LOS HIJOS DESHEREDADOS DE FEFÉ IMPUGNAN EL TESTAMENTO. María Eugenia Yagüe ha logrado detalles exclusivos de las últimas voluntades del naviero que quiso que sus hijos mayores no recibieran nada. Pero hay nuevas revelaciones. Hasta le puso un detective a su ahora viudaSE ABRE EL TESTAMENTO DE FEFÉ: SUS HIJOS MAYORES DESHEREDADOS
LOC ha podido saber detalles de las últimas voluntades del naviero, fallecido el 25 de octubre. El empresario deshereda a sus cinco hijos mayores, a los que acusa de “maltrato psicológico”. Ellos piensan impugnar.
POR MARÍA EUGENIA YAGÜESE CONOCE YA EL TESTAMENTO de Fernando Fernández-Tapias, fallecido el 25 de octubre a los 84 años. El empresario ha desheredado a sus cinco hijos mayores, nacidos de sus dos primeros matrimonios con Victoria Riva de Luna y Juana García Courel, a los que se acusa de “maltrato psicológico” hacia su padre. Sin embargo, las leyes españolas siempre garantizan a los hijos su derecho al tercio de la herencia que corresponde a la legítima.
EL SEGUIMIENTO DETALLADO DE NURIA
El sábado 30 de junio de 2018 los investigadores de Indaguer Detectives, inician su informe número 6327/18, al que ha tenido acceso LOC, esperando “la salida de la investigada” de su vivienda en la urbanización Puerta de Hierro de Madrid. El encargo ha sido hecho por Fernando Fernández-Tapias, un marido que quería saber la realidad de los viajes y movimientos de su mujer, Nuria González. Esa tarde, según el informe, su destino fue la plaza de toros de Segovia. Allí se fijan también en un hombre de buena apariencia que conversa amigablemente con el torero José María Manzanares.
Unos días después, el 12 de julio, Nuria González viaja a Sevilla. Va sola pero al llegar a la estación de Santa Justa saluda al ex ministro Javier Arenas, que, al parecer, había hecho el mismo viaje. Son las 21.59. Ya en el exterior hace una llamada desde su móvil. Espera un rato hasta que la recoge un Mercedes S 350, de color negro, con las lunas traseras tintadas.
El coche se dirige al hotel Meliá Los Lebreros de la calle Luis de Morales. La investigada se queda sola fuera del establecimiento y pasado un tiempo, entra en el hotel. Todos los movimientos son ampliamente recogidos en una gran variedad de fotografías. A las 16.15 del día siguiente la investigada regresa a Madrid.
Nuria González vuelve a Sevilla en setiembre, acompañada de su hermana Yolanda. El mismo Mercedes del viaje anterior las recoge para llevarlas al hotel Meliá Los Lebreros. Nuria González ocupa la habitación 1101, la misma de su última estancia. Su hermana, la 1103.Las dos disfrutan con algunos amigos de los festejos taurinos de la Maestranza antes de regresar a Madrid. Los detectives no necesitan más seguimientos de la investigada, finalizan el dosier pocos días después y se lo entregan a Fernández Tapias. Al naviero no le gusta el resultado y así se lo hace saber a la investigada.
No fue una escena agradable.
Parece que la fortuna del naviero gallego no era la que tuvo en sus mejores tiempos. Pero la casa de Puerta de Hierro, donde vivía con Nuria González y sus dos hijos menores, Iván y Alma, está hace tiempo a nombre de esta tercera esposa. Queda por ver el valor o el reparto de los enseres que tiene la vivienda en su interior. Según la ley, pertenecen a la cónyuge sobreviviente, excepto si tienen un gran valor, con lo cual pasarían a formar parte de la masa hereditaria. Tapias tenía una buena colección de obras de arte. Se habla de un Picasso y un Tiziano de grandes dimensiones que podría haber donado en vida a su esposa o a sus hijos menores. Si no ha sido así, para poder reclamarlos los hijos mayores deben hacer un inventario y demostrar con fotos y otros testimonios que los cuadros estaban colgados en la casa familiar. Desde su entorno consideran que el testamento tiene posibilidades de ser impugnado.
La relación entre Nuria González y los hijos fue durante un tiempo correcta. Había paellas los domingos en Puerta de Hierro o comida de Navidad en Casa Lucio. Tapias era muy familiar, adoraba a sus nietos y confiaba en sus hijos. A Juan Carlos, Tito, hijo menor de Juana García Courel, le nombró CEO de su conglomerado empresarial, un puesto blindado en el que todavía permanece, como su hermana Sandra, mano derecha de su padre y su secretaria privada.
Todo se complicó cuando se detectaron unos movimientos inhabituales en las cuentas corrientes. En el despacho de la empresa estudiaron esas anomalías y Tapias se enfadó. Al mismo tiempo, las relaciones del matrimonio ya no eran precisamente idílicas.
