Isabel Preysler y adosados

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Isabel Preysler y adosados

Mensajepor Invitado » Jue 25 Ene, 2018 5:03 pm


A ISABEL PREYSLER LE PREGUNTAN SOBRE SU BODA Y LOS HIJOS DE ENRIQUE IGLESIAS Y NOS DEJA SIN PALABRAS
Isabel Preysler ha sido la protagonista del comienzo de la Fashion Week en Madrid porque ha encabezado el front row de Pedro Del Hierro. La socialité habló sobre sus nietos los mellizos de Enrique y Anna Nico y Lucy, de su boda con Vargas LLosa, de su hija Ana Boyer y de Tamara Falcó. Y así contestó la ex de Julio Iglesias a la prensa

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Mensajepor Invitado » Jue 25 Ene, 2018 8:16 pm

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Isabel Preysler sobre la herencia de Miguel Boyer: "La otra parte está poniendo muchas pegas"

La socialité asistió al desfile de Pedro del Hierro donde también habló de la boda de su hija Ana y de la paternidad de Enrique Iglesias.

Isabel Preysler (66 años) ha reaparecido en un acto público después de la boda de su hija Ana Boyer (28) con Fernando Verdasco (34) y después de que su hijo Enrique Iglesias (42) y Anna Kurnikova (36) fueran padres de mellizos. La socialité, muy guapa con un traje de chaqueta y pantalón de terciopelo en azul marino, asistió al desfile de Pedro del Hierro en el Museo del Ferrocarril en Madrid.

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La novia de Mario Vargas Llosa (81) no tuvo ningún reparo en contestar a todas las preguntas de la prensa. Incluidas las referentes a la polémica herencia del que fuera su marido Miguel Boyer.

¿Por qué no se ha repartido aún su herencia?

En el otro lado ponen muchas pegas por eso aún no se ha producido el reparto. De parte de Ana y la mía no hemos puesto ninguna. Hemos hecho todo lo que nos ha pedido el notario, los abogados y lo que ha pedido la albacea. Pero si por el otro lado no han querido cumplir pues no se ha hecho. Me imagino que es porque no están conformes con el reparto, aunque la verdad no sé por qué no lo están porque les hemos dado todas las facilidades".

No le preocupa el asunto porque ella está feliz de la vida. "Estoy en un momento muy bueno. No puedo me quejar. Se ha casado mi hija con el chico que amaba. Estoy encantada con Fernando porque es una persona muy buena a la que quiero muchísimo. Toda mi familia le queremos mucho".

¿Cuál fue el momento más emotivo de la boda de Ana y Fernando?

Lo que de verdad me impresionó fue verles ya casados, salir de la iglesia como marido y mujer.

¿Es verdad que hubo un enfrentamiento entre las dos familias en la boda y que estabais sentados separados?

En absoluto. Nos sentamos como en todas las bodas. Yo y Mario nos llevamos fenomenal con la familia de Fernando. Mis hijos, todos, también. Sus padres y sus hermanos vienen a casa, almuerzan, cenan...

Le pide al 2018 que sea igual que el 2017 porque se siente una persona muy afortunada. "He tenido un mes de diciembre con grandes regalos. Además de la boda de Ana, Enrique ha sido padre. Mis nietos son preciosos y perfectos pero qué te va a decir una abuela", aseguró Preysler a la vez que desmintió la posibilidad de que hubieran nacido mediante gestación subrogada. "Eso son tonterías la gente no sabe qué decir. Es totalmente ridículo".

Tampoco se olvidó de Tamara (36), quien está preparando su primera colección de moda. "Sólo puedo deciros que lo que he visto me ha gustado mucho".

¿Qué le parece que Tamara haya borrado todas sus fotografías de sus redes sociales?

Me parece muy bien. Ella hace siempre lo que le da la gana.

Su hija dijo que nunca se sentaría en la misma mesa que Pablo Iglesias, ¿usted?

Es un desfile de moda y no deberíamos hablar de política pero a mí siempre me gusta conocer gente.

