Palacios de la duquesa de Alba

Las últimas noticias de la Realeza. Monarquía vs. República
¿Cuánto reinarán Felipe VI y Letizia?


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La casas donde vivirán Cayetana y Alfonso Díez

Mensajepor Invitado » Mié 28 Sep, 2011 3:03 pm

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Mensajepor Invitado » Mié 28 Sep, 2011 3:32 pm

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Palacio de Monterrey

Mensajepor Invitado » Mié 28 Sep, 2011 3:36 pm

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Fachada del Palacio de Monterrey en Salamanca

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Entrada zaguán del Palacio de Monterrey


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Salón principal del Palacio de Monterrey

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Fernando Fitz-James Stuart y Solís

Mensajepor Invitado » Vie 07 Oct, 2011 2:46 am

Fernando Fitz-James Stuart y Solís, hijo primogénito del Duque de Huéscar y Matilde de Solís, que heredará el Ducado de Alba de su padre Jacobo y el Palacio de Dueñas de su abuela Doña Cayetana.

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Carlos Fitz-James Stuart y Solís, hermano de Fernando, frente a la casa de los Solís en Sevilla.

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Mensajepor turbo » Mar 20 Nov, 2012 10:11 pm

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Pablo Melendo, comisario de la exposición, en el salón Goya del Palacio de Liria, con La Duquesa de Alba, Goya, 1795, y Duquesa de Huéscar, Rafael Mengs, 1757.


Lo que Liria esconde

Durante cinco siglos la Casa de Alba ha atesorado una valiosísima colección de arte que es a la vez reflejo vivo de la Historia de España. A partir del 1 de diciembre, 150 piezas únicas –algunas de ellas, como una tabla de Fra Angelico, no han sido vistas jamás en público– saldrán del Palacio de Liria para ser expuestas en el Palacio de Cibeles. Junto con el comisario de esta exposición, Pablo Melendo, recorremos los magníficos salones de Liria para descubrir los secretos del legado de los Alba.

Escribe: CÉSAR SUÁREZ
Fotos: JAVIER SALAS
Realiza: ROCÍO PUGA



Que el espléndido patrimonio artístico de la Casa de Alba se haya mantenido más o menos intacto a lo largo de más de 500 años sólo puede ser cosa de los afortunados vaivenes de la Historia o de una especie de fuerza oculta propia de su linaje.

A punto estuvieron de perderlo todo a principios del siglo XIX, cuando Godoy aprovechó el vacío que dejó la muerte sin descendientes de Cayetana de Silva (la duquesa de Alba del cuadro de Goya) en 1802, y expropió obras como la Venus del espejo, de Velázquez, La educación de Cupido, de Correggio –ahora ambas propiedad de la National Gallery de Londres– o la Madonna de Alba, de Rafael –en la National Gallery of Art de Washington–. Al siguiente duque, el XIV de los Alba, Carlos Miguel, que fue el primer Fitz- James Stuart, proveniente de una rama ilegítima de la Casa Estuardo de Escocia –duques de Berwick en Inglaterra y duques de Liria en España–, le llegaron apenas 30 cuadros de la famosa colección de los Alba.

Tras las guerras napoleónicas, el duque Carlos Miguel recorrió Europa comprando obras de Fra Angelico, Pietro Perugino, Rembrandt... “Reunió una magnífica colección de piezas arqueológicas, esculturas y cerámicas griegas y romanas. Por entonces no existía nada igual en España. Su intención era abrir una galería junto al Palacio de Liria y comenzar una labor de mecenazgo”, explica Pablo Melendo, comisario de la exposición El legado Casa de Alba. Pero la ruina azotó a la Casa de Alba a mediados de siglo, y casi un centenar de aquellas obras tuvieron que malvenderse. Algunas de ellas fueron rescatadas por la emperatriz Eugenia de Montijo, emparentada con los Alba, que a su vez legó a la Casa pinturas y objetos decorativos de la corte francesa. Fue la condesa de Siruela, abuela de la actual duquesa Cayetana, quien deshipotecó la Casa y se encargó de elaborar el primer catálogo razonado de la colección.

A los pocos meses de estallar la Guerra Civil, en noviembre de 1936, el Palacio de Liria fue bombardeado y casi destruido. El XVII duque de Alba, Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, padre la duquesa Cayetana, ya viudo, vivía con su hija en Londres. Los empleados del palacio y algunos voluntarios consiguieron salvar del incendio la mayoría de las obras de arte –aunque una valiosa colección de grabados se perdió–, que fueron protegidas en el Banco de España, el Museo del Prado y la Embajada Británica. De vuelta a España, el duque se propuso reconstruir el Palacio de Liria y con él la grandeza de los Alba.

“DEMUÉSTREME QUE EL ESCRITORIO ES SUYO” El duque recopiló con tesón las obras de arte que le pertenecían y que se habían desperdigado tras la guerra. Es conocida la anécdota en la que reclama ante Serrano Súñer, ministro de Interior y de Gobernación en los primeros gobiernos de Franco, una relación de sus obras que habían quedado en poder de la Dictadura. “Y ese escritorio estilo Imperio que perteneció a Napoleón III también es mío”, dijo el duque. “Si me lo demuestra usted, puede llevárselo”, contestó Serrano Súñer. “Apuesto a que no ha sido capaz de abrir el cajón del centro”, afirmó el duque. Ante la estupefacción de Serrano Súñer, el duque accionó un resorte escondido, abrió el cajón y se llevó el escritorio.

Pero el duque no pudo ver terminada la reconstrucción del Palacio. Antes de morir le hizo prometer a su hija que convertiría de nuevo Liria en el reflejo de la grandeza de los Alba. Se cuenta que la duquesa Cayetana invirtió la mitad de su fortuna en finalizar la obra que comenzó su padre, fiel al friso de la escalera principal del Palacio en el que se lee una cita de Cicerón sobre la virtud de conservar el legado de nuestros antepasados. Además, compró obras de maestros como Renoir, Fantin-Latour, Courbet, Chagall, Corot, Picasso, Dalí... que enriquecieron aún más la colección y la completaron.

El valor del patrimonio artístico de la Casa de Alba es incalculable. Se trata de la segunda colección más valiosa de España después de la de la Casa Real. Sólo uno de sus lienzos, La duquesa de Alba, podría alcanzar los 24 millones de euros, como lo hizo un cuadro similar de Goya hace unos años, cuando fue adquirido por el Ministerio de Cultura. La Infanta Margarita, de Velázquez, podría rondar los 15 millones; cualquiera de sus rubens, rembrandts, tizianos o grecos, saldrían como mínimo por unos 5 millones en una subasta.


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Carlos V y la emperatriz Isabel, Rubens, 1628, en el salón flamenco del Palacio.


A este espectacular mosaico de obras de arte, que veremos en la exposición del Palacio de Cibeles, hay que añadir las joyas bibliográficas y los documentos históricos que alberga la magnífica biblioteca de paredes verdes –que en su tiempo fueron de malaquita– de Liria. La Casa de Alba posee 21 documentos autógrafos de Cristóbal Colón, en los que el almirante hace una relación de las necesidades para su viaje, la lista de los marineros que recluta, el dinero que le prestan, o impresiones de su cuaderno de bitácora entre las que se incluye el primer dibujo de La Española cuando la expedición avista el Nuevo Mundo. Otros manuscritos históricos son los del Nobiliario de Indias, donde los reyes otorgaban escudos de armas a nobles, ciudades e indios que les ayudaban en la conquista de América. Ahí aparecen Pizarro o los hijos de Moctezuma. O la Biblia de la Casa de Alba, traducción a lengua romance de la biblia hebrea que data del año 1430. O la primera edición de El Quijote, o el testamento de Fernando el Católico... “La riqueza y la variedad de esta colección es única. Estamos hablando de la historia de una familia que va unida a la historia de España. Hoy en día sería imposible reunir semejante valor artístico”, asegura Melendo. “Junto a la galería de retratos de los sucesivos duques, realizados por Tiziano, Louis-Michel van Loo, Mengs, Goya, Federico de Madrazo, Vázquez Díaz o Zuloaga, podremos ver las cartas de Colón, un cofre japonés del siglo XVI donde los primeros jesuitas que pisaron Japón guardaban los vasos sagrados para celebrar misa, o una sombrilla hecha en oro, marfil, turquesas y perlas que perteneció a la emperatriz Eugenia”, continúa Melendo.

Las joyas de esta exposición son La duquesa de Alba, de Goya, en el que Cayetana de Silva señala sus tierras, y La virgen de la granada, de Fra Angelico, uno de los tres lienzos de este artista que hay en nuestro país –los otros dos, en el Thyssen y en el Prado– que nunca antes se ha expuesto al público por su delicado estado de conservación. “Nuestra intención al seleccionar estas 150 piezas ha sido demostrar el profundo valor no sólo artístico, sino también histórico y social, de la Casa de Alba”, señala Melendo. “Como piezas curiosas, destacaría el apartado de las cerámicas, los jarrones de Sevres, los tapices de Gobelinos basados en los cuadros de Winterhalter que se conservan en el Museo del Louvre, y los pequeños regalos de ámbito más privado, como la polvera de Cartier de los años 20. Llaman también la atención, por la historia que les acompaña, los trajes de gala de Alfonso XII, Alfonso XIII y el Rey Juan Carlos, que posee la Casa de Alba porque Juan II de Castilla concedió al duque de Ribadeo el privilegio de regalarle el traje que utilizaba cada año en la misa de la Epifanía, y desde entonces se ha conservado esa costumbre”.

Al margen de esta exposición, la editorial Atalanta, dirigida por Jacobo Fitz-James Stuart, tercer hijo de la duquesa, va a lanzar un libro de exquisita edición que será el estudio más exhaustivo jamás realizado sobre la historia del Palacio de Liria, un riguroso compendio con imágenes en el que el conde de Siruela lleva años trabajando.

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El legado Casa de Alba.
Del 1 de diciembre al 31 de marzo
en CentroCentro Cibeles de Cultura
(Pl. Cibeles, 1. Madrid).




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    La virgen de la granada, Fra Angelico. Pintado entre 1430-1440, es la única obra del artista que se conserva en España en manos privadas. Jamás se ha expuesto al público. Virgen de la Casa Alba, Maestro de la Virgo inter Virgines, que perteneció al primer duque.



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    Cartas autógrafas de Colón. Esta colección es la más importante y extensa del mundo. La exposición recoge aquellas en las que se mencionaban los preparativos para el viaje, rol de marineros, etc. Busto de la XIII duquesa de Alba, de Juan Adán.


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TELVA Nº884 DICIEMBRE 2012

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Palacios

Mensajepor Palacios » Vie 30 Nov, 2012 5:52 pm

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Doña Cayetana enseña sus casas

Por primera vez, Cayetana Fitz-James Stuart y Silva ha abierto las puertas de tres de sus palacios, el de Liria (Madrid), Las Dueñas (Sevilla) y Monterrey (Salamanca), y de dos de sus casas, la de Punta Galera (Ibiza) y Arbaizenea (San Sebastián). La edición del libro "Las casas de Cayetana, duquesa de Alba" por El Viso, coordinado por Naty Abascal, coincide con la inauguración, también el 1 de diciembre, de la muestra "El legado de la Casa de Alba", en Madrid.

