LOS NEGOCIOS DE JUAN CARLOS I: TREINTA AÑOS A CUERPO DE REY

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¿Cuánto reinarán Felipe VI y Letizia?


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LOS NEGOCIOS DE JUAN CARLOS I: TREINTA AÑOS A CUERPO DE REY

Mensajepor Invitado » Dom 03 May, 2020 9:30 pm

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Juan Carlos, del Golfo a Suiza: un maletín y 25 años de mordidas millonarias a costa del hermano árabe

Desde el episodio del empresario Javier de la Rosa en 1995 y su relación con el círculo del Rey hasta el último escándalo de los dos millones de euros, esta es la cronología de un cuarto de siglo de escándalos.


Lo último ha sido un maletín de casi 2 millones de euros, pero antes existieron otras acusaciones de trajines de dinero desde países del golfo Pérsico a cuentas en Bancos suizos donde siempre aparecía relacionado el rey Juan Carlos. Aunque se llegó a decir que en 1977 el Sha de Persia había entregado 100 millones de dólares, fue en 1995 con los dineros de Kuwait que Javier de la Rosa decía haber entregado al círculo próximo al Jefe del Estado cuando comenzó la contabilidad de la sospecha. Más tarde se conoció el escándalo de los 100 millones de Arabia Saudí por la construcción del AVE a La Meca: 25 años de mordidas millonarias a costa del hermano árabe.

Los patrones se repiten. Origen: el golfo Pérsico. Destino: Banca suiza. La diferencia es que ahora existe una investigación abierta por parte de la fiscalía helvética y otra en la Audiencia Nacional en España que pretenden averiguar la verdad. Las comisiones rogatorias están dando resultado y se esperan nuevas revelaciones en las próximas semanas.

El juez Manuel García Castellón no deja de investigar. El pasado viernes 24 de abril, el magistrado del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional dictó un Auto donde deja constancia de la existencia de “documentos oficiales del Reino de Arabia Saudí relacionadas con varias cartas de invitación para empresarios españoles” para trabajar en aquel país. Esta documentación habría sido encontrada durante el registro realizado en noviembre de 2017 en el domicilio del ex comisario José Manuel Villarejo en Boadilla del Monte y forman parte de la llamada Operación Tándem.

Pero el juez Garcia Castellón ha dado un paso trascendental porque las piezas del rompecabezas empiezan a encajar. El magistrado anuncia en su escrito que parte de los documentos encontrados incluyen “información confidencial” relacionada con otra pieza separada declarada secreta y que también está siendo investigada en su juzgado: la denominada inicialmente como “Carol” donde se investigan el reparto de comisiones ilegales por la construcción del AVE a La Meca, también en Arabia Saudí.

Y es que desde hace meses un fantasma persigue al rey emérito Juan Carlos: los dineros de los países del golfo Pérsico que presuntamente pasaron por sus manos y terminaron en distintas cuentas opacas controladas desde Suiza. El último escándalo se conoció en el día de ayer y lo confesó en 2018 el gestor de su fortuna real en Suiza, el abogado Arturo Fasana, ante el fiscal suizo, Ives Bertossa que investiga estas actividades ilegales: Juan Carlos le entregó en Ginebra, siendo Rey en 2010, un maletín con 1,7 millones de euros que había recibido como regalo del rey de Bahréin. De hecho, unas semanas antes de esa entrega, el entonces Rey estuvo en el país asiático, donde asistió al campeonato de Fórmula 1.


El Rey Juan Carlos en Bahréin

A continuación repasamos la lista de los escándalos de corrupción en los últimos 25 años, algunos investigados por la Justicia helvética y española, en donde se ha visto envuelto el Rey emérito Juan Carlos. Empezando por el último conocido, la donación del rey de Bahréin.

1. Los 1,7 millones del sultán

Bahréin es un archipiélago que abarca más de 30 islas en el golfo Pérsico. Su ubicación se encuentra al este de Arabia Saudí, al sur de Kuwait, muy cerca de Qatar y al oeste de Irán. Un enclave privilegiado, sobre todo por los inmensos yacimientos de gas natural y de petróleo que alberga en su territorio. Su monarquía es de tipo medieval, con absoluto poder del sultán, al frente de la cual se encuentra Hamad bin Isa Al Khalifa (70 años) que sería la persona que regaló al padre de Felipe VI la cantidad de 1.895.250 dólares (unos 1,7 millones de euros), según lo declarado por el administrador de la fortuna de Juan Carlos: el abogado suizo Arturo Fasana.

Desde agosto de 2018 el fiscal suizo Yves Bertossa mantiene abierto un procedimiento penal (P14783/2018) donde se investiga a los supuestos testaferros del rey emérito Juan Carlos señalados en las grabaciones que Corinna Larsen realizó ante el ex comisario Villarejo y que fueron publicadas en exclusiva por El Español. Entre ellos estarían los financieros Dante Canónica, Arturo Fasana y Álvaro de Orleans. Todos ellos tienen su residencia fiscal en Mónaco y numerosas cuentas abiertas en el país helvético. Además manejan cientos de sociedades en paraísos fiscales. Hay que recordar que Arturo Fasana fue investigado por la Audiencia Nacional como el broker que manejaba la cuenta “Soleado” en un banco suizo, en alusión al sol español y a los importantes clientes españoles que representaba ante la banca de aquel país.

2. Los 100 millones saudíes

Según publicó el pasado mes de febrero el periódico suizo Tribune de Genève el 8 de agosto de 2008 el entonces rey de Arabia Saudí, Abdallah bin Abdulaziz, habría realizado una transferencia de 100 millones de dólares a través del Ministerio de Finanzas saudí, a una cuenta de la banca privada Mirabaud a nombre de la fundación Lucum, una entidad panameña de la cual, presuntamente Juan Carlos de Borbón sería el único beneficiario. Dicha Fundación habría sido creada como “sociedad offshore panameña” por Arturo Fasana y Dante Conónica. La investigación suiza relaciona el cobro de esta cantidad de dinero con las presuntas comisiones que se podrían haber cobrado por la construcción del AVE a La Meca. Estos fondos habrían permanecido en la cuesta suiza hasta septiembre de 2012, cuando el Rey Juan Carlos transfirió los últimos 65 millones de dólares (unos 41,6 millones de euros) a su ex compañera sentimental Corinna Larsen.

Sin embargo la clave estaba en la entidad panameña Locum Foundation, constituida el 31 de mayo de 2008 para controlar esa cuenta del banco suizo Mirabaud y que tan solo unos días después, el 8 de agosto, recibió los 100 millones de dólares del ministerio de Finanzas saudí. Al frente de la Fundación los nombres de siempre: el abogado Dante Canonica y el gestor Arturo Fasana, ambos con oficina en territorio suizo. Sin embargo, la fiscalía suiza descubrió que el verdadero titular del depósito bancario y beneficiario de la mercantil era Juan Carlos de Borbón y Borbón.

Sin embargo, el escándalo no terminaba ahí porque la fortuna de Juan Carlos terminó salpicando a su hijo. El actual rey Felipe VI figuraba como beneficiario de dos cuentas: la primera, la denominada con el nombre Lacum, destinataria de los 100 millones de dólares relacionados con la construcción del AVE a la Meca; la segunda, utilizada presuntamente por el primo del rey emérito, Álvaro de Orleans-Borbón, para pagar viajes del padre del actual monarca.

Una vez publicada esta información, Felipe VI se vio obligado a actuar, haciendo público un Comunicado el pasado 15 de marzo donde renunciaba a su herencia personal y eliminaba la asignación oficial de su padre, pero, de igual manera reconocía que, desde hacía un año, en marzo de 2019, conocía que era beneficiario de esos fondos irregulares por una carta que se le había remitido desde un despacho del Reino Unido. Durante este periodo, padre e hijo compartieron actos e incluso Juan Carlos fue sometido a una grave intervención quirúrgica que, en caso de un fatal desenlace, podría haber activado el testamento de Juan Carlos a favor de su hijo.

Hay que recordar que Juan Carlos de Borbón cobraba una asignación anual de 194.232 euros brutos al año como rey emérito (al margen de gastos de vivienda, seguridad y viajes oficiales) y que los delitos de blanqueo de capitales o de fraude fiscal se cometen por cada movimiento de dinero opaco que se realice.

3. El 'regalo de 65 millones a Corinna

Corinna Larsen ha reconocido que en 2012 recibió una donación por parte del rey don Juan Carlos de 65 millones dólares. Dicho regalo se realizó después del batacazo y rotura de cadera del ahora rey emérito durante una cacería en Botswana donde estaban presentes Corinna y su hijo. Según los abogados de la antigua amiga íntima del rey “Corinna recibió un regalo no solicitado del rey emérito” descrita como “donación para ella y para su hijo” con los cuales se había encariñado, ya que durante varios años habrían cuidado del monarca debido a su mala salud.

Según lo investigado por la Fiscalía suiza también se habría entregado otro millón de euros a otra antigua amante del monarca español, cuya residencia se establece en Ginebra y que las investigaciones han demostrado que se trataría de Marta Gayá.

4. La 'mordida' del Banco Zaragozano

No tiene origen en el golfo Pérsico pero sí destino en Suiza. Y aparece involucrado el rey emérito. Durante el pasado mes de febrero el periódico británico “The Telegraph” reveló que el primo y testaferro del entonces rey Juan Carlos, Álvaro de Orleans, cobró 39 millones de libras –cerca de 50 millones de euros- por ejercer como mediador en la venta del Banco Zaragozano a Barclays en 2003. En declaraciones posteriores al diario El País, Álvaro de Orleans negó ser testaferro del anterior jefe del Estado y haber cobrado ninguna cantidad en su nombre. En conversación con El Español, James Badcock, confirmó que el diario británico tiene constancia documental del ingreso de esa cantidad de dinero “en la cuenta suiza de Álvaro de Orleans” y su relación “con la venta realizada en 2003 del Banco Zaragozano al Barclays”.

5. Javier de la Rosa

Fue otro de los episodios que la prensa española de la época calificó como “chantaje a la Corona”. Concretamente, los periodistas Isabel Durán y José Díaz Herrera publicaron el 9 de noviembre de 1995 en Diario 16, un reportaje titulado “Jaque al Rey”, en donde se detallaba como el empresario catalán, luego condenado por corrupción, Javier de la Rosa, había estado lanzando advertencias a todo aquel que quisiera escucharle sobre los supuestos pagos de hasta 100 millones de dólares “al antiguo embajador (Manuel Prado y Colón de Carvajal) por indicación y petición de una alta institución del Estado”.

6. El préstamo de los 100 millones

Jesús Cacho, en 1999 publicó el libro “El negocio de la libertad” donde daba cuenta de que, poco después de morir Franco, en 1977 Manuel Prado y Colón de Carvajal se dedicó a remitir una serie de misivas reales a otros tantos monarcas reinantes, especialmente del mundo árabe, para pedirles dinero en nombre del Rey de España. Una de esas cartas apareció publicada en Inglaterra en el libro de memorias del que fuera jefe de la Casa del Sha de Persia. Según Cacho, fue la monarquía saudí quien respondió afirmativamente a través de la concesión de un crédito de 100 millones de dólares. Crédito que, según lo publicado, nunca fue devuelto.

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LOS NEGOCIOS DE JUAN CARLOS I: TREINTA AÑOS A CUERPO DE REY

Mensajepor Invitado » Mar 19 May, 2020 1:37 am

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Arturo Fasana, el testaferro "indiscreto" del rey y la trama Gürtel

Francisco Correa rompe su silencio desde la cárcel para retratar al gestor de fortunas suizo que le pedía prestado coche y chófer para ir a ver al Rey a La Zarzuela. Por sus manos habrían pasado "miles de millones" de ricos españoles que los querían esconder sin tributar en paraísos fiscales. "La segunda vez que vimos a Fasana nos mencionó que don Juan Carlos era su cliente... Y no fue la única indiscreción"

ESTEBAN URREIZTIETA


«La segunda vez que nos vimos con Arturo Gianfranco Fasana fue en Ginebra. Sentados en torno a una mesa y un mantel, nos comentó que gestionaba una importante cantidad de dinero de don Juan Carlos en Suiza. Lo confirmó Ramón Blanco Balín, que estaba presente en la reunión».

Al oír aquellas palabras, allá por el año 2005, un ligero sobresalto corrió entre los españoles que compartían mesa y mantel con el entonces, creían, intachable fiduciario suizo. Con las palabras elegidas para la ocasión, Fasana les exhibía su flamante tarjeta de visita, la garantía definitiva de que él era el hombre más indicado para ocultar el dinero de los más poderosos en el país helvético. Ya entonces, como se preocupó de mostrar, su más insigne cliente español era el rey, que gozaba de una imagen intachable desde el punto de vista económico y financiero.


