LA DALIA NEGRA

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EShort

LA DALIA NEGRA

Mensajepor EShort » Lun 04 Sep, 2006 2:49 am

El director de cine Brian de Palma ha llevado a la gran pantalla la novela de James Ellroy "La Dalia Negra". Aunque el escritor de L A Confiential" no se muesta satisfecho, su novela tampoco convencía como sí lo haría su Trilogía sobre E Unidos. El escritor obsesionado por la muerte de su madre, una enfermera que fue asesinada por un desconocido puso especial empeño en que el asesino fuera el mismo de la Dalia Negra. ¿Pero quien era la Dalia Negra?
La Dalia Negra era Elisabeth Shlort, una extra de cine y aspirante a actriz que vestía siempre de negro como su negro cabello teñido y lucía una flor blanca como adorno. En esa época, finales de los años 40, se hizo muy popular la película de Verónica Lake "La dalia azul" una cinta de detectives que se haría famosa por bautizar a la triste víctima de uno de los crímenes sin resolver más famosos de la historia.

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Mensajepor Invitado » Lun 04 Sep, 2006 2:50 am


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Mensajepor Invitado » Lun 04 Sep, 2006 2:52 am


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Mensajepor Invitado » Lun 04 Sep, 2006 3:00 am

Lo único cierto es que el cadaver desnudo de E Short dividido en dos con muestras de haber padecido violencia convulsionó Estados Unidos. Se llegó en la más loca hipótesis a aventurar como culpable al genio Orson Welles basándose en un simple truco de magia(decapitando en escena a una mujer) y en los decorados de la Dama de Shangai. Teorías que iban desde una muerte producto de una snuff movie, a una aberración más del millonario H Hughes, el crimen sigue despertando el interés del público, quizás porque en esa época la gente quería evadirse con algo ajeno a la política y por la extraordinaria belleza de Elisabeth Short algo patente hasta en su troceado cadaver.

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El Caso

Mensajepor El Caso » Lun 04 Sep, 2006 3:44 am

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Elizabeth Short

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Fotos curiosas de Elizabeth Short durante una detención. Incluso en ellas luce hermosa.

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Composición del rrostro deElizabeth Short y su cadaver

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The crime scene, with Elizabeth Short's body, as it was found.

IMÁGENES DEL FILM
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Josh Hartnett and Scarlett Johansson
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El poster oficial de la pelicula.
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Otros carteles del Film

http://www.theblackdahliamovie.net/

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Mensajepor Invitado » Lun 04 Sep, 2006 4:10 am

Orson Welles y la Dalia NegraEl famoso caso aún no se ha resuelto desde 1947. Sigue obsesionando a muchos: investigadores, cinéfilos, detectives, fanáticos de la novela negra, escritores... James Ellroy mezcló el caso con el asesinato de su propia madre, una legión de ensayistas del género especuló con el crimen hasta el absurdo, incluso el propio Bolaño en sus últimos meses, estaba reuniendo material sobre el tema, probablemente al tiempo que investigaba sobre las muertas de Juárez.

Elizabeth Short, aspirante a actriz, fue encontrada en un solar con señales de ligaduras en los pulsos, quemaduras de cigarrillos en los pechos, una macabra sonrisa dibujada a cuchillo de oreja a oreja y el cuerpo partido en dos, por encima del ombligo. Los sospechosos potenciales hicieron correr ríos de tinta, pero jamás pudo probarse nada. Hace poco, una amiga de la víctima señaló a Orson Welles como posible asesino. Había violado a varias chicas que trabajaron para él o aspiraban a hacerlo, eran legendarios sus arrebatos de violencia, padecía personalidad difásica: canalizaba la frustración creativa en agresión. Los decorados de La Dama de Shanghai –anterior al hecho- presentan similitudes espeluznantes con el cadáver de la Dalia Negra, como llamaban a E. Short en el ambiente: figuras femeninas mutiladas del mismo modo, ligaduras, un maniquí al que habían desgarrado la boca de oreja a oreja.