Más allá del mito y del personaje, más allá de su posición y títulos, Cayetana Fitz-James Stuart, XVIII Duquesa de Alba, es la heredera de una interminable lista de posesiones diseminadas por toda la geografía española. Sólo comprendiendo lo anterior se puede asumir la hazaña de conservación y reconstrucción de un patrimonio histórico y familiar como el suyo, a través de los años.

Por primera vez en la historia una gran editorial, El Viso, presenta una obra ilustrada que contiene los interiores de cinco de las propiedades más señeras e identificativas de la Casa de Alba. A través de más de 200 ilustraciones de gran formato obra del fotógrafo Ricardo Labougle, con unos textos muy documentados y llenos de apuntes arquitectónicos y anecdóticos del arquitecto Rafael Manzano y con la coordinación de Naty Abascal, se hace un recorrido visual del Palacio de Liria (Madrid), el Palacio de Dueñas (Sevilla), el Palacio de Monterrey (Salamanca), la Casa de Punta Galera (Ibiza) y la Casa de Arbaizenea (San Sebastián)

"Durante un almuerzo en Las Dueñas propuse a Cayetana hacer algo para que todo el esfuerzo, trabajo, cariño, dedicación y personalidad que ella ha dado a todas sus casas durante todos estos años, quedara reflejado en un libro, para su familia y para todos los que queramos admirarlo. En especial, la reconstrucción del Palacio de Liria que fue casi destruido durante la Guerra Civil", dice Naty Abascal, quien prosigue, "éste es un libro interesantísimo en todos los sentidos y de recomendable lectura para todo el mundo. No es necesario ser coleccionistas ni grandes entendidos en antigüedades o historia. Es un volumen perfecto para todos a los que les guste el arte, la arquitectura, la fotografía y la belleza, ya que es parte de la Historia de España".

CASTILLOS Y FINCAS. El patrimonio de la Casa de Alba consta de castillos, palacios, fincas y terrenos varios. Pero si es apabullante el continente, lo contenido es un auténtico tesoro de obras de arte entre las que se cuentan, solamente en Liria, 249 óleos de pintores como el Greco, Goya, Murillo, Rubens, Rembrant o Velazquez, 177 acuarelas, 137 miniaturas, 52 tapices, esculturas, un archivo histórico valorado en 41 millones y joyas de distintas envergaduras. "Soy Cayetana de Alba. Tengo otra media docena de nombres y unos cuantos títulos. A menudo se ha escrito que poseo más que ningún otro noble en el mundo", ha declarado la duquesa en sus recientes memorias. Pero, quizá, lo que no se ha escrito todavía y es revelado ahora, con la publicación de estas imágenes, es cómo ha conservado sus propiedades, manteniéndolas en un magnífico estado. Y con qué detalle y fidelidad histórica-artística ha reconstruido el Palacio de Liria, del que ella misma dice: "La distribución de Liria, aunque parecida a la actual, era distinta en aquel momento. Como mucha gente sabe, el palacio fue bombardeado por los nacionales durante la Guerra Civil y destruido por dentro completamente, tiempo después, por los milicianos".

Es difícil imaginar otro estado distinto al actual de este palacio construido por Ventura Rodríguez en 1773. Un tesoro arquitectónico lleno de salas preciosamente tapizadas de obras de arte e historia con una de las bibliotecas más importantes del país, que guarda, entre otros tesoros, los cuadernos de viaje de Cristóbal Colón o el último testamento de Fernando el Católico. Una biblioteca tasada en 20,5 millones (entre los 18.000 volúmenes de Liria figuran la primera edición del Quijote de 1605, las capitulaciones matrimoniales de Felipe el Hermoso y Juana la Loca y la primera Biblia traducida al romance, de 1429. Buena parte de estas obras se podrá admirar a partir del 1 de diciembre y hasta marzo en el Centro Cibeles de Madrid, que acogerá la muestra "El legado de la Casa de Alba".

CINCO ESTILOS. Cada uno de los cinco inmuebles seleccionados en este libro dan una cara distinta del personaje que los heredó y conservó, a la más antigua tradición, para las siguientes generaciones. Frente al Liria capitalino, se muestra la solidez señorial del palacio de Monterrey, en Salamanca, diseñado por Rodrigo Gil de Hontañón y en el que destacan sus dos torres, los miradores y la balaustrada ornamentada, así como una decoración más "de campo" o de caza.

Dueñas, con sus 9.452 metros cuadrados de estilo gótico-mudéjar es un magnífico palacio renacentista situado en Sevilla y que contiene más de 1.500 obras de arte. Desde los patios apalmerados y columnados, pasando por los azulejos, las cocheras o el salón de toriles, respira Andalucía y muestra otra cara de la personalidad de Cayetana.

La casa de Arbaizenea es uno de los últimos ejemplos de las residencias veraniegas que edificaron a fines del siglo XIX las grandes familias de la aristocracia en San Sebastián. Rodeada de 15 hectáreas de exuberante vegetación, recuerda un 'cottage' de la campiña inglesa, que se acentúa en su interior con la profusión de grabados, telas y muebles muy 'british'. Y por último, una de las propiedades más sorprendentes y que muestra la cara libre, abierta, anticonvencional de su dueña: la casa de Ibiza, en el alto de Sa Aufabaguera, junto a Punta Galera. Es una construcción que se integra en la naturaleza, entre pinos mediterráneos y con vistas al mar. La decoración es hippie, desenfadada, algo naïf y donde prima el colorido, la mezcla de estilos y un cierto liberador desorden ordenado.

Son sólo tres palacios y dos grandes casas las que muestra Ediciones El Viso, en este libro único. "Las cinco casas más queridas y vividas por Cayetana", dice Rafael Manzano. Una parte muy pequeña pero representativa, por su valor económico, artístico, arquitectónico e histórico que asombra al lector por su riqueza de contenidos y detalles. Y que hace concluir que sólo una determinación feroz y un altísimo sentido de la historia y de lealtad a los que fueron el origen de su estirpe, puede dar como resultado una obra de conservación de tan altísima calidad.

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(1)Fachada de la casa de Arbaizenea, en San Sebastián. (2) Dormitorio de Cayetana Fitz-James Stuart, XVIII duquesa de Alba.(3) Vista del comedor de la casa.


HEREDADOS. Con la decisión de Cayetana de repartir la herencia entre sus seis hijos y sus ocho nietos, este libro se convierte también en un archivo histórico, atesorando en un mismo ejemplar el Palacio de Liria y el de Monterrey(propiedad del primogénito, Carlos, duque de Huéscar); el Palacio de Dueñas (de su nieto Fernando Fitz-James Stuart Solís), la casa de Arbaizenea (de Cayetano, Conde de Salvatierra) y la de Ibiza (propiedad de Eugenia, duquesa de Montoro).
La fórmula elegida por Cayetana para preservar su legado (algunos expertos cifran su valor en 3.500 millones) fue la de crear la Fundación Casa de Alba, en 1975, bajo cuyo auspicio se encuentran dos tercios de sus propiedades.

El lector, a través de las imágenes de estos palacios y casas podrá ver la otra Cayetana: la que conservó, estudió y reconstruyó mejorando todo lo que recibió de sus antepasados. Y tal vez repita, como ella, su "¡Se han dicho tantas cosas sobre mí! Unas pocas, verdaderas; otras muchas, falsas; y bastantes, simplemente bobadas".

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(1) Cayetana de Alba, en la entrada principal de la Casa de Punta Galera (Ibiza). (2) Vista de la terraza con el comedor de verano. (3) Detalle de una de las pinturas de la duquesa de Alba y una vista de su estudio.




    UNA PASIÓN EN CADA HOGAR, por Rafael Manzano, arquitecto, académico y profesor de Historia de la Arquitectura, es autor de "Las casas de Cayetana, duquesa de Alba".

    La gracia del libro es que muestra las casas que más vive Cayetana. Todas ellas tienen algo muy intimista para ella. Liria es su casa natal, entre sus paredes han sucedido los hechos más fundamentales de su vida. Cuando Cayetana vuelve de Inglaterra tras la Guerra Civil Española ve que el Palacio había quedado reducido a cenizas por el bombardeo de la aviación nacional. Fernando Checa Goitía, mi maestro, que vivió durante la guerra en Madrid, pudo salvar muchos documentos del archivo que los milicianos que habían ocupado el palacio estaban quemando. Los protegió almacenándolos en los sótanos del propio Liria, tapiándolos después. Alzó unos planos del lugar donde los había escondido e hizo algunas fotografías del estado ruinoso en el que había quedado el palacio. Luego viajó a Londres y se reunió en la embajada española con el Duque de Alba, quien al apreciar que el escudo ducal no había sido destruido lo celebró con su joven hija, Cayetana.

    Cayetana encarna, por tradición, el antiguo lema que dice "Muera el hombre, viva el nombre", que es lo mismo que hablar de la vocación de permanecer, de conservar lo heredado para poder legarlo.

    En Liria se salvaron las paredes, ya que la mayoría de los cuadros, manuscritos y documentos habían sido enviados, antes de estallar la guerra, al depósito del Banco de España y a la Embajada británica. Las llamas devoraron la colección de grabados. Cayetana juró a su padre que lo restauraría y tomando como referencia el proyecto (1900) del que yo considero el mejor arquitecto del siglo XX, Sir Edwin Lutyens, ordenó su ejecución al arquitecto español Manuel Cabanyes Mata.

    Cayetana puso todo su afán e intervino muchísimo en su reconstrucción, sobre todo en la restauración estilística de los interiores. A cierta escala yo siempre comparo el Palacio de Liria al Palacio Real de Madrid y la Casa (en Sevilla no le llamamos ‘Palacio’) de Dueñas, al Real Alcázar de Sevilla.

    Dueñas supuso para Cayetana la maravilla, el descubrimiento de la primavera, su presentación en sociedad, lo flamenco y los toros. Es muy meritorio cómo fue adquiriendo pintura, sobre todo sevillana, del siglo XIX, costumbrista y de género.

    La gracia de Cayetana es el saber dar una vida muy personal a sus casas. Es casi una maniática de la perfección, es decir, en sus casas hay muchísimos objetos que le han interesado y que ha ido adquiriendo, que pueblan cómodas, consolas, mesitas… ella hace una especie de “colocación inamovible”. Puede entrar en cualquiera de sus casas y observar un aparador diciendo “esto no estaba así”. El altísimo grado de conservación, lo impoluto y lo cuidado de sus casas es producto de su constante preocupación y vigilancia. Porque cada una de sus casas es una época de la vida de Cayetana, es una pasión personal. Y es ella quien da vida a todos esos palacios.

    Más info: "Las casas de Cayetana, duquesa de Alba", de Editorial El Viso, estará a la venta a partir del 1 de diciembre. 54 euros. http://www.edicioneselviso.com


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(1) Fachada meridional del Palacio de Monterrey, en Salamanca, frente al convento de las Agustinas. (2) Entrada y zaguán principal del palacio salmantino. (3) Un detalle de la austera cocina. (4)Vista de uno de los cuartos de baño.

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(1)Fachada principal del palacio de Las Dueñas (Sevilla), vista desde los jardines de la entrada.(2) patio principal.(3) Galería alta del patio principal. (4) Diversos objetos y fotografías familiares colocados encima del piano.

