Mujeres, sexo, infidelidad

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sylvie

Mensajepor sylvie » Lun 09 Jun, 2008 12:23 am

jajaja, tù crees? no soy muy buena para escribir, y tampoco son historias que den tela para una novela, ni siquiera corta, pero te aseguro que conozco a muchas señoras por las que pondrias las manos en el fuego y sin embargo tienen magnificas historias fuera de su hogar....una de ellas, por ejemplo, mantiene dèsde años una relacion amorosa con un mèdico, ella tambièn lo es,se encuentran una vez a la semana.....cuando le preguntè porquè no dejaba a su marido, me contestò que por comodidad, y porque sentìa un gran cariño, ademàs no se le cruzaria por la cabeza marcharse con su amnate, porque este no serìa tal, yla emocìon, la pasiòn, el deseo, segùn ella, morirìan.....con lo cual estoy bastante de acuerdo...ya ves, son historias comunes, no tiene nada de raro, ocurren, ocurrieron, ocurriran...cuando un grupo de amigas se sienta a charlar, relajadas, cafè o champagne de por medio, siempre te enteras de alguna historia.....todas tienen algùn secretillo,aunque se trate de algo mìnimo, accidental....

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sylvie

Mensajepor sylvie » Lun 09 Jun, 2008 12:24 am

perdòn, mi respuesta era para "invitada"....

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Discreto

Comentario

Mensajepor Discreto » Vie 11 Jul, 2008 11:36 pm

Creo que el numero de infieles mujeres y hombres es igual pero la diferencia es que la mujer es muy discreta encambio el hombre mientras mas lo platique mas hombre se siente.

Guadalajara Jalisco Mexico

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poliamor

El poliamor los tiene 'atrapados'

Mensajepor poliamor » Lun 18 Ago, 2008 8:06 pm

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    El poliamor los tiene 'atrapados'


    Por LORETO MÁRMOL. Fotografía CHEMA CONESA

Un hombre en brazos de dos mujeres que se desviven por él y se disputan su atención puede ser el sueño de cualquiera o el retrato robot de Roland Combes. Juliette Siegfried es espontánea, alegre y apasionada, pero –salvo el nombre– no tiene nada que ver con la musa de Shakespeare. No cree en el amor eterno y tampoco estaría dispuesta a morir por su causa, ni siquiera por el que siente hacia Roland, su marido desde hace 10 años. Y ella tampoco es la única Julieta para la que él tiene ojos. La mirada de Roland también se desvía hacia su novia Laurel Avery. La conocieron juntos en una mudanza y desde el principio saltó la chispa. Acaban de celebrar, también juntos, el aniversario.

Juliette, 41 años, nos recibe descalza en el piso barcelonés que comparte con Roland, de la misma edad, y al que acude asiduamente Laurel, de 42 años. Primera disputa: cómo distribuirse en el sofá. No quieren que Roland dé una imagen de rey, así que Juliette decide sentarse en el centro. Y si puede parecer que en un triángulo amoroso siempre pierde alguien, de momento, su gato, Deci, opta por acomodarse entre ambos.

Ni celos ni posesión. Se consideran una familia poliamorosa, es decir, contemplan la posibilidad de amar a varias personas a la vez, sin celos ni posesión (o al menos trabajan para reducirlos). Los valores en los que se fundamenta son el respeto y la no posesividad. Según el psicólogo francés Yves-Alexandre Thalmann, autor de Las virtudes del poliamor. La magia de los amores múltiples, en este concepto «la igualdad de sexos es una condición sine qua non e incluso promueve la emancipación de la mujer». Por el contrario, recuerda que la poliginia (un hombre casado con varias mujeres) y la poliandria (una mujer casada con varios hombres) conllevan una relación de dominante y dominado.

