ECOS DE SOCIEDAD
ECOS DE SOCIEDAD
Álvaro Muñoz Escassi en Madrid el 3 de julio de 2024
Los Muñoz Escassi: cuatro hermanos, padre arquitecto y de clase media "altita"
Álvaro es el hombre del momento tras su ruptura con María José Suárez. Pocos imaginan que detrás del jinete está una historia familiar de las de siempre.
Familia normal sevillana de clase media que con esfuerzo logró sacar adelante a sus cuatro hijos y darles todo lo mejor. Una familia en la que cada hijo se ha dedicado a lo que ha querido y ha podido y todos han salido adelante. El matrimonio de Miriam Escassi y Juan Luis Muñoz tuvo cuatro hijos. Vivían en un chalé del barrio de Santa Clara de Sevilla. Él es arquitecto y ella ama de casa, una señora que siempre estuvo pendiente de sus hijos y de su marido hasta el último momento -falleció el año pasado-, una trabajadora nata, cuentan. Juan Luis, ya jubilado, vive en una residencia del centro de la capital andaluza, porque está bien pero necesita algunos cuidados, y sus hijos han tomado rumbos muy diferentes. Aunque en todo momento están pendientes de su padre, quien sale a pasear a la calle y lleva una buena vida.
Sus cuatro hijos se llaman Juan Luis, Álvaro, Gonzalo y Bárbara Muñoz Escassi. El mayor, Juan Luis, vive en Sevilla. Estudió Derecho y es director gerente de AFA (Asociaciones y Fundaciones Andaluzas), que puso en marcha en 2003. También es el impulsor de #RetoPichón, un movimiento solidario que utiliza el deporte como altavoz para dar visibilidad a diferentes causas sociales. Estaba casado pero su matrimonio terminó, y es padre de tres hijos.
De izquierda a derecha: Gonzalo Muñoz Escassi, el jinete Luis Plaza y Álvaro Muñoz Escassi
Gonzalo estudió Empresariales, también está casado, tiene un hijo y vive desde hace años en Sotogrande. Trabaja como responsable de la Zona Sur España y Portugal de Procubitos, una empresa de hielo, y con la marca Cubers Premium. Bárbara, la pequeña, estudió veterinaria y es muy reconocida dentro del mundo hípico por su profesión. Su marido es piloto militar. El matrimonio tiene tres hijos y vive cerca de la Base de Rota, aunque residieron un tiempo en Estados Unidos.
Los chicos estudiaron en el Colegio de Fomento Tabladilla y todos montaban a caballo desde niños en el Centro de Equitación Espigares, muy cercano a su colegio. La familia, que pasaba los veranos en la localidad onubense de La Antilla, es católica; los hijos "sí son creyentes, pero no excesivamente practicantes", relatan a LOC fuentes cercanas.
Aseguran que no eran los típicos adinerados. "Era una familia normal de clase media altita. La gente siempre piensa que porque monten a caballo, pasen tiempo en Sotogrande y Marbella y los niños hayan estudiado en Tabladilla, ya son gente rica, y no es así. Todo procede del sacrificio de unos padres y de haber podido contar, por su profesión, con unas circunstancias económicas buenas, con años mejores y peores, trabajadores a los que nada les viene de cuna ni por una herencia, como ocurre con muchas familias de Sevilla".
Carmen Maza, Bárbara Muñoz Escassi, Mimi Torres, Sofía Gomar Bustamante, Rocío de Porres Domecq
"Álvaro decidió tomar otro camino. Su pasión eran los caballos y la hípica. Cuando terminó sus estudios de COU se fue a Alemania con una mano delante y otra detrás a limpiar cuadras. Incluso durmió en estaciones de servicio. Lo pasó mal pero aprendió muchísimo. La mayoría de la gente cree que ha vivido a todo trapo toda su vida", añaden las mismas fuentes. En Alemania trabajaba en un centro hípico y su responsable comenzó a llevarlo a concursos. Empezó a ganarse su confianza y fue demostrando su valía en la hípica.
Álvaro fue creciendo y empezó a participar en más concursos. Sobre el año 2005 recaló en Sotogrande. Le contrataron como jinete profesional en SotograndeHípica, "donde mejor le fue, porque, además, su hermano Gonzalo trabajaba allí como profesor de equitación de niños y madres".
GRAN JINETE
Creció mucho profesionalmente, convirtiéndose en uno de los mejores jinetes a nivel nacional. "Estuvo a punto de ir a unos Juegos Olímpicos, con el apoyo de una de las mejores cuadras del momento. Hace unos 20 años Álvaro era uno de los cinco mejores del ranking español. En Sotogrande había propietarios que compraban caballos buenos para que los montara él".
Álvaro "también compraba. Iba a Alemania, a Bélgica, a ver caballos, los seleccionaba, los ponía bien y los vendía. También era su negocio. Uno de los propietarios de caballos que estaba a su lado era "un señor ucraniano que apostó mucho por él, alguien que, en aquella época, también era promotor y constructor, y ambos forjaron muy buena relación".
Pero llegó la crisis del ladrillo, "y el promotor tuvo problemas. Álvaro ya no pudo contar con esos buenos caballos y decidió orientarse hacia el mundo de la televisión y demás".
A pesar de ello, en el mundo de la hípica se sigue comentando que fue "un gran jinete y lo sigue siendo, siempre ha estado muy bien reconocido. Pero debió de ver el dinero fácil en esa otra vertiente".
Álvaro habla alemán e inglés. El alemán lo aprendió "por necesidad. El inglés, porque en Sotogrande estaba todo el día con gente inglesa. Se ha hecho a sí mismo y todo lo ha conseguido por su sacrificio y su trabajo. Además de Alemania y Madrid, ha vivido en Marbella, Lieja y Sotogrande. Y es imagen de Café Baqué", añaden.
De izquierda a derecha Javier Lorite, Juan Luis Muñoz Escassi y Jesús Bores
Se deja ver en Sotogrande porque una de sus grandes pasiones es el polo. "A menudo ha dicho que, en vez de haberse ido a Alemania, tendría que haber elegido Argentina. Y hubiese sido polista profesional, porque le apasiona. Ha participado en varios torneos de Sotogrande junto a su hermano Gonzalo".