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turbo

Mensajepor turbo » Vie 30 Nov, 2012 11:20 pm

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‘Mujer con sombrero y cerezas’ (1880), de Renoir [col]Imagen

‘Retrato de Jacobo Fitz- James Stuart y Falcó, XVII Duque de Alba’ (1918), pintado por Zuloaga. [/table]


EXPOSICIÓN INSÓLITA
El Ayuntamiento de Madrid acoge los fondos artísticos de Cayetana de Alba

Las joyas ocultas de la duquesa

ANTONIO LUCAS / Madrid


Asomarse a la historia de la Casa de Alba es como dejar medio cuerpo fuera en un precipicio, casi como asomarse a la Historia de España desde la Edad Media, con todos los vértigos. Hay que echar la vista muy atrás, más o menos a cuando este país era casi campo por entero. A Enrique VI y 1472. Y desde allá subir el río de los siglos hasta llegar a la XVIII Duquesa de Alba, María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart, nacida el 28 de marzo de 1926 en el Palacio de las Dueñas, en Sevilla. Lo que sucede desde aquel siglo XV hasta este XXI de todos los demonios queda cifrado en 46 títulos nobiliarios y un pliego de intrigas, seducciones, rigor de clase y una fastuosa herencia artística que sale a la luz (en gran parte por vez primera) en una exposición, El legado de la Casa de Alba, en el Centro Cibeles de Cultura y Ciudadanía del Ayuntamiento de Madrid y de la que es comisario Pablo Melendo.

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‘Virgen con el niño y dos ángeles’ (1426) de Fra Angelico con nubes blancas.

Resulta difícil dar la cifra exacta de las piezas que acumula esta fabulosa reunión de manuscritos, pintura, escultura, documentos, libros, tapices y artes decorativas. Hay más de 250 telas y tablas al óleo de grandes maestros. Casi 200 acuarelas. Una biblioteca de 18.000 volúmenes extraordinarios. Más de 50 dibujos... Mucho de lo reunido es ya de un valor incalculable. Y la mayoría de lo que en pintura y escultura se mostrará (40 obras que salen principalmente de los palacios de Liria y de las Dueñas) jamás ha abandonado los dominios de la Fundación Casa de Alba, algo que convierte esta cita en un espacio propenso a las revelaciones.

Uno de los descubrimientos será la tabla Virgen con el niño y dos ángeles (1426), de Fra Angelico, considerada entre las piezas más delicadas y extraordinarias en el repertorio del pintor italiano. También una de las menos conocidas. Desde 1817 estaba en manos privadas, tras adquirirla el VII Duque de Alba en Florencia. Y hay más aún: hasta 1926 el mundo académico no tuvo noticia de ella. Tampoco acceso a su jurisdicción, el Salón Italiano del Palacio de Liria (Madrid). Esto hace que su exhibición tenga carácter extraordinario en sí mismo. Si se expusiese sola ya sería un acontecimiento. Pero no. Hay que sumar muchas más obras de la fastuosa colección que hoy conserva y ha potenciado en los últimos 50 años Cayetana de Alba.

Está considerada una de las mejores en manos privadas. Pero aún por descubrir. En la escalada de referentes esenciales del arte, aparece a lo lejos Tiziano. Y, de nuevo, con una obra excepcional: La Última Cena (1550-55), adquirida también en Italia por el duque don Carlos Miguel en 1818. En principio la obra llegó a España como del maestro veneciano, pasó después a ser atribuida a Palma El Viejo y más tarde al taller de su autor definitivo. Pocos estudiosos han tenido ocasión de ver esta tela. Un secretismo alimentado en la discreta galaxia de los Alba. En su ubicación original, el palacio madrileño de la familia, comparte terreno con destacados miembros de la poderosa escudería italiana del legado Alba: Peruggino, Guardi, Luca Giordano y Palma el Viejo, entre otros.

Aunque si hay una obra que atesore todo el sex-appeal de la muestra (también por un cierto morbo de leyenda acumulada) es aquélla que Francisco de Goya tituló La duquesa de Alba en blanco (1795). Un intenso retrato de María del Pilar Teresa Cayetana de Silva, la dama de más elevada alcurnia de la corte tras la reina María Luisa, a finales del siglo XVIII. Cuando el viajero francés Jean Marie Jerome Fléûriot de Langle la conoció en Madrid dejó escrito: «La duquesa de Alba no tiene ni un solo cabello que no inspire deseo». Los mismos que la correduría del chisme asesta a Goya y que la familia siempre ha negado... En cualquier caso, el artista había conseguido el mecenazgo de los Alba en 1794 y bajo ese alero, en el estudio que le habilitaron, donde comenzó la serie de los Caprichos, publicada en 1799. Esto hace que el de Fuendetodos sea uno de los creadores mejor representados en la colección familiar. Otra pieza fundamental que no estará en la exposición es el retrato de la marquesa de Lazán, considerado uno de los retratos femeninos más hermosos de Goya, de busto saliente y brazos mórbidos.

A esta pieza estrella siguen sumándose en la muestra otras obras esenciales, como el Cristo en la cruz de El Greco, de la que Gregorio Marañón destacó en 1956 los rasgos iconográficos de Jesús y el rostro triunfante que se sobrepone a la expresión de dolor. Y no muy lejos, otros referentes del arte español de los siglos XVI y XVII como Murillo y José de Ribera. O maestros como Rubens y Antonio Mengs, que inmortalizaron a los sucesivos machos alfa de la Casa.



‘Florero delante de la ventana’ (1959), de Marc Chagall[/right]
La relación de los miembros de este ducado con los artistas se prolonga por más de tres siglos. Y aunque en su día perdidos, algunos cuadros principales de la historia de la pintura formaron también parte de los fondos de Alba. Entre ellos, La venus del espejo, de Velázquez (que también perteneció a Manuel Godoy y residente en Londres); La Virgen de la Casa de Alba, de Rafael (ahora en Washington); y La lección de amor, de Correggio (en Francia).

Igual que Goya en el XVIII, otro de los pintores de cámara de los Alba fue Ignacio Zuloaga, el más identificado de los artistas de su tiempo con la Generación del 98. Y autor de una de las piezas emblemáticas de la muestra ya entrando por el cauce del siglo XX: Retrato de Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, XVII Duque de Alba (1918). El titular se convierte con este cuadro en el primer cliente español de Zuloaga y, a partir de la presentación de la pieza, el autor alcanza gran fama y acumula una larga sucesión de encargos. Algo así como el favor y la gracia de la alta sociedad española del momento, cuya moda se cifraba (fuera del ámbito real) desde la casa de Alba y tres o cuatro escudos más. Zuloaga retrató también a la mujer del duque, María del Rosario de Silva y Gurtubay, antes y después de entrar como consorte en la galaxia de la familia Alba. Una línea de representación que continúa también Mariano Benlliure, otro de los nombres destacados de la renovación de la escultura en España en los primeros compases del siglo XX. Antes de la irrupción de las vanguardias y cuando la estela del impresionismo aún se mantenía con una cierta contundencia, aunque estrenando ya vaivenes de barco ebrio.

Entre las piezas que aventuran uno de los caminos de la modernidad, Cayetana de Alba adquirió en 1973 en Londres Mujer con sombrero de cerezas (1880), pieza contundente del maestro impresionista Pierre Auguste Renoir. Una tela de mucha fuerza matérica, con la carnadura de los materiales en vivo y trazo enérgico. Considerada entre las mejores señales del impresionismo. De cuando éste andaba en la cumbre de su proceso. Un tiempo de esplendor que acabó tras la irrupción de las nuevas corrientes de la pintura con sus cuatro esquinas de libertad, estableciendo un nuevo código para el arte que tiene el juego, la búsqueda, la experimentación y un cierto caos como referente y desafío. Es ese el instante escogido para abrochar la exposición.

Y en cuanto a pintura se refiere es Marc Chagall quien da el portazo con un trabajo de madurez: Florero delante de la ventana (1959), adquirido en Londres en 1980. La escena vaporosa, el cielo como recipiente, como alféizar, como plano. Lo irreal como lema... El viaje, ahora sí, ha llegado hasta aquí. Un recorrido por más de cinco siglos de arte que, contemplado en conjunto, da cuerpo a una de las colecciones privadas más intensas del mundo. Aquella que cuenta en su patrimonio con las cartas y documentos de Cristóbal Colón cuando el hallazgo de América, el testamento de Fernando el Católico y, de frente, desemboca en los movimientos artísticos principales del siglo XX. Una expedición fabulosa que deja a la vista, más que un patrimonio, el astrolabio de la Historia.

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‘La Última Cena’ (1550-1555), de Tiziano.

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Mensajepor turbo » Vie 30 Nov, 2012 11:36 pm

UN VALOR INCALCULABLE
Paseo con Rafael Alonso, conservador del patrimonio del ducado de Alba

Entresijos de una muestra de altura

MARTA BELVER / Madrid



Pasear estos días por los 850 metros de alfombra que se han desplegado en la sala de exposiciones CentroCentro Cibeles será lo más parecido a hacerlo por las estancias del Palacio de Liria. La inmensa mayoría de las 115 piezas seleccionadas para dibujar un retrato íntimo de la historia de la familia Alba han sido removidas temporalmente de la residencia madrileña de Cayetana Fitz-James Stuart, que seguramente tendrá tiempo de echarlas en falta cuando se aloje en ella porque la suya «no es precisamente una casa museo».

Habla Rafael Alonso, conservador de este patrimonio incalculable valor desde hace 28 años. Y lo hace desde las tripas del Palacio de Telecomunicaciones de la capital, sede del Ayuntamiento, donde se exhibirá esta muestra hasta el 31 de marzo. Allí se ha asistido a una actividad frenética en los últimos días para que todo esté a punto para la inauguración de hoy.

La exposición El legado Casa de Alba. Mecenazgo al servicio del Arte recoge desde un pergamino de 1429, en concreto el Privilegio rodado de Juan II de Castilla confirmando la merced de la Villa de Alba de Tormes, hasta el uniforme con el que Don Juan Carlos I fue proclamado Rey de España en las Cortes en 1976. Una selecta colección de pinturas, esculturas, grabados y objetos que repasa los casi seis siglos de avatares de uno de los linajes con más solera en España.

«A la duquesa actual hay que agradecerle esa dedicación y ese empeño por ir reponiendo todas las piezas que se perdieron cuando se bombardeó el Palacio de Liria durante la Guerra Civil y mantenerlas de forma óptima», explica Alonso a unos metros de la culpable de que el conservador entrara en la familia para restaurarla. Se trata de la imagen de esa antepasada Cayetana, María Teresa de Silva Álvarez de Toledo, que inmortalizaron los pinceles de Goya hacia 1795.

La célebre dama de blanco del pintor aragonés ha sido una de las más madrugadoras en esta mudanza temporal a CentroCentro Cibeles. Pero que el visitante no espere encontrar simplemente una sucesión de retratos familiares. La muestra ofrecerá sorpresas visuales como La virgen de la granada, el único cuadro en manos privadas de Fra Angelico, nunca antes expuesto.

Las dos peculiaridades que definen esta exposición, según el historiador y documentalista José Manuel Calderón, es que «es la más completa que se ha hecho hasta ahora» sobre la Casa de Alba y que «muestra piezas que normalmente no se pueden consultar», como documentos autógrafos de Cristóbal Colón.