En septiembre se irán a vivir juntos. Están buscando un hogar en Sitges con tres habitaciones (el actual sólo tiene dos). No buscan dormitorios sino piso, y el matiz es importante, porque no son bisexuales ni hacen tríos. «A la hora del sexo nos turnamos», explican. ¿Y si a ellas les apetece al mismo tiempo? Juliette afirma que la noche es larga [risas]. «A la que espera le digo: ‘¡Ahora acabo con ella. Ya voy!’», bromea él. «No, podemos esperar una noche», aclaran ellas.

No es por el sexo. El objetivo del poliamoroso no es formar un harén. No están más interesados por el sexo que el común de los mortales: «La sexualidad no es un aspecto determinante del poliamor, cuyo contenido principal es el amor», afirma el experto. La gente suele pensar que el poliamor significa tener varias novias, «pero no hay tiempo para andar de casa en casa. Para nosotros es más importante tener relaciones duraderas y sentimentales», matiza Roland.

También buscan un piso más grande porque Laurel está embarazada. ¿Será de Roland? A Juliette le falta tiempo para responder: «Seguro». Laurel, homeópata, no se había planteado tener hijos hasta que los conoció. De pequeña vio cómo su madre –soltera– tenía que realizar un gran esfuerzo para sacarla adelante.

Los niños y las finanzas. «Me siento muy feliz de que ellos vayan a ser también los padres de mi niño», asegura. Y manifiesta que le aportan más amor, tiempo, dinero y recursos para cuidarle mejor. «En una sociedad como la actual las cosas son más fáciles si somos tres para compartir los ingresos», apunta Roland, informático. Juliette, traductora médica, piensa que es mejor porque podrán compartir el trabajo de cuidar al bebé. En su opinión, dos no es bastante: «Es nuestra forma de crear una familia más grande», y es la única circunstancia bajo la que querían tener hijos. Thalmann aconseja a los padres poliamorosos que no cuenten los detalles de su vida amorosa a sus hijos: «Hacerles saber su disposición poliamorosa, sí; pero contarles en detalle sus escapadas amorosas, no».

Se reúnen dos veces al mes para revisar las finanzas y tienen abierta una cuenta conjunta para los gastos. Los caprichos los pagan individualmente y en el caso de que sean caros se consultan previamente. No obstante, las citas y cenar fuera de casa suelen protagonizar sus mayores desembolsos. «Si ser infiel es caro, ser honesto es más barato», exclama Juliette.

Toma de conciencia. Cuando Roland y Juliette se conocieron hace 13 años, ella era una mujer casada que engañaba a su marido. No era su primera infidelidad. Después del divorcio decidieron que no iban a ser exclusivos. Aún no sabían nada del poliamor, sólo querían ser honestos. Él tenía la idea de que se podía amar a más de una persona a la vez, y Juliette, de la sociedad religiosa de los amigos o cuáqueros, dio un paso más cuando descubrió por Internet y a través de amistades el poliamor. Fue cuando se plantearon tener una relación más abierta. Para Thalmann, este momento de toma de conciencia es comparable al descubrimiento de la orientación sexual.

Cómo decirlo a la pareja. Una pregunta muy común es plantearle a la pareja abrir la relación. Roland explica que ambos tienen que estar comprometidos con la honestidad y en permanente comunicación. Lo que nunca se debe hacer es decirlo cuando ya has conocido a otra persona con la que quieres estar: «Si quieres introducir el poliamor, hazlo antes de que tengas a alguien escondido», aconseja Juliette. Los dos aceptaron que cada uno podría tener amistades más cercanas. «Fue una etapa para experimentar cómo nos sentíamos besando y acariciando a otras personas», recuerdan. Tras seis años decidieron abrir por completo la relación, también al sexo.

A Roland, con convicciones cristianas, le costó más pasar de la teoría a la acción. Estaba satisfecho manteniendo una sola relación y prefería estar concentrado en una persona. Hasta que llegaron a España –hace cinco años– no había mantenido terceras relaciones. Básicamente las mujeres con las que ha estado están sentadas junto a él. Fuera del trío, Juliette es la única que en este momento tiene una relación.

