...Yo soy María de Rumanía
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Las tres vidas de Letizia
HEMEROTECA 09/11/2003
BODA REAL / LA MUJER QUE HA CONMOCIONADO A LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Las tres vidas de Letizia
A comienzos del próximo verano, en una fecha aún por determinar, Doña Letizia Ortiz contraerá matrimonio en la madrileña catedral de La Almudena con Don Felipe de Borbón, heredero de la Corona española. La noticia más esperada de la última década ha sacudido a todo el país. Antes de recibir el collar de perlas y zafiros de los Borbones, Letizia Ortiz era una periodista de TVE recién llegada a la tarea de presentadora del TD-2. La última boda de un Heredero con una española se celebró en 1878, cuando Alfonso XII se casó con la infortunada María de las Mercedes de Orleans, que murió poco después del enlace.
LUCIA MENDEZ 09/11/2003
Uno de aquellos amaneceres en los estudios de CNN Plus en Torre Picasso, cuando el canal de noticias acababa de ponerse en marcha, la presentadora del tramo matinal se quejó -lo hacía a menudo- del exceso de informaciones políticas. Prefería los temas sociales.
«¿Qué tenemos? ¿Más política, más País Vasco y más principito?».
Otras veces se refería al Príncipe de Asturias como «felipito».La prometida del Heredero, Letizia Ortiz, había empezado ya su segunda vida y, exceptuando alguna carta oficial, nadie la llamaba Doña.
La transición de una vida a otra no le estaba resultando fácil.Exito profesional y fracaso personal -el pan nuestro de cada día en una profesión así- se mezclaban en aquellas interminables madrugadas que empezaban con una hora y media en maquillaje y acababan en el estudio repitiendo una y otra vez las mismas noticias cada cuarto de hora.
Letizia se levantaba en su pequeño apartamento de dos habitaciones en Rivas Vaciamadrid (a donde ni siquiera llegaba el Metro) a las dos y media (de la mañana). Aunque ya las cosas empezaban a torcerse en casa, su entonces marido, Alonso Guerrero, se levantaba también para darle ánimos y tomar algo con ella.
Un taxi -siempre un Mercedes, eso sí- la recogía en la puerta para llevarla al Paseo de la Castellana. Letizia trabajaba mucho y también lloraba mucho en el hombro de sus compañeros.
Lloraba como era ella, sin depresiones, sin hundirse, con altivez.Pero no sólo por el naufragio de su matrimonio. Los periodistas que compartieron los comienzos de la segunda vida de la futura Princesa de Asturias aseguran que la presentadora del tramo matinal se quejaba amargamente del trato que recibía por parte de sus jefes.
Nada extraño, como todos. Ahora bien, ella creía tener motivos suplementarios para sentirse maltratada. Primero, porque la preferida era la otra presentadora, Marta Fernández, a quien le dieron el horario más cómodo. Y eso que había muchos compañeros que consideraban que entre el porte principesco -así lo dicen- con el que Letizia daba paso a los vídeos y la imagen de la guapísima Marta, no había color. Los mismos compañeros que le insistían en que comiera porque era «un saco de huesos». Cuando el reportero de EL MUNDO Julio Fuentes fue asesinado en Afganistán, CNN Plus la mandó a la sede de este periódico, donde ese día no dejaron entrar a las cámaras. Ella logró colarse nadie sabe cómo e insistió en entrevistar al director. Mientras se empeñaba en lograrlo con esa tozudez que la caracteriza, sufrió un desmayo porque no había comido. Le dieron un bocadillo y una bebida para reanimarla.
La cadena de noticias le inoculó el virus de la televisión y la hizo consciente de la fuerza de su propia imagen. Empezó a frecuentar el ambiente periodístico madrileño, a comer y a cenar con compañeros, a interesarse por una atmósfera de glamour desconocida en su primera vida. Para ello tuvo que romper amarras con el pasado.
El matrimonio con el profesor de Literatura se fue a pique poco más de un año después de casarse en el Ayuntamiento de Almendralejo.Sus padres se separaron al día siguiente de una boda que fue muy animada.
La niña Letizia siempre tuvo admiración por su padre, Jesús Ortiz.Personas que la ayudaron a sobrellevar el trance del final de su matrimonio aseguran que ella se sintió muy culpable de la ruptura. «Soy una idiota, me he cargado mi matrimonio». Los mismos interlocutores -que como todos los consultados para este reportaje han pedido el anonimato- explican que ella quería mucho a su marido. No desaprovechaba ocasión cuando conocía a algún escritor o editor para mandarle la obra completa de Alonso y pedirle ayuda para darla a conocer.
La pareja era complementaria. Ella, nerviosa. El, tranquilo.Ella siempre agobiada. El, un ratón de biblioteca. Ella, periodista.El, novelista. Ella, fascinada por el mundo intelectual. El, orgulloso de leer con y para ella. Ella, con una mentalidad casi quinceañera. El, en plena madurez.
La televisión acabó con la Elisa Doolitle de Pygmalión y nació una estrella. El tópico puede llevar a la conclusión de que fue ella quien le dejó a él. Sin embargo, los espectadores del final de la relación señalan que es al contrario, que Alonso no soportaba más esa clase se vida. El quería tener hijos y ella no. «Es más fácil -opinan sus amigos- que su matrimonio con el Príncipe sea un éxito a que lo fuera la boda de una periodista como ella con un profesor de instituto».
Nunca -al menos hasta ahora- se conformó con lo que el destino puso en su camino. Aspirar a lo más alto y buscar la excelencia.Eso es lo que hizo Letizia en sus dos vidas anteriores a la transfiguración del Día de Todos los Santos.
Quienes la conocen consideran que el calificativo de «ambiciosa» -en su acepción de trepa- que se le ha aplicado no le hace justicia.No cabe encontrar una periodista de televisión de 30 años que no tenga ambición. Pero lo suyo era otra cosa. Y seguramente le venía de familia.
Su madre, Paloma Rocasolano, es enfermera, pero siempre quiso un futuro más elevado para sus hijas. Para empezar, les puso unos nombres nada corrientes: Letizia, Telma y Erika. La futura Príncesa de Asturias -muy parecida a su madre en carácter- fue la mayor y nació el 15 de septiembre de 1972 bajo el signo de Virgo.
«Los Virgo tienen un espíritu muy alto, saben apuntar muy bien para lograr sus objetivos. Tienen el don de la palabra, les suelen atraer las personas con poder y creatividad. Tienen un deseo de perfección y pureza en todo lo que realizan». Como puro Virgo, la huida de la vulgaridad, la aspiración a cotas superiores fue una constante en las vidas de Letizia.
Para una aplicada alumna -de notable- del Instituto Ramiro de Maeztu, aficionada a la lectura, nada podría ser más elevado que un profesor culto y novelista. Para una presentadora de noticias de una cadena como CNN Plus que veían cuatro gatos, la mayor aspiración era llegar a la millonaria audiencia de TVE.
Dicho y hecho. Letizia preparó un video con su trabajo y lo envió al director de Informativos de TVE, Alfredo Urdaci. «Tienes que verla, es magnífica», le dijo al entonces director general de RTVE, Javier González Ferrari. Lo visionaron juntos y Ferrari exclamó:
-«Esta chica es un tiro, se come la cámara. Contrátala».
Sus jefes de CNN Plus no intentaron retenerla. Diríase que en el fondo respiraron aliviados. Porque Letizia -ya en el Olimpo- no era una persona de carácter fácil cuando parecía de carne y hueso. «Meticulosa, perfeccionista, pesada, nerviosa, fría, parlanchina, curiosa, inquietante, ordenada, testaruda, coqueta, agobiante, seductora, encantadora, vanidosa, calculadora, arriesgada, elegante, sobrada». Todos estos adjetivos vienen a la mente de sus amigos y conocidos a la hora de definirla.
«Sabía dorar la píldora», dice uno. «Siempre caminó tres palmos por encima del suelo», asegura otro. «Se la está presentando como lo que no era. No era una periodista de raza, aunque sí tenía un porte majestuoso», señala un tercero.
Qué fácil hablar ahora de su nimbo principesco. Pero muchos testimonios coinciden en que Letizia se consideraba «de otra pasta»: «Si no fuera porque es imposible, diría que la han estado preparando para esto durante 5 años». Este rasgo principesco de su carácter, que le puede ser muy útil en su tercera vida palaciega, la hizo algo antipática para algunos de sus compañeros. Ella no hablaba con cualquiera. Técnicos de sonido y cámaras, así como algunos redactores, dan cuenta de que se comportaba como un ser superior.
