DIEZ MENTIRAS EN LA HISTORIA DE ESPAÑA

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DIEZ MENTIRAS EN LA HISTORIA DE ESPAÑA

Mensaje por Invitado » Sab 27 Ene, 2024 4:39 pm


AL-ÁNDALUS: trituración de un mito.

DIEZ MENTIRAS EN LA HISTORIA DE ESPAÑA

Mensaje por Invitado » Lun 09 Oct, 2023 2:04 am

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La Atlántida, entre Chipiona y Sanlúcar: el documental que sitúa la ciudad sumergida bajo nuestras aguas se estrena en Cádiz

«Hay evidencia que parece reflejar cada detalle de los relatos de Platón sobre la Atlántida»


Con prudencia y cautela, unos más que otros. La Atlántida, la ciudad sumergida por la furia de los dioses y que Platón describe en Timeo y Critias, podría estar bajo las aguas de Cádiz. Concretamente, en un punto determinado entre Sanlúcar y Chipiona.

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Los investigadores llevan más de un lustro realizando inmersiones en distintos lugares y este jueves comunicaron algunos resultados de estas investigaciones. Han hallado tres misteriosos muros, y la distancia entre todos ellos es la misma, en concreto de un estadio (185 metros). Coincide con la descripción del filósofo griego, que la señala como una Venecia, una ciudad entre canales con más de 20.000 habitantes.

Los especialistas son precavidos y todavía no quieren ponerle el nombre (sí, la Atlántida, que también se ha situado en Santorini o las Azores o Madeira). No obstante, el arqueólogo y productor Michael Donellan ha trabajado y aportado su esfuerzo, labor y recursos para grabar un documental sobre este descubrimiento que se estrenará en Cádiz.

Durante siete intensos años de meticuloso trabajo científico, más de cuarenta inmersiones y una serie de exhaustivos escaneos submarinos, han descubierto evidencia que parece reflejar cada detalle de los relatos de Platón sobre la Atlántida.


DIEZ MENTIRAS EN LA HISTORIA DE ESPAÑA

Mensaje por Invitado » Dom 17 Jul, 2022 7:01 pm

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Baños en el Manzanares en el paraje del Molino Quemado (Museo de Historia de Madrid)

Nudismo en el Manzanares: así combatían las olas de calor en el Siglo de Oro

La costumbre de los españoles de bañarse desnudos en los ríos, hombres y mujeres juntos, no concordaba con la idea de aquella España católica preservadora de la «buenas costumbres morales»


La imagen de una Edad Media oscura, fanática, insalubre, dominada por los hombres y obsesionada con la represión sexual se repite en cada escena de cine y pasaje de literatura que elige este periodo para ambientarse. Con la misma poca precisión histórica, en el caso español se extienden estos tópicos a principios de la Edad Moderna, de modo que la tétrica estampa de la España de los Reyes Católicos y de la posterior sobriedad de los Austrias lo domina todo. Nada más lejos de la realidad...

En cuanto se acude a las fuentes del periodo, desde estampas cotidianas a escritos y cartas, resulta fácil refutar mitos como que marido y mujer no se veían jamás desnudos o que «ir en pelota» (del vocablo pellote, prenda que iba sobre la saya o el brial durante los siglos XIII y XIV) era prácticamente un pecado. Desde su cuenta en Twitter y en sus blogs Indumentaria y costumbres en España (desde la Edad Media hasta el siglo XVIII ) e Historias para mentes curiosas, la experta Consuelo Sanz de Bremond Lloret se dedica a diario a desmitificar este tipo de tópicos fuertemente arraigados en la mente de la gente y a señalar episodios desconocidos de nuestra historia.

Buen ejemplo de ello es la costumbre de los españoles de bañarse aún en el Siglo de Oro desnudos en los ríos, lo que, a ojos de los viajeros, no concordaba con la idea de esa España católica, preservadora de la «buenas costumbres morales» . En su blog, esta experta en indumentaria de la Edad Media y el Siglo de Oro relata que hombres como mujeres acudían en el siglo XVI y XVII al río durante las fiestas veraniegas para disfrutar, sin tapujos, de sus aguas. Algunos usaban camisas para bañarse, pero otros no dudaban en hacerlo sin nada encima. También era habitual hacerlo cuando el sol ya se había puesto.

Hombres como mujeres acudían en el siglo XVI y XVII al río durante las fiestas veraniegas para disfrutar, sin tapujos, de sus aguas

De este nudismo en el Manzanares, el genio de las letras Francisco de Quevedo se refiere en uno de sus romances:

«Descubre Manzanares secretos
de los que en él se bañan
Manzanares, Manzanares,
arroyo aprendiz de río,
tú que gozas, tú que ves
en verano y en estío
las viejas en cueros muertos,
las mozas en cueros vivos».


Otro tanto de lo mismo decía el novelista y dramaturgo Luis Vélez de Guevara en su obra ' El diablo Cojuelo' (1641):

«Daban en Madrid, por los fines de julio, las once de la noche en punto, hora menguada para las calles y, por faltar la luna, jurisdicción y término redondo de todo requiebro lechuzo y patarata de la muerte. El Prado boqueaba coches en la última jornada de su paseo, y en los baños de Manzanares los Adanes y las Evas de la Corte, fregados más de la arena que limpios del agua, decían el «Ite rio est»

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En este sentido, Consuelo Sanz de Bremond Lloret destaca en su entrada dedicada a esta curiosa costumbre madrileña la impresión que causaba la costumbre a los viajeros y visitantes venidos de fuera de la Península Ibérica. Es el caso del Cardenal Francesco Barberini , que anotó en su diario en 1626:

«(…)en cada fiesta el Diablo quiere su propio altar, y así, si por una parte se desarrollan adecuadamente tal y como apenas [se ha descrito], por otra el desorden no es poco ya que, por el calor que trae la estación y por hacerse la vigilia en esta noche [23 de junio], gran parte de la ciudad y sobre todo las mujeres, va a aquel río Manzanares, al puente Segoviano, y allí gentes del populacho, tanto hombres como mujeres, se lavan entremezclados con poco recato para el servicio del alma. Aquellos otros de [mejor] condición pasan la velada yendo de arriba abajo, así como entrando con las carrozas en el río para gozar de las locuras de estos [primeros]. Acostumbran la mayoría de las mujeres a acudir aquí esta noche y al amanecer [aparecen] desgreñadas, adornando las carrozas y los caballos con vegetación y flores, que en definitiva parece una arcadia, el Siglo de Oro respecto de la libertad y de la poca vergüenza. Entre estas [mujeres] se ve también a gentiles damas que con el pretexto de creer que el fresco de aquella noche les hará bellas sus cabelleras y se las mantendrá, descienden de sus carrozas y con el acompañamiento adecuado despeinadas caminan paseando y pavoneándose».


La extraña alianza

Siglos después de aquellas estampas, a principios del siglo XX, nació el movimiento Naturista en Europa. En 1898, se fundó en la Alemania occidental el primer ‘Freikörperkultur’ (FKK) , un club donde los amantes de la desnudez en lugares públicos podían compartir su particular afición. El movimiento, que heredaba muchas de las ideas de los higienistas decimonónicos, enemigos de la Industrialización, defendía la «libre cultura del cuerpo» y una convivencia plena con la naturaleza. De Croacia a Francia, la extraña moda se extendió por Europa.

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Cartel prohibiendo el nudismo en el mar Báltico

En Alemania , una parte importante de este movimiento de exaltación del cuerpo y del campo devino en una corriente nacionalista que exaltaba la sangre germana; sin embargo, paradójicamente, encontró un abrupto final con el ascenso del Nacionalsocialismo, que, lejos de seguir promoviendo estas prácticas, prohibió de facto el nudismo. Al contrario que allí, como explica Carmen Cubero Izquierdo en su libro 'La pérdida del pudor. El naturismo libertario español' , este movimiento llegó a España vinculado, en parte, a las corrientes anarquistas de principios del siglo XX. Se hiló así ideológicamente el Naturismo a la denuncia del sistema moral conservador y, en eso sí como en otros países, al rechazo por la vida urbana y el hacinamiento.

