TESTIGO DE EXCEPCIÓN Jaime Peñafiel estaba allí hace 46 años, el 28 de mayo de 1977, y fue testigo de la emoción que embargó a toda la Familia Real. Asistieron todos excepto la Infanta Cristina.
FELIPE DE BORBÓN
EMOCIONADO PRÍNCIPE RECLUTITA A LOS 9 AÑOS POR SU PADRE
Fue como soldado de honor, durante un desfile al que asistió toda su familia. “Tienes que ser el mejor soldado, el más abnegado”, le dijo el Rey Juan Carlos.
JAIME PEÑAFIEL
TAL Y COMO ESTABA previsto, a finales de agosto Leonor, la Heredera, seguirá los pasos de su padre e iniciará la formación militar como futura Jefa de las Fuerzas Armadas cuando le suceda. A propósito de esta noticia, es obligado recordar hoy el día en el que el entonces Príncipe Felipe sentó plaza como soldado de honor del Regimiento Inmemorial del Rey. Fue el 28 de mayo de 1977. Y aquel día yo estaba allí. Felipe tenía tan solo... ¡nueve años! Yo, más de cuarenta. De esto hace ya casi... ¡46 años!
Era sábado y Madrid era ya una fiesta. Centenares de personas se agolpaban a la puerta del cuartel para ver llegar al recluta real y a su familia. No solo los Reyes, su hermana Elena (Cristina continuaba en Londres sus estudios de idiomas), su abuela paterna, la condesa de Barcelona, sus tías Pilar y Margarita, sus primos y toda la Familia Real en pleno. También el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez; el de las Cortes, Torcuato Fernández Miranda; el ministro de Defensa, teniente general Gutiérrez Mellado y representantes de Navarra, Asturias, Gerona, Montblanc, Cervera y Balaguer, cuyos títulos ostenta el Príncipe de Asturias.
Formando en el patio del cuartel se encontraba el Regimiento Inmemorial del Rey, del que poco después Felipe iba a ser soldado de honor, siguiendo una antigua tradición.
Finalizada la ceremonia de bienvenida, Felipe, acompañado del coronel Dávila, se dirigió a una sala del acuartelamiento para proceder a cambiar el traje azul marino de pantalón largo y corbata para vestir el uniforme reglamentario de soldado que ya le había sido confeccionado a su medida y cortar sus largos y rubios cabellos, que le cubrían las orejas y el cuello, al más puro estilo militar.
Durante un tenso compás de espera, se advertía la enorme curiosidad de todos los asistentes por ver a Felipe de Borbón y Grecia, que momentos antes parecía todo un hombrecito, reconvertido en el soldado.
Felipe estaba muy serio y con la vista al frente, cuadrándose militarmente frente a la bandera, al tiempo que llevaba su mano enguantada a la visera del gorro militar. Desde la tribuna sus padres, los Reyes de España, emocionados hasta las lágrimas, observaban la ceremonia.
Después, Don Juan Carlos, emocionado, pronunció las siguientes palabras: “Soldados del Inmemorial: me dirijo a vosotros que representáis en este acto a todas las Fuerzas Armadas en un momento en que me embarga una profunda emoción. Acaba de sentar plaza como soldado mi hijo el Príncipe de Asturias... He querido que desde tan temprana edad forme parte de sus filas porque quiero que sea un buen soldado que es tanto como decir un magnífico español... Felipe, tú tienes que ser un buen soldado, el mejor, el más abnegado, el más sobrio. Felipe, hoy es un día grande para ti. También para mí”.
SALUDO A SUÁREZ
Acompañado de su padre, el soldado Felipe fue saludando militarmente a los altos mandos militares llevándose la mano a la visera del gorro. Cuando le llegó al turno al presidente Suárez le tendió la mano. Su padre, el Rey, le dijo entonces que también tenía que saludarle militarmente “ya que, además de Jefe de Gobierno es, también, presidente de la Junta de Defensa”.
Con ingenua espontaneidad, muy propia de su edad, Felipe preguntó a su padre qué era eso. Don Juan Carlos se lo explicó en pocas palabras. Entonces el nuevo soldado Felipe se cuadró militarmente ante el presidente Adolfo Suárez.
El alistamiento del heredero de la Corona en el Regimiento Inmemorial del Rey es una larga tradición de la Monarquía española que también se cumplió oportunamente durante los reinados de sus antepasados Alfonso XII y Alfonso XIII.
Fue el vicepresidente para la Defensa, teniente general Gutiérrez Mellado, quien pidió al Rey que continuase con la tradición. Por ello, Don Felipe se alistó como soldado honorario. La razón no era otra que se precisaba una edad mínima que el Príncipe no tenía.
El Regimiento Inmemorial, el más antiguo de los de la Armada, tiene su origen en el cuerpo militar creado por el Rey Fernando III con veteranos supervivientes de la conquista de Sevilla y ha intervenido en todas las luchas que, desde entonces, han tenido las tropas españolas, excepto en la Guerra Civil, años durante los que estuvo disuelto.
¡Qué tiempos aquellos!
EL MUNDO / SÁBADO 18 DE MARZO DE 2023