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Mensajepor Invitado » Vie 23 Sep, 2022 3:16 am

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Morante habla para LA GACETA: “Muchos toreros buscan la faena perfecta, a mí eso me aburre”

Morante reconquista La Glorieta con dos actuaciones portentosas en apenas 48 horas y sale como el nombre propio y gran triunfador de la Feria de 2022. El diestro cigarrero analiza en exclusiva para LA GACETA de Salamanca su paso por el coso charro y sus planes de futuro: “Muchos buscan la faena perfecta, a mí eso me aburre”.


La mañana siguiente a un fin de Feria siempre tiene un encanto especial. Un silencio distinto. Un aroma de resaca. Como un vacío de repente. La tristeza alegre de que la vida sigue. En Salamanca —tras la tarde estelar del domingo en La Glorieta, con Morante, Talavante y Roca Rey a hombros, que colapsó las taquillas casi una semana antes— amaneció el día nublado y húmedo. El suelo estaba mojado. El dorado inigualable de la piedra milenaria de la Salamanca monumental lucía con un color especial. Como las baldosas de la Plaza Mayor, la Rúa...

Son las nueve y media y vamos al encuentro de Morante de la Puebla, que ha robado el corazón de la afición charra. Otra vez. Fue como la renovación de un idilio inmarchitable. Es la gran debilidad de La Glorieta, que a su vez es una de las plazas predilectas del cigarrero (La Puebla del Río, cosecha del 79). Llega impecable vestido. Tono azul. Camisa discreta estampada en flores, que cubre una elegante americana, con ligero relieve en color más intenso; y pantalón más claro, de seda, suelto y corto de pierna, que da aún más protagonismo a unos zapatos espectaculares. Relucientes y negros. Los estrenó en Ronda para calzar el vestido goyesco con el que toreó en La Maestranza malagueña hace apenas tres semanas. Del ruedo a la calle. De la Rúa a la casa de Las Conchas, bajar la calle Compañía siempre tiene un encanto distinto y más haciendo el paseo al lado de un genio. Almeida le echa el mismo arte que el de La Puebla al toro en la sesión de fotos, mientras Pedro Jorge Marqués desvela las citas que quedan por delante hasta llegar a las cien de este año de los fastos del cuarto de siglo de alternativa. Un anticuario sale raudo ante la presencia del maestro y le ofrece un periódico hecho trizas del día después del entierro de Manolete. Morante no lo duda.

En la calle Meléndez, el de La Puebla sugiere hacer la entrevista en la Plaza Mayor. No le importa que le paren, no niega ni una foto ni un autógrafo. Atiende a todo el mundo que se le acerca. Dicho y hecho, allí estamos. ¿Y si le propusieran torear en esta plaza? Le digo: ¿En la plaza Mayor? “Sería bonito...”. Y de repente pierde la vista por la majestuosidad de un espacio inigualable, distinto y único. Monumental, como el toreo de Morante.

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–¿Cómo valora su paso por La Glorieta?

–Muy intensa. Dos tardes. La corrida de Galache era un compromiso moral y, a la vez, de mucho gusto. El año pasado salió muy bien, no deja de ser un encaste distinto. Costó trabajo encontrar figuras para anunciarse pero al final se consiguió un cartel, digamos, muy del gusto de Salamanca. Y luego, después del éxito del año pasado le planteamos a la empresa una segunda tarde. Nos pidieron tiempo para pensarlo y al final lo aceptaron...

–¿Se lo tuvieron que pensar?

–Eso nos dijeron, que lo iban a pensar y después dijeron que sí, que encantados. Así fue la jugada.

–¿Tanto cuesta encontrar compañeros para esas corridas?

–Sí, no solo esta de Galache, sino cualquier otra de un rango, digamos, distinto a lo habitual, claro que cuesta. Ante este tipo ganaderías, la mayoría de las veces, me veo en la tesitura de ir un poco solo, pero se van logrando las corridas y también el propósito de torear las 100 corridas.

–¿Qué ha encontrado y porqué surge esa apuesta tan personal con el toro de Galache?

–Mira, yo no tenía un conocimiento directo. Lo conocí en Ciudad Rodrigo, pero antes siempre encontraba toreros, que hablaban muy bien. Y pensaba, si hablan tan bien, si van a tentar, si salen encantados, me preguntaba ¿por qué luego no la matan? Si disfrutan tanto con las vacas. Entonces, me parecía injusto que estuviera en el ostracismo algo de lo que se hablaba muy bien nadie le diera cuartel. Y así empezó. Con el tipo de toro tan precioso que tiene, que es una maravilla genética, con esas pintas y esos colores... Soy un enamorado del toro distinto, solo verlo en la plaza es un espectáculo. Y también lo hice por justicia con el ganadero de no aburrirse y de no tirar la toalla. Paquito dice que me debe mucho... no lo se.

–Dice que hay que ponerle a usted un monumento...

