Casa principesca de Monaco
CAROLINA DE MONACO DEFIENDE A SU ESPOSO
Carolina de Mónaco defiende a su marido, acusado de una agresión
La princesa declara en el juicio que Ernesto de Hannover sólo le dio dos bofetones al propietario de una discoteca de Kenia
Hildesheim (Alemania). (EFE).- La princesa Carolina de Mónaco sustentó hoy la versión su marido, Ernesto Augusto de Hannover, en el juicio contra éste por presunta agresión al propietario de una discoteca de Kenia, hace diez años, al afirmar que se limitó a darle dos bofetones en la cara
Le dio dos bofetones, con la mano plana, y le dijo: uno por la música, el otro por las luces", declaró la princesa ante la Audiencia de Hildesheim (centro de Alemania).
Carolina sustentó así la versión de su marido, ausente en la vista, frente a la de su presunta víctima, el propietario de una discoteca, Josef Brunnlehner, quien afirmó que le dio una paliza con un puño de hierro, por lo que se condenó al príncipe en un juicio anterior, celebrado en 2004, a indemnizar a su víctima con 445.000 euros.
La princesa monegasca acudió a Hildesheim en calidad de testigo de su esposo y "por propia voluntad", según constató su abogado, Hans Wolfgang Euler, en contra de los rumores de que cancelaría la comparecencia por el revuelo causado por las recientes fotos de su marido besándose con una desconocida en una playa de Tailandia.
La presencia de Carolina en Hildesheim, una ciudad de provincias cercana a Hannover, desató un gran despliegue mediático, aunque de entrada quedó claro que no iban a autorizarse fotografías de la testigo dentro de la sala.
La princesa entró en la sala después de que se hubiera procedido a desalojar a las decenas de fotógrafos y cámaras que en los minutos precedentes tomaron imágenes de abogados, juristas y público.
Carolina de Mónaco vestía un abrigo color canela, jersey y pantalón negros. Llevaba gafas y el gesto de su rostro era grave, pero sereno. Con voz firme, en inglés, Carolina relató lo que para ella y Ernesto Augusto -al que se refirió siempre como "mi marido"- fue un incidente que la presunta víctima exageró para sacar partido, mientras que éste afirma que le causó graves heridas por las que tuvo que ser ingresado en un hospital de Mombasa.
A Carolina y Ernesto de Hannover no se les ve juntos desde el pasado junio, cuando asistieron a una competición hípica en Mónaco, mientras arrecian los rumores de divorcio del que es el tercer marido de la princesa, acrecentados por las fotos del chapuzón en Tailandia.
Esta cuestión aumentó el ya de por sí gran interés mediático por la comparecencia en la Audiencia de la princesa, pese a tratarse de un juicio por unos incidentes ocurridos diez años atrás. Las imágenes de Brunlehner ensangrentado, en un hospital de Mombasa, dieron la vuelta al mundo.
El caso generó una retahíla de recursos judiciales, entre ellos una querella del marido de Carolina contra su entonces defensor, al que despidió después de que el letrado argumentara como atenuante que el príncipe actuó bajo los efectos del alcohol.
http://www.lavanguardia.es/gente-y-tv/n ... esion.html
La princesa declara en el juicio que Ernesto de Hannover sólo le dio dos bofetones al propietario de una discoteca de Kenia
Hildesheim (Alemania). (EFE).- La princesa Carolina de Mónaco sustentó hoy la versión su marido, Ernesto Augusto de Hannover, en el juicio contra éste por presunta agresión al propietario de una discoteca de Kenia, hace diez años, al afirmar que se limitó a darle dos bofetones en la cara
Le dio dos bofetones, con la mano plana, y le dijo: uno por la música, el otro por las luces", declaró la princesa ante la Audiencia de Hildesheim (centro de Alemania).
Carolina sustentó así la versión de su marido, ausente en la vista, frente a la de su presunta víctima, el propietario de una discoteca, Josef Brunnlehner, quien afirmó que le dio una paliza con un puño de hierro, por lo que se condenó al príncipe en un juicio anterior, celebrado en 2004, a indemnizar a su víctima con 445.000 euros.
