LOS NEGOCIOS DE JUAN CARLOS I: TREINTA AÑOS A CUERPO DE REY

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LOS NEGOCIOS DE JUAN CARLOS I: TREINTA AÑOS A CUERPO DE REY

Mensajepor Invitado » Dom 13 Ene, 2008 11:58 pm

Por Decio Machado *

Los intereses financieros del jefe de Estado se han visto envueltos en numerosas irregularidades. Los negocios del rey, así como su relación "carnal" con la clase empresaria, contrasta con la figura mediática de "el rey de todos los españoles". Su intermediación a favor de los intereses de las multinacionales españolas y de las cúpulas de la CEOE han marcado su labor como máximo representante del Estado en el exterior
Con inmunidad penal ante cualquier delito y sobreprotegido como una delicada planta de invernadero, se han publicado muy pocas cosas con un mínimo de objetividad sobre el monarca y sobre sus actuaciones políticas. En el artículo 490.3 del Código Penal se puede leer: "el que calumniare o injuriare al Rey (...), será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años si la calumnia o injuria fueran graves, y con la de multa de seis a doce meses si no lo son".
Esto generó procesos por injurias al rey en varias ocasiones. Los artículos y un dibujo de Jesús Zulets llevaron a la revista El Cocodrilo al banquillo en 1987. También Javier Madrazo tuvo que vérselas con la justicia por decir: "ya que le pagamos policías, yates, viajes a esquiar y a montar a caballo, no habría estado de más que, por una vez abandonase sus ocupaciones y compartiese con la sociedad su preocupación por la guerra de Iraq"; o Arnaldo Otegi, por referirse al rey como el "jefe de los torturadores", así como Soziedad Alkohólica, Eskorbuto o Manolo Kabezabolo por el contenido de sus canciones.
A pesar del silencio mediático, la figura del rey dista mucho de ser incuestionable: desde su falta de legitimidad democrática a la construcción de su importante fortuna personal, pasando por una nunca bien aclarada actuación en el 23-F, el rey nunca ha tenido que rendir cuentas de sus acciones. La intermediación del rey en los intereses de las multinacionales españolas y de las cúpulas de la CEOE han marcado su labor como máximo representante del Estado en el exterior. Numerosos medios latinoamericanos no han dejado de denunciar sus actuaciones en beneficio del Santander Central Hispano o de Repsol en Argentina, ante la ofensiva española por hacerse con YPF.
Al mismo tiempo que la popularidad de la monarquía desciende en los sondeos, un nuevo movimiento republicano emerge con fuerza al cumplirse los 75 años de la proclamación de la II República.

Juan Carlos I, un as de los negocios
Las tramas financieras del monarca y el rico prosperar de su familia y de toda una subcorte que utiliza la imagen real para optimizar sus inversiones, señala a uno de los asuntos más oscuros de la Casa Real.
Se suele decir que la corte española es "una corte sin cortesanos", y es cierto que los monarcas no han sido amigos de aliarse con la aristocracia. En su lugar han preferido empresarios, banqueros y élites del poder económico y jet set en general.
Juan Carlos I llegó al trono literalmente con lo puesto. Se dice por cronistas del momento que incluso tenía que pedir el dinero a su padre, para visitar a su novia en Atenas.

Labrándose un futuro
El comienzo de su autosuficiencia económica, se remonta a 1962 (coincidiendo con su boda con Sofía), cuando el banquero Luis Valls Taberner comenzó a administrar una "suscripción popular" que aportaría liquidez económica a los recién casados. En aquella "renta básica real" colaboraban además de otros banqueros, muchos nobles y empresarios del franquismo, según indica Patricia Sverlo (seudónimo del autor) en su libro Un rey golpe a golpe.
Otro de los que ha declarado haber hecho transferencias importantes al monarca fue Ruiz Mateos. Tras la expropiación de Rumasa, siendo prófugo de la Justicia en Londres, acusó al rey de haber aceptado "miles de millones" no solo de su propio bolsillo, sino del de diversos empresarios. El Fiscal General del Estado le acusó de un delito de injurias: lo que podría haberse convertido en un sumario comprometedor quedó reducido a nada. En su libro El negocio de la libertad, Jesús Cacho habla de las vías de financiación personal del rey, según señala "una de las primeras formas conocidas fue el petróleo, las comisiones del crudo que importaba España para cubrir sus necesidades de energía. Nada más ocupar Juan Carlos I el trono a la muerte del dictador, Manuel Prado [y Colón de Carvajal, el hombre de confianza del rey] se dedicó a remitir varias misivas reales a otros tantos monarcas reinantes, especialmente del mundo árabe, para pedirles dinero en nombre del rey de España".
Hay constancia documental de una carta firmada por Juan Carlos I y dirigida al Sha de Persia, el 4 de julio de 1977, donde el monarca tras una descripción de la situación política dice: "me tomo la libertad, con todo respeto, de someter a tu generosa consideración la posibilidad de conceder 10 millones de dólares como tu contribución personal para el fortalecimiento de la monarquía española". Dos años después el Sha de Persia, títere de EE UU en la zona, cayó tras la revolución islámica.
Sus buenas relaciones con los dictadores árabes también quedó patente en la respuesta favorable de la monarquía saudí a la petición de un crédito de 100 millones de dólares. Exactamente la misma cantidad pagada por la empresa kuwaití KIO a Colón de Carvajal, indica Cacho. Y prosigue: "los pagos se justificaron en Kuwait por la necesidad de que, durante la llamada `Tormenta del Desierto", la aviación estadounidense pudiera disponer a su antojo de las bases aéreas españolas de Rota y Torrejón, para lo que era preciso `untar" a los políticos".
El último escándalo real llegó de Francia, donde en la instrucción del caso Elf (2003) por apropiación indebida, su ex presidente Le Floch- Prigent declaró sobre la compra de Ertoil "haber entregado 55 millones de francos en España a numerosos hombres políticos; en particular a los próximos a Felipe González y del entorno del rey Juan Carlos", con el que Le Floch-Prigent aseguraba haberse visto en múltiples ocasiones.
Según José García Abad, autor del libro La soledad del rey: "Felipe González hizo la vista gorda ante los negocietes y escapadas reales e incluso llegó a realizar alguna importante negociación en beneficio de la Familia Real: envió a su hombre de confianza, Julio Feo, a gestionar cerca del Gobierno griego la devolución de los bienes de la familia de doña Sofía, que habían sido confiscados cuando el rey Constantino fue destronado".
Próximos a Juan Carlos I aparecen además nombres como Mario Conde, Alfonso Escámez, los Albertos... Destaca en sus relaciones el conocido como "clan de Las Cuatro Estaciones", nombre del restaurante del que Miguel Arias, Joaquín Vázquez Alonso, Jaime Cardenal Pombo y el propio rey son socios. Algunos aparecieron implicados en la trama de Ibercorp. Entre ellos se tejió una tupida trama de negocios. Cardenal Pombo fue socio de Borja Prado (hijo de Manuel Prado) en el sector armamentístico. Este último también coparticipa, junto a su madre Paloma Eulate y la Infanta Elena en la empresa Micos Mi Primer Cole, SL. Borja Prado fue requerido como testigo por parte de la Audiencia Nacional en la instrucción del caso Banesto y se ha visto relacionado con traficantes de armas.
Joaquín Vázquez Alonso fue el constructor que remodeló en su día el Palacio de la Zarzuela, y socio de Cardenal Pombo y Arias en varios negocios inmobiliarios.
La desaparecida revista de investigación Kalegorría indicaba que próximo a este grupo estaba Francisco Sitges, ex presidente de Asturiana de Zinc y ex propietarios de los astilleros Mefasa. Esta empresa fue la encargada de construir el yate Fortuna, tras una adjudicación estatal. Sitges acabó en el banquillo de los acusados del caso Banesto.

El paraíso mallorquín
Mallorca ha sido el otro espacio de ilustres amistades del monarca, en este caso mucho más aristocráticas. Allí, el rey Juan Carlos intimó con el príncipe Zourab Tchokotua, un aristócrata georgiano que fue procesado por un juzgado mallorquín en 1978 y en 1992 en relación con presuntas estafas inmobiliarias. En la última instrucción figuraba también su socio Oliver Mateu, otro hombre cercano al rey. Según Kalegorría, el clan Mallorca se completaba con un grupo selecto de empresarios hosteleros.
El rey fue fotografiado el 7 de agosto de 1990 en Puerto Portals, junto a sus amigos Giovanni Agnelli (dueño de FIAT) y Raul Gardini , ex presidente de Montedison, la empresa química a la cual Juan Abelló vendió su laboratorio Antibióticos con un beneficio de 450 millones de dólares. Tanto Agnelli como Gardini se vieron implicados en casos de corrupción en Italia. Este último se suicidó en 1994.
Es público que el Fortuna II fue financiado por un grupo de empresarios mallorquines, los cuales juntaron 17,5 millones de dólares para hacer el regalo real. Hoy el monarca navega en el Fortuna III, valorado en más del doble que el anterior.
Mallorca es una buena fuente de ingresos para el rey en patrocinios, ropa y equipamientos deportivos, bebidas y relojes para la familia real, convertida en un atractivo modelo publicitario a veces subliminal y otras descarado.

¿Qué dinero tiene el rey?
La partida de los Presupuestos Generales del Estado para los gastos de la Casa Real no esta sometida por ley al control del Tribunal de Cuentas. La Constitución de 1978 permite al monarca disponer de él sin dar más explicaciones. En 1980, el Gobierno le asignó 200 millones de pesetas. Hasta entonces, el rey apenas cobraba un sueldo de Capitán General. Actualmente, la partida del Presupuesto General del Estado asciende a los 7,78 millones de euros.
Debido a la opacidad de la casa real, la fortuna del rey es difícil de cuantificar. La revista Forbes (abril 2003) incluye a Juan Carlos I en el sexto lugar de los monarcas más ricos de Europa con una fortuna de 1.790 millones de euros, el puesto 134 entre los más ricos del planeta.

Una familia como cualquier otra
La hermana: Pilar de Borbón y Borbón , duquesa de Badajoz. Presidenta y consejera delegada de Labiernag 2000 SA. Administradora única de Labiernag SL, y de San Jacobo SL, y consejera de Plus Ultra Seguros, Plus Ultra Vida, Boga SA y Vendome LG Ibéric.
El primo hermano: Carlos de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma, duque de Calabria. Consejero accionista de Grupo Dragados, Inmobiliaria Urbis, Cepsa, Viajes Marsans y de Sociedad Española del Acumulador Tudor, entre otras.
La prima hermana: Teresa de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma Vinos, duquesa de Salermo. Presidenta de San Dimas SL. Su hija Clara Moreno de Borbón es administradora de Salubre Consulting SL, y propietaria de Bodegas Tarsus y de Navamayor SA
El primo segundo: Alfonso de Borbón y Escasany. Presidente de Ahorro Familiar SA. Consejero de Axa Aurora Ibérica. Presidente de Ildefonso SL y de Keka SL. Consejero delegado de Gilgamesh Inmoinversión SL, y de ZRZ SL. Preside Data Rent SA BRIBÓN. Numerosas firmas patrocinan las actividades deportivas del monarca.
El yerno: Jaime de Marichalar y Sáez de Tejada, duque de Lugo. Esposo de la infanta Elena, miembro de la comisión ejecutiva de Pórtland Valderrivas, empresa perteneciente a Fomento de Construcciones y Contratas, presidida por Marcelino Oreja. Marichalar además preside la Fundación Winterhur, del grupo asegurador del mismo nombre, integrada en el grupo Crédit Suisse. Fue director gerente de Crédit Suisse First Boston en Madrid. Dado su dominio de la moda, el ocio y el gran lujo, fue nombrado consejero de Loewe. Un genio de la promoción por sus relaciones con Volvo, Hérmes o los modistos Christian Lacroix o Charles Jourdan.
El otro yerno: Iñaki Urdangarín, duque de Palma de Mallorca. Esposo de la infanta Cristina, director de planificación de Octagon Esedos S.L., de la multinacional Interpublic. Preside el Instituto Noos de Estudios Estratégicos. Vinculado también al Instituto Noos S.L y a Motorpress Ibérica. Participó en Dentipartnes SL, Odont Mad S.L., Sport e Rormaczione S.L., Enveitg XXI S.L. y Aizoon S.L. Nóos ha sido la adjudicataria de eventos de promoción turística y deportiva en Palma de Mallorca y en Valencia, ambos cuestionadas por sus costos desproporcionados. Actualmente también forma parte de la imagen patrocinadora del Govern balear.

Los amigos del rey
Manuel Prado y Colón de Carvajal
Hay constancia documental de que "el administrador privado del rey", Manuel Prado, utilizaba cartas con membrete real en las que pedía apoyo para determinados negocios. Hizo una fortuna a la sombra del monarca. Fue condenado por sus trapicheos con Javier de la Rosa en el caso KIO, donde recibió 100 millones de dólares del empresario catalán. Gracias a la intervención de la monarquía kuwaití, Prado logró evitar la orden de búsqueda de la Corte Comercial de Londres, ciudad donde se encuentra la sede de las operaciones internacionales de KIO. Las Cintas en posesión de De la Rosa que implicaban al rey en conversaciones telefónicas con importantes personalidades árabes, dan credibilidad a la tesis de que esos 100 millones de dólares salieron de KIO para premiar los servicios del monarca en la guerra del Golfo.