–(Risas) Que haya tenido que llegar yo desde Sevilla para enseñar algo que es de aquí, me parece extraño pero a la vez me siento más identificado porque lo considero como parte de una creación mía. El compromiso es total con él, pero no por el ganadero, por su forma, por su tipo de toro. No a todos los toros se le puede hacer las mismas faenas. Este es distinto. No todas las corridas tienen que ser de Galache, pero sí que es bueno ir volviéndolas a enseñar y que el aficionado, el público se vaya interesando. Y ahí sí que vosotros tenéis, en especial tú, también tienes parte de culpa, porque siempre has intentado enseñar mucho su historia, sus valores y el tipo de encaste al que pertenece.

–Y cuando se encuentra con ellos, ¿qué particularidades encuentra? A ese cuarto de Galache, casi nadie apostaba por él.

–Ni yo tampoco. Le decía a Paquito, eres tan buen amigo mío, que me tengo que quedar quieto a la fuerza a ver si triunfo, pero es un toro que tiene una embestida y una humillación especial. También tiene problemas. El otro día hablando con Paula, le dije que tenía que verla por televisión, porque le iba a parecer muy interesante. No se si mejor o peor, pero si interesante por su forma de embestir. Embisten muy despacio. Van muy andando por eso a veces cuesta trabajo estar delante. Tienen muchos matices que no son fáciles, pero también te da una satisfacción especial al pegarle un muletazo bueno. Con Domingo (López Chaves) —cuando sale un toro con esas características tan buena como salió Chillón—, me decía no había estado a gusto del todo. Pero yo le decía que había habido muletazos con mucha belleza. Es un toro que puede plantearte problemas pero a veces te da un muletazo que es distinto a todos. Eso es interesante en el toreo. Y unido a mi compromiso por bregar un poco en la diversidad de encastes, Galache es uno de los principales.

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–Casi era extraño verle con un toro de Cuvillo en La Glorieta...

–(Risas) Si, sí...

–¿Se siente identificado con Salamanca como Salamanca se identifica con usted?

–Salamanca ya forma parte de mi vida. Estoy muy identificado. Aquí se mantienen las tertulias, las reuniones de toros. Encontrarte a tanta gente que hable de toros... Cuando era pequeño en Sevilla pasaba mucho, hoy menos. Las ciudades cuanto más grandes son pierden parte de la identidad. Y Salamanca la mantiene más que Sevilla. Aunque son dos ciudades parecidas, con su campo alrededor lleno de ganaderías: Me gusta Salamanca porque aún huele a pueblo y yo que he nacido en un pueblo, sigo viviendo en un pueblo y mi vida la he pasado en un pueblo es algo que valoro. Y Salamanca la sigue manteniendo y mira que es una ciudad universitaria que podría perderlo un poco. Aquí todos son taurinos, todos están a favor del toreo, de las tradiciones veo una nobleza más de pueblo que en otros sitios. Salamanca mantiene su Campo Charro, siendo tan austero, no como el sevillano. Es algo que me gusta y me siento identificado, como con su plaza de toros. Y ahora encima he vuelto a triunfar.

–¿Cuándo y cómo se plantea un año especial, este de los 25 años de su alternativa? ¿Cuál es el objetivo de las 100 tardes?

–Primero porque se ha dado la oportunidad de tener el atractivo para las empresas de poderlo cumplir. Hoy es casi imposible torear 100 corridas como antes. Después de una pandemia, de tantas malas noticias, me gustaba crear una noticia... LA GACETA es una excepción con una apuesta por el toreo y la información taurina admirable. Hoy en día es tan poca la información de toros que se da en periódicos o teles nacionales, que parece que estamos condenados al ostracismo. La gente no se entera, el que no es aficionado. Me gustaba la idea de decir, mira este año he toreado 100 corridas. Me parece una noticia extraordinaria y aunque cueste trabajo, merece la pena. Tengo familia y ahí surge un vínculo marcado para no estar tanto tiempo fuera de casa y jugándote el físico, pero quería hacerlo. Y era este año o nunca. Creo que para el toreo, si lo logro, sería extraordinario. No sé si será la primera vez que un torero de 25 años de alternativa llegue a esa cifra, pero sería una noticia importante. Y decir que esto no es está de capa caída, que el toreo está vivo.

–Morante es quien saca al toreo de la pandemia. Cuando otros en 2021 no quisieron torear, usted se echa la temporada a cuestas, se convierte en el nombre del año y este, lejos de esconderse, se ratifica para multiplicar esa apuesta. Y llega la variedad de encastes, el número de festejos y un compromiso más alto en las grandes ferias. ¿Se siente como el torero que sacó al toreo de la pandemia?

–Me siento un torero comprometido, un torero al que le gusta estar pendiente del toreo en general, de la noticia, de la salud que pueda tener cada plaza, cada sitio. Me gusta ayudar a empresarios que hacen una gran labor y creo que son el futuro. El toreo, los buenos toreros vienen y pasan, pero lo importante son los buenos empresarios que saben mantener ese interés general en las corridas de toros y no por las corridas de toreros.

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–¿Importa más el toro que el torero?

