Mensaje por Maxi » Jue 30 Jun, 2022 7:45 pm
Para los tiempos que corren quien ha dado una lección de elegancia es la señora austriaca, creo además que lo ha hecho a propósito para que se viera aún más la ridiculez, el exceso y la grosería de doña Maxi. Lo de doña Maxi ha sido un despropósito, desde el traje atroz con capa y con un broche con proporciones de lámpara hasta el horror de esas gasas con el repollo que llevaba en la cabeza, que desde luego tienen urgencia de riego, tanto el repollo como la testa coronada.
De la misma manera que una señora o señorita no va a trabajar en traje de baño, salvo que sea vigilante en una playa, la que está educada y conoce las reglas mí-ni-mas de la corrección social no se trufa de brishantes ni de sedas ni de capas de gasa voladora para los actos de mañana. Con la desenvoltura de doña Maxi se hace el ridículo y se falta al respeto, el efecto es como si fuera tirando los billetes a su paso.
Doña Maxi es una grandísima grosera. Se sale de casa limpia y pulida, adecuada y bien presentada. Las pamelas, las extensiones, las joyas gigantescas, los tacones kilométricos, los abanicos, los guipures y tules, los cinturones, guantes, bolsos de mano, los tocados y todos los demás arreos no sirven para disimular cuando se es ordinaria, vulgar, estridente y aparatosa. Es horrible y provoca rechazo y vergüenza
La de revolcones que ha dado la señora austriaca al mascarón de proa de las tierras gauchas. Oh lalà...
Para los tiempos que corren quien ha dado una lección de elegancia es la señora austriaca, creo además que lo ha hecho a propósito para que se viera aún más la ridiculez, el exceso y la grosería de doña Maxi. Lo de doña Maxi ha sido un despropósito, desde el traje atroz con capa y con un broche con proporciones de lámpara hasta el horror de esas gasas con el repollo que llevaba en la cabeza, que desde luego tienen urgencia de riego, tanto el repollo como la testa coronada.
De la misma manera que una señora o señorita no va a trabajar en traje de baño, salvo que sea vigilante en una playa, la que está educada y conoce las reglas mí-ni-mas de la corrección social no se trufa de brishantes ni de sedas ni de capas de gasa voladora para los actos de mañana. Con la desenvoltura de doña Maxi se hace el ridículo y se falta al respeto, el efecto es como si fuera tirando los billetes a su paso.
Doña Maxi es una grandísima grosera. Se sale de casa limpia y pulida, adecuada y bien presentada. Las pamelas, las extensiones, las joyas gigantescas, los tacones kilométricos, los abanicos, los guipures y tules, los cinturones, guantes, bolsos de mano, los tocados y todos los demás arreos no sirven para disimular cuando se es ordinaria, vulgar, estridente y aparatosa. Es horrible y provoca rechazo y vergüenza
La de revolcones que ha dado la señora austriaca al mascarón de proa de las tierras gauchas. Oh lalà...