Marc Rich
Considerado el evasor de impuestos más importante en la historia de los EE UU. Le han calificado en diferentes medios como "el gran dragón de la corrupción", "monsieur pétrole" o "el delincuente más inescrupuloso de la era moderna". Cuando en 1983 se fugó de EE UU, el FBI lo perseguía por 65 delitos, como fraude, ganancias de 105 millones de dólares por venta ilícita de petróleo, simulación de precios, cotizaciones falsas y evasión fiscal por 48 millones de dólares. Rich adquirió la nacionalidad española y se estableció en Suiza. Organizó su red de empresas e hizo suculentos negocios con la mafia rusa, con Milósevic y con la Halliburton de Cheney. En 1998 fue indultado por Bill Clinton, tras financiar la campaña para senadora de Hillary. El rey Juan Carlos I figura entre los solicitantes del indulto, junto a Shabtai Shavit, ex jefe del Mossad; Camilo José Cela, ex presidente de la Fundación Marc Rich en el Estado; y por el ex vicepresidente del Real Madrid, el empresario Fernández Tapias.

Mario Conde
Este personaje no encaja exactamente en la sección de la economía golfa. El dinero y el éxito fue fomentado como estrategia de fuerte carisma sobre la realeza. Mario Conde aspiraba a que la monarquía le diera su respaldo para alcanzar el poder político, indican varios de sus biógrafos. El que llegó a convertirse en el "banquero de la monarquía" fue una de las amistades más peligrosas del rey. Cuando Banesto fue intervenido, aparecieron al menos dos cuentas a nombre del monarca (la cuenta 8317-172 y la 148963-172) vinculadas con operaciones en Asturiana de Zinc, Sindibank, y Banesto, así como opciones para la gran ampliación de capital que no llegó a realizarse, según denuncia Ernesto Ekaizer en su libro Vendetta. Revela Jesús Cacho que fue el rey quien intercedió entre Alfonso Escámez y Gustavo Villapalos para que el banquero fuera investido doctor honoris causa. Conde fue condenado por un "agujero" de 605.000 millones de pesetas y por apropiación indebida.

La familia real en cifras **
800 millones de pesetas aumentó el presupuesto de la Casa Real entre 2002 y 2005
29 millones de pesetas fue el gasto en gasolina de la Casa Real en 1994. En 1995 el dato ya no figuraba en ese mismo informe.
1.790 millones de euros es la fortuna del rey, estimada por la revista Forbes en 2003.
6 millones de euros es lo que ha costado la nueva casa de los duques de Palma en el barrio de Los Pedralbes en Barcelona.


http://gatopardo.blogia.com/2007/100601 ... de-rey.php

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A estas alturas

Mensajepor A estas alturas » Lun 14 Ene, 2008 2:29 am

Todas y cada una de esas cosas son una mentira, difundida esencialmente por el semanario "Época", un magazine fascista. Las que no son mentira tienen una explicación ya mil veces dicha. El libro de Garvcía Abad es de interés, el resto es basura. Pero García Abad no dice disparates, es un libro bueno, crítico.

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tio listo

Mensajepor tio listo » Lun 14 Ene, 2008 2:30 am

Tu tomas al personal por gilipollas, verdad?

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cop

FORTUNA PERSONAL - Un rey golpe a golpe

Mensajepor cop » Lun 14 Ene, 2008 2:36 am


CAPÍTULO 14: FORTUNA PERSONAL



Espíritu de negociador

El rey reconoce que hizo el primer mal negocio de su vida cuando tenía cinco o seis años. Fue en Lausana. Un español que había ido a visitar a su padre le regaló una pluma de oro. Justo delante del Hotel Royal, donde vivían entonces, había una tienda donde los niños solían comprar caramelos y chocolate. Como "Juanito" no tenía ni un céntimo en el bolsillo, tuvo la idea luminosa de vender la pluma al portero del Hotel por cinco francos, e ir a salto de mata a gastárselos en golosinas. Cuando Don Juan se enteró, fue a ver al portero y tuvo que compensarle con diez francos para recuperar la pluma. "¡Me has hecho perder cinco francos!", riñó al hijo que, con el tiempo, le haría perder muchísimo más. Siempre tuvo espíritu de negociador, que afloraba a la mínima ocasión. Cuando ya era adulto, continuó demostrando un talento escaso para los asuntos económicos, y hacía tratos poco afortunados, como cuando le cambió al periodista Jaime Peñafiel, habitual en La Zarzuela, una cámara fotográfica Nikon moderna que éste tenía, por una valiosa Leika-Flex con motor propiedad de la Casa Real.


Dicen quienes le conocen que desde que era niño se ha preocupado de proveerse de cierta seguridad económica, para librarse de los fantasmas de las penurias del pasado, cuando su pobre padre tenía que "mendigar" yates, palacios y Bentleys a los amigos para poder vivir sin renunciar a los "dry Martinis". Y se señala como un rasgo característico de su carácter una brusca obsesión compulsiva para no perderse las oportunidades que ve alrededor. El editor José Manuel Lara fue testigo en una ocasión. Hacía ya no se sabe cuántos años que perseguía al ex-secretario del rey, Sabino Femández Campo, para conseguir con sus memorias lo que sería uno de los best sellers más importantes de la historia editorial española. Pero Sabino siempre lo rechazaba, alegando que "lo interesante no lo puedo contar y lo que puedo contar, no tiene ningún interés", lo que era un argumento muy honrado por su parte. De todos modos, Lara no dejaba de insistir, y un día que coincidieron en un restaurante, se lo recordó nuevamente y llegó a ofrecerle un cheque en blanco. Y Juan Carlos, que comía con Sabino, dijo de pronto: "Pero yo quito una parte, ¿eh?"


Pese a no tener una gran agudeza para los negocios, Juan Carlos ha sabido rodearse toda la vida de buenos colaboradores que le han ayudado en este terreno; igual que otros lo han hecho en el ámbito político. Al margen de que algunas operaciones poco sutiles fueron fracasos sonoros, por lo general la cosa no le ha ido mal. La etapa del Gobierno del PSOE fue especialmente fructífera. Aunque él no figurara oficialmente, sus amigos íntimos no se quedaron fuera prácticamente de ningún gran acontecimiento: Ibercorp, Expo 92, KIO, etc. Después todo les explotó en las manos. Pero, por lo que se sabe, no tuvieron que devolver ni una peseta. Con talento o sin él, casi siempre utilizando mecanismos --como veremos- muy simples, Juan Carlos ha conseguido ir amasando a lo largo de los años una modesta fortuna personal, con la cual, como su vida está sometida al control de la opinión pública, no puede hacer gran cosa.


De todos modos, el Estado le paga casi todos los gastos. Pero al parecer sí que ha tenido la previsión de colocarla en bancos extranjeros, cosa que no había hecho Alfonso XIII y de ahí los problemas que tuvo que padecer su hijo Don Juan. Algún día, si las cosas se tuercen en el Estado y tiene que salir por piernas, tanto él como su familia tendrán las espaldas cubiertas con el dinero ahorrado, depositado en bancos suizos, que actualmente se calcula que es de unos 6.000 millones de pesetas.





Liquidando las propiedades de Alfonso XIII

La República, que hizo salir a salto de mata a Alfonso XIII en 1931, permitió que se enviaran las joyas personales a la antigua reina Victoria Eugenia en los estuches correspondientes. Pero se quedó con sus propiedades en España, entre las cuales había varios palacios, la mayoría oficialmente para pasar el verano: uno en Santander, otro en Donostia, una isla en la ría de Arousa... Como ya hemos visto en los primeros capítulos, aquello supuso un duro trastorno para los Borbón en el exilio.


Siempre se ha dicho que la Casa Real española es pobre, y no sólo en comparación con casas reales como la británica, una de las fortunas más grandes del planeta, sino con muchas de las familias de la alta burguesía española, por no hablar de la aristocracia bancaria. Y necesitaron la ayuda continuada de una serie de nobles para seguir adelante durante los primeros años del exilio. Pero ya antes de que Juan Carlos accediera al trono, la situación se les fue arreglando bastante. Desde 1947, cuando Franco convirtió oficialmente a España en un reino, el Gobierno les empezó a pasar una renta anual, cuya cifra inicial, aquel año, fueron 250.000 pesetas, entregadas a Victoria Eugenia como reina viuda. Además, en 1939 Franco ya les había devuelto oficialmente las propiedades confiscadas por la República, que cuando murió Alfonso XIII pasaron, aunque con algunos problemas, a Don Juan de Borbón. Alfonso de Borbón y Dampierre, el hijo de Don Jaime, siempre se ha quejado con resentimiento no sólo por el tema sucesorio, sino por el hecho de que Don Juan, según él, le había "robado mi patrimonio. Se ha quedado con todo".


Cuando murió Franco, con su hijo ya coronado, lo primero que hizo Don Juan fue poner en orden sus asuntos y empezó a vender palacios muy aprisa, como si tuviera miedo de que lo de la monarquía no fuera a durar demasiado. El palacio de Miramar, en Donostia, fue la operación más sencilla. Don Juan ya había tomado posesión oficialmente cuando en los primeros años cincuenta había enviado a sus hijos "Juanito" y Alfonso a estudiar, y nadie había puesto en entredicho la propiedad. La venta del palacio de la Magdalena en Santander resultó un poco más conflictiva. El palacio había sido regalado por los habitantes de Santander a Alfonso XIII en 1912 para residencia de verano. Lo construyeron al estilo inglés para halagar a su esposa, con las aportaciones populares de algunos miembros de la nobleza y de empresarios de la ciudad. Los reyes veranearon en él de 1913 a 1930. Pero después, con la República, recuperado por el pueblo, se dedicó a otros fines. El poeta Pedro Salinas fundó la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo (la UIMP), de la que fue el primero rector y, aunque Salinas --como tantos otros-- se fue al exilio tras la guerra, durante todo el franquismo la Magdalena no se dejó de utilizar como sede de actividades académicas. Pero en 1977 Don Juan no tuvo complejos a la hora de exigir lo que consideraba suyo. El Ayuntamiento negoció la compra para no tener que desalojar la UIMP, tanto del palacio como de la península (28 hectáreas de terreno, que también pertenecían teóricamente a Don Juan). La oposición municipal protestó por la decisión del alcalde, Juan Ormaechea. Consideraban que la compra era improcedente y se creó un organismo de partidos, centrales sindicales y asociaciones de ciudadanos para revocar el acuerdo. Pero no hubo nada que hacer. Eso sí, como estaba claro que aquello era muy anómalo, sólo dieron a Don Juan una cantidad simbólica de 150 millones de pesetas, por la que el Ayuntamiento se tuvo que endeudar con un crédito del Banco de Santander de Botín. El trato se firmó el 25 de noviembre. Poco después empezaron a planificar la remodelación del palacio, que tardó más de 10 años en ejecutarse y estuvo llena de irregularidades. Acabó costando más de 6.000 millones de pesetas, aun cuando el presupuesto inicial aprobado en la adjudicación de la obra era tan sólo de 895 millones. De nuevo, se dispuso de créditos del Banco de Santander, gestionados por el Gobierno municipal del PP. Y cuando el palacio estuvo listo, lo fue a inaugurar el rey Juan Carlos, en 1995. Dejaron una placa de mármol en la sala de ordenadores como reconocimiento al que había sido el fundador, Pedro Salinas.


Por lo menos en la Magdalena los reyes de España habían pasado algunos veranos, que era lo que querían en su momento quienes se los regalaron, a fin de atraer el turismo a la zona. Pero en la isla de Cortegada, en la ría de Arousa, sólo disfrutaron de la visita real un día de septiembre de 1907, el tiempo justo para que Alfonso XIII, a bordo de una canoa, tomara posesión y volviera a marcharse por no volver nunca más. Cortegada había sido expropiada a los vecinos de Carril (Galicia) a principios de siglo para regalarla al rey, con la misma idea que tuvieron los ciudadanos de Santander muy poco después con mayor éxito. Querían que Alfonso XIII construyera su palacio de verano, una idea del empresario local Daniel Poyán, que consideraba que sería un gran negocio para Galicia. A su proyecto se unieron terratenientes, hombres de fortuna amasada en las Américas, empresarios, banqueros adeptos a la causa... Para aceptar el regalo, Alfonso XIII, como si les estuviera haciendo un favor, puso varias condiciones: la primera, que la donación se transformara en escritura de propiedad en favor suyo con todas las garantías; y la segunda, que se le diera la isla íntegramente. El Ayuntamiento aceptó las dos cosas, y como en aquella época había propietarios y familias de mariscadores, hubo que expropiarlos a todos y obligarlos a abandonar la isla. Pese a que en la concesión se planteaba la pertenencia de la isla a la Corona a perpetuidad, con el objetivo de que la familia real instalase su residencia de verano, cosa que no hizo nunca, setenta años más tarde, en 1978, el regalo real fue vendido por su heredero, Don Juan de Borbón. De nuevo, fue una venta irregular. Esta vez los compradores eran miembros de su propio "consejo”, encabezados por Ramón Pais Ferrín, a través de la inmobiliaria Cortegada SA, constituida a tal objeto. El precio establecido, ridículo pero cierto, fue de tan sólo 60 millones de pesetas. La emprensa compradora todavía hoy es la propietaria legal, aunque toda su existencia ha estado rodeada de circunstancias oscuras, que hacen que esté perdida en medio de un rosario de procesos contencioso-administrativos. Pero lo último que se sabe es que la Xunta de Manuel Fraga quiere recomprar la isla con dineros públicos para devolvérsela al pueblo. Cortegada SA reclama como compensación 20.000 millones, en calidad de perjuicios por no haber podido explotarla para el turismo como quería, en una demanda que actualmente se halla en el Tribunal Supremo.


