Letizia Ortiz: caballo de Troya
Letizia Ortiz: caballo de Troya
Confirmado: La Reina Letizia esquivará el encuentro con Marie Chantal Miller en Londres
La cita royal de la semana está en Buckingham Palace por el 70 cumpleaños del Principe Carlos de Gales. Pero los reyes Felipe y Letizia no acudirán por encontrarse en Perú. Sin embargo, toda la realeza se dará cita en la cena de gala del 14 de noviembre y Marie Chantal Miller ha confirmado su asistencia junto a su marido Pablo de Grecia
Letizia Ortiz: caballo de Troya
TODOS LOS DETALLES
2 días y 5 fallos: Los despropósitos de doña Letizia en Lima
La Reina ha regresado a Madrid mientras que don Felipe ya está en La Antigua.
Visto y no visto. Así ha sido el Viaje de Estado de los Reyes a Perú. Tres días -dos para doña Letizia– que nos han sabido a poco y que apenas han dejado titulares más allá de los que se han centrado en looks de la esposa de Felipe. Sin embargo, a pesar de que el tiempo ha sido escaso, hay muchos detalles que han pasado en principio desapercibidos para la mayoría, y que merecen que nos detengamos en su análisis. Pequeños detalles que hacen que este viaje, que además coincide con el cuarenta aniversario del de don Juan Carlos y doña Sofía al país andino, haya resultado especialmente interesante.
Consorte ausente
No estuvo en París en los actos con motivo de la conmemoración del Centenario del Armisticio y tampoco estará en la Cumbre Iberoamericana de Guatemala. La Reina viajó sola a Lima desde Madrid y de tal manera ha regresado a la capital. Se la ha echado de menos en la Ciudad del Sena y se la echará de menos en La Antigua. Pero quien sí estará, como también estuvo, es Begoña Gómez. Resulta extraño que ella sí acompañe al Presidente y doña Letizia no.
Una reina abstemia
No es ningún secreto que doña Letizia ha declarado en varias ocasiones y en siempre en pequeños corrillos que no bebe -aunque ello no ha sido nunca óbice para que cuando salga con sus amigas a los lugares de moda de la capital se tome algún que otro trago-. Pues bien, esta vez, con la mejor de sus sonrisas, doña Letizia brindó y se acercó la copa a los labios, pero no llegó a beber, como es costumbre desde hace años.
A vueltas con las manos
Hace poco más de una semana que la princesa Leonor copaba titulares por ir casi siempre de la mano de su madre, especialmente en la foto que Zarzuela distribuyó con motivo del cumpleaños de doña Sofía. Pues bien, ahora ha sido doña Letizia quien apenas ha soltado el brazo del Rey en todo el viaje. Eso sí, curiosamente en el posado de los Reyes con el Presidente y la Primera Dama es Maribel Díaz quien agarra con fuerza la mano del mandatario.
Un alojamiento polémico
Era un Viaje de Estado, pero los Reyes no se han alojado junto al Presidente y la Primera Dama en su residencia oficial, la Casa de Pizarro. En lugar de esto, Sus Majestades han optado por el Swisshotel del barrio de San Isidro. Se trata de uno de los diez mejores hoteles de la capital, pero hace algún tiempo se vio implicado en un desafortunado incidente. La FIFA sancionó al jugador peruano Paolo Guerrero sin jugar durante un año tras dar positivo en un control antidopaje y el futbolista aseguró que el responsable de los resultados de sus análisis era el hotel, ya que fue allí donde consumió un té justo antes de someterse al control. Desde el hotel afirmaron que no se proporcionó al deportista nada que no hubiera sido previamente supervisado por su equipo, pero esto no evitó las quejas de la afición.
Desastres estilísticos
Solo ha tenido dos días, pero doña Letizia nos ha ofrecido tres versiones de sí misma completamente diferentes y no del todo acertadas. Aunque su primer look de Carolina Herrera era sublime, el bajo del vestido no estaba bien cosido, como si la Reina lo hubiera mandado retocar. El segundo día se presentó con un working outfit arrugado que deslucía el conjunto y como colofón se decantó por un vestido de Intropia con pronunciado escote, que aunque le favorecía mucho, era quizás un poco desacertado para una Reina. Que cada cual saque sus propias conclusiones.
