenes de cada 10 (43%/40,3%) rechazan abiertamente el sistema hereditario en la Jefatura del Estado. Entre ellos, el 63,2% de los simpatizantes de Podemos.

Desde luego, Felipe VI puede estar seguro de tener detrás de sí a los españoles mayores de 65 años, que son los que le puntúan más alto, rozando el siete. Pero el nuevo Rey aún necesita mejorar. Salvo que se conforme con el 6,67: ésta es la nota de los españoles.




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