Tras casi 15 minutos atendiendo a los medios de comunicación, la Preysler no se despidió de los medios sin antes tratar el tema del supuesto hijo de Julio Iglesias (74). "No tengo mucho que opinar de esta aunque Julio en esa época estaba conmigo. Me cuesta creerlo pero si la justicia dice que era su hijo estoy segura que Julio va a actuar como padre porque siempre ha sido muy responsable".

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Mensajepor Invitado » Sab 27 Ene, 2018 3:59 pm


Corazón - 25/01/18
Isabel Preysler nos recibe en su casa

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Mensajepor Invitada » Lun 29 Ene, 2018 7:22 pm

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Mensajepor Invitado » Lun 29 Ene, 2018 8:59 pm

Los efectos secundarios de la cirugía facial son terribles, alguien debería alertar a la Casa Real del Reino de España.

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Mensajepor Invitado » Mar 30 Ene, 2018 4:24 pm


Isabel Preysler disfruta de sus nietos, los hijos de Enrique Iglesias y Anna Kournikova
La socialité Isabel Preysler posa como modelo impactante y sexy a sus 66 años de edad, revelando detalles del nacimiento de su tercer y cuarto nieto Lucy y Nicholas, hijos mellizos de Enrique Iglesias y Anna Kournikova.

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Mensajepor Invitado » Vie 09 Feb, 2018 1:10 am


ISABEL PREYSLER EN EL OJO DEL HURACÁN POR LA HERENCIA DE MIGUEL BOYER
La socialité y su hija pequeña Ana Boyer Preysler se encuentran una vez más bajo el foco mediático por la herencia de Miguel Boyer, tercer marido de la famosa celebritie de origen filipino y madre de Enrique Iglesias. Los otros hijos del ex ministro de Felipe González no se han presentado a requerimiento administrativo, algo que les lleva a un enfrentamiento o desacuerdo con Ana Boyer y su madre, protectora de los intereses de su hija.

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Mensajepor Invitado » Mar 20 Feb, 2018 5:01 pm


La evolución de Isabel Preysler en imágenes
La socialité por excelencia cumple 67 años. Hacemos un repaso de su vida en imágenes.

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Mensajepor Invitada » Vie 23 Feb, 2018 8:52 pm

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Mensajepor Invitado » Vie 23 Feb, 2018 11:36 pm


Isabel Preysler cumple 67 años, ¡felicidades!
El 18 de febrero fue un día muy especial para Isabel Preysler y es que la celebrity cumplio 67 años. Presumiendo de tipazo, enamorada del escritor Mario Vargas Llosa y habiendo sido abuela recientemente, Isabel celebra su cumpleaños en uno de sus mejores momentos personales.

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Mensajepor Invitado » Vie 23 Feb, 2018 11:37 pm


Isabel Preysler y Vargas Llosa, los reyes de la cultura
Sonrientes y más enamorados que nunca, han acudido juntos a un evento literario. Tenemos en exclusiva por nuestras cámaras de Europa Press las imágenes de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa llegando de la mano a la conocida librería Rafael Alberti de Madrid, para asistir a la presentación del libro 'Encuentros con Mario Vargas Llosa' de Juan Cruz. Un coloquio en el que la expectación mediática ha sido la protagonista ante la llegada de la pareja tras el 67 cumpleaños de la reina de corazones. Espléndida y muy sonriente Isabel una vez más derrochó estilo y elegancia.

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Mensajepor Invitado » Vie 23 Feb, 2018 11:43 pm



El 'New York Times' arremete contra Preysler, una "proto-Kardashian"

El New York Times habla con Vargas Llosa, pero se extiende con el lujo de Villa Meona, su ruptura con Patricia y la relación con Preysler.


Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa llegan al The New York Times el mismo día que cumplen tres años juntos. El periódico estadounidense ha publicado una entrevista con el Nobel peruano, firmado por la periodista Marcela Valdés, donde se aborda la vida cotidiana del escritor y se traza una panorámica sobre su relación con la celebrity más famosa del panorama español, cuyo mundo es el mismo que "Vargas Llosa siempre dijo odiar".

La periodista fue recibida en el hogar de la pareja pero que es propiedad de Preysler, enfatizando el lujo de Villa Meona, y llama la atención sobre el mayordomo que atendió sus necesidades. También que construyó la casa "con su tercer marido", para aclarar bien al lector del diario el nivel de vida que lleva la reina de corazones, la mujer por la que Vargas Llosa dejó a su esposa de los últimos "50 años" y aquella con la que ha protagonizado -así lo señala Valdés en su texto- varias portadas de Hola.