–Para mí sí. El torero bueno, el de época no nace todos los días ni todos los años, pero los toros se tienen que seguir dando. Pertenecen a nuestra cultura, y a nuestra fiesta. Entonces, me gusta colaborar y ayudar a esos empresarios que son capaces el día que yo me vaya seguir manteniendo esto con atractivos si no tanto artístico en la plaza, sí social y que la gente lo viva como una fiesta. Eso para mí es muy importante. Pegar pases lo pega cualquiera, pero ser capaz de reunir a tanta gente y que se lo pasen bien. Otros muchos empresarios están esperando siempre al torero taquillero; pero no solo se puede esperar eso. Lo meritorio es hacer que ese torero taquillero pueda llegar el día de mañana. Para eso hay que mantener viva una tradición, un compromiso y ya llegará.

–En esa lucha, en ese órdago por llevar el toreo a todos los rincones del mundo, por matar lo no mata nadie, por comprometerse en las grandes ferias más que nadie. En esa apuesta por lanzar el futuro del toreo, ¿Se siente solo?

–Soy peculiar y sé que tengo un estilo para el que no es fácil mi camino. Tampoco tengo muchos compañeros que me acompañen, esa es la realidad. Hay toreros con más valor y serán más capaces de todas las cosas, pero a veces si me siento un poco solo, cuando hay ciertos lugares y ciertas ganaderías, me siento un poco abandonado. Oigo eso “Bueno, dejarlo a él, déjalo que ya...” (Hace un silencio prolongado)

–...Con su locura (le digo).

–Eso es ¡Ahí va! Esa es la palabra. Con su locura. No es una locura mía, es el bien de todos y de futuro del toreo, pero claro hay que hacerlo. Y ahí viene el problema. Es un camino difícil y los caminos difíciles cuando uno está comprometido hay que hacerlos.

–Una tarde como la del domingo, con esa expectación, con un triunfo tan rotundo después; con tanta gente joven en los tendidos, acaba, os suben en hombros y de repente aparecen en el ruedo decenas de chiquillos de Juventud Taurina. ¿Esa juventud y esa fuerza es la que da sentido a esto? Demuestra que hay pasión, vida y futuro.

–Cuando terminó el festejo, comentaban que el delegado no deja saltar a la gente. ¡Cómo va a ser eso! Decía yo. Si lo bonito es que el público, los chavales, saquen a los toreros a hombros y que se llene el ruedo de público.

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–Que sientan cerca al ídolo...

–¡Claro! Eso es precioso. Que esto no es el fútbol, somos gente pacífica. Es la afición del pueblo, es distinto, es cultura. Entonces... ¡Cómo no los van a dejar! Recuerdo que un niño me agarró de la pierna y no me soltó en toda la vuelta al ruedo, y yo pensaba se la llevará a su casa de la emoción que tenía y la ilusión que desprendía

–Con todo eso es con lo que hemos crecido todos los que nos sentimos identificados con el esto...

–La autoridad no dejó pasar a muchos. No sé si es legal o no, pero a mí me parece precioso que después de una corrida de éxito la gente quiera participar y sacarte a hombros. Dejarlos que te toquen. No es lo mismo después de una tarde desastrosa, porque alguno puede ir a insultarte, pero en una tarde así, es bonito que se llene el ruedo de alegría y eso es lo que se vivió el domingo, mucha alegría.

–¿Cómo se pasa de la tormenta de un toro a la gloria del otro en apenas una hora de diferencia?

–Bueno, pertenece a mi tauromaquia, a mi forma de entender el toreo, pero se sufre. Uno tiene la esperanza de que en el segundo se le pueda dar la vuelta al marcador. Pero claro, de entrada, ya vas perdiendo. Sufres. También ese sufrimiento te hace sacar la entrega y el amor propio. Eso fue lo que pasó.

–Una de las claves de la tarde fue cómo se tira a matar al 4º...

–(Silencio prolongado) La clave verdadera fue el ojo del toro (y ahí se desternilla de risa). Ese toro tenía una nube (una telilla blanca que tienen algunos en el ojo tras rozarse con algún palo o cardo en el campo que les dificulta la visión). Estuvieron por la mañana dándole mil vueltas al toro en los corrales, y determinaron que el toro veía, pero seguía teniendo esa nube. El presidente dijo que se lidiaba y si había algún problema al salir al ruedo que se lo notificara y que él rápidamente echaría el toro para atrás. Empezó a blandear, y pensé... “Es mejor que se caiga”. Veía que iba a ser otro petardo, pero tampoco se caía. Y si no se cae, el presidente no lo puede devolver. Y entonces me acordé del ojo (risas). ¡Coño, el ojo! ¡El toro no ve! Y como el presidente me dijo que en cuanto viera algo raro... eché mano del ojo. La realidad fue esa. El toro no se cae, el toro no se cae, y pensé vamos a echarle mano al ojo porque si no el petardo iba a ser monumental. Por eso creo el presidente tuvo parte de culpa del éxito.