Don Juan, en años sucesivos, todavía continuó vendiendo propiedades, sin que se sepa qué necesidad tenía de tanta liquidez. En 1990, el alemán Klaus Saalfel, empresario y abogado de patentes en Múnich, propietario de una tipografía en Lisboa, le compró su querida Villa Giralda de Estoril, a través de su testaferro, Nils Peter Sieger. Un palacio que también había sido un regalo, esta vez de los nobles que querían ayudar a Don Juan y su familia en el exilio. Una vez más, el precio establecido fue una cifra irrisoria: 85 millones de escudos por un palacio que ahora, sólo 10 años después, el actual propietario quiere vender a la Fundación Conde de Barcelona, formada en parte por los mismos que se lo habían regalado en primero término, por un precio tres o cuatro veces superior. O Don Juan fue un negociador pésimo, o algo hay detrás de todas estas ventas extrañas en las que prácticamente regaló palacios y propiedades que en realidad eran de titularidad más que dudosa. Pero nadie con capacidad legal para hacerlo se ha preocupado de investigar este asunto. Aunque hizo un mal negocio, teniendo en cuenta el volumen y la calidad de las ventas, al fin y al cabo sumó, sólo con respecto a lo que se ha repasado aquí, casi 300 millones de pesetas, una cantidad que muchas personas no habrían considerado despreciable. Pero ha sido todo tan confuso y oscuro, que incluso se ha llegado a publicar que, cuando Don Joan murió, no tenía dinero para pagar la clínica, y que en el testamento sólo dejaba dos millones de pesetas.


Por otro lado, para acabar con el conde de Barcelona, señalaremos que, según distintas fuentes, era uno de quienes estaban en la lista de los "perdonados" fiscalmente por el PSOE, a los que se refería en enero de 1997 el secretario de Estado de Hacienda, Juan Costa, cuando anunció que el Estado había dejado de ingresar 200.000 millones de pesetas en impuestos, de cerca de 600 personas físicas y jurídicas, fundamentalmente instituciones financieras. Después de estallar el escándalo, el Gobierno del PP no pudo o no quiso identificarlos, y la duda sigue flotando en el aire.




El comienzo de la fortuna personal del rey

Oficialmente, Juan Carlos llegó a España literalmente con lo que llevaba puesto. Para viajar a Atenas a visitar a su novia tenía que pedir dinero a su padre, que a su vez vivía de lo que le daban los amigos nobles leales a la monarquía. Estos mismos nobles tuvieron que sufragar el viaje de novios. Se cuenta, como si hubiese sido una gran tragedia, que cuando hicieron escala en Tailandia, la entonces princesa Sofia se enamoró de un zafiro que vio en un escaparate de Bangkok, y que Juan Carlos estaba avergonzado porque no se lo podía regalar. Por este y otros detalles, nadie se rasgó las vestiduras cuando se descubrieron los primeros movimientos del príncipe para empezar a consolidar un pequeño patrimonio propio. Su ambición, como la de cualquier españolito medio, era ser económicamente independiente. Desde 1962, es decir, desde que se casó con Sofía, el banquero Luis Valls Taberner empezó a administrar una "subscripción popular" que aportaría liquidez económica a los recién casados, en la cual colaboraban, además de otros banqueros, muchos nobles y empresarios del franquismo. Valls Taberner fue un juanista fiel hasta que se dio cuenta que el futuro era Juan Carlos, y se pasó al bando de éste. Entonces intentó convencer también a los otros para que hicieran lo mismo. En concreto, según explican algunas fuentes, Calvo Serer se resistió bastante, no ya en cuestiones de apoyo económico, sino político, a través del diario Madrid que dirigía. Y, al parecer, aquella desavenencia tuvo bastante que ver con el cierre del diario, en 1973, una decisión que Valls, con gran influencia en el Régimen, ayudó muy activamente a tomar.


Durante aquellos años comenzaba a despuntar en la vida económica del Estado español un Ruiz Mateos todavía en potencia, que improvisaba como mejor sabía lo que tenía que hacer para estar cerca del poder. Su padre había sido alcalde de Jerez en la época de Franco, pero él no sabía demasiado de política. Era perito mercantil, y lo único que sabía hacer bien era ganar dinero. Se le ocurrió ir a hablar con Luis Valls Tabemer y Gregorio López Bravo para que le asesoraran. Comentó con ellos que ya hacía tiempo que iba a ver Don Juan a Estoril, como primera medida. Pero Valls y López Bravo le dijeron que estaba perdiendo el tiempo y el dinero. "Tú lo que tienes que ser es amigo de Juan Carlos". Y Ruiz Mareos tomó nota y entró en contacto con La Zarzuela inmediatamente. La relación empezó cuando Juan Carlos todavía era príncipe y continuó después, cuando ya era rey. Ruiz Mateos ha contado --varias veces y a más de uno-- que, al estilo de como se hacían las cosas en aquella época, le llevaba a Juan Carlos grandes cantidades de dineros en maletas de Loewe, directamente al palacio, donde los guardias de seguridad no se esforzaban demasiado en revisar lo que pasaba o dejaba de pasar por el control de la entrada. Ponía la maleta sobre la mesa del despacho de Juan Carlos, éste la arrojaba a un rincón y caía exactamente siempre en el mismo sitio. "¡Cuánto ha tenido que practicar!", decía Ruiz Mateos. No había ninguna cantidad estipulada ni nada que semejante, y Juan Carlos tampoco le pedía nada, como cualquiera puede suponer. Sencillamente, le telefoneaba y se lamentaba como quien no quiere la cosa de las dificultades económicas que estaba pasando: "¡Es que no tengo ni para pagarle al servicio!" O bien: "Esto no puede ser, Constantino me cuesta mucho dinero… son unos inútiles, no ganan dinero... No puedo más". Y Ruiz Mateos rápidamente le tranquilizaba: "No se preocupe usted de nada, Alteza. Usted dedíquese a los problemas de España, que para lo demás ya estamos nosotros, estoy yo". A veces, Juan Carlos también recurría al empresario del Opus para que "diera un golpe de mano" a alguna amiga. Una vez le llamó por teléfono para decirle que le iría a ver una "señora" de parte suya: "Se trata de una persona que se dedica a la beneficencia, que no tiene sede..." Y Ruiz Mateos, aunque la señora en cuestión no tenía el aspecto de pertenecer al club de la madre Teresa de Calcuta, pues le compraba un piso. Alguna vez, el empresario de Jerez también había hecho transferencias importantes desde Nueva York. De estas operaciones sí que conserva los papeles. Y aquello sí que preocupó a la Casa Real cuando, tras la expropiación de Rumasa, Ruiz Mateos, prófugo de la justicia, que había huido a Londres, los quiso utilizar como presión para que el monarca no le dejara tirado. La intervención del Banco de España supuso un cacharrazo que no se acababa de creer. Pero el monarca, en plena euforia socialista, no le hizo caso. Ruiz Mateos acusó entonces al rey de haber recibido 1.000 millones de pesetas, con lo cual José María había pensado que tendría las espaldas bien cubiertas ante cualquier acción del Gobierno. Se entrevistó con el entonces secretario general de UGT de la Banca, Justo Femández, y le pasó toda la documentación respecto a este hecho. Pero cuando Justo Fernández volaba en avión hacia Madrid, ya estaban esperándole en el aeropuerto personas nunca idenficadas para explicarle cómo estaban las cosas. Y algo bastante fuerte debieron decirle, porque se olvidó del asunto para siempre. Ruiz Mateos todavía siguió insistiendo por su cuenta durante un tiempo y el fiscal general del Estado acabó acusándole de un delito de injurias al jefe del Estado. Pronto comprendieron, sin embargo, que aquello sería un callejón sin salida. Este juicio se habría podido convertir en un auténtico circo y Ruiz Mateos se escapó no se sabe muy bien cómo. El Estado prefirió olvidar el tema y archivó la causa basándose en tecnicismos.


Otro empresario muy relacionado con el monarca desde los tiempos de éste como sucesor de Franco fue Camilo Mira, el introductor de la cultura de la hamburguesa en España como pionero de la instalación de los restaurantes McDonald's. El granadino Camilo Mira había conocido a Armada a través del general Juan Castañón de Mena, ministro del Ejército con Franco. Además de presidente de La Unión y el Fénix, Camilo Mira entonces era socio, en una empresa immobiliaria, de Florentino Martínez, cuya hija, Maita, estaba casada con Juan Castañón hijo. En 1969, aprovechando las conexiones en La Zarzuela, consiguió que el príncipe acudiera a inaugurar el selecto Club Las Lomas, una urbanización de lujo. El difícilmente explicable apoyo del príncipe garantizó el éxito de la promoción de la urbanización. Además de don Juan Carlos, asistieron los ministros más influyentes en aquel momento, como por ejemplo López Rodó y Silva Muñoz. Mira se convirtió en un visitante asiduo de La Zarzuela a partir de entonces y congenió especialmente bien con Armada, que lo intentó meter en el equipo de la Casa varias veces, sin conseguirlo. Se dedicó de lleno a los negocios, pero siguiendo todos los avatares políticos de cerca.




Los gastos de La Zarzuela

En La Zarzuela tienen 25 perros y alrededor de una docena de gatos, atendidos por un cuidador especializado e instalados en modernas perreras con todos los adelantos. Esto no es excesivo, teniendo en cuenta que una vez, hace algunos años, además tuvieron un guepardo. Cuando los reyes estaban de viaje particular en Etiopía, el que entonces era secretario de la Casa, Alfonso Armada, recibió un télex que le anunciaba: "Vamos con un guepardo, prepara alojamiento". No era una broma y Armada tuvo que telefonear al zoológico de Madrid para pedir ayuda a la hora de recibirlo. Se informó bien sobre la clase de comida que necesitaba y, en fin, todo lo que interesaba saber para cuidar bien al animal más veloz de la fauna terrestre. El guepardo vivió en palacio varios años, paseándose por los salones y los pasillos como si nada, hasta que murió de viejo. No fue antes de que Sabino Fernández Campo sustituyese a Armada en el cargo de secretario. El primer día que fue a trabajar a La Zarzuela, no le habían avisado y el guepardo le dio un susto de muerte cuando entró a su despacho con toda naturalidad. Lo que más le preocupó no era que pudiera atacarlo, sino que pudiera estar teniendo alucinaciones.


Quienes han mantenido, durante los 13 años como príncipes y 25 años como reyes, el lujo africano de Juan Carlos y Sofia en La Zarzuela han sido los impuestos de los contribuyentes de a pie, a través de una partida especial de los Presupuestos Generales del Estado. Esta partida para los gastos de la Casa del Rey no está sometida por ley al control del Tribunal de Cuentas. La Constitución de 1978 permite al monarca disponer de estos dineros sin tener que explicar en qué se los gasta, ya sea en guepardos, o en motocicletas, o en lo que le dé la gana. El primer año que se fijó una cantidad (antes el rey cobraba el sueldo de capitán general, y los gastos los llevaban desde el ministerio correspondiente), en 1980, el Gobierno le asignó 200 millones de pesetas. El incremento anual se suponía que tenía que ser el del índice de precios al consumo (IPC), pero no se sabe muy bien cómo, a lo largo de los años, el presupuesto ha ido aumentando hasta los 1.122 millones en el año 2000. Por otro lado, hay un acuerdo con la Organización Nacional de Loterías según el cual el rey juega en todos los sorteos al número 00000, pero todavía no le ha tocado nunca, sólo unos cuántos reintegros. Del presupuesto oficial de la Casa del Rey salen los sueldos del rey, de la reina, del príncipe y de las infantas, el mantenimiento de la Casa, los coches, los ágapes, los regalos, toda clase de material y el pago de los empleados. Juan Carlos dispone de dos ayudantes de cámara para vestirlo por las mañanas, y la reina de dos doncellas. En total, incluyendo a los guardias, chóferes y hasta el cuidador de los perros, en La Zarzuela trabajan unas 160 personas. Pero la mayor parte es personal funcionario, cuyos sueldos están a cargo del Ministerio de Administraciones Públicas. Los gastos de los viajes, recepciones y actos oficiales también se pagan aparte, al margen del presupuesto de la Casa. Otras pequeñeces, como el mantenimiento del yate Fortuna o del Palacio Real, son anticipados por el Patrimonio Nacional, organismo autónomo que depende del Ministerio de la Presidencia del Gobierno.


A partir del momento en que se estableció un presupuesto anual para la Casa tras la Constitución, también se pensó en la necesidad de que el rey hiciera la declaración de la renta para que fuese un ciudadano más. Se consultó con el Ministerio de Hacienda para que aconsejara lo que se tenía que hacer, y entendieron que lo mejor era que el rey se asignara a sí mismo una cantidad como sueldo, que serían sus ingresos para calcular los impuestos que tenía que pagar. El sueldo del rey, que no se suele hacer público, se rige por un convenio especial entre la Casa y el Ministerio de Hacienda y se materializa en una nómina en la que figuran los ingresos correspondientes, los rendimientos del patrimonio personal y las retenciones del IRPF. Lo que no se acostumbra a contabilizar son los regalos que recibe, a veces multimillonarios… en todo caso totalmente fuera de control. Algunos de ellos especialmente significativos, como el último yate Fortuna, obsequio de un grupo de empresarios de Mallorca y cuyo precio estimado es de aproximadamente 14.000 millones de pesetas, se han puesto legalmente a nombre del Patrimonio Nacional, a fin de que este organismo se haga cargo de los gastos de mantenimiento.