El recorrido por la historia de esta familia nobiliaria se ha articulado en tres capítulos, que se complementan e interrelacionan. El primero gira en torno a las distintas ramas de su prolijo árbol genealógico e incluye retratos de los miembros más representativos, realizados por maestros como Tiziano, Mengs y Zuloaga. El segundo se vuelca en su ingente labor de mecenazgo, que tiene su reflejo más destacado en la colección de pintura. Por último se engloba una selección de las obras acumuladas gracias a las relaciones sociales y familiares de esta saga originaria de la Corona de Castilla.



A la izquierda, obra de El Greco que se exhibe en la sede del Ayuntamiento de Madrid. A la derecha, el museógrafo Enrique Bonet, uno de los responsables máximos de la gran exposición.
Mientras siguen llegando a Centro Centro Cibeles las piezas empaquetadas con minuciosidad, el museógrafo Enrique Bonet señala con los dedos enfundados en unos guantes de algodón blanco que los colores de las paredes no son casualidad. El plata y el azul, por ejemplo, se toman prestado de los escudos de armas de la rama de los Álvarez de Toledo; el verde, de los Estuardo; el rojo, de la XIII Duquesa de Alba…

¿Y qué es lo que más le va a sorprender al espectador?, aprovechamos para preguntarle en este secuestro de su trajinar por los pasillos a medio acondicionar. «Que no esté ordenado académicamente, pero que al mismo tiempo esté contando una historia que es la historia de España, de Europa y de América y la de una familia, con sus alegrías y sus penas, que ha reunido una colección de obras de arte de primer orden», responde casi de carrerilla.

En su presentación ante la prensa, la alcaldesa Ana Botella reconoció que el Ayuntamiento de Madrid no había acometido antes un proyecto de tal envergadura en el ámbito artístico, resultado de una novedosa fórmula de colaboración entre la Administración y la Fundación Casa de Alba, entidad privada de interés general y sin fines de lucro.

Las sorpresas de esta exposición se desvelarán en Madrid los próximos cuatro meses todos los días de la semana, excepto los días 25 de diciembre, 1 de enero y 6 de enero, de 10.00 a 20.00 horas.


EL MUNDO. JUEVES 29 DE NOVIEMBRE DE 2012

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Tesoros de mi infancia Por JACOBO SIRUELA

Mensajepor turbo » Vie 30 Nov, 2012 11:56 pm

El hijo de la duquesa de Alba evoca 'su' Palacio de Liria y hace su propio recorrido para EL MUNDO:


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‘La duquesa de Alba en blanco’ (1795), de Francisco de Goya, es la pieza angular de la exposición.


Mi universo mítico

JACOBO SIRUELA



Liria es el espacio mítico de mi infancia. Un ámbito en donde el recuerdo se confunde con el sueño. La memoria proustiana me evoca un sinfín de escenas que acuden y se agolpan alocadas en mi mente sobre el jardín, los salones -siempre misteriosos para un niño-, la zona de servicio, llena de pequeñas historias, las caballerizas, el coche de caballos con el que fuimos más de una vez a montar al Club de Campo… ¿Es todo eso real? Es curioso, pero hasta la elaboración del libro que acabo de publicar en Atalanta sobre el Palacio de Liria con motivo de la exposición de Cibeles, no he tomado completa conciencia de la casa en la que viví hasta los 24 años, en que la juventud me empujó a fugarme de la vida palaciega y entrar en el mundo real. En efecto, a pesar de haber estado preparando esta publicación durante casi cinco años, buscando a especialistas, tras avatares y postergaciones, solamente hasta haber reunido todos los textos y el material gráfico de esta obra y llevar a cabo la maqueta del libro en simultánea redacción de mi texto sobre la historia familiar, no he sido completamente consciente de la enorme dimensión histórica y artística de todo ello.

Sí, hasta ahora no había comprendido la casa como un todo. No había asumido que cada objeto se ha vuelto complejo al encerrar en sí mismo un haz interminable de asociaciones históricas que dan a esta colección una cualidad diferente a la de cualquier otro museo, ordenado por criterios históricos generales. Aquí todo se vuelve particular; cada objeto no es algo impersonal sino plenamente vivido por algún miembro del linaje. Por ejemplo, el magnífico tapiz flamenco de La lucha de los griegos y las amazonas, que pertenece a la familia desde 1485; colgaba en algún aposento renacentista del castillo de Alba de Tormes en tiempos del I duque de Alba. Ignoro cómo llegó a nuestras manos el yelmo y el testamento de Felipe II, pero lo cierto es que fue un rey que tuvo una estrecha y dramática relación con el tercer duque de Alba. Por otro lado, casi toda la pintura italiana y flamenca del palacio proviene del gran tour que emprendió por Italia el duque Carlos Miguel en la segunda década del siglo XIX, gracias al cual arruinó honrosamente a la familia; Solá y Álvarez Cubero, cuyas esculturas neoclásicas lucen en el zaguán y la escalera principal, fueron amigos suyos y gozaron de su mecenazgo; y lo mismo ocurre con Goya, íntimo amigo de Cayetana, que regala y dedica a su amiga su famoso retrato con el perrito del lazo rojo a juego con el que el que luce la duquesa en su pecho.

Asimismo, los cuadros y porcelanas de los dos salones Segundo Imperio provienen del legado que dejó a mi abuelo (su sobrino nieto) la emperatriz Eugenia de Montijo, hermana de la XV duquesa de Alba, al morir sin descendencia en 1920, por cierto, en Liria; y si escarbamos en los orígenes del edificio descubriremos que su construcción respondió -según las nuevas investigaciones de Carlos Sambricio- a la clara voluntad del tercer duque de Berwick, Jacobo Fitz-James Stuart (cuyo linaje heredaría más tarde el título de Alba al morir sin descendientes la duquesa Cayetana). Este duque, bisnieto de Jacobo Estuardo, que seguía puntualmente desde su casa de París la lenta marcha del edificio y mandaba regularmente a su hermano sus disposiciones sobre las obras del palacio, tiene el mérito conceptual de haber traído a Madrid el estilo neoclásico francés más moderno del momento, inspirado en los hôtels de la época, poco después de que el Palacio Real introdujera el neoclasicismo italiano en España a través de Filippo Juvarra.

Pero en Liria, incluso los más ínfimos detalles, aparentemente triviales, cobran un sentido inesperado. Me viene ahora a la cabeza una curiosa miniatura del XIX que representa un ojo inscrito en un círculo. Pertenece al conde de Montijo, tío de la emperatriz Eugenia, destacado protagonista de motines, conspiraciones y guerras durante los turbulentos reinados de Carlos IV y Fernando VII. En su más famoso retrato al óleo aparece con un parche negro en el ojo derecho, causado por las heridas sufridas durante la Guerra de Independencia en la que participó, como buen afrancesado y partidario acérrimo de la Ilustración, del lado de José Bonaparte; pues bien, la miniatura enmarcada junto a otros ocho o diez minúsculos retratos familiares, ha recogido delicadamente su ojo izquierdo, como pequeño homenaje a su singular figura. Sí, la colección de la Casa de Alba ha ido creciendo lentamente, como crece una planta a medida han ido extendiéndose las ramas del árbol genealógico a lo largo de cinco siglos. Cinco largos siglos.

Hoy, por tercera vez, los fondos del palacio salen de los muros que los custodian, y ¡todos los medios tocan a rebato! Es una gran ocasión para ver con detenimiento (cosa que no es posible durante las visitas guiadas) la Biblia miniada de 1430 y el único mapa de América dibujado por Colón; o el inquietante retrato isabelino de María Estuardo (Bloody Mary) pintado mientras estaba encerrada en la Torre de Londres aguardando su ejecución; o las cráteras griegas de la época helenística traídas con estusiasmo de Italia por el duque Carlos Miguel; o el paisaje de Rubens titulado Camino del mercado, con su amplia y bucólica perspectiva aérea poblada de alegres campesinos con un toro copulando casi en el centro del cuadro; o el soberbio Retrato de un desconocido atribuido a Palma el Viejo; o el imponente retrato de Rubens (copia del cuadro perdido Tiziano) del tercer duque de Alba; o el refinado retrato de la duquesa de Huéscar de Mengs, todo un arquetipo del mundo dieciochesco, que puede completarse con el elegante autorretrato del mismo pintor; o los dos Goyas, que son palabras mayores; o La Verdad pintada por Furini, la verdad desnuda y con una máscara rota en la mano; o el elegante cuadro velazqueño de Raimundo Madrazo de mi bisabuela Rosario, luciendo el famoso collar de perlas y esmeraldas, pleno de leyendas; o los grabados de Durero, Rembrant y Mantegna; o el óleo de Chagall de los amantes recostados junto a una ventana… Estas son algunas de mis piezas favoritas. Qué raro será para mí verlas expuestas fuera de su ámbito acostumbrado. Pero, qué feliz ocasión para todos, pues las obras de arte siempre necesitan un público para seguir existiendo. Al fin y al cabo, esta es su razón de ser.

___________________________________________

Jacobo Siruela es editor de 'El Palacio de Liria' (Atalanta), que acaba de publicarse


EL MUNDO. JUEVES 29 DE NOVIEMBRE DE 2012

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Mensajepor Invitado » Jue 07 Feb, 2013 7:36 pm

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El hijo segundo de la duquesa de Alba solicita el título de la localidad
El alcalde de Ribadeo al Duque de Aliaga: 'Aquí no rendimos vasallaje'

  • Alfonso Martínez de Irujo ha solicitado el condado de Ribadeo
  • La petición, publicada en el BOE, se debe al reparto de Cayetana
  • El alcalde le responde: 'Los de Ribadeo no rendimos pleitesía a nadie'
El duque de Aliaga, Alfonso Martínez de Irujo, segundo hijo varón de la duquesa de Alba, quiere ser también conde de Ribadeo. Y con la finalidad de recuperar el condado se ha dirigido al ministerio de Justicia para ser nombrado con un título del Reino que pertenece a la casa de Alba desde mediados del siglo XX y que solicita a consecuencia de la distribución efectuada por su madre.

A pesar de que la casa de Alba no tiene vinculación, ni raíces en la villa situada en el norte de la provincia de Lugo, sí que es depositaria de numerosos títulos en Galicia como puede ser el condado de Lemos y el propio de Ribadeo, y conserva propiedades de gran valor histórico.

El pretendiente es poco conocido debido a su discreción y los ribadenses apenas tienen datos sobre su futuro conde. Los más documentados recuerdan que estuvo casado con María de Hohenlohe y que tiene dos hijos: Luis y Javier.

También es el representante de los Alba en la Diputación de la Grandeza, órgano que agrupa a los titulares de los honores del Reino, y es frecuente verlo acompañando a su madre en los actos a los que acude invitada por la Familia Real.


La respuesta del alcalde

No obstante y pese a la legitimación histórica, la oficialidad del municipio no da saltos de alegría con la reclamación del duque de Aliaga.