La declaración de Arturo Fasana como imputado en 2009

Ha pasado más de una década y varios de aquellos comensales están hoy en prisión. Uno de ellos, el empresario Francisco Correa, líder de la denominada trama Gürtel, desde la cárcel de Valdemoro rompe por primera vez su silencio en exclusiva para Crónica para relatar con detalle los años en los que compartió testaferro en Suiza con el rey emérito y dibujar el perfil de uno de los hombres más buscados del momento: el misterioso fiduciario que ha gestionado la fortuna oculta del monarca durante las últimas décadas y que se sitúa en el epicentro del escándalo que ha provocado su caída en desgracia.

Quien fuera una de las figuras más poderosas en torno al PP de José María Aznar, condenado a casi 52 años de prisión sólo por el primer gran juicio de la trama, hace memoria desde la prisión madrileña con un bolígrafo y un papel delante. Es su primera entrevista directa concedida a un medio de comunicación y lo hace de manera conjunta con Pablo Crespo, su histórico número dos, que también cumple condena en Valdemoro por Gürtel. Ambos alternan sus vivencias en un extenso cuestionario remitido por Crónica y que ha sido canalizado a través de sus letrados en plena pandemia.

Pablo Crespo, ex secretario de Organización del PP gallego, el hombre que gestionaba el emporio de empresas de eventos que llevaba a cabo los grandes mítines del partido en toda España, ayuda a buscar en el baúl de los recuerdos a quien siempre ha demostrado una lealtad inquebrantable: «Fue Ramón Blanco Balín quien nos presentó a Fasana», precisa en referencia al ex directivo de Repsol, a quien hace exactamente 15 años ficharon para «hacerse cargo de los asuntos tributarios de Correa». «Blanco Balín nos presentó a Arturo Fasana, que ofrecía servicios de depósito y gestión financiera a través de su sociedad Rhône Gestion, con domicilio en Ginebra». Y ahí comenzó la historia que acabó destapando la antesala del último gran escándalo de la Corona española.


HIJO DE DOS EMIGRANTES ITALIANOS

Fasana, natural de la localidad de Sagno, al sur de Suiza, está a punto de cumplir 65 años. Hijo de dos emigrantes italianos, Giovanni e Inés, se formó profesionalmente en el Credit Suisse de Ginebra y tiene la capacidad de hablar cinco idiomas con soltura y un español perfecto. Cursó un bachillerato comercial, trabajó un año en Inglaterra, seis meses en Argentina e hizo un curso de alemán en Colonia. En 1984 decidió dejar la banca, dar el gran salto en su carrera y convertirse en un gestor de grandes fortunas internacionales.

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Fasana y su mujer con el jinete Paul Estermann y su yegua olímpica.

Fasana puso en marcha su proyecto junto a su ex compañero en el banco suizo Marcel Hagger, ya fallecido, que gestionaba la cartera de clientes españoles y sudamericanos en la entidad financiera. Su filosofía consistió desde un principio en adoptar un «enfoque tradicional» basado en «la apuesta por el medio/largo plazo, los valores seguros y los productos estables». Y, por supuesto, en «la confianza» con su clientela.

A lo largo de los años, el hijo de los emigrantes italianos consiguió situarse como un despacho importante en Suiza y gestionar, en el momento en el que conoció a los líderes de Gürtel, un portfolio «de más de 2.000 millones de euros», según sus propias palabras. Alternó su dedicación profesional con el gusto por el lujo, la pasión por los coches de alta gama, el fútbol (llegó a presidir durante tres años el FC Saint-Paul en Vésenaz, Ginebra) y los caballos. Suya fue la preciosa yegua irlandesa Castlefield Eclipse, ganadora de un diploma en los Juegos Olímpicos de 2012 en Londres.

La intención de Francisco Correa era colocar en Rhône Gestion, al margen de la Hacienda española, buena parte de sus beneficios empresariales, 18 millones de euros que con el paso del tiempo se han convertido en algo más de 23 y que se encuentran a la espera de ser repatriados a España en medio de una ardua disputa jurídica.

Correa disponía hasta ese momento de fondos en Mónaco y en la Islas de Man e incluso de un depósito en Suiza en Merril Lynch, pero quería ordenar sus inversiones, relevar a su gestor y mejorar el rendimiento de sus depósitos.

«Correa quería inversiones de máxima calidad», explicó el suizo Fasana en su declaración ante el juez de la Audiencia Nacional Antonio Pedreira en mayo de 2009. «Quería un beneficio razonable con un riesgo mínimo». De ahí que, en previsión de la crisis económica de 2008, el consejo del testaferro suizo fuera que invirtiera buena parte de sus fondos en bonos del Banco Europeo de Inversiones para garantizar su estabilidad y evitar así sobresaltos. A Fasana le gustaba también para este tipo de clientes la compañía Nestlé por su solvencia.

«Conocimos a Fasana en el despacho de Blanco», prosigue Crespo, «y como punto para acreditar la seriedad de su actividad como financiero nos comentó que entre su cartera de clientes figuraban las mayores fortunas de España, muchas de ellas desde hace más de 10 y 20 años en aquel tiempo».

Fasana les indicó que se reservaba un 0,30% de comisión por la gestión anual de su fortuna oculta sobre el valor global de la cartera. Presumía de que era un precio inferior al de mercado. De manera paralela se asignaba un sueldo de 15.000 euros mensuales de Rhône, con los que hacía frente a unos gastos de 10.000.

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Arturo Fasana declaró ante el juez el 22 de mayo de 2009, tras su detención en Barajas y después de pasar dos noches en el calabozo. Con un perfecto castellano dijo que "sentía" haber tenido como clientes a los cabecillas de Gürtel, a los que tildó de "sinvergüenzas" . Tras ayudar a la Fiscalía con Correa y Crespo, acaba de ser exculpado en la pieza principal del caso.

La captación de clientes la llevaba personalmente él, sin echar mano de ningún comercial. La mayor parte de nuevas fortunas las conseguía a través del boca a boca de los clientes de su selecta cartera internacional.


'SOLEADO', CUENTA PUENTE HACIA EL PARAÍSO

Cerrado el acuerdo con el fiduciario, «Fasana facilitó un número de cuenta para el envío de los fondos» del Grupo Correa que iban a ser ocultados al fisco español. «Era una cuenta titulada como Soleado y que, según nos explicó el propio Fasana, era una cuenta puente en la cual se recibían los fondos de todos sus clientes españoles, abierta en el Credit Suisse de Ginebra».

La operativa consistía, detalla el más leal de los lugartenientes del cabecilla de la Gürtel, en que «tras recibir los fondos, Fasana gestionaba la apertura de otras cuentas». Ya fuera «a nombre del beneficiario o bien a nombre de una sociedad de cuya constitución se encargaba Fasana a través del despacho internacional Mossack & Buenaventura de Panamá», célebre por el caso del mismo nombre que destapó la existencia de miles de evasores en todo el mundo.

Con este despacho que protagonizaría años después el gran escándalo mundial conocido como Panama Papers, Fasana «mantenía, nos confesó, una estrecha relación» y prestaba un «servicio por el cual cobraba». De esta forma, al interponer una compañía extracomunitaria, sus clientes evitaban la retenciones del 20% fijadas por Suiza a los intereses de los bonos si estaban a nombre de un ciudadano europeo.

A través de este entramado financiero opaco, toma la palabra Correa, «pasaron miles de millones de euros, al ser una cuenta de tránsito». Así se lo explicó, enfatiza, «el propio Fasana». «La cuenta Soleado tenía varios cientos de millones de euros» (en aquel momento de 2005), agrega quien se convertiría pocos años después en uno de sus titulares españoles más conocidos.

El suizo supuestamente discreto ponía a disposición de su cartera, ya estuviera integrada por plebeyos o miembros de la realeza, la infraestructura societaria y bancaria para ocultar los fondos, conseguir las máximas exenciones fiscales y camuflar la identidad de los clientes mediante cuentas puente y un rosario de sociedades pantalla. Y en el caso de los clientes españoles añadía un valor añadido: el blindaje que suponía desde el punto de vista fiscal compartir gestor con el mismísimo jefe del Estado.

Al terminar aquel almuerzo en Ginebra, todavía con una mezcla de sorpresa e incredulidad en el cuerpo por la información que les acababa de desvelar su recién fichado testaferro, Correa y Crespo cogieron un taxi para ir al hotel en el que se hospedaban. Durante el trayecto, comentaron con avidez lo sucedido.

«Le manifesté a Correa en el taxi mi preocupación y las dudas respecto a la personalidad de Fasana», rememora ahora Crespo, «por la indiscreción cometida al mencionar que don Juan Carlos era su cliente, así como otras personas extraordinariamente relevantes de la economía española de las que también habló... Yo entendía, y entiendo, que una virtud imprescindible en un financiero es precisamente la discreción, y aquello me produjo una desagradable sensación que se confirmaría ampliamente cuando, en al menos dos ocasiones en las que cenamos solos Fasana y yo en Madrid y sin que yo le preguntara nada, me contaba detalles de los negocios que realizaban sus clientes o inversiones que hacían».

Fasana, bailando, en una imagen captada por la televisión.

Insiste Crespo en remarcar ahora aquella muestra de indiscreción, máxime «cuando, al fin y al cabo, me reunía con él para que me diera cuenta de los productos financieros en que invertía el dinero de las sociedades de Correa». Y es que su único objetivo, como principal gestor del grupo que englobaba a empresas como Special Events, era «verificar la calidad y solvencia de esos productos y derivados, materia en la que Correa era lego y que me había encargado».

Poco tardaron, sin embargo, en despejarse las dudas de que lo que les avanzó Fasana en Ginebra era cierto. A pesar de la inquietud y los recelos iniciales, Correa y Crespo decidieron contratarle. Pasaron a despachar con Fasana de forma periódica en Madrid, generalmente en el discreto bar del Hotel Hesperia, en pleno Paseo de la Castellana. En varios de sus desplazamientos a la capital de España, que realizaba con una periodicidad mensual, el fiduciario solicitó reiteradamente un favor que devolvió de golpe a Correa y a Crespo al inolvidable almuerzo en Ginebra. «Nos pidió que le facilitásemos el coche de la empresa con el conductor para llevarle o ir a recogerle al Palacio de la Zarzuela». «Esto es exactamente así», enfatiza el ex jefe de las finanzas de Gürtel. Por lo que la sombra de la duda de si Fasana fanfarroneaba o decía la verdad quedó, ya por aquel entonces, completamente disipada.

Sin embargo, no fueron los únicos que se toparon, por caminos muy distintos, eso sí, con la misma desagradable sorpresa. La Policía Judicial adscrita al caso Gürtel identificó a Fasana como el gestor de la fortuna oculta de los empresarios a través de la documentación intervenida y de los pinchazos telefónicos practicados, en los que se referían al gestor con el pseudónimo de Fafa.

Una vez localizado, los investigadores sometieron a discretos seguimientos a Fasana en sus desplazamientos a España para recabar información y preparar su arresto. En una de esas sigilosas monitorizaciones de la Policía Nacional, los agentes localizaron a Arturo Fasana en el complejo palaciego de La Zarzuela.

La información corrió como un reguero de pólvora en el Ministerio de Interior y retrasó su detención. Según relatan a este periódico fuentes próximas a estos dispositivos, «se evitó por todos los medios» que el arresto de Fasana tuviera lugar en las inmediaciones de la residencia del monarca entonces reinante, y se acabó practicando a las seis de la tarde del 20 de mayo de 2009 en la entrada de la terminal 4 del aeropuerto de Barajas. Arturo Giancarlo Fasana portaba, en el momento de su detención en España, dos teléfonos móviles, 3.000 euros y 1.000 francos suizos en el bolsillo y una tarjeta de Acciona.

Se evitó, además, de forma deliberada, que el arresto se materializara, sostienen las mismas fuentes, siendo Baltasar Garzón el instructor, ante el temor de que el ímpetu investigador fuera más allá de Gürtel. Por lo que, al final, se acabó practicando el arresto inmediatamente después de que el magistrado se inhibiera en favor del Tribunal Superior de Justicia de Madrid al advertir indicios de delito de tres diputados del Parlamento madrileño.

Retrato del gestor suizo.

25 VIAJES DETECTADOS A ESPAÑA

Hasta ese momento, la Policía había detectado 25 viajes de Fasana a España entre los años 2003 y 2009, la mayor parte de veces para alojarse en el citado Hotel Hesperia. Aunque también descubrieron que en plenas pesquisas de Gürtel Fasana cambió sus hábitos y se hospedó por primera vez en otro hotel, el Aitana, a un par de kilómetros en la misma Castellana.

Aún hubo otro episodio más que abundó en las sospechas de que tras el entramado de Fasana y las diligencias de Gürtel se escondía un escándalo de dimensiones imprevisibles. Ocurrió poco después, durante el registro practicado en el despacho del testaferro del rey y los cabecillas de la Gürtel en Ginebra, durante el mes de junio de 2009.

