GARABANDAL- Milagros y Profecías
A inicios de la década de 1960, el pequeño cántabro de Garabandal concitó la atención de los medios de comunicación. Entre 1961 y 1965, cuatro niñas (Conchita González, Mari Cruz González, Jacinta González y Mari Loli Mazón) afirmaron haber presenciado apariciones del arcángel San Miguel y la Virgen María. Según ellas, el primero preparó a las muchachas para la posterior aparición de la Virgen, ocurrida el 2 de julio de 1961.
Durante cerca de 2.000 sesiones, que concitaron a grandes multitudes, las muchachas entraron en estado de profundo éxtasis y se registraron aparentes fenómenos paranormales registrados por cámaras fotográficas o filmaciones, ante la presencia de cientos o miles de testigos (según las fuentes) que intentaron sustraer a las videntes del trance mediante pinchazos de aguja, quemaduras o golpes. Algunos proyectaron luces directamente sobre sus ojos pero no lograron provocarles ningún pestañeo. Las niñas eran capaces de correr de espaldas tan rápido que ni los propios jóvenes del lugar podían alcanzarlas; se caían abruptamente de rodillas sobre rocas y piedras poco antes de recibir la Comunión a manos del Arcángel San Miguel, sin haber sufrido jamás ni un solo rasguño o laceración. A una persona normal, se le hubiesen fracturado inmediatamente los huesos y ligamentos de las rodillas, pero las niñas nunca parecieron sentir dolor.
Escuchad el rezo pausado de las niñas en éxtasis por las calles del pueblo. Los Rosarios se rezaban con gran devoción y, aunque rezasen las cuatro juntas, la voz parecía solamente una.
Las cuatro niñas "comulgaban", según su testimonio, de manos del arcángel: se puede ver cómo inclinaban hacia arriba la cabeza, tragaban una ostia invisible y se santiguaban; en una ocasión un cámara de Barcelona grabó una instantánea en la que se puede ver una ostia real en la boca de la niña, después de que éstas transmitieran al ángel el deseo de una prueba física para los allí congregados.
Conversión del Doctor Jean Caux, médico francés, cirujano plástico. Testimonio de D. Alejandro Damians que filmó el Milagro y pudo sacar los últimos instantes de la Comunión de Conchita. Padre José Ramón García de la Riva, párroco de Barro (Llanes, Asturias), durante las Apariciones, tiene un gran archivo fotográfico de las Apariciones y del Milagro.
En una ocasión el reconocido jesuita padre Luis Andreu acudió escéptico al pueblo, cuando en una de las apariciones gritó: "¡Milagro! ¡Milagro!". Esa misma noche falleció inesperadamente tras asegurar que había había visto a la virgen. El Padre Pío también tuvo una importante relación con el milagro y conoció a las niñas.
Asistió muchísima gente a este lugar de la calleja llamado "el cuadro". Testigos: D. Juan Antonio del Val, Dr. Morales, Dr. Piñal y otros médicos y sacerdotes. Comentario de D. Luis Lobera que filmó la película.
El mensaje de estas apariciones radicó en la llegada de un Milagro Universal en las décadas posteriores a las apariciones, si bien sólo una de las niñas videntes es conocedora de la fecha exacta de dicho acontecimiento. Según la vidente, que vive en Estados Unidos, la fecha será revelada por ella misma una semana antes de que ocurra. Entre las expresiones de la Virgen, ésta dijo La copa se está llenando y días más tarde la copa ya ha rebosado, en referencia a los continuos pecados de la humanidad, entre los que incluía los de obispos y sacerdotes. Según los supuestos mensajes divinos, el día del gran milagro quedará una señal permanente en el monte del Carmelo, próximo a la aldea. Las niñas fueron amenazadas por diversas autoridades en caso de que mintiesen. Años más tarde se casaron y tuvieron varios hijos, viven fuera de San Sebastian, aunque alguna de ellas visita el lugar frecuentemente.