El alcalde de Ribadeo, el nacionalista Fernando Suárez, recibió con "sorna" la noticia. Y en su justificación de la extemporaneidad de la distinción añadió: "Quiero felicitarlo por tal insigne distinción porque ser conde de Ribadeo no es cualquier cosa. Se queda en el ámbito retórico, porque aquí decimos desde hace mucho tiempo que los de Ribadeo no rendimos vasallaje a nadie, no le rendimos pleitesía a nadie".

Ahora bien, el regidor reconociendo su falta de legitimidad para denegar la pretensión, ha pedido al duque de Aliaga que "difunda desde el punto de vista turístico los maravillosos recursos que tenemos como son la ría o la playa de las Catedrales".

Y es que Ribadeo es uno de los destinos turísticos de Galicia con una mayor proyección. Desde hace años es elegido por un importante número de ciudadanos españoles que buscan temperaturas suaves y playas vírgenes. Además, tradicionalmente ha estado vinculado a las preferencias de un sector de la burguesía y cuenta entre sus hijos ilustres con el ex marqués de la Ría de Ribadeo y ex presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo.

Precisamente Calvo-Sotelo cuando ocupó la presidencia recibió a los Reyes de España en el muelle de Náutico coincidiendo con la boda de los príncipes de Gales en el año 1981 y Don Juan Carlos lo nombró marqués de la Ría de Ribadeo porque el condado perteneció y pertenecerá a los Alba.

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Mensajepor visitas » Vie 22 Feb, 2013 5:08 pm

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¿Visitar el Palacio de Liria? Sí, después de aguantar dos años en lista de espera

Construido en el siglo XVIII por Ventura Rodríguez, con la participación del arquitecto barroco Francesco Sabatini, la residencia madrileña de la Casa de Alba atrae la atención de miles de visitantes que deben esperar más de dos años para poder visitar el Palacio.

Al número 20 de la calle Princesa no paran de llegar peticiones. Todos quieren entrar, a ser posible por la puerta grande, pero como no siempre toca, mejor apuntarse a la lista. El Palacio de Liria, la residencia madrileña de la duquesa de Alba, despierta tanto interés como el Palacio Real o incluso más, pues se trata de la única residencia de este tipo habitada que todavía puede visitarse en la ciudad.

Llega a tal magnitud el número de personas que desean conocer sus salones y visitar su biblioteca de más de 30.000 volúmenes, que ha sido necesario disponer una lista de espera en la que el aspirante debe registrarse aportando su nombre, DNI y teléfono. La lista de espera para visitar el Palacio es de dos años y medio.

Construido en el siglo XVIII por orden de Jacobo Fitz-James Stuart y Colón, tercer duque de Berwick, el edificio estuvo a cargo del arquitecto Ventura Rodríguez, quien contó con la colaboración del arquitecto barroco Francesco Sabatini. Por sus salones se pasearon Ortega y Gasset, Gregorio Marañón y Ramón Pérez Ayala.

Todos los viernes, las puertas del domicilio de Cayetana Fitz-James Stuart se abren para mostrar los salones en los que se exhiben piezas insustituibles de su patrimonio. Tan sólo 16 personas por turno (a las 10.00, a las 11.00 y a las 12.00 de la mañana) pueden acceder al interior de sus instalaciones. La entrada gratuita al Palacio es posible desde 1975, cuando la Duquesa decidió constituir una Fundación que velara no sólo por edificio sino también por su valiosa colección de objetos y piezas de arte.

En las paredes y salones del Palacio es posible ver cuadros de las escuelas italiana, flamenca y española –Fray Angélico, Palma el Viejo, Tiziano, Guido Reni, Rembrandt, Rubens, Brueghel de Velours, Ribera, Murillo, Velázquez–, a los que hay que añadir sus valiosos fondos documentales, como los diarios de a bordo de Cristóbal Colón o el testamento de Felipe II, y libros, como la Biblia miniada del siglo xv. Un enorme legado patrimonial con más de seis siglos de historia del cual se ha prestado una parte –de ahí que el museo permanezca cerrado hasta primavera- para la exposición El Legado Casa de Alba. Mecenazgo al servicio del Arte, en Centro Centro.

Ubicado en una zona privilegiada de Madrid, entre los madrileños barrios de Argüelles y a escasos metros de la Plaza de España, el Palacio tiene entre sus principales atractivos jardines franceses del siglo XVIII. En su interior, el recorrido comienza por el recibidor y continúa por el comedor principal, siempre y cuando la duquesa no reciba invitados. La ruta abarca también el salón de baile, la habitación donde murió Eugenia de Montijo, o la impresionante biblioteca. Es, sin duda, una joya que se hace esperar.

http://www.fundacioncasadealba.com/
http://www.exposicioncasadealba.com


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    VISITAS PALACIO DE LIRIA

    La Fundación Casa de Alba ofrece la posibilidad de visitar el palacio de Liria de Madrid, tanto a particulares como a miembros de Asociaciones, Centros Culturales, etc., los viernes por la mañana, estableciéndose las visitas en tres horarios, a las 10.00, 11.00 y 12.00 horas. Cada turno estará formado por un máximo de 15 personas.

    Para realizar dichas visitas deberán solicitarlo por escrito y enviarlo a través de cualquiera de las siguientes opciones:

    Por e-mail: visitas@fundacioncasadealba.com
    Por Fax.: 915 410 377
    Por carta: Fundación Casa de Alba
    C/ Princesa 20.
    28008 Madrid

    Indicando en el escrito el número de personas, así como el nombre y apellidos de la persona que lo solicita y un número de teléfono de contacto.

    También les informamos que cada año, el palacio de Liria permanece cerrado al público desde mediados de junio hasta el primer viernes de octubre, y desde mediados de diciembre a mediados de enero, debido a las necesarias tareas de mantenimiento y conservación del mismo.

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Mensajepor Invitado » Jue 28 Feb, 2013 12:24 am

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Lotes 'art déco'
La casa de Alba subasta muebles para 'ayudar al sostenimiento del patrimonio'

La casa de Alba pondrá a la venta el próximo mes de mayo un conjunto de muebles "art déco" diseñados por el prestigioso artista francés Armand Albert Rateau para adornar una habitación y un cuarto de baño del palacio de Liria, según ha informado la casa de subastas Christie's.

Se trata de siete lotes que se encontraban en diferentes lugares de la residencia de la familia, o en otras de sus mansiones. Originalmente estaban en un ala del palacio dañada durante los bombardeos de Madrid en la Guerra Civil española.

Con esta venta, con la que esperan recaudar unos ocho millones de euros, la familia Alba pretende "ayudar al sostenimiento del patrimonio de 'la casa', así como conservar y facilitar el mantenimiento de los monumentos históricos" que poseen, señalaron en un comunicado enviado por la casa de subastas.

El dinero recaudado también contribuirá a "apoyar los proyectos de futuro" emprendidos por la familia, como la exposición "El legado de la casa de Alba" presentada en Madrid en diciembre pasado.

La familia destacó que los muebles, que serán subastados el próximo 23 de mayo en París, "no forman parte de la colección histórica de los Alba ni guardan ninguna relación con la historia de España".

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LOC

Mensajepor LOC » Sab 09 Mar, 2013 6:52 pm

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Alfonso XIII apadrinó a Cayetana en su bautizo. Una imagen del rey y su ahijada en el exilio.


DUQUESA DE ALBA
LOS 1.500 MILLONES QUE REPARTIRÁ

300 millones en fincas, 250 en pisos, castillos, joyas... LOC descubre el ingente patrimonio que aún conserva la noble y que un día heredarán sus hijos

CONCHA CALLEJA



Cayetana Fitz-James Stuart, que el próximo 28 de marzo cumplirá 87 años, es una de las mujeres más ricas de España. Se calcula que su fortuna ronda los 2.500 millones, una estimación que hasta la fecha estaba basada en suposiciones. Hoy, por primera vez, la suposición puede constatarse analizando la documentación obtenida por LOC.

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DERECHOS DEL PRIMOGÉNITO

HIJA ÚNICA. Cayetana Fitz-James Stuart fue la única hija de Jacobo Fitz-James Stuart, por lo que no tuvo que enfrentarse a un reparto del patrimonio familiar, un destino que parece que sí sufrirán los seis hijos de la duquesa.

Carlos Fitz-James Stuart, XVI duque de Alba, abuelo de la actual duquesa, impuso un nuevo mandamiento y, pese a tener tres hijos (Jacobo, padre de Cayetana, Sol y Hernando), fue muy claro en sus últimas voluntades, cediendo un título nobiliario a cada uno de sus hijos y todos los demás a Jacobo Fitz-James Stuart , XVII duque de Alba. Además, mejoró la herencia a favor de éste con el tercio de libre disposición, añadiendo que ese mismo tercio pasase «al hijo mayor de éste que después hubiese de ser duque de Alba» (es decir, Cayetana). El testamento continúa: «en caso de morir sin hijos el mencionado hijo mayor, se deberá mejorar con el tercio de libre disposición a quien hubiese de suceder en el ducado de Alba». Obviamente, en la actualidad, ni los títulos, ni el patrimonio van a ser heredados en su totalidad por Carlos, duque de Huéscar y futuro XIX duque de Alba, ya que en el reparto anticipado de la herencia, Cayetana ha cedido entre sus seis hijos parte de los títulos y propiedades. Sí gozará del derecho de primogenitura




Por primera vez, un medio ha tenido acceso a los datos económicos relativos a la creación de la Fundación Casa de Alba y los inventarios para saber exactamente cuál es el patrimonio de la familia (vea la prolija descripción en la página 4) y, sobre todo, cómo se repartirá entre sus seis hijos.

Algunos de los bienes más emblemáticos ya están protegidos por la Fundación Casa de Alba, con los consiguientes beneficios fiscales. Sin embargo, como ha podido saber en exclusiva LOC, solo 10 de los 30 palacios y castillos están incluidos en la fundación por lo que el resto, además de cientos de objetos de alto valor, 300 millones en tierras y 250 millones en propiedades inmobiliarias, se repartirán entre sus herederos, sus hijos, y previsiblemente Alfonso Díez, el duque consorte de Alba.

En este desglose patrimonial es en donde podrían surgir los problemas relativos a la herencia. ¿Mejorará Cayetana a su primogénito, como su abuelo hizo con su padre? ¿Seguirá Jacobo castigado respecto a sus hermanos? ¿Recibirá algún beneficio Alfonso Díez, quien renunció a sus derechos para casarse con su amada? Solo un exhaustivo análisis del fabuloso patrimonio permite dilucidar el futuro.


LA FUNDACIÓN

Cayetana constituyó en 1975 la Fundación Casa de Alba para proteger los bienes heredados de sus ancestros.

La iniciativa partía desde los tiempos de Luis Martínez de Irujo, su primer marido, pero fue con Jesús Aguirre, segundo esposo de la duquesa, quien, en los años sucesivos, concretó los estatutos y la dotación con el Estado español.

Según una tasación a la que ha tenido acceso este suplemento, las propiedades más emblemáticas de la familia estarían valoradas en 16.829.253 euros, estimación muy a la baja y alejada del precio actual de mercado. Sólo el valor del solar del palacio de Liria es al menos 20 veces superior a la tasación total de los bienes inscritos en la fundación. Seguramente, esta estimación a la baja obedezca a motivos fiscales.