Mary Pacios añade a su hipótesis que su amiga frecuentaba el círculo de Welles, como otras aspirantes; que no podía ser promiscua porque tenía una malformación genital que se lo impedía. La fama de prostituta que arrastraba la muerta se vería puesta en duda por esta particularidad anatómica. El libro, que pretende ser una defensa póstuma de la reputación de E. Sh., sugiere también que Welles pudo ser de los primeros en experimentar con el cine snuff.

Otras chicas desaparecieron en la época en que la Dalia Negra fue encontrada a las afueras de Los Ángeles.
alquitara imagen cultura ..

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Mensajepor Invitado » Lun 04 Sep, 2006 4:22 am

Sobre una posible solución del caso

http://blackdahliasolution.org/

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Confesiones Verdaderas

Mensajepor Confesiones Verdaderas » Lun 04 Sep, 2006 4:33 am

Entre las películas que, directa o indirectamente, tratan el asunto, se destaca Confesiones verdaderas (1981, Ulu Grosbard) donde un cura (Robert De Niro) y su hermano detective (Robert Duvall, pavada de elenco) se encuentran ligados al hecho. Hace muy poco se reeditó en DVD y vale la pena.

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La novela de Ellroy "La Dalia negra"

Mensajepor Invitado » Lun 04 Sep, 2006 4:41 am

La llamada se recibió a primera hora del 15 de enero de 1947. Alguien había visto algo horrible en un solar abandonado, entre la 39 y Norton. Se trataba del cadáver desnudo y seccionado en dos de una mujer joven. El médico determinaría después que la habían torturado durante días y que ella había conservado el conocimiento durante el martirio. La identificaron como Elizabeth Short, de 22 años de edad, y un periodista la bautizó como La Dalia Negra por su tendencia a vestir de negro y haciéndose eco quizás de una película famosa por entonces, La Dalia Azul. La historia pasó a ocupar las primeras páginas de los periódicos: Joven y bella aspirante a actriz brutalmente asesinada. El departamento de policía de Los Ángeles consideró el caso como prioritario. Se le dedicó tiempo y personal.

Fueron apareciendo cosas, muchas cosas de Elizabeth. Pero el tiempo pasaba y los resultados no terminaban de llegar. Ante esta situación, los mandos policiales optaron por crear un estado de opinión desfavorable para la víctima. Su vida, tanto la social como la íntima, fue aireada sin ningún tipo de ética. Se habló hasta saciedad de su promiscuidad sexual, de su alcoholismo y de su tendencia casi patológica a mentir. A día de hoy, más de cincuenta años después, el caso permanece en el archivador de Sin Resolver y es ya carne de leyenda en la historia del DPLA.

La primera toma de contacto de James Ellroy con el caso de La Dalia Negra se produjo en el año 59, cuando apenas contaba diez años de edad, y hacía sólo unos meses que habían asesinado a su madre. Uno de sus mayores pasatiempos por entonces era la lectura de La Placa, un libro que le había regalado su padre y que relataba la historia del DPLA. Entre los muchos casos policiales que se narraban en ese libro se encontraba el de La Dalia Negra. Años después, en su autobiografía Mis rincones oscuros, Ellroy nos relatará hasta qué punto se obsesionó con Elizabeth Short. Las similitudes con el caso de su madre eran más que evidentes: las dos eran guapas y de costumbres ligeras para la época, las dos habían soñado con convertirse algún día en actrices de éxito, y las dos habían sido asesinadas. En la novela de Ellroy -cercana a la biografía en muchas de sus páginas- la investigación del caso llevará a los agentes Blanchard y Bleichert a un viaje infernal a través del sórdido submundo del Hollywood de la posguerra, hasta encontrar un rastro que les conducirá a Tijuana, donde opera una red de productores de películas pornográficas. Allí desaparecerá uno de los agentes y las pistas terminarán de enredarse.

