PILAR MEDINA SIDONIA. La hija de la ‘duquesa roja’ pide en una entrevista con LOC que alguna institución rescate el histórico archivo en manos de la viuda de su madre.EL S.O.S. DE PILAR MEDINA SIDONIA PARA SALVAR EL HISTÓRICO ARCHIVO FAMILIAR
La hija de la ‘duquesa roja’ alerta de la fragilidad de los más de 6.000 legajos que componen la joya de su familia desde hace siglos. “Es necesario encontrar una solución para su futuro. Se está convirtiendo en el gran olvidado”, confiesa la aristócrata a LOC.
EDUARDO VERBOPILAR GONZÁLEZ DE Gregorio, hija del hidalgo soriano Leoncio González de Gregorio y de Luisa Isabel Álvarez de Toledo, XXI duquesa de Medina Sidonia, está acostumbrada a lidiar con los escándalos que la vida le va poniendo en el camino. “Si tuviera que escribir mis memorias, lo que no haré porque no podría contarlo todo, las llamaría En tierra de huracanes. ¡Soy una espadachina!”, bromea esta aristócrata de 67 años con su habitual sentido del humor durante la sesión de fotos que tiene lugar en Casa Salvador, un restaurante del centro de Madrid tan castizo como ella, un personaje que, ahí sentada, parece sacada de una novela de Juan Valera.
LILIANE, LA MUJER QUE VINO DEL ESTE
Liliane Dahlmann Westermayer (68) pasó de ser una mujer discreta a un rostro conocido tras su boda in articulo mortis con Luisa Isabel Álvarez de Toledo, XXI duquesa de Medina Sidonia. Fueron pareja durante 26 años. La alemana y la aristócrata estuvieron casadas solo 11 horas hasta la muerte de la duquesa en 2008. Hoy es presidenta de la Fundación que gestiona el legado de su esposa, a pesar de tener solo un tercio e incumplir sus estatutos fundacionales. Es licenciada en Historia por la UNED, carrera que estudió en Cádiz desde su puesto de secretaria de la Fundación en Sanlúcar. Curiosamente, conoció a la duquesa en 1983 durante la boda de su hijo Leoncio, pues Liliane era buena amiga de su primera esposa, Montserrat Viñamata, hija de la condesa de Alba de Liste y nieta del duque de Almenara Alta.
“Aunque preferiría no ser noticia por las controversias familiares”, comenta esta noble, muy asidua a este establecimiento de ambiente taurino, clásico e intacto, que dirige María Ángeles Blázquez, tercera generación al frente, y que en el pasado albergó una tertulia que frecuentaba la leyenda Juan Belmonte.
PREGUNTA.- ¿Está reñido ser una de las mujeres más elegantes de España, una duquesa de Guermantes a la madrileña, con templarse un plato de callos o rabo de toro?
RESPUESTA.- ¡Para nada! Soy muy española. Me gustan las cosas auténticas y de andar por casa. Cuando viví en el extranjero eché mucho de menos nuestros platos más típicos, como la tortilla, el cocido, el gazpacho…Guarniciones para la guerra que nuestra protagonista librará en breve. Rosario Bermudo, un ama de casa de Torrejón de Ardoz (Madrid), nacida de una relación de su padre cuando él era menor de edad y que la Justicia acaba de reconocer como tal, luchará por la herencia del jinete, que la nueva hermana de los Medina Sidonia cifra en millonaria. El caso ha dado el salto a las televisiones. “Nunca he querido ser ofensiva con ella, pero no tiene límites para llegar a sus fines. Ha acudido a la prensa en todo momento y pidió la exhumación de mi padre para demostrar que era su hija, a pesar de que mi hermano Javier y yo le ofrecimos nuestro ADN oficialmente. Eso no lo olvido. Y, ahora, en este nuevo pleito me defenderé de la mejor forma. ¿Un acercamiento? No lo veo. No lo ha hecho bien. ¿Por qué no reclamó en vida de mi padre si, como sostiene ella, lo conocía desde pequeña? Ahora dice que mi padre lo desconocía para cobrar más, cuando ella ha declarado lo contrario”, reflexiona.
