Opinión
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Felipe, récord en la historia de la televisión
Jaime Peñafiel
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Hasta ahora y salvo raras excepciones, los discursos del rey en la Nochebuena han pasado sin pena ni gloria. Como algunos aperitivos de algunas cenas.
Pero este año, sorprendentemente, ha batido todos los récords de audiencia. Casi once millones de espectadores, exactamente 10.8, permanecieron atentos a la pantalla esperando ... lo que no se produjo.
Hay que reconocer que había mucho morbo por escuchar a Felipe VI lo que iba a decir no sobre su padre sino contra el Rey.
El Gobierno pero, sobre todo Podemos, se lo habían exigido . Y sabiendo que la interlocutora designada por Sánchez para analizar el discurso redactado por Felipe VI, con la colaboración de Jaime Alfonsin, Jefe de la Casa del Rey, iba a ser la vicepresidenta primera, cualquier cosa se podía esperar.
No olvidemos que Carmen Calvo fue la persona que, el 1 de agosto, ordenó a Jaime Alfonsin comunicara al rey Juan Carlos que, de su parte, “tenia que abandonar” Zarzuela y España.
Como resultado de esta inaceptable exigencia, el 3 de agosto a, las 10 de la mañana, despegaba del aeropuerto de Vigo un jet privado, en concreto un Global 6500 de Bombardier, con matrícula 9HVBIG, alquilado a la compañía TAG Aviation, con destino a Abu Dhabi. Llevaba cinco pasajeros: el rey emérito y cuatro escoltas.
Los 6.038 kilómetros que separan Vigo de su destino se realizó en 7 horas y 13 minutos. A su llegada al aeropuerto Al Bateen, de uso exclusivo para vuelos privados, un helicóptero le estaba esperando para trasladarle al Hotel Emirates Palace, propiedad del Gobierno.
En ese momento comenzaba lo que nunca debía haber sucedido: el exilio. Muchos españoles esperaban con morbosa curiosidad lo que Felipe VI iba a decir, temiendo algunos que utilizara la oportunidad o para justificar su actitud contra su padre o para criticarle.
Ni una cosa ni otra. Afortunadamente, fue un discurso institucional sin mención alguna a Don Juan Carlos. Solo a familiares, genéricamente hablando.
La reacción del Gobierno pero, sobre todo, de sus socios comunistas y republicanos demuestra que, por una vez, el rey Felipe VI ha sabido distanciarse del comportamiento de su padre con el discurso mas difícil de su reinado que ha sorprendido a todo el mundo.
Aunque yo he sido, hasta ahora, muy crítico con Jaime Alfonsin , obligado es rectificar. Mantener íntegro el contenido del mensaje frente a la vicepresidenta Carmen Calvo no ha debido ser fácil. No olvidemos, como digo al principio de esta crónica y que vuelvo a repetir, que fue ella, nada menos que ella, quien obligó al Jefe de la Casa de Su Majestad a transmitirle a don Juan Carlos el mensaje más cruel que haya podido recibir en su vida: “de parte de la vicepresidenta, tiene que abandonar Zarzuela y España” .
Y fue la vice con quien el señor Alfonsin tuvo que lidiar para recibir la aprobación del discurso que Felipe VI leyó en la Nochebuena, ante once millones de españoles, un mensaje que para muchos ha sido fantástico, propio de un Jefe de Estado. Para otros, para los que esperaban crueles referencias a su padre, decepcionante.
De todas formas, bien por don Felipe y bien por Jaime Alfonsin. Pienso que para don Juan Carlos ha debido ser tranquilizador. Ya puede volver.