Mensaje por Invitado » Sab 25 Nov, 2023 3:10 am
Los reyes, en la recepción nupcial de su hija Magdalena en 2013.CARLOS GUSTAVO DE SUECIA
LAS PRESIONES ‘MAFIOSAS’ TAPAN SUS CORRERÍAS SEXUALES
Una nueva biografía del rey sueco, ‘El Jefe: la historia de un escándalo’, muestra el enorme poder del rey Carlos Gustavo para silenciar sus aventuras extramatrimoniales, sobre todo con Camilla Henemark.
PEDRO POZA / AARHUS (DINAMARCA)EL JEFE, POR SUPUESTO, ES Carlos Gustavo de Suecia. Trece años después de la aparición de la incendiaria biografía
Carlos XVI Gustavo: El monarca reticente, su autor, Thomas Sjöberg, repite con una segunda parte,
El Jefe: la historia de un escándalo, en la que presenta al rey sueco como una especie de capo mafioso empeñado en silenciar sus escándalos a toda costa.
Sjöberg regresa al supuesto romance que Carlos Gustavo (77) mantuvo a finales de los 90 con la cantante Camilla Henemark, conocida popularmente como
La Camilla y que vivió sus días de gloria pop al frente del grupo Army of Lovers. Esta vez, sin embargo, se centra en la intrahistoria del primer libro y en las presiones que sufrió para que no saliese a la luz. Presiones que, afirma, emanaron del mismísimo
Jefe, o sea, del rey.
“Un antiguo oficial de la Policía, que trabajaba en ese momento como investigador privado, vino a verme en nombre de los amigos de Carlos Gustavo y me explicó que, si continuábamos con nuestro trabajo, podría ocurrir algo”, revela. “Mi equipo y yo debíamos prepararnos para soportar campañas de desprestigio”. Henemark, hija de sueca y nigeriano, 18 años más joven que el rey, ha colaborado estrechamente en ambos libros. Asegura que tiene miedo a ser asesinada: “Quiero que mi historia quede documentada por si me ocurre algo”.
En
El monarca reticente se revelaban, aparte de las correrías extramaritales con Henemark, las peligrosas amistades del monarca con gángsters como el serbio Mille Torpedo Markovic, propietario del Club Power, la popular discoteca de Estocolmo donde el rey se olvidaba de su esposa, la reina Silvia, y se emborrachaba en compañía de modelos y
strippers.
El escándalo fue mayúsculo, pero Carlos Gustavo lo despachó de cara al público con varias declaraciones antológicas en las que ni afirmaba ni negaba ni decía realmente nada. Sobre supuestos adulterios: “Son asuntos de los que hemos hablado en la familia y hemos pasado página”. Sobre presuntas visitas a locales de
strippers: “Depende de lo que se considere un club de
strippers, es un concepto muy amplio”.
Camilla Henemark
En cualquier caso, el nuevo libro de Sjöberg es ya la segunda obra aparecida en 2023 que incide en un supuesto patrón de presiones por parte de la casa real sueca cada vez que considera necesario acallar historias negativas. El pasado marzo, la serie documental
El rey de las dos caras (Kungen med två ansikten) ya colocó el tema sobre la mesa. Dirigida por la historiadora, periodista y escritora Åsa Linderborg, la serie detalla cómo la corte ha sabido esquivar con extrema habilidad los escándalos surgidos a lo largo de los años, incluso en los peores casos, como cuando salió
El monarca reticente. La gestión de aquella crisis fue magistral. Por ejemplo, haciendo uso de la enorme influencia de la familia Bonnier, propietaria del canal de televisión TV4 e íntima amiga de la familia real. Este tipo de conexiones entre palacio y los propietarios de los medios explicaría, según Linderborg, por qué la prensa sueca se muestra tan sumisa con el jefe del Estado.
“Los medios y los políticos no son suficientemente críticos con la familia real”, aseguró Lindenborg en la presentación del documental. “La red de negocios del rey y su papel en la sociedad le confieren un poder informal pero muy considerable. Siempre me he preguntado por qué tan pocos periodistas suecos se interesan por la familia real. Quizá sea porque creen que el rey carece de poder, pero entonces es que no saben lo que es el poder”.
En una encuesta realizada por YouGov este mismo año, sólo un 32% de los suecos consideraba a Carlos Gustavo como una persona poderosa. “El hecho de que poca gente piense que el rey tiene verdaderamente poder demuestra que tenemos que hablar más de su posición en nuestra sociedad”, añadió Lindenborg. “Importa en qué contextos aparece, qué dice, con quién socializa y cómo le tratan los medios. Además, la monarquía tiene una función ideológica, simboliza ideas como el nacionalismo, el tradicionalismo, el militarismo, la familia nuclear heteronormativa, el consumo de lujo y, sobre todo, la idea de que existe una diferencia entre las personas y las naciones. Se puede pensar que son valores buenos o malos, pero no se puede decir que sean inofensivos”.