Letizia Ortiz: caballo de Troya
LA SEMANA EN LA QUE BEGOÑA GÓMEZ PUDO SER CONFUNDIDA CON LA REINA ¿Falta de coordinación entre Zarzuela y Moncloa? ¿Por qué no acompañó Letizia al Rey en París en el centenario del armisticio y sí fue Begoña Gómez? Y la misma situación diplomática comprometedora en la Cumbre Iberoamericana de Guatemala: asiste la mujer del presidente del Gobierno pero no la Reina
LA SEMANA EN QUE NI LETIZIA NI BEGOÑA GÓMEZ ESTUVIERON EN SU SITIO
La inexplicable ausencia de la Reina en París en los actos por el centenario del armisticio y la asistencia, casi ocupando su lugar, de la mujer de Sánchez provocaron una situación protocolaria comprometedora. Y otro tanto ha vuelto a ocurrir en la Cumbre Iberoamericana.
EDUARDO ÁLVAREZ
DOMINGO, 11 DE NOVIEMBRE.París amanece con su plomizo cielo tan característico. Poco antes de las 10 de la mañana, el Rey de España es recibido con un cálido apretón de manos a las puertas del Palacio del Elíseo por el presidente Emmanuel Macron y su esposa, Brigitte. Don Felipe es uno de los cerca de 70 mandatarios que van a participar esa mañana en el acto conmemorativo por el centenario de la firma del Armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial. El Monarca ha acudido solo a París. Tal como había anunciado Zarzuela, la Reina no se ha desplazado. Minutos después, la escena se repite casi como un calco. Esta vez el matrimonio Macron a quien recibe en lo alto de la escalinata es al presidente del Gobierno español. Pero no sólo a él. Porque Pedro Sánchez sí está acompañado por su mujer, Begoña Gómez.
Una hora más tarde, decenas de mandatarios van accediendo a sus puestos en la tribuna junto al Arco del Triunfo para presenciar la ceremonia. Las cámaras de la televisión gala captan a un solitario Felipe de Borbón haciendo tiempo, con las sillas a su izquierda aún vacías. Al rato, le salva del aburrimiento la llegada del gran duque Enrique de Luxemburgo y de su esposa, María Teresa, a quienes les ha correspondido sentarse junto al Monarca español, que saluda efusivamente a la banana. Las mismas cámaras registran la posterior llegada de Sánchez y su mujer, quienes ocuparán un puesto más discreto en la tribuna.
PARÍS Sánchez y su esposa, con un inapropiado atuendo en tono pastel, recibidos por el matrimonio Macron en el Elíseo.
La mayoría de mandatarios acudieron a París con sus cónyuges
La Reina se perdió el almuerzo que Brigitte Macron dio a los ‘consortes’
Sánchez iba de ‘acompañante’ del Rey pero su mujer no quiso faltar
Doña Letizia no va a la Cumbre Iberoamericana por ‘falta de agenda’
Begoña Gómez hace de ‘primera dama’ en Guatemala
La descoordinación entre Protocolo de Zarzuela y Moncloa es manifiesta
PERÚ Doña Letizia, en uno de sus actos oficiales esta semana en Perú, donde llegó sola y de donde se marchó sola.
DOS BANQUETES PARALELOS
Concluido el acto, los dirigentes se desplazan de nuevo al Elíseo para asistir a un almuerzo oficial ofrecido por Macron. Lo que no se hará público hasta unas horas después de que Prensa de la Casa del Rey se pusiera en contacto con medios como EL MUNDO para justificar que no era necesaria la presencia de Doña Letizia en París “porque no tenía papel en los actos”, es que Brigitte Macron ha invitado a los consortes a un banquete paralelo en Versalles. Y allí, entre princesas, primeras damas y mujeres de primeros ministros, ocupa un lugar destacado Begoña Gómez, quien por momentos parece suplantar a la Reina.
El resultado, un despropósito del Protocolo español. Aún no se entiende que Doña Letizia no acompañara al Rey ni mucho menos que, faltando ella, sí asistiera Gómez, cuando su marido no había acudido como representante de España, sino para “acompañar” al Rey. Lo dejaba claro la agenda oficial del presidente del Gobierno publicada en la web de Moncloa.