En los albores de este movimiento, los recovecos del río Manzanares se convirtieron en un lugar habitual de reunión tanto para grupos anarquistas como para hombres y mujeres «desnudistas» (como se las llamaba entonces) que hacían excursiones por esta zona, en ocasiones armados con rifles para protegerse de redadas y detenciones policiales. Tomaban baños de sol tal y como lo hacían sus antepasados para volver a unirse a la naturaleza y lograr su emancipación, según defendía este movimiento.

DIEZ MENTIRAS EN LA HISTORIA DE ESPAÑA

Mensaje por Invitado » Vie 07 May, 2021 5:45 pm


Federico Santaella: "España pactó en secreto la entrega de Cuba con una parodia de guerra en 1898"

Los libros de historia no siempre cuentan la verdad y a veces presentan los acontecimientos manipulados y al servicio de intereses espurios. Esa manipulación es propiciada por la casta política que en todo tiempo miente a los ciudadanos para justificar su incompetencia, errores y traiciones al pueblo al que en teoría deberían defender.

El caso del desastre del 98 es paradigmático de esta realidad. Jamás en la historia de España se ha mentido y manipulado tanto para engañar a las generaciones coetáneas y futuras.

Si bien, a finales del siglo XIX, España era una potencia decadente; poseía un Ejército infinitamente superior al estadounidense, y una flota como mínimo equiparable a la norteamericana y tecnológicamente superior, como creo haber podido demostrar.

España no perdió sus últimas posesiones en el Caribe y el Pacífico porque se hubiese de enfrentar a una fuerza militar superior.

España perdió los últimos restos de su Imperio porque nuestros gobernantes habían pactado en secreto la entrega de los referidos territorios a la emergente potencia norteamericana, y para poder justificar esa vileza planificaron una parodia de guerra que, en ningún momento tenían intención de ganar, aun a costa del derramamiento de sangre española en las tierras de ultramar.

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1898 CRÓNICA DE UNA DERROTA PACTADA
Federico Miguel Santaella Pascual

DIEZ MENTIRAS EN LA HISTORIA DE ESPAÑA

Mensaje por Invitado » Sab 01 May, 2021 1:35 pm


Paco Álvarez nos habla sobre su libro "Romanos de aquí".

Paco Álvarez: "La línea histórica española entronca más con Roma que con Al-Ándalus"

El investigador publica Romanos de aquí, un compendio de historias destinadas a rescatar la herencia cultural notoria de Roma en la península. Desde Alucio, el príncipe íbero, hasta la berciana Egeria, la primera escritora hispana, pasando por los Séneca, Quintiliano, Trajano, Teodosio, Placidia o los Balbo.


Dice Paco Álvarez que a los españoles parece habérsenos olvidado venir de los romanos. Así lo atestigua nuestra manera de enseñar nuestra historia y también el abandono en el que tenemos los numerosísimos yacimientos romanos que trufan el paisaje de la península. Para él, una de las claves del asunto se deja ver precisamente en lo poco que conocemos a los hispanos ilustres. Personajes cuyos nombres han sobrevivido miles de años y que "protagonizarían películas y series de haber nacido en Britania o la Galia, pero que tuvieron la desgracia de hacerlo en Hispania". Por eso, precisamente, acaba de escribir Romanos de aquí (La Esfera de los Libros), un compendio de "historias estupendas sobre los romanos nacidos en Hispania", que además va recorriendo la geografía peninsular y dibujando un paisaje que, en cierto modo, nos llegó heredado de aquella civilización que sentó las bases de todo lo que se instalaría después en la vieja piel de toro. Hablamos con él:

Pregunta: ¿Por qué Roma?

Respuesta: Porque Roma es nuestra primera cohesión. Hasta Roma éramos un montón de tribus distintas; distribuidas de aquella manera; peleadas, a veces. Pero desde Roma fuimos Hispania. Somos todos hispanos. Y los hispanos de aquella época se consideraban, además de hispanos, romanos. Toda la península está llena de vestigios romanos que demuestran que cada una de las ciudades eran iguales entre sí. Mérida era igual que Segóbriga o que Baelo Claudia. Sus ciudadanos tenían los mismos derechos. Roma es donde empezamos como unidad. Fue el inicio de nuestra historia compartida.

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P: Mencionas que parte del desconocimiento de la importancia de Hispania en la historia de Roma, y viceversa, se debe a la Leyenda Negra. ¿Cómo se explica eso?

R: Todo esto tiene que ver con que cuando se volvió a escribir Historia, con mayúsculas, fue a partir de la Edad Moderna. Los primeros historiadores habían sido los griegos y los romanos. Después, durante la Edad Media, existieron crónicas centradas en reinados concretos, pero que tampoco se pueden considerar Historia como tal. Y por último llegamos a la Edad Moderna. O incluso todavía después, en el XVIII, cuando volvimos a desarrollar la disciplina histórica más o menos como la conocemos ahora. Esa nueva escritura de la Historia coincidió con puntos álgidos de la Leyenda Negra. Cuando Gibbon, el historiador inglés, escribió su historia sobre la decadencia de Roma, los británicos todavía tenían el recuerdo reciente de la derrota humillante que sufrieron contra Blas de Lezo, por ejemplo. Evidentemente, me refiero a que era una época de gran rivalidad entre las principales potencias europeas. Así se entiende precisamente que el propio Gibbon, después de decir explícitamente que la mejor centuria de la historia de la humanidad había sido la que se inició con el gobierno de Trajano, es decir, la de los emperadores hispanos, se diese cuenta de su "error" y decidiese rectificar. Los ingleses, a partir de ahí, comenzaron a inventarse disparates, como que Adriano no era hispano, por ejemplo. O que la dinastía de ese siglo no era la Ulpio-Aelia, que son los apellidos de Trajano y Adriano, sino la Antonina. Pues bien, el único "antonino" que hubo fue Antonino Pío, que fue adoptado por Adriano y obligado, además, a adoptar él mismo como descendientes a los sobrinos de este: Marco Aurelio y Lucio Vero. Por el contrario, todas las mujeres de los emperadores durante ese siglo fueron hispanas; casi todos los cónsules de ese siglo fueron hispanos; y todos los emperadores fueron o hispanos o descendientes de hispanos. Y aún así, nosotros mismos, los españoles, llamamos a esa dinastía la dinastía Antonina. Es que hasta Cómodo, el último de ellos, firmaba como Aelio al final de su reinado y se consideraba descendiente directo de Trajano.

P: ¿Pero tiene sentido seguir hablando de la influencia de la Leyenda Negra entre los historiadores extranjeros hoy en día?