En los pasillos de RTVE, muchos la apodaron Letizia La Ficticia.Bajo esa majestuosa capa se esconde, de acuerdo con las opiniones recabadas, una inseguridad poco visible en la superficie y una cierta zozobra emocional. «No es una persona tan segura como parece».
Una vez en la cadena pública, donde la destinaron a presentar Informe Semanal, Letizia entró en un círculo más selecto. Conoció a personas más importantes y siguió estableciendo amistades con todos los profesionales interesantes que le salían al encuentro.
Su vida social era muy intensa. Logró también hacerse un hueco en uno de los trabajos más difíciles que existen en televisión: los llamados directos, que consisten en ir a los lugares donde se producen las noticias más destacadas para entrar en los telediarios.
Fue poco antes de viajar a Galicia y poco después de volver de Nueva York del Aniversario del 11-S cuando la futura Princesa de Asturias conoció a su prometido. Hace ahora un año, cenando en casa de un periodista -como no podía ser de otro modo- famoso, Pedro Erquicia, en presencia de otros profesionales del medio no menos conocidos.
«Lo que no podía imaginarme es que Letizia hubiera llegado al entorno del Príncipe», señala un ex jefe. La velada ha dado pie incluso a que muchos especulen sobre si se trató de una casualidad o alguien lo había preparado para que los novios se conocieran.Fue lo primero. Se cayeron bien, hablaron mucho, pero nada más.
Entonces Letizia estaba saliendo con un periodista de CNN Plus, David Tejera. Por esas fechas, ya la pareja no pasaba por sus mejores momentos. La Guerra de Irak fue la fecha mágica. Sólo el Príncipe y su prometida saben días y circunstancias, pero la relación se estrechó cuando el mundo temblaba.
Lo sabemos porque hasta ese momento, tras el viaje que realizó al cuartel general de las tropas españolas en Irak, Letizia no se comportaba como si tuviera novio formal. Los mensajes que enviaba a través del móvil, a los que era muy aficionada como toda España, eran los de siempre. «¿Qué tal lo he hecho?». «Tienes que verme hoy, a ver qué te parece el directo». «¿Cómo me has visto?». «¿Daba bien?». O sea, preocupada como siempre por la admiración y el reconocimiento de los demás.
Cuando volvió de Irak su actitud cambió. No dejó de cenar, comer e ir a fiestas de amigos, pero ya no era la misma. Se levantaba muchas veces de la mesa para atender las múltiples llamadas recibidas en su teléfono móvil. Todo el mundo dedujo que tenía novio. «Nunca la había visto tan feliz».
El primer viernes del mes de junio, un conocido le envió un mensaje diciéndole que tenía que contarle «muchas cosas». «Me voy de finde, yo también tengo muchas cosas que contarte», respondió ella.
Periodo de prueba
Fue en este momento cuando sus aspiraciones a lo más alto se vieron colmadas, personal y profesionalmente. Supo que presentaría el Telediario en verano. Un periodo de prueba, ya que el director de Informativos había decidido que la temporada 2003-2004 sería su pareja en el TD-2. Le subieron el sueldo, no muy elevado, cosa que le vino de maravilla porque así pudo ayudar económicamente a su familia.
Todas estas circunstancias han disparado los rumores -medios de comunicación, despachos oficiales, bares y restaurantes han sido esta semana un inmenso patio de vecindad- sobre si su ascenso profesional tenía algo que ver con su relación con el Príncipe.Distintos responsables aseguran que en modo alguno, que los directivos de TVE no supieron nada hasta el día antes, digan lo que digan ahora.
El Príncipe confirmó durante la petición de mano celebrada en el Palacio de El Pardo que su noviazgo comenzó en primavera.
Inmediatamente antes y después de las vacaciones de verano, Letizia ya comunicó a un puñado de selectas amigas que salía con el Príncipe.Incluso Don Felipe se incorporó a la sobremesa de una cena celebrada en junio.
Los amigos del Príncipe también sabían de esta relación, aunque algunos de ellos no le auguraron mucho futuro. Ya en septiembre, sin detener su intensa vida social de fiestas y cenas en casa de amigos, Letizia empezó a hablar de forma enigmática sobre la identidad de su «chico». «Ya verás cuando te enteres», «Tengo que hablar contigo de un problema gordísimo», «Ya te contaré, ahora no puedo». Y así.
Hasta el último momento ocultó la noticia. El viernes por la noche mucha gente la llamó porque Terelu Campos, en Telemadrid, había dado su nombre. «No os fiéis de la Prensa rosa», les contestó.Desde entonces, apagón.
El Día de todos los Santos, ante el pasmo de todos los que la conocían, la periodista comenzó su tercera vida ascendiendo al cielo sin dejar de estar en la tierra. Las personas que han sido entrevistadas para este reportaje han hablado de ella en pasado.Como si hubiera desaparecido del mundo de los vivos. «Es que ha desaparecido de nuestro mundo, no creo que nunca volvamos a verla, y es lógico que así sea. Somos conscientes de cómo funcionan las cosas ahí arriba, si fuéramos abogados sería otra cosa, pero somos periodistas».
Distintas fuentes consultadas por este periódico aseguran que el anuncio no estaba previsto para la fecha en la que se produjo.Hasta los despachos del Gobierno habían llegado noticias de que para Navidades habría anuncio sobre el futuro del Príncipe heredero.
Cómo y por qué se extendió el rumor es una de las muchas incógnitas de esta historia. Pero quienes saben del asunto están convencidos de que la noticia del compromiso se improvisó ante el temor a que el rumor de las relaciones de Letizia con el Príncipe impidiera la boda, como sucedió en el caso de Eva Sannum.
El propio Don Felipe admitió el jueves durante la petición de mano: «Hubiéramos necesitado más tiempo para preparar todo esto».
La primera comparecencia de los novios, el lunes 3 en la casa del heredero en La Zarzuela fue improvisada. No había plan de medios. Cualquier experto en imagen habría desautorizado la aparición de un Príncipe y su novia de noche, con las connotaciones de furtividad que ello comporta. El hecho de que aún no se haya fijado la fecha concreta del enlace, a diferencia de lo que sucedió en el caso de las Infantas, es otro dato.
El Príncipe -feliz como nunca se le ha visto- parece haber tomado las riendas de su vida para preparar su reinado. El martes, una vez anunciado su compromiso, Don Felipe recibió en audiencia al presidente del Banco Central de Argentina en su propia residencia y no en la de los Reyes, como es habitual.
El huracán Letizia barre España de Sur a Norte y de Este a Oeste.Hace una semana que sus compañeros y amigos creen que todo es un sueño. Sabemos dónde estudió, a qué parque la llevaba su abuela en Oviedo, han hecho declaraciones su quiosquero, la vecina del cuarto, su profesora de párvulos, los abuelos...
Cualquiera que se haya cruzado con ella por la calle era amigo suyo de toda la vida. Los ex de Letizia y sus familias están siendo víctimas de un acoso insoportable. La vida de quien ya es Doña y en verano será Princesa de Asturias está siendo sometida a un escrutinio que no lo resistiría ni la Madre Teresa de Calcuta.
Sin tener en cuenta que no hay nada en su biografía que no lo haya en la de cualquier periodista de televisión de 31 años.En el Palacio de la Zarzuela no se habla de pasado, sino de futuro, de un «eslabón más de la dinastía» reinante, como dijo el Príncipe.A sus 35 años -cumplirá 36 en enero-, impelido a casarse con urgencia por razones de Estado, el Heredero logrará casarse con una mujer de la que está enamorado. Tal vez eso explique la premura de anunciar su compromiso matrimonial tras sólo seis meses de noviazgo.
Sin embargo, la España oficial está igual de conmocionada -o más- que los compañeros de Letizia. Por una parte, los gobernantes respiraron tranquilos. La Monarquía como símbolo de la unidad de España se hacía más fuerte. Hay respeto por la decisión del Príncipe, sí, pero también preocupación en las altas esferas por el futuro a medio y largo plazo.
La profesionalidad de la prometida, su perfecta dicción y dominio de la escena, su atractivo físico y la imagen de modernidad que transmite -opina un alto cargo- «la convertirán en un fenómeno mediático a corto plazo, las historias de amor y los cuentos de hadas apasionan a los españoles y, sobre todo, a las españolas.Pero se trata de un cambio tan radical que puede afectar al futuro de la Monarquía. El manto mediático y social que cubría a los Reyes se ha terminado. Don Felipe y su prometida tendrán que ganarse el respeto, esperemos que salga bien». «Los monárquicos rezamos para que sea así», concluye.