Comparaciones. Al demonio de la comparación le encanta introducirse en el lecho de los poliamorosos. A Juliette hay quienes le preguntan qué pasa si Laurel es mejor en la cama. La respuesta la tiene clara: «No estamos con alguien solamente por una cualidad, sino por un todo». Pero el asunto de los celos es el enemigo más fuerte. Roland nunca los ha experimentado, mientras que para Juliette fue más difícil: tuvo que «aprender a compartirle». Reconoce que aún aparecen con las parejas nuevas, sobre todo si no saben comunicar.

Según Thalmann, «quien desee expurgar su amor de celos, controles y dudas debe adentrarse por los caminos del poliamor, no para disfrutar de más ventajas, sino para amar mejor». El poliamor no significa tener otro compañero para escapar a las dificultades. Puede parecer que es una técnica para evitar estar solo, pero la realidad es muy distinta. Casi nunca los dos encuentran a otra pareja fuera a la vez, por lo que la independencia es fundamental. De hecho, «si no aguantas estar solo puedes causar problemas en una relación poliamorosa», sentencia Roland.

Uno pierde. Otra máxima de Thalmann es aspirar a no interferir en la libertad de sus parejas, dejándoles ser ellos mismos. Ellos lo corroboran: «Conoces a alguien mucho más cuando le dejas hacer lo que quiere». Juliette se sentía más unida a Roland cuanto más le dejaba ser libre y admira su generosidad por permitirle ser ella misma.

Rodrigo Martínez de Ubago, psicólogo clínico del centro Quality Psicólogos, considera que siempre acaba perdiendo alguien: «Puede que uno de los individuos se sienta menos querido y su autoestima se vea afectada». A su juicio, puede triplicarse el desengaño amoroso o, por el contrario, puede actuar de vacuna porque «si uno me deja tengo a otro». No obstante, concluye que este tipo de relaciones no suele llegar a buen término.

Triángulo equilátero. La prueba de fuego para el trío será en enero, cuando nazca el bebé. Juliette asegura que le han hecho sentir tan partícipe como ellos, pero tal vez la procesión vaya por dentro porque en varias ocasiones deja entrever su nerviosismo. Al despedirse, incluso, nos invita a volver dentro de un año para ver qué ha sucedido. En cualquier caso, si algo transmiten los tres es optimismo. Se muestran felices, más de lo que jamás habían imaginado, y parece que el triángulo que forman es equilátero.

+«Las virtudes del poliamor. La magia de los amores múltiples» (Plataforma Editorial), de Yves-Alexandre Thalmann.



    Un juego arriesgado

    Pilar Varela, psicóloga y autora de “Amor puro y duro” (La Esfera de los Libros, 2004), cree que “no se puede estar enamorado de dos personas a la vez”. Por eso, la experta en relaciones amorosas distingue entre el amor en el que subyacen vínculos de protección, gratitud, conveniencia social, económicos, confort, cariño, apego… y el enamoramiento.

    “No tener la exclusividad sexual de quien estás enamorado provoca mucho dolor y una sensación de fraude”, advierte.

    Según la psicóloga, mantener relaciones múltiples es una “fórmula poco conveniente” y no la recomendaría porque “raramente funciona”. Varela apunta que normalmente no hay simetría: “Uno lo propone y el otro aguanta, uno manda y el otro soporta, uno disfruta más y el otro menos o incluso sufre en silencio. Cuantas menos interferencias externas tenga una relación, más a gusto se estará con la pareja y con uno mismo”.

