LA DUQUESA Y SUS HEREDEROS.
Cayetana Fitz-James con sus hijos. De iqda., a dcha.,: Carlos, Jacobo, Eugenia, Cayetano y Fernando. El único ausente es Alfonso, duque de Aliaga.DUQUESA DE ALBACADA UNO DE LOS 6 HIJOS HEREDARÁ UN MÍNIMO DE 110 MILLONES● Cayetana tiene cerrado su testamento. Su fortuna, mil millones
● La Fundación Casa de Alba administra otros 2.000 millones
● Alfonso Díez ha renunciado a la parte que le pudiera corresponderAlfonso renuncia a su herenciaPara los dioses inmortales cuya voluntad fue no sólo el que yo heredase estas cosas de mis antepasados, sino el que se las transmitiera también a mis descendientes». Así reza la inscripción de Cicerón, que puede leerse al pie de la escalinata del Palacio de Liria, y que fue expresamente colgada por petición de Jacobo Fitz-James Stuart, XVII Duque de Alba, y padre de la actual duquesa. Siete siglos de historia avalan el patrimonio de la casa de Alba que asciende a unos 3.000 millones, aunque la cifra es difícil de determinar, ya que está distribuido entre palacios, castillos, terrenos agrícolas, propiedades inmobiliarias, participaciones bursátiles, colecciones de arte, biblioteca, joyas y reliquias... Un legado económico y cultural que Cayetana Fitz-James ha sabido administrar con austeridad e incluso incrementar. A los que habría que añadir 45 títulos. Entre ellos, cinco ducados, un condado-ducado, 20 condados, un vizcondado y 18 marquesados.
Luis Martínez de Irujo, su primer esposo, puso la primera piedra en la organización del patrimonio, pero sería Jesús Aguirre, su segundo marido, quien sentó las bases más importantes de lo que es hoy día la Fundación Casa de Alba. Como resumen, que luego desglosaremos, y para no perdernos en los datos, podríamos dividir el vasto patrimonio en dos partes: el correspondiente a la Fundación Casa de Alba, valorado en 2.000 millones, que se rige única y exclusivamente por los estatutos donde se protege claramente la conservación del patrimonio, así como quién debe presidirla -en este caso el primogénito-; y la fortuna personal de la duquesa que comprende joyas (5 millones), tierras (600 millones), pisos, locales, casas y acciones (395 millones).
MIL MILLONES Cayetana, de 85 años, lo tiene todo pensado. Su testamento lleva años firmado y bajo llave y, aunque obviamente su contenido es secreto, hay partes de él que son de obligado cumplimiento y hacen que sepamos cómo puede ser distribuido entre sus hijos. «Mi objetivo es pasar todo el legado de los Alba a mis hijos, de la misma manera que mis padres me lo dejaron a mí, y así a través de todas las generaciones». Así pues, e independientemente de cómo quiera legar el patrimonio de libre disposición, existe una legítima que es de obligado cumplimiento por la ley, y de la que se benefician los familiares directos como son los hijos y el cónyuge (si finalmente contrae esponsales con Alfonso Díez, 25 años menor).

El patrimonio personal de la duquesa asciende a 1.000 millones de euros. Este dinero tenemos que dividirlo en tres partes (una parte es la legítima, otra es de mejora y la otra es de libre disposición). La parte de la legítima sería 333,3 millones de euros que serían para repartir entre sus seis hijos. La parte de la mejora, que sería la misma cantidad, es para mejorar la herencia de algunos de sus herederos con derecho a la legítima -sus hijos- y, en este caso, Cayetana piensa repartirlo entre los seis, también a partes iguales. Y la última parte -también es la misma cantidad-, es de libre disposición. Es decir, la duquesa puede legarlo a quien quiera. En este caso, tenemos que recordar que Cayetana tiene nueve nietos que no entrarían incluidos en las partes anteriores y, posiblemente serían los depositarios de este tercio (o de una gran parte), así como fundaciones, amigos…
Como hemos explicado, sus seis hijos, fruto de su matrimonio con Luis Martínez de Irujo, serían sus herederos directos y por lo tanto, heredarían directamente 55,5 millones de euros cada uno de la légitima y otros tantos del de mejora. En total: 110 millones.