La Zarzuela, que en su origen era un pequeño chalé para las cacerías de los últimos Borbones escogido por Franco como residencia de los príncipes porque estaba muy cerca del Pardo, ha sido rehabilitada varias veces desde que la ocuparon por primera vez en 1962. La primera rehabilitación, poco después de que Juan Carlos fuera proclamado rey, fue una pequeña ampliación; y la segunda, más ambiciosa, se llevó a cabo entre 1987 y 1988. Aprovechando el desnivel en que está ubicado el palacio, se construyeron 128 nuevas plantas para despachos, salones de reuniones, oficinas, archivos, salas de visitas y un salón de audiencias... La nueva superficie construida ocupa 2.660 metros cuadrados en la planta principal y 1.540 en el semisótanao. En total, 4.200 metros. La parte antigua y la moderna se comunican a través de dos largos túneles que van por debajo del jardín y la piscina de la familia real. La construcción es noble, de granito y mármol principalmente. Los muebles y la decoración son una combinación entre clásica y funcional, con piezas procedentes del Patrimonio. En aquella última remodelación también se construyó un refugio antinuclear y se instaló un moderno sistema informático y de comunicaciones, que dispone incluso de un pequeño estudio de televisión desde el cual el rey se puede dirigir al país cuando quiera. Irene, la hermana de la reina, tiene su propio apartamento en La Zarzuela. Y es que los reyes, aparte de hacerse cargo de los gastos de su propia familia, también se ocupan de los de la familia real griega, puesto que, al parecer, no tienen con qué ganarse la vida. Irene, en concreto, se dedica a hacer buenas obras, a través de una ONG suya que se dedica a repoblar la India de vacas lecheras, y que tiene un despacho en la calle Barquillo cedido por el Banco Central Hispano. El ex-rey Constantino vive en el exilio en Londres desde hace unos treinta años, al parecer también con el apoyo de Juan Carlos. Su hijo Pablo fue a estudiar a los Estados Unidos con el príncipe Felipe a comienzos de los noventa en una universidad prestigiosa y carísima, pero rentabilizó los gastos al emparejarse allí con la rica heredera americana Marie Chantal Miller (hija del fundador y propietario de la cadena de tiendas libres de impuestos de los aeropuertos, las duty free, más importante del mundo), con la cual se casó poco después. El rey Juan Carlos también se ocupó, hasta que murieron, de su padre y su madre. Y, cuando fue necesario, de sus hermanas Margarita y Pilar. Esta última, la hermana mayor del rey, cuando se murió su marido, Luis Gómez-Acebo, tuvo que hacerse cargo de una deuda que éste había dejado como herencia. Para solucionarlo de una manera discreta, el rey avisó a Mario Conde, y a Conde se le ocurrió que, como perdonarle la deuda sin más quedaría bastante mal y la opción de pagar se descartaba, lo mejor era darle un cargo en la Fundación , para que fuera abonando lo que debía con su pequeño sueldo. Y a Pilar se le dio un despacho, sin ningún trabajo que hacer, claro está.




Rodeado de buenos amigos

Se dice a menudo que la corte española es "una corte sin cortesanos”, y es cierto que los reyes nunca han sido demasiado amantes de aliarse con la aristocracia. En lugar de esto, han preferido empresarios, banqueros y nuevos ricos en general. Las amistades de la reina, fuera de su querido Rostropovic y de Alfonso Armada, son poco conocidas. Salía mucho con la esposa del constructor Mario Caprile. De las del rey se ha hablado mucho más. Al margen de Manolo Prado y Mario Conde (que son dos casos muy especiales), de todos los "tutores" (Torcuato Femández Miranda, Mondéjar, Armada, Sabino Fenández Campo...), y de sus colaboradores políticos (Puig de la Bellacasa, Nicolás Franco, etc.), se va de copas y habla de cosas de hombres con dos grupos o clanes de amigos, que tienen en común el hecho de dedicarse a "sus negocios" de una manera que muchas veces les ha llevado ante los tribunales. En primer lugar, destaca el conocido como "clan de Las Cuatro Estaciones", nombre del restaurante de Miguel Arias, situado en la calle General Ibáñez del Ibero 5, donde Arias tiene, además, un apartamento que el rey también frecuenta. En este grupo de amigos estaban, entre otros, Miguel Arias, Joaquín Vázquez Alonso y Cardenal Pombo. Aparte de reunirse para comer, hacían negocios juntos, sobre todo en el sector inmobiliario, en el que tenían muchos asuntos turbios. Algunos también se vieron implicados en la trama Ibercorp. Los asuntos de unos están tan mezclados con los de otros, que resulta realmente complicado explicar el historial de cada uno de ellos por separado. Para centrar un poco a los personajes, que después irán saliendo cuando tratemos, a lo largo del capítulo, algunos episodios concretos, por el momento tendremos bastante con unos breves apuntes.


Miguel Arias es el propietario de la estación de esquí de Navacerrada, y tiene además varios restaurantes en Madrid y en Mallorca. Pero también participa en negocios inmobiliarios y le gusta jugar a la bolsa sin riesgo. Jaime Cardenal Pombo es socio de Arias en el restaurante Las Cuatro Estaciones y fue, además, socio de Borja Prado (hijo de Manuel Prado, el amiguísimo del rey), en el sector armamentístico. Joaquín Vázquez Alonso fue el constructor que remodeló en su día el palacio de La Zarzuela, y socio de Cardenal Pombo y de Miguel Arias Molino en varios negocios inmobiliarios. Próximo a este grupo de amigos, estaba Francisco Sitges, ex-presidente de Asturiana de Zinc, y ex-propietario de los astilleros Mefasa. Merced a su amistad con el rey, Mefasa recibió la adjudicación del Patrimonio del Estado para construir el segundo yate Fortuna. Pero Sitges estaba tan bien relacionado que en Mefasa también se construyeron el Blue Legend, de Javier de la Rosa, y el Alejandra, de Mario Conde. Mefasa acabó siendo mayoritariamente del Conde, que cuando entró en declive lo arrastró consigo, y lo llevó a la quiebra y al banquillo de los acusados.


Otro sector de amigos del rey completamente diferente es el clan de Mallorca, mucho más aristocrático. Una de las figuras clave de este grupo es el príncipe Zourab Tchokotua, "Zu" para los amigos, un aristócrata georgiano que Juan Carlos había conocido en el internado de Friburgo. A este personaje el rey le debe favores importantes. Fue Tchokotua quien, en 1973, hizo de intermediario para que la Diputación Provincial de Mallorca cediera a Juan Carlos el palacio de Marivent, de manera totalmente gratuita, siguiendo el modelo de las cesiones que en su día hicieron a Alfonso XIII distintas poblaciones. El edificio pertenecía, por donación del coleccionista de arte griego Juan de Saridakis, a la Diputación. Pedro Salas, un adinerado prohombre del franquismo, que había sido presidente de la Diputación y suegro de Tchokotua, casado con Sara Salas, convenció al organismo oficial de que lo cediera al futuro rey para que lo disfrutara durante sus vacaciones.


Al margen de estas gestiones, Tchokotua es conocido desde que en 1978 un juzgado mallorquín ordenó su procesamiento e ingreso en prisión en relación con una presunta estafa inmobiliaria. En septiembre de 1992 se sentó de nuevo en el banquillo con una acusación similar junto con su socio Oliver Matan, otro amigo de Juan Carlos del clan de Mallorca. Pero estas menudeces no han conseguido que se rompa su amistad con el monarca. "Zu" fue para Juan Carlos un relaciones públicas excelente. En su casa organizaban cenas a las cuales asistían, junto con el rey, Manuel Prado, Javier de la Rosa, Jaime Enseñat, el multimillonario argentino Carlos Perdomo, Rodolfo Bay (presidente de la compañía Spantax, muerto en accidente de tráfico), Bartholomew Tummy Beslard (cónsul de los EEUU en Palma), Giovanni Agneli (el rey de la Fiat) o Raul Gardini, ex-presidente de Montedison, la empresa química más importante de Europa, al que Juan Abelló vendió su laboratorio Antibióticos con la ayuda de Mario Conde. El rey fue fotografiado con él y con Agnelli el 7 de agosto de 1990 en Puerto Portales, pocos años antes de que se suicidara, en 1994, al ser implicado por los jueces italianos en asuntos de corrupción.


En el mismo círculo de amigos hay un grupo selecto de empresarios hosteleros: José Escaño (dueño del restaurante San Marino), Alejandro Arroyo (cuñado de Mario Conde, y propietario del restaurante El Capricho, en Puerto Portales), y José Oliver Rodríguez (propietario de varias discotecas). Y también en este entorno Juan Carlos entró en contacto con Marta Gayá, una decoradora catalana muy amiga de Marieta Salas, la mujer de "Zu", con quien vivió una larga aventura, y mentora de José Luis de Villalonga cuando éste escribió su biografía autorizada del rey.


También presume de su amistad con el monarca en Mallorca Pedro Serra. Serra explica con orgullo que una vez que no se encontraba bien y no pudo asistir a una de las recepciones que en verano organizan en Marivent, Juan Carlos preguntó. "¿Dónde está el amo de Mallorca?" Y es que a Sierra se le conoce popularmente como el Ciudadano Kane de esas islas. Tiene un grupo empresarial, Grupo Serra, que controla el 90% de la información en la comunidad autónoma: los diarios Ultima Hora, Diario de Baleares (cuya cabecera y patrimonio inmobiliario compró por un precio irrisorio a la cadena de medios de comunicación del Movimiento), Mallorca Daily Bulletin y Mallorca Magazin, todo el accionariado del semanario Sóller y una importante participación en otros publicaciones de la "parte foránea"; emisoras radiofónicas (como Ultima Hora-Radio y Top- Radio); la adjudicación de las emisiones locales de Antena 3 y la televisión local Telenova. Como al monarca no le faltan amigos, la lista sería inacabable si contáramos todos los que han hecho méritos para tener tal título.


Cuando Juan Carlos cumplió 50 años, un grupo de catalanes con posibles le regalaron un Porsche Carrera de 24 millones. Entre ellos estaba Javier de la Rosa, Alberto Folch, José María Esteve, Mariano Puig y Pedro Mir. El grupo fue recibido en palacio para entregar el regalo. Alucinaron con el garaje. La casa BMW regala al rey todos los modelos de alta cilindrada cuando salen al mercado. Estos obsequios no entran en su declaración de la renta.


Dentro del sector de la realeza, uno de los mejores amigos del rey es Simeón de Bulgaria, que ha actuado muchas veces de intermediario o embajador personal de Juan Carlos ante otros reyes, como Hassan de Marruecos, amigo personal suyo, o Hussein de Jordania. Y, desde luego, Karim Aga Khan, el príncipe ismaelita a quien cada pocos años sus fieles entregaban su peso en oro, y a quién el rey Juan Carlos conoció, como a "Zu", en el internado de Friburgo. Actualmente veranea de manera asidua en Mallorca, donde se ven a menudo.




Manuel Prado, el amiguísimo

Pero ninguno de todos estos personajes llega al nivel de amistad que Manuel Prado y Colón de Carvajal tiene con el monarca. Descendiente directo de Cristóbal Colón, Manuel Prado es manco y tiene 7 años más que Juan Carlos, características todas que le han rodeado de una cierta aura de leyenda a los ojos del rey. Se conocieron por primera vez cuando su madre, muy monárquica, le llevaba a ver al príncipe durante la primera estancia suya en España, en aquellos "besamanos" que los fieles a la Corona le organizaban en la finca de Las Jarrillas. Pero no hicieron amistad hasta unos cuántos años más tarde, cuando en 1961 el duque de Calabria, Carlos de Borbón y Dos Sicilias, un día lo llevó a cenar con su primo Juan Carlos al Nuevo Club. La velada se prolongó hasta la madrugada y allí nació una amistad indestructible entre los dos. Pero son mucho más que amigos. Prado se define a sí mismo como "intendente general de don Juan Carlos I", o "administrador de los dineros privados de Su Majestad". Pese a que tiene su residencia establecida en Lausana (Suiza), fue nombrado por designación real embajador at large, es decir, sin embajada en ningún país, pero con un pasaporte diplomático que le permite viajar con más libertad de movimiento y más protección oficial, para que pueda realizar gestiones en el extranjero en nombre del monarca. Su gran amistad con el rey se ha extendido prácticamente a todos los miembros de la familia real. Con la reina tiene relación a través de la Fundación de Ayuda contra la Droga, que ella preside y con la que él colabora. Precisamente en esta actividad, en una reunión del Patronato, en 1992 conoció a Mario Conde, con quien después hizo negocios en el asunto del Castillo de los Gracianos. Por otro lado, su hijo Borja es amigo de Jaime de Marichalar y de la infanta Elena, que visitó varias veces su finca El Toñanejo, próxima a Medina Sidonia, propiedad de la ex-mujer de Prado, Paloma Eulate, y que fue donde se celebró la boda de Borja.