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Personal Spy

Sólo existe una forma de saber si te es infiel…una

Mensajepor Personal Spy » Jue 06 Nov, 2008 2:45 am

Sólo existe una forma de saber si te es infiel…una manera de descubrir la infidelidad…


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smack21

infidelidad

Mensajepor smack21 » Sab 18 Abr, 2009 12:51 pm

[quot
e="Anonymous"]mucha pvta suelta es lo que ay :fire:[/quote]


que increible k todavia existan machistas como tu...

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smack21

infidelidad

Mensajepor smack21 » Sab 18 Abr, 2009 12:54 pm

Saraí escribió::fire: Hasta cuando tanta hipocresia Siempre se escribe por "estudiosos" que la mayor parte de los hombres son infieles a diferencia de las mujeres cuyos porcentajes de infidelidad son bajas. Lo que no entiende mi lógica es lo siguiente: Si para que exista infidelidad se necesitan 2 personas de sexo opuesto y considerando que la mitad de la humanidad es hombre y la otra mitad es mujer, como pueden haber "infieles varones" sino tienen la complicidad de las mujeres, por lo tanto la proporcion de infieles hombres e infieles mujeres tendría que ser similar.



es que es eso las mujeres tambien tienen
las mismas necesidades sexuales que los hombres...

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fer

poliamor.7p.com

Mensajepor fer » Mar 28 Abr, 2009 1:30 am

les invito a la pagina de poliamor Guadalajara.

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Sor_Citroen
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Mensajepor Sor_Citroen » Dom 12 Jul, 2009 9:11 pm

Amor no correspondido. :clap:

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Mafia

Mensajepor Mafia » Mié 15 Jul, 2009 3:42 pm

Nunca debajo de una mujer

En los clanes mafiosos rige un código sexual compuesto por una serie de reglas tan inquebrantables como complejas. El autor de 'Gomorra' narra en estas líneas los imperativos con los que se educa desde la adolescencia a los adeptos.

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Santa Puglisi, esposa del capo Matteo Romeo, yace muerta sobre la tumba de su marido, donde fue asesinada en 1996.- REUTERS

Con frecuencia reflexiono sobre cómo se educa en territorio mafioso: en esos lugares, una gran parte de la formación del hombre y la mujer pasa a través de la sexualidad. Quizás nada explique mejor el código sexual que rige en esas tierras que la imposibilidad de que ningún ámbito se sustraiga a la lógica férrea de pertenencia, jerarquía, poder, control territorial. Reglas complejas, ritos rigurosos, vínculos inquebrantables. Una sintaxis inflexible y eternamente idéntica regula desde la adolescencia el comportamiento sexual de los mafiosos.

"Nunca debajo de una mujer" es el imperativo con el que se educa. Si mientras haces el amor, decides estar debajo, estás eligiendo someterte incluso en la vida de todos los días. "Nunca sexo oral". Recibirlo es lícito, hacérselo a una mujer es de "perros". A este viejo código se atiene todavía gran parte de las nuevas generaciones de adeptos, obsesionados no sólo por su virilidad, sino también por cómo ejercerla. Hacerlo de acuerdo con esas rígidas reglas se convierte en un rito con el que reafirman su poder. Unas normas claras e indelebles que están vigentes en casi todas las zonas de la N'drangheta, Camorra, Mafia y Sacra Corona Unida y que significan algo más que el simple espejo de una cultura machista.

Para las mujeres todo es mucho más complejo. Es un mantenerse en precario equilibrio entre modernidad y tradición, entre jaula moralista y total libertad para afrontar asuntos de negocios. Pueden ordenar una muerte pero no pueden permitirse tener un amante o abandonar a un hombre. Pueden decidir invertir en un sector del mercado pero no maquillarse cuando su hombre está en la cárcel. Vestirse con elegancia, maquillarse mientras su marido está encarcelado quiere decir que lo hacen para otros. Teñirse el cabello equivale a una silenciosa confesión de traición. La mujer existe sólo con relación al hombre. Sin él, es como un ser inanimado. Un ser demediado. Durante los juicios, no es raro ver a mujeres en los espacios reservados al público mandar besos o simples saludos a los acusados que están en las peceras blindadas. Son sus mujeres, aunque muchas veces parecen sus madres. Si, cuando te cruzas con ellas por la calle, van bien vestidas, cuidadas, maquilladas, significa que su hombre está cerca, está libre y manda. Y al mandar refleja su poder sobre su mujer. Sin embargo, las mujeres de los jefes encarcelados, desaliñadas hasta volverse invisibles, son las que muchas veces, de forma vicaria, mandan más.