Aquella diligencia, realizada «vía comisión rogatoria» contó con la presencia, «además de los miembros de la Fiscalía suiza, de las fiscales Anticorrupción Concepción Sabadell y Myriam Segura y de los mandos policiales José Luis Olivera y Manuel Morocho». Pero también, rememora con intención Pablo Crespo, «de otra persona no autorizada, la agregada de Interior en la Embajada en Suiza, Catalina Carboneras, que llevaba la instrucción expresa de 'poner mucha diligencia en esto"».

«¿Qué hacía en una diligencia judicial un cargo político del Gobierno de España que no figuraba entre las personas autorizadas?», se pregunta Crespo más de una década después. «Nadie ha contestado aún a esta pregunta y es un elemento más del gigantesco chanchullo político organizado desde los despachos de más rango del Ministerio del Interior, ocupados entonces por Alfredo Pérez Rubalcaba y Antonio Camacho».

A lo largo del registro en la sede suiza de la sociedad Rhône Gestion, y tras explicar Fasana al comisario Olivera que tenía muchas fotos de Cataluña porque la mayor parte de su clientela española procedía de esa comunidad autónoma, el fiduciario realizó una advertencia a los investigadores. «Si les abro esa carpeta», dijo en referencia a la de la cuenta Soleado, que aglutinaba a sus clientes españoles, «se hunde España», tal y como reveló en 2013 el periodista Manuel Cerdán, que fue el primero en poner el foco más allá de lo evidente.

La contundente advertencia surtió efecto. La Fiscalía suiza dejó constancia por escrito de que «el señor Fasana ha solicitado que sean tachados ciertos apartados del texto que contienen algunos de los documentos que se adjuntan» [tal y como se puede apreciar en el documento que se reproduce en la portada de Crónica]. Dicha petición, que afectaba a 344 folios sobre la enigmática cuenta que hacía referencia al clima español, fue aceptada por el Ministerio Público de la Confederación helvética sin que la Fiscalía ni la Agencia Tributaria españolas hayan exigido conocer la identidad del resto de grandes defraudadores ocultos bajo el aparatoso típex del testaferro.

Fasana entregó entonces las cabezas de Correa y Crespo, a los que no dudó en tildar de «sinvergüenzas» en su declaración judicial tras pasar 48 horas en el calabozo, y pidió disculpas a su señoría por haber tratado con «personas de ese nivel».

El siguiente paso de su escapada fue pactar con la Fiscalía suiza y con la española la entrega de todos los fondos de ambos empresarios sin esperar siquiera a que se resolvieran todos sus juicios, muchos de los cuales todavía siguen su curso.

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Francisco Correa (dcha.) y Pablo Crespo (centro), en uno de los juicios de Gürtel.

«En marzo de 2019 tuvimos conocimiento de unas comunicaciones clandestinas, secretas y a espaldas de las partes, mantenidas entre octubre y diciembre de 2018 entre la fiscal suiza Elisabetta Tizzoni y la fiscal española Concepción Sabadell para definir una estrategia tendente a repatriar todos los fondos de los que Fasana era administrador, concertándose con él para hacerlo», denuncia Crespo. Sin que lo supieran ninguno de los órganos judiciales que les investigaban: ni el Tribunal Superior de Valencia, ni tampoco la Sala de lo Penal y el Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional.

Fasana, por segunda vez, había pactado el sacrificio de los líderes de Gürtel a cambio de salvar su negocio. Recuerda Crespo que tanto él como Correa «dirigieron escritos a la Fiscalía suiza, a Fasana y al Credit Suisse advirtiéndoles de la ilegalidad de la maniobra, con expresa advertencia también a la representante de la Fiscalía suiza» de que estaban llevando a cabo unas maniobras «más propias de un mercadillo que del ámbito judicial» y acometidas por «personas, alguna de las cuales va precedida del tratamiento de ilustrísima».

Gracias a la traición a Correa y a Crespo, Fasana acaba de lograr salir indemne finalmente de la causa de Gürtel, en la que ha sido exculpado en la pieza principal bajo el argumento de que nunca conoció el origen ilícito del dinero de sus clientes. No obstante, al borde de la jubilación y cuando ya daba por zanjada su pesadilla judicial y ponía por fin a salvo su millonaria cartera, el secreto que tanto persiguió esconder se ha destapado de forma virulenta.


SEÑALADO POR CORINNA

La Justicia suiza, contra todo pronóstico, ha levantado el tapete de sus operaciones con el Rey Emérito tras seguir la pista del contenido de las cintas del ex comisario Villarejo. En ellas, Corinna, la amiga íntima de don Juan Carlos, señalaba directamente a Arturo Fasana como la clave del dinero oculto del monarca.

El fiscal Yves Bertossa ha tirado del hilo de los testaferros y se ha topado con dos fundaciones a nombre del Rey Juan Carlos: la panameña Lucum y Zagatka, establecida en Liechtenstein, ambas con cuentas en Suiza. A través de las mismas el monarca recibió más de 100 millones de dólares de la casa real saudí y articuló una posterior donación de 65 millones a Corinna.

Llegados a este punto, Fasana ha vuelto a actuar como antaño y ha entregado la cabeza de otro cliente ante la Justicia buscando su salvación. Por eso ha confesado que el propio Emérito le entregó un maletín lleno de billetes, con 1,7 millones, para que los ingresara en Suiza procedentes del sultán de Bahréin, como desveló El País.

«Recordamos muy especialmente la frase pronunciada por el entonces jefe del Estado en su discurso navideño», apostilla Correa. Aquello de que «la Justicia es igual para todos». «Ciertamente, es una frase digna de ser esculpida en bronce», reflexiona.

«Las informaciones difundidas recientemente relativas al presunto cobro de una comisión por la intermediación en un negocio por quien pronunciaba esa frase dan para pensar mucho. A mí se me ha procesado y condenado por haber recibido comisiones por intermediar, por practicar lobby», abunda. «¿En qué se diferencia en este ámbito lo que yo hacía de lo que, según las informaciones, hacía don Juan Carlos?», se pregunta Francisco Correa, en la soledad de su celda, sin obtener respuesta.

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LOS NEGOCIOS DE JUAN CARLOS I: TREINTA AÑOS A CUERPO DE REY

Mensajepor Invitado » Vie 29 May, 2020 2:09 am

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El rey Juan Carlos, "una amenaza para el futuro de la monarquía" en la portada de Le Monde. Así lo ve la prensa extranjera
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El periódico francés 'Le Monde' ha publicado un extenso reportaje sobre los recientes escándalos del rey emérito.


“Un viejo rey devorado por su pasión por las mujeres y el dinero". Así describe el diario francés Le Monde a Juan Carlos I en un extenso reportaje titulado con un juego de palabras en el que el antiguo “roi d’Espagne” (rey de España) pasa a ser el “désarroi d’Espagne”. O sea, "la consternación de España".

Publicado este miércoles, el reportaje repasa los distintos escándalos en los que se ha visto envuelto el padre de Felipe VI durante su reinado. Desde su amistad con Mario Conde, al reciente descubrimiento de unos fondos ocultos en Suiza pasando por sus cacerías en Botsuana, las infidelidades a doña Sofía o las grabaciones de Corinna. Un cúmulo de escándalos que “ensucia la corona de su hijo” y “amenaza el futuro de la monarquía en España” pese a “los muros” que levantado Felipe VI para distanciarse de su padre.

“Decir que la princesa Leonor [14 años] será la próxima reina es muy aventurado", cita Le Monde a Jaime Peñafiel. “La monarquía es una institución medieval que ha llegado hasta nuestros días por milagro, y que solo puede mantenerse si es ejemplar. La monarquía española no lo ha sido”.

El reportaje de Le Monde ha coincidido con la publicación esta misma semana de otros similares en medios como la revista francesa Point de Vue, que en portada titula que “la familia real está en peligro” con una foto de los actuales reyes Felipe y Letizia, o en Tribune de Genève, el diario suizo que el pasado marzo reveló la existencia de una supuesta cuenta de don Juan Carlos con 100 millones en Suiza donados por el rey saudí. “Es hora de que España levante el velo sobre Juan Carlos I”, destacaba esta semana el periódico a raíz de que, según publicaba El País a principios de este mes, el abogado Arturo Fasana, gestor del rey en Suiza, declarara al fiscal que investiga la referida cuenta suiza de don Juan Carlos que este le entregó en Ginebra 1,7 millones recibidos del sultán de Bahréin. Un nuevo escándalo sobre el que, según declara el politólogo español Pablo Simón al diario Le Monde, de no ser por la gravedad de la pandemia del coronavirus, en España se estaría hablando a todas horas.

Pandemia aparte, Le Monde asegura que hay otros motivos por los cuales hasta ahora “los españoles siempre le han perdonado todo a este rey campechano y bon vivant”. Dado el papel que desempeñó en la Transición, “para los medios y los partidos políticos protegerle significaba preservar la constitución, la democracia y la unidad del país”. Una deferencia que “excedió la debida a un Jefe de Estado” y que todavía siguen teniendo los principales partidos (PP y PSOE) al “bloquear repetidamente la apertura de una investigación parlamentaria sobre don Juan Carlos” o impedir un debate sobre la monarquía en España: desde 2015, recuerda Le Monde, el CIS ya no pregunta a los españoles su opinión sobre la monarquía.

Esa opinión parece haber cambiado. “Los jóvenes ya no asocian la monarquía con el papel que tuvo don Juan Carlos en la implantación de la democracia, y en los territorios donde el nacionalismo es fuerte, se percibe como centralista y a la derecha", explica Pablo Simón en el diario Le Monde.

También apunta Le Monde que la amistad de Juan Carlos I con los monarcas de los países del Golfo de la que ahora se sospecha en su día fue vista como beneficiosa para España. Gracias a su amistad con el rey Fahd de Arabia Saudí, por ejemplo, don Juan Carlos se aseguró que “España nunca se quedara sin petróleo” durante la crisis petrolera de 1973. En 1977, el entonces príncipe heredero saudita también le habría entregado una donación de 100 millones de dólares “para consolidar la democracia en España”.

Y de aquellos lodos vienen estos barros. "¿Logrará el rey Felipe VI mantener la monarquía?", es la pregunta con la que termina la revista Point de Vue su análisis y que sobrevuela el resto de reportajes.

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LOS NEGOCIOS DE JUAN CARLOS I: TREINTA AÑOS A CUERPO DE REY

Mensajepor Invitado » Lun 15 Jun, 2020 8:26 pm

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'Caso Juan Carlos I'
Los letrados del Congreso rechazan investigar los negocios de Juan Carlos I: "La inviolabilidad es permanente"

Unidas Podemos pidió crear una comisión de investigación que abarcara lo sucedido tras su abdicación. Para los letrados, sigue siendo inviolable

La nueva propuesta de Unidas Podemos para investigar los negocios de Juan Carlos I ha encontrado, de nuevo, la negativa de los letrados del Congreso, que recomiendan a los grupos políticos que integran la Mesa de la Cámara no aceptar su creación. Así lo recogen en su último informe, donde alegan que las "prerrogativas de inviolabilidad y no sujeción a responsabilidad, consagradas en el artículo 56.3 de la Constitución, son absolutas, abarcan la totalidad del periodo en que se ejerce la Jefatura del Estado y tienen efectos jurídicos permanentes".

La Fiscalía del Tribunal Supremo asumió recientemente la investigación de las comisiones del AVE a La Meca donde se encuentra afectado Juan Carlos de Borbón.

El voto clave era el del PSOE, que siempre ha rechazado investigar al que fuera jefe del Estado durante cuatro décadas, amparándose en los informes de los letrados. El nuevo dictamen permite a los socialistas agarrarse a él para votar en contra. Así, y como era de prever, la iniciativa de la formación morada, que contaba con el respaldo de todos los partidos que apoyaron la investidura de Pedro Sánchez, no tendrá más recorrido.

Para tratar de sortear la negativa de los letrados, Unidas Podemos planteó una investigación que no pivotara sobre Juan Carlos I, sino que la vistieron como una comisión de interés general al presentar como objeto de la misma "las relaciones diplomáticas y comerciales entre España y Arabia Saudí, su vínculo con instituciones y empresas españolas y sus efectos sobre el erario público". Asimismo, apostaron por investigar aquello ocurrido tras la abdicación del actual padre del Rey, tratando de regatear la inviolabilidad.

Sin embargo, para los letrados del Congreso la solicitud de Unidas Podemos "se refiere a cuestiones que, aun cuando hayan podido tener proyección en una etapa posterior, se corresponden, sin solución de continuidad, con el periodo de tiempo en el que Su Majestad Don Juan Carlos I era el Jefe del Estado y traen causa del mismo hecho de la ocupación de dicha Jefatura por aquél, de forma que cabe entender que pretender una investigación sobre las mismas vendría a vaciar de contenido las prerrogativas constitucionales del Jefe del Estado, que despliegan sus efectos de forma permanente", señala un escrito adelantado por El Confidencial y al que ha tenido acceso este diario.