Resumiendo: sólo los bienes incluidos en el organismo creado en 1975 quedan protegidos. Sólo podrían venderse bajo la aprobación del patronato de la fundación, formado por los hijos de Cayetana, a excepción de Jacobo, y el protectorado de fundaciones.

Con todo, si llegara el caso y se aprobara la venta de algún bien afecto a la fundación, el dinero que se obtuviera sólo puede revertir al organismo y en ningún caso a fondos particulares. La misión de la institución, además de los jugosos beneficios fiscales, sería poteger el legado de la familia Alba que se remonta a 1429 cuando el rey Enrique IV de Castilla nombró señor de la villa de Alba de Tormes a Gutierre Álvarez de Toledo.

Desde entonces, el patrimonio y los títulos de la familia no han dejado de crecer en importancia. La casa de Alba es la más importante de España, una relevancia lograda a través de seis siglos de acciones militares, matrimonios, herencias y últimamente, el buen hacer de la familia, que ha sabido proteger las obras más emblemáticas de la noble estirpe a través de la Fundación Casa de Alba.

El propio padre de la duquesa hizo inscribir una cita de Cicerón cuando reconstruyó el palacio de Liria para que sus descendientes no olvidaran el compromiso de la familia con su historia patrimonial: «Para los dioses inmortales cuya voluntad fue, no sólo el que yo heredara estas cosas de mis antepasados, sino el que se las transmitiera también a mis descendientes».

Sin embargo, fuera de la institución, aún queda totalmente disponible una fortuna difícil de determinar pero que, según algunos cálculos, rondaría los 1.500 millones de euros.

¿Cómo se repartirá? Sólo hace falta saber si el testamento de la duquesa atenderá a las voluntades de su abuelo paterno, que antes de morir dejó escrito que «se deberá mejorar con el tercio de libre disposición a quien hubiese de suceder en el ducado de Alba». En ese caso, Carlos, el primogénito de la duquesa, sería el destinatario del tradicional beneficio.

Un cálculo simple: el duque de Huéscar recibiría 500 millones más que sus hermanos. ¿Qué pasará con Alfonso, el duque consorte? Antes de casarse en 2011, Cayetana cedió algunas de las propiedades exentas de la Fundación Casa de Alba a sus hijos aunque continúa teniendo el uso y disfrute. Alfonso Díez por su parte renunció a todos los derechos que le corresponderían en la herencia de su esposa si bien, podría haber sorpresas de última hora.

De esta manera, una mañana de julio de 2011, Cayetana citó a su prole en el despacho madrileño del notario Luis Núñez, y dispuso una parte de su patrimonio a nombre de cada hijo.

Pese a que entonces se dijo que Cayetana había repartido su fortuna, no fue así. Como demuestran los documentos obtenidos por LOC, la duquesa se reservó una buena parte de sus bienes, que en un futuro serán repartidos en su testamento, secreto, como lo son todos.

Núñez leyó en voz alta la voluntad de Cayetana, que destinaba Las Cañas, la finca de Marbella, a su cuarto hijo, Fernando, marqués de San Vicente del Barco; S'Aufabaguera (Ibiza) a su hija Eugenia (1968), duquesa de Montoro; el palacio de las Dueñas (Sevilla) a su nieto Fernando; el palacio de Arbaizenea (San Sebastián) a su quinto hijo, Cayetano (1963), conde de Salvatierra; el castillo de El Tejado (Salamanca) a su segundo hijo Alfonso, duque de Aliaga, y la Hacienda Buenavista (3.100 hectáreas en El Carpio-Córdoba), a su primogénito Carlos (1948), duque de Huéscar.


INMENSA FORTUNA

Así pues, el único de los hijos de Cayetana que no ha recibido ninguna propiedad inmobiliaria es Jacobo, conde de Siruela. Un hecho que no le sentó bien y que provocó ríos de tinta cuando la duquesa dijo en un programa de televisión que la culpa la tenía su nuera, la periodista Inka Martí, que «es una envidiosa».

Fuese cual fuese el motivo, la realidad es que el tercer hijo de Cayetana fue el único que no acudió a la ceremonia nupcial de su madre, como tampoco acudió a la presentación de la exposición de la casa de Alba, que tuvo lugar en el edificio del Ayuntamiento de Madrid, el pasado mes de noviembre. ¿Será el más perjudicado por el futuro reparto?

De momento, Cayetana ha beneficiado sobre todo a Cayetano, a quien recientemente le ha cedido el ducado de Arjona, un título concedido en 1423 por Juan II de Castilla. Además, la presencia del benjamín de los Alba en las diferentes empresas de la familia y en la fundación es cada vez más evidente.

Por otro lado, están los negocios de la familia, aglutinados en nueve empresas (Euroexplotaciones agrarias S.A; Agralsa, S.A; Actividades aerotécnicas S.A; Castrofresno S.A; Eurotécnica agraria S.A:, Inversiones Princesa S:A, Sercarpio S.L, Palestro II, y Mirbor inversiones S.L), y que entre todas ellas tienen un patrimonio neto de 45 millones de euros, y aunque en éstas los cargos de cada uno de los hijos ya están repartidos, Cayetana tiene acciones de todas ellas que no forman parte del reparto que hizo de su herencia, como tampoco lo están los dividendos que de ellas percibe cada año.

Otro grueso del patrimonio viene dado de las viviendas y locales que poseen en Madrid y que actualmente tienen alquilados. Sorprendentemente, Cayetana está dada de alta como autónoma y gestiona las viviendas de alquiler que tiene la familia.

Por ese motivo, la mayoría de contratos de arrendamiento están a su nombre, e incluyen pisos, locales, chalés… situados en las mejores zonas de la capital como los tres de la calle duque de Liria; los tres de la calle Princesa; dos en la calle Mártires de Alcalá; dos en la calle de José Abascal; dos pisos y cuatro locales comerciales en la calle Fuencarral; uno en la calle Zurbano; tres en la calle Manuel Becerra; uno en la calle Padilla…

Se trata de un negocio que le reporta 7.000.000 euros al año, dentro de un patrimonio inmobiliario cuyo valor se estima en 250.000.000 euros aproximadamente. Una fortuna en sí cuyo destino aún no se ha revelado. El resto de las propiedades mencionadas, así como las fincas y las 34.000 hectáreas de tierras -con un valor aproximado de 300 millones de euros-, las joyas -puesto que no pertenecen a la fundación-, y parte de la pinacoteca continúan siendo de la duquesa de Alba y están fuera de la Fundación Casa de Alba y, por lo tanto, son susceptibles de ser vendidos. Serán parte de los 1.500 millones de la discordia.


EL MUNDO / LA OTRA CRÓNICA / SÁBADO 9 MARZO 2013

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LOC

Mensajepor LOC » Sab 09 Mar, 2013 7:59 pm

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PATRIMONIO DE LA CASA DE ALBA
LOS 30 PALACIOS Y CASTILLOS DE LA DUQUESA

Por primera vez, desglosamos buena parte del patrimonio de los Alba, una fortuna que, en los años sucesivos, irá disgregándose salvo los bienes adscritos a la Fundación. LOC ha tenido acceso en exclusiva a la documentación relativa a estos bienes y ha elaborado un minucioso listado dividiéndolo en castillos, palacios, obras de arte y otras propiedades. De los 30 castillos y palacios, 10 están en la Fundación y en principio no pueden venderse. El resto, otros 20, así como los aproximadamente 300 millones en tierras y los 250 millones en propiedades están sin repartir, al igual que numerosas obras de arte. Las tasaciones de ciertos bienes son irrisorias, seguramente por motivos fiscales. Éste es, en síntesis, el misterio de siglos de la Casa de Alba.

CONCHA CALLEJA



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    FORTALEZA. En Barco de Ávila, se erige el castillo de Valdecorneja.

    CASTILLOS
    LA MAYORÍA AÚN ESTÁ SIN REPARTIR


    Castillo de San Vicente del Pino (Monforte de Lemos, Lugo). Está situado junto al monasterio del mismo nombre. Tasado para la Fundación Casa de Alba. No podrá venderse.

    Castillo de San Leonardo de Yagüe (Soria). No está dentro de la Fundación ni tampoco forma parte del reparto de la herencia entre los hijos hecho hasta la fecha.

    Castillo de Narahio (A Coruña). Dentro de la Fundación, se tasó en unos irrisorios 2.499,76 euros.

    Castillo de Monterrei (Verín-Galicia). Construido en el siglo X. Entre sus paredes, Felipe el Hermoso fue instruido por el cardenal Cisneros para que «aprendiera a ser rey». Está considerado como la mayor fortaleza de Galicia. En la Fundación.

    Castillo de Valdecorneja (Barco de Ávila-Ávila). Cedido al Ayuntamiento y sin repartir aún.

    Castillo de Moya (Cuenca). Cedido al Ayuntamiento, y actualmente en rehabilitación. Tampoco se sabe qué hijo lo recibirá en herencia.

    Castillo de los condes de Lemos (Monforte De Lemos, Lugo). Construido en el s/ XIV, y cedido al ayuntamiento en 1981, por 50 años, fecha en que se le devolverá a la Casa de Alba perfectamente restaurado. No forma parte de lo repartido hasta ahora. Castillo de Miranda del Castañar (Salamanca). Cedido a la Villa .

    Castillo de Doncos (Doncos-Lugo). No consta que esté cedido al Ayuntamiento, ni que forme parte del reparto de la herencia.

    Castillo de la Fortaleza de Castro Candelas (Castro Caldelas-Orense). Tasado por la casa de Alba para su Fundación en 36.427,67 euros. En 1981, el Ayuntamiento llegó a un acuerdo con Jesús Aguirre para la cesión del edificio por 50 años. El pacto afecta a otras propiedades gallegas que tras el plazo acordado volverán a integrarse en el patrimonio de los Alba.

    Castillo de Casarrubios del Monte (Toledo). Cedido al Ayuntamiento.

    Castillo de Granadilla (Cáceres).

    Castillo de Andrade (Puentedeume-Galicia) Incluido por la casa de Alba en la Fundación. En en el año 2005, fue tasado por 3.461,83 euros.

    Castillo de Moeche (Moeche-A Coruña). Tasado por la Fundación casa de Alba en el año 2005 por 5.374,77 euros.

    Castillo de Alba de Tormes (Alba de Tormes-Salamanca). Tasado por la casa de Alba para la Fundación en el año 2005 por 14.568,89 euros.

    Castillo de Coca (Segovia). Cedido al Ministerio de Cultura en 1954. Se trata del mejor castillo mudéjar de España, valorado en 30.000.000 euros, y que volverá a la familia completamente restaurado (no forma parte del reparto de la herencia).

    Castillo de El Tejado (Calzada de Don Diego-Salamanca). Con restos de un palacio, forma parte de la herencia de Cayetana a favor de su hijo Alfonso, duque de Aliaga

    Castillo-Palacio de Castronuevo (Rivilla de Barajas-Ávila). No está cedido, y tampoco forma parte del reparto de la herencia.

    Castillo-Palacio de los duques de Híjar (Híjar-Teruel). En ruinas.

    Torreón de Alba de Tormes. Tasado por la casa de Alba en el año 2005 por 510,86 euros. Pertenece a la Fundación pues es uno de los emblemas de la familia.



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    DOS PROPIEDADES. Palacio de Arbaizenea (San Sebastián) y palacio de Monterrey (Salamanca).