La princesa monegasca acudió a Hildesheim en calidad de testigo de su esposo y "por propia voluntad", según constató su abogado, Hans Wolfgang Euler, en contra de los rumores de que cancelaría la comparecencia por el revuelo causado por las recientes fotos de su marido besándose con una desconocida en una playa de Tailandia.
La presencia de Carolina en Hildesheim, una ciudad de provincias cercana a Hannover, desató un gran despliegue mediático, aunque de entrada quedó claro que no iban a autorizarse fotografías de la testigo dentro de la sala.
La princesa entró en la sala después de que se hubiera procedido a desalojar a las decenas de fotógrafos y cámaras que en los minutos precedentes tomaron imágenes de abogados, juristas y público.
Carolina de Mónaco vestía un abrigo color canela, jersey y pantalón negros. Llevaba gafas y el gesto de su rostro era grave, pero sereno. Con voz firme, en inglés, Carolina relató lo que para ella y Ernesto Augusto -al que se refirió siempre como "mi marido"- fue un incidente que la presunta víctima exageró para sacar partido, mientras que éste afirma que le causó graves heridas por las que tuvo que ser ingresado en un hospital de Mombasa.
A Carolina y Ernesto de Hannover no se les ve juntos desde el pasado junio, cuando asistieron a una competición hípica en Mónaco, mientras arrecian los rumores de divorcio del que es el tercer marido de la princesa, acrecentados por las fotos del chapuzón en Tailandia.
Esta cuestión aumentó el ya de por sí gran interés mediático por la comparecencia en la Audiencia de la princesa, pese a tratarse de un juicio por unos incidentes ocurridos diez años atrás. Las imágenes de Brunlehner ensangrentado, en un hospital de Mombasa, dieron la vuelta al mundo.
El caso generó una retahíla de recursos judiciales, entre ellos una querella del marido de Carolina contra su entonces defensor, al que despidió después de que el letrado argumentara como atenuante que el príncipe actuó bajo los efectos del alcohol.
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Alberto y la Princesa Estefania con su hija Pauline
Alberto y la Princesa Estefania con su hija Pauline en la apertura del Festival de Circo
Los Thyssen y los Grimaldi, de vacaciones en Mónaco
Las imágenes de Borja y Blanca en el Baile de la Rosa han sorprendido porque no se sabía que el hijo y nuera de Tita tuvieran relación con la casa principal de Mónaco o con alguno de sus miembros. Al menos ésta podría ser la conclusión tras su posado triunfal a la entrada del Sporting Club.
¿De qué se conocen? ¿Cuándo se han frecuentado? ¿Comparte el heredero Thyssen alguna afición común con los Grimaldi, aparte de pertenecer al club de los ricos? ¿Alternan a través de algún tipo de negocio relacionado con el arte o el ladrillo?
Un asunto raro, sobre todo porque, de haber existido algún tipo de conocimiento, mamá baronesa lo habría rentabilizado. No hay gato encerrado. La realidad es mucho más simple. Los Grimaldi y los Thyssen, rama española, no han tenido nunca ninguna relación.
Borja y Blanca acudieron a la cita lúdica invitados por Francesca, la madrina de bautismo del niño Sacha, que es ciudadana monegasca y fue quien consiguió las invitaciones para la pareja a razón de 750 euros por persona. No basta con tener dinero para acceder a la fiesta; es necesario un “introductor de embajadores” como en este caso fue Francesca. La pareja, que está tranquila a pesar de los desencuentros familiares, pasará la Semana Santa en Mónaco.
Una vez vendida la casa de Ibiza y sin el barco de mamá, que ya no está a su disposición, aunque resulta que Borja comparte titularidad de la mitad del yate, no tienen lugar fijo de vacaciones. Cuando regresen volverán a la busca y captura de un nuevo domicilio familiar. Borja y Blanca quieren vivir en Madrid, pero aún no tienen delimitada la zona que más les gusta. Si antes era la urbanización La Moraleja, donde Borja vivió su infancia y adolescencia, ahora parece que prefieren poner kilómetros por medio y se decantarían por Pozuelo (localidad al norte de Madrid) y concretamente La Finca. En este caso la elección tendría que ver con las fuertes medidas de seguridad que hay en esa urbanización. Aunque, según ha podido saber Vanitatis, la pareja no tiene prisa. Y antes de convertirse en propietarios prefieren vivir de alquiler por si después no se acomodan al vecindario. B&B se encuentran en un momento de sus vidas muy equilibrado viviendo este segundo embarazo sin las presiones del primero.
