CASA REAL DE NORUEGA

Las últimas noticias de la Realeza. Monarquía vs. República
¿Cuánto reinarán Felipe VI y Letizia?


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Mensajepor Invitado » Mié 21 Ago, 2013 3:48 am

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Mette Marit

Mensajepor Mette Marit » Mié 21 Ago, 2013 3:49 am

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ELLE

Mensajepor ELLE » Dom 01 Sep, 2013 10:11 pm

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Mensajepor Invitado » Jue 23 Ene, 2014 9:50 pm

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S. A. R. Princesa Ingrid Alexandra


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Mensajepor Invitado » Jue 23 Ene, 2014 10:25 pm

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Mensajepor Invitado » Dom 09 Mar, 2014 6:03 pm

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Mette Marit ha participado en los actos del Día Internacional de la Mujer en Eidsvoll (Noruega)

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wapa

Mensajepor wapa » Dom 09 Mar, 2014 6:40 pm

Que guapa es Mette! Una pena que con los años se deje amatronar y engordar tanto, estaría mas bonita delgadita y agil. Es bella esta mujer y parece espontanea y nada relamida.

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Mensajepor Invitado » Mar 18 Nov, 2014 6:19 pm

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De la cenicienta noruega a "princesa Prada": así es como la imagen de Mette-Marit cayó en picado

Algo pasa con Mette-Marit. Antes era la Cenicienta noruega y hoy su carácter independiente irrita a muchos de sus súbditos noruegos, se ha distanciado de los actos oficiales y viaja a menudo a Nueva York. Hablamos con el entorno de la princesa en la Gran Manzana y nos desvela cómo transcurre allí su vida y por qué su popularidad en Noruega cae en picado.


No se cómo puedes vivir aquí; el ruido por las noches es inaguantable”. Mette-Marit, la mujer de Haakon, el príncipe heredero de Noruega, no se anduvo con rodeos cuando una de mis íntimas amigas, miembro de una poderosa familia europea, le comentó que estaba muy contenta porque se acababa de mudar a Nueva York.

La conversación se produjo durante una reunión pequeña y discreta organizada por un banco de inversión estadounidense con la princesa y un grupo de la alta sociedad neoyorkina, los llamados high-net-worth-individuals, es decir, gente con muchísimo dinero. Mette-Marit acude con frecuencia a la Gran Manzana a buscar fondos para sus actividades benéficas y es entonces cuando participa en este tipo de eventos.

“Había mujeres de Oregón, de distintas partes del Medio Oeste, de la América profunda. Les impresionaba estar junto a una princesa, pero nadie entendía realmente ni de dónde era ni de qué iba. Para la mente de un millonario de Estados Unidos Mette-Marit tenía un aspecto descuidado, con ropa vulgar, no se mostraba nada cálida y las cosas que decía resultaban de un feminismo tan radical que parecía difícil que estas conservadoras mujeres conectasen con ella. Por suerte, a estos eventos siempre la invitan con alguna estrella de Hollywood, también activista, que acude bien vestida, es simpática y satisface las expectativas que se tienen cuando uno tiene que abrir tanto la billetera”, sintetiza mi amiga.

¿Qué pasa con Mette-Marit? De ser la protagonista de la simpática historia de la Cenicienta moderna que contrae matrimonio con un príncipe, la chica alocada y amante de la vida nocturna que se rehabilitó para vivir un cuento de hadas, se ha transformado en una persona que irrita a muchos.

Y no solo a las ladies de Nueva York. En Noruega, donde para la continuidad de la corona es vital ser queridos por el pueblo, en los últimos dos años su popularidad ha caído en picado. Según las encuestas de este año, tan solo un cinco por ciento de la población cree que la esposa del heredero es el miembro de la Familia Real que mejor representa al país.