Pilar está ducha en batallas. Su familia, una de las más antiguas de España, está repleta de personajes aguerridos, como Alonso Pérez de Guzmán,
El Bueno, héroe de la batalla de Tarifa, en la que, en 1292, defendió la fortaleza del Estrecho frente al asedio de los musulmanes. Sin embargo, durante los últimos años, la estirpe se ha convertido en protagonista de los periódicos por sus cuitas legales, sus matrimonios
in articulo mortis y sus rocambolescos giros de guión.
Su madre era todo un personaje. En los años 60 no dudó al separarse de su marido llevar pantalones o desafiar al régimen de Franco por defender al pueblo de Palomares tras la bomba nuclear de Estados Unidos. Aquello le costó la cárcel y el título, como ya sabrán, de duquesa roja. Al salir en 1970 de la prisión se marchó al exilio y se instaló en Francia. Regresó en 1975 tras la ley de Amnistía. La relación de Luisa Isabel con sus hijos era difícil e inexistente durante sus últimos años de vida.
POLÉMICO CASAMIENTOEn 2008, once horas antes de morir a los 71 años, la aristócrata se casó con su secretaria, la alemana Liliane Dahlmann, y apartó a Pilar y sus otros dos hijos de su herencia al donar todo su patrimonio a la Fundación Casa Medina Sidonia. Consiguió lo que se propuso: que sus herederos se quedaran sin nada. Ellos recurrieron a la Justicia. En 2018, 15 años después, la Audiencia Provincial de Cádiz reconoció sus derechos sobre el Palacio de los Guzmanes de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), una cotizada colección de obras de arte y, lo más relevante, un archivo de 6.316 legajos y casi mil años de antigüedad, “el más importante de España y Europa en manos privadas”. En febrero de 2023, Pilar ejecutó la histórica sentencia.
LUISA, UN PERSONAJE DE CUENTO
Luisa Isabel Álvarez de Toledo tenía todo para una vida de princesa. De hecho se puso de largo en Estoril, junto a la Infanta Pilar. De pequeña jugó con el Rey Juan Carlos. Pero, poco a poco, su compromiso político la alejó del establishment.
Escribió novelas, como la exitosa La Huelga, y artículos críticos, se enfrentó a Franco, lo que le valió el título de duquesa roja, se exilió en Francia tras un breve paso por prisión y, a su regreso a Sanlúcar en 1975, dedicó el resto de su vida a organizar de forma autodidacta el archivo familiar. Anteriormente, éste había estado depositado en el convento de las Comendadoras de Santiago de Madrid y en algunos guardamuebles de Madrid. Su muerte también hizo mucho ruido.
De ese modo, activó un botón que la conduce a una posible materialización de ese 11,6 % que, por ley, le pertenece en condición de legítima y que los tribunales ampararon. Sin embargo, la historia de Pilar y sus hermanos, Leoncio, actual duque de Medina Sidonia, y Gabriel, quien también ha solicitado la ejecución de la sentencia, no es como la de todos los españoles. El legado a repartir es indivisible y todos ellos, junto a la viuda de su madre y la ya citada Fundación Medina Sidonia, forman parte de un proindiviso, una figura legal un tanto endiablada que les obliga a ponerse de acuerdo en todas las decisiones. Un lío que se desarrolla sobre el argumento populista de algunos que sostienen que los hijos de la
duquesa roja solo quieren dividir el gran tesoro acumulado durante siglos.
Pero nada más lejos de la realidad. De hecho, Pilar reconoce en conversación con LOC que las circunstancias son “muy problemáticas”, especialmente para el archivo. “Es, de todos mis problemas, mi reto principal. Es necesario encontrar una solución para su futuro”, relata. Así pues, la preservación de este tesoro andaluz entra en una etapa decisiva ante el silencio de las administraciones.