–Se puede decir que quien tampoco lo veía claro era Morante... (le digo con ironía)

–Sabía que el toro no era de éxito. Y sabía que el sobrero era feo. Pero estás en Salamanca, estás con ilusión de que salgan las cosas bien. Y si llega otro petardo, otra vez los insultos. Había que hacer lo que fuera para intentar darle la vuelta a aquello. El presidente mantuvo su palabra y lo devolvió. Y esa fue la clave verdadera de mi éxito. Y es importante de contarlo.

–Esta aventura de Morante ¿hasta dónde va a llegar?

–Uno nunca sabe, cuando empezaba pensaba que jamás iba a ser capaz de ponerme delante de un toro con estos pitones tan grandes como los que toreamos hoy. Que iba a defraudar a los que me apoyaban porque no iba a poder. Y mira, con el tiempo, una cosa, otra... No se a dónde voy a llegar ni el tiempo que estaré. Lo que sí tengo claro que es que el año que viene va a ser una temporada distinta totalmente. No voy a torear tanto. Ya no pega. Y más en mi estilo, en el que no me gusta repetir las cosas. Se que va a ser difícil decir que no, porque voy a tener muchos compromisos, pero va a ser un año de muchos menos festejos.

–¿Y la variedad de encastes la va a mantener?

–Seguramente. Galache es mi buque insigne, además Paquito, con la amistad que tenemos... Habla poco, me gusta su personalidad, su pausa, yo también tengo la mía. Hemos congeniado bien. Por supuesto. Será una temporada distinta, no de tantas corridas, está ya pasará a la historia. Mi objetivo es darle gloria al toreo, pero no darle... ni hacerlo igual ni darle monotonía. No se lo que haré.

–Si, sí.. Eso me motiva.

–Y encima ha mantenido la esencia y una regularidad impropia en un torero como usted.

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–Y, sobre todo, intentar hacer cosas diferentes durante tantas corridas. Un detalle aquí de una cosa, otro de otro. Es fácil caer en la monotonía, es lo más normal que le puede pasar a un torero. Que sepan tus faenas de memoria. Se va a poner aquí, va a hacer esto, lo otro... mantener entre tantas corridas la regularidad y ese suspense de qué pasará y todo eso... Eso es lo que más me hace disfrutar. Es más, cuando hay una corrida en la que no pasa algo extraño, o algo raro, no me quedo satisfecho del todo, me gusta la variedad, la sorpresa, la intuición, la creatividad, y con tantos festejos a veces se queda uno diciendo, ¿Y ahora, qué hago? Pero, por suerte, siguen saliendo cosas distintas. El domingo por ejemplo le hice una cosa al toro que nunca había hecho, de andarle por detrás, por delante, por detrás con la muleta... Y eso sorprendió a la gente y me motivó a mí mucho. Ser capaz de hacer cosas que nunca había hecho y seguir sorprendiendo. Eso es lo más difícil cuando se torea tanto. Y para mí, es lo que más valor le doy. Otros a lo mejor no le dan tanto valor, quieren la faena perfecta, la hacen un día, la hacen otro, otro, otro, las faenas perfectas, la estocada perfecta. Eso me aburre. Y ¿qué hago ahora? ¿Qué invento hoy?

–Y si mira para atrás casi da vértigo. Ve la faena de Sevilla, Madrid, Pamplona... Ve tantas cosas que uno dice, ¡qué año!

–Y lo que queda...

–¿Qué tarde recuerda?

–Tengo mala memoria, una frase de Nietzsche, que encontré en un azucarillo y dije, la voy a poner aquí (y la lleva dentro de la funda de su móvil). “La ventaja de tener mala memoria es que se goza muchas veces de las mismas cosas”, me hizo gracia, y como soy tan despistado. Muchas veces me hablan de una faena de este mismo año y no me acuerdo...

–Enhorabuena por segundo año consecutivo y gracias por atendernos...

–Gracias sobre todo a tu periódico, a LA GACETA, espero que sigáis manteniendo la ilusión como la intentamos mantener todos por defender y potenciar el toreo. Que no se aburran tus directores, díselo de mi parte. La información taurina le da al periódico una magia especial, por el territorio que ocupa el periódico, a todos los que son aficionados, que aquí son todos. Es algo que al periódico le viene bien. Díselo también.

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Mensajepor Invitado » Lun 26 Sep, 2022 2:07 am

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Mensajepor Invitado » Vie 30 Sep, 2022 12:00 am

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Mensajepor Invitado » Sab 01 Oct, 2022 11:28 pm

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Mensajepor Invitado » Mar 04 Oct, 2022 11:58 pm


Morante de la Puebla entrevistado por Jesús Quintero
2004. Morante de la Puebla es entrevistado por Jesús Quintero. El torero de 24 años responde, de forma pausada y pensativo, a cuestiones como el amor propio, su interés en hacer lo que le gusta, su pasión por el toreo, la vocación desde niño, el amor y el toreo, la felicidad ante el toro o los programas de cotilleos.