El hijo, como su padre, se dedica en cuerpo y alma al mundo de los negocios de alto nivel. Fue consultor en España de la Union des Banques Suisses (UBS), que es uno de los bancos suizos más grandes y rentables, regido por la ley del secreto. Fuera de esto, nadie sabe el número de sociedades más o menos fantasma que maneja. Como hombre de negocios, nadie ha podido distinguir nunca lo que Manolo Prado hace en nombre propio y lo que hace como administrador del rey, excepto en los casos en que sus asuntos se complicaron hasta llegar a los tribunales. Entonces, oficialmente, siempre es cosa suya y el monarca queda al margen. Entre las múltiples y variadas actividades que Prado lleva a cabo, actúa como asesor de empresas, a las cuales facilita los trámites legales necesarios para funcionar en España. Henry Ford II, presidente de la multinacional norteamericana del mismo nombre, en marzo de 1974 recibió una afectuosa carta del que entonces era príncipe de España, en la que recomendaba encarecidamente a su amigo Manuel Prado como la persona adecuada para necesidades de esta clase. El empresario norteamericano en aquel momento estaba preparando su viaje al Estado español para colocar en Almussafes (València) la primera piedra de la factoría de Ford. Juan Carlos de Borbón se despedía dejando constancia de que una respuesta positiva sería adecuadamente valorada en un futuro próximo. También actúa como una especie de secretario personal de Juan Carlos para asuntos económicos, puesto que redacta cartas con el sello de la Casa Real para pedir dinero a entidades financieras o gobiernos extranjeros, según los casos, con varios fines. Pidió dinero, por ejemplo, para salvar a la democracia ayudando a financiar las campañas electorales de la UCD (como cuando solicitó dinero a Arabia Saudí, en 1977), para que pudieran utilizar las bases españolas en sus operaciones militares (como el caso de Kuwait en la guerra del Golfo), etc. De estos asuntos, estaba enterado sólo en parte el resto del personal de la Casa que más de una vez se sorprendió, sobre todo en los tiempos en que Fernando Almansa era un recién llegado, al recibir lo que parecían respuestas a cartas que no constaban en el registro de salida. Almansa se dirigía al mismo monarca para aclarar la aparente confusión: "Señor, ha llegado una carta del Rey de Arabia Saudí diciendo que en contestación a la carta de mi hermano de fecha tal... ¿Sabe a qué carta alude?" "Sí, sí, no te preocupes, ésa la escribió Manolo Prado".


A menudo, además, ha ocupado cargos públicos. Con los gobiernos de Adolfo Suárez, por ejemplo, Prado fue presidente de Iberia, cosa que suscitó especulaciones sobre el hecho de que se podría estar aprovechando de la capacidad de carga y circulación de los aviones por todo el mundo. No se probó nada. De esta época es el origen de la corona que lucen los aviones de Iberia, que Prado intentó rebautizar como Reales Líneas Aéreas Españolas. También fue presidente del Instituto de Cooperación Iberoamericana (IC1). De este cargo lo destituyó José Pedro Pérez Horca, ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno de Calvo Sotelo, en 1982, a causa de unas declaraciones que hizo al semanario Tiempo, en las que criticaba la política exterior gubernamental. El ministro meditó lo que suponía cesar a un amigo del rey, pero no tuvo otra opción para seguir siendo respetado. Pero enseguida llegó al poder el PSOE y Prado volvió a ocupar cargos importantes. Fue comisario de la Expo 92, consejero de la Sociedad Estatal V Centenario en representación del Ayuntamiento de Sevilla, y también trabajó como impulsor del proyecto Cartuja 93, un parque temático de ocio, creado a partir de los restos de la Expo de Sevilla. En un principio, con el PSOE tuvo sus pros y sus contras en un proceso de tira y afloja que hizo fracasar algunos de sus proyectos inmobiliarios, como el del Hotel Los Bordales, a causa de intereses enfrentados con algunos líderes socialistas. Pero las cosas se fueron arreglando poco a poco, sobre todo cuando entró en contacto con Enrique Sarasola, que es para Felipe González algo parecido a lo que Prado es para el rey. Los últimos años las empresas de Sarasola compartían sede con las de Prado, en el número 31 del Paseo de la Castellana, en el edificio Pirámide.


En 1995, sus hombres de confianza (Álvaro Álvarez por parte de Sarasola, y Jesús Sainz por parte de Prado) estaban juntos en el consejo de administración de Hilo, una empresa ubicada en Barcelona que se dedica a actividades inmobiliarias y de asesoramiento y promoción. En el complejo entramado de empresas de Prado, la principal es la sociedad instrumental suiza Trebol SA. A su vez, esta firma participa en la sociedad española Trebol Internacional, con domicilio en Madrid, en la que Prado está rodeado de importantes socios (entre otros, el príncipe georgiano Tchokotua y el rey Simeón de Bulgaria). En la filial sevillana de ésta, Trebolquivir, constituida en 1987, Prado tiene como hombre fuerte a Arturo Moya, ex-diputado de la UCD por Granada; el secretario es Jesús Bores, amigo personal de Felipe González y de su cuñado, Francisco Palomino. A través de estas empresas, Prado consigue contratas para obras en terceros países, a menudo financiadas con créditos FAD (Fondos de Ayuda al Desarrollo). En 1989, por ejemplo, consiguió la contrata para construir un hospital en Yemen del Sur por 25 millones de dólares, y un crédito FAD para llevar a cabo el proyecto, negociado con Germán Calvillo y Gloria Barba (esposa del entonces ministro Carlos Solchaga), en aquel momento responsables de la empresa pública Focoex. Y a veces combina esta actividad con la antigua de asesor a terceros. En 1991, por citar un caso, fue contratado por la empresa pública Indra (a través de Atlas Internacional, que forma parte del grupo Trebol), para ofrecer servicios como consultor y promotor de un contrato con Venezuela para obras aeroportuarias, que eran de adjudicación directa. Indra y Atlas Internacional pactaron una comisión del 3%, cosa que suponía casi 1.000 millones de pesetas. Prado consiguió para Indra que el Consejo de Ministros del 22 de diciembre de 1993 aprobara la concesión de un crédito FAD de 10.000 millones para modernizar todos los aeropuertos de Venezuela. Después la cosa salió mal, porque en Venezuela hubo elecciones y con el cambio de poder se acabaron las adjudicaciones a dedo. Otra de las facetas de Prado es dedicarse a los negocios inmobiliarios, aunque en este ámbito las cosas no siempre le han salido bien. En orden a la especulación inmobiliaria de la Expo 92, se metió en negocios ruinosos, como el de las parcelas de Expovillas SA, que acabó implicando a De la Rosa, y al complejo turístico de Castillo de los Gracianos de Jerez (en el que, además de De la Rosa, también involucró a Mario Conde).


Al contrario de lo que pasó con otros amigos, colaboradores, asesores financieros o como se los quiera denominar, como Javier de la Rosa o Mario Conde, la relación del rey con Manolo Prado es intocable, como si hubieran firmado alguna clase de pacto de sangre capaz de superar todos los malos momentos; que no han faltado. El más grave, hasta ahora, ha sido el de KIO. Pero cuando las cosas se ponen realmente graves, Prado acostumbra a ponerse muy enfermo. Coincidiendo con la fase judicial del escándalo "'Tibidabo", en el que el amigo del rey estuvo imputado en una expansión del problema iniciado con KIO, a mediados de mayo de 1999, la enfermedad pasó por uno de sus episodios más violentos en la Clínica de la Luz de Madrid. Casi se le dio por muerto, pero revivió como lo hacía el ave Fènix de entre las cenizas, superó una tromboflebitis y se le implantaron dos válvulas coronarias. Tras pasar unos días de recuperación en el Hotel Villamagna, donde reside habitualmente cuando está en Madrid, el 28 de mayo volvió a Sevilla.





Negocios oscuros

Con Manuel Prado, o con otros personas, Juan Carles se ha visto involucrado a lo largo de sus 25 años de reinado en varios negocios dudosos, aunque quienes figuraban oficialmente en los papeles siempre eran sus "amigos". Se ha movido en diferentes sectores, a los que conviene pasar revista por separado.


PETRÓLEO

Una de las primeras formas conocidas que Juan Carlos de Borbón utilizó para ir ganando un pequeño capital personal fueron las comisiones del petróleo. Todavía en tiempo de Franco, hubo una crisis petrolífera que afectó a España de manera importante. Entonces Barrera de Irimo, que era ministro de Economía, se le ocurrió ir a ver al príncipe y pedirle que hiciera de intermediario con el príncipe Fahd, de Arabia Saudí, uno de los productores de crudo más importantes, para conseguir una rápida remesa de petróleo. Juan Carlos envió a un emisario y la respuesta fue inmediata: "Decida mi hermano el príncipe don Juan Carlos, que le enviaremos todo el petróleo que España necesite". A cambio de estos servicios de mediación, el príncipe cobraba una comisión, cosa que a todo el mundo le parecía muy normal. El mismo Juan Carlos ha explicado que su habilidad para tratar con los árabes se debe a que los sabe comprender mejor que nadie: "Sólo los que sabían tomárselo con paciencia llegaban a veces a hacer el negocio de su vida", dijo una vez. Probablemente el emisario real fue en aquella ocasión el mismo Manuel Prado (aunque no lo hemos podido confirmar), puesto que habitualmente era él quien se encargaba de esta clase de asuntos. Alfredo Pardo, director de flota de CEPSA, lo pudo comprobar cuando tuvo que suspender un viaje a Kuwait que tenía programado para firmar un contrato multimillionario de compra de petróleo al emirato, que le dejaría un beneficio abundante de dos centavos por barril en concepto de regalía para el comprador. Cuando ya estaba a punto de irse, le avisaron para decirle que no fuera, que la firma del contrato sería a cargo de don Manuel Prado y Colón de Carvajal, cosa que le sorprendió. Y coincide que el entonces emir de Kuwait, el jeque Zayed, de Abu Zabi, era como Fahd, un gran amigo del rey. "¡Un personaje extraordinario!”, solía decir de él Juan Carlos. Supuestamente, a finales de los setenta el Gobierno de Suárez había adoptado un acuerdo para que un porcentaje pequeño de las transacciones comerciales petrolíferas realizadas por España con otras monarquías del mundo se desviara hacia el patrimonio privado de los Borbones. Estas transacciones comerciales estaban gestionadas por Manuel Prado y Colón de Carvajal.


A principios de los ochenta, e incluso más tarde, continuaban saliendo a la luz escándalos sobre los dineros que el rey debía a otros monarcas por el pago de comisiones a intermediarios para conseguir aquellas transacciones (compra de petróleo) en condiciones muy ventajosas para España. Aparte de las comisiones por el petróleo, que muchos justifican como perfectamente razonables e incluso legales, no se sabe si el rey Juan Carlos tiene otros negocios en el sector, aunque hay indicios de que sí. Como amigo de los países árabes, ha actuado en calidad de mediador político para ayudar a resolver los problemas del Oriente Medio. Y también sirvió de mediador en otros conflictos particulares, por los que estuvo mucho más interesado de lo que se podría esperar.


Podríamos citar como ejemplo el caso del Itzarra. El petrolero Itzarra (con tripulación española, aunque con bandera de conveniencia panameña) fue detenido por las autoridades nigerianas el 19 de junio de 1984, cuando pretendía llegar a las aguas internacionales, tras cargar ilegalmente en Nigeria una partida de gasoil. Las autoridades retuvieron dos meses a toda la tripulación, pero después se contentaron con procesar y condenar a muerte al capitán Luis Peciña, por contrabando de gasoil. La detención se produjo en un contexto en que el contrabando de crudo estaba costando al país africano más de 500 millones al día, a la vez que producía una escasez acuciante en el mercado interior de los productos derivados, a pesar de ser uno de los máximos productores del mundo. Los contrabandistas compraban gasoil subvencionado para la pesca en Nigeria a mitad de precio, y lo llevaban a Canarias, donde se llegaban a mover más de 30.000 toneladas anuales. Al parecer, los armadores griegos habían sido los primeros en introducirse en este peculiar negocio, con la compañía naviera Lavinia.