R: A ver, no todo es tan así. Pero todavía hoy sobrevive en ciertos sectores extranjeros la Leyenda Negra. Mira, una cosa que pasa es que vivimos en una época en la que todo el mundo quiere ser víctima y nadie quiere ser culpable. Y los Estados Unidos, que evidentemente son la primera potencia mundial en todos los aspectos, también el cultural, tienen graves problemas de culpabilidad. Claro, es que asesinaron a todos los nativos de su tierra. Existe hasta un género cinematográfico entero sobre cómo los blancos mataron a los indios: el Western. Ahora, sin embargo, en esta época de la corrección política, como haber matado a los indios es visto como una losa, hay que inventarse que haya sido otro el que lo haya hecho. ¿Y quién estaba en Estados Unidos antes que los colonos ingleses? Pues los españoles. Ya está, muy sencillo: los españoles mataron a los indios. Cosa que es tan fácil de demostrar que es falsa como ver el porcentaje de población nativa o mestiza que hay en Estados Unidos, el 0,7%, y compararlo con el porcentaje de población nativa o mestiza que hay en México, superior al 90%. El problema de todo esto, que es tan burdo, es que existe gente en la propia España que no está dispuesta a sentirse orgullosa de su pasado. A los nacionalistas y a los comunistas, así, con todas las letras, todo lo que sea bueno de España no les gusta. Encima hay medios de comunicación donde se les da pábulo, luz y taquígrafos; por lo que terminamos diciendo que el 12 de Octubre no hay nada que celebrar. ¿Pero cómo que no hay nada que celebrar? Por favor, si llevamos el derecho romano al otro lado del charco...

P: Pero, siendo Roma la extensión de todos sus dominios, incluyendo Hispania, ¿qué sentido tiene equiparar ahora Hispania con España?

R: Sí, sí, si no es una cuestión de equiparar. Claramente, Hispania es Roma. Yo lo que reivindico, de hecho, es la unidad de toda Roma, que, si quieres, se parece más a la ciudadanía europea. Simplificando mucho, la cosa se parece un poco a eso. Uno era romano estuviese donde estuviese. Un hispano podía vivir en Alemania, en Hungría o en Italia, y ya no era peregrino en ningún sitio. Eso a mí me gusta. Y creo que es algo que hay que recordar y que reivindicar. Porque muchas veces damos por hecha la ciudadanía o la democracia, como si fuera algo que nos hubiera sido otorgado, pero no, señor. Si algo hemos visto en la pandemia, con los riesgos que puede entrañar un Estado de Alarma prolongado, es que la libertad nos la jugamos todos los días. Eso por un lado. Por el otro, reivindicar Hispania en España tiene más que ver con reivindicar esa cohesión de la que te hablaba al principio. La cohesión peninsular. Fíjate que cuando Felipe V gana la Guerra de Sucesión y se proclama rey de España, el rey portugués le envía una carta de protesta y le dice que no puede autoproclamarse rey de España porque no es rey de Portugal. España e Iberia es todo lo mismo. Lo que quiero decir es que, evidentemente, no hay una continuidad de Estado desde Roma hasta hoy. No hay una continuidad poblacional, ni siquiera. Lo que ha habido de forma continuada desde entonces son dos cosas: por un lado el mestizaje y por el otro el derecho. Los visigodos adoptaron muchas de las costumbres romanas y las mantuvieron. Los francos, por ejemplo, cuando llegaron a la Galia la llamaron Francia. Los anglos llegaron a Inglaterra y la rebautizaron también. Los Godos llegaron aquí, sin embargo, y ni se les ocurrió que esto fuera Gotia. Esto era Hispania. Hay un continuum.

P: Se habla siempre de la asimilación cultural de los bárbaros y de la peculiaridad de que los conquistadores acabaran siendo "conquistados" por la cultura predominante romana. ¿Quieres decir con lo que acabas de mencionar que esa asimilación fue más fuerte en la península?

R: A ver, claro, todo esto son simplificaciones. Habría que profundizar mucho más y matizar el asunto. Pero en rasgos generales esas son reflexiones válidas. Recaredo, cuando firma el acta del III Concilio de Toledo, en el que abandona el arrianismo, firma como Flavio Recaredo Rex, haciendo un guiño, como si él fuera heredero de los flavios. Los godos se consideraban, de algún modo, continuadores de la civilización. La ruptura con Roma, si quieres, pudo venir con Al-Ándalus. Pero ni siquiera tanto, porque Al-Ándalus es la que recupera gran parte del conocimiento antiguo que se había perdido. Desde Platón, que no existiría de no haber sido traducido en Bagdad al árabe, hasta la medicina, la irrigación, las termas y demás. Muchísimas cosas que consideramos árabes son originalmente romanas. Por otro lado, además, habría que añadir que aquí, aunque vino mucha población árabe tras la conquista, lo que pasó fue que mucha otra población que ya estaba, simplemente cambió de religión. No hubo tanto movimiento étnico. De hecho, hubo menos mestizaje en Al-Ándalus que en cualquier otro momento histórico de la península, por cuestiones de las propias leyes islámicas. Y cuando concluyó la Reconquista los musulmanes fueron expulsados. Sin tener en cuenta que los romanos estuvieron en la península tantos siglos como los musulmanes, que es algo que parece que se nos ha olvidado.

P: Eso me parece interesante. ¿Hasta qué punto hemos olvidado nuestro pasado romano y no le damos la importancia que tiene?

R: Pues no le damos casi ninguna importancia, para la que tuvo realmente. Cógete un libro de texto de la asignatura de Historia de España de 4º de la ESO. Ahí, los fenicios, los griegos y los romanos son un tema. El verdadero temario, propiamente hablando, empieza con los musulmanes. Esto me hace acordarme de la típica pregunta que me hacen a veces: ¿Tú crees que somos más romanos o musulmanes? Pues sólo hay que mirar nuestro arte, que es figurativo. Velázquez, Murillo… Todo eso no existiría si nuestra herencia fuera exclusivamente musulmana. ¿Quiere decir esto que no tenemos influencia musulmana? Por supuesto que no. Y menos mal, porque es algo que también nos enriquece. Pero lo que no hay que hacer es perder el foco. El continuum que tenemos es con Roma, no con Al-Ándalus. Los hispanos eran romanos y continuaron conectados a ese pasado a través del tiempo. De Adriano se rieron en Roma la primera vez que intervino en el Senado por el acentazo hispano que tenía. No sabemos si sería acento andaluz (risas). Luego ya no se rieron tanto cuando fue emperador, claro.

P: Otra de las cosas que denuncias en el libro es que tenemos olvidados los numerosos yacimientos romanos dispersados por la península y que podrían servir para establecer un tipo de turismo cultural que reanime las zonas de la España vacía.

R: Sí, sí. Totalmente. Mira, hace una semana publicaron en todos los medios una noticia de agencias que decía que habían encontrado en Turquía un anfiteatro romano. Fue noticia en todos los periódicos. Pues bien. Aquí, en Alcalá de Henares, hay otro teatro romano. Sabemos dónde está y está sin desenterrar. Aquí, eh, al lado de Madrid. Y en Sisapo, en la provincia de Ciudad Real, hay una ciudad entera sin desenterrar. E incluso en los sitios que están desenterrados, como Baelo Claudia, sólo está desenterrado el 25%. Ya está. Existen otros tantos pueblos de Castilla en los que están localizadas varias villas romanas, pero no se desentierran. Y luego mucho hablar de la España vaciada. ¡Pero si lo tenemos ahí! Con esto yo siempre pongo el ejemplo de Stonehenge. Stonehenge, con todos los respetos, son cuatro piedras. El dolmen más pequeño de Antequera es más impresionante. Pero Stonehenge es mundialmente conocido. Está en todos lados. Y nosotros, que tenemos auténticas virguerías, las tenemos ahí tapadas. Mira, yo tuve un desencuentro con unos irlandeses hace tiempo por una cosa de estas. En Irlanda hay un faro del siglo XIV que es anunciado como el faro en funcionamiento más antiguo del mundo. Yo les escribí y les mandé documentación sobre el Faro de Hércules, en La Coruña. El que hicieron lo romanos en el siglo I. Les dije eso, claro. Perdóneme usted, pero cuando su faro empezó a lucir el de aquí ya llevaba 1.400 años luciendo. ¿Y tú crees que alguien desde alguna institución ha intervenido y les ha dicho a los irlandeses que por lo menos no digan mentiras? Pueden decir que el suyo es el faro medieval más antiguo que funciona, a lo mejor. Pero no de la Historia. Ese es el de Hércules. Pues es así todo. Como siempre, a los políticos sólo les importa la España vaciada cuando hay elecciones. Y les importa la cultura… pues nunca. Porque entre otras cosas, si se sacase a la luz el patrimonio que tenemos se demostraría la cohesión que existe. Que entre Irún y Cádiz, o entre Cartagena y Cataluña, no hay diferencias de origen. Todo viene de lo mismo. No hay razas ni Rh distintos.

