Siguiendo en mi línea de aguafiestas, siento decir a todos los que crean en éstas patrañas que estais siendo más estafados que los pobres pardillos del Forum Filatélico. La película "El Exorcista" se basó en la novela de William Blatty, quien a su vez se inspiró en un supuesto caso real que leyó en los periódicos mientras era un estudiante de Georgetown (Universidad que acogió a nuestro amigo Felipe el preparao y a esa gran figura del Humor patrio... Josemari Aznar). La maquinaria de Marketing Hollywoodiense supo aprovechar ésto para vender la película como "basada en una historia real", que así acojonaba más y por tanto se vendía mejor.
Pero... ay amigos, resulta que un simpático periodista de profesión y rompepelotas de vocación, un tal Mark Opsasnick, quiso saber qué había de verdad y qué de truco del almendruco en la historia del chico hechizado de Cottage city. Aquí podeis leer su magnífica investigación, objetiva y documentada.
EL CHICO HECHIZADO DE COTTAGE CITY
Pero como Spain is different, tenemos entre nos al Padre Fortea, un Friki con sotana que se dedica a sacar demonios a histéricos crispados. El programa "Siete días, siete noches" emitió un especial titulado "El Exorcismo de Marta", donde se mostraba un documental de casi una hora de duración en el que varias personas, entre las que se encontraban Psiquiátras y Periodistas, tuvieron la oportunidad de asistir y grabar en video una sesión de Exorcismo practicada por el inefable curilla antes mencionado.
Tras el documental, un debate entre dos bandos: los cantamañanas y los rompepelotas. En el primero, la voz cantante la llevaban Fortea y un ocultista. En el otro bando se situaba un Psiquiatra y Gustavo Bueno.
Como yo no ví dicho programa (aunque lo imagino), me robo el resumen que ha hecho éste amigo blogero que no lo conozco de nada y que espero no me demande por violar, sin un ápice de vergüenza, sus derechos de Autor. Los exorcismos del padre ForteaDurante uno de mis habituales zappings domingueros me dí de sopetón con el programa Siete días Siete noches, edición especial del domingo 23 de Abril. El tema, la supuesta posesión demoníaca de una niña a la que asisten para exorcizarla, entre otros, un párroco que se ha hecho famoso de un tiempo a esta parte y que se llama Fortea. Entre los invitados, un siquiatra, varios antropólogos, el tal Fortea y el inefable y melifluo Pedro Amorós, que todavía no sé en calidad de qué asistía al programa (aunque le colocaran debajo de la imagen el rótulo de “Presidente de la Sociedad Española de Investigaciones Parapsicológicas, sociedad si no extinta, sí con claros síntomas de defunción y candidata a una cercana y merecida autopsia). Luego hablaremos de la brillante intervención de don Pedro, que tiene su miga.
Bien. El caso que se debatía era el de una niña que aparentemente se hallaba poseída por el demonio. Sacaron imágenes de la sesión exorcista, lógicamente en blanco y negro y desde una perspectiva no muy habitual (este es un truco que conocen muy bien los directores de cine y que utilizan para acrecentar en el espectador la sensación de que lo que está viendo se “sale de lo normal”) y nos dejaron escuchar la voz de la poseída en pleno trance demoníaco, así como cavernosa y eso, muy impresionante.
Resumiendo, las imágenes no mostraban nada del otro mundo: una joven (con la cara difuminada a posta para salvar su identidad) hacía diversas contorsiones sobre una colchoneta asistida por su madre, el párroco y un par de convidados de piedra claramente acongojados. En algún momento profería aullidos con perfecta voz de niña buena, en otras ocasiones con voz de cazallera, lanzaba arañazos contra la cara de su madre (ojo, sin alcanzarla en ningun momento, no fuera a ser que le hiciera daño por un sinquerer) y ya digo, un par de contorsiones gimnásticas en la colchoneta, eso fue todo. Bueno, pues de aquel ejercicio olímpico de gimnasia artística se extrajeron una cuantas conclusiones muy regraciosas:
Algunos convidados al programa dijeron que lo más raro que habían notado era el habla cavernosa a ratos de la joven. En efecto, muy impresionante pero nada extraordinario, porque cualquiera puede cambiar su tono de voz con un pelín de entrenamiento, porque seguro que cuando Carlos Latre imita a Julio Iglesias no se debe a que tenga a Julio Iglesias metido en el cuerpo, vamos, digo yo… Y algo al respecto que me hizo gracia: una vez pasado el episodio demoníaco la madre pregunta a su hija si se siente bien, si no le duele la garganta, a lo que ella responde que está bien, que no le duele nada. Y medio en off se oye a la madre aclarar: “Es que hace poco ha tenido las anginas….” En fin….