P.- ¿Es tan crítica la realidad?
R.- Está guardado en una última planta bajo la azotea. Los veranos allí son muy calurosos. Las estanterías son de madera, está digitalizado solo el diez por ciento, tampoco hay seguros de incendio, el índice no está completo, no cuenta con una seguridad adecuada y tiene una situación legal precaria.
P.- ¿Qué propugna?
R.- Que lo compre preferentemente el Estado y, en concreto, la Junta de Andalucía, que son quienes pueden y deben protegerlo. O una fortísima entidad cultural. El precio del conjunto es de 60 millones de euros. El del archivo, 28 millones. Los tres herederos hemos hecho un gran esfuerzo en apoyar una valoración hecha sobre índice y que es un tercio de su valor real. Por eso, durante el pleito, la parte contraria no quiso aportar otra valoración distinta. Así es mucho más fácil que pueda ser adquirido. Nosotros no tenemos la capacidad para su conservación en condiciones óptimas, su conocimiento y difusión.
P.- ¿Y si sus hermanos no quisieran vender su parte?
R.- Pueden ir comprando poco a poco. ¡O expropiar directamente!
P.- Recuerdo una gran campaña mediática cuando se celebró el juicio en Sanlúcar para llamar la atención sobre este archivo. ¿Qué ha pasado?
R.- ¡Sí! Desde luego la hubo. Y ahora el asunto parece bastante olvidado. Pero, aunque se ha avanzado, está lejos de solucionarse.
P.- ¿A qué se refiere con una “situación legal precaria”?
R.- La Fundación Medina Sidonia sigue al frente de todo y ahora la legalidad cojea, pues ha pasado a ser propietaria de un tercio y no de la totalidad del patrimonio, como consta en sus estatutos. La sentencia judicial cambió la situación. Es decir, ahora pertenece a varios herederos, no se puede dividir y, como suele suceder con casi todos los proindivisos, es muy difícil que todos ellos se pongan de acuerdo. Por ello, la solución está en la mano de las administraciones y, más concretamente, de la Junta de Andalucía, que es, como ya he dicho, quien tiene la competencia de los bienes culturales de su comunidad autónoma.
P.- ¿Teme que, en un futuro, pueda ocurrir como con Velintonia, la casa del Nobel Vicente Aleixandre, que estos días ha salido en subasta pública por más de cuatro millones de euros debido a las desavenencias de sus herederos?
R.- Desgraciadamente, ese escenario sería posible, porque los “proindivisarios”, si no se llega a un acuerdo, pueden pedir su disolución, que es lo que ha pasado en el caso de la casa del poeta. La ley establece que cualquiera de ellos puede iniciar una acción judicial denominada “división de la cosa común”. Así, el juez acordaría primero la venta mediante subasta pública y después el reparto que de ello se obtenga entre los dueños. Por el camino podrían suceder muchas cosas, pero espero que eso no llegue.
El aldabonazo de Pilar González de Gregorio no es baladí si se tiene en cuenta los motivos que la hija de la duquesa de Medina Sidonia alega y que le contó al mismo ministro Íñigo Méndez de Vigo cuando la recibió hace unos años en su despacho de la calle Alcalá. “Fui a verlo para alertarle de la preocupante situación del archivo. Es necesaria una acción urgente por parte de las autoridades culturales para su protección”, insiste Pilar, una profesional de prestigio en el mundo del arte, donde durante diez años fue chairman de Christie‘s y, gracias a su trabajo, incorporó tres obras al Museo del Prado.
P.- Además, por algunas fotos, vemos que la mascota de Liliane se pasea con libertad entre esos legajos…
R.- Espero que sus mascotas, porque creo que son varias, hayan ido a buenos colegios.
P.- ¿Cree que las manos de la viuda de su madre son buenas para el archivo?
R.- Por su importancia tendría que estar dirigido por archiveros profesionales.