Tal vez si escucharan a alguno de los que conocen a Letizia dormirían los monárquicos más tranquilos. «Lo hará de maravilla, es una mujer perfeccionista y profesional. Hará lo que se espera de ella. Desempeñará su función igual que acataba las directrices de los editores de los informativos que presentaba». Algunos consideran que su perfil puede parecerse al de la elegante y humanitaria Rania de Jordania. También Doña Letizia tiene obsesión por el conflicto de Oriente Próximo. «La gente la adorará, es una bruja que sabe cómo hacerse querer», asegura otro compañero.
Las tres vidas de Letizia
A comienzos del próximo verano, en una fecha aún por determinar, Doña Letizia Ortiz contraerá matrimonio en la madrileña catedral de La Almudena con Don Felipe de Borbón, heredero de la Corona española. La noticia más esperada de la última década ha sacudido a todo el país. Antes de recibir el collar de perlas y zafiros de los Borbones, Letizia Ortiz era una periodista de TVE recién llegada a la tarea de presentadora del TD-2. La última boda de un Heredero con una española se celebró en 1878, cuando Alfonso XII se casó con la infortunada María de las Mercedes de Orleans, que murió poco después del enlace.
LUCIA MENDEZ 09/11/2003
Uno de aquellos amaneceres en los estudios de CNN Plus en Torre Picasso, cuando el canal de noticias acababa de ponerse en marcha, la presentadora del tramo matinal se quejó -lo hacía a menudo- del exceso de informaciones políticas. Prefería los temas sociales.
«¿Qué tenemos? ¿Más política, más País Vasco y más principito?».
Otras veces se refería al Príncipe de Asturias como «felipito».La prometida del Heredero, Letizia Ortiz, había empezado ya su segunda vida y, exceptuando alguna carta oficial, nadie la llamaba Doña.
La transición de una vida a otra no le estaba resultando fácil.Exito profesional y fracaso personal -el pan nuestro de cada día en una profesión así- se mezclaban en aquellas interminables madrugadas que empezaban con una hora y media en maquillaje y acababan en el estudio repitiendo una y otra vez las mismas noticias cada cuarto de hora.
Letizia se levantaba en su pequeño apartamento de dos habitaciones en Rivas Vaciamadrid (a donde ni siquiera llegaba el Metro) a las dos y media (de la mañana). Aunque ya las cosas empezaban a torcerse en casa, su entonces marido, Alonso Guerrero, se levantaba también para darle ánimos y tomar algo con ella.
Un taxi -siempre un Mercedes, eso sí- la recogía en la puerta para llevarla al Paseo de la Castellana. Letizia trabajaba mucho y también lloraba mucho en el hombro de sus compañeros.
Lloraba como era ella, sin depresiones, sin hundirse, con altivez.Pero no sólo por el naufragio de su matrimonio. Los periodistas que compartieron los comienzos de la segunda vida de la futura Princesa de Asturias aseguran que la presentadora del tramo matinal se quejaba amargamente del trato que recibía por parte de sus jefes.
Nada extraño, como todos. Ahora bien, ella creía tener motivos suplementarios para sentirse maltratada. Primero, porque la preferida era la otra presentadora, Marta Fernández, a quien le dieron el horario más cómodo. Y eso que había muchos compañeros que consideraban que entre el porte principesco -así lo dicen- con el que Letizia daba paso a los vídeos y la imagen de la guapísima Marta, no había color. Los mismos compañeros que le insistían en que comiera porque era «un saco de huesos». Cuando el reportero de EL MUNDO Julio Fuentes fue asesinado en Afganistán, CNN Plus la mandó a la sede de este periódico, donde ese día no dejaron entrar a las cámaras. Ella logró colarse nadie sabe cómo e insistió en entrevistar al director. Mientras se empeñaba en lograrlo con esa tozudez que la caracteriza, sufrió un desmayo porque no había comido. Le dieron un bocadillo y una bebida para reanimarla.
La cadena de noticias le inoculó el virus de la televisión y la hizo consciente de la fuerza de su propia imagen. Empezó a frecuentar el ambiente periodístico madrileño, a comer y a cenar con compañeros, a interesarse por una atmósfera de glamour desconocida en su primera vida. Para ello tuvo que romper amarras con el pasado.
El matrimonio con el profesor de Literatura se fue a pique poco más de un año después de casarse en el Ayuntamiento de Almendralejo.Sus padres se separaron al día siguiente de una boda que fue muy animada.
La niña Letizia siempre tuvo admiración por su padre, Jesús Ortiz.Personas que la ayudaron a sobrellevar el trance del final de su matrimonio aseguran que ella se sintió muy culpable de la ruptura. «Soy una idiota, me he cargado mi matrimonio». Los mismos interlocutores -que como todos los consultados para este reportaje han pedido el anonimato- explican que ella quería mucho a su marido. No desaprovechaba ocasión cuando conocía a algún escritor o editor para mandarle la obra completa de Alonso y pedirle ayuda para darla a conocer.
La pareja era complementaria. Ella, nerviosa. El, tranquilo.Ella siempre agobiada. El, un ratón de biblioteca. Ella, periodista.El, novelista. Ella, fascinada por el mundo intelectual. El, orgulloso de leer con y para ella. Ella, con una mentalidad casi quinceañera. El, en plena madurez.
La televisión acabó con la Elisa Doolitle de Pygmalión y nació una estrella. El tópico puede llevar a la conclusión de que fue ella quien le dejó a él. Sin embargo, los espectadores del final de la relación señalan que es al contrario, que Alonso no soportaba más esa clase se vida. El quería tener hijos y ella no. «Es más fácil -opinan sus amigos- que su matrimonio con el Príncipe sea un éxito a que lo fuera la boda de una periodista como ella con un profesor de instituto».
Nunca -al menos hasta ahora- se conformó con lo que el destino puso en su camino. Aspirar a lo más alto y buscar la excelencia.Eso es lo que hizo Letizia en sus dos vidas anteriores a la transfiguración del Día de Todos los Santos.
Quienes la conocen consideran que el calificativo de «ambiciosa» -en su acepción de trepa- que se le ha aplicado no le hace justicia.No cabe encontrar una periodista de televisión de 30 años que no tenga ambición. Pero lo suyo era otra cosa. Y seguramente le venía de familia.
Su madre, Paloma Rocasolano, es enfermera, pero siempre quiso un futuro más elevado para sus hijas. Para empezar, les puso unos nombres nada corrientes: Letizia, Telma y Erika. La futura Príncesa de Asturias -muy parecida a su madre en carácter- fue la mayor y nació el 15 de septiembre de 1972 bajo el signo de Virgo.
«Los Virgo tienen un espíritu muy alto, saben apuntar muy bien para lograr sus objetivos. Tienen el don de la palabra, les suelen atraer las personas con poder y creatividad. Tienen un deseo de perfección y pureza en todo lo que realizan». Como puro Virgo, la huida de la vulgaridad, la aspiración a cotas superiores fue una constante en las vidas de Letizia.
Para una aplicada alumna -de notable- del Instituto Ramiro de Maeztu, aficionada a la lectura, nada podría ser más elevado que un profesor culto y novelista. Para una presentadora de noticias de una cadena como CNN Plus que veían cuatro gatos, la mayor aspiración era llegar a la millonaria audiencia de TVE.
Dicho y hecho. Letizia preparó un video con su trabajo y lo envió al director de Informativos de TVE, Alfredo Urdaci. «Tienes que verla, es magnífica», le dijo al entonces director general de RTVE, Javier González Ferrari. Lo visionaron juntos y Ferrari exclamó:
-«Esta chica es un tiro, se come la cámara. Contrátala».
Sus jefes de CNN Plus no intentaron retenerla. Diríase que en el fondo respiraron aliviados. Porque Letizia -ya en el Olimpo- no era una persona de carácter fácil cuando parecía de carne y hueso. «Meticulosa, perfeccionista, pesada, nerviosa, fría, parlanchina, curiosa, inquietante, ordenada, testaruda, coqueta, agobiante, seductora, encantadora, vanidosa, calculadora, arriesgada, elegante, sobrada». Todos estos adjetivos vienen a la mente de sus amigos y conocidos a la hora de definirla.
«Sabía dorar la píldora», dice uno. «Siempre caminó tres palmos por encima del suelo», asegura otro. «Se la está presentando como lo que no era. No era una periodista de raza, aunque sí tenía un porte majestuoso», señala un tercero.