Malestar en Unidas Podemos

Los letrados califican la iniciativa de Unidas Podemos como "genérica y abstracta". La decisión ha causado malestar en Unidas Podemos. Su portavoz parlamentario, Pablo Echenique, ha señalado que "parece que la inviolabilidad del 56.3 es eterna, contra el criterio de la Fiscalía y la reforma de la LOPJ del 2014". Y ha añadido, sin dar nombres concretos, que "cada vez necesitan argumentos más alambicados y más débiles para seguir protegiendo a la Casa Real y seguir poniéndola por encima de la ley. Nosotros, por supuesto, lo vamos a seguir intentando. Nuestra democracia no se puede permitir mirar para otro lado".



En este sentido, los letrados del Congreso exponen que "lo único de lo que existe constancia es de la asunción por parte de la Fiscalía del Tribunal Supremo de la investigación derivada de las Diligencias de Investigación nº 38/2020, habida cuenta del aforamiento de D. Juan Carlos de Borbón ante dicho Tribunal. Esta decisión de la Fiscalía tiene un simple carácter interno de ordenación del trabajo, pero no implica pronunciamiento alguno sobre el fondo o la forma del asunto, ni del Ministerio Fiscal ni, menos aún, de ningún órgano jurisdiccional".

Así, los letrados, a diferencia de Unidas Podemos, consideran que "dicha decisión, de naturaleza preprocesal, no modifica la situación existente en relación con este caso en el momento en que se presentó y calificó por la Mesa la anterior solicitud de creación de una Comisión de Investigación relativa a la trama vinculada a las presuntas ilegalidades cometidas por miembros de la Casa Real y las influencias políticas, diplomáticas y comerciales con Arabia Saudí ".

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LOS NEGOCIOS DE JUAN CARLOS I: TREINTA AÑOS A CUERPO DE REY

Mensajepor Invitado » Vie 19 Jun, 2020 10:52 pm

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Las confesiones de Orleans ante el fiscal suizo
«Juan Carlos I vivía del dinero de los contribuyentes o de regalos oficiales de empresas españolas»


Juan Carlos I obligó a Corinna a devolverle 3 millones por los vuelos privados que había pagado Zagatka
Así desarmó el fiscal las excusas de Orleans: “¿Necesitaba Juan Carlos I su ayuda teniendo 80 millones en Lucum?”
El interrogatorio de Bertossa a Orleans sobre el ‘pelotazo’ de los terrenos de la Riviera Maya


Álvaro de Orleans, en su declaración ante Yves Bertossa en octubre de 2018, pretendió desviar la atención del fiscal suizo sobre su protagonismo en la intermediación de los bienes de Juan Carlos I. El familiar del Rey Emérito, para justificar los pagos de los vuelos en jet privados por parte de la Fundación Zagatka, que según Orleans era de su propiedad y no del ex monarca, manifestó:

«Juan Carlos I no disponía de grandes medios, que no fueran los pagados por los contribuyentes españoles o regalos oficiales ofrecidos por empresas españolas».

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Álvaro de Orleans y su esposa Antonella.

Con esos argumentos sobre el supuesto origen del dinero de Su Majestad (SM), el Príncipe de Orleans colocaba a Don Juan Carlos en una posición mucho más incómoda. Afirmaba que su primo recibía, además de sus emolumentos del erario público, «regalos oficiales» de empresarios españoles, sin aclarar la naturaleza de los donativos: si eran en metálico o en especie.

La explicación de Orleans, según un ex colaborador de la Casa del Rey, es la más perjudicial para la imagen del ex monarca: «Reconoce que Su Majestad recibió regalos pero no aclara qué tipo de gratificaciones, si fue una contribución para la construcción de un yate o la invitación a un determinado evento. Es una indefinición que puede provocar una mayor confusión: relacionarla con donaciones como la del ya fallecido Rey de Arabia Saudí, Abdalá bin Abdulaziz, que le regaló supuestamente 65 millones de euros, pero procedentes de hombres de negocios españoles».

Pero Orleans complicaba aún más la situación de Juan Carlos I cuando afirmaba: «No me preocupé en saber quién pagaba los otros viajes, que fue el error por mi parte. Mi asistente debió suponer que yo estaba de acuerdo en pagar dichos gastos, lo que no era el caso. El Rey realizó numerosos viajes más. Cuando me di cuenta de que dichos viajes estaban todos financiados por la Fundación Zagatka, me di cuenta de que tenía que decirle al Rey que esta situación no era correcta. Preciso que no era fácil decirle este tipo de cosas a Juan Carlos I. Finalmente pedí el reembolso de dichos viajes porque supe que Corinna Sayn Wittgenstein había disfrutado de dichos viajes y que no me correspondía pagar sus gastos».

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Un Bombardier Challenger 605 como el que Juan Carlos I utilizó para viajar a Bahrein.


Un monarca sin dinero

Con las explicaciones de que su primo Juan Carlos I carecía de fondos para abonar los vuelos en jet privados, Orleans pretendía que Bertossa no levantara el velo de la opacidad de Zagatka. Esta fundación, constituida en la capital de Liechtenstein hace 15 años, sirvió para ocultar y blanquear el patrimonio exterior del Rey Emérito, según las investigaciones de Ginebra.

Cuando Orleans presentó a su primo Borbón como un monarca con corona pero sin dinero, el fiscal suizo le recordó que Juan Carlos I poseía 80 millones de euros en la Fundación Lucum, según sus investigaciones.

Álvaro de Orleans pagó también los vuelos privados de Corinna través de la Fundación Zagatka, pero ella sí se vio obligada a reembolsar 3 millones de euros. La princesa alemana entregó el dinero al testaferro de Juan Carlos I, Dante Canonica, y el letrado suizo lo ingresó en una cuenta de Zagatka en el Credit Suisse de Ginebra. Corinna, personalmente, no se enteró de la existencia de la Fundación y de que, realmente, podía ser de Su Majestad hasta que comenzó en proceso judicial en Ginebra en 2018.

El propio Canonica, que declaró en la misma sesión que Álvaro de Orleans ante Bertossa, confirmó el reembolso de dinero en la cuenta de Zagatka.

Tras el desagradable incidente de la devolución del dinero por parte de Corinna a quien había sido su pareja durante años, Álvaro de Orleans siguió pagando los vuelos privados del Rey Emérito a través de Zagatka. Uno de los últimos jets contratados por el noble español en nombre de Juan Carlos I fue en 2016, dos años después de su abdicación, para realizar un viaje a Barhein y Abi Dhabi.

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El lujoso interior del Bombardier Challenger 605, tal como lo muestra la web de la compañía Air Partner.

Consecuencias penales

Antes de su declaración, Álvaro de Orleans fue informado por la Fiscalía de Ginebra de «las posibles consecuencias penales de una denuncia calumniosa, de una declaración que induzca a error a la Justicia o de una obstrucción a la acción penal», según se recoge en los artículos 303-305 del Código Penal suizo.

El primo del Rey asume así mismo de que es «consciente de que va a ser interrogado sobre el origen de ciertos flujos entrantes en la cuenta de la Fundación Zagatka en el Credit Suisse».

Pero la primera respuesta de Orleans llega con un ‘no me acuerdo’ y un «tendría que consultar los documentos» sobre el origen de 4 ingresos seguidos de 250.000 euros -un millón- en la cuenta de la Fundación Zagatka, efectuados entre marzo y julio de 2008.

Los dos primeros fueron ingresados los días 26 y 28 de marzo y los otros restantes, durante el mes de julio.

Los documentos del Credit Suisse aclaran que las entradas de marzo corresponden al reembolso de un préstamo hecho a un amigo de Álvaro de Orleans, pero tal amigo figura sin nombre. Lo mismo sucede con los apuntes de julio, que pertenecen a otro supuesto amigo. Como estos ingresos anónimos hay muchos más en la cuenta.

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LOS NEGOCIOS DE JUAN CARLOS I: TREINTA AÑOS A CUERPO DE REY

Mensajepor Invitado » Sab 27 Jun, 2020 3:19 am

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Don Juan Carlos flanqueado por su amigo Josep Cusí y la última esposa de éste, Inés Muiños, en Palma en 2010. 40 AÑOS DE AMISTAD Cusí trata al Rey Emérito como parte de su familia. Llevó una biopsia de don Juan Carlos a analizar y compra todas sus embarcaciones


JOSÉ CUSÍ
LOS SECRETOS DEL AMIGO DEL REY QUE PAGÓ LA LUNA DE MIEL

Siempre al lado del Emérito, su nombre ocupa titulares después de regalar el viaje de novios a los Reyes. No es el único favor que ha hecho.

MARÍA EUGENIA YAGÜE


JOSEP CUSÍ (86), SU ESPOSA INÉS Muiños y los hijos y nietos de sus anteriores matrimonios pasan sus primeras vacaciones juntos en su casa de la Cerdanya, después de cumplir rigurosamente con el confinamiento en Barcelona. Hace unos días, el periódico británico The Telegraph publicó que en 2004 la empresa Navilot, propiedad de Cusí, había pagado 269.000 dólares del viaje de novios del Príncipe Felipe y su esposa, Letizia, una luna de miel de varios meses por paraísos exóticos de lujo, de Tailandia a las islas Fiji con final en California, cuyo costo total fue de unos 500.000 euros. Según el diario, el viaje de novios era un regalo de Don Juan Carlos a los recién casados y Cusí participaba como amigo de la familia.

Los Príncipes de Asturias se registraban en los distintos hoteles donde se alojaban como señor y señora Smith y así firmaban en el libro de visitantes ilustres, escribiendo maravillas de la feliz experiencia, a tenor de lo publicado por el citado rotativo.

El palacio de la Zarzuela no ha querido comentar la noticia, como siempre que se trata de actos privados de la Familia Real, pero Cusí no le ha dado ninguna importancia. Esperaba su publicación, ya que los periodistas ingleses habían empezado a hacer llamadas.

“Ya se pasará”, cuenta su familia que dijo este íntimo amigo del Rey Juan Carlos, compañero de regatas del Emérito, con el que han ganado muchas competiciones, además de compartir con el Rey otros deportes, como la caza o el tiro al plato.

La relación de Cusí con el padre de Felipe VI es tan sólida como antigua y el empresario catalán ha demostrado ser un hombre amigo de sus amigos “y generoso con todo el mundo”, como nos cuenta su esposa Inés Muiños, que ve en la noticia mala fe por parte de intereses políticos, contrarios al monarca y a la institución. “Me encanta que mi marido sea espléndido. Siempre ha sido muy generoso con sus amigos y su familia. A mi hija, que no es su hija, como había fallecido su abuelo y a sus hermanas les había regalado el viaje de novios, le dijo, ‘no soy tu padre ni tu abuelo pero te quiero mucho y te lo regalo encantado’. En lo del viaje de novios de los Reyes no hay nada raro y Josep está muy orgulloso de haberlo hecho. Él no va a decir nada, ¡es una cosa tan limpia! Hoy no podría hacerlo”, dice su esposa con humor. “Es un hombre jubilado y la situación es distinta”.

Cusí conoce a Don Felipe desde que era niño, le tiene mucho afecto y parece que el actual Rey y Letizia han sido huéspedes de los Cusí en una finca que tiene el matrimonio en la provincia de Barcelona. Tampoco es la primera vez que el empresario ha demostrado su entrañable amistad con el Emérito como armador de todos los Bribón en los que ha navegado el Don Juan Carlos.


OTROS REGALOS


En los años 80, el prestigioso urólogo catalán José María Gil Vernet operó al Rey y había sospechas de que podía tratarse de un cáncer. Josep Cusí se ofreció a llevar personalmente a un laboratorio de Estados Unidos las muestras extraídas para que fueran examinadas por expertos y se despejara cualquier duda sobre su malignidad.

Nunca se publicaron los resultados del laboratorio y Don Juan Carlos demostró buena salud en los años siguientes. Se comentó también que en 1985 se le había extraído al rey un testículo, pero no por padecer un cáncer sino como consecuencia de un accidente de esquí, sufrido en la estación suiza de Gstaad. Don Juan Carlos se partió la pelvis y la fractura habría dañado uno de sus testículos.

Sin embargo, ocurrió algo extraño. Según reveló el propio doctor Puigvert años después, alguien entró en su despacho y robó el historial clínico de su real paciente. Algún medio aventuró que la sustracción había sido obra de expertos del CESID, los servicios secretos del momento. Se trataba de una cuestión de Estado y el poder político, en aquel momento gobernaba Felipe González y un gabinete socialista, debía estar informado de la salud de la primera autoridad de la nación. Puigvert también dio a conocer que el robo no le importaba tanto, ya que conservada una copia del historial del rey.