Como explican fuentes consultadas por LOC, este tipo de eventos se rigen en todo el mundo por usos y costumbres muy extendidos. Y, así, cuando un dirigente, en este caso Macron, cursa invitación a los líderes de 80 países –extensible a sus cónyuges– para que acudan a la conmemoración del Armisticio –los fastos empezaron a prepararse en febrero–, lo habitual es que cada nación decida si va a estar representada por su jefe de Estado o por su jefe de Gobierno –o por alguien de rango menor–. Es muy inusual la asistencia de los dos, como ocurrió el domingo con el Rey y Sánchez, quienes prácticamente sólo viajan juntos al extranjero para las Cumbres Iberoamericanas. Pero el presidente no quiso perderse semejante ocasión de codearse con los mandamases del orbe. Además, tuvo como excusa la invitación a participar ese mismo día por la tarde en el Foro por la Paz en París. La que en todo caso estaba fuera de lugar era Gómez, porque no acudía como cónyuge del representante de España en los actos, que era el Rey. Al no asistir la Reina, lo correcto es que nadie hubiera ido a la comida de consortes para no generar una embarazosa confusión protocolaria, salvo que el objetivo fuera justamente hacerse notar dando la nota.
Fueron contados los países que enviaron a París a sus respectivos jefe de Estado y primer ministro. Sí lo hizo Luxemburgo. Pero en ese caso la dupla se justificaba mejor desde el punto de vista del protocolo. Porque los grandes duques asistieron a la ceremonia en el Arco de Triunfo y, nada más concluir, se marcharon a su país para presidir los actos por el Armisticio en el Monumento al Recuerdo de la capital luxemburguesa. De modo que al almuerzo ofrecido por Brigitte quien acudió fue Gauthier Destenay, marido del premier del Gran Ducado, Xavier Bettel, que representó a su país en el banquete del Elíseo.
Fue la Embajada de Francia en España, el 30 de octubre, la primera que comunicó que “el Rey Felipe VI de España representará a España en la ceremonia internacional en el Arco del Triunfo”. Mucho antes, la Casa Real lo tenía ya todo organizado para el viaje de Estado de los Reyes a Perú que comenzaba al día siguiente. Para que los Monarcas pudieran acudir a París el domingo sólo había que cambiar la logística del desplazamiento. La ocasión lo merecía y el trastorno no era tan grande. Pero, por razones no explicadas, se decidió que a Francia fuera solo Don Felipe. Desde Zarzuela tampoco se ha dicho nada de por qué los Monarcas no asistieron el sábado a la cena oficial con la que los Macron dieron la bienvenida a los mandatarios de todo el mundo, en el bello entorno del Museo de Orsay. Otra gran ocasión en la que la silla española quedaba vacía.
El Rey sólo estuvo en París el domingo.Y al no acompañarle Doña Letizia se originó un hecho inédito: se desplazaron cada uno por su lado por primera vez en un viaje de Estado. Aunque desde luego el protocolo también es hacer de la necesidad virtud, la visita a Perú comenzaba así sin grandeza institucional.
SIN HONORES DE ESTADO
Todos los viajes de Estado se inician con una despedida oficial de los Reyes, que suele tener lugar en el aeropuerto, en la que se interpreta el Himno Nacional y el Monarca pasa revista a un piquete de honor. El Real Decreto 684/2010, de 20 de mayo, establece con claridad que al Rey y a la Reina consorte se le rinden honores militares en la despedida de sus viajes oficiales al extranjero, “salvo orden expresa en contra”. Esto último hubo que aplicarlo el domingo cuando Doña Letizia, casi como una turista más rumbo al país del Machu Picchu, tomó un avión comercial de Iberia al mediodía. A su llegada a Perú, dado que todo era excepcional, no contó con recibimiento oficial, más allá del dispositivo policial que la acompañó hasta el hotel, del que no salió. Dispuso así de varias horas para descansar antes de iniciar los actos oficiales. No fue el caso del Rey, quien aterrizó ya de madrugada. Y, como es preceptivo, él sí fue recibido por el ministro de Exteriores andino.
Por si el espectáculo parisino no hubiera sido suficiente para dejar clara la falta de sintonía entre Protocolo de Zarzuela y de Moncloa, apenas tres días después Letizia y Begoña Gómez volvían a divergir sus caminos poniéndose de nuevo en evidencia la una a la otra.
Casi a la vez que la Reina tomaba un avión en Perú para regresar a España, dejando partir de nuevo solo a Don Felipe hacia Antigua (Guatemala), Begoña Gómez aterrizaba junto a Sánchez, que se sumaba al Rey para participar en la XXVI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno. Y aquí, en honor a la verdad, no se justifican las críticas a la mujer del presidente por acompañarle. Porque, a diferencia de en París, Sánchez ha participado como jefe de Gobierno con funciones ejecutivas, y es tradición que los mandatarios acudan con sus cónyuges. Muchas veces coincidieron la Reina Sofía y la mujer del presidente de turno.