    PALACIOS
    PODERÍO EN EL CENTRO DE MADRID


    Palacio de Dueñas (Sevilla). Residencia privada de la duquesa, de 9.452 m2 construida en el S. XIV, y que por expreso deseo de Cayetana, a su muerte pasará a manos de su nieto Fernando, nacido en 1990, hijo del primogénito y heredero del ducado, Carlos Fitz-James Stuart, duque de Huéscar. Está en la familia desde que el IV duque de Alba contrajera matrimonio con la marquesa de Villanueva del Río. En una de las casas del complejo, que entonces también pertenecía a la casa de Alba, nació el poeta Antonio Machado.

    Palacio de Liria (Madrid). Edificio de 3.500 metros cuadrados, en la céntrica calle Princesa de Madrid. En su interior guarda la segunda mayor colección pictórica de España. Tasado para la fundación, por orden de la casa de Alba, en el año 2005 por 2.381.259.73, una valoración difícil de encajar, ya que hay que tener en cuenta el valor histórico del palacio, y que el metro cuadrado en esa época y zona rondaba los 5.000 euros. Es la residencia oficial de la familia y alberga el archivo y la biblioteca. Fue edificado entre 1770 y 1779 por Ventura Rodríguez. En 1936, fue destruido por los bombardeos de Madrid durante la Guerra Civil. Su reconstrucción fue la gran obra de la duquesa y su padre, que nunca llegó a ver ejecutados los planos ideados por su amigo Edwing Lutyens. Está incluido en la Fundación Casa de Alba.

    Palacio de Monterrey (Salamanca). Construido en 1539, y principal exponente del plateresco español, fue tasado por la Casa de Alba en 2005, por 266.924,38 euros. En 1929 fue declarado Bien de Interés Cultural. Es un claro exponente del poderío de la familia durante el Siglo de Oro. Seguirá en la Fundación.

    Palacio de Arbaizenea. (San Sebastián). Tiene 20.000 metros cuadrados. Pertenecía a los duques de Sotomayor (primer marido de Cayetana). Lo heredará Cayetano Martínez de Irujo, conde de Salvatierra y duque de Arjona.

    Palacio de los Osorio (Valdunquillo, Valladolid). Construido en el siglo XVII. Actualmente, no está cedido, y no forma parte del reparto de la herencia.

    Palacio de los duques de Liria (Liria,Valencia). Edificio construido en el siglo XVI, y actualmente cedido al ayuntamiento, aunque continúa siendo de su propiedad, y no forma parte de los repartidos por la duquesa hasta ahora.

    Palacio Torre de Carpio (Córdoba). Construido en 1325, actualmente cedido al Ayuntamiento. En sus sótanos, y en la torre, se encuentra el teatro municipal. No forma parte del reparto de la herencia

    Palacio del Conde de Aranda (Épila, Zaragoza). Cedido al Ayuntamiento en 1998.

    Panteón de Loeches (Loeches-Madrid). Situado en Loeches, en el convento de la Concepción, es una réplica al panteón que tienen los Austria en El Escorial. Es de su propiedad y no forma parte del reparto de la herencia. Allí están enterrados algunos de los miembros de la disnastía.

    Los Alba también se han deshecho de muchos palacios a lo largo de su historia; entre ellos Moncloa, Buenavista y duque de Alba (en Madrid).



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    ARTE. ‘Florero (...)’, de Chagall y ‘La virgen de la Granada’ de Fra Angelico

    OBRAS DE ARTE
    LAS VERDADERAS JOYAS DE LA FUNDACIÓN


    Además de la pinacoteca y la biblioteca, también existen cientos de objetos que fueron tasados cuando se creó la Fundación Casa de Alba. Su valor hoy está muy por debajo del precio del mercado.

    Pinacoteca (en Liria). La familia posee 239 óleos, entre los que destacan tres de Goya, uno de El Greco, ocho de Rubens, tres de Tiziano y un Velázquez. Además, 177 acuarelas: llama la atención una de Chaplin, La duquesa de Mouchy, y otra de la emperatriz Eugenia de Montijo: Pescadora. Se completa con 54 dibujos, 52 tapices y 31 cerámicas.

    Archivo Histórico (en Liria). Alberga importantes documentos que se conservan en 345 cajas metálicas procedentes de los estados de Montijo y Teba. Además, hay otras 26 cajas que contienen la documentación del señorío de Higares, del linaje Álvarez de Toledo, adquirido en el año 1949.

    Biblioteca (en Liria). Está constituida, en su mayoría, por piezas de los siglos XIX y XX. Se trata de 16.000 piezas que se distribuyen en impresos menores (guardados en 170 cajas), 200 volúmenes de publicaciones periódicas y 150 códices y manuscritos. No podemos asegurar que estén incluidos como parte de la dotación fundacional los siempre citados Biblia de la Casa de Alba, de 1429; la primera edición de El Quijote, de 1605, o los manuscritos de Cristóbal Colón, ya que el valor global escriturado de los archivos y la biblioteca es de 4.710.000 euros, pero en la tasación hecha en 2005 sólo la Biblia se valoraba en diez millones de euros.

    Bienes del Palacio de Liria. Los bienes y muebles que alberga el palacio madrileño y que están dentro de la fundación son 1.334 piezas, de las que se han excluido las habitaciones privadas de los duques de Alba y del duque de Huéscar. Destacamos las 87 piezas de la Capilla de Liria; el salón de música presidido por un espectacular piano de cola valorado en 6.300 euros; la armadura del conde duque de Olivares tasada en 9.015 euros; la sala de Batallas con tres bustos de Leone Leoni valorados cada uno de ellos en más de 30.000 euros; la sala Zuloaga con un escritorio de caoba y bronce tasado en 30.000 euros, o el salón de la emperatriz Eugenia, que incluye una pareja de jarrones regalo de Napoleón III.

    Bienes del Palacio de Monterrey. En total, son 925 los muebles y objetos que figuran en la dotación fundacional. Están clasificados por los diferentes salones y espacios del palacio ubicado en Salamanca. Ya en la escalera principal, encontramos seis tapices flamencos valorados en 4.808 euros. En este caso, el mobiliario del dormitorio de la duquesa sí forma parte de la Fundación. En él encontramos una cama veneciana, un tocador dorado con tres espejos o una consola con cajón y revistero de art noveau. Los objetos de su baño privado y del salón que comparten los duques también están incluidos, destacando las 60 acuarelas de temas militares de Charles de Luna de la sala de vestir.



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    FINCA EN SALAMANCA. Gallegos de Crespes, en Larrodrigo, ocupa 2.500 hectáreas.

    OTRAS PROPIEDADES


    CASAS DE VERANEO
    Se trata de dos propiedades: Las Cañas, en Marbella, que en el reparto de la herencia de 2011 le correspondió a su hijo Fernando, y S’Aufabaguera, en Ibiza, que le regaló Cayetana a su hija Eugenia cuando se casó con Francisco Rivera.

    TIERRAS Y FINCAS
    La casa de Alba cuenta con 34.000 hectáreas repartidas por toda España y gestionadas a través de sus empresas.

    Salamanca. Poseen 15.000 hectáreas distribuidas en seis fincas que gestiona la empresa familiar Agralsa SA, cuyo patrimonio neto está valorado en 2.466.366 euros. Las mayores extensiones están en Larrodrigo (2.500 hectáreas) y en Pedraza de Alba (1.600).

    Ávila. La fundación cuenta con 4.000 hectáreas en Ávila. Castrofresno SA es la empresa familiar que las agrupa. Carlos Fitz-James Stuart, duque de Huéscar, posee el 100% del accionariado de la entidad, cuyo patrimonio neto asciende a 2.258.000 euros.

    Córdoba. La casa posee 7.000 hectáreas en la provincia andaluza. Euroexplotaciones Agrarias SA es la empresa que las gestiona, y goza de un patrimonio neto de 13.928.019 euros. La Hacienda Buenavista, la de mayor extensión, ocupa 3.100 hectáreas, el 75% de la localidad de El Carpio. En el reparto de la herencia, la duquesa le ha dejado esta hacienda al duque de Huéscar.

    Sevilla. En la provincia hispalense poseen 5.000 hectáreas, gestionadas a través de la empresa Eurotécnica Agraria SA. Su patrimonio neto alcanza los 9.355.117 euros.

    Badajoz. Son 2.500 hectáreas en Cabra Alta y Cabra Baja, expropiadas en 1991 por la Junta de Extremadura (la duquesa cobró algo más de tres millones de euros).

    VIVIENDAS Y LOCALES
    Están principalmente en Madrid. Cayetana está dada de alta como autónoma, y gestiona las viviendas de alquiler que tiene la familia. La mayoría de contratos están a su nombre e incluyen pisos, chalés, locales… Ninguna de estas propiedades ha formado parte de la herencia que ya ha sido repartida. Se trata de tres pisos en la calle duque de Liria; tres en Princesa; dos en la calle Mártires de Alcalá; dos en la calle José Abascal; dos pisos y cuatro locales comerciales en la calle Fuencarral; uno en la calle Zurbano; tres en la calle Manuel Becerra; uno en la calle Padilla… El valor calculado de todo el patrimonio inmobiliario ronda los 250 millones, y alquilarlo le reporta unos beneficios de siete millones de euros anuales.

    Ninguna de estas fincas, pisos o empresas familiares están dentro de la Fundación Casa de Alba.





EL MUNDO / LA OTRA CRÓNICA / SÁBADO 9 MARZO 2013

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LOC

Mensajepor LOC » Sab 16 Mar, 2013 10:31 pm

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LOS DUQUES. Cayetana de Alba entre Alfonso Díez, su duque consorte, y Carlos Fitz-James Stuart, duque de Huéscar.


ALFONSO DÍEZ
LOS 85 MILLONES QUE HEREDARÍA EL FUNCIONARIO

El reportaje publicado por LOC el sábado pasado sobre el patrimonio de los Alba tuvo una gran repercusión. En este número ofrecemos lo que recibirán el marido y el hijo mayor de la duquesa

CONCHA CALLEJA



A sólo 15 días de que finalice la exposición El legado de la Casa de Alba, que ha tenido lugar en el Centro Cibeles de Cultura y Ciudadanía, de Madrid, La Otra Crónica ha tenido acceso a nueva documentación relativa al futuro reparto del ingente patrimonio de los Alba.

Tal y como ha podido confirmar LOC a través de fuentes cercanas a la duquesa de Alba, Carlos, el primogénito, duque de Huéscar y heredero al ducado, recibirá los 500 millones en los que se estima el tercio de mejora, en el reparto de la herencia de su madre.

Pero esa no es la única sorpresa que custodia el testamento de doña Cayetana (86 años). Su marido, Alfonso Díez (63 años), el duque consorte, tiene derecho al 17% del tercio de libre disposición (otros 500 millones). Es decir: el funcionario en excedencia de la Seguridad Social podría recibir 85 millones de euros.


LA HERENCIA DUCAL

CASTILLOS. Están repartidos por toda la geografía española y de momento, al menos hay 20 excluidos de la Fundación Casa de Alba. PALACIOS. Además de Liria (Madrid) y Monterrey (Salamanca), los Alba poseen una decena de palacios. Dueñas iba a ser en principio para Fernando, el hijo mayor del duque de Huéscar. Fiscalmente ha sido conveniente que primero lo heredase su padre Carlos Fitz-James Stuart.

