LA REUNIFICACIÓN MATRIMONIAL DE LOS REYES PADRES Hace 60 años les unió el
deber pero no el amor. Ella ha olvidado sus devaneos pero su principal desvelo son sus hijos y nietos.
‘CABALLO VIEJO’ JUAN CARLOS QUIERE VOLVER CON SU LEAL SOFÍA 60 AÑOS DESPUÉS
Se cumplen seis décadas de la decisiva boda en Atenas de los Reyes Padres. Pese a las ‘Corinnas’ y las ‘Bárbaras’, Don Juan Carlos y Doña Sofía han recuperado cierta complicidad, frustrada por la marcha a Abu Dhabi.
CONSUELO FONT
ESTE SÁBADO, 14 DE MAYO, SE CUMPLEN 60 años de la “boda de cuento de hadas”, como la calificó la prensa griega, de Don Juan Carlos y Doña Sofía. Y a pesar de las vicisitudes que ha atravesado el matrimonio, de Corinnas y Gayases, y de que durante mucho tiempo su vínculo fue meramente institucional, Don Juan Carlos ha estado a punto de viajar a España para celebrar sus bodas de diamante, como corroboran a LOC en su entorno. “Exceptuando de recién casados, esta es probablemente la etapa en que más unidos están. Antes de partir Don Juan Carlos a Abu Dhabi, su relación era ya muy amistosa, incluso salían con amigos, viajaban y pasaban tiempo juntos en Zarzuela casi como un matrimonio normal. Ahora, en la distancia, Don Juan Carlos reconoce que echa de menos a su mujer, la llama e incluso barajó venir a España para celebrar su 60 aniversario de boda, pese a las polémicas matrimoniales”. Y por eso precisamente parece que se descartó. ¿O no?
A diferencia de otras monarquías europeas, nuestra familia real nunca fue partidaria de grandes fastos. Como tampoco su unión era idílica, los aniversarios de boda de los padres de Don Felipe han pasado inadvertidos. Solo en sus bodas de plata, en 1987, hubo una recepción en el Palacio Real a la que acudieron familiares, el Gobierno de Felipe González y 17 parejas seleccionadas por el diario Ya que se habían casado esa fecha.
Su reinado pasaba por momentos álgidos, que tuvieron su apogeo en la década de los 90, con la democracia consolidada, España convertida en potencia económica y gran preponderancia internacional en buena parte impulsada por el Monarca, que propició celebrar los Juegos Olímpicos en Barcelona y la Expo en Sevilla en el 92. Su monarquía era muy valorada en las encuestas y muchos republicanos se proclamaban juancarlistas. Un escenario muy diferente a la de sus bodas de oro, en 2012. Con Urdangarin imputado por Nóos y la imagen de la Corona bastante tocada, poco había que celebrar. En abril había estallado la crisis del elefante de Botsuana en la que el Monarca se rompió la cadera y saltó a la palestra Corinna Larsen como su amiga entrañable. Zarzuela justificó la no celebración aduciendo que Urdangarin estaba imputado y apartado de los actos oficiales, pero la realidad era que la tensión entre Don Juan Carlos y Doña Sofía estaba en su cénit ante las pretensiones de la ambición rubia de moverle la Corona a Doña Sofía, provocando un divorcio regio. Tras la abdicación del Monarca en 2014 no podían ni compartir actos, por lo que Zarzuela les programaba agendas separadas. Por esas fechas, los marqueses de Isasi invitaron a cenar a Don Juan Carlos y cuando se enteró de que por deferencia convocaron también a Doña Sofía, se negó a asistir.