Años después de la publicación de La Dalia Negra, Ellroy confesó que escribió esta novela para acercarse al fantasma de su madre, para sentir su calor. Mientras la escribía, el rostro de Elizabeth Short era el rostro de Geneva Hilliker Ellroy, el asesino sin cara de La Dalia era el asesino sin cara de su madre. Las dos demandaban una justicia que nunca llegó y que Ellroy quiso procurarles a su manera: contando su historia. La Dalia Negra -obra maestra absoluta del género policiaco- se abre con una estremecedora dedicatoria: "Para Geneva Hilliker Ellroy. Madre: veinticinco años después, esta despedida de sangre".

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Mensajepor Invitado » Lun 04 Sep, 2006 4:44 am

Sobre el escritor James Ellroy

http://es.wikipedia.org/wiki/James_Ellroy

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Betty

Mensajepor Betty » Lun 04 Sep, 2006 7:57 am

http://www.williamtrasmussen.com/black.jpg
http://img160.imageshack.us/img160/938/bd26py.png
http://img454.imageshack.us/img454/9568/bd36mj.png
http://img119.imageshack.us/img119/2682/untitled7hw.png

Dejo los enlaces a las fotos del cadaver de Elizabeth Short. Una niña lo encontró en un descampado y creyó que era un maniquí partido en dos.

E. Short presentaba unas profundas marcas de ligaduras en las muñecas y los tobillos que revelan que estuvo atada durante 72 horas, en las que fue violada y sometida a toda clase de torturas. Incluida la brutal vivisección. También le cortaron un gran trozo de carne del muslo izquierdo que fue encontrado por el forense, durante la autopsia, en el interior de la vagina. Además, el asesino desangró el cadáver a conciencia antes de abandonarlo en medio de la calle, de modo que, para cuando lo encontraron, ya no tenia ni una gota de sangre en su interior. Ni sangre, ni huellas, ni pistas.

La teoría de la Snaff Movie no parece tan descabellada si en realidad existen este tipo de películas, también se ha barajado esa posibilidad en el asesinato de las niñas de Alcasser. En las películas snuff se busca registrar con la cámara torturas, violaciones y asesinatos reales, relacionadas siempre con redes pedófilas, ritos satánicos o círculos millonarios, pero aun se sigue discutiendo su existencia.

Ken Lanning, experto del FBI, sostiene que luego de una investigación de más de 20 años nunca pudo dar con ninguna persona que hubiera visto realmente una snuff movie. El detective Mick Hames, jefe de la División de Publicaciones Obscenas de Scotland Yard sostiene que "de existir este tipo de films, sería el primero en enterarme. No existe este tipo de películas en Inglaterra aunque estoy seguro de que existen en los Estados Unidos".

Hace algunos años, Frank Henenlautter, director norteamericano de películas hardcore ofreció una recompensa de un millón de dólares a quien le mostrara una snuff. Nadie se presentó.

El que existan o no, no es tan importante como la voluntad de la gente a creer en una fantasía maligna. El ser humano es capaz de conseguir el éxtasis mediante la tortura, el ultraje y el asesinato de otro ser humano. Se hacia en la época de los grandes Imperios, durante la Inquisición, las Dictaduras, se sigue haciendo como hemos visto en las imágenes de Iraq y Guantánamo, y a otra escala, en los casos de violencia doméstica. Dicen los psiquiatras que a veces bastan horas, un día de tortura, para desestructurar profundamente a un ser humano.

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Mensajepor Invitado » Dom 30 Mar, 2014 10:58 am

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Elizabeth Short, La Dalia Negra
La sonrisa de la Dalia Negra

MARTÍN OLMOS



“Elizabeth Short pidió bailar y tenía que acabar pagándole a la orquesta. Nada es gratis en esta vida”.

JAMES ELLROY.