La lista de supuestos agravios es intensa y llena de rumores. Se le adjudicó un amante. Pasó a ser llamada la “Princesa Prada” por la cantidad de ropa de marcas de lujo que compra aunque, según las mujeres más ricas de Nueva York, evidentemente luego apenas la utiliza. Cuando a unos amigos suyos les retrasaron la aprobación del visado para viajar a África a recoger un bebé que iban a recibir de un vientre de alquiler, usó su pasaporte diplomático para acudir en su lugar. Ha desaparecido de los actos oficiales y se ha llegado a hablar de crisis matrimonial. Como remate para una sociedad que se precia de igualitaria y donde el 97 por ciento de la gente envía a sus niños a la escuela pública, anunció que los suyos asistirían a una privada.

Las niñas bien de Oslo que pululan por Manhattan casadas con algunos de los Amos del Universo tratan de contenerse con la actitud de “te lo dije”. Pero es difícil. “Mira, está desesperada por el aburrimiento y empieza a cometer barbaridades. Era una chica con un pasado muy intenso: contacto con las drogas, exnovio mafioso y un adolescente nacido de esa relación. Pero a los noruegos nos gusta presumir de que podemos superar las cosas y somos abiertos. En otras monarquías su aceptación hubiera sido impensable. En nuestro país la actitud fue ‘nosotros somos una sociedad más avanzada, le vamos a dar una oportunidad para que pueda demostrar que se puede desenvolver entre el protocolo”, resume mi amiga.

"Durante mucho tiempo conectó con la gente y lo hizo muy bien. Pero, como muchas pensábamos, la luna de miel con el pueblo no podía durar. La Casa Real exige de manera rigurosa mantener un perfil bajo y Mette-Marit era conocida en el mundo de la noche como una mujer muy divertida y loca. En algún momento iba a querer algo con más chispa que aislarse con las hijas de las amigas de su suegra. Pero imponer su personalidad le está pasando factura”, agrega.

El diálogo con mi amiga transcurre mientras caminamos por la zona del Upper East Side donde están ubicadas las escuelas más prestigiosas para los hijos del quién es quién de Nueva York. No hay uniforme, sino un dress code que permite algunas libertades. Por ejemplo, los mocasines de las niñas no son de la marca escolar sino de Gucci. O Tod´s. La camisa es blanca, pero de Oscar de la Renta Kids. Para los varones, los blazers y corbatas explotan sin vergüenza en tonos verde y rosado preppy. Todo el poder, viejo, nuevo, local e internacional está concentrado en las mareas de padres en caravanas de coches de lujo que acuden a buscar a sus criaturas en el primer día de clase.

“En Oslo la decisión de que Mette-Marit pensara enviar a sus hijos a la escuela privada desató un escándalo mayúsculo”, me comenta una madre cuya familia pertenece al círculo cercano a los miembros más senior de la Familia Real. “La explicación que le damos a que tomara esa determinación reside en su nuevo círculo de amigos. Políticos de rango medio, diseñadores y ese tipo de personas que se quieren aprovechar de la corona y que pertenecen al pequeñísimo grupo de gente en Noruega que sí envía a sus hijos a la escuela privada. Los amigos de los reyes son todos de viejas familias establecidas. No resultarán lo más vibrante de la sociedad, pero son discretos y nunca dirán que conocen a los monarcas para autopromocionarse. Los nuevos amigos de la princesa, en cambio, se muestran como el tipo de gente con hambre de éxito”, explica esta mujer.

Para entender todo este drama alrededor de Mette-Marit hay un concepto clave: Janteloven. Me lo explica una espectacular rubia del norte de Noruega, casada con un estadounidense riquísimo y que envía a sus hijas a una de las escuelas más competitivas del Upper East Side (“algo que nunca haría en mi país”, subraya). Esta “Ley de Jante”, tomada de una novela de 1933 del escritor Aksel Sandemose, ha calado de manera profunda en el imaginario popular escandinavo. Ahora se utiliza en los países nórdicos como un término sociológico que rechaza la individualidad y el éxito: se trata una mentalidad que pone todo el énfasis en lo colectivo y desalienta a los que quieren destacar. El Janteloven está compuesto por diez reglas, la primera de las cuales es bastante elocuente: “No debes pensar que eres alguien especial”.