A Preysler llega a definirla como una "proto-Kardashian", en referencia a la famosa y curvilínea modelo, instagramer y celebrity estadounidense, también estrella de su propio reality televisivo. "Una mujer de porte felino y belleza que ha utilizado hábilmente la atención de los periódicos sensacionalistas en una especie de carrera proto-Kardashian presentando programas de televisión y promocionando artículos de lujo".

De la que recuerda su matrimonio con Julio Iglesias y su biografía completa, incluyendo la importancia en la prensa rosa de nuestro país. "Es un escándalo que Vargas Llosa ahora tenga un escritorio con pilas de libros y un busto de Honoré de Balzac en la biblioteca donde están los libros de ciencias y matemáticas de Boyer", asegura.

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Mario Vargas Llosa en 'Villa Meona'

"Vargas Llosa declinó hablar sobre su relación

Cuando le pregunté qué había roto su matrimonio, contestó: 'Mira, eso tiene que ver con el amor. El amor es probablemente la experiencia más enriquecedora que un ser humano pueda tener. Nada transforma la vida de las personas como el amor. También es una experiencia privada, si se publicita, se vuelve barata y llena de lugares comunes'", escribe en uno de los párrafos.

El artículo también contiene declaraciones de los hijos, y en especial una de Gonzalo, conocido sobre todo por su oposición a la ruptura de Vargas Llosa con Patricia, su madre, y la relación del escritor con Preysler. "Si el año que dejas a tu mujer y no te hablas con tu hijo es el más feliz de tu vida, bueno, eso no deja en buen lugar lo que él realmente ha sentido. Está bien que lo piense pero, ¿por qué decirlo públicamente?", dice Gonzalo en el texto del New York Times.

https://www.nytimes.com/2018/02/20/maga ... oment.html



Crónica Rosa: El NYT carga contra Isabel Preysler

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Mensajepor Invitado » Sab 24 Feb, 2018 3:12 am

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MATRIMONIO Mario y Julia (en la foto, sentada) se casaron cuando él tenía 19 años y se instalaron en París. La unión duró nueve años y ella le ayudó en su carrera .


MARIO VARGAS LLOSA
EL ESCÁNDALO HA PERSEGUIDO TODAS SUS RELACIONES

Su historia con la tía Julia provocó el enfado familiar. Se casaron en secreto cuando él tenía 19 años y ella 29. Julia tuvo que marcharse de Perú tras el matrimonio por las amenazas del padre de Mario. Se cuenta en el libro ‘Amores contra el tiempo’, que recoge otras relaciones en las que ellas eran mayores.

DOLORES CONQUERO


"HIJITO, CHOLITO, AMOR MÍO, QUÉ TEhan hecho, qué ha hecho contigo esa mujer, esa vieja, esa abusiva, esa divorciada”. Esas fueron las primeras palabras que le dijo a Mario Vargas Llosa su madre, Dora Llosa Ureta, cuando supo que se había casado en secreto con Julia Urquidi Illanes, la hermana de su cuñada. Él tenía 19 años; ella, 29. La historia (o una parte de ella), la contó el propio Vargas Llosa en su novela La tía Julia y el escribidor, en la que apenas alteró hechos y lugares. Sí modificó, en cambio, las edades de ambos, quizá en un intento de agrandar más la diferencia de edad y hacer más creíble la feroz oposición familiar a la primera relación seria del escritor. Porque al muy amplio clan de los Llosa y sobre todo a Ernesto Vargas, padre de Mario, quien le dio una educación muy estricta, lo que les sentó peor no fue el parentesco entre ellos (al fin y al cabo político), sino que ella fuera divorciada y bastante mayor que él.

ELLAS LES QUISIERON JÓVENES

MADAME CURIE ya viuda de Pierre Curie, se enamoró de otro científico, el joven Paul Langevin, que entonces estaba separándose de su esposa. La discreta relación fue utilizada por algunos de sus colegas, que nunca aceptaron del todo a Marie por su condición de mujer, para desprestigiarla. Coincidiendo con la obtención de su segundo premio Nobel fue sometida a un hostigamiento brutal. La prensa de la época la tachó de ligera, de judía, de extranjera, y la culpó de romper un matrimonio que ya estaba roto.