P: Claro, pero eso no quita para que exista la entidad política de España separada de la de Portugal, por ejemplo. Quiero decir que, por más que el origen sea el mismo, el devenir de la historia ha seguido su curso y las entidades políticas no han dejado de variar por ello.

R: Sí, eso está claro. Pero otra cosa que hay que tener en cuenta es que quien quiere separarnos no nos quiere más fuertes, lógicamente. La historia de la separación de Portugal tiene idas y venidas. Y si las cosas hubieran sido un poco diferentes a lo mejor la unificación continuada de la península habría podido llegar a ser posible. Hay quien dice que si Felipe II, en vez de poner la capital en Madrid, la hubiese puesto en Lisboa, hubiese conseguido incorporar a los portugueses a la corona de una manera más eficaz. Pero bueno, así son las cosas. Los nacionalismos periféricos actuales, que se basan en entes que no sólo no existían en la Hispania romana, sino que no han existido nunca, son realidades que sólo existen en la cabeza de los nacionalistas. Quimeras que les ayudan a diferenciarse del resto. Esa es la clave del asunto. Los nacionalistas son personas que se consideran distintas al resto. Y si alguien reivindica la diferencia es porque en el fondo se siente mejor que los demás, no igual. Eso no es muy democrático. Cuando yo hablo del pasado común romano lo hago reivindicando el derecho, sobre todo. Un pasado común que nos iguala más allá de cualquier otra consideración política. La democracia lo que busca es eso: la igualdad de oportunidades y de derechos de los ciudadanos. Un ejemplo claro lo encontramos en Francia, después de la Revolución Francesa, cuando promovieron que todo el mundo pudiera hablar francés como una manera de garantizar la igualdad de oportunidades. Por eso ahora todo el mundo en Francia habla francés. Aquí, en cambio, lo que fomentamos es la diferencia. Es una cosa que no favorece a los niños. Favorece a los políticos, en todo caso. Favorece que dejemos de ser iguales; que no seamos romanos. Que seamos distintos. Que no tengamos todos los mismos derechos.

P: Por volver al libro. Una de las cosas que me han llamado la atención y que no conocía demasiado es la importante influencia del "partido hispano", por llamarlo de alguna manera, en Roma.

R: Bueno, a ver, la cosa no es tan clara. Yo en el libro lo que pretendo es hacer afición. Y luego ya, si he conseguido que te interese el tema, que investigues tú por tu cuenta. En este caso no está claro que los hispanos se agrupasen como tal. En ningún caso eran como un partido político de los de ahora. Lo que sí que es cierto es que hubo muchísimos hispanos que estuvieron muy cerca del poder en momentos clave. Además se reconocían como hispanos. Construían sus casas de una manera determinada, mantenían una cierta herencia compartida… No sé. Es complicado. Que los hispanos dijeran que debían unificar fuerzas y apoyarse entre ellos porque les venía bien que Trajano fuera Emperador no se puede saber. Al final, también se consideraban romanos. Hay algún caso, pero muy pocos, que incitan a pensar en alguna cosa de ese estilo. En uno de los libros de Tito Livio, por ejemplo, uno de los personajes le dice a otro algo así como que ahora le va a hablar como hispano y no como romano. Pero por lo general los romanos eran romanos hubieran nacido donde hubieran nacido. Lo que sí que resulta curioso es que haya habido un cónsul de la República, o un tribuno de la plebe, gobernando Roma, sin que nosotros le hayamos dado importancia. Que haya habido tantísimos cónsules. Alguno que llegó a serlo tres veces. No sé. Casos como esos, sin ser Emperadores, habrá habido unos cincuenta, en más de un milenio de Historia. Y de esos cincuenta casos, veintitantos fueron hispanos. Es una burrada. También hay ejemplos de gobernadores de regiones como Britania o Germania que habían nacido en Granada. Son cosas llamativas. Porque si un britano hubiera gobernado la Hispania romana te aseguro que existiría una serie de Netflix.

P: ¿Por qué se desconoce tanto la influencia de los hispanos en el Imperio Romano?

R: Porque no se estudia demasiado. El ejemplo más llamativo es el de Teodosio, desde mi punto de vista. La civilización católica, creo yo, tiene tres patas hispanas. Una es Osio, el obispo de Córdoba, que convoca el Concilio de Nicea; otra es Teodosio, el último emperador de la Roma unificada, que fue el que dijo que la única religión del Imperio era la cristiana; y otra es San Dámaso, que fue quien le encargó a San Jerónimo qué libros había que traducir al latín para que formaran parte de la Biblia. Esos tres personajes son hispanos y sin esos tres personajes el cristianismo sería distinto. Eran romanos, sí, pero eran hispanos. Y ahí volvemos a lo mismo. Si Teodosio fuera alemán, estaríamos todo el día escuchando cómo este tío influyó en la creación de la religión europea y cosas por el estilo. Sin embargo, como es hispano, ni puñetero caso. No importa. No se estudia. No se reivindica su legado ni su importancia.

P: Y en ese fenómeno que denuncias, qué piensas que ha influido más, ¿la desidia española para reivindicar su Historia o el interés extranjero de no reconocerla?

R: Pues las dos cosas. Mira, Trajano, en Madrid, sólo tiene una calle de tres manzanas. Ya está. No tiene ningún monumento en Madrid. Lo tiene en Inglaterra, eso sí. Una estatua estupenda al lado de la Torre de Londres. Y en Buenos Aires también. Se lo menciona incluso en el himno rumano. Pero aquí no. Yo he llegado a tener discusiones con gente que dice que no podemos considerarle hispano. Pues ya me dirás tú qué era entonces. Si nació aquí. O sea, ¿por qué no puedo estar orgulloso de nuestro pasado? ¿Qué problema hay en eso? ¿Quién quiere que no estemos orgullosos de ser españoles? Al final, con nuestras luces y sombras, como todos, hemos influido una barbaridad en el curso de la humanidad. Dimos la vuelta al mundo, descubrimos América, llevamos la civilización romana alrededor del orbe… Es entendible que en algunos momentos concretos de la historia, con las rivalidades nacionales a flor de piel, algunos extranjeros quisiesen sembrar la duda del verdadero valor de las aportaciones españolas. Lo que es increíble es que los propios españoles lo hagan también. Y cuando hay españoles que lo hacen siempre es porque tienen una agenda detrás encaminada a destruir nuestro sistema. Luego, si de camino se cae España, no les importa en absoluto.

P: Ese es un tema recurrente. Pero yo me pregunto hasta qué punto esos recelos de los propios españoles por reivindicar su historia tienen que ver antes con el miedo al nacionalismo y, más concretamente, a la utilización de la historia que hizo el franquismo durante la dictadura.

R: Pues bastante. Claro que tiene que ver. Pero la tendencia de los españoles a hablar mal de España es más antigua que Franco. Es casi una seña de identidad. Ahí está la famosa estrofa de Bartrina: "Oyendo hablar un hombre, fácil es / saber dónde vio la luz del sol / Si alaba Inglaterra, será inglés / Si reniega de Prusia, es un francés / y si habla mal de España... es español". Yo trabajé durante mucho tiempo en una multinacional francesa y tenía un compañero que me decía que él identificaba a los españoles porque eran los que peor hablaban de su país. Eso sí, si alguien se acercaba y criticaba a España también, eran los primeros en levantarse y encararse con él. Es todo un poco así. Aunque eso no quita que exista el miedo al nacionalismo, claro.