Pero tras el golpe de Estado de diciembre de 1983, el nuevo Gobierno militar presidido por Muhammad Buhari había centrado sus esfuerzos en poner fin a la corrupción, para lo cual detuvo y procesó, en sólo 6 meses, a 474 altos cargos del Régimen civil derribado. Y en su lucha contra los barcos extranjeros que participaban en el negocio, había caído el Itzarra. Las autoridades nigerianas acusaron inmediatamente al armador y gerente José María López Tapia como verdadero responsable del delito, para que diera cuentas ante la justicia nigeriana. Pero López Tapia nunca mostró ningún interés por acudir a Nigeria. Ni siquiera interrumpió sus vacaciones en Bermeo. Ni tampoco su hermano y socio, Gregorio, que curiosamente navegaba por aguas mallorquinas en yate. López Tapia ya había estado implicado en marzo de 1980 en la quiebra de la naviera Letasa y sobre él pesaban diversas denuncias judiciales por presuntos delitos monetarios (evasión de divisas, estafa de fondos públicos...). Antes del golpe de Estado del 30 de diciembre de 1983, él y su hermano tenían, a través de unos intermediarios, negocios en la construcción y en el sector de hidrocarburos de Nigeria. Y desde entonces se encargaban de transportar crudo a Canarias con una flota de tres petroleros, uno de los cuales ya había sido detenido poco tiempo antes en Nigeria. Ante el conflicto, el Estado español no hizo nada para facilitar el traslado del más que dudoso López Tapia a Nigeria. Y tampoco mostró el menor asomo de solidaridad con los procesos anticorrupción que habían emprendido en el país. Bien al contrario, el Gobierno se dedicó a hacer declaraciones sobre la falta de garantías jurídicas, en las que exigía que se pusiera en libertad a Peciña de manera inmediata. Las gestiones, y aquí entramos en la zona oscura del asunto, llegaron al nivel más alto. Las hijas y la mujer de Peciña fueron a pedir ayuda al rey Juan Carlos, y las debió encontrar muy conmovedoras, porque el monarca a partir de aquel momento mostró un interés inusitado por el caso. Para empezar, la Embajada española contactó con el prestigioso abogado nigeriano Oduba, que cobraba más de medio millón de pesetas por día de trabajo, para que llevara la defensa de Peciña, que se centró en las buenas relaciones entre España y Nigeria. La mayoría de los países occidentales que en aquel momento tenían ciudadanos en prisiones nigerianas (por diferentes delitos, desde el contrabando hasta el tráfico de cocaína) quedaron perplejos ante la actitud del Estado español, que consiguió que al detenido que estaba en el centro penitenciario de Puerto Harcourt le enviaran cada día la comida desde el mismo hotel en que se alojaba su mujer, a cuenta de la Embajada, durante los dos años que duró el proceso. Además, en la prisión había varios presos comunes que trabajaban para Peciña como asistentes. Cuando se publicó la sentencia de pena de muerte, en diciembre de 1984, el rey de España envió una carta al presidente nigeriano en la que solicitaba el indulto y la inmediata libertad del capitán del Itzarra, pero no se sabe en qué argumentos se basaba para solicitar una gracia de aquella clase. La carta la llevó personalmente un emisario del monarca, nada menos que Manuel Díez Alegría, que había sido jefe del Alto Estado Mayor del Ejército, miembro del Consejo del Reino y senador real en la legislatura constituyente, además de haber colaborado con Juan Carlos, cuando todavía era príncipe, mano a mano con Manuel Prado, en aquella rocambolesca operación rumana para contactar con Santiago Carrillo en 1974. El 17 de diciembre de 1984, Diez Alegría, vestido impecablemente con el uniforme de teniente general del Ejército español, renqueante y cojeando levemente a sus 78 años, se reunió durante diez minutos con el presidente nigeriano Buhari. Le entregó la carta del rey y también hablaron de una próxima visita oficial del monarca al país, que se había aplazado sine die a raíz del golpe de Estado. Salió satisfecho del encuentro; y afirmó que la carta del rey había tenido "un impacto claro". Pero no consiguieron todo lo que querían: sólo la conmutación de la pena de muerte por una condena de 25 años de prisión. No era suficiente, y las instituciones españolas continuaron haciendo gestiones. Al fin, cuando el general Buhafi fue derribado, en agosto de 1985, por otro golpe de Estado, esta vez dirigido por el general Babangida, se acabó la campaña anticorrupción. El nuevo presidente nigeriano decidió personalmente anular la sentencia de Peciña, que fue puesto en libertad el 19 de julio de 1986. El Estado español se había gastado 70 millones reconocidos para defenderlo, más los gastos de su familia. En la prisión, curiosamente, Peciña había engordado unos cuantos kilos. No se sabe qué deben opinar de todo esto los familiares de otros presos españoles en prisiones extranjeras, pero el asunto, a simple vista, suena bastante extraño y no es difícil imaginar por qué varias personas llegaron a la conclusión de que el monarca tenía algo que ver con los negocios de los López Tapia. Tres años después, en 1991, el armador López Tapia reclamaba al país africano 45 millones de dólares, a través de un proceso admitido a trámite por la Audiencia Nacional, por piratería contra el Gobierno que había encabezado Buhari, por haberse quedado con el Itzarra ilegalmente.




TRÁFICO DE ARMAS

Otro de los sectores con los que se han relacionado "amigos íntimos" del rey es el tráfico de armas. En la década de los setenta Manuel Prado ya estaba al frente de la sociedad Alkantara Iberian Export, una mercantil mixta impulsada por los gobiernos de España y de Arabia Saudí para canalizar, en principio, la venta de bienes de equipo a Riad. En la empresa participaron Focoex y el INI, por parte española, y Triad International (la sociedad de Adhnan Kashogui) por parte saudí, en la que, además, trabajaba Borja Prado, el hijo del mejor amigo del rey. Alkantara más tarde se reconvirtió para canalizar la venta de armamento.


En la época del PSOE, la intendencia del Ejército pasó a ser controlada por las autoridades civiles del Ministerio de Defensa. Desde aquel momento, la compra de armamento y las dotaciones se dictaron con intereses gubernamentales, que a veces no entendía ni el mismo Ejército. Una de las empresas que hizo buenos negocios en esta etapa fue Simulación, Mando y Control SA, que tenía por objeto elaborar programas informáticos aplicables a aviones de combate y barcos de guerra. Compartían capital Mario Conde y Borja Prado Eulate (hijo de Manuel Prado), a través de BTA Internacional (que se dedica a vender tecnología para la defensa, es decir, armamento); y era consejero Juan Alfonso Cardenal Pombo (hermano de Jaime, el socio de Miguel Arias en el restaurante Las Cuatro Estacionas, íntimo amigo del rey).




ESPECULACIÓN FINANCIERA

Es difícil clasificar otras actividades económicas de los "amigos" del rey, que para la gente común se fundamentarían básicamente en "manejar millones': operaciones de bolsa, gestión de créditos, fondos de inversión especulativa…, para las cuales hace falta disponer de un capital, o mejor dicho, que no son aptas para pobres. Juan Carlos, en principio, no tenía dinero para jugar a este juego tan divertido. Pero tan pronto ocupó el trono después de que muriera el dictador, Manuel Prado se dedicó a remitir una serie de misivas reales a otros tantos monarcas reinantes, especialmente del mundo árabe, para pedirles dinero en nombre del rey de España. Y después el mismo Prado invertía, especulaba, gestionaba aquellos fondos de la manera más conveniente. En concreto, de la corte de Arabia Saudí (en aquel momento se trataba del rey Halid, y Fahd era el primer ministro) recibieron la nada despreciable cantidad de 100 millones de dólares (unos 10.000 millones de pesetas), como crédito a devolver en diez años sin intereses (no podían ser usureros entre hermanos), en respuesta a una carta, fechada el 22 de junio de 1977, en la que sólo se solicitaban 10 millones para apoyar al partido de Adolfo Suárez en las elecciones municipales y, de este modo, proteger a la monarquía. Manuel Prado, encargado de administrar los dineros del rey, invirtió la suma como mejor le pareció. Y al cabo de unos años, la Casa Real dijo que no tenía dinero para pagar el crédito. Pero los saudíes, en contra de lo que Prado habría podido pensar, estaban decididos a recuperarlo, y de la tarea de reclamar la devolución se encargó un hermano del rey Fahd, que tenía una espléndida mansión en la Costa del Sol.



En Mallorca se cuentan divertidas anécdotas de esta época. Al parecer, una vez que el príncipe saudí fue a comer con el rey a Palma, quienes le habían ido a recibir, Prado y Tchokotua, se equivocaron de aeropuerto. En su lugar recibieron a los duques de York en el aeropuerto militar, mientras en el aeropuerto civil, al ver que no le había ido a recibir nadie, el hermano del rey Fahd volvió a Marbella muy enfadado. Cuando se enteró, el rey tuvo uno de sus fantásticos ataques de ira, rompió sillas y muebles del Patrimonio Nacional en Marivent, pero consiguió arreglar el asunto pidiendo disculpas al príncipe y, al final, le dieron cinco años más para devolver el dinero. Como cuando venció el plazo, en 1996, Prado insistía en el hecho de que no había dinero, Conde le facilitó un crédito de 3.500 millones, los cuales se justificaron oficialmente como si se hubieran destinado a solucionar los problemas de la ruinosa urbanización de Castillo de los Gracianos. No se sabe si al final Prado pagó o no pagó, o si el tema todavía está pendiente. Por Palma de Mallorca, durante bastante tiempo, corrió de boca en boca una frase chistosa sólo para iniciados: "¡Que viene el moro cabreado y quiere cobrar!"


Tampoco se sabe dónde pudieron ir a parar los 100 millones de dólares gestionados por Prado. Fue una época en la que los negocios especulativos eran la monda, la edad dorada del "clan de la 'beautiful'", cuando los más listos del PSOE pusieron las bases de la cultura del pelotazo, con Miguel Boyer como ministro de Economía y Hacienda y Mariano Rubio como gobernador del Banco de España. Y en aquella época, en las que denominaban "cenas de amor", el rey solía acudir José María Entrecanales, Manolo de la Concha, José Maria Echevarría, Carlos Bustelo, Rafael Pino, Carlos Solchaga, Juan Tomás de Salas y unos cuantos más. Como se debe recordar, durante el escándalo de la trama Ibercorp acabó saliendo a la luz una lista trucada de beneficiarios por la venta de acciones de Sistemas Financieros, en la que figuraban muchos de los asistentes a aquellas cenas, como Mariano Rubio, Miguel Boyer y Leopoldo Calvo Sotelo, entre otros. Y, también, la infanta Pilar de Borbón, hermana del rey, y un tal "Arias y Rey", que resultó que era Miguel Arias Molino, el dueño del restaurante Las Cuatro Estaciones. Nunca se encontraron pruebas de que el rey, personalmente, tuviera más implicaciones en la trama de Manuel de la Concha.



NEGOCIOS INMOBILIARIOS

Para acabar, es preciso destacar un sector de la actividad económica en el que ya habían dado los primeros pasos Alfonso XIII y Don Juan, el conde de Barcelona, aprovechando los regalos que les hacían los súbditos: el sector inmobiliario. El rey tenía buenos contactos en el mundillo de la construcción, desde los tiempos de Camilo Mira y su urbanización de Las Lomas. Otro buen amigo suyo era Joaquín Vázquez Alonso, el constructor que remodeló en su día el palacio de La Zarzuela, emprendió a su vez varias obras en el de La Moncloa, y también se encargó de construir la finca Los Carrizos de Mario Conde. Joaquín Vázquez era, además, socio de Borja Prado Eulate (hijo de Prado) y Jaime Cardenal Pombo (el copropietario, con Miguel Añas, de Las Cuatro Estaciones) en Spengler SA. Esta pequeña inmobiliaria consiguió que le adjudicaran por las buenas la remodelación de todas las fachadas de las sucursales de (un negocio de 1.058 millones), en los mejores tiempos de la amistad entre Mario Conde y el rey. Luis Roldán también le adjudicó la construcción de dos cuarteles de la Guardia Civil.


En la década de los noventa, el Ayuntamiento de Monachil (Granada), por un acuerdo en pleno, reservó para la estación de esquí de Sierra Nevada una parcela de la empresa pública Promonevada, de 1.113 metros cuadrados, con el fin de construir una residencia para don Juan Carlos. Como tantos otros municipios que antes habían probado suerte con Alfonso XIII, querían que la presencia del monarca sirviera para atraer el turismo. El rey no se negó y aceptó agradecido el obsequio por escrito. Pero en una extraña operación, Promonevada acabó vendiendo la parcela a la sociedad Pequeños Hoteles de Montaña por una cantidad ridícula, 60 millones, y en lugar de la residencia real se construyó el Hotel Lodge. La operación fue avalada por la sociedad Daude, de Miguel Arias Molino. Pequeños Hoteles de Montaña, creada con este fin en 1992, era propiedad de Vázquez Alonso y Cardenal Pombo. Miguel Arias Molino también tenía unas cuantas acciones.


Otro de los negocios inmobiliarios relacionados con el rey fue el de Castillo de los Gracianos, un proyecto urbanístico faraónico en Jerez de la Frontera ideado por Manuel Prado, para aprovechar el que sería el boom en el sur de la Expo 92. Prado compró la finca a través de su empresa Trebolquivir a la familia Calle Vergara, y el alcalde de Jerez, Pedro Pacheco, le dio todas las facilidades. A comienzos de 1990 se hizo socio Javier de la Rosa, con quien firmó un acuerdo a través de Prima Inmobiliaria. En las 200 hectáreas de terreno, Prado quería construir chalés, un hotel y hasta un campo de golf de 28 agujeros, en una zona castigada por la sequía. El desastre se veía venir y, en efecto, el negocio acabó resultando ruinoso. Tras la guerra del Golfo, en 1992, las deudas de Prima Inmobiliaria (que formaba parte del imperio de KIO) eran de más de 45.000 millones. Aquí empezaron los problemas entre Prado y De la Rosa, que acabaron como el rosario de la aurora con el contencioso del grupo KIO. Conde acabó facilitándole un crédito de 3.500 millones para solucionar los problemas de Castillo de los Gracianos, que no solucionaron nada, puesto que, al parecer, los millones fueron a parar a otro sitio. Al final, ante la ruina del proyecto, la propiedad acabó en manos de Banesto, que vendió el complejo a la sociedad belga que la explota actualmente.



