Mensaje por lolis » Jue 02 Ago, 2007 7:57 pm
http://www.elsemanaldigital.com/arts/71260.asp?tt=Caso "El Jueves": el Príncipe es intocable, pero él podría hasta matarEl Código Penal de 1995, según el catedrático Enrique Gimbernat, protege a la Familia Real hasta extremos que no se alcanzaron ni en la monarquía de tiempos de Primo de Rivera.2 de agosto de 2007. Paradójicamente, el que Juan Alberto Belloch, entonces ministro de Justicia e Interior y ahora alcalde de Zaragoza, bautizó con pompa como "Código Penal de la democracia" de 1995, es regresivo en cuanto a la equiparación entre los ciudadanos y sus gobernantes. Así lo señala Enrique Gimbernat, catedrático de Derecho Penal en la Universidad Complutense de Madrid, en un artículo publicado este miércoles en El Mundo titulado "Los privilegios penales de la Familia Real", a propósito de la causa que se sigue contra Manuel Fontdevila y Guillermo Torres por la viñeta de El Jueves.
Denuncia Gimbernat que si la Casa Real, como dice, no ha tenido nada que ver en la intervención de la Fiscalía y lamenta lo sucedido porque ha multiplicado la difusión de la viñeta, la solución es fácil: "Evitar que en el futuro se produzcan estas discrepancias entre los presuntos deseos de la Familia Real y los criterios del MF [Ministero Fiscal] tiene una fácil solución, a saber: la de tratar al Rey y a sus familiares como a simples mortales, ya que para estos últimos la injuria constituye un delito privado en el que no interviene para nada la acusación pública y que sólo puede ser perseguido a instancias del ciudadano que se siente lesionado en su honor".
Pero en España vamos en sentido contrario: el Código Penal de 1995, en vez de restringir la desigualdad, la extendió, y ampara ahora no sólo al Rey, sino a toda su familia, algo "a lo que no se habían atrevido ni los Códigos Penales de la monarquía autoritaria del siglo XIX, ni siquiera el de 1928, de la Dictadura de Primo de Rivera".
¿Más diferencias? Para el común de los mortales se distingue entre falta y delito de injurias, mientras que para toda la Familia Real cualquier injuria se considera delito. Por último, de esos delitos entiende un juzgado ordinario para el ciudadano común, y la Audiencia Nacional para Don Juan Carlos y los suyos (por eso fue Juan del Olmo quien instruyó la causa).
Pero todos estos privilegios, continúa Gimbernat, no son nada comparados con el artículo 56.3 de la Constitución, que declara que "no está sujeta a responsabilidad" la persona del Rey, esto es, que "el Rey puede matar, violar o robar sin que por esos hechos sea posible abrir diligencias penales contra él". Algo que "apenas tiene paralelo en el Derecho comparado actual", y de hecho España ha firmado el Estatuto de la Corte Penal Internacional, que elimina expresamente ese privilegio... eso sí, sin suprimir ese artículo de la Constitución.
Todos estos privilegios penales "intolerables y antidemocráticos" de la Familia Real, tanto cuando es víctima de un delito como cuando pudiera cometerlos, "deben desaparecer de raíz y para siempre", sostiene Gimbernat.
http://www.elsemanaldigital.com/arts/71260.asp?tt=
[size=150][b]Caso "El Jueves": el Príncipe es intocable, pero él podría hasta matar[/b][/size]
[size=150][b]El Código Penal de 1995, según el catedrático Enrique Gimbernat, protege a la Familia Real hasta extremos que no se alcanzaron ni en la monarquía de tiempos de Primo de Rivera.[/b][/size]
2 de agosto de 2007. Paradójicamente, el que Juan Alberto Belloch, entonces ministro de Justicia e Interior y ahora alcalde de Zaragoza, bautizó con pompa como "Código Penal de la democracia" de 1995, es regresivo en cuanto a la equiparación entre los ciudadanos y sus gobernantes. Así lo señala Enrique Gimbernat, catedrático de Derecho Penal en la Universidad Complutense de Madrid, en un artículo publicado este miércoles en El Mundo titulado "Los privilegios penales de la Familia Real", a propósito de la causa que se sigue contra Manuel Fontdevila y Guillermo Torres por la viñeta de El Jueves.
Denuncia Gimbernat que si la Casa Real, como dice, no ha tenido nada que ver en la intervención de la Fiscalía y lamenta lo sucedido porque ha multiplicado la difusión de la viñeta, la solución es fácil: "Evitar que en el futuro se produzcan estas discrepancias entre los presuntos deseos de la Familia Real y los criterios del MF [Ministero Fiscal] tiene una fácil solución, a saber: la de tratar al Rey y a sus familiares como a simples mortales, ya que para estos últimos la injuria constituye un delito privado en el que no interviene para nada la acusación pública y que sólo puede ser perseguido a instancias del ciudadano que se siente lesionado en su honor".
Pero en España vamos en sentido contrario: el Código Penal de 1995, en vez de restringir la desigualdad, la extendió, y ampara ahora no sólo al Rey, sino a toda su familia, algo "a lo que no se habían atrevido ni los Códigos Penales de la monarquía autoritaria del siglo XIX, ni siquiera el de 1928, de la Dictadura de Primo de Rivera".
¿Más diferencias? Para el común de los mortales se distingue entre falta y delito de injurias, mientras que para toda la Familia Real cualquier injuria se considera delito. Por último, de esos delitos entiende un juzgado ordinario para el ciudadano común, y la Audiencia Nacional para Don Juan Carlos y los suyos (por eso fue Juan del Olmo quien instruyó la causa).
Pero todos estos privilegios, continúa Gimbernat, no son nada comparados con el artículo 56.3 de la Constitución, que declara que "no está sujeta a responsabilidad" la persona del Rey, esto es, que "el Rey puede matar, violar o robar sin que por esos hechos sea posible abrir diligencias penales contra él". Algo que "apenas tiene paralelo en el Derecho comparado actual", y de hecho España ha firmado el Estatuto de la Corte Penal Internacional, que elimina expresamente ese privilegio... eso sí, sin suprimir ese artículo de la Constitución.
[color=#3600ff][size=150][b]Todos estos privilegios penales "intolerables y antidemocráticos" de la Familia Real, tanto cuando es víctima de un delito como cuando pudiera cometerlos, "deben desaparecer de raíz y para siempre", sostiene Gimbernat.[/b][/size][/color]