Las imágenes de Borja y Blanca en el Baile de la Rosa han sorprendido porque no se sabía que el hijo y nuera de Tita tuvieran relación con la casa principal de Mónaco o con alguno de sus miembros. Al menos ésta podría ser la conclusión tras su posado triunfal a la entrada del Sporting Club.
¿De qué se conocen? ¿Cuándo se han frecuentado? ¿Comparte el heredero Thyssen alguna afición común con los Grimaldi, aparte de pertenecer al club de los ricos? ¿Alternan a través de algún tipo de negocio relacionado con el arte o el ladrillo?
Un asunto raro, sobre todo porque, de haber existido algún tipo de conocimiento, mamá baronesa lo habría rentabilizado. No hay gato encerrado. La realidad es mucho más simple. Los Grimaldi y los Thyssen, rama española, no han tenido nunca ninguna relación.
Borja y Blanca acudieron a la cita lúdica invitados por Francesca, la madrina de bautismo del niño Sacha, que es ciudadana monegasca y fue quien consiguió las invitaciones para la pareja a razón de 750 euros por persona. No basta con tener dinero para acceder a la fiesta; es necesario un “introductor de embajadores” como en este caso fue Francesca. La pareja, que está tranquila a pesar de los desencuentros familiares, pasará la Semana Santa en Mónaco.
Una vez vendida la casa de Ibiza y sin el barco de mamá, que ya no está a su disposición, aunque resulta que Borja comparte titularidad de la mitad del yate, no tienen lugar fijo de vacaciones. Cuando regresen volverán a la busca y captura de un nuevo domicilio familiar. Borja y Blanca quieren vivir en Madrid, pero aún no tienen delimitada la zona que más les gusta. Si antes era la urbanización La Moraleja, donde Borja vivió su infancia y adolescencia, ahora parece que prefieren poner kilómetros por medio y se decantarían por Pozuelo (localidad al norte de Madrid) y concretamente La Finca. En este caso la elección tendría que ver con las fuertes medidas de seguridad que hay en esa urbanización. Aunque, según ha podido saber Vanitatis, la pareja no tiene prisa. Y antes de convertirse en propietarios prefieren vivir de alquiler por si después no se acomodan al vecindario. B&B se encuentran en un momento de sus vidas muy equilibrado viviendo este segundo embarazo sin las presiones del primero.
Caro guapa solo puedo cantarte
Mi amor entero es de la hija de Rainero
una chica divina que se llama Carolina
con Carolina me quise casar
pero a su familia no llegue a gustar
Tope con la muñeca en una discoteca
le dije memolas,me dijo memolas
Ven Carolina,vamos a bailar
este nuevo ritmo que te va a encantar
ven Carolina,ven mocosa fina
vamos a bailar el rock
Iremos por la Vasca a la corte monegasca
papá Rainero no me quiere de heredero
soy demasiado chely para hijo de la Kelly
demasiado rockero para la facha de Rainerooo
Ven Carolina... si tu fueras mi vecina
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Mi amor entero es de la hija de Rainero
una chica divina que se llama Carolina
con Carolina me quise casar
pero a su familia no llegue a gustar
Tope con la muñeca en una discoteca
le dije memolas,me dijo memolas
Ven Carolina,vamos a bailar
este nuevo ritmo que te va a encantar
ven Carolina,ven mocosa fina
vamos a bailar el rock
Iremos por la Vasca a la corte monegasca
papá Rainero no me quiere de heredero
soy demasiado chely para hijo de la Kelly
demasiado rockero para la facha de Rainerooo
Ven Carolina... si tu fueras mi vecina
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