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El traidor y los fachas

Mensajepor El traidor y los fachas » Lun 14 Ene, 2008 2:43 am

A estas alturas escribió:Todas y cada una de esas cosas son una mentira, difundida esencialmente por el semanario "Época", un magazine fascista. Las que no son mentira tienen una explicación ya mil veces dicha. El libro de García Abad es de interés, el resto es basura. Pero García Abad no dice disparates, es un libro bueno, crítico.


Buen libro el de García Abad. la crítica es buena. Estos del foro son falangistas.

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vaya paño

todo verdad

Mensajepor vaya paño » Lun 14 Ene, 2008 7:21 pm

todo verdad y lo que no pone
lo que se deberia es difundir al publico en gral para que sepan quien es este individuo que se llama rey
que cara mas atroz, y sigue igual, cuanto mas tiempo este mas rico será, capaz de tocarle la loteria vamos
somos tontos y deberiamos poner las cosas en su sitio, y a este individuo mas aún , menudo trabajo le cayó al tiparraco toda su vida viviendo la vida a todo lujo y sin problemas de fiesta en fiesta,
lo primero es quitarle la inmunidad y despues pedir responsabilidades cuando corresponda
y en los casos que se saben pues devolver lo robado

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amigos reales

Mensajepor amigos reales » Jue 21 Feb, 2008 2:34 am

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AUNQUE RECONOCE QUE HUBO "PRUEBAS SUFICIENTES"
El Constitucional anula la pena de cárcel impuesta por el Supremo a "los Albertos"

El Tribunal Constitucional ha anulado la condena de tres años y cuatro meses de prisión que el Tribunal Supremo impuso a los empresarios Alberto Cortina y Alberto Alcocer por estafa y falsedad en documento mercantil. El Supremo consideró que "los Albertos" engañaron a sus socios al negociar la venta del conjunto de Urbanor, propietaria de los terrenos donde se construyeron las torres KIO, en Madrid.

http://libertaddigital.com/noticias/kw/ ... 24091.html


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El tesoro mejor escondido

EL PATRIMONIO DE DON JUAN CARLOS

Mensajepor El tesoro mejor escondido » Mar 28 Dic, 2010 1:25 am

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EL PATRIMONIO DE DON JUAN CARLOS


EL TESORO MEJOR ESCONDIDO DEL REINO


Dicen que losmonarcas viven a cuerpo de rey, aunque Don Juan Carlos tiene poco o casi nada a su nombre. Habita en palacios y disfruta de un yate que son propiedad de Patrimonio Nacional. El monarca dispone de nueve millones de euros al año para el mantenimiento de su casa, pero se desconoce a cuánto asciende su cuenta corriente. Algunos denuncian la opacidad de unos dineros que escapan a la lupa de la ley. por Juan Luis Galiacho

La última valoración oficial sobre el patrimonio del Rey de España queda algo lejos.Tiene fecha de abril de 2003, cuando la revista Forbes asignaba a Juan Carlos de Borbón una megafortuna de 1.790 millones de euros. Pero algo fallaba. El informe atribuía al monarca propiedades privadas que realmente pertenecen a Patrimonio del Estado –como el Palacio de la Zarzuela, el de Marivent o el yate Fortuna– lo que ocasionó el descrédito hacia ese reportaje por parte de la diplomacia extranjera y muy duras críticas de estamentos nacionales.

Ésta ha sido la única valoración económica que sobre nuestro Rey ha realizado la revista americana. Nunca más ha osado hablar sobre la fortuna de la Casa Real española. Ni Forbes ni ninguna otra revista económica especializada. Tanto silencio llamó la atención del reputado periódico inglés TheTimes, que cuestionó el oscurantismo que rodea a nuestra monarquía, asociándolo con el estilo de vida que, en ocasiones, ha llevado JuanCarlos I: yates, monterías, lujosos vehículos deportivos...“ El Rey le cuesta a cada español 18 céntimos de euro. Y aunque, en Gran Bretaña, Isabel II nos cuesta más, sabemos adónde va el dinero”, afirmó en una edición.

En esta clasificación sui géneris de Forbes sobre el dinero de la Corona, Juan Carlos de Borbón ocupaba el sexto lugar de los monarcas más ricos de Europa y el puesto 134 entre los más ricos del planeta. La valoración de Forbes fue tambien ratificada y apoyada desde la revista británica Eurobusiness, propiedad de Bernie Ecclestone, longevo magnate de la Fórmula 1.

NEVADA PROPIEDAD.

A día de hoy, al Rey de España no se le conoce oficialmente ningún otro empleo que no sea la Jefatura del Estado, por la que cobra un sueldo mensual y por la quecotiza como un ciudadano más a Hacienda. No se halla nada legalmente inscrito a su nombre y, si lo hubiera, es el propio Registro de la Propiedad quien actúa de filtro censor denegando la información. Así ha ocurrido con una propiedad que figura a nombre de Juan Carlos de Borbon y Borbón en el municipio granadino de Monachil, situado en el Parque Nacional de Sierra Nevada, en cuyo término se encuentra la estación de esquí granadina. Se trata de la finca registral n º2.607, cuya información fue denegada a este medio por el registrador, aludiendo que “dada la especial relevancia social del titular solicitado, ha de acreditarse de forma clara y expresa el interés en la información solicitada”.

RECLAMO TURÍSTICO.

Se da la circunstancia de que en la década de los 90, el Ayuntamiento de Monachil, en acuerdo plenario, reservó para la estación de esquí de Sierra Nevada una parcela de la empresa pública Promonevada, de 1.113 metros cuadrados, con el fin de construir allí una residencia para Don Juan Carlos. Como tantos otros municipios, se pretendía que la presencia del monarca sirviera para atraer el turismo. El Rey no se negó a ello y aceptó el obsequio agradeciéndolo por escrito. Más tarde, la empresa Promonevada acabaría vendiendo esa parcela por la cantidad de ¿60 millones? a otra sociedad, llamada Pequeños Hoteles de Montaña. Pero en vez de levantar una regia residencia, se construyó el Hotel Lodge, en cuya construcción aparecen amigos del monarca como Miguel Arias Molino o Jaime Cardenal Pombo, ambos copropietarios del restaurante madrileño Las Cuatro Estaciones, del que es asiduo el soberano. Arias y Cardenal también son regentes de la estación leridana de Baqueira-Beret, pistas muy frecuentadas por JuanCarlos I.

Lo cierto es que, aunque el Rey haga la declaración de sus bienes a la Agencia Tributaria como cualquier otro españolito, nadie conoce con exactitud cuál es su renta. Ni tampoco cuál es su patrimonio ni sus propiedades. La única forma de conocer sus ingresos públicos es rastrear los presupuestos generales del Estado. En este 2010, la Casa del Rey ha percibido la cantidadde 8.896.920 euros, aunque este montante no viene desglosado. Algunos economistas afirman que el gasto real es muy superior y que asciende a unos 25 millones de euros.

Desde 1978,de la mano del Gobierno de UCD, se empezó a asignar una partida presupuestaria a la Casa del Rey (no sujeta a observancia alguna). Una cantidad que ya en el año 1980 llegaba a los 200 millones de pesetas (1,2 millonesde €). Hasta entonces, Su Majestad cobraba un sueldo como Capitán General de los Ejércitos.

La Constitución Española blinda al Rey al establecer que tiene derecho a un presupuesto propio que puede gestionar libremente. Así, el primer punto del Artículo 65, dentro del Título II: De laCorona, hace mención expresa a que “el Rey recibe de los Presupuestos del Estado una cantidad global para el sostenimiento de su Familia y Casa, y distribuye libremente la misma”. Desde 2007, un interventor controla las cuentas reales. El primero ene strenarse en el cargo fue el veterano experto en Derecho Administrativo Óscar Moreno Gil (75 años), que depende directamente del Jefe de la Casa del Rey. Este nombramiento fue calificado por la Casa del Rey “como una simple decisión administrativa y burocrática adoptada para mejorar el funcionamiento interno de la institución”. Esos caudales tampoco están sujetos al Tribunal de Cuentas.

OPACIDAD DENUNCIADA.

Actualmente, muchos grupos políticos exigen más transparencia en lo referente a los presupuestos anuales de la Casa del Rey. Unos datos que, según los más críticos, “sólo se esconden en España”, no ocurriendo lo mismo con las restantes monarquías de Europa, caso de la inglesa, con un patrimonio conocido de la reina Isabel II en torno a los 2.000 millones de euros, o del príncipe Hans-Adams de Liechtenstein, con 3.000 millones.

Son muchos los que denuncian la opacidad financiera. Como Ezquerra Republicana de Catalunya, que por este motivo llegó a presentar una demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Un grupo al que, además, le fueron rechazadas 100 preguntas en el Parlamento español sobre el control a la monarquía. También el diputado de Izquierda Unida Gaspar Llamazares preguntó al Gobierno sobre si podía dar “garantías” de que ningún recurso de la Familia Real estaba “en paraísos fiscales”, en referencia a presuntas cuentas en Suiza.

Otro de los políticos más críticos con la opacidad de la Casa del Rey es el diputado andaluz por Izquierda Unida-Los Verdes Convocatoria por Andalucía, Antonio Romero, que ha denunciado que al presupuesto oficial destinado habría que añadir muchos más gastos, como los más de 100 funcionarios que paga el Ministerio del Interior, el mantenimiento de palacios y posesiones (cerca de un millón de euros), los viajes al extranjero (cubiertos por Asuntos Exteriores y Defensa), y el numeroso parque móvil (sufragado por el Ministerio de Economía). Otros ex cargos públicos, como el parlamentario vasco Iñaki Anasagasti, han denunciado otra presunta forma de enriquecimiento: los regalos recibidos por el monarca español y que han contribuido a su fortuna personal. Entre ellos se conservan auténticas joyas de la automoción y miles de piezas de coleccionista. Hace unos años, el presidente de Audi, Ferdinand Piech, regaló al soberano un Audi 8, bólido que el monarca había probado durante largo tiempo. Otra famosa cesión fue la de dos Nissan 350Z durante el año 2003. Se trataba de dos deportivos biplaza valorados en más de 40.000 euros cada uno. En uno de sus cumpleaños, varios empresarios –entre ellos el financiero catalán Javier de la Rosa– le regalaron un Porsche 959 valorado en cerca de 150.000 euros. Por su parte, la casa Mercedes ha hecho importantes donaciones al parque móvil real con deportivos y todoterrenos. El Rey también aceptó un regalo del magnate millonario Malcolm Forbes, dueño de la revista Forbes. El presente fue una Harley Davidson. Y del diseñador italiano Nicola Trussardi, Don Juan Carlos recibió una moto MV Augusta (una de las más veloces delmundo).

Pero el rey de los regalos fue el yate Fortuna, donado por conocidos empresarios mallorquines. Reunieron el dinero para su compra en una selectiva colecta (dicen que sugerida por el propio Rey). Costó unos 16 millones de euros, a los que el Gobierno autonómico balear, entonces presidido por el hoy imputado en el caso Palma Arena, el popular Jaume Matas, añadió otros 2,5 millones. Gracias a ellos, el yate Fortuna, cedido luego a Patrimonio del Estado para evitar malas interpretaciones, ha servido a Juan Carlos I para disfrutar los veranos del Mediterráneo junto a su familia e invitados.

CARO CARBURANTE.

El costoso gasto en llenar el tanque de gasolina del Fortuna, al igual que también su privilegiado mantenimiento, corre a cargo del Ministerio de Economía y Hacienda a través de los Presupuestos Generales del Estado. Por ejemplo, sólo llenar los 250.000 litros de combustible del tanque del yate Clarena II, relativamente similar y propiedad del constructor Paco Hernando El Pocero, cuesta 260.000 euros. Hasta el año 1994, la Casa del Rey fue la institución oficial que presentaba siempre la factura más cara de carburante. Fue a partir de ese ejercicio cuando el Ministerio decidió suprimir tanta especificación en su memoria económica. Hasta entonces, últimos datos conocidos, la Familia Real gastaba una media anual en gasolina de unos 29 millones de pesetas (174.000 euros). Hoy, el parque móvil monárquico consta de unos 60 vehículos de alta gama.

También se ha denunciado, desde algunos partidos políticos, el posible uso de testaferros en su incremento patrimonial. Javier de la Rosa, financiero catalán tristemente célebre por el caso KIO, llegó a transferir 75 millones de euros a Manuel Prado y Colón de Carvajal, gran amigo y administrador privado del Rey. Aunque Manuel Prado negó inicialmente haber recibido tal suma, después, y ante evidencias apabullantes, tuvo que reconocerlo. Lo que quedó entre interrogantes fue si Prado, que recibió las transferencias del catalán en nombre del Rey, se lo transfirió presuntamente a éste. Aunque el monarca, según se establece en la Constitución, “no está sujeto a responsabilidad”, Manuel Prado sí, y por ello fue condenado con pena de cárcel.

UN ENTORNO OSCURO.

Hay quien sugiere que en la construcción de su fortuna personal ha sido vital su intermediación en pro de los intereses de las multinacionales españolas y a favor de determinados empresarios españoles (conocidos suyos). En el libro El negocio de la libertad (Ed.Foca,2000), el periodista Jesús Cacho va más allá y habla de las vías de financiación personal del Rey, señalando que “una de las primeras formas conocidas fue el petróleo (...).Nada más ocupar Juan Carlos I el trono, Manuel Prado y Colón de Carvajal, el hombre de confianza del Rey, se dedicó a remitir varias misivas reales a otros tantos monarcas reinantes, especialmente del mundo árabe, para pedirles dinero en nombre del rey de España”.