Coincidió con la reconciliación de los eméritos, que comenzaron a prodigarse en pareja ofreciendo inéditas escenas juntos: ese febrero de 2019 se les vio almorzando en Los Peñotes de la Moraleja; en abril viajaron a Alemania con sus hijas a un partido de balonmano de Pablo Urdangarin; en mayo acudieron un partido de tenis de Nadal y comieron en el restaurante Moncalvillo con Simeón y Margarita de Bulgaria. Sorprendentemente en julio Don Juan Carlos llevó por vez primera a su mujer de regata a Sanxenxo y pasó unos días en Marivent, cosa que no hacía desde su abdicación. Incluso llevó a Doña Sofía a conocer la academia de tenis de Nadal.
En agosto, fue intervenido de un triple bypass aortocoronario y su mujer no se separó de su lado, descartando posteriormente viajar a Grecia para ver a su hermano Constantino. Asimismo en octubre declinó asistir en su país al traslado de los restos de su tía Elena, princesa griega, por acompañar a su marido a la boda de Nadal. La irrupción de la pandemia impidió seguir contemplando públicamente esas inauditas escenas matrimoniales, aunque el personal de Zarzuela se frotaba los ojos al verles comer amigablemente en compañía de Irene, hermana de la Reina, o a Don Juan Carlos en deportivas recibir visitas junto a su mujer, que esos días confesó a un antiguo colaborador. “Estoy mejor que nunca con Juanito”.
GRAN CARIÑO POR SU MARIDO
La fuente ya citada va más allá: “A pesar de lo que ha sufrido, siente gran cariño por su marido y siempre le fue leal. Cuando salieron a la luz sus dineros ocultos le conmovió que se hubiera preocupado de asegurar su porvenir y el de sus hijas y nietos. Les ha unido mucho la preocupación por el futuro de las Infantas cuando ellos falten, dada su distante relación con su hermano Felipe y la nula química con su cuñada Letizia. Don Juan Carlos y Doña Sofía, como muchos matrimonios en la vejez, se han acercado”. Una paradoja
Probablemente la Reina Sofía, una mujer tremendamente familiar, acarició la ilusión de terminar sus días acompañada por Don Juan Carlos. Pero el karma le devolvió a la soledad y a revivir el peor de sus dramas: el exilio (aunque la marcha de don Juan Carlos sea voluntaria). Lo vivió en su infancia, cuando sus padres, los monarcas griegos, huyeron a Sudáfrica por la invasión nazi, y de nuevo con su hermano Constantino, al que el golpe de los coroneles despojó en 1967 del trono. En agosto de 2020, las presiones y la hostilidad del Gobierno le empujó a dejar España y afincarse en Abu Dhabi ante la desolación de Doña Sofía, que ese verano permaneció enclaustrada en Marivent sin dejarse ver por Mallorca con Don Felipe y sus nietas Leonor y Sofía.
El Rey Juan Carlos, que añora mucho España y su hogar de Zarzuela, ha recibido en Emiratos las visitas de sus hijas, la Infanta Elena, su ojito derecho, y Cristina. Aunque el caso Nóos les distanció, retomaron la relación y tras su separación de Urdangarin, su padre le está dando todo su apoyo. Un apoyo que siempre recibió incondicionalmente de su madre, y pese a los rumores, tampoco le falta ahora.
La Reina Sofía, sin embargo, no ha visitado a Don Juan Carlos en Abu Dhabi. Esta Semana Santa sus hijas y gran parte de sus nietos se desplazaron a Emiratos, pero su mujer se instaló en Marivent sola con Irene, pues los Reyes rompieron la tradición de asistir con Leonor y Sofía a la Misa de Resurrección en Palma. Según la fuente arriba citada, “le hubiera encantado acompañarles a Abu Dhabi, pero sabe que una foto suya con Don Juan Carlos perjudicaría a la Corona y también al Rey Felipe, por el que es capaz de cualquier sacrificio. También afectaría a su papel institucional, en el que sigue bastante activa, pues desde enero ha protagonizado 11 actos y a sus 83 años se niega a jubilarse”.
LA OTRA CRÓNICA EL MUNDO SÁBADO 14 DE MAYO DE 2022