CUADROS, MUEBLES... Excepto 1.334 piezas de Liria y 995 del palacio de Monterrey incluidos en la Fundación, el resto de muebles y objetos serán repartidos entre Alfonso y los descendientes de la duquesa .

CASAS DE VERANEO. Las Cañas, en Marbella, será para Fernando. S´Aufabeguera (Ibiza) para Eugenia. FINCAS. Tienen 15.000 hectáreas en Salamanca; 4.000, en Ávila. En Córdoba los Alba poseen 7.000 hectáreas y en Sevilla, otras 5.000.

INMUEBLES. Los Alba tienen al menos 12 pisos en el centro de Madrid. También poseen cuatro locales comerciales en la calle Fuencarral; uno en la calle Zurbano; tres en la calle Manuel Becerra; uno en la calle Padilla… Solo el valor de las fincas e inmuebles que tiene que repartir supera los 500 millones.



Hasta ahora, los temas de la futura herencia de la duquesa de Alba, así como quién saldría más favorecido en el reparto, formaban parte de la rumorología popular.

A modo de aclaración, ya que los datos de herencia siempre son liosos, podemos apuntar lo siguiente: fuera del legado que pertenece a la Fundación Casa De Alba, quedaría disponible una fortuna que diferentes medios han situado en 1.500 millones de euros. Aunque la cifra exacta es difícil de determinar debido al valor histórico y a la volatibilidad de los diferentes activos.


RENUNCIA EN VANO

Estos 1.500 millones deberán repartirse en tres partes: una corresponde a la legítima (500 millones), que irá repartida entre los seis hijos de la duquesa, a partes exactamente iguales.

Otra parte (otros 500 millones), forman el tercio llamado de mejora, y que sirve para mejorar la herencia de alguno de los hijos. Éste es el tercio que recibirá en su totalidad a Carlos, el primogénito de Cayetana. Y el otro tercio, llamado de libre disposición, puede ser concedido a quién o quienes desee la duquesa. Aunque se conozcan todos los beneficiarios del mismo -donde también se incluyen los nietos-, sabemos que, además de lo que reciba Carlos, el heredero, Alfonso obtendrá el 17% (85 millones) si Cayetana falleciese antes que él. Es lo que le corresponde legalmente tal y como ha podido saber este suplemento por fuentes muy cercanas a la Casa de Alba.

Naturalmente, aquí tenemos que remontarnos a febrero del 2011, fecha en que el actual duque de Alba consorte, se reunió en el palacio de Liria con los hijos de su futura esposa, acompañado por su amigo y abogado Antonio Bernal -además de los asesores legales de los Alba-, para dejar claro, y por escrito, que no deseaba tener ningún derecho sobre los bienes de los Alba.

Su deseo se tradujo inmediatamente en unas capitulaciones matrimoniales que manifestaban, clara y rotundamente, su renuncia a los derechos de los que pudiese disfrutar si contraía matrimonio con Cayetana y ésta falleciese antes que él. Díez hizo la renuncia extensible a una hipotética separación o divorcio alejando de la mente de todos el añejo comentario que especulaba sobre sus intenciones.

Estas capitulaciones fueron elevadas a escritura pública, inscribiéndose posteriormente en el Registro Civil. Sin embargo, pese a la renuncia que abrió la primera puerta hacia la boda -celebrada en octubre del mismo año-, Alfonso Díez no manda en las voluntades ajenas, aunque estas vengan impuestas por la mismísima duquesa de Alba, y si ésta incluye en su testamento a su marido, él puede hacer dos cosas: aceptar la herencia, o renunciar a ella. ¿Quién sabe?

Con todo, como venimos diciendo, el gran beneficiario de la herencia de Cayetana es su hijo Carlos Fitz-James Stuart, que no solamente hereda el grueso del patrimonio histórico y económico, sino también las responsabilidades que conlleva ser el titular de los casi 40 títulos que heredará, y que no incluirán los de Híjar, cedidos recientemente al segundo hijo de Cayetana, Alfonso Martínez de Irujo, duque de Aliaga.

Carlos María Fitz-James Stuart, bisabuelo de Cayetana, ató muy bien las futuras herencias de los Alba, para que el patrimonio no se diseccionara repartiéndolo a partes iguales entre los hijos.

Decidió que «el tercio de libre disposición que legaba a su hijo (padre de la duquesa), éste también deberá cederlo a su hijo mayor (Cayetana), y siempre se deberá mejorar el tercio de libre disposición a quien hubiese de suceder en el ducado de Alba…».

Por otro lado, hacía expresa mención a los títulos de Híjar que deberían pasar a Alfonso, que hoy disfruta del ducado de Aliaga, un deseo que todos los hijos de la duquesa pensaban satisfacer cuando llegara el momento y su madre ya no estuviera. Con todo, Cayetana, acostumbrada a tomar las riendas de lo suyo, ha decidido no demorar el momento y hacerlo en estos días, como también ha cedido, por voluntad propia, el ducado de Arjona a su hijo Cayetano. Por otro lado, nada hay de verdad en una posible cesión de algún ducado o condado a su esposo, ya que los títulos nobiliarios quedan dentro de la familia -línea directa-, y bajo ningún concepto pueden ser regalados o cedidos a terceros.


EL DESTINO DE DUEÑAS

Otro dato importante tiene que ver con el palacio de Dueñas (Sevilla); 9.452 metros cuadrados, construidos en el siglo XIV. Hasta el momento, se ha dicho -y nadie había desmentido-, que la duquesa lo había cedido a su nieto Fernando-Fitz James Stuart (23 años).

Nada más lejos de la realidad, ya que en ese reparto anticipado de la herencia, según hemos sabido esta semana, el palacio de Dueñas es también para el duque de Huéscar si bien, la primera intención de Cayetana era dejárselo a su nieto. Definitivamente -posiblemente por motivos fiscales-, no ha sido así.

De esta manera, todos los palacios, castillos y propiedades que no han sido donados pasarán a ser propiedad del futuro XIX duque de Alba, incluso los que forman parte de la fundación pueden ser disfrutados por él y su familia.

Así pues, lo que está claro, es que entre los hijos de la duquesa no habrá sorpresas de última hora, y todos y cada uno de ellos conocen perfectamente los puntos más importantes del testamento de Cayetana.

Todos conocen el valor de la casa más importante de España; patrimonios y títulos logrados a través de seis siglos de historia, y que no han dejado de aumentar. Por algo hizo escribir el padre de Cayetana la cita de Cicerón que compromete a la familia y a su historia patrimonial. «Para los dioses inmortales cuya voluntad fue, no sólo el que yo heredara estas cosas de mis antepasados, sino el que se las transmitiera también a mis descendientes».

En ello están. Cayetana ha sabido hacer buen uso de su patrimonio, y con la mejora que favorece al futuro heredero del ducado, se asegura que todo quede bien atado, y en unas manos que desde hace años ya están al frente de todos los negocios y el patrimonio de los Alba.


EL ORIGEN

Por otro lado, la nueva documentación a la que ha tenido acceso LOC aclara una serie de puntos en los que siempre se había insistido, como es el origen e iniciativa de crear una fundación que protegiese los bienes más emblemáticos del patrimonio artístico heredado por los Alba. Sorprende ver que Jesús Aguirre, segundo esposo de Cayetana, a quién se le había dado el protagonismo de conseguir proteger, bajo los estatutos de una fundación, el legado familiar, nada tuvo que ver con ello.

En primer lugar, la idea parte de Luís Martínez de Irujo (padre de los seis hijos de la duquesa). Al fallecer éste en 1972, su primogénito, Carlos Fitz-James Stuart, XVII duque de Huéscar (y futuro XIX duque de Alba), tomó las riendas, así como la decisión de ultimar el proyecto de la fundación en el que su padre estaba trabajando.

No obstante, las leyes cambiaron en poco tiempo, y las fundaciones que hasta entonces dependían de Gobernación, pasaron a ser parte del ministerio de Educación. Por tanto, todos los pasos dados por Luís Martínez de Irujo -salvo la idea de proteger el legado-, no sirvieron de nada, ya que hubo que comenzar todos los trámites de nuevo.

El duque de Huéscar, que entonces tenía 24 años, se hizo cargo de todo el proceso, ultimando los trámites con el Estado Español en 1975, fecha en la que se constituye oficialmente la fundación Casa de Alba, con una dotación de algo más de 16 millones de euros, y que no ha variado a fecha de hoy.

Volviendo a Jesús Aguirre, él contrajo matrimonio con la duquesa en 1978, por lo que la fundación ya llevaba tres años constituida. Tal vez, por ese motivo, Cayetana, como actual jefa de la Casa, ha presidido siempre el patronato y, Carlos Fitz-James Stuart le sigue como vicepresidente primero del mismo, a pesar de que toda la responsabilidad del patrimonio recae sobre él. No en vano, el duque de Huéscar será quien en un futuro lidere la Casa de Alba, heredando el mayor grueso del patrimonio familiar.

Otro de los documentos a los que ha podido acceder LOC son el balance, que para las arcas de la casa, ha tenido la exposición de Madrid.

La fundación Casa de Alba tiene previsto ingresar en sus arcas un beneficio de casi 100.000 euros a finales de año; un dinero que irá a parar directamente a los fondos de la fundación y que sólo podrán reinvertirse en la misma.

Asimismo, para alcanzar los objetivos, la fundación ha empleado a 16 personas entre las que repartirán este año un salario global de 660.000 euros y subcontrató a otras empresas de servicios desembolsando 335.000 euros.

Sin embargo, estas cifras aún son aproximadas ya que en el plan de actuación entregado al protectorado de fundaciones por la Casa de Alba se añade la nota: «los indicadores que permiten medir el cumplimiento de los objetivos están relacionados con la acogida social que tenga la exposición, afluencia y frecuencia en la recepción de investigadores, así como el éxito que se derive del resto de actividades promovidas por la fundación».


INGRESOS

Con estos objetivos, la fundación espera ingresar este año un bruto de 1.125.000 euros, a través de esta exposición itinerante que permite disfrutar de la colección privada de un legado considerado como patrimoniouniversal y que -como adelantábamos en LOC la pasada semana-, encierra un patrimonio tasado por la familia en 16.829.253 euros, una cifra algo ridícula considerando que el solar del palacio de Liria vale, al menos, 20 veces la dotación del organismo.

Incluye, como también avanzamos en la semana pasada, una biblioteca con 16.000 piezas, 345 cajas que componen el archivo histórico, dos palacios (de los nueve que tienen), ocho castillos (20 en total forman el patrimonio de la Casa de Alba), 177 acuarelas, 54 dibujos, 52 tapices, 31 cerámicas, y 239 óleos…

Obviamente, estos son los bienes llamados afectos a la fundación, es decir, aquellos que no pueden venderse sin el permiso del protectorado de fundaciones y del patronato de la Casa de Alba.

El resto de patrimonio, no afectado por la fundación puede elevarse a la cifra de 1.500 millones de euros, y que son los que quedan repartidos tal y como hemos expuesto.





EL MUNDO / LA OTRA CRÓNICA / SÁBADO 16 MARZO 2013




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