LA OTRA CRÓNICA EL MUNDO SÁBADO 27 DE JUNIO DE 2020

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LOS NEGOCIOS DE JUAN CARLOS I: TREINTA AÑOS A CUERPO DE REY

Mensajepor Invitada » Lun 13 Jul, 2020 2:35 pm

Juan Carlos I y los frutos del árbol podrido


12/07/2020

A finales de la década de los 70, Manolo Prado y Colón de Carvajal, intendente y guardián de todos los secretos de Juan Carlos de Borbón, se dedicó a remitir una serie de misivas a diversos monarcas reinantes, particularmente del mundo árabe, para pedirles dinero en nombre del Rey de España. Lo que Prado planteaba era una especie de derrama entre los riquísimos reyes del petróleo, demanda a la que la monarquía saudí respondió favorablemente con la concesión de un crédito por importe de 100 millones de dólares (unos 10.000 millones de pesetas de la época) a pagar en 10 años y sin intereses, presente que haría exclamar a Juan de Borbón, conde de Barcelona, ante testigos: "A mí esto que vais a hacer no me gusta nada" (página 392 de El Negocio de la Libertad, editorial Foca, 1998). Estaba claro que la familia real saudí le estaba haciendo al joven Rey de España un regalo no inferior al principal de ese crédito, puesto que, con los tipos de interés de la época, bastaba con depositar esos 100 millones en un banco para doblar esa cifra al cabo de los años pactados.

Pero, en lugar de administrar prudentemente esa suma que por sí sola hubiera convertido a Juan Carlos en una persona muy rica, Prado, un desastre como gestor, decidió invertirla en negocios ruinosos (tal que el proyecto urbanístico Castillo de los Garciagos, en Jerez), de lo que resultó que transcurrido el plazo estipulado la Casa del Rey se vio en la tesitura de tener que devolver 100 millones de dólares que no tenía. En contra de lo que Prado hubiera podido imaginar, los saudíes estaban decididos a recuperar su dinero, tarea encomendada a un hermano del rey Fahd con espléndida mansión en la Costa del Sol, quien en el verano del 90 se encargó de volar a Palma para almorzar con los reyes en Marivent, intento que devino en fiasco porque Prado y el príncipe Chokotoua acudieron a esperarlo al aeropuerto militar de Palma cuando el invitado aterrizó con su jet en el civil, para reemprender el regreso a Marbella al no encontrar recibimiento. El enfado del monarca al enterarse de lo ocurrido se resolvió días después con una buena noticia: el rey Fahd concedía cinco años más de plazo para devolver el dinero. Parece que el quinquenio transcurrió sin que Prado lograra el milagro, de modo que en el verano del 96, testigos a pares, el eco de la llegada a Palma del saudí reclamando el dinero se escuchaba hasta en las cocinas de Marivent: “¡Que viene el 'moro cabreado' (sic) y quiere cobrar!”.

Parece que al hoy rey emérito le han gustado siempre las cifras redondas. Los 100 millones de dólares, por ejemplo, le encantan. Cien millones fue lo que recibió Prado y Colón de Carvajal del grupo KIO, reconocido por el afectado en sede judicial, con ocasión de la invasión de Kuwait por las tropas de Sadam Hussein. Los pagos se justificaron en el emirato por la necesidad de que, durante la llamada operación "Tormenta del Desierto" destinada a reponer a la familia Al Sabah en el trono, la aviación norteamericana pudiera utilizar sin cortapisas las bases aéreas españolas de Rota y Torrejón. Testigo privilegiado, Sabino Fernández Campo, entonces jefe de la Casa del Rey, a quien un día el propio Juan Carlos encomendó la tarea de acercarse a la lujosa residencia en Madrid del financiero Javier de la Rosa, el pagador de la coima, con un escueto mensaje:

-Vas a ir a ver a De la Rosa al número 47 del Paseo de la Castellana y le vas a decir que, de parte del Rey, todo está arreglado y que muchas gracias.

Para Manolo Prado, the servant, el valido por antonomasia, pedir dinero llegó a convertirse en algo habitual durante los primeros años de la Transición. Pedía para “mon patron”, “mon ami le patrón”, “sa majesté”, pero también para “salvar la democracia”, para ayudar a financiar las campañas de la UCD (nominado por Adolfo Suárez, puesto que el abulense no hablaba inglés), para usar las bases aéreas… Y lo hacía siempre con el Gobierno de España por ariete, y naturalmente con la propia institución monárquica, sin reparar en eventuales daños para el prestigio de ambas instituciones. En el imaginario colectivo late la idea de que Juan Carlos, que de niño vivió las estrecheces con las que su padre, Don Juan de Borbón, mantuvo en el exilio de Estoril su pequeña corte no afecta al franquismo, a menudo necesitado del socorro de una serie de familias de la antigua nobleza, se juramentó para no volver a pasar penuria alguna en reedición del “¡a Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre!” pronunciado por la heroína de Lo que el viento se llevó, hasta el punto de convertir la acumulación de dinero en una enfermedad, una obsesión rozando lo enfermizo, una patología absurda puesto que el monarca constitucional de un país desarrollado como España tenía mil formas, al margen de la confortable asignación que le otorgan los PGE, de labrarse un “buen pasar” sin necesidad de corromperse, sin necesidad arrastrar por el barro el buen nombre de la Monarquía y el de España, a la que como jefe del Estado representa. Sin necesidad de ofender al noble pueblo español que siempre confió en él.

Aquel monarca “pobre” que en 1975 se hizo cargo de la Corona de España y tres años después juró la Constitución es hoy un hombre muy rico, con una fortuna que el norteamericano NYT estimó en su día en más de 2.000 millones de dólares. Naturalmente que en esa tarea no ha estado solo. Echar las culpas de lo ocurrido al emérito en exclusiva es caer en el cinismo de la equidistancia y faltar a la verdad. Aquí ha habido muchos culpables. Para hacerse millonario, el monarca ha contado con la colaboración activa de todo un país, o por lo menos de sus elites políticas y económicas, y naturalmente también de unos medios que han participado activamente en la ocultación de lo que estaba ocurriendo. No se trata sólo de Prado, de Ruiz Mateos, de Mario Conde, de Javier de la Rosa, de Josep Cusí y de tantos otros. Se trata de los banqueros, de Alfonso Escámez a Emilio Ybarra, que una mañana sí y otra también descolgaban el teléfono para atender el correspondiente pedido que él personalmente, o su valido, se encargaban de transmitir. Se trata de los grandes empresarios del Ibex, cuyas cuitas en el exterior se encargaba de resolver la mayor parte de las veces a cambio de una comisión, como en el caso de la construcción de la línea de alta velocidad entre Medina y La Meca, asunto de actualidad.

Multitud de negocios oscuros que han pasado desapercibidos para la opinión pública y en los que se hizo presente la larga mano de Juan Carlos I. La compra en 2003 del Banco Zaragozano, mayoritariamente controlado (40%) por Alberto Cortina y Alberto Alcocer, por parte de Barclays Bank, filial española del grupo británico Barclays, en una operación de 1.400 millones. Ocurrió que una vez alcanzado el acuerdo y tras el correspondiente due diligence, los británicos descubrieron todo tipo de gatuperios en las tripas de la entidad, motivo por el cual decidieron romper el trato. De hacerles volver al redil se encargó el propio rey de España, que a cambio de su mediación recibió una comisión de 50 millones ingresada en la cuenta suiza de su primo Álvaro de Orleans-Borbón. Cinco años después, febrero de 2008, el Tribunal Constitucional falló a favor de susodichos Albertos en el “caso Urbanor”, al anular, por supuesta prescripción de los delitos, la condena que les había impuesto el Tribunal Supremo, evitando de esta manera su ingreso en prisión.

Un secreto a voces

La larga mano del monarca había penetrado en la sala de togas del TC. Como ocurriera con Isabel II y con el propio Alfonso XIII, la corrupción real ha llegado a interferir en el normal funcionamiento de las instituciones del Estado. Para entonces, Alcocer se había convertido en el mejor amigo del monarca, al punto de haber pasado a ocupar como intendente real el espacio vacío dejado en la agenda del monarca por la retirada de Prado. Todo esto, y mucho más, se sabía. Las “fazañas” perpetradas durante 40 años de Juan Carlos de Borbón las sabía todo el que debía saberlas. Eran un secreto a voces en el “establishment” patrio. Es el caso de los sucesivos presidentes del Gobierno, que consintieron, y sus equipos, todos perfectamente al corriente de los esfuerzos, y el dinero, empleado por el CESID, ahora CNI, en ocultar los negocios del monarca y proteger con un manto de silencio –el general Sanz Roldán, jefe de los servicios de inteligencia, y su cobarde silencio, juicio extensible a los Manglano que le precedieron-, su escandalosa vida privada, la incontinencia sexual de un hombre convertido en perfecto epígono de Isabel II, aquella mujer toda lascivia que se pasó por la piedra a la mitad del cuerpo de guardia de palacio.

El rey se ha movido en un entorno insano, rodeado de aduladores cortesanos, de millonarios arquetipos del “capitalismo de amiguetes” madrileño dispuestos a rifárselo en las monterías que organizaban en sus lujosas fincas de los Montes de Toledo, escenario del que cabe salvar a un hombre de honor como José Joaquín Puig de la Bellacasa, ex secretario general de la Casa, quien decidió poner pies en polvorosa tras comprobar, verano del 91, los horrores de la corte palmesana entonces dominada por Marta Gayá, la primera de las famosas “novias” del monarca. Tras la retirada de Sabino, Azas, Almansas y Spottornos fueron incapaces de poner orden en Zarzuela. En el Guinness de la impudicia figurará para siempre el hecho de haber mantenido durante años a la última de sus queridas, Corinna Larsen, instalada en un lujoso chalé situado dentro del recinto palaciego, a escasos metros de donde la legítima, Sofía de Grecia, entretenía su soledad ojeando la revista ¡Hola! en torno a una mesa camilla junto a su hermana Irene.

Produce sonrojo, por eso, el asombro impostado exhibido por algún cretino cuando asegura que lo publicado estos días “cambiará para siempre la percepción que los españoles tienen de quien ha sido Jefe del Estado durante cuatro décadas”. Lo sabía la elite financiara, colaboradora necesaria, y lo sabía también la política, sin cuya connivencia no hubiera sido posible el saqueo. Lo sabían los dueños de los grupos de comunicación, con Jesús Polanco y el entorno de PRISA a la cabeza, naturalmente Juan Luis Cebrián, un grupo sin el cual no sería posible entender la Transición. Lo sabían, en suma, todos los que hicieron de la libertad un negocio, responsables de haber frustrado, maldito parné, las ansias de libertad y democracia de los españoles tras 40 años de dictadura. Asediado por la recalada del asunto de los GAL en los tribunales, Felipe González amagó con destapar los escándalos reales ante el riesgo de ir a dar con sus huesos en la cárcel. Los mensajes de un Felipe acorralado causaron gran conmoción en Zarzuela, dónde en algún momento se temió que llegara a tirar de la manta -¿estaba el rey al tanto del montaje de los GAL?- poniendo en peligro todo el edificio constitucional. Al final, Felipe se limitó a acompañar a Barrionuevo y Vera a las puertas de la cárcel y a fumarse un puro. Sus críticas a Juan Carlos (“es que está cometiendo errores garrafales”; “es que Aznar le tiene muy suelto” –a partir de 1996-) se tornaron en un cínico mirar hacia otro lado:
-que haga lo que quiera, a mí qué me importa. ¡A ver si voy a hacer yo ahora de niñera! –frase dicha a cuenta de la iniciativa de un grupo de empresarios mallorquines de regalar al monarca un nuevo Fortuna.

La maldición de la Transición. El mal fario de un sistema montado en torno a una derecha moderada y un socialismo de corte socialdemócrata, más la inevitable inserción de los nacionalismos catalán y vasco, herederos todos de las nueces del franquismo. Y un legalizado PCE, pieza imprescindible para lograr el nihil obstat democrático. Con el Rey en la cúspide, cual guinda coronando el pastel. El PSOE se reconfiguró en torno a la figura de Felipe, con la ayuda de la socialdemocracia alemana y el Departamento de Estado yanqui. Felipe hizo el PSOE y Felipe lo deshizo, dejándolo en los huesos a su retirada, al punto de que el PSOE de Sánchez no tiene nada que ver con el que conocimos. José María Aznar fue capaz de agrupar bajo una misma bandera a las tribus dispersas de la derecha para llevarlas a gobernar por mayoría absoluta, pero dejó el PP en manos de un incompetente que arruinó el partido y sirvió el poder en bandeja a su mayor enemigo. Aznar hizo el PP y Aznar lo deshizo. De la Convergencia de Jordi Pujol no quedan ni las raspas, consumida en la hoguera de las vanidades del dinero, con el propio patriarca salvado por la campana de los secretos que guarda con celo exquisito. Y el PCE ha desaparecido del mapa. Solo resiste el PNV, siempre las siglas por delante de las personas, convertido en un régimen de partido único en el País Vasco.