Pero para el gran público, Álvaro es más conocido por sus relaciones sentimentales. Hablando de las oficiales, hace unos 20 años estuvo saliendo unos meses con Vicky Martín Berrocal. En 2005 comenzó una relación con Lara Dibildos, con la que tuvo a su hijo Alvarito (16), y que duró unos dos años. Rompieron, él tuvo varias novias y en diciembre de 2016 se casó con la millonaria venezolana Raquel Bernal, aunque el matrimonio no llegó al siguiente verano.
Años después de su paso por Alemania, supo que tenía una hija, Anna Barrachina (28), fruto de la relación que mantuvo con la madre de la joven, la amazona Mercedes Barrachina Martínez. Supo de esta paternidad cuando la niña tenía cuatro años, pero no se lo contaron a la joven, quien creía que Álvaro era su padrino, hasta que ella tuvo 19 años.
Es un padrazo. "Mis niños", los llama. Con Lara Dibildos mantiene una relación envidiable, y adora a su hijo Álvarito. Con Anna, que comienza a ser una artista muy prometedora en el mundo de la pintura -algunos de sus cuadros ya superan los 4.500 euros- se deshace en halagos. "Tienen una relación buenísima. Anna vive en Madrid y tiene una excelente relación y muchísimo trato con Lara Dibildos y su hijo, hermano de la joven por parte de padre".
Escassi y María José Suárez
Más tarde, el jinete tuvo otras novias, de Barcelona, de Valencia... Y ahora parecía haber sentado la cabeza para tener una vida estable con María José Suárez.
"Pese a todo, Álvaro es muy especial. Hace sentir muy bien a todos a su alrededor. Es muy generoso, lo ha sido siempre. Cuando tenía dinero era más que espléndido. Por ejemplo, en alguna cena de 15 personas se pedía la cuenta y ya la había pagado él. Y no lo hacía por alardear ni buscar algo a cambio, sino porque le gusta disfrutar de la vida con cualquier persona. Es un disfrutón. Siempre ha vivido a todo trapo, pero no en el sentido de comprarse cosas porque nunca ha sido materialista, sino en el de disfrutar de la vida desde que se levanta hasta que se acuesta".
Sus más cercanos también dicen que Álvaro es "muy buen tío. Pero desde que entró en ese mundo de la tele y demás, por desgracia desconfía de la mayoría de la gente, porque le han venido muchos palos y por muchos sitios. Se ha hecho a sí mismo. Tiene una personalidad muy fuerte y muy marcada, para lo bueno y para lo malo. Cuando alguien no le cae bien, va de frente, sin dobleces. Es muy cristalino".
UN ALMA LIBRE
También dicen que "en cualquier fiesta es super divertido. Y también lo es para las mujeres, porque tiene planes continuamente. El problema es que le gustan mucho. Pero que siempre ha sido transparente y nada falso. Si tiene que decir algo, lo dice a la cara y no se esconde. Hay gente que lo adora y gente que lo odia. Siempre ha sido un alma libre".
Afirman que Álvaro es "muy educado, trata bien a las personas, se sabe comportar... En la mesa, desde siempre toda la familia ha tenido muy buena educación, porque sus padres machacaban mucho a sus hijos con lo de ser educados".
Álvaro ha elegido el camino que ha elegido. Se lleva bien con sus hermanos. Cuando empezó a salir en televisión y revistas "a su madre no le hizo mucha gracia, porque sus padres no entendían ese tipo de cosas. Pero él, con sus pros y sus contras, entendió que no hacía malo a nadie", añaden.
Y las fuentes rematan: "Es un tío alto, atractivo, que gusta, y las mujeres, aun sabiendo cómo es, se le acercan. Álvaro es muy divertido y agradable, con muchos planes, que conoce a muchísima gente y está muy bien relacionado. Y él no le ha puesto a nadie la pistola en el cuello".
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LAS CUATRO ESQUINAS
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
EL REY DE ESPAÑA Y LOS REYES DE EUROPA Esta semana, ¡Hola! acierta de pleno al llevar a su portada al Rey en uno de los muchos momentos memorables que ha vivido la nación española por la brillante conquista de la Eurocopa. Fue Fabián Ruiz, gran medio que, con Rodri, estuvo a cargo de la sala de máquinas del juego español, el que cuando le llegó la copa para pasearla, vio al Rey y a la Infanta Sofía y, sin dudar, se la entregó para que también la levantara. Ya en el palco se había visto a Felipe VI viviendo el partido casi como un forofo más. Y lo mismo la infanta, guapísima, de blanco y rojo selección. YouTube se ha llenado de shorts con montajes de padre e hija ansiando el gol definitivo, que llegó. Pero el momento improvisado y más entrañable fue el de Fabián y el Rey, que aparece en la portada a punto de alzar la copa, como capitán general. Las fotos de interior son también excelentes. A juego con la alegría general.
HAY QUE BUSCARLE NOVIA A MBAPPÉ El segundo espectáculo futbolístico de la semana -sin goles de momento, pero caerán- fue la presentación del que para muchos es el mejor jugador del mundo como gran fichaje del mejor club en toda la historia del fútbol. Más de 85.000 personas se dieron cita en el flamante y fresco Bernabéu, un número sin precedentes, para recibir a su estrella, que estuvo sensacional. Como ha llegado al Madrid a la tercera, tenía que demostrar que siempre quiso venir, y qué mejor demostración que hablar en un excelente español, acogido por la inmensa parroquia blanca con entusiasmo delirante. Vivirá en la casa de Gareth Bale, en La Finca: mil metros cuadrados, piscina exterior, jacuzzi, gimnasio, green de golf, 7 dormitorios, 11 baños, cine y parking para seis coches. Algo pequeño quizás, pero aún no tiene carné de conducir. Falta la novia, aunque, como con su camiseta, hay lista de espera.