No había ninguna necesidad de asesinar a Elizabeth Short porque ya le habían matado sus sueños. En Hollywood, una chica sin sueños es como un hombre que ha perdido la esperanza y solo le queda regresar a la granja y envejecer en delantal o el arroyo que discurre paralelo a Sunset Boulevard, que aunque no se ve, porque lo tapan las palmeras, es negro como el alma de un pecador. En Hollywood se fabrican ilusiones que se pagan a plazos, como en Detroit fabrican coches, en Hollywood las pirámides son de cartón y solo son bonitas por la parte que se ven y por detrás son de quincalla, los besos son de mentira, las caras de cemento y los corazones de pedernal. Elizabeth Short quería ser actriz, como las demás, besar a Robert Mitchum y ser la novia de América. En su pueblo de Hyde Park, en Massachussetts, era el bombón local, pero allí un golfo que mangase tapacubos obtenía el cartel de enemigo público, y en Hollywood Elizabeth Short era del montón. Cuando no le quedaron sueños a los que recurrir eligió el arroyo negro, los asuntos de una noche con mendas que no eran de fiar, el bebercio y el carmín desdibujado, y disfrazar las cartas a mamá, impostando una caligrafía firme, he conseguido un papel en una de Victor Mature, tengo una frase corta, las chicas no me reconocerán con una túnica y en el pelo una tiara de plata, ¿sabes lo que es una tiara, mamá?, estoy deseando que la veas, con Victor Mature, es de romanos. O de griegos. Besos, mamá. Y que las lágrimas, si le quedaba alguna por derramar, no corriesen la tinta. Un curda ayer le dejó en el muslamen un cardenal, se pensó que todo era orégano, apestaba a tragos de garrafón, a unos cuantos, y se puso tocón en el drive-inn, cuando le sirvió el café. Y no dejó propina. No había ninguna necesidad de asesinar a Elizabeth Short, no de aquella manera, porque ya tenía los sueños muertos y enterrados.

Betty Bersinger no fue la única persona que la vio tirada en el baldío de Leimert Park, un solar en demolición al sur de Los Ángeles, la mañana del 15 de agosto de 1947, pero fue la primera que no la tomó por un maniquí roto. Elizabeth Short había llegado al final del camino, que no fue largo. Ya no era hermosa, ni para Hollywood ni para Hyde Park, Massachussetts. La habían cortado en dos a la altura del ombligo y habían dejado las dos secciones colocadas teatralmente a medio metro la una de la otra, parecía la faena truncada de un mago malo que se había cargado a su ayudante. Tenía marcas de ligaduras en las muñecas y los tobillos y los pechos quemados con cigarrillos, el derecho casi totalmente amputado del tórax. Le habían ELIZABETH SHORT, LA DALIA NEGRAextraído el mesenterio, el útero, los ovarios y el recto y desde el ombligo hasta la sínfisis pubiana se observaba una incisión longitudinal. Tenía las rodillas quebradas a estacazos, la nariz rota y una “B” grabada a cuchillo en la frente. No había ni una gota de sangre y el cuerpo desnudo, convertido en un guiñapo roto, estaba limpio como si estuviera preparado para que lo exhibiesen en un velatorio al aire libre, esperando la radiante mañana de California, donde siempre brilla el sol. Y como en Hollywood las sonrisas marcan el paso y, aparte de Buster Keaton, los tristes no caben, Elizabeth Short sonreía a su muerte porque no le quedaba más remedio: le habían cortado ambas comisuras de la boca atravesándole los músculos maseteros, extendiéndose por las articulaciones de la mandíbula hasta llegar a los lóbulos de las orejas, le habían dejado riendo, como si encontrase divertido el martirio, como si su vida hubiese tenido gracia. Una gracia de morirse.