El nacionalismo franquista hizo mucho daño. Porque ninguna ideología puede apropiarse de lo que es de todos. Hasta ahora todavía sobreviven ciertas relaciones mentales entre lo español y lo franquista. De hecho, para mí, no fue hasta la Eurocopa de 2008, con el gol de Torres, que pude ver a todo el mundo sacando la bandera sin ningún pudor ni vergüenza por la calle. Antes de eso parecía que decirse español era reconocerse filofranquista, o algo así. Pero lo curioso es que ese daño afecta también a la inversa, porque la gente parece haber olvidado que los republicanos eran también españoles. Y se consideraban muy españoles, además. Sólo hay que leer la literatura del exilio, plagada de cantos a España y de llantos por la patria perdida. Azaña mismo les dijo a los separatistas aquello de que toleraba que no les importase la República, pero no que no les importase España, porque el sentido de la patria no es un mito, etcétera, etcétera. Y los exiliados, después de la guerra, lo que hacían en sus países de acogida era fundar el Colegio Español, o asociaciones españolas. No tenían problemas de ningún tipo con eso. Por otro lado, la tan recuperada bandera republicana, más allá de que fue efectiva durante un periodo cortísimo de tiempo, ni siquiera estaba bien traída. El propio general Vicente Rojo reconoció que no debería instaurarse, pues el morado, supuestamente traído del pendón de Castilla, no era morado, en realidad. El pendón de Castilla era rojo, sólo que se había desteñido con el tiempo. Así es todo.

La izquierda antifranquista juntó todo en el mismo lado: España, la bandera, el escudo, Franco… ¿No hay por ahí un vídeo de Pablo Iglesias diciendo que no se siente cómodo diciendo la palabra España porque ese es un concepto en el que gana la derecha? Pues eso. De lo que no se da cuenta cuando dice cosas como esas es de que los que reivindican la bandera republicana también están reivindicando España. Lo que pasa es que hay mucha ignorancia. Porque la bandera republicana sólo representa a un bando. Pero la bandera que tenemos ahora no es exclusivamente de un bando. Es muy anterior a la Guerra Civil y al franquismo. Todos conocemos su historia, que se inició en 1785. Creo que Franco no vivía entonces. Y el escudo actual, aunque es bastante parecido al que hemos tenido siempre, se estableció en 1981, cuando Franco ya estaba bastante muerto. Ahora no. Ahora parece que Franco está vivo otra vez. Pero en los ochenta estaba muerto, estoy seguro. No sé. Para mí es evidente que tenemos un grave problema cultural y educativo. Y de patriotismo también. Pero, precisamente por eso, por donde hay que empezar a construir es por el patrimonio y por la historia. Si la gente no conoce su historia es muy fácil engañarla.

P: Eso me recuerda a la cita que rescatas de Pérez-Reverte. Aquello de que una persona rellena el paisaje que tiene delante con las lecturas que atesora. Y que por eso es posible que los ignorantes contemplen unas ruinas romanas y sólo vean piedras.

R: Por supuesto. De eso va el asunto. Pasa con todo. Fíjate, ahora en el sistema educativo nuevo, que cambian cada quince días, yo ya no sé qué porras se va a estudiar. Pero lo que sí que está pasando es que se están estudiando 17 historias distintas de España. Eso no es historia de España, por supuesto, porque a cada Autonomía le interesa su propio relato. En Canarias han llegado a decir que por qué tienen que estudiar los ríos de Europa en Geografía. Bueno, pues por la misma razón por la que tiene sentido estudiar historia de la Literatura Universal, chico. ¿O qué quieres, ser borrico? Quiero decir que si lo único que estamos haciendo es criar ignorantes, la gente que después no conocerá la Historia ni la filosofía será mucho más fácil de manipular. Eso es lo que quieren los políticos. No nos quieren más listos.

P: Otra cuestión. ¿Qué diferencia exactamente a ese regionalismo que mencionas del nacionalismo español al que dice contraponerse?

R: Completamente nada, claro. Es lo mismo. Es reivindicar el ser distintos. Lo que hemos hablado antes. Todo lo que promueva la diferencia es lo único que les interesa a las 17 autonomías. ¿Por qué, de repente, hace un par de años se empezó a hablar de que León se separara de Castilla? ¿O por qué de pronto se ha recuperado el bable en Asturias? El bable no lo hablaban ni las vaques. Pero de pronto hay una Real Academia de eso. Dinero a espuertas. Recursos sin limitaciones. Para todo lo que sea ser distintos hay dinero. Y uno de los problemas es precisamente que la educación y la arqueología depende de las Comunidades Autónomas. No depende del Gobierno central. Por eso no hay un relato común. Hay 17 relatos. Y así pasa lo que pasa, que cuando se descubre algo que puede afianzar la idea de unidad en España no hay recursos. Sólo los hay para cosas que demuestren, yo qué sé, que la gaita es murciana. Pero para demostrar que la gaita vertebra el país no hay dinero. Yo lo que no sé es para qué tenemos un Ministerio de Cultura, directamente.

DIEZ MENTIRAS EN LA HISTORIA DE ESPAÑA

Mensaje por Invitado » Jue 04 Feb, 2021 1:23 pm


Lección de Federico a Podemos sobre Al-Andalus

Federico recuerda la Historia a la diputada de Podemos que dice que "la Monarquía Hispánica provocó una invasión, genocidio y ocultación en Al-Andalus".

DIEZ MENTIRAS EN LA HISTORIA DE ESPAÑA

Mensaje por Invitado » Mié 10 Jun, 2020 9:06 pm

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El arqueólogo Eliseo Gil, condenado a cárcel por la falsedad de las inscripciones romanas en euskera

La condena se ha visto reducida de forma significativa por las "dilaciones indebidas" en el proceso, que ha durado 15 años

El 9 de junio de 2006, arqueólogos vascos subvencionados por la empresa pública Euskotren y la Diputación foral de Álava comunicaron un hallazgo excepcional. Las excavaciones realizadas por la empresa Lurmen dirigida por el arqueólogo Eliseo Gil había localizado 36 piezas en el asentamiento romano de Veleia (a 10 kilómetros al sur de Vitoria) con inscripciones en latín, jeroglíficos egipcios y... palabras en euskera. Restos de los siglos III, IV y V que convertían el yacimiento arqueológico alavés en un espacio único porque exigían reconsiderar todo lo que hasta ese momento se sabía sobre el euskera.

Catorce años y un día después, la Justicia ha dictado que Gil manipuló las piezas con inscripciones falsas y que contó con la colaboración de Rubén Cerdán, un supuesto físico nuclear, en su fraude. Los dos han sido hoy condenados a penas de prisión de dos años y medio y un año y tres meses de cárcel, respectivamente, y al pago de 12.500 euros a la Diputación de Álava.

La sentencia contra Gil y Cerdán acredita judicialmente la gran mentira creada por un arqueólogo que ha mantenido su inocencia con el argumento de que nadie puede acreditar quién manipuló los hallazgos.

La sentencia del Juzgado de lo Penal de Vitoria sostiene que fue Gil u "otras personas" porque no ha podido acreditar quién manipulaba con simples punzones las piezas no mostraban ninguna particularidad cuando eran recogidas y, meses más tarde tras ser almacenadas, mostraban las singulares marcas en el posterior proceso de lavado. Oscar Escribano, colaborador de Gil, ya había reconocido que manipuló una pieza con la inscripción 'Veleia' en el inicio de la vista oral y tras llegar a un acuerdo con la fiscalía.