Orgía de sexo y dinero

El rey emérito se ha puesto a la cabeza del cortejo fúnebre, tras quebrar el brillante inicio de su reinado. Su voluntad, en efecto, resultó determinante para impulsar la restauración de una monarquía parlamentaria capaz de reinar sin gobernar, olvidando las pulsiones absolutistas tan queridas por la dinastía a lo largo de siglos. Por primera vez en la historia de España, un Borbón no solo no había sido un “obstáculo tradicional” para la liberalización y democratización del país, sino su primer acicate. Por desgracia, esa hoja de servicios iniciática se perdió pronto en la orgía de sexo y dinero que ha presidido la mayor parte de su reinado. Él devolvió la vida a una dinastía agostada, y él la deja malherida, casi muerta. Él la hizo y él la deshizo, al punto de que, a pesar de la ausencia hoy en España de cualquier tipo de republicanismo liberal y democrático, será muy difícil que Felipe VI consiga sortear los bajíos de esta crisis y conducir la nave de nuevo a mar abierto. Los escándalos del juancarlismo son, en realidad, el mascarón de proa del fracaso de todo un régimen, la evidencia de una clase política que ha puesto en almoneda la democracia parlamentaria, y la irresponsabilidad de unos partidos incapaces de haber abordado la regeneración del sistema desde dentro. Juan Carlos y los frutos del árbol podrido.

Desde que a finales de los ochenta empecé a conocer lo que ocurría en la Zarzuela y su entorno, siempre temí el día en que las andanzas del monarca llegaran al dominio público. Ese día ha llegado, y en el peor momento posible. En el punto más bajo de una España sin rumbo. Con un Gobierno poco amigo de la Constitución del 78, cuya clave del arco descansa precisamente sobre la institución monárquica, razón que explica los ataques que sufre por parte de Podemos, tolerados, si no compartidos, por un presidente del Gobierno cuyos perfiles ideológicos se confunden hoy con los de Pablo Iglesias. La filtración desde el ministerio de Justicia de las declaraciones suizas de Larsen y Dante Canonica apuntan a una nueva maniobra del Gobierno de Pedro & Pablo para ocultar el “caso Dina Bousselham”, tan desestabilizador tanto para Pablo como para Pedro. Todo a costa de socavar los cimientos de la institución monárquica. Las presiones del Ejecutivo sobre Felipe VI y su entorno son notables estos días, al punto de que el heredero tendrá que optar por separarse definitivamente de su padre, un hombre que después de haber tenido todo un país a sus pies, de haber robado mucho y haber fornicado más, parece condenado a terminar sus días en el exilio, como su abuelo Alfonso XIII y como su tatarabuela Isabel II. Los ecos del pasado iluminando el presente.

Si esta monarquía sobrevive será cosa de milagro. Pero Felipe VI es hoy bastante más que un rey constitucional: es el rompeolas que protege la libertad y la convivencia entre españoles, y también la garantía de su prosperidad, condición unida a la unidad de la nación. Más allá de discusiones doctrinales y del natural rechazo que pueda provocar una institución que tiene en la herencia su pilar fundacional, los españoles se enfrentan a la disyuntiva de optar entre una presidencia de la III República ocupada por un González o un Aznar (otras opciones a mano son inimaginables) y una monarquía representada por Felipe VI, el mejor de los Borbones conocidos. A pesar de las deficiencias de esta democracia por regenerar, los españoles han vivido los mejores 50 años de su larga historia. España no se parece en nada al país de analfabetismo y miseria que era en 1936 e incluso en 1975. Porque las sociedades libres son capaces de progresar imparables por encima de los errores de sus clases dirigentes. Eso es lo que está en juego. Con toda humildad, siempre he pensado que la obligación moral de los españoles de buena voluntad consiste hoy más que nunca en preservar lo conseguido y continuar en la tarea de crear nuevos espacios de libertad y progreso, para transmitir a las generaciones futuras el mejor país posible. Y que sean ellas quienes se encarguen de dilucidar el viejo dilema entre monarquía y república.

https://www.vozpopuli.com/opinion/opini ... 63160.html

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LOS NEGOCIOS DE JUAN CARLOS I: TREINTA AÑOS A CUERPO DE REY

Mensajepor Invitada » Mié 15 Jul, 2020 10:31 am

Don Juan Carlos: un gran Rey

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JOSÉ MARÍA ROTELLAR13/07/2020 19:26

Este artículo no está en línea con una gran parte de la opinión publicada, que influye en la opinión pública, y probablemente tampoco lo esté en algún aspecto con la línea editorial de este magnífico medio, OKDIARIO, que amablemente acoge mis artículos, pero aunque lo que hoy escribo puede que no esté de moda en los últimos tiempos, es lo que pienso y, como siempre, plasmo aquellas cosas como creo que son.

Su Majestad don Juan Carlos I reinó en España entre el veintidós de noviembre de 1975 y el diecinueve de junio de 2014, un período de casi cuarenta años a lo largo del cual España se transformó de manera completa, aprovechando el impulso económico sembrado durante los años sesenta, con la industrialización y la creación de una hasta entonces inexistente extensa clase media, base de nuestra prosperidad, incorporando, a ese auge económico iniciado anteriormente, la libertad y la concordia entre todos los españoles.

“El rey quiere serlo de todos a un tiempo”, dijo don Juan Carlos en su primer mensaje a las Cortes del veintidós de noviembre de 1975, y ese propósito, que de haber sido pronunciado por algún político puede que se hubiese quedado en un mero eslogan electoral, se cumplió de manera completa, pues don Juan Carlos trajo la democracia, haciéndolo, además, respetando la legislación entonces vigente (el famoso “ de la ley a la ley” de Torcuato Fernández-Miranda) y con el acuerdo mayoritario de quienes ostentaban entonces la representación política heredada del franquismo, los procuradores en Cortes, que votaron mayoritariamente a favor de la octava ley fundamental, conocida como “Ley para la Reforma Política”, que derogaba las anteriores y propiciaba, tras ser refrendada por el pueblo español en referéndum, la convocatoria a cortes constituyentes.

Fue, por tanto, un rey que recibió un poder ilimitado de manos de Franco y que lo cedió por completo para hacer posible la llegada de la democracia a España, desde el impulso a una reconciliación nacional que hizo posible que se sentasen las bases sobre las que impulsar nuestro desarrollo definitivo, la homologación con el resto de democracias occidentales y posibilitar la recuperación de un papel con cierta relevancia en el contexto internacional.

Bajo su reinado se pasó de un régimen autoritario -muy suavizado en sus últimos años, pero autoritario en todo caso- a un régimen democrático de libertad; se legalizó al PCE sobre la base de la aceptación de éstos de la bandera nacional de todos los españoles, de la legalidad, de la reconciliación y de la Monarquía; se convocaron elecciones libres para cortes constituyentes, como he dicho; se aprobó y refrendó por los españoles la Constitución vigente, que ahora quieren derribar algunos; don Juan Carlos abortó el intento de golpe de Estado del veintitrés de febrero de 1981; España ingresó en la OTAN y en el Mercado Común; se acometió la necesaria reindustrialización y se mejoró el sector servicios; España fue escaparate en el mundo al cumplirse el quinto centenario de la mayor hazaña de la humanidad, el descubrimiento del Nuevo Mundo, por mucho que ahora unos fanáticos lo critiquen: así, en 1992 se celebraron los Juegos Olímpicos en Barcelona, la Exposición Universal en Sevilla, y la capitalidad cultural en Madrid; España fue socio fundador del euro; nuestro ejército contribuyó a llevar la paz a múltiples lugares del mundo; y se afrontó con serenidad y tristeza los terribles atentados del once de marzo de 2004 y se acabó con ETA.

En todo ese tiempo, la economía creció y pasó, en términos corrientes, de 36.290,3 millones de euros en 1975 a 1,032 billones de euros en 2014, con un PIB per cápita que partió de 2.840,57 euros de 1975 y que llegó a 22.218 euros de 2014. En el mercado laboral, se pasó de doce millones de ocupados a más de diecisiete millones de personas trabajando. En términos reales, el incremento del PIB fue de más del 100% y el PIB per cápita, en esos términos constantes, se dobló.

Bajo su reinado, España desarrolló una fabulosa red de infraestructuras: no hay más que ver las autopistas y autovías existentes, una gran red ferroviaria de alta velocidad y el refuerzo de la red aeroportuaria, con la vanguardista T4 de Barajas como símbolo de la modernización de dichas infraestructuras.

Asimismo, múltiples empresas españolas se fortalecieron en el mercado interior para, después, poder crecer internacionalmente y expandirse, como Telefónica, Iberia, Ferrovial, ACS, Banco de Santander o BBVA, entre otras muchas, que cuentan, a su vez, con grandísimos profesionales formados cuidadosamente a lo largo de todos esos años.

Don Juan Carlos fue nuestro mejor embajador para la expansión de España y de sus empresas, gracias a su prestigio, su trabajo y su vocación de servicio a los españoles, que demostró durante todas las décadas de su reinado, bajo el cual España se transformó económicamente, como he dicho, se modernizó y recuperó todas las libertades, que algunos, ahora, añoran con mutilarlas para devolvernos a los oscuros tiempos de la II República.

Por eso, desde la extrema izquierda atacan a don Juan Carlos de esta manera, desde el odio. Ni siquiera se le está concediendo la presunción de inocencia a la que toda persona tiene derecho, sino que se le condena anticipadamente a raíz de las declaraciones de una persona que está ejerciendo su derecho de defensa y que, por tanto, no tiene por qué ser veraz dentro de dicha estrategia de defensa, pero a don Juan Carlos ya han decidido maltratarlo públicamente.

Para empezar, aun en el supuesto caso de que hubiese irregularidades fiscales o de otro tipo, estarían prescritas. Adicionalmente, incluso aunque no lo estuviesen, la figura del Rey goza de inviolabilidad y todos sus actos son refrendados por el Gobierno, con lo que no se le puede atribuir delito alguno durante actos de su reinado. Por tanto, realmente no debería proceder proseguir con dicha investigación bajo esos dos supuestos, pero el daño ya está hecho.

Y ese daño se quiere extender a don Felipe, magnífico Rey, y a toda la Monarquía. El ataque a don Juan Carlos tiene un objetivo que va más allá de su persona. A la izquierda extremista no le preocupa si hay posibles delitos o no. Lo atacan por dos motivos: el primero de ellos, su obsesión en eliminar la Monarquía por el hecho de que la restauración se produjese al recibir el poder del régimen anterior. Por eso, ponen en cuestión todos los títulos concedidos entre 1939 y 1978, porque quieren llegar a anular el principal de ellos, la designación de don Juan Carlos como sucesor a título de Rey. El segundo, porque quieren que ello afecte a don Felipe, que abdique e imponer así una república.

En 1931, prácticamente nadie defendió a otro gran rey, como fue don Alfonso XIII, que también luchó por modernizar España, arriesgando en muchos casos su propio patrimonio personal, como en la construcción del Metro de Madrid. Tras unas elecciones municipales que ganaron los partidos monárquicos, los republicanos aprovecharon la ventaja de sus candidaturas en Madrid y Barcelona para proclamar la república, sin que mediase ni referéndum ni nada parecido, en lo que realmente fue un golpe de Estado que cambió el régimen legalmente establecido. Ahora, Podemos está agitando de nuevo el fantasma republicano, tratando de sustituir la monarquía por otra república que mucho me temo que terminaría siendo tan sectaria como la de 1931. Por otra parte, saben que no pueden cambiar el régimen constitucional, porque se requieren mayorías reforzadas que afortunadamente no tienen.

Hoy atacan a don Juan Carlos. Sin entrar en si son ciertas o no las informaciones publicadas sobre los temas fiscales acontecidos, además de la inviolabilidad y la prescripción en dichos asuntos, habría que recordar el balance neto de su reinado, que es abrumadoramente positivo. De hecho, quienes desde la izquierda extrema atacan a don Juan Carlos hoy, pueden hacerlo porque él devolvió la soberanía a los españoles y decidió traer un marco constitucional de libertad en la que cada uno pudiese expresar sus opiniones, incluidas las críticas al Rey. Si hoy pueden criticar a don Juan Carlos, es porque don Juan Carlos nos trajo la libertad. Eso debería recordarlo toda la sociedad española: si hemos podido gozar de la prosperidad que tenemos es gracias a que una persona, don Juan Carlos -con sus aciertos y sus errores-, junto con un reducido grupo de colaboradores, decidió transformar a España en una nación libre, de concordia y reconciliación, y de prosperidad.

Ojalá que la Monarquía sobreviva y don Felipe pueda seguir siendo así el gran Rey que es, como lo será en su día, sin duda, doña Leonor como Reina. Si eso sucede -esperemos que sí- habremos salvado la Monarquía parlamentaria y constitucional, que el tiempo ha demostrado que es el mejor régimen para España.

https://okdiario.com/opinion/don-juan-c ... ey-5887614

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LOS NEGOCIOS DE JUAN CARLOS I: TREINTA AÑOS A CUERPO DE REY

Mensajepor Invitada » Dom 19 Jul, 2020 10:48 am

Felipe González defiende la presunción de inocencia de Juan Carlos l y pide que se respete su “legado histórico”


"El expresidente del Gobierno justifica su ausencia en el funeral de Estado a las víctimas de la covid-19 por motivos de salud.