[imageleft]Imagen[/imageleft]El Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) la identificó como Elizabeth Ann Short, de 24 años, 48 kilos y 1´65 metros de altura, blanca blanquísima, guapa al estilo del medio oeste, pelo negro y ojos azules como el cielo de Rodeo Drive. Hasta aparecer en dos partes llevó una biografía previsible, sueños de cine, el pueblo se le quedó pequeño, la ciudad le venía grande, se hacía la viva pero se chupaba el dedo, se casó con un soldado y el soldado se estrelló en Filipinas, frecuentaba los cuarteles, se tatuó una rosa en el muslo izquierdo, se vestía de negro, el cine era en colorines y el mundo era gris, mezclaba el whisky con la benzedrina, una vez la trincaron por soplar sin tener la edad y otra vez un militar le dio una paliza en Camp Cooke, le infló un ojo azul y le dejó partida la boquita de carmín rojo. A Elizabeth Short le gustaban los soldados y aprendió que en Hollywood los contratos se firman en postura de derribo, que todo lo que brilla no es oro y que en una ciudad donde hay muchas gacelas abundan los tigres. No aprendió el camino de vuelta a casa, ni a quitar el hambre, y no aprendió a mantenerse de una pieza. Últimamente había derivado hacia la prostitución de subsistencia y se dejaba pegar un recorrido por una cena y una entrada en el Trocadero, no tenía domicilio fijo y se metió en un atolladero. Dicen los trileros que las ratoneras funcionan porque a los ratones les gusta el queso. Igual a Elizabeth Short le quedaba un jirón de sueño y pensó que aún existía el polvo de estrellas. Igual era una gacela coja y negra en un campo de tigres feroces. Igual le gustaba el queso, aunque oliese mal.

La metieron en hielo en un cajón de la morgue y se quedó sonriendo su rictus de cuchillo para la eternidad, como un bufón dormido. El forense determinó que no estaba embarazada y que cuando murió no estaba ni drogada ni bebida, que había sido violada post-mortem y que le habían mutilado en vida. Calculó que la habían torturado durante 72 horas y que cada minuto se le hizo eterno. El forense rezó por todas las chicas del mundo. Después la habían desangrado como a una res, la habían lavado y la habían dejado en Leimert Park en dos trozos, como un serial de dos capítulos, unas seis horas después de matarla. Doscientos policías interrogaron a los chulos y a los tarados, a los novios, a los soldados y a los que una vez le convidaron una copa, en el cine ponían “La Dalia Azul”, con Verónica Lake y Alan Ladd. Una revista se inventó lo de la Dalia Negra y el nombre cuajó, la mitad de los chalados de Hollywood llamaron confesando el crimen, que hablen de uno, aunque sea mal. Es difícil encontrar a un loco en la ciudad de los chiflados y el asesino nunca apareció. Victor Hugo escribió en 1869 “El hombre que ríe”, la historia de Gwynplaine, un niño al que le desfiguraban la cara para que siempre sonriese, aunque tuviera ganas de llorar. Elizabeth Short, que Dios la bendiga, se llevó a la tumba sus secretos y su sufrimiento, y sus sueños naufragados, y su sonrisa de Gwynplaine, la sonrisa que se pone a la fuerza cuando te cuentan un chiste malo.

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La Dalia Negra [Canal Historia]

Mensajepor Invitado » Lun 31 Mar, 2014 11:28 pm



En 1947, Elisabeth Short, bautizada por un periodista como "La Dalia Negra", fue salvajemente asesinada. El crimen conmovió a la sociedad americana de post guerra y marcó la crónica policial de la ciudad de Los Ángeles durante meses. El culpable nunca fue detenido.

Sesenta años después, inesperadamente llegaron a las manos de Steve Holden, antiguo policía de Los Ángeles, pruebas sobre la identidad del asesino y los motivos por los cuales nunca se hizo ninguna detención, pese a que todo señalaba en una única dirección.

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LA DALIA NEGRA

Mensajepor Invitado » Lun 01 Feb, 2016 8:47 pm



Buscadores de fantasmas en la casa de la Dalia Negra
Los miembros de 'Buscadores de fantasmas' estrenan temporada viajando a Los Angeles para investigar el misterioso crimen de la Dalia Negra. Mientras experimentan energías negativas, el equipo de 'Ghost Adventures' recoge grabaciones en audio y vídeo que aportan pistas sobre el asesinato. (V.O.)




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