COCO CHANEL La diseñadora se enamoró a lo largo de su vida de hombres de todas las edades, pero varios de ellos fueron más jóvenes que ella. Uno fue el gran duque Dmitri Romanov, uno de los numerosos exiliados rusos tras la revolución de 1917; otro, en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, el oficial Günther von Dincklage, Spatz, 15 años menor. Esta relación le costaría ser acusada de colaboracionismo y provocaría su exilio en Suiza. Más tarde, ya anciana en París, se encaprichó de su joven mayordomo François.

AGATHA CHRISTIE A los 40 años se casó en segundas nupcias con el arqueólogo Max Mallowan, 14 años más joven, pese a la opinión de su hermana mayor, que pensaba que ese matrimonio estaba condenado al fracaso. La escritora inglesa también tuvo que superar sus propios prejuicios, especialmente cuando descubrió que su prometido y su sobrino eran contemporáneos y habían ido a clase juntos. Lo que movió la balanza a favor del ‘sí’ fue que Max se ganó a la hija de Agatha y también a su perrito, el muy exigente Peter.

DOLORES IBARRURI Estaba separada ‘de facto’ de su marido y era una de las políticas más famosas de la época (llegó a ser Secretario General del PCE, no Secretaria). Entonces, ya cumplidos los 40, se enamoró del camarada Francisco Antón, que según unas fuentes tenía 17 años menos que ella y según otras, 14. Todo fue bien al principio, pero, una vez se desató la lucha por el poder en el Partido Comunista, algunos compañeros utilizaron ese apasionado amor para perjudicar su carrera política.

FIONA CAMPBELL THYSSEN Cuando empezó su relación con Alexander Onassis, hijo de Aristóteles, ella ya estaba divorciada del barón Heinrich von Thyssen. Pasaba por ser una de las mujeres más bellas del mundo y había sido una exitosa modelo, pero nunca imaginó lo mucho que la familia de él se opondría a su relación, sobre todo a que esta se formalizara. Desde el padre, Aristóteles, a su madre, Tina Livanos, pasando por su madrastra, Jackie, que no podía ni verla. ¿Su pecado? Que tenía 16 años más que su novio.

Se habían conocido en la ciudad boliviana de Cochabamba, cuando el futuro escritor era un niño de nueve años y toda la familia vivía allí con el abuelo, cónsul de la ciudad. Mario era, según Julia, un niño ultramimado y ultraconsentido que nunca fue santo de su devoción. Después estuvieron 10 años sin verse. Hasta que un día de 1955 Mario Vargos Llosa, a la sazón un estudiante de Derecho de 19 años, se topó con ella en casa de sus tíos Lucho y Olga, en Lima. Julia, recién divorciada, se disponía a pasar una temporada con ellos. Era una mujer alta y atractiva, pero ni él reparó especialmente en ella ni Julia vio en el joven estudiante otra cosa que al niño insoportable de sus recuerdos.

“Así que tú eres el hijito de Dorita, ¿ese chiquito llorón de Cochabamba?”, le dijo por todo saludo. La cosa no mejoró durante la comida pero, a los postres, quizá para hacerse perdonar sus bromas, ella sugirió que algún día podrían ir al cine juntos. Casi sin darse cuenta, empezaron estas salidas inocentes que incluían largos paseos y que al principio no significaban nada para ellos. Un día, incluso, Mario olvidó que había quedado con ella, aunque para hacerse perdonar le mandaría un ramo de rosas rojas con una nota que decía: “Rendidas excusas”.

Durante un tiempo, y una vez superadas las iniciales reticencias de ella, Mario y Julia disfrutaron de un amor tierno y secreto. Pero que nadie piense en el tópico del muchachito que despierta al amor en brazos de una mujer madura. Ella no era una joven inexperta, es cierto, pero él no era precisamente un niño en el terreno amoroso, y además tenía una cultura literaria tan grande, y una personalidad tan poderosa, que a veces se permitía jugar con Julia al profesor y la alumna, como una suerte de Pigmalión joven. Ella, por su parte, no se cansaba de escuchar hablar a su sobrino y asumió desde el principio que él llevara la voz cantante de la relación que, por otra parte, era casta y pura, como mandaban los cánones de la época y de la sociedad a la que pertenecían.