BELÉN ESTEBAN, DESENGAÑADA DE LAS CAMPOS Un verano sin bikinis, no es verano. Así que Diez Minutos dedica su portada a una majestuosa Mar Flores, de azul breve, y Semana a Belén Esteban, en bañador entero rojo, con 11 kilos menos en su interior, tras el exitoso plan de adelgazamiento de la antaño llamada "Princesa del pueblo". Aquellos tiempos ya pasaron, y hoy hay que trabajarse la exclusiva al modo infalible de las confesiones de tremendas decepciones achacables a otros famosos. Belén está triste por el comportamiento con ella de las Campos, al punto de ofrecer lo más parecido a una prueba notarial: "Las he bloqueado". La gente no liga, "se sigue en las redes". Y no riñe: "deja de seguirse" o "se bloquea". La sorpresa de Belén es inverosímil, pero es verano y todo vale.
¡POBRE VALERI! ESCASSI Y MARÍA JOSÉ SE FORRAN, Y ELLA, NADA. La colombiana transexual que desencadenó la ruptura más estrepitosa de los últimos meses, la de Muñoz Escassi y María José Suárez, está viendo cómo los damnificados del escándalo encadenan jugosas apariciones televisivas y ella, nada de nada. Tenía apalabrada una exclusiva, pero, al publicarse que había una denuncia, la dejaron plantada en un parque de Aranjuez. Nadie la llama, así que ella misma se entrevista a sí misma en Instagram. Miseria y compañía. La vida no es justa, pero hay que ayudar a los más necesitados. Casada Tamara, el Padre Ángel podría fundar una ONG para salvar a Valeri no del hambre, sino del anonimato, triste ruina de los famosos por un día.
EL REY DE ESPAÑA Y LOS REYES DE EUROPA Esta semana, ¡Hola! acierta de pleno al llevar a su portada al Rey en uno de los muchos momentos memorables que ha vivido la nación española por la brillante conquista de la Eurocopa. Fue Fabián Ruiz, gran medio que, con Rodri, estuvo a cargo de la sala de máquinas del juego español, el que cuando le llegó la copa para pasearla, vio al Rey y a la Infanta Sofía y, sin dudar, se la entregó para que también la levantara. Ya en el palco se había visto a Felipe VI viviendo el partido casi como un forofo más. Y lo mismo la infanta, guapísima, de blanco y rojo selección. YouTube se ha llenado de shorts con montajes de padre e hija ansiando el gol definitivo, que llegó. Pero el momento improvisado y más entrañable fue el de Fabián y el Rey, que aparece en la portada a punto de alzar la copa, como capitán general. Las fotos de interior son también excelentes. A juego con la alegría general.
HAY QUE BUSCARLE NOVIA A MBAPPÉ El segundo espectáculo futbolístico de la semana -sin goles de momento, pero caerán- fue la presentación del que para muchos es el mejor jugador del mundo como gran fichaje del mejor club en toda la historia del fútbol. Más de 85.000 personas se dieron cita en el flamante y fresco Bernabéu, un número sin precedentes, para recibir a su estrella, que estuvo sensacional. Como ha llegado al Madrid a la tercera, tenía que demostrar que siempre quiso venir, y qué mejor demostración que hablar en un excelente español, acogido por la inmensa parroquia blanca con entusiasmo delirante. Vivirá en la casa de Gareth Bale, en La Finca: mil metros cuadrados, piscina exterior, jacuzzi, gimnasio, green de golf, 7 dormitorios, 11 baños, cine y parking para seis coches. Algo pequeño quizás, pero aún no tiene carné de conducir. Falta la novia, aunque, como con su camiseta, hay lista de espera.
BELÉN ESTEBAN, DESENGAÑADA DE LAS CAMPOS Un verano sin bikinis, no es verano. Así que Diez Minutos dedica su portada a una majestuosa Mar Flores, de azul breve, y Semana a Belén Esteban, en bañador entero rojo, con 11 kilos menos en su interior, tras el exitoso plan de adelgazamiento de la antaño llamada "Princesa del pueblo". Aquellos tiempos ya pasaron, y hoy hay que trabajarse la exclusiva al modo infalible de las confesiones de tremendas decepciones achacables a otros famosos. Belén está triste por el comportamiento con ella de las Campos, al punto de ofrecer lo más parecido a una prueba notarial: "Las he bloqueado". La gente no liga, "se sigue en las redes". Y no riñe: "deja de seguirse" o "se bloquea". La sorpresa de Belén es inverosímil, pero es verano y todo vale.
¡POBRE VALERI! ESCASSI Y MARÍA JOSÉ SE FORRAN, Y ELLA, NADA. La colombiana transexual que desencadenó la ruptura más estrepitosa de los últimos meses, la de Muñoz Escassi y María José Suárez, está viendo cómo los damnificados del escándalo encadenan jugosas apariciones televisivas y ella, nada de nada. Tenía apalabrada una exclusiva, pero, al publicarse que había una denuncia, la dejaron plantada en un parque de Aranjuez. Nadie la llama, así que ella misma se entrevista a sí misma en Instagram. Miseria y compañía. La vida no es justa, pero hay que ayudar a los más necesitados. Casada Tamara, el Padre Ángel podría fundar una ONG para salvar a Valeri no del hambre, sino del anonimato, triste ruina de los famosos por un día.
EL MUNDO / SÁBADO 20 DE JULIO DE 2024
ECOS DE SOCIEDAD
Alfonso Díez estalla tras los rumores de una posible nueva ilusión: "¡Madre mía!"
A lo largo de estos últimos meses el nombre de Alfonso Díez ha resonado con fuerza en los medios de comunicación por ser relacionado con Isabel Preysler. Un vínculo que él mismo desmentía tras compartir con ella algunos eventos públicos al tratarse de una simple amistad.
ECOS DE SOCIEDAD
Bibiana Fernández: "Cuando me preguntan si me molesta que me llamen Chica Almodóvar yo digo que no. Con 70 años ya que me digan 'chica' me viene bien"
La entertainer, como le gusta definirse, representa La Señora, de Pablo Quijano, en el Teatro Pavón. La excusa perfecta para hablar con ella y, sobre todo: escucharla.