Qué fácil hablar ahora de su nimbo principesco. Pero muchos testimonios coinciden en que Letizia se consideraba «de otra pasta»: «Si no fuera porque es imposible, diría que la han estado preparando para esto durante 5 años». Este rasgo principesco de su carácter, que le puede ser muy útil en su tercera vida palaciega, la hizo algo antipática para algunos de sus compañeros. Ella no hablaba con cualquiera. Técnicos de sonido y cámaras, así como algunos redactores, dan cuenta de que se comportaba como un ser superior.
En los pasillos de RTVE, muchos la apodaron Letizia La Ficticia.Bajo esa majestuosa capa se esconde, de acuerdo con las opiniones recabadas, una inseguridad poco visible en la superficie y una cierta zozobra emocional. «No es una persona tan segura como parece».
Una vez en la cadena pública, donde la destinaron a presentar Informe Semanal, Letizia entró en un círculo más selecto. Conoció a personas más importantes y siguió estableciendo amistades con todos los profesionales interesantes que le salían al encuentro.
Su vida social era muy intensa. Logró también hacerse un hueco en uno de los trabajos más difíciles que existen en televisión: los llamados directos, que consisten en ir a los lugares donde se producen las noticias más destacadas para entrar en los telediarios.
Fue poco antes de viajar a Galicia y poco después de volver de Nueva York del Aniversario del 11-S cuando la futura Princesa de Asturias conoció a su prometido. Hace ahora un año, cenando en casa de un periodista -como no podía ser de otro modo- famoso, Pedro Erquicia, en presencia de otros profesionales del medio no menos conocidos.
«Lo que no podía imaginarme es que Letizia hubiera llegado al entorno del Príncipe», señala un ex jefe. La velada ha dado pie incluso a que muchos especulen sobre si se trató de una casualidad o alguien lo había preparado para que los novios se conocieran.Fue lo primero. Se cayeron bien, hablaron mucho, pero nada más.
Entonces Letizia estaba saliendo con un periodista de CNN Plus, David Tejera. Por esas fechas, ya la pareja no pasaba por sus mejores momentos. La Guerra de Irak fue la fecha mágica. Sólo el Príncipe y su prometida saben días y circunstancias, pero la relación se estrechó cuando el mundo temblaba.
Lo sabemos porque hasta ese momento, tras el viaje que realizó al cuartel general de las tropas españolas en Irak, Letizia no se comportaba como si tuviera novio formal. Los mensajes que enviaba a través del móvil, a los que era muy aficionada como toda España, eran los de siempre. «¿Qué tal lo he hecho?». «Tienes que verme hoy, a ver qué te parece el directo». «¿Cómo me has visto?». «¿Daba bien?». O sea, preocupada como siempre por la admiración y el reconocimiento de los demás.
Cuando volvió de Irak su actitud cambió. No dejó de cenar, comer e ir a fiestas de amigos, pero ya no era la misma. Se levantaba muchas veces de la mesa para atender las múltiples llamadas recibidas en su teléfono móvil. Todo el mundo dedujo que tenía novio. «Nunca la había visto tan feliz».
El primer viernes del mes de junio, un conocido le envió un mensaje diciéndole que tenía que contarle «muchas cosas». «Me voy de finde, yo también tengo muchas cosas que contarte», respondió ella.
Periodo de prueba
Fue en este momento cuando sus aspiraciones a lo más alto se vieron colmadas, personal y profesionalmente. Supo que presentaría el Telediario en verano. Un periodo de prueba, ya que el director de Informativos había decidido que la temporada 2003-2004 sería su pareja en el TD-2. Le subieron el sueldo, no muy elevado, cosa que le vino de maravilla porque así pudo ayudar económicamente a su familia.
Todas estas circunstancias han disparado los rumores -medios de comunicación, despachos oficiales, bares y restaurantes han sido esta semana un inmenso patio de vecindad- sobre si su ascenso profesional tenía algo que ver con su relación con el Príncipe.Distintos responsables aseguran que en modo alguno, que los directivos de TVE no supieron nada hasta el día antes, digan lo que digan ahora.
El Príncipe confirmó durante la petición de mano celebrada en el Palacio de El Pardo que su noviazgo comenzó en primavera.
Inmediatamente antes y después de las vacaciones de verano, Letizia ya comunicó a un puñado de selectas amigas que salía con el Príncipe.Incluso Don Felipe se incorporó a la sobremesa de una cena celebrada en junio.
Los amigos del Príncipe también sabían de esta relación, aunque algunos de ellos no le auguraron mucho futuro. Ya en septiembre, sin detener su intensa vida social de fiestas y cenas en casa de amigos, Letizia empezó a hablar de forma enigmática sobre la identidad de su «chico». «Ya verás cuando te enteres», «Tengo que hablar contigo de un problema gordísimo», «Ya te contaré, ahora no puedo». Y así.
Hasta el último momento ocultó la noticia. El viernes por la noche mucha gente la llamó porque Terelu Campos, en Telemadrid, había dado su nombre. «No os fiéis de la Prensa rosa», les contestó.Desde entonces, apagón.
El Día de todos los Santos, ante el pasmo de todos los que la conocían, la periodista comenzó su tercera vida ascendiendo al cielo sin dejar de estar en la tierra. Las personas que han sido entrevistadas para este reportaje han hablado de ella en pasado.Como si hubiera desaparecido del mundo de los vivos. «Es que ha desaparecido de nuestro mundo, no creo que nunca volvamos a verla, y es lógico que así sea. Somos conscientes de cómo funcionan las cosas ahí arriba, si fuéramos abogados sería otra cosa, pero somos periodistas».
Distintas fuentes consultadas por este periódico aseguran que el anuncio no estaba previsto para la fecha en la que se produjo.Hasta los despachos del Gobierno habían llegado noticias de que para Navidades habría anuncio sobre el futuro del Príncipe heredero.
Cómo y por qué se extendió el rumor es una de las muchas incógnitas de esta historia. Pero quienes saben del asunto están convencidos de que la noticia del compromiso se improvisó ante el temor a que el rumor de las relaciones de Letizia con el Príncipe impidiera la boda, como sucedió en el caso de Eva Sannum.
El propio Don Felipe admitió el jueves durante la petición de mano: «Hubiéramos necesitado más tiempo para preparar todo esto».
La primera comparecencia de los novios, el lunes 3 en la casa del heredero en La Zarzuela fue improvisada. No había plan de medios. Cualquier experto en imagen habría desautorizado la aparición de un Príncipe y su novia de noche, con las connotaciones de furtividad que ello comporta. El hecho de que aún no se haya fijado la fecha concreta del enlace, a diferencia de lo que sucedió en el caso de las Infantas, es otro dato.
El Príncipe -feliz como nunca se le ha visto- parece haber tomado las riendas de su vida para preparar su reinado. El martes, una vez anunciado su compromiso, Don Felipe recibió en audiencia al presidente del Banco Central de Argentina en su propia residencia y no en la de los Reyes, como es habitual.
El huracán Letizia barre España de Sur a Norte y de Este a Oeste.Hace una semana que sus compañeros y amigos creen que todo es un sueño. Sabemos dónde estudió, a qué parque la llevaba su abuela en Oviedo, han hecho declaraciones su quiosquero, la vecina del cuarto, su profesora de párvulos, los abuelos...
Cualquiera que se haya cruzado con ella por la calle era amigo suyo de toda la vida. Los ex de Letizia y sus familias están siendo víctimas de un acoso insoportable. La vida de quien ya es Doña y en verano será Princesa de Asturias está siendo sometida a un escrutinio que no lo resistiría ni la Madre Teresa de Calcuta.
Sin tener en cuenta que no hay nada en su biografía que no lo haya en la de cualquier periodista de televisión de 31 años.En el Palacio de la Zarzuela no se habla de pasado, sino de futuro, de un «eslabón más de la dinastía» reinante, como dijo el Príncipe.A sus 35 años -cumplirá 36 en enero-, impelido a casarse con urgencia por razones de Estado, el Heredero logrará casarse con una mujer de la que está enamorado. Tal vez eso explique la premura de anunciar su compromiso matrimonial tras sólo seis meses de noviazgo.
Sin embargo, la España oficial está igual de conmocionada -o más- que los compañeros de Letizia. Por una parte, los gobernantes respiraron tranquilos. La Monarquía como símbolo de la unidad de España se hacía más fuerte. Hay respeto por la decisión del Príncipe, sí, pero también preocupación en las altas esferas por el futuro a medio y largo plazo.
La profesionalidad de la prometida, su perfecta dicción y dominio de la escena, su atractivo físico y la imagen de modernidad que transmite -opina un alto cargo- «la convertirán en un fenómeno mediático a corto plazo, las historias de amor y los cuentos de hadas apasionan a los españoles y, sobre todo, a las españolas.Pero se trata de un cambio tan radical que puede afectar al futuro de la Monarquía. El manto mediático y social que cubría a los Reyes se ha terminado. Don Felipe y su prometida tendrán que ganarse el respeto, esperemos que salga bien». «Los monárquicos rezamos para que sea así», concluye.