EL MUNDO / SÁBADO 25 DE NOVIEMBRE DE 2023
[img]https://i.imgur.com/iU06AMW.jpg[/img]
[font=Georgia]Los reyes, en la recepción nupcial de su hija Magdalena en 2013.[/font]
[font=Georgia][size=180][color=#ff151e]CARLOS GUSTAVO DE SUECIA[/color] [/size]
[size=200]LAS PRESIONES ‘MAFIOSAS’ TAPAN SUS CORRERÍAS SEXUALES[/size]
[size=130]Una nueva biografía del rey sueco, ‘El Jefe: la historia de un escándalo’, muestra el enorme poder del rey Carlos Gustavo para silenciar sus aventuras extramatrimoniales, sobre todo con Camilla Henemark.[/size]
PEDRO POZA / AARHUS (DINAMARCA)[/font]
[font=Georgia][color=#ff151e][size=70][s]E[/s][/size][/color][/font]L JEFE, POR SUPUESTO, ES Carlos Gustavo de Suecia. Trece años después de la aparición de la incendiaria biografía [i]Carlos XVI Gustavo: El monarca reticente[/i], su autor, Thomas Sjöberg, repite con una segunda parte, [i]El Jefe: la historia de un escándalo[/i], en la que presenta al rey sueco como una especie de capo mafioso empeñado en silenciar sus escándalos a toda costa.
Sjöberg regresa al supuesto romance que Carlos Gustavo (77) mantuvo a finales de los 90 con la cantante Camilla Henemark, conocida popularmente como [i]La Camilla[/i] y que vivió sus días de gloria pop al frente del grupo Army of Lovers. Esta vez, sin embargo, se centra en la intrahistoria del primer libro y en las presiones que sufrió para que no saliese a la luz. Presiones que, afirma, emanaron del mismísimo [i]Jefe[/i], o sea, del rey.
“Un antiguo oficial de la Policía, que trabajaba en ese momento como investigador privado, vino a verme en nombre de los amigos de Carlos Gustavo y me explicó que, si continuábamos con nuestro trabajo, podría ocurrir algo”, revela. “Mi equipo y yo debíamos prepararnos para soportar campañas de desprestigio”. Henemark, hija de sueca y nigeriano, 18 años más joven que el rey, ha colaborado estrechamente en ambos libros. Asegura que tiene miedo a ser asesinada: “Quiero que mi historia quede documentada por si me ocurre algo”.
En [i]El monarca reticente[/i] se revelaban, aparte de las correrías extramaritales con Henemark, las peligrosas amistades del monarca con gángsters como el serbio Mille Torpedo Markovic, propietario del Club Power, la popular discoteca de Estocolmo donde el rey se olvidaba de su esposa, la reina Silvia, y se emborrachaba en compañía de modelos y [i]strippers[/i].
El escándalo fue mayúsculo, pero Carlos Gustavo lo despachó de cara al público con varias declaraciones antológicas en las que ni afirmaba ni negaba ni decía realmente nada. Sobre supuestos adulterios: “Son asuntos de los que hemos hablado en la familia y hemos pasado página”. Sobre presuntas visitas a locales de [i]strippers[/i]: “Depende de lo que se considere un club de [i]strippers[/i], es un concepto muy amplio”.
[imageright=250,https://i.imgur.com/ZqYvu2p.jpg]Camilla Henemark[/imageright]En cualquier caso, el nuevo libro de Sjöberg es ya la segunda obra aparecida en 2023 que incide en un supuesto patrón de presiones por parte de la casa real sueca cada vez que considera necesario acallar historias negativas. El pasado marzo, la serie documental [i]El rey de las dos caras (Kungen med två ansikten)[/i] ya colocó el tema sobre la mesa. Dirigida por la historiadora, periodista y escritora Åsa Linderborg, la serie detalla cómo la corte ha sabido esquivar con extrema habilidad los escándalos surgidos a lo largo de los años, incluso en los peores casos, como cuando salió [i]El monarca reticente[/i]. La gestión de aquella crisis fue magistral. Por ejemplo, haciendo uso de la enorme influencia de la familia Bonnier, propietaria del canal de televisión TV4 e íntima amiga de la familia real. Este tipo de conexiones entre palacio y los propietarios de los medios explicaría, según Linderborg, por qué la prensa sueca se muestra tan sumisa con el jefe del Estado.
“Los medios y los políticos no son suficientemente críticos con la familia real”, aseguró Lindenborg en la presentación del documental. “La red de negocios del rey y su papel en la sociedad le confieren un poder informal pero muy considerable. Siempre me he preguntado por qué tan pocos periodistas suecos se interesan por la familia real. Quizá sea porque creen que el rey carece de poder, pero entonces es que no saben lo que es el poder”.
En una encuesta realizada por YouGov este mismo año, sólo un 32% de los suecos consideraba a Carlos Gustavo como una persona poderosa. “El hecho de que poca gente piense que el rey tiene verdaderamente poder demuestra que tenemos que hablar más de su posición en nuestra sociedad”, añadió Lindenborg. “Importa en qué contextos aparece, qué dice, con quién socializa y cómo le tratan los medios. Además, la monarquía tiene una función ideológica, simboliza ideas como el nacionalismo, el tradicionalismo, el militarismo, la familia nuclear heteronormativa, el consumo de lujo y, sobre todo, la idea de que existe una diferencia entre las personas y las naciones. Se puede pensar que son valores buenos o malos, pero no se puede decir que sean inofensivos”.
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