Antes de salir de Noruega yo nunca me había dado cuenta de que soy guapa; nadie me lo había dicho y no es el tipo de cosa en la que esté bien visto fijarse”, me resume mi amiga mientras por las calles de Manhattan los obreros que arreglan la acera la siguen con la mirada.

En Mette-Marit el conflicto con el Janteloven parece se encuentra más bien en la actitud. “La princesa parece más snob que los snobs de verdad. Cuando hablas con ella sientes que te trata con aires de superioridad. No tanto porque ella tenga el título de princesa y tú no, sino que te transmite que tuvo y tiene contacto con la cruda vida real y tú, en cambio, eres una niñata sobreprotegida en una jaula de oro. Son situaciones en las que esperarías que ella tomara la iniciativa para hacerte sentir cómoda, pero ocurre todo lo contrario”, sintetiza mi amiga. Ella ha acudido a varias reuniones en Nueva York con la princesa. “Te cuenta cómo se pasa la vida viajando y que deja a sus hijos solos mucho tiempo. Puedes admirar su determinación, pero no te dan ganas de abrazarla”, resume.

Le pregunto cómo la ve la alta sociedad neoyorkina en comparación con otras princesas europeas. Y me dice que, salvo la fascinación por todo lo que tenga que ver con la británica Kate Middleton y su bebé George, los royals aquí no generan interés. Muchas de ellas aprovechan la libertad de la que gozan en la Gran Manzana para hacer vida de civiles.

Escribo estas líneas en el bar de un gimnasio cercano a los grandes almacenes Bloomingdales. Levanto los ojos y descubro a Magdalena de Suecia fuera paseando con su hijo. Una chica más que pasa desapercibida en el mar de rubias con niños del Upper East Side. En verano, cuando la ciudad se queda desierta, he visto en el restaurante griego de la esquina a Constantino de Grecia en chándal azul (atuendo típico de los señores mayores en el barrio) con Marie Chantal, Pablo y los nietos. Salvo porque los niños visten conjuntados, algo que en Nueva York es inusual y está diciendo a gritos “europeo pijo”, nadie da un respingo, aunque el dueño del local y compatriota se acerca a saludar solícito y ofrece, aunque sea innecesario, llevar a la Familia Real griega a una mesa más discreta en el fondo.

De manera bastante simbólica respecto a lo que siente la sociedad de EE UU por las casas reales, la revista W ha sacado en la portada de uno de sus últimos números a “los nuevos royals”. Pero de linaje aristocrático aparece solamente Carlota Casiraghi. Aparte de la hija de Carolina de Mónaco, el resto de los elegidos son actores. Se confirma una vez más que la realeza que interesa aquí es pura y exclusivamente la relacionada con Hollywood.

Uno de los rumores más fuertes respecto a Mette-Marit circuló a finales de 2013 cuando se le adjudicó un romance con un rico empresario noruego-estadounidense. Pero estas mujeres neoyorkinas que de vez en cuando frecuentan a la princesa mantienen que parece improbable que ocurriera. Si bien es cierto que tuvo un período de largas apariciones en solitario, y siempre que mis amigas de la alta sociedad la ven en Nueva York va sola, subrayan que coquetear con hombres poderosos es una cosa, pero ir a por algo más es distinto.

“Puede estar jugando a la chica fiestera que se ha reformado, pero no es tonta. Sabe que si se divorcia del príncipe Haakon y pone a la Casa Real noruega en su contra perdería toda la vida de lujo y privilegios que la rodea. Y tiene a Marius, su hijo mayor y de una relación anterior, a punto de entrar en la adolescencia. Sin la protección de la Familia Real el chico tendría una vida muy difícil”, resume una de estas mujeres.