Tal vez si escucharan a alguno de los que conocen a Letizia dormirían los monárquicos más tranquilos. «Lo hará de maravilla, es una mujer perfeccionista y profesional. Hará lo que se espera de ella. Desempeñará su función igual que acataba las directrices de los editores de los informativos que presentaba». Algunos consideran que su perfil puede parecerse al de la elegante y humanitaria Rania de Jordania. También Doña Letizia tiene obsesión por el conflicto de Oriente Próximo. «La gente la adorará, es una bruja que sabe cómo hacerse querer», asegura otro compañero.
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kolmiyo
Esta rumana dejo abandono el blog despues de poner verde a Letizia, que raro
http://lamasrumana.blogspot.com/
http://lamasrumana.blogspot.com/
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Invitado
Re: HEMEROTECA 09/11/2003
Las tres vidas de Letizia escribió:
Pero muchos testimonios coinciden en que Letizia se consideraba «de otra pasta»: «Si no fuera porque es imposible, diría que la han estado preparando para esto durante 5 años». Este rasgo principesco de su carácter, que le puede ser muy útil en su tercera vida palaciega, la hizo algo antipática para algunos de sus compañeros. Ella no hablaba con cualquiera. Técnicos de sonido y cámaras, así como algunos redactores, dan cuenta de que se comportaba como un ser superior.
En los pasillos de RTVE, muchos la apodaron Letizia La Ficticia.Bajo esa majestuosa capa se esconde, de acuerdo con las opiniones recabadas, una inseguridad poco visible en la superficie y una cierta zozobra emocional. «No es una persona tan segura como parece».
Una vez en la cadena pública, donde la destinaron a presentar Informe Semanal, Letizia entró en un círculo más selecto. Conoció a personas más importantes y siguió estableciendo amistades con todos los profesionales interesantes que le salían al encuentro.
que fuerte
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Angelita
FELIPE DE BORBÓN Y UNA CHICA DEL MONTÓN; EL ROYALITY SHOW
El anuncio de la boda real española tiene a todo vueltos locos. La prensa rosa con terreno llano para indagar y dar tribuna a quién quiera hablar acerca de la novia. Como nunca las fuentes habían estado más cerca…en los mismos periodistas.
En “el país con alma de portera”, como dicen en España, una chica de clase media, de padres trabajadores que la educaron en una escuela pública como cualquier hijo de vecino, apareció un día viernes de la mano de príncipe heredero que la presentaba ante la prensa como su prometida, la futura reina de España. Cinco millones de españoles siguieron la pedida de mano por televisión. Esa famosa en la que la debutante lanzó la célebre frase “¡Déjame hablar a mí! -con la energía de la clase media-alta y baja ibérica-, cuando el Príncipe intentó responder algo sobre la vida de su prometida.
Desde aquella histórica semana, a comienzos de noviembre, el país entero ha estado girando sólo sobre este tema. Los románticos, suspirando con la novela rosa que les ponen en las narices, aquella como sacada de cuento, en que el hermoso príncipe (¡por dios qué hermoso que es!) se enamora de una chica cualquiera, como tú o como yo. Entonces las madres de esta sociedad matriarcal suspiran pensando que podría haber sido su hija y las jóvenes especulan otro tanto. Los más politiqueros, elucubrando que esto fue una movida orquestada para desviar el conflicto vasco (una posible independencia en ciernes) que tiene al Estado Español en vilo y que entre el palacio de La Zarzuela y la Moncloa (casa de gobierno) habrían armado este “combo de la hispanidad” entre un Príncipe y una chica asturiana. Los apocalípticos vaticinan el fin de la monarquía ya que este enlace contradice la tradición y se suma a la saga de temblores que han afectado a tan rancia institución europea. Si recapitulamos, tenemos a la monarquía inglesa con el mayordomo de la princesa Diana publicando libros y hablando de un video en el que el príncipe Carlos estaría con pololo ocasional. Después, los de Mónaco con que Estefanía se casó con un cirquero, la futura reina de Holanda cuyo padre fue ministro durante la sangrienta dictadura militar argentina y que como condición no lo dejaron asistir a la boda. Ella, sumada a la novia del príncipe Federico de Dinamarca, a la reina de Suecia y a quien nos concierne, Letizia Ortiz, tienen en común ser la nueva generación, la de las plebeyas. Claro que Letizia suma otros porotos como un divorcio, dos convivencias y padres y abuelos divorciados. Y que su nombre se escribe con zeta no con ce, porque el funcionario del registro civil era italiano. Y cómo le explico esto a mi computador que, mientras escribo este artículo, auto corrige la zeta cada vez que escribo Letizia.
Entones en España siguen las reacciones. Los republicanos “cagándose en todo”, como es costumbres por estas latitudes. Algunos se ponen puristas y aportillan la legitimidad de la boda, no por ella, si no por él y por las leyes que definen esta Monarquía Constitucional, establecida por Franco. Existe una ley en la que prohíbe a los sucesores al trono desposar mujeres que no sean nobles. El rey Juan Carlos lo sabe de sobra ya que su padre, don Juan, quedó como sucesor al trono en el minuto que sus dos hermanos mayores renunciaron, uno por enamorarse de una cubana y el otro por ser sordomundo. Con las infantas se ha hecho la vista gorda con lo de las parejas nobles y ¡bravo por el basquetbolista! ¡Urra por Marichalar!. Pero con el Príncipe, el hombre de 35 años, uno de los solteros más codiciados de Europa, aquel que lleva sus casi dos metros de estatura con elegancia y los decora con una sonrisa gentil y un par de ojos hermosos, la cosa es distinta. Será el rey de España y su esposa, la reina.
Desde hace un tiempo circula por internet el siguiente comunicado:
“Tras comprobar que ni el llamado ecosistema mediático, ni el stablishment institucional, se va a rebelar contra el atropello que, con la presunta bendición de todos los españoles, se va a perpetrar contra el pueblo, el sistema y nuestra inteligencia -individual y colectiva-, un grupo de españoles hemos decidido conformarnos como think tank sobre este asunto bajo el nombre del PALO (Plataforma Anti Letizia Ortiz)… No nos engañemos, S.A.R. El Príncipe de Asturias es una figura encarnada en Felipe de Borbón Grecia que es una persona, y de ahí todo el problema. El dinero que todos los españoles hemos invertido en que fuera el Príncipe heredero más formado de Europa, que conociera todo y a todos no sólo no ha sido suficiente, sino que ha resultado contraproducente porque ha conocido a todas y… se ha enamorado: “…comunicaros… lo enamorado que estoy de Letizia”. ALTEZA: Y A MI QUÉ ME IMPORTA (Señor, se ha puesto a la altura de los ex concursantes de Gran Hermano en tómbola- claro que eso vende en la Opinión pública…). Ha invertido 17 o 18 años en formarse y buscar a una mujer que fuera la futura Reina de España y Letizia Ortiz es la opción que a SAR le parece mejor… EL PALO TIENE Y TENDRÁ MÁS COSAS QUE DECIR PORQUE ESTO ACABA DE EMPEZAR … Y YA VEREMOS CÓMO ACABA.”
EL HOMBRE ABREVIADO EN LA SENDA DE LOS LOCOS
Recordemos que las anteriores novias (reconocidas oficialmente y las no) fueron objeto de críticas y comidillo de la prensa rosa. Las más conocidas: Isabel Sartorus y Eva Sanum. La primera fue objeto de un escándalo mediático y reaccionario que llevó al fin de la relación por el terrible pecado que sus padres estuviesen divorciados. La segunda, por ser modelo y plebeya…“too much”. Entonces, el anuncio real del 1 de noviembre, fue un schock para todos. La elegida es una conocida presentadora del noticiario de la tarde, una joven guapa y exitosa periodista que ha hecho una carrera impecable, una suerte de Consuelo Saavedra ibérica. Que como toda mujer de 31 años tiene su pasado. Y que daría lo mismo pero se le ocurrió ser reina.