Paloma Simón
“La ambigüedad no existe solo en el plano sexual, una buena madre puede ser capaz de matar”. “Se puede tener un sexo y una psique diferente, por supuesto. No es ningún lío y soy partidaria de la cirugía”. “La gente nace y se hace. La biología tiene su importancia, pero no podemos olvidar que somos seres racionales”. En los años 80 una mujer despampanante e hipnótica hablaba con naturalidad y una lucidez poco común de la vida en general y de sí misma en particular. Cuarenta años después sigue en activo y se expresa con la misma sensatez –y un poco más de sabiduría– en programas de radio y televisión y, ahora, da rienda suelta a su vena más desconocida, la dramática, en La Señora, la obra de Pablo Quijano que reinterpreta Las criadas de Jean Genet. “No tengo mucho que ver con mi personaje salvo su punto de locura. En mi caso, una locura sana, porque me hace tirar para adelante. Ella vive resentida en el pasado, y a mi me parece que el pasado está en el lugar que le corresponde. Miro hacia él, porque la infancia es la patria de una persona, pero por lo demás vivo en el presente y en el futuro inmediato, que ya es una prolongación de la vanidad. Pero tngo una representante que ya me está hablando de marzo del año que viene así que me estoy arrancando los pelos. Los míos y las extensiones”, bromea Bibiana Fernández (Tánger, 1954) nada más sentarse, y después de pedir un lexatín y una coca-cola. “Yo me vivo todos los días, lexatinada desde por la mañana. Muchas veces la gente me pregunta que por qué. ¡Por tu bien, para no morderte!”.
– No se parece nada a la señora de la obra pero, ¿cuál es su relación con el servicio?
– No tengo otra familia. Ella y mis amigos. Ana lleva 24 años conmigo y ha vivido conmigo miserias, separaciones, desastres con Hacienda… Es mi brazo derecho. No la cambiaba ni por un hombre. Si me voy tres días de vacaciones, me quiero ir con ella.
– Hablando de familia, ¿se ha reconciliado con ellos?
– Tengo dos altares: uno con santos, y otro con mis seres queridos. Yo con mis padres me he llevado siempre bien… Y mal. Si mi madre resucitara, me volvería a matar con ella. A veces me veo en casa sin testigos, me separo de mi cuerpo como si fuera un dron y me grito a mí misma: ¡Pacaaaaa! Porque la veo a ella en mí misma. Los amo por encima de casi todas las cosas. Mis padres no fueron perfectos, fueron los que me tocaron. Mientras yo viva, vivirán en mi.
Bibiana Fernández caracterizada como su personaje en la obra y Pablo Quijano, autor y director de La Señora.
Aunque prefiera no hablar del pasado resulta muy difícil tenerla delante y no querer escuchar absolutamente todo sobre su vida. Por ejemplo sobre su infancia, en un patio de vecinos muy humilde sin agua corriente. “Íbamos a una fuente. Pero yo veía Brasilia en los periódicos, y, sin tener ni pvta idea de quién era Niemeyer, me interesaba. Lo mismo me sucedía con los vestidos de Cardin, de Courrèges que salían en las revistas. Todavía conservo los recortes. Devoraba los artículos sobre el Caso Profumo en el diario España de Eduardo Haro Teglen. Ese mundo me atraía, no me preguntes por qué. Nada a mi alrededor me llevaba hacia ahí, pero yo tenía una curiosidad innata que me empujaba a leer libros y revistas, a ver cine”, confiesa. “Yo veía El Buscavidas en el Cine Goya, cerca de unos billares, y lo interrelacionaba todo. Ficción y realidad. Yo experimenté el Metaverso antes de que hubiera gafas. Porque no hay mayor Metatarso que la imaginación”, prosigue esta mujer autodidacta que se formó con las películas de François Truffaut y Claude Lelocuhe. “Algunas las entendía y otras, no. Lo que sí entendía a las divas: a Anouk Aimée, a Monica Vitti en Modesty Blaze, que era un cómic. A Brigitte Bardot, que en el 60 y tantos me parecía más moderna que cualquier influencer de ahora”, sostiene.
Fernández vivió los coletazos de la época más cosmopolita de Tánger, la ciudad que atrajo a personajes como Paul y Jane Bowles o Barbara Hutton, a quien observaba en el Café de Paris con un príncipe hindú, “que en realidad era una princesa”, que la subía en volandas y la metía en su coche porque la millonaria apenas podía caminar. “Si vives una adolescencia singular, te refugias en una especie de Matrix. Y ese otro tú existe en paralelo y bebe de fuentes de las que no beberías a esa edad. Tánger me brindó esa oportunidad”, relata la actriz, hija de taxista y costurera que se separaron cuando ella era niña.
Como es lógico, Tánger se le quedó pronto pequeño, y tras una breve etapa en Málaga en la que se desempeñó en todo tipo de trabajos Fernández recaló en Barcelona, donde empezó a trabajar en el cabaré. Era 1975. “Yo llevo 50 años en esta profesión”, subraya. El escenario es su medio favorito. “Todos lo que sea con el público, me gusta. En la tele y la radio existe esa distancia, no obtienes una respuesta inmediata a lo que está sucediendo. En el teatro he hecho comedias –La gran depresión, El Amor está en el aire, El amor sigue en el aire, No se nos puede dejar solos, La última tournée–, el musical 101 Dálmatas… Me encanta trabajar con los niños porque juegas. En 101 Dálmatas interpretaba a Cruella de Vil y hacía una salida como de Godzilla, de espaldas con la peluca, giraba la cabeza y el culo como Elsa Pataky. Gritaban. Una madre se empeñó en venir al camerino a hacerse una foto y el niño no paraba de llorar hasta que le dije que me quitaba la peluca… ¡Los pelos no!”, chillaba el pobre.
Bibi Andersen (también conocida como Bibiana Fernandez), en 1991. (Photo by Gianni Ferrari/Cover/Getty Images)
–¿Cuáles son los hitos de esa carrera tan larga y variada?