DESCUBIERTOS

Pero todo esto en secreto, porque al principio el suyo fue un romance clandestino, entre otras cosas porque ambos pensaron siempre que tendría fecha de caducidad. Entonces, cuando llevaban dos meses de romance oculto y emocionante, siempre con el temor de ser descubiertos por alguno de sus numerosos tíos o primos, hicieron su aparición los celos (de él) y la primera discusión de enamorados. ¿Qué hacía él con una señora que casi podría ser su madre? Se preguntó él. ¿Qué hacía ella con un hombre de 19 años? Reflexionó Julia.

Tras la pelea, los dos se dieron cuenta de que se querían más de lo que pensaban y siguieron con la relación, seguros ya de sus sentimientos. Y un día, no podía ser de otra manera, la familia los descubrió, y el escándalo fue mayúsculo. La tía Julia, por supuesto, pasó a ser para todos una especie de corruptora de menores y le echaron la culpa de haber provocado la situación, de haber empezado el romance. Los padres de él no podían estar más enfadados, y todos temían especialmente a Ernesto Vargas, que era conocido por su carácter irascible. Entonces a Mario Vargas Llosa se le ocurrió la solución perfecta: casarse a espaldas de la familia. Política de hechos consumados, le dicen. Una vez contrajeran matrimonio, nada ni nadie podría separarles.

El problema es que Mario, que entonces andaba por los 19 años –18 en la novela– era legalmente menor, pues en Perú, como en la España de la época, la mayoría de edad no se alcanzaba hasta los 21 años. A pesar de todo, lo consiguieron, tras no pocas peripecias y unas cuantas oraciones de Julia a la beata Melchorita, oriunda del pueblo donde por fin se casaron, Grocio Prado. Nada, sin embargo, sería entonces como lo habían planeado, salvo la anticipada y emotiva noche de bodas.

La madre del futuro escritor reaccionó como hemos visto al principio de este reportaje; en cuanto al padre, llegó a exhibir un revólver y exigió que Julia abandonase Perú. Hizo llegar a su hijo una carta que decía exactamente así: “Mario: doy 48 horas de plazo para que esa mujer abandone el país. Si no lo hace, me encargaré yo, moviendo las influencias que haga falta, de hacerle pagar caro su audacia. En cuanto a ti, quiero que sepas que ando armado, que no permitiré que te burles de mí. Si no obedeces al pie de la letra y esa mujer no sale del país en el plazo indicado, te mataré de cinco balazos como a un perro, en plena calle”.

Y Julia partió, claro. El matrimonio estuvo separado físicamente casi dos meses, transcurridos los cuales las cosas se apaciguaron y Mario logró que poco a poco todos aceptaran la relación. No fue fácil: hubo de demostrarle al padre que podía mantener un hogar (llegó a tener hasta siete trabajos a la vez) y además seguir con sus estudios. Todos en la familia tenían muchas expectativas puestas en él, pensaban que estaba destinado a algo grande y no podían consentir que una mujer diera al traste con sus sueños.


DIVORCIO

No sólo no fue así, sino que ella le ayudó a ser el escritor que siempre quiso ser, como reconocería él más adelante. Su unión duraría nueve años, pero, tanto en la novela La tía Julia y el escribidor como en las memorias que más tarde publicaría el futuro Nobel de literatura, tituladas El pez en el agua, Vargas Llosa se limita a contar cómo fueron esos comienzos y que un día el amor se acabó. El libro Amores contra el tiempo relata todo lo que vino después, para lo cual cuenta, entre otras cosas, con el inestimable testimonio de Julia Urquidi, que publicó su propia versión de los hechos en el libro Lo que Varguitas no dijo y dio varias entrevistas. Porque el matrimonio no se terminó porque ellos se llevaran mal, ni por la diferencia de edad, sino porque apareció una tercera en discordia: Patricia, sobrina de Julia y prima carnal de Mario Vargas Llosa.