A parte de los periódicos más tradicionales, en España hay una gran industria de prensa rosa o del corazón. Hay instituciones, como la revista HOLA, que siempre ha estado en gracia con la familia real. Pero además hay un sin fin de revistas con anuncios de star- sistem criollo, que no difiere mucho del nuestro con la diferencia que aquí hay una amplia y específica industria para ellos. Entonces las portadas de “Me Separé de Dominguín el Torero Porque Estaba Harta y Sólo Él Sabe Por qué”, son pan de cada día. La televisión y sus programas de media mañana, medio día y media tarde, sumados a los estelares nocturnos llenos de vulgaridades y cagüines de lo más bajos, son de los top ten más repugnantes y culebreros del mundo. Sin duda alguna. Nuestra televisión y el reciente destape es solo una niña de pecho. Aquí, alguien por revelar un secreto se forra de millones.
Actualmente el España se ha echado a correr el rumor que se ofrecen 600 mil euros por alguna fotografía o video del primer matrimonio de Letizia Ortiz con el profesor de escuela y novelista Alfonso Guerrero. El alcalde del pueblo donde se casaron ha encerrado el acta matrimonial en una caja fuerte por temor que algún funcionario se deje coimear. El acoso al que ha estado sometido su ex marido resulta terrible cuando se revela que el hombre de 41 años con quien mantuvo una relación de 10 años y tan sólo uno de matrimonio, es un intelectual de vida retirada y tranquila, que por estos días lo está pasando pésimo. Paparazzis lo persiguen y lo acosan en cada minuto de su tranquila y silenciosa vida. Hasta un vecino le saca fotos y se las ofrece a los periodistas. Pero Guerrero no es nada parecido a los mayordomos de Lady D, no quiere hablar y no hablará porque como él dijo en la única entrevista que ha concedido:
- “Es terrible. Me están bombardeando con algo que a mí ni me va ni me viene. No voy a hablar ni ahora ni más adelante de mi vida personal. Sólo espero que todo esto no interfiera en el futuro de mi obra ni de mi imagen como escritor”.
Su libro “El Hombre Abreviado”, está dedicado a Letizia y fue publicado cuatro meses antes del enlace. Tuvo muy buena crítica y poca venta pero hoy por hoy se han agotado todos los ejemplares existentes y la editorial ha anunciado reediciones.
No sólo eso, el número de la lotería de Navidad 22504 está prácticamente agotado. Corresponde a la fecha de la boda real, el 22 de mayo del año próximo.
También su ex pareja, el periodista de CNN+, David Tejero, autor de otro libro “En la Senda de los Locos”, se ha negado tajantemente a hablar. “Es que vivieron juntos hasta mayo más o menos. Al parecer Letizia “simultaneó” con él y el Príncipe ”, cuenta un ex colega de Televisión Española (TVE).
-¿Y que hay de eso que es anoréxica?
- Son sólo difamaciones. Yo he estado con ella, comiendo en el trabajo y se come la comida entera. Claro, va al gimnasio y se cuida, pero lo normal. Es una chica nerviosa pero no anoréxica.
-¿Es tan ambiciosa y trepadora como la pintan?
La verdad que nadie que ha dicho esos comentarios ha dado la cara. Ya sabes como es el ambiente periodístico. Ella es una chica muy maja y amable y sí, ambiciosa, pero como lo somos todos. Lo que pasa que en las mujeres eso está muy mal visto. Incluso han dicho que su fichaje en TVE ha sido una movida de Palacio, pero eso es muy falso porque estaban buscando gente aquí y Letizia lo hacía divinamente. Ocurre que estaba en la primera línea de las noticias y eso choca para lo que quedaron atrás.
-¿Sospechaban ustedes del romance con el Príncipe?
Había rumores, pero nada claro. Incluso unos colegas se la encontraron en una discotheque en Madrid y estaba con el Príncipe y cuándo le preguntaron qué hacía con él ella contestó. “Pues nada, que se nos ha pegado”. Y cuando los rumores empezaron a crecer ella no hacía nada por desmentirlo, medio lo avivaba y decía “¿en serio dicen eso?” y se reía. Y cuando ya la cosa se hizo imposible tuvieron que anunciarlo. Imagínate con todo el escándalo que se ha armado en cada relación del Príncipe, si es que hubiesen anunciado romance y esperado…los destruyen.
El “efecto Letizia” ha sido más fuerte de lo común porque gran parte de las fuentes cercanas de todo lo que se ha dicho sobre ella han sido periodistas, es decir, profesionales que saben indagar, y muchos están ávidos de nuevos escándalos. Desde sus compañeros de la facultad de Periodismo de la Universidad Complutense hasta todos aquellos con los que se relacionó de alguna otra forma a lo largo de su carrera. Conseguir a alguien que diga algo acerca de ella es pan comido. Ver si eso es verdad o mentira, es más difícil. Nadie que hable mal de ella quiere dar su nombre. Por ello, una ex compañera de facultad incluso me pide que ella me devolverá el llamado desde otro teléfono. “Letizia era del grupo de amigos de la facultad. Éramos como trece y hoy en día nadie tiene contacto con ella. Nos hemos desilusionado. No es una persona de la que hay que fiarse ni en la intimidad ni en lo profesional”.
¿Por qué?
-Por ejemplo, si a ti te gustaba un chico y se lo contabas, ella pasaba de ti y le coqueteaba. Lo mismo en lo profesional. Pasaba por encima de todos para lograr lo que quería. No es una tía legal, es prepotente, altiva y muy protagonista. Es una trepadora.
-¿Y anoréxica?
No, está mucho más delgada que antes pero no es anoréxica.
-¿Y por qué estás hablando de ella, qué te aporta este tema?
- ¡Pues nada! Es que me jode toda esta mentira en la que le han vendido la historia a la gente.
-Bueno, quizás no eran tan amigas…
Es que nadie sabe realmente cómo es ella.
- ¿Y ella es de izquierdas?
-Que sí, es lo que se conoce como una mujer de izquierdas, socialista, agnóstica, republicana y liberal.
Lo de “Letizia la ficticia” nació de una conocido mote a una animadora de programas infantiles medio pilucha (“guarra” como dicen aquí) que ha hecho carrera en la prensa del corazón. Así le dicen a ella y así le ponen a la novia del Príncipe.
La familia de Letizia Ortiz conforma el 0,25% de los Ortices del país. Es el 34º apellido más popular de España. Su padre, periodista, su madre, enfermera sindicalista están divorciados hace unos años. Su abuelo materno es un taxista retirado y su abuela ama de casa. Todas estas personas y muchas otras que han sido afectadas por este fenómeno y deberán cambiar su forma de vida y de relacionarse por la avidez de rumores y sensacionalismo que rodea a esta historia. Todo español ha estado jugando al vínculo cercano con Letizia Ortiz; las que iban a su peluquería, las que conocen a un maquillador de TVE, al bar donde iba el padre.
Para esta familia, mayoritariamente republicana, el anuncio no cayó del cielo. Según una ex colega, Letizia suele decir “¡es que yo soy más bruta que un arado!”, y ahora lleva semanas de encierro en la Zarzuela aprendiendo protocolo desde que hiciera callar al Príncipe.
Algún cronista la llamó El Caballo de Troya, que en su interior estarían los republicanos. “Habéis oído bien, nuestro gran escritor liberal, el demócrata republicano censurado por Fernando VII, está ya en la Zarzuela. Ortiz ha utilizado un ejemplar de El doncel de don Enrique el Doliente”. Esta obra, que por ahora se encuentra agotada en todas las librerías por que se ha convertido en le regalo estrella de las navidades, es el regalo que Ortiz le hizo al príncipe llamándolo “una joya literaria”. El autor, Mariano José de Larra, uno de los clásicos de la literatura española es autor de frases liberales como: “Tolerancia y libertad de conciencia; libertad civil; igualdad completa ante la ley e igualdad que abra la puerta a los cargos públicos para los hombres todos, según su idoneidad, y sin necesidad de otra aristocracia que la del talento, la virtud y el mérito; y libertad absoluta de pensamiento escrito”.
Además de replantearse sus posiciones políticas, Letizia Ortiz va a tener que replantearse las religiosas y aplicar el consabido “Madrid bien vale una misa” para casarse en la catedral de la Almudena. Su suegra ya tuvo que hacerlo y dejar su religión ortodoxa y convertirse al catolicismo para que Franco le diera el vamos.
Por lo pronto el royality show continúa y los vecinos de palacio y la catedral está negociando el alquiler de sus balcones hasta en seis mil euros para el día de la boda. Tele 5, un canal español querellándose contra TVE por transmitir en exclusiva las imágenes de la pedida de mano y los programas del corazón entrevistando entre otros, a las profesoras de educación básica, la florista que le hizo el ramo en su primer matrimonio y mostrando la cama donde pasó la noche de bodas. El rey Juan Carlos, comiéndose el consejo que algún día dijera a su hijo: “que nadie diga nunca he dormido con la reina”. Y el ex marido, silencioso, recibe mensajes alentadores de sus alumnos: «Desde aquí quiero darle mi apoyo y el del resto de los compañeros del instituto, que le admiramos. Suerte, Alonso, y te compadezco por lo que, sin comerlo ni beberlo, te ha tocado».
http://angelita.action.at/?p=9
El anuncio de la boda real española tiene a todo vueltos locos. La prensa rosa con terreno llano para indagar y dar tribuna a quién quiera hablar acerca de la novia. Como nunca las fuentes habían estado más cerca…en los mismos periodistas.