–Lo último que hago. Porque siempre doy un giro, porque cambio de género. Me había acomodado en la comedia. Y en esta profesión es necesario salir de la zona de confort. Hacer otras cosas.
–Sus papeles en el cine son muy populares. Especialmente en Kika y Tacones Lejanos. Pedro Almodóvar, ¿ha sido la persona más importante de su carrera, y de su vida?
–No lo sé distinguir entre lo personal y lo profesional. Lo conocí cuando hizo Pepi, Luci, Bom... Y otras chicas del montón. Era un chaval de 30 años. Él nunca dice su edad, yo creo que ya le he pasado. Pero para mi siempre es Pedrito y don Pedro Almodóvar. Yo reconozco el talento y el genio de mi amigo el director, un referente inevitable en la cultura española de los años 80, de la Transición. Hizo un cine distinto, le dio voz a otra gente, a otros géneros, a otra manera de conseguir el sexo, las drogas y el rock and roll, y tiene alma de bolero, y sabe contar muy bien las historias, y siempre elige a las mujeres porque sabe que son el mejor hilo conductor. Tú habrás visto a tu madre llorar decenas de veces, pero a tu padre, no. Por eso lo admiro muchísimo. Pero al mismo tiempo no puedo separarlo de cuando éramos tan jóvenes y salíamos todos los días; de Paquita, de sus hermanas, de Agustín, a toda la gente de El Deseo, que han permanecido a su lado 40 años. Todo eso no lo puedo apartar. Cuando me preguntan si me molesta que me llamen Chica Almodóvar yo digo que no. Con 70 años ya que me digan chica me viene bien.
Bibiana Fernández y Pedro Almodóvar en París en 1993, durante la Semana de la Alta Costura, en una cena ofrecida por el diseñador Gianni Versace.
– El año pasado se hizo viral un vídeo que mezclaba su baile carcelario en Tacones con Despechá de Rosalía, ¿lo ha visto?
– No, pero ese baile es una referencia. Yo he escuchado mucho a Los Hermanos Rosario, que tenían una canción que para el desamor viene muy bien: ‘Otra vez en la misma barra con la misma copa con la misma gente con la misma pena…’ Una canción siempre te lleva a los momentos del rodaje, a quién conociste, qué cosas pasaron con esas personas. En la trastienda, siempre hay una historia pequeña que aparentemente no cuenta, pero que está en tu vida.
– Qué bien canta. En 1980 publicó un álbum de música disco. Pero lo suyo es el bolero, ¿no cree
– Eran los últimos retazos de ese género. José Luis Gil, el descubridor de Locomía, pensó en grabar un disco tipo Grace Jones, Donna Summer, Amanda Lear. Pero a mi lo que me gusta es lo que he escuchado en casa desde pequeña. Me crié con el flamenco de mi padre: Marchena, La Niña de los Peines, Caracol… Y con los boleros, cuplés y coplas de mi madre. Es muy fácil emparentar con aquello, que fue mi canción de cuna.
– Le cantó flamenco a Madonna, con Rossy de Palma.
– Porque somos muy descaradas, pero ella no tenía ningún interés. Tampoco nos importaba mucho. Nosotras lo que queríamos era el petardeo de Madonna, que es una reina del pop absoluta. Pedro le dio una fiesta y nos invitó a cantar y si nos hubiese dicho que nos descolgásemos en cuerda desde el techo, nos hubiésemos tirado en liana. Esa noche acabamos en La Venta del Gato y era la boda de Charo Vega. Estaba Isabel Pantoja cantando: ‘Probablemente de mí te habrás olvidado y sin embargo yo…’ Por bulerías. A veces, se conjugan los duendes. Y se dan esas relaciones.
– ¿Se considera historia de España?
– No. Formo parte porque soy hija, hermana o prima de la Transición. La recuerdo en blanco y negro. Una época oscura, rara. Yo empecé poco antes de morirse Franco, por eso sé que los derechos y libertades que disfrutamos ahora no llegaron al momento, los hemos ido adquiriendo. Fui a la primera Diada, el primer concierto de Supertramp. He visto cambiar este país. Y he ido cambiando con él. Madurando. Tenemos un gran país. Un país mejor de lo que nos creemos, pero los políticos se empeñan en desdibujarlo, en convertirlo en una cosa de crispación. La prueba está en fenómenos como la victoria de España en la Eurocopa que se ha celebrado lo mismo en Barcelona que en Bilbao que en Valencia o Sevilla. Pero el elemento de unión no puede ser el fútbol. Los políticos deberían hacer mejor su trabajo.
– ¿Ha pensado en escribir sus memorias?
– Nunca. Me lo han ofrecido, pero soy reacia. Tienes que hablar de tu vida, y eso significa salpicar a gente que no tiene ningún deseo de aparecer. Y yo les tengo mucho respeto. Algunos no están. Muchos ya se han ido. No lo encuentro necesario. No tengo ningún tipo de prejuicio de contar cosas porque es mi vida, y la viví como quise. Ese es uno de los grandes lujos que me ha permitido: vivir como yo quiero, y que me saliese bien. Que esa es otra.
– ¿Por qué?
– La suerte es un factor determinante en la vida en general, y en la mía en particular. Doy fe de ello. Pero soy una persona muy tenaz. Soy la vaga que más trabaja de España. Soy vaga por naturaleza, no me gusta nada moverme, pero soy infatigable en el trabajo. Soy testaruda. Cuando me propongo algo, si de verdad lo deseo, lo consigo. Si hubiera querido tener hijos, los hubiera tenido. Las cosas que de verdad quise, las tuve.
– En sus comienzos trabajó en un bar de alterne. Podría haber caído en el lado oscuro, como la canción de Lou Reed.