En tierra criminal, todas las historias de las mujeres se parecen, tanto si tienen un destino trágico como si logran sobrevivir en la normalidad. En general, marido y mujer se conocen desde adolescentes y contraen matrimonio a los veinte o a los veinticinco años. Casarse con la chica que se conoce desde pequeña es fundamental, siempre que sea virgen. Es imposible sustraerse a esta praxis. Y quien crea que puede librarse de ella, está equivocado. Incluso cortejar es marcar territorio. Acercarse a una mujer significa correr el riesgo de invadir territorio ajeno.

En 1994, Antonio Magliulo de Casal di Principe intentó cortejar a una chica, pariente de un hombre del clan de los Casalesi y que estaba prometida a otro miembro del clan. Magliulo le hacía muchos regalos e, intuyendo que quizás la chica no estaba muy contenta con su boda, insistía. Estaba enamorado de esta mujer mucho más joven que él y la cortejaba como es habitual en su tierra: bombones Baci Perugina por San Valentín, un cuello de piel de zorro en Navidad y, siempre, postegge, es decir, como un poste esperándola a la puerta del trabajo. Un día, en pleno verano, un grupo de afiliados del clan de Schiavone le citó en la playa de Castelvolturno para aclarar ciertas cosas. Ni siquiera le dejaron hablar. Mauricio Lavoro, Giuseppe Cecoro y Guido Emilio le dieron un golpe en la cabeza con un palo con clavos, le ataron y le metieron arena en la boca y en la nariz. Cuanta más arena tragaba para respirar, más le metían. Murió ahogado por una pasta de arena y saliva que se le había solidificado en la garganta. Fue condenado a muerte por cortejar a una mujer más joven, consanguínea de un importante afiliado, y prometida. Cortejar, pedir una cita, pasar una noche juntos es compromiso, riesgo, responsabilidad.

Cuando ante el tribunal, los arrepentidos contaron estos y otros asuntos semejantes tratando de vencer la incredulidad de los jueces, dieron una explicación que es una síntesis inigualable: "Señor juez, aquí follar es peor que matar. Es mejor que mates a la mujer de un jefe; a lo mejor te perdonan. Pero si follas con ella, estás muerto". Amar, decidir hacer el amor, besar, hacer un regalo, sonreír, tocar una mano, intentar seducir a una mujer o ser seducido puede ser un gesto fatal. El más peligroso. El último. En un lugar donde todo es ley implacable, los sentimientos y las pasiones que no conocen reglas son, más que cualquier otro factor vital, una condena a muerte.

Traducción de Valentina Valverde

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clara

infidelidad

Mensajepor clara » Jue 20 Ago, 2009 4:20 pm

creo que tienes razón la gente esconde mas de lo que parece :twisted:

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clara

infidelidad

Mensajepor clara » Jue 20 Ago, 2009 4:38 pm

hol silvie, tengo un problema creo que mi marido me es infiel, noto cosas raras, como por ejemplo ha cambiado su forma de actuar cuando tenemos relaciones sexuales, el movil siempre lo tiene a su alcance, nunca lo deja solo , tiene siempre el registro de llamadas borrados y los mensajes, como podria averiguarlo?