En “el país con alma de portera”, como dicen en España, una chica de clase media, de padres trabajadores que la educaron en una escuela pública como cualquier hijo de vecino, apareció un día viernes de la mano de príncipe heredero que la presentaba ante la prensa como su prometida, la futura reina de España. Cinco millones de españoles siguieron la pedida de mano por televisión. Esa famosa en la que la debutante lanzó la célebre frase “¡Déjame hablar a mí! -con la energía de la clase media-alta y baja ibérica-, cuando el Príncipe intentó responder algo sobre la vida de su prometida.
Desde aquella histórica semana, a comienzos de noviembre, el país entero ha estado girando sólo sobre este tema. Los románticos, suspirando con la novela rosa que les ponen en las narices, aquella como sacada de cuento, en que el hermoso príncipe (¡por dios qué hermoso que es!) se enamora de una chica cualquiera, como tú o como yo. Entonces las madres de esta sociedad matriarcal suspiran pensando que podría haber sido su hija y las jóvenes especulan otro tanto. Los más politiqueros, elucubrando que esto fue una movida orquestada para desviar el conflicto vasco (una posible independencia en ciernes) que tiene al Estado Español en vilo y que entre el palacio de La Zarzuela y la Moncloa (casa de gobierno) habrían armado este “combo de la hispanidad” entre un Príncipe y una chica asturiana. Los apocalípticos vaticinan el fin de la monarquía ya que este enlace contradice la tradición y se suma a la saga de temblores que han afectado a tan rancia institución europea. Si recapitulamos, tenemos a la monarquía inglesa con el mayordomo de la princesa Diana publicando libros y hablando de un video en el que el príncipe Carlos estaría con pololo ocasional. Después, los de Mónaco con que Estefanía se casó con un cirquero, la futura reina de Holanda cuyo padre fue ministro durante la sangrienta dictadura militar argentina y que como condición no lo dejaron asistir a la boda. Ella, sumada a la novia del príncipe Federico de Dinamarca, a la reina de Suecia y a quien nos concierne, Letizia Ortiz, tienen en común ser la nueva generación, la de las plebeyas. Claro que Letizia suma otros porotos como un divorcio, dos convivencias y padres y abuelos divorciados. Y que su nombre se escribe con zeta no con ce, porque el funcionario del registro civil era italiano. Y cómo le explico esto a mi computador que, mientras escribo este artículo, auto corrige la zeta cada vez que escribo Letizia.
Entones en España siguen las reacciones. Los republicanos “cagándose en todo”, como es costumbres por estas latitudes. Algunos se ponen puristas y aportillan la legitimidad de la boda, no por ella, si no por él y por las leyes que definen esta Monarquía Constitucional, establecida por Franco. Existe una ley en la que prohíbe a los sucesores al trono desposar mujeres que no sean nobles. El rey Juan Carlos lo sabe de sobra ya que su padre, don Juan, quedó como sucesor al trono en el minuto que sus dos hermanos mayores renunciaron, uno por enamorarse de una cubana y el otro por ser sordomundo. Con las infantas se ha hecho la vista gorda con lo de las parejas nobles y ¡bravo por el basquetbolista! ¡Urra por Marichalar!. Pero con el Príncipe, el hombre de 35 años, uno de los solteros más codiciados de Europa, aquel que lleva sus casi dos metros de estatura con elegancia y los decora con una sonrisa gentil y un par de ojos hermosos, la cosa es distinta. Será el rey de España y su esposa, la reina.
Desde hace un tiempo circula por internet el siguiente comunicado:
“Tras comprobar que ni el llamado ecosistema mediático, ni el stablishment institucional, se va a rebelar contra el atropello que, con la presunta bendición de todos los españoles, se va a perpetrar contra el pueblo, el sistema y nuestra inteligencia -individual y colectiva-, un grupo de españoles hemos decidido conformarnos como think tank sobre este asunto bajo el nombre del PALO (Plataforma Anti Letizia Ortiz)… No nos engañemos, S.A.R. El Príncipe de Asturias es una figura encarnada en Felipe de Borbón Grecia que es una persona, y de ahí todo el problema. El dinero que todos los españoles hemos invertido en que fuera el Príncipe heredero más formado de Europa, que conociera todo y a todos no sólo no ha sido suficiente, sino que ha resultado contraproducente porque ha conocido a todas y… se ha enamorado: “…comunicaros… lo enamorado que estoy de Letizia”. ALTEZA: Y A MI QUÉ ME IMPORTA (Señor, se ha puesto a la altura de los ex concursantes de Gran Hermano en tómbola- claro que eso vende en la Opinión pública…). Ha invertido 17 o 18 años en formarse y buscar a una mujer que fuera la futura Reina de España y Letizia Ortiz es la opción que a SAR le parece mejor… EL PALO TIENE Y TENDRÁ MÁS COSAS QUE DECIR PORQUE ESTO ACABA DE EMPEZAR … Y YA VEREMOS CÓMO ACABA.”
EL HOMBRE ABREVIADO EN LA SENDA DE LOS LOCOS
Recordemos que las anteriores novias (reconocidas oficialmente y las no) fueron objeto de críticas y comidillo de la prensa rosa. Las más conocidas: Isabel Sartorus y Eva Sanum. La primera fue objeto de un escándalo mediático y reaccionario que llevó al fin de la relación por el terrible pecado que sus padres estuviesen divorciados. La segunda, por ser modelo y plebeya…“too much”. Entonces, el anuncio real del 1 de noviembre, fue un schock para todos. La elegida es una conocida presentadora del noticiario de la tarde, una joven guapa y exitosa periodista que ha hecho una carrera impecable, una suerte de Consuelo Saavedra ibérica. Que como toda mujer de 31 años tiene su pasado. Y que daría lo mismo pero se le ocurrió ser reina.
A parte de los periódicos más tradicionales, en España hay una gran industria de prensa rosa o del corazón. Hay instituciones, como la revista HOLA, que siempre ha estado en gracia con la familia real. Pero además hay un sin fin de revistas con anuncios de star- sistem criollo, que no difiere mucho del nuestro con la diferencia que aquí hay una amplia y específica industria para ellos. Entonces las portadas de “Me Separé de Dominguín el Torero Porque Estaba Harta y Sólo Él Sabe Por qué”, son pan de cada día. La televisión y sus programas de media mañana, medio día y media tarde, sumados a los estelares nocturnos llenos de vulgaridades y cagüines de lo más bajos, son de los top ten más repugnantes y culebreros del mundo. Sin duda alguna. Nuestra televisión y el reciente destape es solo una niña de pecho. Aquí, alguien por revelar un secreto se forra de millones.
Actualmente el España se ha echado a correr el rumor que se ofrecen 600 mil euros por alguna fotografía o video del primer matrimonio de Letizia Ortiz con el profesor de escuela y novelista Alfonso Guerrero. El alcalde del pueblo donde se casaron ha encerrado el acta matrimonial en una caja fuerte por temor que algún funcionario se deje coimear. El acoso al que ha estado sometido su ex marido resulta terrible cuando se revela que el hombre de 41 años con quien mantuvo una relación de 10 años y tan sólo uno de matrimonio, es un intelectual de vida retirada y tranquila, que por estos días lo está pasando pésimo. Paparazzis lo persiguen y lo acosan en cada minuto de su tranquila y silenciosa vida. Hasta un vecino le saca fotos y se las ofrece a los periodistas. Pero Guerrero no es nada parecido a los mayordomos de Lady D, no quiere hablar y no hablará porque como él dijo en la única entrevista que ha concedido:
- “Es terrible. Me están bombardeando con algo que a mí ni me va ni me viene. No voy a hablar ni ahora ni más adelante de mi vida personal. Sólo espero que todo esto no interfiera en el futuro de mi obra ni de mi imagen como escritor”.
Su libro “El Hombre Abreviado”, está dedicado a Letizia y fue publicado cuatro meses antes del enlace. Tuvo muy buena crítica y poca venta pero hoy por hoy se han agotado todos los ejemplares existentes y la editorial ha anunciado reediciones.