El fraude en el yacimiento arqueológico se produjo a partir del año 2005, pero Gil contaba con un generoso apoyo institucional. En 2002, el arqueólogo logró una subvención de la empresa de transportes del Gobierno vasco Euskotren de 3,7 millones de euros para un periodo de 10 años y la Diputación de Álava aportaba al proyecto de investitación 18.000 euros anuales.

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Según la sentencia, restos arqueológicos hallados a partir del verano de 2005 eran almacenados en instalaciones del propio yacimiento y meses después durante su lavado se descubrían las excepcionales inscripciones. Entre las piezas 'retocadas' se encontraban 36 restos de época romana sobre las que se realizaron las grabaciones. Una manipulación que a Gil y Cerdán tan sólo les va a suponer el pago de 72 euros de multa.

Gil recurrió a Cerdán para simular ante la Diputación de Álava a través de tres presuntos análisis de espectroscopia nuclear la autenticidad de las inscripciones en función de la naturaleza de las piezas encontradas. Los dos cómplices del fraude cobraron de la institución alavesa los 12.500 euros que ahora tendrán que abonar. La juez determina en su sentencia que la "dilación" de esta investigación judicial que arrancó en diciembre de 2008 cuando la Diputación de Álava presentó ante la fiscalía su denuncia.

DIEZ MENTIRAS EN LA HISTORIA DE ESPAÑA

Mensaje por Invitado » Jue 23 Ene, 2020 2:37 am


Patricio Lons: "Mi opinión sobre el Ataque al Canal y Libros de @Academia Play"

DIEZ MENTIRAS EN LA HISTORIA DE ESPAÑA

Mensaje por Invitado » Mar 07 Ene, 2020 7:52 pm

:pinocho:

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Córdoba – Restos arqueológicos de una iglesia visigoda en la Mezquita

Cuando inicies tu imprescindible visita del interior de la Mezquita de Córdoba, en Andalucía, por el lateral derecho del edificio pronto verás en el suelo una barandilla que delimita un hueco cubierto por una cristalera, donde se muestran unas excavaciones arqueológicas.

Se trata de restos arqueológicos de la iglesia de San Vicente, una iglesia visigoda cristiana que se encontraba en el lugar donde alrededor del año 780 se empezó a construir la primera fase de la Mezquita de los Omeya.

Efectivamente, quizás no sepas que la Mezquita de Córdoba se levantó sobre los restos de una antigua iglesia visigoda que fue edificada a mediados del siglo VI, y que por entonces se convirtió en el principal templo cristiano de la ciudad de Córdoba.

ImagenRestos arqueológicos de la iglesia visigoda de San Vicente en la Mezquita de Córdoba

Tras la ocupación de Córdoba por parte de los árabes durante el siglo VIII, la iglesia visigoda de San Vicente empezó a ser compartida para el uso religioso por los cristianos y los árabes.

Este uso compartido del templo de origen visigodo se mantuvo hasta que durante el reinado de Abderraman I se consideró la conveniencia de construir una mezquita, lo cual supuso la desaparición de la iglesia de San Vicente.

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Podrás ver al iniciar la visita de la Mezquita, al fondo a la derecha del templo, en la zona correspondiente a la ampliación efectuada por Al Hakam II, podrás ver unas vitrinas donde se exponen capiteles, pilares y mosaicos, además de otros objetos con iconografía cristiana que fueron sacados a la luz durante las excavaciones.

Esta zona de la Mezquita es conocida actualmente como el Museo Visigodo de San Vicente.

DIEZ MENTIRAS EN LA HISTORIA DE ESPAÑA

Mensaje por Invitado » Mar 07 Ene, 2020 2:42 pm

Se desvanece el mito de la basílica cristiana debajo de la Mezquita de Córdoba

Un arqueólogo del CSIC descarta la existencia de la Iglesia de San Vicente y de un complejo episcopal. Hasta el Cabildo catedralicio corrige ya su histórica defensa del templo visigodo.

A principios de los años treinta del siglo XX, el arquitecto y conservador de la Mezquita de Córdoba Félix Hernández inició una inquietante prospección arqueológica bajo el subsuelo del templo hispanomusulmán más importante de Occidente. Buscaba la mítica basílica de San Vicente, cuya leyenda habían propulsado dos textos árabes tardíos encontrados en el siglo XIX por el arabista holandés Reinhart Dozy. Los documentos sugerían que Abderramán I había ordenado construir el oratorio islámico sobre una iglesia visigoda, que durante años se usó como templo compartido con la comunidad cristiana mozárabe.

Félix Hernández rastreó el subsuelo de la Mezquita primitiva hasta julio de 1936, cuando el golpista coronel Cascajo mandó poner fin a las excavaciones y restituir el pavimento del monumento nacional. Lo que el arquitecto conservador encontró bajo tierra le dejó perplejo. Ni rastro de una basílica visigoda o de un edificio religioso de gran porte, tal como habían indicado las crónicas de Ibn Idari y Al Maqqari. Félix Hernández no dejó ningún informe arqueológico escrito. Todo lo que sabemos de los vestigios encontrados proviene de fuentes indirectas, particularmente de sus más estrechos colaboradores.

El decepcionante hallazgo no arredró a la Iglesia católica, que durante décadas ha seguido alimentando la leyenda de San Vicente en trípticos,
folletos y material de información turística. En 2009, el experto en arte islámico Antonio Fernández Puertas publicó el libro Mezquita de Córdoba. Su estudio arqueológico en el siglo XX, que incluía el más completo examen del controvertido mito hasta la fecha. “Pobre y reducido edificio”, “perplejidad”, “ningún elemento característico de un edificio litúrgico paleocristiano o visigodo” fueron las expresiones utilizadas por sus discípulos Manuel Ocaña y Ana María Vicent o el propio Manuel Gómez Moreno, director entonces de Bellas Artes, para calificar la entidad de los restos hallados bajo la Mezquita.

Hace diez días un arqueólogo del CSIC ha vuelto a la carga con un artículo demoledor publicado en la revista especializada Al Andalus y la Historia. Fernando Arce Sainz otorga escaso crédito a las fuentes escritas. Y sobre los registros arqueológicos se muestra incluso más contundente: “Suficientes para poder descartar que este sector urbano contara con algún edificio religioso”. En el artículo, titulado ¿Hubo un precedente cristiano en el origen de la Mezquita de Córdoba?, recuerda que los resultados de Félix Hernández “fueron del todo desmitificadores”, ya que “nada apareció que pudiera asimilarse a la basílica esperada”.

En su trabajo, el experto analiza los niveles constructivos del subsuelo y se detiene en examinar el mosaico que aparece a casi tres metros de profundidad expuesto bajo un cristal y durante años identificado por el Cabildo como parte integrante de la supuesta iglesia visigoda. “Se le dice al visitante que son parte de la basílica de San Vicente. Falso. Se trata de un ámbito doméstico, residencial, erigido en torno al siglo IV”, señala tajante.

Fernando Arce Sainz no es el único experto en discutir la leyenda de la basílica. La reputada historiadora del arte Susana Calvo ya desestimó su existencia en una conferencia pronunciada en 2014 en la sede cordobesa de Casa Árabe. “¿Qué hemos encontrado en el subsuelo de la Mezquita? Lo que nos ha confirmado la arqueología de momento es que no ha sacado esa supuesta iglesia. Hace poco se publicaron los planos originales de Félix Hernández. ¿Y qué nos muestran? Que allí no había ninguna iglesia”, afirmó en su intervención. Una opinión similar mantiene otra arqueóloga del CSIC, Ángeles Utrero, cuya argumentación también expuso en una charla pronunciada en Casa Árabe en noviembre de 2018.