– En Mr. Dollar, sí. Pero para ser pvta no hace falta trabajar en base de alterne, sino ganas. O que te veas abocada por esas mafias. Creo que la prostitución no se puede tratar en plural, hay que preguntar a las prostitutas. No todas pensarán lo mismo. No se puede meter a todo el mundo en el mismo saco, ni a militares, ni a homosexuales, ni a saltimbanquis. Cada cual es una persona y tiene una singularidad, un carácter, una manera de sentir y de pensar. Yo he vivido los 60, los 70, los 80, los 90. Había drogas, había sexo, había rock and roll. Y no he sido una mera espectadora, yo siempre he sido parte activa. Lo he vivido hasta las trancas. No me ha pasado nada porque Dios no me querrá allí. Le parecerá que hago mucho ruido.
– ¿Por qué la gente es tan reacia a hablar del consumo de drogas?
– Parece que se banaliza, o que se hace pedagogía. Yo siempre he dicho lo que yo he hecho, pero sin dar consejos. Las drogas no son buenas. El tabaco no es bueno. El alcohol no es bueno. Ha formado parte de mi vida lúdica, pero si tuviera un hijo estaría preocupada si se drogara. Una cosa es lo que tú haces y otra, lo que tú quieres para tus hijos. Yo he perdido a mucha gente querida por drogas. Y por sexo, en la época del Sida. A edades que no les correspondía.
– ¿Cuántos grandes amores ha tenido?
– Diría que hay una trinidad. Con uno compartí mi vida muchos años y me dio sosiego, seguridad, tranquilidad, amparo. Parte de la mujer que soy se la debo a él. Otros porque llegaron en momentos de transición mía, momentos singulares, y aportaron otro tipo de cosas. No me gusta comparar. Nunca puntúo a los amantes. A todos les daría un 10, porque en ese momento de mi vida me hicieron feliz.
Después de Vanity Fair, y apenas una hora antes de representar La señora Bibiana Fernández concede otra entrevista telefónica. Es incombustible, aunque acusa el calor. “No sabes la gratitud que siento por la gente que viene al teatro. Se está fresquito pero quieras que no tienes que salir de casa, que arreglarte. Yo la canícula la entiendo como la muerte que viene a por mí. Tengo la tensión baja y temo mucho el calor”, asegura. La obra estará en cartel en el Teatro Pavón de Madrid hasta el 4 de agosto. Después del parón estival, prevén una gira por España debido a la buena acogida del montaje. Un impasse que su protagonista disfrutará en casa, con sus caniches Hope, Joe y Juana. “Me voy a quedar en mi casa encerrada como Guzmán el Bueno. No me gusta viajar en agosto porque los sitios están abarrotados y yo voy con tres perros y en la playa parezco Los Morancos. Desgraciada –o afortunadamente– la gente después de la pandemia ha decidido que, si se tiene que morir, será fuera de casa. Y con este calor…No lo veo de recibo, y mira que me gusta Tarifa…", lamenta antes de despedirse y de anunciar que, de ir a algún lado, sería a Tánger con su mano derecha Ana. Como una señora.
Bibiana Fernández hace un año, en la fiesta por el 60 cumpleaños de su amiga Alaska y Vanity Fair.
ECOS DE SOCIEDAD
Luis Miguel Rodríguez 'El Chatarrero' en unos premios taurinos en 2023.
Luis Miguel Rodríguez: el chatarrero feo ¿católico? y semental
Tras ennoviarse con mitos como Mari Carmen Martínez Bordiú y Agatha Ruiz de la Prada decidió engancharse a jóvenes con las que se deja ver en Las Ventas.
El caso de Luis Miguel Rodríguez, alias El Chatarrero, tan fuera del tiempo y la razón como un cuento de H. P. Lovecraft, es la demostración de una perogrullada que, no por obvia, merece un desarrollo, y es que un seductor y un follador no son exactamente la misma cosa. Como es natural, uno no seduce por pasar el rato, y lo que se busca es la intimidad, la culminación, clavar la bandera en el islote de Perejil. Pero a diferencia del seductor, que se toma su tiempo, invita a cenar, hace regalos, envía mensajes por Insta con frases de Paulo Coelho y prepara el terreno con esmero para derretir el corazón de su conquista, al follador le basta con el empuje animal, cruzar una mirada y señalar la puerta del taxi, que ya comienza a acercarse. El también llamado fucker, o empotrador, es un hacha rellenando tablas de Excel, mientras que el seductor alimenta su autoestima con operaciones a largo plazo.
Se dice del Chatarrero que tiene unos niveles de testosterona absolutamente disparatados --se conoce que no necesita las pastillitas de muñecas chochonas que aconsejaba Sánchez Dragó, ese producto de herboristería jocosamente llamado Homo Erectus--, y que por ende seduce a las señoras con el objetivo último de apagar su fuego interior, que bien pudiera deforestar el Amazonas. Pero a la vez que un Nacho Vidal en la intimidad --si nos fiamos de los off the record que circulan sobre su leyenda guerrera en los campos de plumas--, el empresario madrileño es de los que se trabaja el ligue con esmero, haciendo suya aquella frase manida que dice que lo importante es el viaje, no el destino. Así, El Chatarrero invierte su tiempo en tardes en los toros, en noches en reservados, en escribir notas manuscritas, en miradas atentas, en disponer todas las atenciones posibles. Sus equivalentes, aceptémoslo, no son hombres de carne y hueso --con la excepción de José Luis Ábalos--, sino amantes bandidos de la literatura, como el Marqués de Bradomín.
Luis Miguel Rodríguez en Madrid. 2021.
Y es que el caso de Luismi --así le llaman en la intimidad-- es indiscutiblemente novelesco. Ligón tardío, epígono dosmilenario de mujeriegos de leyenda como Lord Byron o Frank Harris, no se supo ciertamente de su magnetismo animal hasta 2015, cuando se divorció de su esposa María Asunción --tras dos hijas y 30 años de matrimonio en común--, y empezó a compartir su vida y sus amores con Carmen Martínez-Bordiú. El Chatarrero estaba por entonces a punto de cumplir los 60 años, y aunque fisiológicamente no es un momento crítico para el hombre, sí es habitual que suscite chanzas y nos lleve a pensar que padece una crisis de edad más que galopante. Pero en su casos no ha habido crisis, sino cambio drástico en sus rutinas: El Chatarrero, como Leonardo di Caprio, cambia de novia con la misma frecuencia que de calzoncillos, y siempre rebajando la edad. Si tenemos en cuenta su fisonomía poco normativa --volviendo al citado marqués, le vienen que ni pintadas las categorías de feo, católico y sentimental--, lo que se nos perfila es la silueta de un seductor de otro tiempo, una rareza tan estimulante como estrafalaria.