En otro momento la presentadora sugiere que hablen del tema de la presunta levitación de la joven durante el exorcismo. ¿Mande? Todos caras raras, ojos como platos, que no que no, que no hubo levitación, que quién ha dicho eso, de levitación nada, todo lo más un saltito acrobático que la proyecta contra una pared. Y como dice un invitado del bando escéptico, unos colaboradores suyos se pusieron a imitarla y lograron mayores proezas gimnásticas que la posesa. Nada de levitación, pues.
También se trató, cómo no, el tema de las lenguas desconocidas. Y es que a la pobre histérica le pusieron en la mano un papel y un lápiz y ella empezó a trazar extraños signos desconocidos y a pronunciar frases y palabros ininteligibles y misteriosones. Como prueba mostraron el folio a la cámara. ¿Qué había en él o en ellos (porque mostraron más de uno)?: pues en unos algunos frases escritas en perfecto castellano: “Reza tú”, “No me voy” y obviedades semejantes. En otro folio una serie de extraños signos y dibujos que no sé a santo de qué alguien identificó con una “lengua desconocida”. Lo mismo que la voz: gargajos y bufidos sin sentido imposibles de descifrar, pero no porque pertenecieran a una lengua desconocida, sino porque no constituían muestra de lengua alguna, ni viva ni muerta. Si yo digo con voz cavernosa “Carzanblú teofast” es posible que alguien se acojone y me atribuya la habilidad de hablar lenguas desconocidas, cuando en realidad he dicho una tontería sin sentido, como el siquiatra invitado al programa destacó certeramente.
La presentadora cambia de tercio y sugiere discutir el tema de cómo afectan a la niña la presencia de signos religiosos en sus cercanías. Pedro Amorós, soltando un rollo que ni él mismo sabe desenhebrar, concluye que lo raro es la niña muestre signos de rechazo sólo cuando los símbolos cristianos están cerca de ella, señal inequivoca de posesión. Acabáramos, lumbreras. ¿Cuándo debería en teoría notar los efectos poderosísimos de la simbología cristiana, cuando estuviera en una discoteca? Hay que ser melón… Y una estocada que le viene del bando escéptico: el siquiatra narra cómo acompañaron a la niña al interior de una iglesia sin que sufriera trastorno alguno, en un sitio obviamente repleto de simbolos cristianos.
Y por fin un momento glorioso cuando la presentadora pide diagnóstico y tratamiento del caso a los invitados: coincidieron los del bando escéptico en que la presunta poseída era una histérica y necesitaba tratamiento siquiátrico. Uno de ellos llegó a decir que el programa subvencionara a la niña con una beca Erasmus para que viajara un año por Europa y que tuviera varios “orgasmus” y que se le pasaría todo. Carcajeo en la sala. El párroco exorcista dice que sólo queda orar, que el poder de la oración es asombroso, y que ahí estriba la curación. Le llega el turno a Pedro Amorós que tiene la desfachatez de utilizar la palabra “diagnóstico” como si él estuviera preparado para emitirlo, y recomienda como tratamiento una sesión de hipnoterapia aplicada. Hay que joderse, barriendo para casa. Me extrañó que no le ofreciera en aquel momento un CD suyo de autohipnosis, incluso sin cobrarlo.
Esto es lo que dio de sí el episodio televisivo del exorcismo, o sea, por el bando crédulo tonterías sin sentido, ausencia total de pruebas fehacientes de posesión (faltaría más), asombro ante obviedades manifiestas y rollos pseudoocultistas para justificar la presencia en el programa de cada cual. Por el bando escéptico, menos mal, datos a contrastar (un olé para Jesús Cencillo), rigor científico en el siquiatra que jamás aceptó el hecho de la posesión y cachondeo general por parte del otro invitado, que sacó los colores a todo el bando contrario usando, ya digo, el sentido del humor y una lógica aplastante.
Resumiendo, muchos balazos en el pie por parte magufa (frase esa del balazo -made in M. Schwarz- que se está haciendo popular en Internet) y rigor y humor en el lado escéptico. Una batalla ganada, que no la guerra.
# posted by manolo_elmas @ 12:10 PM 2 comments
http://existenlosfantasmas.blogspot.com/