También muy próximos a Juan Carlos de Borbón aparecen nombres de banqueros y empresarios, muy populares en España por sus problemas judiciales, como Mario Conde, los primos Alberto Cortina y Alberto Alcocer, el príncipe de origen georgiano Zourab Tchokotua... Otros son señalados como compañeros de mesa y mantel, como el restaurador Miguel Arias (propietario del restaurante Flanigan en Palma de Mallorca, local muy frecuentado por el monarca), el constructor Joaquín Vázquez Alonso, quien en su día remodeló el Palacio de la Zarzuela, Francisco Sitges, ex presidente de Asturiana de Zinc y de los astilleros Mefasa, empresa encargada en su día de construir el yate Fortuna... Entre todos habrían ido tejiendo una tupida red de negocios.

Afirman los historiadores que la opacidad y falta de transparencia, tanto de la gestión del presupuesto de la Casa del Rey como de su fortuna, es algo innato a la monarquía española desde que Don Juan de Borbón, padre de Don Juan Carlos, enajenara alguna de las propiedades que heredó de su padre, Alfonso XIII, y vendiera otras que en su día le pertenecieron, como la residencia Villa Giralda, en Estoril (Portugal). Estaba situada en un barrio residencial cercano al mar y se trataba de un chalé de dos pisos y no de una gran mansión. Fue vendida a un súbdito alemán en 1990 por 85 millones de escudos (400.000 euros).

Fue el banquero ya fallecido, Luis Valls Taberner, copresidente del Banco Popular, quien empezó en 1962 a administrar una “ suscripción popular” para aportar liquidez al patrimonio real, con el apoyo de otros banqueros y empresarios ligados al regimen franquista. Muchas de las propiedades que en su día fueron cedidas al abuelo de Don Juan Carlos fueron compradas o expropiadas para engrosar el patrimonio del Estado o bien fueron adquiridas por las diferentes instituciones autonómicas (caso del Palacio de Miramar situado en la zona noble de San Sebastián).

Entre las propiedades recompradas se encuentran, por ejemplo, el Palacio de la Magdalena, en Santander, regalado en 1912 al rey Alfonso XIII por los ciudadanos santanderinos. Con la llegada de la República, fue recuperado para el pueblo. En el año 1977, Don Juan de Borbón reclamó la propiedad de este edificio y fue entonces cuando el ayuntamiento negoció su compra por un precio de unos 150 millones de pesetas (900.000euros). El consistorio pidió para ello un préstamo al Banco de Santander (de la familia Botín, muy amiga de los monarcas). La última venta de una propiedad que correspondía a Alfonso XIII fue la de la pequeña isla de Cortegada, en la ría pontevedresa de Arousa. Fue expropiada a los vecinos de la localidad gallega de Carril a principios de siglo para regarlársela al rey Alfonso XIII. En 1978, su hijo, Don Juan de Borbón, vendió la isla (con frondoso bosque de laurel) por más de 60 millones de pesetas (360.000 euros) a la inmobiliaria Cortegada S.A.

A la muerte de Don Juan de Borbón, sólo figuraban en su testamento, según fuentes solventes, un chalé radicado en la lujosa urbanización madrileña de Puerta de Hierro, un edificio en la Gran Vía de Madrid y un apartamento en Estoril (Portugal). Los dos últimos ya han sido vendidos y el único de estos inmuebles que todavía figura a nombre de Juan Carlos I –eso sí, titularidad compartida con sus hermanas Pilar y Margarita de Borbón– es el chalé madrileño que fue la última residencia de Don Juan y de su mujer, María de las Mercedes. de Borbón y Orleans, condesa de Barcelona.

Hoy los reyes de España viven en su residencia oficial del Palacio de la Zarzuela. En un principio, La Zarzuela era una pequeña residencia de caza de los Borbones, pero tras varias ampliaciones –la mayor entre 1987 y 1988– hoy cuenta con más de 4.200 metros cuadrados, donde trabajan unas 160 personas cuyos sueldos dependen de diferentes ministerios. Su mantenimiento depende de Patrimonio del Estado. Pero en verano, los reyes también utilizan la residencia oficial del Palacio de Marivent, en Palma de Mallorca, que cuenta con 1.200 metros cuadrados. Se trata de una cesión, en 1973, de la Diputación Provincial de Mallorca a Don Juan Carlos para que pasara allí sus descansos estivales. El edificio perteneció en su día al coleccionista de arte griego Juan de Saridakis, que fue quien lo donó, a su vez, a la Diputación. Junto al edificio principal de los Reyes, las Infantas disponen de dos pabellones contiguos y el Príncipe tiene para él y su familia una casa propia de estilo mallorquín, llamada Son Vent, y radicada a su vez en el propio recinto de Marivent.

    NEGOCIOS DE FAMILIA.
Con respecto al patrimonio de la Reina Sofía, no se le conoce tampoco participación activa y oficial en el mundo empresarial en España, aunque su familia (en concreto, su hermano Constantino de Grecia) sí tiene negocios en Reino Unido. En España, sólo dirige la fundación que lleva su nombre dedicada a la lucha contra el Alzheimer y la violencia familiar.

Además, la Reina amadrina con su presencia eventos y entidades culturales. Pero al margen de los monarcas, muchos integrantes de la Familia Real española hacen sus negocios. El yerno deportista, Iñaki Urdangarín, es un alto cargo de la compañía Telefónica, además de poseer una inmobiliaria llamada Aizoon S.L. La hermana del Rey, Pilar de Borbón, centra sus negocios en prestigiosas multinacionales (Thyssen Bornemisza) y en empresas de lujo (Richemont Iberia). Y su primo hermano, Carlos de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma, duque de Calabria, está vinculado a importantes y variados negocios de ingeniería (Telvent Git), constructoras (Reyal Urbis) y petróleo (Compañía Española de Petróleos). Muy lejos quedan los tiempos narrados por los cronistas de la época que afirmaban que Don Juan Carlos llegó al trono literalmente con lo puesto.


LAS CIFRAS REALES

1. 18 CÉNTIMOS. Eso es lo que nos cuesta a cada español al año la manutención del rey, su casa y su familia.

2. TERRENITO EN LA SIERRA. En el Registro de la Propiedad consta una finca de en Sierra Nevada en la que figura Su Majestad. Mide 1.113 metros cuadrados.

3. ¿RESTAURADOR? Hay quien apunta (extremo nunca corroborado ni confirmado) que el Rey es socio del restaurante madrileño Las Cuatro Estaciones.

4. SECRETO ALPINO. El diputado de IU Gaspar Llamazares sugirió que la Familia Real podría tener cuentas secretas en Suiza.

5. 25 MILLONES DE EUROS. Ese sería el monto real de su gasto anual, bastante más que los nueve millones que le llegan de los Presupuestos Generales del Estado.

6. CUENTAS CONTROLADAS. Desde 2007, el interventor Óscar Moreno Gil se encarga de auditar y controlar las cuentas del Rey.

7. EL BARCO. 16 millones de € costó el Fortuna (sufragado con una cuestación de empresarios mallorquines). Para evitar suspicacias y reproches, el Rey lo cedió a Patrimonio Nacional.

8. ERRADAS. La revista Forbes cifró la riqueza de Don Juan Carlos en 1.790 millones de euros..., claro que valoraba todos los palacios que pertenecen a Patrimonio.

9. NO LAS DISFRUTÓ. Su padre, Don Juan de Borbón, vendió posesiones de Alfonso XIII (isla Cortegada y palacio de la Magdalena).

10. TURBIO MECENAS. Prado Colón de Carvajal, ya fallecido, pidió presuntamente dinero en nombre del Rey para su enriquecimiento.



ELMUNDO. MAGAZINE. 19/12/2010

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Regadera
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Mensajepor Star » Mar 28 Dic, 2010 2:39 am

Porquería, solo inmundicia y podredumbre.

... y la necrosis se tornó envidia... entonces, escribió mentiras...

Si tan seguros estáis, ¿Por qué no dais la cara? Atajo de covardes sin pudor ni vergüenza. Ingratos, ignorantes, amnésicos, impotentes y soñadores republicanos, ilusos.

Tenéis ansias de poder, de una 3ª república??? mostradme cómo fueron las anteriores y quien es garante de la 3ª, atajo de descerebrados covardes.

No tenéis nombre, no sois nada, por eso ni uno solo de vosotros hablaría registrado.


Debéis creer integralmente las mentiras, calumnias y embustes que habéis escrito, por eso no dais la cara. Solo acusáis, tiráis la piedra y os escondéis todo enteros llenos de vergüenza. No sois NADA.

Calumniar así a El Rey de ESPAÑA es lo más bajo que podéis hacer, pedazo de malas bestias.

Si algún Republicano de ideales lee esto le dará asco, porque no exponéis una sola ventaja, seguridad o razón, un "Porqué de la 3ª República" sólo os limitáis al insulto, la mentira y la degradación de quien lo ha dado y sigue dando todo... que tiene ventajas, SI y QUÉ??
Sólo veis eso?

Podría argumentar cosas que ha hecho el REY por España a cambio de nada, por amor a su país, Cagadas de los políticos de turno que ÉL ha resuelto... pero no sabéis que es amar a España, no veis más allá de vuestras absurdas quimeras... además todo es de dominio público y no hay más ciego que quien no sólo no quiere ver, si no que hace blanco lo negro.

Si tan seguros estáis de algo, 1º, hablad como registrados, 2º véndeme la República y no lances infamias a la Monarquía.

No responderé absolutamente a nadie que no sea registrado y de la cara de alguna forma.
Falta valor y sobran complejos temores y covardes.


Aseguraos que lo que habéis escrito es legal, que se puede decir, esta url, va a DT.


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el colmo

Mensajepor el colmo » Mar 28 Dic, 2010 2:53 am

Vete a amenazar a PJ que es el que publica el artículo en su periódico o al autor del libro cuyo capítulo esta ahí colgado. Pero una cosita, deja de amenazar a los foreros y de insultar a las personas que no comparten tú opinión. Aprende a convivir con los que opinan distinto o vete.

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anonimo

sin acritu

Mensajepor anonimo » Mar 28 Dic, 2010 2:54 am

DISCREPO EN TODO

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Invitado

Mensajepor Invitado » Mar 28 Dic, 2010 3:00 am

Ser monarquico imprime caracter :lol:

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Regadera
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Mensajepor Star » Mar 28 Dic, 2010 1:06 pm

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Piitas piiitas... anónimas gallinitas...

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¿millonario?

Zarzuela ‘confidential’: ¿es el rey millonario?

Mensajepor ¿millonario? » Lun 14 Feb, 2011 4:27 pm

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Zarzuela ‘confidential’: ¿es el rey millonario?

Que el rey Juan Carlos es uno de los hombres más influyentes de nuestro país no es ninguna novedad, pero ¿es además uno de los mas ricos? Imposible saberlo. La opacidad con la que se tratan la renta y el patrimonio de la Casa Real hace inviable conocer si, como aseguran las revistas financieras Forbes y EuroBusiness, el monarca cuenta con una fortuna de más de 1.790 millones de euros.

De nada han servido las continuas críticas e iniciativas de los partidos políticos, principalmente de Esquerra Republicana de Catalunya, las cuentas de su Majestad el rey siguen siendo un misterio sin resolver. Al contrario de lo que sucede en otras monarquías, como la inglesa, donde es de dominio público que el patrimonio de la reina Isabel II asciende a casi 2.000 millones de euros.


Recibe 9 millones de euros de los españoles

Pero, ¿a cuánto se eleva la fortuna de la Familia Real española? Nadie lo sabe realmente. Sólo hay una certeza, y es que los únicos ingresos legales del rey como jefe del Estado son los casi 9 millones de euros que recibe de los españoles, o lo que es lo mismo, los 18 céntimos que cada ciudadano aporta al año para mantener los gastos de la Casa Real.

Sin embargo, esto contradice las cuentas de Forbes y EuroBusiness, que afirman que Juan Carlos I ha conseguido amasar una fortuna personal de 545 millones de euros, a lo que habría que sumarle el resto a bienes familiares, incluidos palacios y terrenos en distintas provincias. De acuerdo con estos cálculos, el rey figuraría en el puesto 115 en la lista de los 400 europeos más ricos.

La Casa Real lo desmiente

La Casa Real se ha visto obligada a intervenir para desmentir estas cifras en distintas ocasionas. Las han calificado de "disparatadas" y aseguran que la única explicación es que "se haya entendido erróneamente que los bienes públicos del Patrimonio Nacional, del Estado español, son propiedad de su Majestad". Además, en una carta enviada al director de la revista EuroBusiness, la oficina del rey aseguró que el monarca "efectúa anualmente, como el resto de los españoles obligados a ello, las correspondientes declaraciones de renta y patrimonio".

Desde 2007 un interventor controla las cuentas reales, pero el Rey puede disponer del dinero como le plazca y no se desglosan las partidas de gasto.

Los expertos apuntan a los regalos como la explicación más plausible del incremento de riqueza del rey. Un claro ejemplo es su último yate, el Fortuna, sufragado por un grupo de empresarios mallorquines, que sumaron mediante una colecta los más de 16 millones de euros que costó el 'detalle'.




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