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Mensajepor Invitado » Mié 05 Oct, 2022 12:05 am


Toreando de salon con el maestro Morante de La Puebla en su finca y visita a su casa



Llegada de Morante a las Ventas de Madrid en la corrida del 26 de Mayo 2022

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Mensajepor Invitado » Dom 09 Oct, 2022 7:42 pm


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Mensajepor Invitado » Jue 13 Oct, 2022 5:32 pm

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Mensajepor Invitado » Dom 16 Oct, 2022 12:43 am

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4 jóvenes que han sido promesa del toreo



El mundo del toro ha tenido multitud de niños prodigio, el último siendo Marcos Pérez quien salió a hombros de la Maestranza, con apenas 15 años y un rabo y dos orejas de novillo en su poder. Pero antes de él hubo muchos otros, como repasamos a continuación.




Joselito el Gallo

José Gómez Ortega nació en 1895 en Gelves (Sevilla) y recibió durante su carrera el sobrenombre de Joselito el Gallo. Hijo y hermano de toreros (su padre fue Fernando Gómez, "el Gallo") debutó en 1908 en Jerez de la Frontera a la temprana edad de 12 años como novillero, aunque comenzó a torear desde mucho antes, y fue considerado como un niño prodigio del toreo en su época.

También es conocida su rivalidad con otro de los grandes toreros del momento, Juan Belmonte, junto con el que es considerado como uno de los fundadores de la tauromaquia moderna.

Joselito el Gallo perdería la vida en 1920, en Talavera de la Reina.





Emilio Múñoz Vázquez

Algunos de los motes que recibió el torero sevillano por parte de la prensa fueron "el niño prodigio" o "el pequeño Mozart del toreo". Debutó con tan solo 14 años en 1976 y tomaría la alternativa tan solo 2 años después, a los 16, de manos de otra de las más conocidas figuras del toreo del siglo pasado: Paquirri.





El Juli

Julián López Escobar (Madrid, 1982), más conocido como El Juli, es el torero más joven de la historia en tomar la alternativa, cosa que hizo con apenas 15 años y 11 meses en 1998 (aunque se vestiría de luces por primera vez en 1995) . Se le considera la última gran revelación de la tauromaquia del siglo pasado.





Marco Pérez

Su salida a hombros de la Maestranza de Sevilla con apenas 15 años da una idea de lo lejos que puede llegar este joven salmantino que tiene a sus pies al mundo del toro. Aunque todavía no ha tomado la alternativa, su nombre lleva ya tiempo resonando entre los conocedores de la tauromaquia, solo hay que recordar su primera aparición pública en Salamanca en 2015, cuando con unos 7 u 8 años empezó a fijar en su figura todas las miradas.

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Mensajepor Invitado » Mar 18 Oct, 2022 6:13 pm


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Mensajepor MELBA » Vie 21 Oct, 2022 10:48 am

De que murio Luis Miguel Dminguin.? Todo lo que se ha leido de su muerte fue: que despues de almorzar (si la memoria me es fiel) se encontro indispuesto y le dijo a su esposa que se acostaria para ver si se encontraba mejor. '' NADA IMORTANTE, SOLO ME ENCUENTRO INDISPUESTO.'' La noticia de su muerte, segun el certificado medico o mejor dicho, lo que se publico del certificado medico es que Luis Migiuel Domingun murio de un ataque cardiaco y ya no desperto mas de la siesta.

Ahora, su hija Lucia, ha comentado que CREE que la muerte de su padre fue debido a que su mujer, despues de una fuerte discusion,lo empujo, callendose por la escalera y esa fue la muerte de su padre Preguntada porque NO se ha sabido antes, Lucia contesto algo parecido como que la esposa de su padre era de familia politica muy importante y NO queria que se supiera, para que Rosario (CREO que ese era su nombre de pila) Primo de Rivera NO fuera imputada por presunto homicidio. Aunque lei esta noticia hace dias,en el diaro la RAZON,ahora, la podeis leer en GOOGLE.

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Mensajepor Invitado » Dom 23 Oct, 2022 9:06 pm

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Mensajepor MELBA » Lun 24 Oct, 2022 12:28 am

Con respeto Invitado, soy gran aficionada del toreo de arte, desde que mi padre adoptivo (gran aficionado el y sus 3 hijos) me llevaba a los toros desde muy pequenita. Siempre he escuchado decir esto: '' LA AFICION SEVILLANA, SE RINDE (EN LOS 2 ULTIMOS TOREROS DE ARTE) ANTE EL ARTE DE CURRO ROMERO..... LA AFICION SEVILLANA EXCIGE A CANOREA (fallecido empresario de la Maestranza) UN MANO A MANO ENTRE CURRO ROMERO Y RAFAEL DE PAULA...'' Y... cuando Padilla salio por la Puerta del Principe: Lorca escribio en EL PAIS: '' LA AFICION SE RAJA LA VESTIMENTA PORQUE PADILLA SALIO POR LA PUERTA DEL PRINCIPE...'' ESO DE...'' SEVILLA SE RINDE...'' PUES.. TE ASEGURO QUE '' SEVILLA SE RINDE,' ANTE TODOS SUS VARIEDADES DE SANTOS QUE SALEN EN PROCESIONES EN SU FAMOSA,SEMANA SANTA.