Expertos explican a LOC que en España no se ha establecido un protocolo claro para las mujeres de los presidentes, pero deben ser muy selectivas en sus viajes al extranjero aconsejándose que se reduzcan a las ocasiones en que el país anfitrión aguarda su presencia en actos donde también va a estar la primera dama local. Se critica así, por ejemplo, que Gómez acompañara en septiembre a Sánchez a Canadá, ya que se trataba de una visita de trabajo, y se produjo un momento inenarrable cuando el primer ministro Trudeau acudió sin su mujer a recibir con honores al español, y Gómez se coló en el primer puesto de la línea oficial de saludo.
Lo que sí es cuestionable es la decisión de la Reina de ausentarse de las Cumbres Iberoamericanas. Zarzuela esgrime que desde que en 2014 se suprimió la agenda de actos paralela para los cónyuges la presencia de Doña Letizia no tiene sentido. Pero la realidad casa mal con esta explicación.
AGENDA DE PRIMERAS DAMAS
Aquel año, la Cumbre se celebró en México. Fue la primera a la que Don Felipe asistió como Rey. El presidente Peña Nieto suspendió la citada agenda porque el país sufrió aquellos días una gravísima crisis por la desaparición de decenas de estudiantes en Iguala. Además, su esposa se vio envuelta en un escándalo por su mansión. Por todo, convenía dar imagen de austeridad. Letizia se quedó en Madrid. Tampoco acudió en 2016 a la Cumbre de Cartagena de Indias (Colombia), como no lo ha hecho ahora a Guatemala.
Pero la mayoría de las mujeres de los presidentes latinoamericanos siguen acudiendo porque está bien visto que participen en recepciones y banquetes oficiales. Ahí se echa de menos a la Reina, quien pierde la oportunidad de ejercer su labor de representación en una plataforma tan importante. Además, la falta de programación por parte del país anfitrión no significa que las primeras damas no preparen a conciencia durante meses una agenda de trabajo para aprovechar la Cumbre. Por ejemplo, este año han participado en la presentación del Programa Iberoamericano de Discapacidad, a cargo de la Secretaría General Iberoamericana, y han mantenido reuniones para abordar la inclusión social en la región. No se han limitado a hacer turismo, aunque tampoco es despreciable que contribuyan a dar a conocer lugares de interés de las ciudades en las que se celebran estos encuentros multilaterales.
Lo que no se comprende es que ni el Gobierno ni Zarzuela trabajen para que Doña Letizia pueda cumplir con un programa a la altura aprovechando las Cumbres. Y que se prefiera que el Rey siga viajando solo mientras la Reina permanece en España sin un solo acto oficial.
Ha sido ésta una mala semana para nuestra diplomacia. Porque, definitivamente, ni Letizia ni Begoña Gómez han estado en su sitio.
Letizia Ortiz: caballo de Troya
La bomba de la Reina Letizia: embarazada (“Y no es de Felipe VI”)
El lío que pone la Casa Real patas arriba
Ojo que la que se está liando con la Reina Letizia en los últimos días es de las gordas. Y todo, una vez más, por culpa de Jaime Peñafiel. Y es que el que fuera cronista de la Casa Real lanzó al mercado hace poco un libro con motivo del 80 aniversario de la reina emérita Sofía.
El embarazo de la Reina Letizia
Y en él suelta un bombazo que, como no, ha hecho temblar los cimientos de la Zarzuela: “Lo grave de esta historia es que, cuando conoció a Felipe, el 17 de octubre de 2002, durante una cena en la casa de Pedro Erquicia, Letizia no solo tenía novio, el periodista David Tejera, sino que estaba embarazada de este”.
Un Peñafiel que va un paso más allá: “Pero cuando vio, aquella misma noche, el interés del príncipe por ella, decidió interrumpir el embarazo. Con lo que llevaba en el vientre, casarse con el heredero era imposible, pero podía solucionarse. Y el 27, solo diez días después de conocer al príncipe, acudió a la Clínica Dator, donde abortó sin que el padre de la criatura se enterase incluso del embarazo”.