La leyenda del Chatarrero, por tanto, no se ha construido sólo con una o dos conquistas de altura: el seductor comparte muchos patrones de acción con los asesinos en serie, necesita reincidir y llevar su disciplina un escalón más arriba, y tras la ruptura con Carmen --en 2018-- su siguiente pareja fue la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada, también de rancio abolengo y ascendente pop, con la que Luismi pasó de ser rara avis a convertirse en la fiera más atractiva del zoológico. Se dice que Bordiú dio el paso de separarse tras cazarle unos mensajes picantes en el móvil -el pozo hormonal del hombre es inagotable, por lo que parece-, y lo mismo ocurrió con Ágatha, que a los dos años también decidió alejarse de un tipo que se llama Rodríguez, pero que podría haber sido pariente de los Kennedy. La amante interpuesta en ese cambio de década, por cierto, fue una oscura actriz porno brasileña, Marcia di Lele, que ya había pasado por las alcobas de Bertín Osborne y Paquirrín.
El Chatarrero con Agatha Ruiz dela Prada en los premios "Periodismo Vanity Fair".
A pesar de lo denigrante que suena su apodo, Luis Miguel Rodríguez es un varón aseado, riquísimo y exitoso, que ha gestionado con sabiduría la empresa Desguaces la Torre, una de las más prósperas en su ramo en la Comunidad de Madrid, y con la que ha alcanzado el milagro alquímico de convertir el detrito en oro. Así, al Chatarrero le sobran los fajos de billetes y los contactos, y por eso siempre tiene asientos en Las Ventas --desde que cortó con Ágatha, ha ido a los toros con diferentes mujeres, algunas anónimas, cada vez más jóvenes--, y se deja ver sin problemas porque nada de lo que hace está tipificado en el código penal. Se dice que es atento hasta la obsesión, simpático, cuidadoso: que su físico de media tabla no le resta puntos, porque todo lo demás se lo gana con arrumacos, carisma y logística propia de un jeque árabe. Hombre de la vieja escuela, el Chatarrero se ha elevado al Olimpo de los womanizers usando las armas de siempre: abrir la puerta, ceder el paso, decirle que está muy guapa, invitando a sitios caros y evitando Amazónico, que es una horterada.
ECOS DE SOCIEDAD
MIENTRAS, PONCE SE JUBILA
Ana Soria se hace mayor: termina la carrera, se tiñe de morena y dice adiós a las plazas de toros
Enrique Ponce ultima su gira de despedida de las plazas de toros con Ana Soria en el tendido. Ella no es ya la estudiante rubia a la que escribió corazones en el albero. Si el torero se jubila, Soria está cada vez más cerca de comenzar su carrera profesional.
Existen muchas fechas señaladas en la vida de las mujeres a partir de los 20 años y una de ellas es la llegada de la primera nómina. La independencia económica que tanta libertad ofrece puede ser la próxima gran novedad para Ana Soria, licenciada al fin en el grado de Derecho y sin intención, ahora ya se puede asegurar, de hacer carrera como famosa o influencer de moda. Este momento clave de la edad adulta contrasta con la etapa vital que vive Enrique Ponce: se jubila del toreo.
Enrique Ponce se encuentra inmerso en su gira de despedida de las plazas de toros, una serie de corridas que culminarán en el momento en el que se corte la coleta, el próximo 9 de octubre en Valencia. Esta fecha se anuncia la última, aunque el diestro no descarta despedirse de su público en Latinoamérica con una nueva gira allende los mares. Sea como fuere, en su reciente faena en Almeríalo dio todo. Incluso dejó, en su brindis, una nueva declaración de amor a Ana Soria.
Enrique Ponce no tiene pudor a la hora de mostrar sus sentimientos, algo que vimos ya en los inicios de su relación con Ana Soria no solo por los besos y abrazos en público, sino por aquellas declaraciones de amor tan juveniles, en las que el torero dibujaba un corazón en el albero. En Almería, el diestro dijo estas frases en su brindis a su novia: «Despedirme en tu tierra, aquí, en Almería, es una enorme ilusión para poder demostrarnos nuestro amor».
El romance, evidentemente, continúa, y no entra en las quinielas de nadie que vaya a agrietarse por el lógico cambio de estatus profesional de los enamorados. Si Enrique Ponce enfila la jubilación anticipada, Ana Soria se prepara para sumergirse en el mundo laboral, en el sector de la abogacía en el que su familia se ha labrado una inmejorable reputación. De momento, ha podido acompañarle en toda su gira de despedida, prueba de lo trascendental que es para Ponce.
Detalle del cambio de look de Ana Soria: con melena rozada y mucho más oscura y adulta.
Ana Soria aún debe superar un master para ejercer
Existe cierta expectación por comprobar cuáles serán los primeros pasos laborales de Ana Soria, especialmente si los dará de la mano de su padre, Federico Soria, en el bufete familiar. Parece la mejor opción, sobre todo porque la joven no se ha destacado por su rapidez a la hora de titularse. Si los cálculos de Susanna Griso y sus colaboradores son ciertos, ha tardado siete años en aprobar una carrera que se realiza en cuatro.
Antes de comenzar a trabajar, Ana Soria tendrá que superar el master de capacitación profesional necesario para hacerlo. Se trata del Máster Universitario en el Ejercicio de la Abogacía y la Procura, que puede realizarse a distancia, aunque los exámenes presenciales se realizan en Madrid. Los profesionales suelen realizarlo en un año, para poder trabajar cuanto antes. En el caso de Ana Soria, quizá necesite algo más de tiempo para conseguir esta habilitación.