En esa copla que cantaba Antonio Molina dice asi:
YO, QUIERO SER MATAOR
COMO EL GALLO JOSE Y VICENTE PASTOR
YA, OIGO CON EMOCION
A LA SABIA AFICION
SALUDANDOME ASI:
---------

Como en una de sus famosas rabietas Lorca escribio en EL PAIS:'' LA AFICION HA SIDO REEMPLAZADA POR ILETRADOS TAURINOS'' Supongo que seran esos ''iletrados taurinos'' los que escriben: ''SEVILLA SE RENDE'' Como cantaba Mercedes Sosa: '' TODO CAMBIA, CAMBIA TODO'' PERO LA PURA AFICION TAURINA NO NOS TRAGAMOS A MORANTE COMO ''TORERO DE ARTE,''

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Mensajepor MELBA » Sab 29 Oct, 2022 12:53 am

Ayer, en GOOGLE, encontre un video de '' AL TORO POR LOS CUERNO.'' NO lo huebiera escuchado si NO hubiera visto el titulo: ''RAFAEL EL GALLO... EL DIVINO CALVO'' Es cierto, lo que dijo el narrador, que NO hay biografias del divino calvo... quizas 1 o 2...? Para mi, NO son fiables. Lo que SI sabemos del hermano del rey de los toreros, son todas sus frases de '' ANTALOGIA QUE HASTA INTELECTUALES LAS REPITEN. POR CIERTO,EN MI OPINION, ESA FRASE DE: '' HAY GENTE PA TO'' del divino calvo fue un GRAN acerto.

En ese video escuche, que un dia, el divino calvo salio de ver un corrida de toros acompanado de su sobrino. Una persona le pregunto que que la habia parecido uno de los toreros, el divino calvo contesto: '' MUY BIEN HA ESTADO MUY BIEN...'' Cuando sobrno y tio quedaron solos, el sobrino asombrado le dijo: '' TITO, PERO SI NO VALE NA... ..'' textualmente NO recuerdo. A lo que le contesto el divino calvo: '' HAY GENTE CON LA QUE NO DEBEMOS HABLAR DE TOROS''
Esa leccion del divino calvo, me la quiero yo aprender: hay foreros en este foro que solo escriben para provocar e insultar y NO MERECEN REPUESTAS.

Tambien en ese video, cuenta que una tarde,toreaba el divino calvo con su hermano Joselito, El divino calvo, enfurecio a su hermano por lo mal que estuvo esa tarde, con un toro muy bueno. Al llegar a la barrera,le reprocho su hermano:'' COMO NO HAS ESTADO BIEN CON ESE TORO TAN BUENO.? A LO QUE CONTESTO EL DIVINO CALVO: '' ESE TORO SERIA BUENO ''PA'' TI, PERO NO ''PA'' MI.''

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Mensajepor Invitado » Lun 31 Oct, 2022 2:08 am

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Dentro de la última tarde de las 100 de Morante: "Le he dado la espalda al culto al miedo"

El maestro de La Puebla abre las puertas a ELMUNDO del íntimo ritual de vestirse de torero en su última tarde y descifra las claves de esta histórica temporada en la que ha alcanzado las 100 corridas: «En 2023 no me anunciaré hasta Sevilla»

ZABALA DE LA SERNA

La cita es en el hotel Ocurris, más hostal que hotel, enclavado en el mismo centro del luminoso pueblo de Ubrique. Por el fondo oscuro del pasillo de la segunda planta, aparece Morante de la Puebla, el torero del año, un torero de época, de otra época quizá, recién duchado, envuelto en una toalla blanca, el torso aceitunado desnudo, descalzo por el frío suelo de baldosas, el móvil asomando por la cintura, un café solo en la mano y peinado como una estrella de Hollywood de los años 50. Le falta una caracola en la frente. Sonríe y bromea: «El pueblo es bonito, no tiene nada que ver con Jesulín».

Hay un cambio de planes y de habitación. De la 211 a la 202. Afronta su tarde número 100 -en la que dictará su enésima obra maestra, constataremos luego- de una temporada histórica, memorable. Quiere que la conversación fluya mientras se enfunda por última vez en 2022 el vestido de luces, un terno negro de hilo blanco. El privilegio de la inmersión en su intimidad es nuestro, de los lectores de EL MUNDO.

Morante no ha conquistado sólo la cima de una estadística, sino una utopía: la regularidad en el arte. Para poner en situación su proeza conviene refrescar la actualidad de un mapa taurino empobrecido. El poderoso Juli lideró el escalafón en 2019 con 43 corridas; los más recientes referentes en la estirpe del arte, los mitos de Paula y Romero, ni se acercaron a una cifra parecida. Curro firmó su récord en 1973 con 40 corridas y Rafael de Paula sumó 41 en el 75, cuando reinaba El Niño de la Capea rondando los 90 festejos en los escalafones de esas temporadas.