El lío con Sofía
Algo que, según cuentan en el portal cotilleo.es, el entonces príncipe conoció antes de la boda. Fue la misma Letizia la que se lo confesó y él, consciente de que su madre, la entonces Reina no es que fuera precisamente muy fan de los abortos, hizo que los papeles que demostraban el paso de Ortiz por dicha clínica se esfumaran misteriosamente.
El problema es que ese ‘trabajo’ lo llevó a cabo David Rocasolano, un primo de la hoy reina. Y, cuando años más tarde se enfadaron y Letizia dejó de contar con él (de hecho, de hablarle) Rocasolano decidió sacar toda la porquería en forma de libro (Adiós, Princesa) y, con ella, los papeles que demuestran el paso de Ortiz por la clínica para interrumpir el embarazo.
Un libro que cuando llegó a las manos de Sofía provocó que la madre de Felipe cruzara ya de forma definitiva a su nuera. Un embarazo “y no es de Felipe VI”, como cuentan en las redes, que aún sigue dando mucho que hablar.
Letizia Ortiz: caballo de Troya
Marie Chantal Miller, la princesa millonaria sin pelos en la lengua
Marie Chantal Miller es la esposa de Pablo de Grecia y siempre estuvo relacionada con la élite social de Londres y de todo el mundo por ser hija del magnate Robert Miller dueño del duty free asiático. Famosa socialité que pertenece a la realeza con título de princesa consorte y duquesa de Esparta por matrimonio, tiene 5 hijos y recientemente saltó a los medios por opinar sobre el rifirrafe de la reina Letizia y reina SOfía, tía política, en contra de la actitud de Letizia esposa de Felipe VI y reina consorte
Letizia Ortiz: caballo de Troya
Letizia, acusada de tener 8 millones y el móvil pinchado. Sánchez quiere taparlo
Una bomba se está moviendo por Madrid. Las cintas del comisario Villarejo han hecho caer ministros, presidentes autonómicos y ahora pueden llegar al punto más alto: al jefe del Estado. Hay un rumor en la capital sobre la próxima filtración, y afectaría a la reina Letizia. El rumor hace meses que se mueve. En Blau ya publicó en julio La reina Letizia, posible víctima de los audios de Villarejo. Ahora El Español, digital habitual de las filtraciones de Villarejo sobre Corinna, publica que el comisario en prisión quiere ser excarcelado por Navidad o publicará cintas de conversaciones entre la reina y su compiyogui, su amigo íntimo Javier López Madrid. Hay una parte del rumor que explica que entre la reina y el condenado por corrupción por las tarjetas black habría algo más que una bonita amistad. Pero la TV vasca va más allá de una infidelidad: corrupción. Aquí el vídeo:
Euskal Telebista hace meses que es la única TV que osa contra la monarquía. En Blau ha hecho un seguimiento punto por punto de los documentales que han emitido sobre el rey, torturas policiales o el próximo de Vox. En un programa de debate se asegura que Pedro Sánchez está llamando a importantes medios de comunicación para que no publiquen los audios de Villarejo que afectan a la Familia Real. En el programa En Jake se afirma que "Una bomba salpicará a la Familia Real. Todos los mentideros madrileños repiten que la última bomba será sobre la reina consorte. El presidente Sánchez está celebrando reuniones off the record con periodistas para que tengan "responsabilidad de Estado" ante la que se avecina".
Sánchez y Letizia son compañeros de escuela, fueron juntos al Ramiro de Maeztu. Durante la visita de Estado del presidente chino el protocolo les sentó uno junto al otro. Los rumores recorrían ya Madrid. El director y presentador del programa de la TV pública vasca, Xabier Lapitz, afirma: "A mí lo que me ha llegado es que es su relación con su compiyogui. En ETB ya nos preguntamos cómo es posible que Letizia tenga 8 millones de euros en una cuenta. Eso es más grave que sus andanzas amorosas.¿Cómo ha conseguido la reina acumular una riqueza de 8 millones. Es una barbaridad". A la misma hora que se emitía el programa en Euskadi, Pedro Sánchez y Letizia brindaban por su futuro.
Letizia es abstemia. Ni en los brindis de Estado ingiere alcohol. Sólo levanta la copa ante su marido, Felipe VI, a quien puede hacer caer si salen determinados audios de su móvil presuntamente pinchado por un comisario corrupto. En esta ocasión quizás Letizia bebió el contenido de la copa. De un trago.