La acumulación de pruebas ha debilitado en los últimos años la hipótesis del templo visigodo bajo la Mezquita. Es difícil seguir sosteniendo que los “pobres” muros descubiertos por Félix Hernández pertenecen a una catedral visigoda. En su lugar, se está abriendo paso la teoría del complejo episcopal. Es decir, debajo de la Aljama omeya habría un conjunto de edificios vinculados al poder del obispo datados en el siglo VI. La legendaria iglesia no estaría entonces bajo el subsuelo de la Mezquita sino en cualquier otro punto de la zona.

La teoría ya fue formulada hace años por el arqueólogo Pedro Marfil, que durante casi dos décadas trabajó a las órdenes del Cabildo. El investigador ha sido de los pocos privilegiados que se han sumergido en las tripas de la Mezquita de Córdoba. Habla, por lo tanto, con conocimiento directo. Marfil no se abona a la hipótesis de la basílica, pero sí estima que tanto el mosaico como alguno de los ladrillos hallados por Félix Hernández tienen motivos cristianos. De ahí, su inclinación a la existencia de un conglomerado episcopal.

A esa opinión se está agarrando en el último año el Cabildo catedralicio, toda vez que el mito de la basílica se hace cada vez más difícil de sustentar. Sobre todo, después de la última prospección realizada en 2017 para colocar el anclaje de una gran puerta abatible en el muro que da al Patio de los Naranjos. Las excavaciones fueron realizadas por una empresa de arqueología contratada por la Iglesia. La basílica visigoda tampoco asomó en esta ocasión en la zanja de 1,5 metros de profundidad que se abrió bajo el oratorio de Abderramán I.

Desde entonces, el Cabildo parece haber abandonado por fin un mito que ha alimentado durante décadas sin evidencias arqueológicas sólidas. De hecho, el pasado verano organizó unas jornadas en Córdoba con el objeto de apuntalar la innovadora teoría del complejo episcopal. Y hasta el panel informativo de la presunta basílica de San Vicente ha sufrido una modificación sustancial en fechas recientes para acomodar la nueva interpretación del yacimiento. Bajo la resistencia numantina de la Iglesia a renunciar a la leyenda de San Vicente se esconde su interés secular por reivindicar la titularidad del monumento omeya y argumentar la continuidad cristiana del solar.

Con todo, el arqueólogo Fernando Arce Sainz tampoco respalda esa hipótesis. “Bajo la Mezquita no hay iglesias y mucho menos un complejo episcopal”, escribe en su artículo. El experto cree que los musulmanes no levantaban en Al Andalus sus templos sobre iglesias cristianas preexistentes. “El tópico de la suplantación de los espacios sagrados (de catedrales a aljamas), surgido sin base empírica, se esfuma cuando se ha excavado”, afirma. Y pone como ejemplo el caso de otros recintos sagrados examinados en la península. Se refiere a Zaragoza y Toledo, “bajo cuyas catedrales medievales encontramos oratorios islámicos pero, si continuamos profundizando”, concluye el arqueólogo, “no aparecen por ningún lado las catedrales visigodas”.

DIEZ MENTIRAS EN LA HISTORIA DE ESPAÑA

Mensaje por Invitado » Dom 08 Abr, 2018 7:50 pm

osú mi arlma .... gente hablando verdad verdadera... algo es algo .. yo llevo diciendolo muchos años , muchos ..... igual que los inexistentes celtas .... como se tragan todo y se inventan una historia ajajaajajajajajaajaj la de los imperios. purito cuento nomas.

DIEZ MENTIRAS EN LA HISTORIA DE ESPAÑA

Mensaje por Invitado » Dom 08 Abr, 2018 7:31 pm

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‘Cuando fuimos árabes’: La posverdad sobre Al Andalus

El islamólogo Emilio González Ferrín defiende en su nuevo libro que ni hubo invasión islámica de la península Ibérica en el año 711 ni tampoco una reconquista cristiana


Ni hubo invasión islámica de la península Ibérica en el año 711 ni tampoco una reconquista cristiana casi 800 años después. Estas son algunas de las conclusiones de Emilio González Ferrín, autor de Cuando fuimos árabes (Almuzara, 2018), un ensayo en el que analiza la posverdad sobre Al Andalus y reivindica lo andalusí como parte intrínseca de la historia de España frente al empeño en demostrar que la “esencia española es únicamente cristiana”.

Pese a que el islam sitúa su nacimiento en el 622, fecha en la que comienza el calendario musulmán por ser el año de la hégira —cuando Mahoma huyó de La Meca a Medina—, González Ferrín, profesor de Islamología de la Universidad de Sevilla, considera que “como religión no existió hasta el año 800, ya que hasta la fundación de la ciudad de Bagdad no hay una persona que hable como ‘nosotros, los musulmanes”, explica en una entrevista telefónica. De manera que, según estima, es imposible que en el 711 se produjera una “invasión islámica” y ni siquiera una “invasión árabe” en singular. Hubo “una red de conquistas sin cabeza previa”, afirma el experto, que ha dedicado los últimos 30 años al estudio de la religión y cultura islámicas.

“Es una estupidez pensar que la España árabe dependía del califato de Damasco, es un relato bastante reciente del islam fundamentalista”, explica el islamólogo. Según sostiene en su libro, que acaba de presentar en Casa Árabe y donde defiende que el islam no fue la causa sino el efecto de un tiempo convulso, desde el año 500 al 800 hay una infinidad de conflictos y batallas locales en el Mediterráneo. “Los historiadores positivistas” cometen el error de “asumir que se puedan describir los hechos” ocurridos en el siglo VIII tal y como se contarían 200 años después, asegura González Ferrín. Alude con ello a las crónicas árabes de los siglos IX y X, como las de Al Tabari (839-923) y Al Masudi (896-956), creadoras de las “historias de la conquista”, que interpretaron “las posibles realidades históricas” acaecidas en los años 600. El profesor recuerda que hay decenas de documentos del siglo VIII, escritos en latín, griego o siríaco —no en árabe—, que hablan de pueblos diversos, pero no del islam y que los historiadores no siempre contemplan.

La Reconquista, entendida como la recuperación del territorio hispano invadido por los musulmanes, tampoco existió, afirma Emilio González Ferrín. “La idea de la Reconquista es una narración histórica. Por ejemplo, Fernando III entra en Sevilla en 1248, con un ejército en el que el 60% de los soldados eran musulmanes, ya que su principal aliado era el señor de Granada, que era musulmán”. “Era, por lo tanto, el rey de Castilla invadiendo tierras, y a veces se las quitaba a los musulmanes y a veces a los cristianos”, añade.

El también autor de Historia General de Al Andalus (Almuzara, 2006) considera España como un territorio más antiguo que el concepto de Estado-nación, más relacionado con la idea de nación-cultura de Menéndez Pelayo. “No se plantea la historia de España como lo que ha ocurrido en el territorio que hoy es España sino en lo que jurídicamente se considera España y de lo cual se excluye lo andalusí”, asegura González Ferrín. Según el experto, hay, sin embargo, muchos datos que sostienen esa visión de Al Andalus como parte de España. “En el año 820, al que hoy llamamos emir de Córdoba firmaba en latín como Rex Hispaniae [rey de España]”, cita como ejemplo.

González Ferrín va más allá y profundiza en la huella de lo andalusí en la historia de España y de Europa. “El árabe fue lengua culta en España y sería impensable hablar del Renacimiento europeo sin Averroes o Ibn Tufail, impulsor del antropocentrismo europeo [la idea de que el hombre es el centro del Universo y no dios]”, apunta el islamólogo, que recuerda que el gran astrónomo Johannes Kepler tenía en su laboratorio un astrolabio andalusí. Por lo tanto, en lugar de definir España “mediante la expulsión, la exclusión y la despatrimonialización” de lo andalusí, el profesor propone reivindicar como patrimonio español y europeo aquel tiempo en el que “fuimos árabes”.