El primogénito, Carlos Fitz-James Stuart, duque de Huéscar, de 62 años, se licenció en Derecho y será el heredero del ducado de Alba y del resto de títulos nobiliarios, así como el presidente de la fundación que gestiona el patrimonio. Así pues, los 2.000 millones del patrimonio que está en manos de la fundación son intocables. Carlos se divorció de Matilde Solís, con quien contrajo matrimonio en 1988 y tuvo dos hijos. Fernando Cayetano, el hijo mayor, será a su vez el heredero de su padre en el ducado de Alba. Una nota importante en estos términos es que el matrimonio se celebró con separación de bienes (igual que todos sus hermanos), por lo que ni el divorcio, ni la herencia afectará al legado.
Alfonso Martínez de Irujo (60 años), duque de Aliaga es licenciado en Ciencias Económicas y encargado, junto con su hermano Carlos, de velar por la situación financiera de los Alba, y de ser vicedecano de la Diputación Permanente y Consejo General de la Grandeza de España. Se casó con la princesa María Trinidad de Hohenlohe en 1977 -de esa unión nacieron también dos hijos- y se divorció unos años después. Él también accederá a su parte de la legítima, en la misma medida que el resto de sus hermanos.
Jacobo Fitz-James Stuart (56 años), conde de Siruela, comenzó la carrera de Filosofía y Letras, pero dejó la universidad. Con todo, consiguió destacar en el mundo editorial y crear Siruela y más adelante Atalanta. Contrajo matrimonio con Eugenia Fernández de Castro de quien está divorciado y tuvo un hijo varón y una hija. En 1981, contrajo segundas nupcias con la periodista Inka Martí. El cuarto hijo de la duquesa, Fernando Martínez de Irujo (50 años), marqués de San Vicente del Barco, también es licenciado en Derecho y está soltero. Generalmente, ayuda a sus dos hermanos mayores en la gestión del patrimonio y, además trabaja para el Banco Central Hispano. También heredará 110 millones. Cayetano Martínez de Irujo (48 años), conde de Salvatierra, es internacionalmente conocido por su participación en las competiciones ecuestres. Tuvo una relación con Genoveva Casanova, de la que nacieron dos mellizos. Y finalmente, la menor de los hermanos, Eugenia Martínez de Irujo (42 años), duquesa de Montoro, e imagen de la conocidísima firma de joyas Tous, está divorciada del diestro Francisco Rivera, de quien tuvo la que es la novena nieta de Cayetana y lleva su mismo nombre. Al margen de lo que se supone patrimonio histórico, los Alba tienen varios negocios que desarrollan a través de cuatro empresas. Todas con sede social en el Palacio de Liria: Eurotécnica agraria SA, Euroexplotaciones agrarias SA, Inversiones Princesa SA. y, Castrofresno SL. Las dos primeras están dedicadas a la «producción agrícola, combinada con la ganadería» y cuentan con 34.000 hectáreas de terreno, valoradas en 600 millones de euros, y que proporcionan más de 500 empleos. En todas las empresas figuran como presidenta Cayetana Fitz-James Stuart (Jesús Aguirre lo fue hasta su muerte), seguida del vicepresidente, Carlos Fitz-James Stuart, y de su segundo hijo Alfonso Martínez de Irujo, que ocupa el cargo de Consejero Delegado.