‘Amores contra el tiempo. Ellas los amaron más jóvenes’ (Editorial Planeta), de Dolores Conquero, se publica esta semana.




Y ENTONCES PATRICIA ATERRIZÓ EN PARÍS



Julia siempre adoró a su sobrina mayor, Wanda, pero nunca se entendió bien con Patricia, un año menor que aquella. Así que cuando su hermana y su cuñado le pidieron que ella y Mario acogieran en su casa de París a la niña, como antes habían hecho con Wandita, se vio en un dilema. No quería a esa niña en casa, pero no podía negarse. Al principio todo fue bien, pero pronto empezó a asomar el auténtico carácter de la pequeña, la misma que, en el curso que Mario había vivido con ella y con sus padres, siete años atrás, le despertaba echándole en la cara un vaso de agua fría o era capaz de chillar horas y horas si no se hacía lo que quería. En algún momento llegaron a parecer una familia, pero pronto las cosas empezaron a torcerse. Primero fueron las discusiones entre la pareja por culpa de la rebelde Patricia –tenían ideas distintas sobre cómo tratar el asunto-; luego la sensación de que algo pasaba.

El instante que lo cambió todo ocurrió un día que los tres estaban en casa. Mientras conversaban de un tema intrascendente, Julia, que miraba por la ventana, comentó algo. Al no obtener respuesta, giró la cabeza y descubrió una peculiar mirada entre los primos. Comenzó así una época que Julia no dudó en calificar de atroz y que a la postre, después de años y muchas vicisitudes, acabaría con este matrimonio y culminaría con la unión de Mario y Patricia (“No se puede vivir con una mujer, por más buena y sacrificada que sea, queriendo a otra”, escribió el escritor a su todavía esposa).

Tras separarse de Julia, Mario se casó por poderes con su prima Patricia. La unión duró 50 años y de ella nacieron tres hijos: Álvaro, Morgana y Gonzalo. La pareja se rompió en 2015 cuando Mario retomó el contacto con Isabel Preysler. Muchos vieron en ello la venganza de la tía Julia.


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‘Amores contra el tiempo. Ellas los amaron más jóvenes’
(Editorial Planeta),
de Dolores Conquero,
se publica esta semana.




LA OTRA CRÓNICA EL MUNDO SÁBADO 24 DE FEBRERO DE 2018

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Isabel Preysler y adosados

Mensajepor Invitado » Dom 25 Feb, 2018 3:33 am

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Sí, Isabel Preysler es un icono feminista. Y Vargas Llosa, también

Lourdes Garzón


Sí, Isabel Preysler es feminista. Al menos de una cierta manera, a su manera, que es la mejor forma de llegar siempre a las metas. Ha cumplido 67 años siendo independiente y deseable y esa combinación, su combinación, la fórmula de su éxito, resulta refrescante en estos tiempos en que el activismo y sus hashtags nos iluminan a veces como una bola de fuego y otras nos ciegan como una tormenta en el desierto. ¿O acaso existe algo más moderno bajo la tiranía del selfie que hacer siempre lo que se quiere y nunca lo que los demás esperan que hagamos? Extiendan esa actitud a lo largo de las últimas décadas y tendrán una definición bastante aproximada del personaje Preysler.

Hay otra que personalmente me gusta más. Una mezcla de determinación, inteligencia y un inesperado sentido del humor. No conozco a nadie que negocie mejor. Con extrema amabilidad y una inusitada firmeza. Cuando Isabel dice sí, es sí. Cuando Isabel dice no, imposible moverla un milímetro del lugar exacto en el que ha decidido colocarse. Si está triste lo reconoce. Si es feliz, también. Tampoco a nadie capaz de hacer girar una mesa completa a su alrededor desde el preciso momento en el que se sienta y hasta mucho después del final de la cena. Exactamente, hasta que ella decide marcharse. ¿Por qué? Difícil explicarlo. Tiene que ver con la curiosidad y fascinación que despierta, supongo. Pero también con un sorprendente talento para la cercanía. Para preguntar y escuchar después atentamente las respuestas. Para hacer que quien se sienta en su biblioteca, entre su retrato de Pinto Coelho y los libros llenos de anotaciones manuscritas de Miguel Boyer, entre sándwiches de pollo y el pastel de melocotón marca de la casa, no tenga ninguna prisa por levantarse.