Del pecho de Morante no cuelgan medallas ni cadenas de oro, ni santos ni vírgenes. Habla sentado en un sillón todavía con la toalla, antes de calzarse unos calzones de algodón. Otra distinción en un tiempo en que los diestros usan pantis de nailon bajo la taleguilla. El proceso de crisálida es lento como su toreo y su palabra.



    A sus 43 años y 25 de alternativa, ¿ha sido la temporada soñada?
    Bueno, hoy [por el sábado] se va a cumplir el objetivo más difícil, que era llegar a las 100 corridas. Después de 25 años, de estar muy visto, entre comillas, el público me ha requerido y se han dado las circunstancias para alcanzar las 100. A veces, soñándolo en voz alta, le susurraba el proyecto a Pedro [su apoderado], que se puso manos a la obra conmigo en la sombra. Las empresas se interesaron y, con un poco de esfuerzo en cada uno de nosotros, emprendimos el camino hasta la cima.

    Al margen de ese interés empresarial, usted subrayó que aspiraba a devolver la fiesta a los pueblos con una estrategia expansiva contra el elitismo reinante.
    La tendencia de las figuras a no comparecer en los lugares de menos responsabilidad, menos público [léase también menos dinero] y menos entidad era peligrosa. Y a mí me preocupaba. Como me inquieta el futuro. Soy un torero que está en la madurez, ya casi a punto de que pase. Para torear 100 corridas hay que ir a los pueblos, anunciarse con compañeros inusuales y matar ganaderías que no se matan. Había que ir en contra de la corriente. Me encuentro satisfecho.

    Donde dice madurez podría decir plenitud, viendo su temporada...
    Sí, pero hay que ser consciente de que la naturaleza no perdona. Cada año que pasa es un año más, y el toro siempre sale con la misma edad. El sufrimiento que uno acumula también se hace más longevo, y me lleva a preguntarme hasta cuándo. Es difícil pensar en dejar de torear. La genética me ha tratado bien. Luzco abundante pelo [risas], tengo fuertes las piernas y una buena complexión física. Psíquica no tanto [vuelve a reírse]. Es un hecho inédito que en la actualidad cuente, en el plano artístico, con más atractivo que nunca: con una trayectoria como la mía lo normal hubiera sido pasar a un plano secundario. Y, sin embargo, soy cabeza de cartel. No sólo he mantenido la ilusión en el aficionado, lo que implica una continua renovación, sino que he ido ido a más. Me sorprende el caso, seguir sorprendiendo un cuarto de siglo después.

    A principios de año sufrió tres volteretas muy duras. ¿Temió no llegar a las 100?
    Especialmente en La Línea, el día antes de Resurrección. Sentí que se partía el hombro. No soy hombre de números pero sí de lógica. Y pensé: «Aquí se acaba la historia». Todavía sigo resintiéndome [y se toca la articulación derecha, frunciendo el ceño]. A Sevilla llegué muy dolorido, infiltrado, inseguro. Si daba un pasito atrás moría el sueño. Había que hacer el esfuerzo y tirar hacia delante, no acostumbrarme a la renuncia. O se escaparían las 100 tardes.

    De todas las grandes faenas en plazas clave [Sevilla, Madrid, Pamplona, Salamanca...], ¿con cuál se queda?
    Me quedo con que todas han sido diferentes, y para mí en eso reside una importancia fundamental. Da la dimensión de no ser un torero preconcebido. La inspiración, la variedad, la distinción de cada faena, es vital. Y es lo que me ha conducido a este momento. De todas, la que más me emocionó fue la de la Beneficencia de Madrid, que es una plaza muy difícil. Anduve cerquita de la Puerta Grande, un anhelo pendiente.

    ¿Creía que a ciertas alturas eso importaba menos que cuajar de verdad un toro?
    Hombre... [chasca la lengua contra el paladar]. La plaza ya la vi desde arriba, en un festival en el que salí a hombros de novillero. Después, en cuatro tardes la espada frustró la Puerta Grande. Esta vez ya estaba dentro, faltaba tan poquito... Si dijera que me da igual, sería un falso. Me gustaría pasear por ahí arriba a hombros.

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Su primo Juan Carlos, el mozo de espadas vitalicio, pelirrojo y solícito, que armó la silla al principio de la entrevista y preparó los esparadrapos como espinilleras, atiende el requerimiento de darle al maestro las medias y la camisa blancas. El corbatín rojo como el fajín, la taleguilla negra, el chaleco de oro, todas las piezas irán encajando en el puzle del ritual al que asistimos desde el asombro. Hasta que Morante de la Puebla alcance esa apariencia de Dios en la tierra, capaz de dotar de torería una regularidad impensable. Durante el año, tardes aciagas han sido las menos. Y no por falta de toros dificultosos [su bajío en los sorteos es manifiesto], sino por su disposición y capacidad. Que lo elevan como el torero de arte más poderoso de la historia. "Es verdad que otras temporadas esas broncas se han repetido más. Alguna ha habido. Pero he notado que el aficionado y el público me han tenido respeto cuando las cosas no han salido".