SUBVENCIONES Con todo, Cayetana quiso que todos fueran accionistas de las empresas a partes iguales, lo que en un principio generó algunos problemas a sus hijos por la cantidad de activos que debían depositar por las acciones. Así, la duquesa, decidió cederles a cada uno de ellos una finca de la provincia de Córdoba (todas ellas valoradas en unos 10 millones de euros). Por otro lado, estas empresas reciben subvenciones por la PAC que rondan los dos millones de euros. La tercera empresa, Inversiones Princesa, está dirigida a las inversiones y accionariados bursátiles. Y, la cuarta empresa, Castrofresno SL., cuya actividad es la compra, venta y alquiler de pisos, locales comerciales y garajes. Todas estas empresas dan un beneficio aproximado de unos dos millones de euros anuales.

Volviendo al patrimonio artístico que incluye la Fundación, encontramos verdaderas joyas arquitectónicas como el Palacio de Liria, en Madrid; Palacio de Dueñas, en Sevilla o el Palacio de Monterrey, en Salamanca... Sin embargo, algunos de estos palacios y castillos están cedidos a instituciones públicas para mejorar su conservación y uso.
Dentro de esta fundación, también se encuentra la biblioteca -de un incalculable valor-, con más de 30.000 volúmenes, entre los que destacan los 21 documentos autógrafos de Cristóbal Colón (una sola carta alcanza los 6 millones), o la famosa biblia de 1430, cuyo valor está en más de dos millones y medio… Por otro lado, tenemos la pinacoteca. Obras de Neri di Bicci, Vaccaro, Murillos, Ribera, Tiziano, Velázquez, Goya, Auguste Renoir, Rembrandt, hasta llegar a Picasso, Madrazo o Zuloaga… Finalizando, una pieza clave que se lleva a cabo desde la fundación, son las ayudas económicas que ofrecen a otros legados históricos. Cayetana ha contribuido de forma activa a apoyar diversas labores humanitarias, como la financiación de salud pública de la Asociación de Esclerosis Múltiple de La Línea, así como la financiación de proyectos de restauración y conservación del Patrimonio Histórico, entre los que se encuentra la capilla del Cristo de los Gitanos en Sevilla, piezas de arte y edificios históricos de España. De esta manera queda protegido uno de los imperios con más valor histórico y económico de nuestra geografía española, así como el expreso deseo de la XVIII duquesa de Alba.
Y si Alfonso es su marido... Pues posiblemente no pasaría nada. Lejos de la ficción y de las especulaciones, si la duquesa contrajera matrimonio con su novio, la herencia de los Alba quedaría intacta. Aclaremos que puede depender mucho del régimen en el que contraen el matrimonio, es decir, si lo hacen con gananciales o separación de bienes. La segunda opción es la que escogería Cayetana, ya que es la forma en que lo han hecho sus hijos. En cualquier caso, y si así fuera, Alfonso tendría una serie de derechos como conservar el usufructo de la residencia familiar, y la disposición -también en usufructo- del tercio de libre disposición (333,33 millones de euros). Pero esto que parece tan sencillo, en la práctica no resulta tan obvio porque para eso la ley contempla lo que se conoce como las capitulaciones matrimoniales, que no son otra cosa que pactos que uno firma antes del matrimonio y que deja completamente protegida a las partes.
Alfonso, según ha podido saber esta revista, ya ha firmado sus capitulaciones renunciando a ese usufructo. Otra cosa, claro está, es que Cayetana considere oportuno, y si se convierte en su tercer esposo, legarle una parte de la libre disposición.
Con todo, y para alejar los dimes y diretes, lo que si podemos asegurar es que Alfonso Díez, por voluntad propia, no quiere tener ningún derecho sobre los bienes ni posesiones de los Alba.
Así, que si contrajera matrimonio con Cayetana y ella falleciera antes que él, ya podemos aventurar que no se quedaría a vivir en el Palacio de Liria. Otra cosa, y repito, es que a la duquesa le «salga del pie» meterle dentro de sus herederos de libre disposición, quiera él, o no quiera. Si no quisiera, siempre podría renunciar a la herencia. En cualquier caso, ha quedado claro por parte del novio que no es su interés el que le mueve y para ello está dispuesto a renunciar a lo que haga falta.
EL MUNDO SÁBADO 18 JUNIO 2011