El expresidente del Gobierno Felipe González ha defendido este viernes el “legado histórico” de Juan Carlos l ante las investigaciones sobre la supuesta donación de 65 millones de euros que, en 2012, el rey emérito destinó a su entonces amiga Corina Larsen, según adelantó este periódico. El socialista ha pedido respetar la presunción de inocencia del exjefe del Estado y no dar por bueno “lo que diga un policía corrupto o una señora tal”, en alusión al excomisario José Manuel Villarejo y a Larsen.

González se ha referido a la situación del rey emérito en una entrevista en Televisión Española. Los supuestos actos irregulares del anterior jefe del Estado están siendo investigados por la Fiscalía del Tribunal Supremo. Según el expresidente del Gobierno, se trata de una maniobra “contra el régimen de 1978”. Una campaña que, ha subrayado, también le está afectando a él. El exdirigente socialista ha asegurado que, siendo él presidente de Gobierno, el rey Juan Carlos “hizo servicios fantásticos a España en multitud de situaciones complicadas”.

Además de la situación de Juan Carlos l, González también ha hablado del documento desclasificado de la CIA que le atribuye la creación de los GAL —una trama parapolicial que practicó en los años ochenta lo que se consideró, y sentenció, como terrorismo de Estado contra ETA — y que los partidos nacionalistas utilizaron para pedir, sin éxito, su comparecencia en el Congreso. El socialista ha señalado que no perderá “ni un minuto” en valorar una “estúpida polémica”

Felipe González fue el único exjefe del Gobierno que no estuvo presente en el homenaje de Estado a las víctimas de la covid-19 del pasado jueves. Al respecto, el socialista ha justificado su ausencia por motivos de salud. Según ha contado el propio socialista, se encuentra confinado, desde marzo, en un lugar “cerca de Guadalupe (Extremadura)” y que limita sus salidas por recomendación médica."

https://elpais.com/espana/2020-07-17/fe ... orico.html

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Mensajepor Invitado » Sab 01 Ago, 2020 3:22 am

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El monarca de Bahréin, Hamad Bin Isa Al Jalifa, despidiendo a Don Juan Carlos en el aeropuerto tras un viaje de dos días del Rey Padre al país en 2014.


JUAN CARLOS I
EL SÁTRAPA QUE LE REGALÓ SEIS VIAJES Y UN MILLÓN

El monarca de Bahréin transfirió 1,7 millones de euros a la cuenta suiza del Rey Padre como regalo. El país, polémico por la falta de derechos, intenta limpiar su imagen a través de España.

FRANCISCO CARRIÓN


LAS AVENTURAS DE JUAN CARLOS I POR EL Golfo Pérsico han puesto en el punto de mira a otra monarquía árabe, la que desde hace dos décadas dirige Hamad bin Isa bin Salman al Jalifa (70). El rey de Bahréin nunca ha escondido la estrecha amistad que le une al ex soberano. El padre de Felipe VI ha viajado al país hasta en seis ocasiones desde que en 2011, al calor de la Primavera Árabe, estallaran revueltas pacíficas exigiendo la democratización del reino y el fin de la discriminación de una población de mayoría chií sojuzgada por los Jalifa, una familia suní que a golpe de represión ha logrado ahogar los gritos de cambio. La amistad trabada por las monarquías bahreiní y española es ahora una de las aristas de la investigación judicial en Suiza. A principios de este año, The Telegraph desveló que en 2008 Juan Carlos creó en Panamá una fundación opaca llamada Lucum cuya cuenta bancaria suiza recibió la presunta donación de 65 millones de euros del entonces rey saudí Abdelaziz al Saud. Dos años después, esa misma cuenta vio engordar su saldo con 1,7 millones de euros presuntamente regalados por el monarca bahreiní en concepto de reconocimiento a la posición de Juan Carlos I en la península Arábiga.

“Es una revelación chocante. Estas prácticas no deberían ser normalizadas”, replica a LOC desde el exilio Maryam al Jawaja, hija de un activista de derechos humanos bahreiní que cumple cadena perpetua por su participación en las manifestaciones pacíficas que surgieron hace nueve años en Manama, la capital del reino. “Los dictadores del Golfo Pérsico, ricos y corruptos, han encontrado la manera de influir en mandatarios occidentales a través del soborno bajo la apariencia de regalos. No es exclusivo de España. La familia real de Bahréin intercambia a menudo influencia con otras familias reales como la británica”, detalla Maryam. “Es importante tener en cuenta dos cosas: primero, la riqueza que usan para comprar esa influencia pertenece a las poblaciones a las que roban y que sufren de pobreza y desempleo; y, segundo, a los países europeos les gusta promocionarse como promotores de los derechos humanos pero continúan haciendo negocios con los mismos países que cometen esas violaciones”, desliza uno de los principales rostros que mantiene viva la contestación al clan Al Jalifa.

LA GRATITUD DE LOS HERMANOS ÁRABES
La predilección de Don Juan Carlos por las monarquías musulmanas parece más que probada. Hasán II de Marruecos le trató de hermano durante los 24 años que coincidieron como reyes. Además de Marruecos, Don Juan Carlos conoce bien los países del Golfo, donde se siente a gusto pese a la imagen exterior de esas monarquías. De Abdulá, el rey saudí, recibió 100 millones de dólares. Menos generoso fue el príncipe heredero de Abu Dabi, principal emirato de los siete que hay en Emiratos Árabes Unidos, que le obsequió dos Ferraris valorados en 700.000 euros. Unas dádivas que demuestran la buena relación

Desde 2011, el intento real de eliminar cualquier disidencia ha sido brutal. A la represión le siguió la persecución de la oposición política, el encarcelamiento o el exilio de cientos de activistas y un incremento de las penas capitales como arma política. A mediados de julio dos bahreínies, miembros de la mayoría chií, fueron condenados a muerte por quinta vez por su presunta participación en el atentado contra un oficial de policía cuya confesión fue arrancada mediante tortura.

Los periódicos periplos de Juan Carlos I, antes y después de su abdicación, estuvieron enmarcados en ese contexto de represión. El Rey padre encabezó delegaciones oficiales con ministros y empresarios o fue invitado personal de Hamad en citas como el Gran Premio de Fórmula 1, cuya celebración en Bahréin está desde hace años envuelta en la controversia. En 2016, con motivo de su asistencia a la competición, la agencia de noticias estatal de Bahréin dio cuenta de esa cómplice amistad: “Su majestad aplaude los esfuerzos de Juan Carlos por impulsar las relaciones entre ambos países y promover la cooperación bilateral a todos los niveles”.

La oscura relación del ex monarca con uno de los regímenes árabes más despiadados ha llegado hasta el Congreso de los Diputados. En mayo, Joan Baldoví, portavoz de Compromís, preguntó al Gobierno por su posición respecto a las violaciones de derechos humanos en el país así como por los lazos de ambas monarquías. “Las réplicas fueron breves y ni siquiera contestaron a lo que se les solicitaba”, asevera a este suplemento Gabriela Zavaley, miembro de la sucursal española de Americanos por la Democracia y los Derechos Humanos en Bahréin. España se ha convertido, además, en una pieza clave de la estrategia de la familia real de Bahréin para blanquear su reputación tras la adquisición hace unos meses del Córdoba Club de Fútbol. “Existe una estrecha relación entre ambas monarquías, que se ha hecho aún más cercana con la compra del Córdoba. No sabemos si es la razón por la que España permanece en silencio ante los abusos”, agrega Alejandro del Castillo, activista español de la citada organización.


LA OTRA CRÓNICA EL MUNDO SÁBADO 1 DE AGOSTO DE 2020

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LOS NEGOCIOS DE JUAN CARLOS I: TREINTA AÑOS A CUERPO DE REY

Mensajepor Invitada » Sab 01 Ago, 2020 11:47 am

En defensa de don Juan Carlos de Borbón
Que nadie se llame a engaño: la campaña contra del rey emérito es un ataque directo al orden constitucional. Y una asquerosa muestra de deslealtad por parte de muchos


24/07/2020
España tiene mal arreglo. En este país puedes defender al corrupto Pujol aduciendo que hizo muchas cosas buenas y que, además, és de els nostres; puedes decir que los dirigentes socialistas andaluces son ejemplo de virtudes a pesar de los ERE; puedes enviarle mensajitos al tesorero de tu partido animándole a ser fuerte; incluso se permite con total normalidad vitorear a asesinos etarras en la vía pública, brindándoles honores de héroes entonando gritos de gora ETA.

Se disculpa que, siendo presidente de una autonomía, ataques al jefe del Estado amenazándole con cartitas intimidatorias que condicionan su agenda en el territorio nacional, nadie se opone a que un inhabilitado siga en su cargo, se da bola a golpistas permitiéndoles circular por la calle en detrimento de otros presos que, al menos, han manifestado su deseo de reinserción. Todo se admite, todo se tolera, todo es admisible, salvo una cosa: defender a Don Juan Carlos de Borbón basándote en la presunción de inocencia y en su ejemplarísima hoja de servicios como monarca. Periódicos, políticos y opinadores se han puesto de acuerdo en que el Emérito es poco menos que un tahúr fundándose en las declaraciones de un barragana de altos vuelos y en las filtraciones de un excomisario extorsionador. Ahora toca ir de virtuosos y denigrar a quien antes se adulaba. Y son los mismos. Aquellos que mataban por hacerse una foto con el Rey, por reírle esos chistes –malísimos, Señor, siempre lo he dicho– como si no hubiera un mañana, por intentar ser recibidos por el monarca, por jactarse ante los amigotes de “el rey me ha dicho”. Esa tropa de asquerosos traidores se han envuelto en la toga de austeros senadores romanos, apuntando con sus dedos acusadores al mismo al que hasta hace muy poco lamían las suelas

Yo bien sé que la influencia del rey emérito ha hecho muchas veces inclinarse la balanza en favor de empresas españolas que, ni que fuera por agradecimiento, deberían salir al paso de tanta basura, manifestando su agradecimiento al monarca. Sé también de no pocos empresarios de coge el dinero y corre que lanzan pestes de Don Juan Carlos por no haberles hecho ni puñetero caso. De estos quizás hable otro día, porque alguno hay que tiene influencia en esto de los medios de comunicación. También sé que la justicia es lenta y que todo un doloroso proceso como este requiere pruebas, muchas más que las del cotorreo del chantajista y la cortesana. Y si, Dios no lo quiera, se probara que el rey emérito ha cometido algún delito, bien estará que se le castigue porque me consta que él es el primero que así lo desea. Pero, si no es así, si la justicia lo declara inocente, ¿se retractarán quienes ahora lo acusan? ¿Pedirán perdón a quien todo lo dio por su patria y llegó incluso a enfrentarse con su padre, Don Juan de Borbón, por entender que lo mejor para España era que la corona no recayera en la cabeza de este?

Digo más, ¿nadie se da cuenta que el intento de eclipsar a Juan Carlos I está dirigido a borrar lo que ha sido este país las últimas cuatro décadas, a eliminar el espíritu de la Transición, a dar por enterrada nuestra convivencia y a que asesinos, mediocres y canallas se hagan con las riendas del Estado? ¿No lo ven en el PP? ¿No lo ven en Ciudadanos? ¿Nadie entiende que cada pedrada en la figura de Don Juan Carlos es una andanada en el edificio constitucional? Cuidado, con esto no defiendo que deba ser impune ni estar por encima de la ley, que antes ya escribí que él es el primero en desear que se solvente este asunto. Lo digo porque si a Pujol le siguen haciendo homenajes y Sánchez pacta con Otegi sin que pase nada, me parece a mí que no debería ser tabú elogiar a la figura que supo ejercer esa difícil función que tiene la corona en cuanto a reinar pero no gobernar. Echo en falta una declaración conjunta de todos los expresidentes del Gobierno, de políticos destacados, de personalidades del arte y de la cultura defendiendo, siquiera, el rol fundamental del por entones Rey. Es el tiempo de los enanos, de los cobardes, de los miserables. No va conmigo. Suceda lo que suceda, Don Juan Carlos siempre me tendrá a sus órdenes, como no puede ser de otra forma. Así que mientras otros buscan esconder tarjetas de móviles o montan medios de comunicación para sus amigas entrañables, que de eso se habla poco, yo me permito decir alto y claro: ¡viva don Juan Carlos de Borbón! ¡Viva mi Rey!

https://www.vozpopuli.com/opinion/defen ... 63438.html

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LOS NEGOCIOS DE JUAN CARLOS I: TREINTA AÑOS A CUERPO DE REY

Mensajepor Invitado » Lun 03 Ago, 2020 8:10 pm

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Juan Carlos I comunica a Felipe VI su decisión de irse de España

Don Juan Carlos ya no se encuentra en España. Su marcha de España no afecta a Doña Sofía.