    ¿Y no será que esto se debe al compromiso transmitido, tanto en el planteamiento de la campaña como ante el toro?
    Sí, sin duda, así lo siento. Y el reconocimiento de los compañeros. Por torear con algunos que otros no dan cabida, por matar algunas ganaderías que tampoco tienen hueco, por ir a los pueblos...

    ¿Sería «generosidad» la palabra para definir su año?
    Pero es una generosidad que hace falta. Es lo justo aunque no sea cómodo. Eran caminos que en la antigüedad se trazaban con más normalidad. Los toreros pasan y los toros siguen. No me gusta que los morantistas digan que el día que me retire ya no irán a las plazas.

    Debajo de toda su tauromaquia subyace un valor sin fisuras, no tan ostensible como en otros; el valor para torear tan ceñido, asentado y despacio a tantos toros.
    Al igual que generaciones anteriores, también le he concedido mucha trascendencia al culto al miedo. Nos educamos en Juan Belmonte, un ser muy espiritual, melancólico y oscuro. El miedo suponía una continua rumia en su cabeza. Corrochano escribe en su libro ¿Qué es torear?: «Si tienes miedo, no seas torero». Joder, este tío lo que me está diciendo es que no piense en el miedo. Así que he pretendido hacer algo tan difícil como darle la vuelta y cultivar el culto al valor. La clave para sostener la regularidad en una temporada de 100 tardes ha sido volverle la espalda al culto al miedo.

    ¿A toros duros como los que saltaron en Dax o Bilbao, otrora inabordables, les halló faena y extrajo su fondo?
    Son toros que asustan. Te asustan si vas predispuesto al susto. Si no le das importancia al susto... Tú te debes decir que lo que sucede no es más que lo que sucede, y lo que no sucede es que no existe: el miedo. No me he afligido en los sustos como otras veces. Si te crees el miedo, el miedo te atrapa. Es cierto que también los toros me han respetado.

Durante la conversación, la mutación de hombre a caballero andante ha seguido su curso, que culminará con la chaquetilla y la castañeta. A Morante le pusieron la camisa, se subió las medias y, ahora, le ajustan la taleguilla, esa subida que duele. Al apretarle los machos caen algunas morillas que suenan como perlas botando en las frías baldosas de la habitación 202. La hora de pisar la última plaza se acerca imparable. Por la ventana entreabierta entra un aire leve, la luz de la tarde.

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    Abruma el número de toros que ha cuajado a la verónica.
    En realidad tampoco he toreado tantos toros bien con el capote aunque haya habido varios. Lo que sí es cierto es que le he plantado cara a un gran porcentaje. Les he sacado los brazos y me he quedado quieto.

    ¿A qué llama entonces torear bien con el capote?
    A algo más profundo, que no siempre sale.

    Suele estar siempre muy bien colocado en la lidia, en la plaza, presto al quite.
    No se estila, y eso me enfada con los compañeros.

    Sus cabreos más sonados han sido por el mal estado del ruedo en Madrid y San Sebastián.
    En un lado estaba muy duro y en el otro era un patatal. Para mí es un problema, sencillamente porque lo es para el toro.

    A los 10 vestidos que ha estrenado este año les ha dado un sello personal: una camisa verde bastaba.
    Siempre con un respeto al mundo antiguo del que venimos. La guinda del pastel. Un toque que da distinción.

    El vestido bicolor del centenario de la plaza de Pamplona y el de la Goyesca de Ronda se hacían especiales incluso en su especialidad.
    El de San Fermín no lo iba a usar más y lo doné al Gran Hotel La Perla y el rondeño lo basé en el que usó Rodolfo Valentino en Sangre y arena, la versión de cine mudo, claro.

    Es un estudioso del pasado.
    Más que estudioso, aficionado. Me gusta que las cosas no se pierdan.

    Su tauromaquia es un archivo de invocaciones añejas.
    El público también lo agradece. Y se interesa por personajes que desempolvas. La historia de José [por Joselito el Gallo] estaba muy perdida, y es maravillosa.

    Usted es un gallista que se explica por Belmonte.
    Lo de José era inalcanzable y Belmonte lo asienta. Todo en él es despaciosidad, lentitud. Es una forma de entender el toreo por la belleza.

    Ha entrado en el Club de los 100: Gallito, Belmonte, Benítez, Espartaco, Ponce...
    ¡Y Jesulín! [Ríe de nuevo]. Además tiene el récord [161 corridas en 1995].

    ¿Y el año próximo qué pasará, maestro?
    Eso venía pensando. A este hombre, que me va a hacer esa pregunta, ¿qué le digo yo? Como no me gusta repetirme y no sé si voy a torear más o menos, le voy a dar una noticia: no voy a anunciarme hasta Sevilla. Y así me doy tiempo para meditar. De Ubrique a Sevilla. De momento a ver qué pasa hoy.

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