DIEZ MENTIRAS EN LA HISTORIA DE ESPAÑA

Mensaje por Invitado » Mié 28 Feb, 2018 3:10 am



DIEZ MENTIRAS EN LA HISTORIA DE ESPAÑA

Mensaje por Invitado » Vie 02 Feb, 2018 7:54 pm

" La creación del catalanismo más radical vino tras la dictadura y la Transición. Con Zapatero y la crisis se forjó este nuevo catalanismo radical. "

ya .... viejo chocho .... zapatero? o los pepones con el recurso ante el tribunal del estatuto.
PD:rajoy es una fabrica de independentistas en cataluña y un acojona viejos en el resto de españa.

DIEZ MENTIRAS EN LA HISTORIA DE ESPAÑA

Mensaje por Invitado » Vie 02 Feb, 2018 7:40 pm



Stanley Payne: "España es el único país importante que no tiene derecha"

"Casi toda la historia publicada en los últimos 20 años es de denuncia de Franco, ¿cómo se puede decir que no ha habido suficiente revisión histórica?"
El hispanista desmonta muchos de los mitos de nuestra historia. "Son muy timoratos estos políticos moderados".



Hablamos en un hotel de Madrid con el hispanista Stanley Payne (Denton, Texas, 9 de septiembre de 1934), que ha dedicado más de medio siglo a estudiar nuestra historia. Su última obra, En defensa de España, ha sido un éxito de ventas y de crítica. A sus 83 años tiene una mente tan privilegiada como cabía esperar de quien ha vivido por y para el estudio. Ideologías aparte, coincidencias y disidencias aparte, la sabiduría gana. Con una mirada que mezcla el saber, la inteligencia y esa tan bienvenida humildad, no tiene reparo en responder cualquier pregunta.

¿Lo primero de lo que hay que defender a España es de sí misma?
Sí, efectivamente. Porque el componente principal en la leyenda negra, los mitos y estereotipos negativos de España son los españoles. No han sido los extranjeros.

¿Es la española la historia más distorsionada?
Sí, es la más tergiversada y la menos conocida y comprendida.

Lo que decía Von Bismarck de que España nunca será destruida porque los españoles llevan siglos intentándolo y no lo han logrado ¿es cierto?
Sí, así es, aunque no es un rasgo tan acusado en la época moderna, pero sí lo fue en el XIX, que fue un tiempo muy convulso. Pese a ello en esa época había otra cultura de izquierda.

¿Cuál?
Los primeros historiadores modernos de izquierdas no eran antiespañolistas sino españolistas. No rechazaban la historia de España, rescataban los factores más positivos.

¿Tanto ha cambiado la izquierda?
Sí. Tras Franco entra una nueva izquierda en todo el mundo, con una doctrina de progresismo, pensamiento único y cultura del victimismo. Esto trae un enorme rechazo a la historia, y en España aún más.

¿Tiene que ver con no hacer una conveniente revisión histórica?
Casi toda la historia publicada en los últimos 20 años es de denuncia de Franco, ¿cómo se puede decir que no ha habido suficiente revisión histórica? Es irracional y absurdo.

¿Es victimismo?
Sí. Es imposible lograr suficiente revisión. Si hay una más intensa cada año sería para exagerar más y más.

Si le digo nacionalismo catalán.
El nacionalismo desde la revolución francesa es un proyecto, una ideología; y es agresivo, por eso llega a extremos y actitudes agresivas. En el catalanismo ha habido varias clases. Hubo uno moderado que no era de antiespañoles. La creación del catalanismo más radical vino tras la dictadura y la Transición. Con Zapatero y la crisis se forjó este nuevo catalanismo radical.

¿Nunca hubo declaración de independencia para Cataluña?
Nunca. La primera vez que se intentó acabó con la dominación francesa. No es viable como estado independiente. Lo que ha pasado en el mundo prueba que no es un proyecto y el desastre del XVII es una evidencia clara.

En el libro compara la historia de España con la de Rusia y dice que son tal vez las dos historias más interesantes, ¿por qué?
Ambas son historias de países periféricos, pero la diferencia es que España forma parte de la periferia de occidente mientras que Rusia es parte de la periferia geográfica de Europa pero no es parte de Occidente. Es casi una civilización. Hay analogías pero las diferencias son fundamentales.

Ha trazado un mapa de la izquierda, ¿y de la derecha? ¿Qué derecha?
No existe derecha en España, es el único país importante sin derecha, no hay derecha española.

¿Y Rajoy?, ¿quién es?
Son muy timoratos estos políticos moderados. Quieren diferenciarse tanto de Franco que lo hacen hasta de lo bueno que tuvo, porque tuvo algo de bueno. Quieren diferenciarse tanto que no pueden asumir ninguna postura conservadora, ni mínimamente conservadora. Son políticos de poca monta .

¿Tuvo algo de bueno Franco?
Antes lo ha señalado. La transformación y modernización definitiva de España. Hay un mito en la izquierda actual que dice que eso pasó después de Franco. No es así: fue con Franco, es lo que hizo posible la democratización. Con él hubo una sociedad civil de clase media a la altura de Europa por primera vez. Aquello fue la base, y es una paradoja de la historia.

¿El qué?
Franco creó la base que favoreció una democracia. Lo que faltaba era una estructura política. Había una sociedad civil y de apoyo de la democratización por primera vez de modo condensado. Y no como en la Segunda República.

Es muy crítico con ella...
Es que no hay nada más estúpido y más destructivo que esta actitud de la izquierda actual que dice que esto fue por la Segunda República. La Segunda República fue un régimen de dominación muy destructivo, que no tiene nada que ver con la democracia actual.

Si le nombro a Pablo Iglesias...
Esto es puramente artificial. Es el resultado de la lectura de algunas doctrinas de franceses neorradicales y de la inspiración de algo tan destructivo como el chavismo en Venezuela. Me parece increíble que alguien quiera tomar modelos como Venezuela, que es la destrucción total de una economía que fue de las más prósperas. Es un fracaso absoluto. Pero es el nuevo radicalismo.

¿Qué faltó para esa sociedad moderna de la que hablaba antes?
En los últimos años de Franco hubo mucha libertad de expresión. Y en las universidades había mucha más. Ha habido un retroceso. Entonces había mucha crítica y puntos de vista en la universidad. No había un pensamiento único. Ahora impera el pensamiento único y la censura de lo demás.

¿Igual tiene que ver que la derecha se avergüenza de serlo y se calla?
Sí, ha llegado a ser así por la ausencia de valentía moral de mucha gente. Sucede en otros países, pero tratándose de España siempre es un poco más extremo.

¿Somos más radicales?
El español es más extremista. Lo normal entre los españoles es que son los más extremistas en la moderación. Son más moderados y menos críticos, menos contestatarios que otros países.

¿Albert Rivera es el ejemplo?
Ha logrado algo importante pero tiene muchas debilidades. Hace tonterías y no querría verlo como presidente. Ha demostrado una valentía en la cuestión nacional española. Es un extremista hecho moderación, que es un rasgo muy típico en los españoles.

Cuando Franco nombra a Juan Carlos, ¿cree que pensaba que iba a instaurar la democracia?
No, de ningún modo, él no había ejercido de dictador para restaurar la democracia. Franco creía que, pese al éxito de la democratización en Europa, era algo temporal, que no funcionaría. Pensaba que tras 20 años volvería todo a parecerse a su régimen. Creía que había encontrado la realidad de la política y que los demás tendrían que darse cuenta y que lo harían 20 o 30 años. Sin embargo en las últimas semanas de su vida ya pudo saber que Juan Carlos tenía otras ideas.

Y ya era tarde...
Era ya tan viejo y estaba tan débil que no pudo considerar un cambio para blindar el régimen

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