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29-MAY-09
La Casa Real, «sorprendida» por el reportaje que publica «¡Hola!»
Malestar por las fotos inéditas de Doña Letizia 29 Mayo 09 - Jesúsmariñas Compártelo: Hay más sorpresa que enfado, quizá porque no se esperaban algo así más de cinco años después del hasta ahora inédito reportaje de la comida que remató la petición de mano de la hoy Princesa de Asturias. Un documento desconocido hasta el momento, quince magníficas fotos a gran tamaño que «¡Hola!» ofrece en su último número. Chocan por oportunistas, por estar fuera de tiempo -incluso a pesar de su valor testimonial- y la reacción de Casa Real ha sido categórica. Durante la Primera Comunión de Victoria Federica, celebrada anteayer, no hacían más que repetirlo: «Nosotros no tenemos nada que ver, que conste. Somos los primeros sorprendidos». Como una familia El documento no tiene desperdicio, no sólo porque nos hace recordar a una Doña Letizia entonces bisoña en fastos palaciegos, de ahí su casi anodino conjunto blanco de cuello chimenea. También por cómo muestra los momentos en los que el Rey le pone una pulsera y la Reina le coloca un colgante a la vez que se observan cajas envueltas en papel azul y la risa de Jesús Ortiz, su señor padre, que es todo un poema. Está mucho mejor con barba. Todo tiene un aire natural, sencillo y tan desenvuelto como las cajas con obsequios, lo mismo las de ella que las del Príncipe. Risas, cordialidad, cristalería con filos de oro y un ambiente de familia casi normal. Un sencillo centro floral de rosas amarillas adorna la mesa de siete comensales, donde a la derecha de Don Juan Carlos vemos a Paloma Rocasolano con el pelo oscuro mientras la Princesa aún tenía la melena más corta y con menos mechas que ahora. ¿Por qué la molestia de Casa Real, la incomodidad de La Zarzuela y su consiguiente no sé si indignación? Tampoco son muy explícitos a la hora de describir su estado de ánimo, algo ya habitual en la Casa, generalmente ambigua, aunque parecen dejar claro que hay traidores, quizá gentes del entorno fotográfico, que facilitaron tan rico material. Se trata de un reportaje en el que importan más los gestos, el desenfado de todos y la cordialidad predominante que la posible traición mercantil. En cualquier caso, no lo habrán hecho sin el consentimiento de alguien. Para «¡Hola!», la prudencia y fidelidad es casi devoción más que obligación. Es más, qué de momentos como éste habrán recogido, en el supuesto de que se trate del equipo que habitualmente cubre todo lo relativo a los Reyes y los Príncipes. Dentro del pasmo provocado, el asunto no pasa de ahí, ya que es el reflejo de la felicidad de una ya casi familia a punto de formarse. Es por tanto una óptima operación rescate, y habría sido una pena que se hubieran quedado en el fondo de un archivo, desperdiciando así la espontaneidad de los gestos o la tierna satisfacción que trasluce el Rey al entregarle a su hijo un estuche que parece contener un reloj. Mejor sería no «meneallo», porque ellos deben saber quién fue el autor y ahora sólo cabe felicitar a unos por lo felices que se les ve y a otros por su trabajo. El texto remarca incluso los chistes del Monarca, lanzados para rebajar la inevitable tensión del día.
La Casa Real, «sorprendida» por el reportaje que publica «¡Hola!»
Malestar por las fotos inéditas de Doña Letizia 29 Mayo 09 - Jesúsmariñas Compártelo: Hay más sorpresa que enfado, quizá porque no se esperaban algo así más de cinco años después del hasta ahora inédito reportaje de la comida que remató la petición de mano de la hoy Princesa de Asturias. Un documento desconocido hasta el momento, quince magníficas fotos a gran tamaño que «¡Hola!» ofrece en su último número. Chocan por oportunistas, por estar fuera de tiempo -incluso a pesar de su valor testimonial- y la reacción de Casa Real ha sido categórica. Durante la Primera Comunión de Victoria Federica, celebrada anteayer, no hacían más que repetirlo: «Nosotros no tenemos nada que ver, que conste. Somos los primeros sorprendidos». Como una familia El documento no tiene desperdicio, no sólo porque nos hace recordar a una Doña Letizia entonces bisoña en fastos palaciegos, de ahí su casi anodino conjunto blanco de cuello chimenea. También por cómo muestra los momentos en los que el Rey le pone una pulsera y la Reina le coloca un colgante a la vez que se observan cajas envueltas en papel azul y la risa de Jesús Ortiz, su señor padre, que es todo un poema. Está mucho mejor con barba. Todo tiene un aire natural, sencillo y tan desenvuelto como las cajas con obsequios, lo mismo las de ella que las del Príncipe. Risas, cordialidad, cristalería con filos de oro y un ambiente de familia casi normal. Un sencillo centro floral de rosas amarillas adorna la mesa de siete comensales, donde a la derecha de Don Juan Carlos vemos a Paloma Rocasolano con el pelo oscuro mientras la Princesa aún tenía la melena más corta y con menos mechas que ahora. ¿Por qué la molestia de Casa Real, la incomodidad de La Zarzuela y su consiguiente no sé si indignación? Tampoco son muy explícitos a la hora de describir su estado de ánimo, algo ya habitual en la Casa, generalmente ambigua, aunque parecen dejar claro que hay traidores, quizá gentes del entorno fotográfico, que facilitaron tan rico material. Se trata de un reportaje en el que importan más los gestos, el desenfado de todos y la cordialidad predominante que la posible traición mercantil. En cualquier caso, no lo habrán hecho sin el consentimiento de alguien. Para «¡Hola!», la prudencia y fidelidad es casi devoción más que obligación. Es más, qué de momentos como éste habrán recogido, en el supuesto de que se trate del equipo que habitualmente cubre todo lo relativo a los Reyes y los Príncipes. Dentro del pasmo provocado, el asunto no pasa de ahí, ya que es el reflejo de la felicidad de una ya casi familia a punto de formarse. Es por tanto una óptima operación rescate, y habría sido una pena que se hubieran quedado en el fondo de un archivo, desperdiciando así la espontaneidad de los gestos o la tierna satisfacción que trasluce el Rey al entregarle a su hijo un estuche que parece contener un reloj. Mejor sería no «meneallo», porque ellos deben saber quién fue el autor y ahora sólo cabe felicitar a unos por lo felices que se les ve y a otros por su trabajo. El texto remarca incluso los chistes del Monarca, lanzados para rebajar la inevitable tensión del día.
Recaída dramática en la anorexia.
Sólo sus hijas le permiten soportar presión psicológica.
Sus dulces hijas indefensas.
Ningún corazon de madre puede soportar esta tortura
Letizia al final de sus fuerzas.
Conspiración a sus espaldas.
Sus cuñadas van demasiado lejos
Felipe quiere reconciliar a su familia.
Muestra los límites a Letizia.
PERO QUE PASAAAAAAAAAA
La verdad es que credibilidad parece que tienen poca..Vamos, no hay mas que ver el retocado de la segunda portada. Lety parece Cindy Crawford ahi, el rubito de sofi, vamos, ni inyectandole camomila en vena lo tiene asi. Hombre, si que es verdad que viendo el aspecto demacrado de lety se puede llegar a muchas conclusiones, pero me parecen muy dramaticas demasiado. Que tiene pinta de anorexica, pues si. Que no se trata con sus cuñadas, pues si. Que felipin no la mira con cara de algarrobo como antes, pues si. A lo mejor los alemanes sabes cosas que aqui en españa no se saben, o que no se pueden publicar