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[col]Ésta es la primera huelga general que vivo desde que pago IRPF. Ya no digo trabajar pues me da la sensación de que al final, lo único reseñable en nuestras vidas es que nacimos, cotizamos, nos reproducimos en cotizantitos y morimos pues dudo mucho que mi generación llegue a cobrar pensión alguna. Que quede constancia para mi esquela.
Esta mañana cuando he salido a correr, la movilización sindical apenas se notaba. La fila en la oficina regional de empleo tenía la longitud habitual y los trabajadores del Retiro se esmeraban en sus quehaceres. Incluso el exhibicionista que suele asaltarme cada día al amanecer ha hecho esta mañana lo propio. Aunque debía hacer una huelga de brazos caídos.[/table]
Mientras en Zarzuela, no hay actos. Tampoco estaban previstos. Parece que la Familia Real continuará trabajando en sus despachos. Imaginamos que Doña Letizia, sindicalista y liberada por parte materna, seguirá con interés particular el devenir de las protestas. Huelga usted mañana, debe pensar honrando a Larra, uno de sus escritores predilectos.
No en vano Larra es el autor de El doncel de don Enrique el Doliente, el libro que le regaló al Príncipe Felipe cuando se prometieron. Aquel día la Princesa de Asturias desterró de sus apariciones públicas ese carácter tan fuerte que se le atribuía cuando era periodista. Claro que ese halo de pretendida candidez, es más Méndez que otra cosa.
Aunque el sindicalismo, como el socialismo ya no es lo que era. Ni siquiera el ex presidente Felipe González, célebre fumador de puros cantaría ahora aquello de "Arriba Farias de la tierra…". Él claro como trabaja para el hombre más rico del mundo prefiere los Cohíba.
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[col]También muy cohibida ha de estar doña Letizia en su particular huelga de celo, la única protesta permitida en palacio. No me interpretéis mal. Pese a la proverbial fogosidad borbónica, con celo, me refiero al estricto cumplimiento de sus deberes principescos. “Trabajo por España, hija. Por España”, dicen que le explica a la Infantita Leonor.
Seguro que la Princesa Letizia, no confunde holgar con huelga ni ludico con Ludismo (el ataque a las máquinas) y creo que Doña Letizia es más Cándida que Toxa (o sea: tocha). Y si esto es cierto, la candidez debe adelgazar sobre todo si observamos la exigua figura letiziesca pese a su legendario apetito. [/table]
También el líder de UGT, se consume pese a su frenética ingesta en restaurantes de patronos.
Alguna vez me lo he cruzado dando buena cuenta de esa carne excelsa que se sirve en los asadores regentados por Miguel Ansorena que nada tiene que ver con los Ansorena que crearon la nueva tiara de doña Letizia, si bien no me importaría ver a la ver a la futura Reina de España coronada con ristras de esas chistorritas con las que Cándido teñía su barba jabalina de rojo. Al final todo se resume en eso. En chacinas.