La situación insostenible derivada de las informaciones sobre los negocios opacos de Don Juan Carlos, el deterioro que provocan en la imagen de la Corona y la presión llegada desde distintos ámbitos -con especial énfasis desde el Gobierno- han llevado a no dilatar más una decisión esperada. Felipe VI ha aceptado que su padre abandone el país -"Mi meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España"-. Don Juan Carlos ya no se encuentra en España, según ha confirmado EL MUNDO. La decisión se hace pública una vez los Reyes han completado su gira por España, en la que han recorrido todas las comunidades. La decisión no afecta a Doña Sofía, que esta tarde se encontraba en Zarzuela, y que seguirá residiendo allí.

Los escándalos protagonizados por el que fuera Jefe del Estado durante casi cuatro décadas han vuelto a poner de nuevo a Felipe VI en la tesitura de elegir ser Rey antes que hermano o hijo. Ya despojó del título de duques a su hermano Cristina e Iñaki Urdangarin por su implicación en el caso Nóos, y ahora traza un nuevo cortafuego asumiendo el traslado fuera de España de su padre.

La fórmula ejecutada para la marcha de Don Juan Carlos es la misma empleada en su renuncia a la vida institucional o con la primera piedra del repudio puesta el pasado 15 de marzo: se traslada que es una decisión suya, que parte de él, y así la comunica a Felipe VI. Sin embargo, a nadie se le escapa que desde hace semanas la Casa del Rey con el Gobierno, y con distintas personalidades de la sociedad, analizaba y debatía cómo acometer el problema de la presencia de Juan Carlos I en el mismo espacio que el Rey y su familia. Un asunto de Estado, donde había presiones y se demandaba iniciativa a Zarzuela.

No se le despoja del título de Rey

"Deseo manifestarte mi más absoluta disponibilidad para contribuir a facilitar el ejercicio de tus funciones, desde la tranquilidad y el sosiego que requiere tu alta responsabilidad. Mi legado, y mi propia dignidad como persona, así me lo exigen", expone la carta que ha hecho pública la Casa del Rey. "Hace un año te expresé mi voluntad y deseo de dejar de desarrollar actividades institucionales. Ahora, guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones y a ti como Rey, te comunico mi meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España". La primera persona empleada hace pensar que Doña Sofía, que este lunes ha estado en Zarzuela, no acompañará a su marido.

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Trasladarse fuera de España era uno de los escenarios barajados. Se ha evitado una decisión aún más drástica, como habría sido despojar a Don Juan Carlos de su título de Rey. Para ello habría sido necesario modificar el decreto del 13 de junio de 2014, por el cual se concedió un tratamiento singular al Rey. "Don Juan Carlos de Borbón, padre del Rey Don Felipe VI, continuará vitaliciamente en el uso con carácter honorífico del título de Rey, con tratamiento de Majestad y honores análogos a los establecidos para el Heredero de la Corona, Príncipe o Princesa de Asturias".

Ahora bien, falta por saber a qué país se trasladará Don Juan Carlos y el periodo de tiempo que residirá fuera de España, si será una marcha definitiva o no. El que fuera Rey de España precisará, dada su condición, de unas medidas de seguridad allá donde viva, lo que implica un gasto para proporcionar ese dispositivo que ahora se desarrollará fuera del país.

Ante la carta que Don Juan Carlos ha enviado al Rey, éste ha transmitido su "sentido respeto y agradecimiento" ante su decisión. Desde Zarzuela remarcan la "importancia histórica" que representa el reinado de Don Juan Carlos, "como legado y obra política e institucional de servicio a España y a la democracia". Ante esta drástica decisión, Felipe VI ha querido reafirmar los "principios y valores sobre los que ésta se asienta, en el marco de nuestra Constitución y del resto del ordenamiento jurídico".


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Carta de Don Juan Carlos

Majestad, querido Felipe:

Con el mismo afán de servicio a España que inspiró mi reinado y ante la repercusión pública que están generando ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada, deseo manifestarte mi más absoluta disponibilidad para contribuir a facilitar el ejercicio de tus funciones, desde la tranquilidad y el sosiego que requiere tu alta responsabilidad. Mi legado, y mi propia dignidad como persona, así me lo exigen.

Hace un año te expresé mi voluntad y deseo de dejar de desarrollar actividades institucionales. Ahora, guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones y a ti como Rey, te comunico mi meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España.

Una decisión que tomo con profundo sentimiento, pero con gran serenidad. He sido Rey de España durante casi cuarenta años y, durante todos ellos, siempre he querido lo mejor para España y para la Corona.

Con mi lealtad de siempre.

Con el cariño y afecto de siempre, tu padre."


Un nuevo cortafuegos

El cortafuegos a Don Juan Carlos se ha estructurado en tres pasos. Una decisión progresiva, que ha sido necesario subir de intensidad ante la gravedad de las investigaciones periodísticas publicadas. Primero, el 27 de mayo de 2019, se trasladó que se retiraba de la vida pública de manera oficial -hacía meses que su agenda había sido relegada y sus apariciones junto a Felipe VI eran contadas y casi obligadas-. Para entonces, y ahora cobra importancia el detalle, la Casa del Rey ya tenía conocimiento de los fondos y negocios opacos de Juan Carlos I. Hacía casi dos meses que los abogados de Corinna les habían trasladado los detalles.

Segundo, el pasado 15 de marzo, cuando España se sumía en el estado de alarma por la pandemia por el coronavirus, Felipe VI hacía visible el repudio a su padre renunciando a la herencia y le retiraba la asignación a Don Juan Carlos por su fondo en un paraíso fiscal.

El tercer y definitivo paso se produce tras una escalada de informaciones, como todas las destapadas por EL MUNDO, en las que se han conocido con detalle los negocios de Don Juan Carlos y Corinna Larsen, así como las pretensiones y las operaciones económicas llevadas a cabo por el emérito.

Felipe VI necesitaba escenificar públicamente un mediático cordón de seguridad en un intento de salvaguardar la institución de la Corona, tanto su reinado como el desempeño de la heredera, la princesa Leonor, ante la opinión pública. Primero, por la erosión y el desgaste que los negocios opacos de Don Juan Carlos han supuesto, que han impedido a Zarzuela rentabilizar la labor desempañada por los Reyes durante la pandemia.

En segundo lugar, porque aunque Zarzuela frenó en seco el intento de Corinna de involucrar a Felipe VI, la empresaria alemana sí trató de implicar al actual Rey de España al asegurar, según su versión, que Don Felipe, siendo Príncipe de Asturias, había recibido uno de los dos Ferraris que en el año 2011 el príncipe de Abu Dhabi, Mohammed bin Zayed Al-Nahyan, entregó a la monarquía española.

Y en tercer lugar, porque Felipe VI sabía de las operaciones de su padre y de que él mismo figuraba como beneficiario de las fundaciones creadas por Don Juan Carlos desde el 5 de marzo de 2019, tras recibir una carta de los abogados de Corinna que EL MUNDO hizo pública. Y aunque Zarzuela asegura que dio traslado del asunto a las "autoridades competentes", tardó un año en comunicar a la sociedad española el asunto.

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LOS NEGOCIOS DE JUAN CARLOS I: TREINTA AÑOS A CUERPO DE REY

Mensajepor Invitado » Lun 03 Ago, 2020 9:12 pm

Podemos reclama que la Justicia "impida huir" a Juan Carlos de España y "pague por los delitos"


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LOS NEGOCIOS DE JUAN CARLOS I: TREINTA AÑOS A CUERPO DE REY

Mensajepor Filipino » Lun 03 Ago, 2020 10:05 pm

Con gran pesar me veo obligado a propinarle una patada en el culo a mi Augusto Padre, pero mi Plebeya Esposa me ha planteado crudamente el dilema: "O él, o la cola del INEM, que da varias vueltas a la manzana. Escoge, calzonazos". Ante tan rotundo requilorio me he decantado por el puntapié en las eméritas posaderas. Ahí afuera hace mucho frío, aunque estemos en Agosto.

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Invitada

LOS NEGOCIOS DE JUAN CARLOS I: TREINTA AÑOS A CUERPO DE REY

Mensajepor Invitada » Mar 04 Ago, 2020 9:45 am

La necesaria distancia con el jefe del Estado.
El rey emérito abandona España para evitar que sus asuntos personales afecten a la Monarquía.


EL PAIS
3 Agosto 2020

El rey emérito ha comunicado al jefe del Estado, su hijo Felipe VI, su decisión de alejarse de La Zarzuela y de abandonar España. La decisión, acogida por el Rey con respeto y agradecimiento, supone hasta ahora el intento más severo por distanciar a la Jefatura del Estado de la investigación sobre las cuentas opacas que Juan Carlos I supuestamente ha tenido en el extranjero. Este argumenta su determinación en la necesidad de aportar “tranquilidad y sosiego” a la labor de la Corona , que está por encima de quienes la encarnan en cada momento. Y, al mismo tiempo , resalta que permanecerá “a disposición en todo caso” de la Fiscalía para cualquier trámite o actuación “que se considere oportuna”, lo que cercena cualquier lectura de que su salida obstaculizaría su rendición de cuentas ante la Justicia.

Independientemente de cualquier posible ramificación de los asuntos que se tramitan ante un tribunal suizo y el Supremo español, y que por el momento no suponen la imputación del anterior jefe del Estado, ni en aquel país ni en España, la decisión que hizo pública este lunes —todo indica que de forma consensuada con Felipe VI— es adecuada, pertinente y responsable . Adecuada en el calendario, porque una prolongación de las polémicas surgidas sin la necesaria respuesta en nada beneficiaría al prestigio de la Jefatura del Estado, a la estabilidad institucional y a la visión histórica del reinado de la Transición. Pertinente en su alcance, porque traza de forma clara un cortafuegos entre aquella y los discutibles avatares de las personas que la han encarnado: la salida de don Juan Carlos deslinda su vida personal de la residencia oficial en la que ha venido habitando. Responsable, porque implica una actitud de continuado apego a la arquitectura de la democracia española, por encima de errores o conductas inaceptables que se hayan registrado.

Ya el pasado 15 de marzo, Felipe VI quiso blindar a la institución retirando a su padre la asignación de casi 200.000 euros anuales que recibía de los Presupuestos de la Casa del Rey y renunciando a cualquier hipotética herencia que pudiera corresponderle en el futuro de los fondos que este tuviera en el extranjero. Según explicó en un extenso comunicado, la primera noticia sobre dichos fondos la tuvo la Casa del Rey a través de los abogados de Corinna Larsen , la examiga de Juan Carlos I, quien intentó forzar una negociación directa con La Zarzuela bajo amenaza de airear el escándalo, a lo que Felipe VI se negó de plano.

Aquella medida no fue, sin embargo, suficiente para evitar que el goteo de informaciones sobre la investigación abierta en Suiza haya salpicado a la Jefatura del Estado. Del mismo modo que la actuación de Juan Carlos I en los momentos más críticos de la Transición prestigió a la Monarquía, resultaba inevitable que las irregularidades financieras del anterior jefe del Estado empañasen su imagen.

El paso dado ahora para separar a la persona de la institución —alejando a don Juan Carlos de La Zarzuela— no ha sido fácil, por más que trasluzca un acuerdo entre padre e hijo con el objetivo común de salvaguardar a la Corona. Con 82 años, Juan Carlos I se marcha por la puerta de atrás del que ha sido su hogar durante casi 58 años. En cambio, Felipe VI no ha querido forzar la retirada del título honorífico de Rey a su padre y Juan Carlos I no ha querido renunciar a él voluntariamente.

En todo caso, el rey emérito mantiene intacta la presunción de inocencia, un derecho que le corresponde como a cualquier otro ciudadano. Ni el fiscal suizo ni el español que investigan los movimientos financieros de Corinna Larsen han presentado hasta ahora acusación alguna contra él. Si lo hacen, Juan Carlos I deberá defenderse y podrá ser juzgado, al menos por aquellos hechos posteriores a su abdicación en junio de 2014.
La conducta decepcionante y poco ejemplar de Juan Carlos I en sus últimos años de reinado no puede hacer olvidar su insustituible contribución al progreso y la libertad de los españoles durante casi medio siglo. Aun sin su compromiso y su decisión, es posible que la democracia se hubiera acabado asentando en España, pero a un coste mucho más alto .
Por eso, quienes aprovechan la caída en desgracia de Juan Carlos I para reabrir el debate sobre la Monarquía deben plantearse si, más allá de que sea legítima la reivindicación republicana, esta tiene ahora consensos sociales y parlamentarios suficientes para traducirse en una reforma constitucional. Los datos indican lo contrario . Resulta por tanto irresponsable alimentar la crisis institucional en un momento en que el país necesita estabilidad, uniendo todas sus fuerzas para afrontar una crisis económica devastadora que ya ha llegado y una sanitaria que no se acaba de marchar.


https://elpais.com/opinion/2020-08-03/l ... stado.html




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