A Fernández Tapias siempre le gustaron las mujeres, no lo ocultaba ni las ocultaba, pero su gran amor fue Mar Flores y a pesar de la gran decepción que sufrió cuando descubrió la infidelidad de la modelo con Alessandro Lequio, años después retomaron el contacto, como ha reconocido la propia Flores, que lamentó públicamente la muerte del empresario. Parece que hablaban a menudo “hasta que hace año y medio alguien cortó la comunicación”. Tal y como aseguraba Mar Flores en un whatsapp que envió a la periodista Beatriz Miranda.
En 2018 Tapias desconfiaba de su mujer, de sus viajes y de sus ausencias, algunas, al parecer, por un tratamiento para dejar de fumar. Encarga entonces un seguimiento de los movimientos de Nuria González a la empresa Indaguer Detectives, cuyos primeros resultados datan del 30 de junio de 2018. Un informe de 122 páginas al que ha tenido acceso LOC, con fotos y detalles muy precisos de los desplazamientos de su mujer por distintas ciudades españolas y cuyas conclusiones finalizan el 18 de octubre, cuatro meses después. A la vista del documento, Tapias reacciona con un gran enfado, reproches y escenas desagradables que empeoran aún más el trato con su esposa.
El naviero ya había encargado en 2012 a sus abogados que prepararan una demanda de divorcio, pero a raíz de la investigación presenta otras dos más, en 2018 y en 2020. Pero no llegan a tramitarse. Se siente cansado, teme quedarse solo, ya no es el hombre fuerte de antes, se ve mayor, limitado. Y, efectivamente, Luis del Valle, abogado del Estado y alguien muy cercano a Florentino Pérez en el Real Madrid, del que Tapias era vicepresidente, llama un día a los hijos mayores: “Vuestro padre ha estado hoy en el estadio. No sabía qué partido se jugaba ni sabía dónde estaba. Estamos preocupados”.
Fue entonces cuando sus hijos consultaron a la gente más próxima al empresario (desde Lalo Azcona a Alfonso Cortina, amigo y padrino de uno de ellos) para tratar la posible incapacitación del empresario. “Una decisión durísima que sólo perseguía protegerle de sí mismo”, asegura uno de ellos. “No fue fácil, se meditó durante bastante tiempo”.
Alfonso Cortina, fallecido de covid en 2020, se acercó a Puerta de Hierro para hablar con su amigo pero no consiguió verlo, sólo le recibió Nuria.
Finalmente, la demanda de incapacitación se presenta en setiembre de 2020. Tapias cambia su testamento un mes después, en octubre. Y la sentencia judicial que le incapacita, se pronuncia en marzo de 2021.
El juez falla a favor de la incapacitación, después de conocer el informe del médico forense, quien elabora su dictamen como consecuencia de reunirse largo y tendido en solitario con el empresario. En aquella sesión evidenció que no recordaba cuántos hijos tenía, ni sus nombres, además de otras lagunas cognitivas importantes. Sin embargo, al encontrarse con sus hijos en la vista judicial, les abrazó y se sentó junto a ellos, hasta que Nuria González se lo llevó a otra parte. Florentino Pérez, por consenso entre hijos y esposa, fue nombrado tutor financiero de su amigo, aunque dimitió de su función seis meses después.
La hostilidad de Nuria González hacia los hijos de su marido se hizo más evidente todavía, con episodios sorprendentes como el burofax firmado supuestamente por Tapias y dirigido a su ex mujer Juana García Courel, en el que le reclamaba la devolución de la pensión en concepto de alimentos que había pasado a sus hijos durante 20 años. Una pensión dictada por un juez en el momento del divorcio, en el que Tapias fue muy generoso con la que había sido su esposa y a la que siguió tratando de forma cordial tiempo después. Esta pretensión fuera de toda lógica no tuvo ningún recorrido legal. Como tampoco el pleito que Tapias, seguramente animado por su esposa, inició contra su hija Sandra por el supuesto manejo de sus cuentas personales. Pero resultó que la hija no tenía acceso a ellas, ni era apoderada de las mismas. La demanda fue retirada con argumentos endebles.
La última vez que los hijos mayores vieron a su padre con vida fue en 2022 en la vista donde se proponía un nuevo tutor que sustituyera a Florentino Pérez. Tapias llegó al Juzgado de la plaza de los Cubos en Madrid, custodiado por su mujer, seguridad, abogados. Algunos de sus hijos consiguieron romper el cerco y darle un abrazo. Pareció alegrarse del reencuentro pero enseguida le apartaron de nuevo.
Nuria González y sus hijos, Alma e Iván. “Después de una caída y de romperse la cadera, estuvo hospitalizado pero cuando fuimos a verle había órdenes de que no nos dejaran pasar”, asegura uno de sus hijos. “Pedimos el informe a un médico amigo y nos enteramos de que padecía otras dolencias y estaba bastante mal. Después necesitó diálisis y en una de esas sesiones falleció. No nos dijeron que había muerto hasta muchas horas después. Todo ha sido muy triste y muy injusto”.
EL MUNDO / SÁBADO 2 DE DICIEMBRE DE 2023