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Invitada Ts As

Mensajepor Invitada Ts As » Vie 21 Ago, 2009 3:21 am

Contrata un detective privado, que no le pierda pisada... :up:

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poliamor

te invito

Mensajepor poliamor » Sab 22 Ago, 2009 1:20 am

la pagina de poliamor Guadalajara

MENSAJE MODERADO

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Invitado

ciegas y sordomudas

Mensajepor Invitado » Jue 27 Ago, 2009 5:01 pm

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Amores equivocados

La mayoría de las mujeres comienzan su vida afectiva enamorándose del amor y no de alguien concreto; por eso, cuando tienen la oportunidad de entablar una relación de pareja no pueden ver a esa persona como realmente es y sólo se empeñan en ver lo que desean ver.

Idealizan y se vuelven ciegas a cualquier aspecto negativo que tengan, que más adelante puede significar para ellas un tormento.

Una mujer que se enamora ciegamente, sin evaluar racionalmente los atributos de una potencial pareja, significa entregarse sin condiciones a un desconocido sin tener en cuenta las consecuencias.

Esa actitud demuestra una muy baja autoestima, condición que el hombre puede detectar sin dificultad y aprovecharse de esa circunstancia para su beneficio, dándole a esa persona el mismo valor que ella se adjudica.

La mujer que sabe mirar puede captar casi sin equivocarse cómo es un hombre cuando sale con él por primera vez. Su modo de hablar, su tono de voz, sus actitudes, sus gustos, su trato con ella y con los demás, su vestimenta, su aseo personal, su domicilio y su trabajo, son indicios que le permiten ir descubriendo la persona que es, su personalidad y también su carácter.

Muchas mujeres aceptan a hombres que no tienen trabajo. No se pueden dejar de lado las estadísticas a la hora de confiar o no en un hombre. Si no ha trabajado nunca ni tampoco estudia, es una señal evidente de que se trata de alguien que no tiene ninguna intención de hacerlo, por lo menos en fecha próxima.

Si además de no tener trabajo ni estudiar, vive con la madre, el panorama se vuelve aún más crítico, porque es altamente probable que se sienta cómodo y no tenga ningún interés inmediato de entablar una relación estable.

Si una mujer elige relacionarse con un hombre así, también estará eligiendo sufrir. Estos hombres, si llegan a formar pareja, esperarán que su mujer haga lo mismo que hacía su madre, posiblemente que trabaje para mantenerlo y además que lo atienda.

Todos sabemos que los hábitos adquiridos y arraigados desde niños son los más difíciles de cambiar, de modo que no se necesita ser adivino para conocer el futuro de esas parejas.

Al hombre que le gusta la bebida es probable que haya empezado a tomar alcohol desde muy joven. La adicción al alcohol puede heredarse, y es causa de muchos divorcios y separaciones, de manera que si se detecta el hábito ya de entrada lo último que hay que pensar es que el amor de una mujer lo puede curar.

Lo mismo pasa con cualquier otra adicción, como las drogas o el juego. Para liberarse de las adicciones es necesario tener la intención personal de hacerlo y estar dispuesto a recibir ayuda terapéutica y tratamiento específico sólo para dejar el hábito y recuperarse, porque las adicciones no se curan.

Hoy en día, los métodos de control de la natalidad y de prevención de enfermedades venéreas permiten a la mujer tener la misma libertad sexual que el hombre. Sin embargo, aunque la ciencia haya avanzado en ese sentido, no ha sido lo mismo con la mentalidad masculina que tiende a clasificar a las mujeres según lo fácil o difícil que le resulte.

En este sentido el hombre sigue siendo un troglodita y con las mujeres tiene las mismas expectativas que cuando compra un auto, preferirá siempre un cero kilómetros o alguno en buen estado con un único dueño o que no haya pasado por tantas manos para aceptar quedarse con él.

Por eso es saludable y conveniente para una mujer, si tiene intenciones de formar una relación estable, dar una buena impresión y no irse de la boca en la primera cita.

Malena Lede
Licenciada en Psicología
21 de Agosto de 2009




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