No sólo eso, el número de la lotería de Navidad 22504 está prácticamente agotado. Corresponde a la fecha de la boda real, el 22 de mayo del año próximo.
También su ex pareja, el periodista de CNN+, David Tejero, autor de otro libro “En la Senda de los Locos”, se ha negado tajantemente a hablar. “Es que vivieron juntos hasta mayo más o menos. Al parecer Letizia “simultaneó” con él y el Príncipe ”, cuenta un ex colega de Televisión Española (TVE).
-¿Y que hay de eso que es anoréxica?
- Son sólo difamaciones. Yo he estado con ella, comiendo en el trabajo y se come la comida entera. Claro, va al gimnasio y se cuida, pero lo normal. Es una chica nerviosa pero no anoréxica.
-¿Es tan ambiciosa y trepadora como la pintan?
La verdad que nadie que ha dicho esos comentarios ha dado la cara. Ya sabes como es el ambiente periodístico. Ella es una chica muy maja y amable y sí, ambiciosa, pero como lo somos todos. Lo que pasa que en las mujeres eso está muy mal visto. Incluso han dicho que su fichaje en TVE ha sido una movida de Palacio, pero eso es muy falso porque estaban buscando gente aquí y Letizia lo hacía divinamente. Ocurre que estaba en la primera línea de las noticias y eso choca para lo que quedaron atrás.
-¿Sospechaban ustedes del romance con el Príncipe?
Había rumores, pero nada claro. Incluso unos colegas se la encontraron en una discotheque en Madrid y estaba con el Príncipe y cuándo le preguntaron qué hacía con él ella contestó. “Pues nada, que se nos ha pegado”. Y cuando los rumores empezaron a crecer ella no hacía nada por desmentirlo, medio lo avivaba y decía “¿en serio dicen eso?” y se reía. Y cuando ya la cosa se hizo imposible tuvieron que anunciarlo. Imagínate con todo el escándalo que se ha armado en cada relación del Príncipe, si es que hubiesen anunciado romance y esperado…los destruyen.
El “efecto Letizia” ha sido más fuerte de lo común porque gran parte de las fuentes cercanas de todo lo que se ha dicho sobre ella han sido periodistas, es decir, profesionales que saben indagar, y muchos están ávidos de nuevos escándalos. Desde sus compañeros de la facultad de Periodismo de la Universidad Complutense hasta todos aquellos con los que se relacionó de alguna otra forma a lo largo de su carrera. Conseguir a alguien que diga algo acerca de ella es pan comido. Ver si eso es verdad o mentira, es más difícil. Nadie que hable mal de ella quiere dar su nombre. Por ello, una ex compañera de facultad incluso me pide que ella me devolverá el llamado desde otro teléfono. “Letizia era del grupo de amigos de la facultad. Éramos como trece y hoy en día nadie tiene contacto con ella. Nos hemos desilusionado. No es una persona de la que hay que fiarse ni en la intimidad ni en lo profesional”.
¿Por qué?
-Por ejemplo, si a ti te gustaba un chico y se lo contabas, ella pasaba de ti y le coqueteaba. Lo mismo en lo profesional. Pasaba por encima de todos para lograr lo que quería. No es una tía legal, es prepotente, altiva y muy protagonista. Es una trepadora.
-¿Y anoréxica?
No, está mucho más delgada que antes pero no es anoréxica.
-¿Y por qué estás hablando de ella, qué te aporta este tema?
- ¡Pues nada! Es que me jode toda esta mentira en la que le han vendido la historia a la gente.
-Bueno, quizás no eran tan amigas…
Es que nadie sabe realmente cómo es ella.
- ¿Y ella es de izquierdas?
-Que sí, es lo que se conoce como una mujer de izquierdas, socialista, agnóstica, republicana y liberal.
Lo de “Letizia la ficticia” nació de una conocido mote a una animadora de programas infantiles medio pilucha (“guarra” como dicen aquí) que ha hecho carrera en la prensa del corazón. Así le dicen a ella y así le ponen a la novia del Príncipe.
La familia de Letizia Ortiz conforma el 0,25% de los Ortices del país. Es el 34º apellido más popular de España. Su padre, periodista, su madre, enfermera sindicalista están divorciados hace unos años. Su abuelo materno es un taxista retirado y su abuela ama de casa. Todas estas personas y muchas otras que han sido afectadas por este fenómeno y deberán cambiar su forma de vida y de relacionarse por la avidez de rumores y sensacionalismo que rodea a esta historia. Todo español ha estado jugando al vínculo cercano con Letizia Ortiz; las que iban a su peluquería, las que conocen a un maquillador de TVE, al bar donde iba el padre.
Para esta familia, mayoritariamente republicana, el anuncio no cayó del cielo. Según una ex colega, Letizia suele decir “¡es que yo soy más bruta que un arado!”, y ahora lleva semanas de encierro en la Zarzuela aprendiendo protocolo desde que hiciera callar al Príncipe.
Algún cronista la llamó El Caballo de Troya, que en su interior estarían los republicanos. “Habéis oído bien, nuestro gran escritor liberal, el demócrata republicano censurado por Fernando VII, está ya en la Zarzuela. Ortiz ha utilizado un ejemplar de El doncel de don Enrique el Doliente”. Esta obra, que por ahora se encuentra agotada en todas las librerías por que se ha convertido en le regalo estrella de las navidades, es el regalo que Ortiz le hizo al príncipe llamándolo “una joya literaria”. El autor, Mariano José de Larra, uno de los clásicos de la literatura española es autor de frases liberales como: “Tolerancia y libertad de conciencia; libertad civil; igualdad completa ante la ley e igualdad que abra la puerta a los cargos públicos para los hombres todos, según su idoneidad, y sin necesidad de otra aristocracia que la del talento, la virtud y el mérito; y libertad absoluta de pensamiento escrito”.
Además de replantearse sus posiciones políticas, Letizia Ortiz va a tener que replantearse las religiosas y aplicar el consabido “Madrid bien vale una misa” para casarse en la catedral de la Almudena. Su suegra ya tuvo que hacerlo y dejar su religión ortodoxa y convertirse al catolicismo para que Franco le diera el vamos.
Por lo pronto el royality show continúa y los vecinos de palacio y la catedral está negociando el alquiler de sus balcones hasta en seis mil euros para el día de la boda. Tele 5, un canal español querellándose contra TVE por transmitir en exclusiva las imágenes de la pedida de mano y los programas del corazón entrevistando entre otros, a las profesoras de educación básica, la florista que le hizo el ramo en su primer matrimonio y mostrando la cama donde pasó la noche de bodas. El rey Juan Carlos, comiéndose el consejo que algún día dijera a su hijo: “que nadie diga nunca he dormido con la reina”. Y el ex marido, silencioso, recibe mensajes alentadores de sus alumnos: «Desde aquí quiero darle mi apoyo y el del resto de los compañeros del instituto, que le admiramos. Suerte, Alonso, y te compadezco por lo que, sin comerlo ni beberlo, te ha tocado».
http://angelita.action.at/?p=9
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María la polaca
kolmiyo escribió:Esta rumana dejo abandono el blog despues de poner verde a Letizia, que raro
http://lamasrumana.blogspot.com/
De raro nada. Está claro que su intención era desmaquillar a la entonces flamante prometida de Felipe. El tiempo no ha hecho más que corroborar lo que "María la rumana" escribió en su momento.
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marta
responder
que barbaridad crees que nos vamos a creer esta sarta de estupideces, se puede escribir llo que sea desde el anonimato 
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la verdad
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exilio
Yo creo que esa mujer es así pero solamente en su entorno laboral para que no le quiten el puesto, algo así como un mecanismo de autodefensa que algunos entienden mal y por eso cae mal. ¿Trepar? A casi todos les gusta trepar. Muchos que llaman trepas a otros, son trepas fustrados.
Pero hoy en día, ya no necesita pisar cabezas, como otra gente que si he conocido y que ha traicionado a "amigos" para pegarse la vida padre a costa del mediocre estado español que representa a la perfección lo que esa Maria La Rumana afirma.
Un estado español que reparte enchufes entre lameculos y adeptos al gobierno de turno y a una monarquia. Pero dentro de poco tiempo, eso va a pasar a la historia.
Pero hoy en día, ya no necesita pisar cabezas, como otra gente que si he conocido y que ha traicionado a "amigos" para pegarse la vida padre a costa del mediocre estado español que representa a la perfección lo que esa Maria La Rumana afirma.
Un estado español que reparte enchufes entre lameculos y adeptos al gobierno de turno y a una monarquia. Pero dentro de poco tiempo, eso va a pasar a la historia.