El palacio noruego pretende que Mette-Marit vuelva a transmitir una imagen cercana al pueblo, sin conflictos con el Janteloven. Por ejemplo, con el uso de las redes sociales. La princesa vendió hace un año una buena parte de su ropa de lujo por Internet. También tiene una cuenta en Twitter donde se describe a sí misma: “Orgullosa madre de tres hijos y ratón de biblioteca. Viajera de corazón. Gran creyente en la salud universal. #juventud”. Las fotografías que acompañan a sus tuits son todas amateur, y muestran a Mette-Marit mientras participa en actividades benéficas, protocolarias o familiares, pero siempre de manera simpática, relajada y… enamorada. En una de las imágenes, por ejemplo, aparece muy sonriente en una escena vietnamita cálidamente iluminada y con parejas bailando detrás. Acompañando a la imagen se lee: “Haakon y yo acabamos de revivir nuestras habilidades con el vals en una plaza de Hanoi #porqueunoamaavietnaminstantaneamente).

Las fotos familiares son informales y muestran interiores un poco desordenados, como los de cualquier mortal. Y los tuits que escribe sobre libros parecen hacerle justicia a su autodenominación de “ratón de biblioteca”. Mucho J. D. Salinger, Philip Roth... Puede o no serlo, pero su perfil luce auténtico y sin pompa.

Pero otros intentos por seguir pareciendo cercana al pueblo no le han salido del todo bien. Intentó justificar lo de la escuela privada alegando que lo había hecho para que sus hijos aprendieran bien idiomas. Pero para muchos noruegos, pueblo que se enorgullece del excelente nivel de inglés en todo el sistema público de enseñanza, el comentario resultó de lo más desacertado y arreciaron las críticas. Además, tradicionalmente los herederos al trono noruego han acudido a colegios públicos.

Todo es cuestión de tiempo. A algunos les puede gustar más Mette-Marit (su actividad en causas humanitarias es, después, de todo, impresionante y de hecho fue el primer miembro de su Casa Real invitado a hablar ante las Naciones Unidas). A otros menos, pero nadie piensa en serio que la realeza de Oslo se encuentre en peligro por culpa de su figura. “La sensación que se respira es que ahora puede haber un mal momento en el romance de la sociedad noruega con la princesa, pero todo se volverá a encarrilar”, reflexiona mi amiga. “Somos una nación a la que le cuesta mucho hacerse a la idea de algo; pero una vez que aceptamos esa novedad nos gusta mantenerla. Ya teníamos en la cabeza que Mette-Marit nos gustaba como princesa”, agrega. Esta mujer recuerda que el Janteloven acaba con una recomendación destinada a cualquiera que parezca que se está creyendo superior. “Los medios de comunicación son distantes y respetuosos respecto a la Familia Real, pero siempre está flotando en el aire una idea de la cual no pueden escapar ni siquiera los más poderosos: ‘No creas que no hay algunas cosillas que sabemos sobre ti”.

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Mensajepor Invitado » Jue 11 Dic, 2014 11:24 pm

La princesa Mette Marit y sus hijos en el evento infantil con los premiados con el Nobel de la Paz


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Mensajepor Invitado » Jue 11 Dic, 2014 11:26 pm

La Familia Real recibe a los premiados


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Mensajepor Invitado » Jue 11 Dic, 2014 11:33 pm

Ceremonia de entrega del Nobel de la Paz


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Mensajepor Invitado » Jue 11 Dic, 2014 11:40 pm

Cena en el Gran Hotel de Oslo


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Mensajepor Invitado » Jue 11 Dic, 2014 11:45 pm

Los principes Haakon y Mette Marit y sus hijos en el concierto del Premio Nobel de la Paz


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Mensajepor Invitado » Sab 13 Dic, 2014 8:57 pm

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Mensajepor Invitado » Dom 21 Dic, 2014 5:00 am

Posado de Navidad de la Familia Real de Noruega


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