Mensaje por turbo » Lun 15 Ago, 2011 3:50 pm
Prohibidas las ‘ex’ para Alberto
Pocos días después de la boda en Mónaco, Charlene Wittstock empieza a poner sus reglas
JAIME LÓPEZ
Los celos vuelven a ser noticia en el matrimonio entre Alberto de Mónaco y la princesa Charlene. La ex nadadora sudafricana ha prohibido a su marido ver a las madres de sus hijos para evitar nuevas disputas en su reciente matrimonio. Según el Daily Mail, la prohibición es expresa e incluye a Nicole Coste, la azafata de avión de Togo con quien tuvo un hijo en 2003 llamado Alexandre. También ha prohibido ver a Tamara Rotola, una agente inmobiliaria de Estados Unidos, con quien tuvo una hija, Jamin, de 19 años, tras una breve relación. En ambos casos, el príncipe Alberto fue obligado a pasar las pruebas de ADN para reconocer que él era el padre.
El enlace entre Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock, que se celebró a principios de julio, ha sido objeto de numerosos rumores. Durante la luna de miel, distintos periódicos se hicieron eco que los dos ocupaban habitaciones y camas distintas, y que al finalizar una visita oficial cada cónyuge abordaba un coche diferente. Otros diarios franceses ya especulan que existe una especie de pacto escrito en el viento para que la antigua nadadora de 33 años aporte un heredero legítimo a la estirpe de la familia Grimaldi.
Muchos todavía comentan la falta de ilusión y de alegría de la novia durante la ceremonia, mientras que para Alberto parecía un acto protocolario más. Desde la década de los 80, el príncipe de Mónaco ha mantenido sonadas relaciones pasajeras con Brooke Shields, Naomi Campbell y Claudia Schiffer, entre otras. En 1991, la relación que mantuvo con Tamara Rotolo lo convirtió en padre por primera vez.
Alberto reconoció a su hija, la dio su apellido y brindó una indemnización económica a la madre y a su hija. Pero llegó a un acuerdo con Rotolo en el que le negaba el derecho de sucesión. La misma suerte corrió la azafata togolesa Nicole Coste seis años después, quien le dio un hijo, Alexander. La existencia del niño se supo cuando cumplió los dos años, en 2005. La situación fue la misma que con su anterior desliz. Así, dio sus apellidos y manutención al niño pero negó el derecho a la corona.
Dos días después de su boda, la revista francesa Public publicó que Alberto podría ser el padre de «dos nuevos hijos ilegítimos», uno de 18 meses, hijo de una mujer italiana que estaría negociando vender su historia a la prensa.
Otras publicaciones como Voici han sugerido que Nicole Coste, a la que se pudo ver por Montecarlo estos días, podría tener un segundo hijo del Príncipe.
Estas noticias habrían provocado una huida a la desesperada de Charlene, quien, desairada por los rumores, se habría dirigido al aeropuerto de Niza para viajar a Sudáfrica y dejar plantado al príncipe días antes del enlace. Según publicó entonces Le Figaro, habría sido la propia Policía y los asesores de los Grimaldi quienes habrían convencido a la Princesa para desestimar esta opción, llegando incluso a retenerle su pasaporte.
[size=200]Prohibidas las ‘ex’ para Alberto[/size]
[b]Pocos días después de la boda en Mónaco, Charlene Wittstock empieza a poner sus reglas
JAIME LÓPEZ[/b]
Los celos vuelven a ser noticia en el matrimonio entre Alberto de Mónaco y la princesa Charlene. La ex nadadora sudafricana ha prohibido a su marido ver a las madres de sus hijos para evitar nuevas disputas en su reciente matrimonio. Según el Daily Mail, la prohibición es expresa e incluye a Nicole Coste, la azafata de avión de Togo con quien tuvo un hijo en 2003 llamado Alexandre. También ha prohibido ver a Tamara Rotola, una agente inmobiliaria de Estados Unidos, con quien tuvo una hija, Jamin, de 19 años, tras una breve relación. En ambos casos, el príncipe Alberto fue obligado a pasar las pruebas de ADN para reconocer que él era el padre.
El enlace entre Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock, que se celebró a principios de julio, ha sido objeto de numerosos rumores. Durante la luna de miel, distintos periódicos se hicieron eco que los dos ocupaban habitaciones y camas distintas, y que al finalizar una visita oficial cada cónyuge abordaba un coche diferente. Otros diarios franceses ya especulan que existe una especie de pacto escrito en el viento para que la antigua nadadora de 33 años aporte un heredero legítimo a la estirpe de la familia Grimaldi.
Muchos todavía comentan la falta de ilusión y de alegría de la novia durante la ceremonia, mientras que para Alberto parecía un acto protocolario más. Desde la década de los 80, el príncipe de Mónaco ha mantenido sonadas relaciones pasajeras con Brooke Shields, Naomi Campbell y Claudia Schiffer, entre otras. En 1991, la relación que mantuvo con Tamara Rotolo lo convirtió en padre por primera vez.
Alberto reconoció a su hija, la dio su apellido y brindó una indemnización económica a la madre y a su hija. Pero llegó a un acuerdo con Rotolo en el que le negaba el derecho de sucesión. La misma suerte corrió la azafata togolesa Nicole Coste seis años después, quien le dio un hijo, Alexander. La existencia del niño se supo cuando cumplió los dos años, en 2005. La situación fue la misma que con su anterior desliz. Así, dio sus apellidos y manutención al niño pero negó el derecho a la corona.
Dos días después de su boda, la revista francesa Public publicó que Alberto podría ser el padre de «dos nuevos hijos ilegítimos», uno de 18 meses, hijo de una mujer italiana que estaría negociando vender su historia a la prensa.
Otras publicaciones como Voici han sugerido que Nicole Coste, a la que se pudo ver por Montecarlo estos días, podría tener un segundo hijo del Príncipe.
Estas noticias habrían provocado una huida a la desesperada de Charlene, quien, desairada por los rumores, se habría dirigido al aeropuerto de Niza para viajar a Sudáfrica y dejar plantado al príncipe días antes del enlace. Según publicó entonces Le Figaro, habría sido la propia Policía y los asesores de los Grimaldi quienes habrían convencido a la Princesa para desestimar esta opción, llegando incluso a retenerle su pasaporte.