Sea como fuere, la joven parece consciente de que entra en una nueva etapa en su vida, en la que como cualquier otra mujer de su edad podrá realizarse a través del ejercicio de su vocación, de la misma manera que Ponce lo hizo en los toros. Podemos leer el cambio de look de Ana Soria en esta clave: ha dejado atrás el rubio juvenil y hoy la vemos ya con una sobria melena castaña. Mucho más adulta.
Según publicó en su momento 'El Español', el padre de los Soria y su prole tiene claro que Ana heredará el bufete, apoyada por su hermano menor. José Soria, al que hemos podido ver en las redes sociales de su hermana recientemente, también estudia Derecho. Sin embargo, parece que el joven tuvo una vez vocación de torero, cosa que le une aún más a su cuñado. De hecho, tanto Ana como José aprendieron a amar la fiesta gracias a su padre Francisco, muy devoto del toreo.
ECOS DE SOCIEDAD
Georgina genera dinero pero su loco tren de vida lo paga Cristiano
Netflix ya ha empezado la promoción de la tercera temporada del docureality de Georgina. Sin apellidos ella, pues no le hacen falta ya, y sin nombre el programa, dado que todos lo llamamos simplemente "Georgina". Copio directamente de la nota de prensa enviada por la plataforma: "La tercera temporada de Soy Georgina será la temporada de las primeras veces. Desde inaugurar su primera casa en la playa, Villa Perla, hasta protagonizar una campaña internacional de una famosa marca de ropa y, el mayor de los sueños: debutar en la semana de la moda de París".
Georgina primeriza, Georgina pionera, simplemente Georgina. Alguien ironizaba el otro día en un programa de televisión sobre si Cristiano (sin apellido) le daba una asignación fija para que ella se la gastase en lo que quisiera. Olvidaba ese tertuliano que Georgina Rodríguez Hernández genera por sí misma mucho dinero. Aunque, evidentemente, su loquísimo tren de vida se sostiene en el patrimonio de él.
Por otro lado, alguna recompensa tendrá que tener el haber parido a (algunos de los) hijos del futbolista. Recompensa o sueldo, como queramos llamarlo. En el mundo de Georgina los conceptos se confunden y las certezas se pasan por los filtros de Instagram y el algoritmo de Netflix.
Es curioso como, siendo la reina de las mujeres florero, de las "señoras de" y de las tipas construidas a base de símbolos externos, Georgina ha conseguido tener algo parecido a entidad propia.
Niños y novia
Precisamente su reality ha sido fundamental para lograrlo. Gracias a su adictiva y absolutamente vacía serie, hemos visto cómo es Georgina o cómo quiere que la veamos: sofisticada y gamberra, elegante y cotidiana, lujosa y de andar por casa. Pero la sofisticación, la elegancia y el lujo de Georgina sólo lo son si los equiparamos siempre con gasto, dispendio, despilfarro, dinero, dinero y más dinero. Su vida, esa que tan orgullosa exhibe, es básicamente una sucesión de compras. De alguna manera, ella ocuparía el otro lado de la ecuación si el protagonista de la historia fuese Cristiano Ronaldo: él se compró unos niños y luego se compró una novia. Todo es cuestión de perspectiva.
A la Georgina televisiva la hemos visto desplazarse a París en jet privado para acudir como cliente al taller de alta costura de Jean Paul Gaultier. Una vez allí, y con Jean Paul probablemente escondido para no cruzársela, la "modelo y empresaria" (copio directamente de su entrada en Wikipedia) empezó a hacer ajustes a un diseño del genio francés. Esto es habitual en la alta costura: las compradoras pagan tanta pasta por trajes exclusivos que se permiten el, ejem, lujo de alterarlos a su antojo. Con relativa frecuencia, vestidos que maravillan sobre la pasarela terminan convertidos en anodinos modelitos de mocatriz millonaria indistinguibles de otros modelitos... y de otras mocatrices millonarias.
Sin embargo, incluso siendo partícipe de una práctica tan cateta (hay que tener poca vergüenza para discutirle una costura a Gaultier), Georgina logra una peculiar proeza: nunca tiene pinta de ir disfrazada.
Hace suyo hasta el Loewe feísta y juguetón de J.W. Anderson. En Tilda Swinton, Loewe es conceptual y vanguardista; en Georgina es... Georgina. Y es que la moda tiene funcionamientos aparentemente paradójicos. Los desfiles de Prada están llenos de prendas extrañas, referencias retorcidas y detalles rarunos, pero al final Miuccia Prada hace caja vendiendo accesorios banales con logotipos bien visibles a personajes ansiosos por exhibir su poderío económico.
Intento de ocurrencia
En un establecimiento de esa marca en Madrid conoció Georgina a Cristiano. Ella vendiendo y él comprando. Georgina, años después, intentaría ser ocurrente diciendo que aquellos bolsos que antes vendía, ahora los colecciona. Aquello le salió regular (ella tiene muchas cosas y gracia natural no es una de ellas), pero ahí dejó el mensaje. Porque además no era ninguna metáfora.
La personalidad ("personalidad") pública de Georgina parece creada por una inteligencia artificial alimentada con anuncios de la Lotería Nacional y películas porno finas de los 90: yates, piscinas desbordantes, maquillajes pluscuamperfectos, poses antinaturales, uñas garra y miradas lascivas a la cámara. Y una caterva de hijos, claro, algo que siempre desactiva cualquier hipersexualización problemática. Georgina madre, Georgina madraza.
En la nueva temporada de su reality (alerta: nota de prensa de nuevo), "la vida de Georgina vuelve a dar un giro". Como si algún giro pudiese compararse a pasar de dependienta a (alerta: Wikipedia de nuevo) "celebridad invitada a festivales de cine y música de gran trascendencia".
No es "trascendencia" la palabra que me viene a la mente cuando me pongo a escribir sobre Georgina. Pero tampoco descarto que se la tatúe en la nueva temporada de su show. Le pega todo.
ECOS DE SOCIEDAD
Isabel Preysler, Tamara Falcó, Nieves Álvarez... arropan a los Goyanes en el último adiós a Caritina