P.- Dahlmann está acusada de haberse quedado con más de 350.000 euros que estaban depositados en cuentas de su madre tras su fallecimiento. Su hermano, Leoncio, la ha denunciado y la Fiscalía pide para ella tres años de cárcel…
R.- Yo tengo una parte proporcional de ese dinero desaparecido, pero como está sub iudice y el procedimiento lo lleva mi hermano, prefiero no decir nada. Habrá sentencia. Por otra parte, los jueces anularon la venta de mi madre a Liliane de dos parcelas y una casa en Zahara de los Atunes (Cádiz) al no acreditar el pago.
P.- El Ministerio de Cultura ha invertido en 2023 13,9 millones de euros en la adquisición de bienes culturales. Destaca la compra del archivo de los condes de Güemes y Revilla-Gigedo por más de seis millones de euros. ¿Qué le parece?
R.- Fenomenal. ¡Es lo que deben hacer! El archivo de Revillagigedo ya estaba digitalizado y creo que tiene una copia una universidad americana. También recuerdo que hace dos años pagaron 30 millones de euros por el archivo de arte del siglo XX del empresario José María Lafuente. Muy reciente ha sido la compra de una finca de tres mil hectáreas que linda con Doñana por parte de la Junta de Andalucía por la que han pagado 70 millones de euros, aunque el problema del agua creo que es mucho más complicado y viene de más lejos.
P.- ¿Por qué cree que no detienen su mirada en el archivo de Medina Sidonia, de cuyas delicadas circunstancias están al tanto?
R.- No lo puedo entender, dada su relevancia para la historia de España. ¡Se está convirtiendo en el gran olvidado! Además le contaré que, al ir a ejecutar la sentencia, se ha inscrito en todos los registros y, en cambio, me está costando que lo haga la Consejería de Cultura de la Junta.
P.- Ahora el ministro ya no es Méndez de Vigo sino Urtasun, ¿qué le diría?
R.- Que este archivo es muy importante. En especial, por las sucesivas navegaciones descubridoras al Nuevo Mundo durante los siglos más significativos, gracias a las cuales un país pobre y poco poblado como España consiguió que su idioma hoy lo hablen 600 millones de personas.
UN ARCHIVO ÚNICOEn efecto, el archivo de Medina Sidonia es riquísimo. El legajo más antiguo, fechado en 1159, es un privilegio del Rey Fernando de León al Monasterio de Carracedo, en León. “Además, alberga toda la historia de Doñana, propiedad de nuestra familia desde el siglo XIII hasta 1900. Su nombre se debe a Doña Ana de Silva y Mendoza, hija de la princesa de Éboli, casada con el VII duque de Medina Sidonia, quien mandó la Armada Invencible en 1588. A su vez, retrata toda la política de Andalucía en la Baja Edad Media y, como ya he dicho, las grandes expediciones descubridoras desde Sanlúcar, donde estaba la Capitanía General del Mar Océano, un cargo que ostentaron durante varias generaciones los duques de Medina Sidonia. Ahí se guarda toda la documentación. Tampoco hay que olvidar los libros de almadraba, que serían los primeros registros meteorológicos que tenemos desde finales del siglo XIII”, enumera Pilar.
Toneladas de libros y papeles que cuentan con una existencia muy azarosa. Desde finales del siglo XIX, estuvo depositado en un guardamuebles de Madrid, así como en el convento de las Comendadoras de Santiago de la capital. Tras la muerte de su padre, Luisa Isabel Álvarez de Toledo se llevó en 1956 el archivo a Sanlúcar y, de forma autodidacta, lo organizó.
P.-Usted es novelista. Escriba un final esperanzador para el archivo de Medina Sidonia, una joya que, naturalmente, España no puede permitirse el lujo de perder…
R.-Que sea realidad y no novela.
P.-No pierda la esperanza. A lo mejor, el ministro Ernest Urtasun o el presidente Juanma Moreno leen LOC este sábado y hacemos diana.
R.-La esperanza nos mantiene en pie. ¡Y derechos!
EL MUNDO / SÁBADO 3 DE FEBRERO DE 2024