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Preysler se casó por tercera vez con el socialista Miguel Boyer

En la famosa casa de Preysler, quizá la casa más famosa y criticada de nuestro país desde que se construyó a principios de los noventa, no todo es perfecto pero todo está exactamente en su sitio. Las toallas de hilo con iniciales bordadas, las bandejitas de plata que se rellenan a diario con bombones y cigarrillos, los cuencos con frutos secos en el jardín y el mayordomo que adivina una gripe en cuanto el invitado entra por la puerta y sirve inmediatamente un té con miel. Una casa gobernada a golpe de interfonos, con un hall con el lucernario y flores frescas a diario que hace 20 años la mayoría de los españoles sólo veíamos en Falcon Crest y a la que persiguen rumores de venta desde la muerte de Boyer pero que continúa tan inmutable como su propietaria.

Preysler, nunca decepciona y quizá ése es el secreto de su éxito mediático. De alguna forma, siempre da más de lo que se espera de ella o esa es la impresión con la que consigue que se marche su interlocutor. Y en la enésima entrevista de su vida, te dice por ejemplo, una noche sentada en su jardín, al lado de la piscina exterior, que se casó con Julio Iglesias porque estaba embarazada. Y que, ahora que lo piensa, es algo que debería contarle a Tamara antes de que lo lea. O te habla de la muerte de Beatriz, su hermana pequeña, enferma de cáncer de pulmón. De la de su hermano Enrique, a los 25 años intoxicado en un hotel de Singápur por una fuga de monóxido de carbono. De cómo sus padres la enviaron a España para que se olvidara de un novio que tenía en Filipinas a los 16 años. Te cuenta que su padre era un hombre autoritario y que su madre intentaba convencerla de que el divorcio no tiene sentido porque al fin y al cabo, el enamoramiento no es más que un engañabobos. O de por qué cree que la independencia económica es elegante y necesaria en una relación. Y más aún en un divorcio. Sobre todo, en el divorcio de Julio Iglesias, aclara. Si de algo presume Isabel Preysler es de haber vivido siempre de Isabel Preysler.

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Isabel se casó embarazada de Julio Iglesias

Esta semana la hemos visto acompañando a Mario Vargas Llosa que presenta nuevo libro, La llamada de la tribu. Aunque cuando Preysler está en la foto, nunca se sabe muy bien quién acompaña a quién. Y ahí está otro de sus talentos. Convertir lo que empieza siendo un escándalo en el paradigma de la corrección social. Lo hizo con Miguel Boyer y ha vuelto a hacerlo. Vargas Llosa ha cambiado su centro de gravedad vital desde el dúplex al lado de la Plaza de las Descalzas en el que pasaba sus temporadas en Madrid cuando estaba casado con Patricia Llosa a la casa de Puerta de Hierro de Isabel Preysler después de un seguramente incómodo intermedio en un hotel de Madrid. Y ha inaugurado sus 80 años con un divorcio después de 50 de matrimonio.

Aunque bien pensado, tampoco el Nobel fue nunca un hombre convencional en sus afectos ni en sus intereses ni en la elección del lugar en el que ha decidido colocarse en cada momento de su vida. Habla todavía con tristeza de una infancia en la que creció creyéndose huérfano para descubrir de pronto a los diez años un padre autoritario, que menospreciaba la literatura y que terminó convirtiéndole, por pura reacción, en mucho de lo que es hoy: el escritor con el que millones de personas aprendimos a amar la literatura. Y también el hombre que, con unas formas exquisitas, una ambición que le llevó a pelear por la presidencia de su país y una tenacidad vital considerable ha hecho siempre lo que le ha dado la gana. Por ejemplo, hablar públicamente de amor, sin vergüenza y sin remilgos. Sin exhibicionismo y sin pudor. ¿Hay algo más moderno? Hasta Simone de Beauvoir se enamoró una vez locamente. Y ya sabe, no fue de Sartre.

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Isabel Preysler y adosados

Mensajepor Invitado » Jue 01 Mar, 2018 4:08 am

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