LETIZIA Y RANIA
- sinquesirva deprecedente
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- Registrado: Vie 25 Jul, 2008 3:00 pm
¡Tiembla, Rania!
Amira Al Tawil es la esposa de príncipe Walid Bin Talal, de Arabia Saudí
De origen plebeyo, algunos la comparan con Kate Middleton
Usa Twitter, conduce su propio coche y debate con Clinton en la tele
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Es mujer y es rebelde. Dos términos contrapuestos en un lugar tan conservador como Arabia Saudí. Pero Amira Al Tawil, la esposa del hombre más rico del país, está dando la vuelta a todos los tópicos.
Amira Al Tawil se ha dejado ver en los últimos meses en varias entrevistas en la cadena norteamericana CNN y en encendidos debates políticos con el presidente Clinton. Sin embargo, es princesa en un país donde las mujeres no pueden votar —podrán hacerlo a partir de 2015— ni conducir. Tampoco pueden dejarse ver en público sin su rostro cubierto, mucho menos en televisión. La Primavera Árabe ha hecho que el mundo ponga su mirada sobre Amira, belleza beduina de 28 años que a menudo acude a actos oficiales sin velo, desafía las reglas conduciendo su propio coche (pero sólo en el desierto) y, además, está casada con el príncipe Walid Bin Talal, de 56 años, que es sobrino del rey Abdalá y el hombre más rico de Arabia —y según la última lista Forbes, el vigésimo sexto del mundo—. Es accionista de Apple y City Corp y posee un siete por ciento de News Corp, el imperio de Rupert Murdoch. Para el mundo financiero es "el Warren Buffet saudí". Él es el motor de una posible reforma, gracias a gestos como haber contratado en 2004 a la primera mujer piloto de Arabia. "He sido muy criticado últimamente por animar a las mujeres a conducir en Arabia Saudí", ha declarado. "Pero va más allá. Necesitamos que tengan los mismos derechos que los hombres". Él es el cerebro tras el cambio, pero Amira es su imagen.
A menudo comparada con Kate Middleton por su origen plebeyo, Amira nació en 1983 en el desierto árabe en una familia de beduinos. "Soy una chica de clase media", declaró a la televisión norteamericana en 2010. "Conocí a un príncipe, pero no he cambiado un ápice". Su rebeldía se mantiene intacta. "No tengo ningún problema por llevar velo, crecí con uno. Lo que no quiero es llevarlo y tener que mostrar un aspecto determinado sólo para satisfacer a alguien". Gracias a esa postura, revistas occidentales se han fijado en su estilo y la han señalado como una de las nuevas princesas más elegantes en la boda del príncipe Guillermo del pasado abril, digna rival de Rania de Jordania en elegancia. Además, es vicepresidenta de la fundación que lleva el nombre de su marido y que lucha contra la pobreza y a favor del diálogo entre civilizaciones y la igualdad de las mujeres.
Esto no sería posible sin dos elementos: primero, una generación interconectada donde todo el mundo puede expresarse. Amira es una ávida usuaria de Twitter. Y segundo, el apoyo de un hombre, y en este caso, el más poderoso del país. En un movimiento que une ambos puntos, el príncipe Bin Talal compró el pasado diciembre una participación en Twitter por valor de 230 millones de dólares. Sí, eso es amor.
El príncipe Walin Bin Talal fue noticia en nuestro país en 2008, después de que una modelo lo acusase de violación en un yate en Ibiza. "Yo estuve con él todo el tiempo. Estábamos en Cannes y en Saint Tropez cuando supuestamente pasó, así que es imposible que ocurriese. Hemos puesto a disposición de la prensa todos los documentos que lo atestiguan", ha declarardo Amira recientemente.
Amira Al Tawil es la esposa de príncipe Walid Bin Talal, de Arabia Saudí
De origen plebeyo, algunos la comparan con Kate Middleton
Usa Twitter, conduce su propio coche y debate con Clinton en la tele
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Es mujer y es rebelde. Dos términos contrapuestos en un lugar tan conservador como Arabia Saudí. Pero Amira Al Tawil, la esposa del hombre más rico del país, está dando la vuelta a todos los tópicos.
Amira Al Tawil se ha dejado ver en los últimos meses en varias entrevistas en la cadena norteamericana CNN y en encendidos debates políticos con el presidente Clinton. Sin embargo, es princesa en un país donde las mujeres no pueden votar —podrán hacerlo a partir de 2015— ni conducir. Tampoco pueden dejarse ver en público sin su rostro cubierto, mucho menos en televisión. La Primavera Árabe ha hecho que el mundo ponga su mirada sobre Amira, belleza beduina de 28 años que a menudo acude a actos oficiales sin velo, desafía las reglas conduciendo su propio coche (pero sólo en el desierto) y, además, está casada con el príncipe Walid Bin Talal, de 56 años, que es sobrino del rey Abdalá y el hombre más rico de Arabia —y según la última lista Forbes, el vigésimo sexto del mundo—. Es accionista de Apple y City Corp y posee un siete por ciento de News Corp, el imperio de Rupert Murdoch. Para el mundo financiero es "el Warren Buffet saudí". Él es el motor de una posible reforma, gracias a gestos como haber contratado en 2004 a la primera mujer piloto de Arabia. "He sido muy criticado últimamente por animar a las mujeres a conducir en Arabia Saudí", ha declarado. "Pero va más allá. Necesitamos que tengan los mismos derechos que los hombres". Él es el cerebro tras el cambio, pero Amira es su imagen.
A menudo comparada con Kate Middleton por su origen plebeyo, Amira nació en 1983 en el desierto árabe en una familia de beduinos. "Soy una chica de clase media", declaró a la televisión norteamericana en 2010. "Conocí a un príncipe, pero no he cambiado un ápice". Su rebeldía se mantiene intacta. "No tengo ningún problema por llevar velo, crecí con uno. Lo que no quiero es llevarlo y tener que mostrar un aspecto determinado sólo para satisfacer a alguien". Gracias a esa postura, revistas occidentales se han fijado en su estilo y la han señalado como una de las nuevas princesas más elegantes en la boda del príncipe Guillermo del pasado abril, digna rival de Rania de Jordania en elegancia. Además, es vicepresidenta de la fundación que lleva el nombre de su marido y que lucha contra la pobreza y a favor del diálogo entre civilizaciones y la igualdad de las mujeres.
Esto no sería posible sin dos elementos: primero, una generación interconectada donde todo el mundo puede expresarse. Amira es una ávida usuaria de Twitter. Y segundo, el apoyo de un hombre, y en este caso, el más poderoso del país. En un movimiento que une ambos puntos, el príncipe Bin Talal compró el pasado diciembre una participación en Twitter por valor de 230 millones de dólares. Sí, eso es amor.
Amira y su marido, el príncipe Walid Bin Talal
El príncipe Walin Bin Talal fue noticia en nuestro país en 2008, después de que una modelo lo acusase de violación en un yate en Ibiza. "Yo estuve con él todo el tiempo. Estábamos en Cannes y en Saint Tropez cuando supuestamente pasó, así que es imposible que ocurriese. Hemos puesto a disposición de la prensa todos los documentos que lo atestiguan", ha declarardo Amira recientemente.
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