Foroloco

Esta semana, Begoña Gómez, la esposa de Sánchez, ha intentado ser la protagonista de la reunión de jefes de Estado de la OTAN chupando cámara, sobre todo, junto al Presidente de los Estados Unidos a quien permitió, no solo que la tomara por la cintura sino que ella correspondió con lo mismo, incluso pasándole la mano por el cuello y actuando, siempre que pudo, como la primera dama que no es.

Con visión periodística y eso que todavía no había visto su actuación en la reunión de la OTAN, mi compañera Almudena Martínez Fornés se anticipó escribiendo sobre ella un artículo en ABC, titulado La osadía de Begoña que me ha reconciliado con la compañera con quien nunca he tenido mucho que compartir, periodísticamente hablando. Pero no puedo estar más de acuerdo con ella cuando escribe que “Begoña podía haber disfrutado de su posición con una actitud de discreción y gratitud como han hecho sus predecesoras... Aunque es la única de las siete mujeres de los presidentes de Gobierno de la democracia que no tiene carrera universitaria, aun así consiguió que la Complutense creara una cátedra extraordinaria a su medida. Desde esa cátedra imparte dos másteres para directivos y profesionales. Begoña no tendrá título oficial pero de captar fondos y de transformar la realidad sabe un montón”.

Almudena, cierto es que Begoña nada tiene que ver con sus seis antecesoras. Repito, nada. Ella es una mujer con mucho carácter pero se olvida de que tan solo es la consorte del jefe del Gobierno. Se lo tuvo que recordar Letizia durante la visita de las esposas de los mandatarios de la OTAN a la Granja de San Idelfonso cuando Begoña, con un elegante mono rosa de Moisés Nieto y alpargatas de cuña del mismo color, que fue la sensación, pretendió colocarse junto a la señora Biden para la fotografía del grupo. Letizia, con la peor de sus sonrisas, se lo impidió: “No cariño, la reina soy yo”.

J.B.West, el ujier mayor de la Casa Blanca, decía que “estas mujeres, las consortes, no poseen ningún título oficial (en el caso de Begoña, ni estudios universitarios). Lo de “primera dama” (que Begoña no es, le corresponde exclusivamente a Letizia) queda como la única designación que se da a la mujer casada con el hombre al que llaman “señor presidente” (jefe de Estado o Su Majestad el Rey). Mujeres que no son legalmente responsables frente a nadie. Nada más que ante su marido.

Me gustaría que Begoña Gómez no olvidara, aunque siempre presumió de estar “preparada” para la Moncloa, cuando próximamente Pedro Sánchez deje de ser jefe de Gobierno.

De las seis primeras damas que ha habido en Moncloa, es a Begoña Gómez Fernández a quien se le ha visto siempre el plumero y las ganas de estar en la mansión presidencial sine die. Difícil olvidar aquel 16 de junio de 2015, cuando Pedro era proclamado candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, en un escenario presidido por una gigantesca bandera de España. Solo faltaba Marta Sánchez cantando la ridícula letra que compuso para el himno nacional. Pero allí estaba Begoña, su esposa, agarrada de su mano, saludando a los enfervorizados partidarios y besándose. Era la viva imagen americana de la primera dama.

El gran Ortega y Gasset pensaba que la sociedad es siempre aristócrata, quiera o no, por su esencia misma. Pero existe una minoría solo 2.110 españoles que constituyen la llamada nobleza. Nada que ver con la aristocracia orteguiana. El gobierno ha llevado al Congreso un catálogo de títulos concedidos entre 1948 y 1978, para su supresión con el fin de “sanear la aristocracia española”, según el diputado de Podemos Jaume Moya. En total serán 33. Sorprendentemente en la lista no figura el primer título nobiliario, un Señorío con Grandeza de España otorgado por el Rey Juan Carlos, el 26 de noviembre de 1975, seis días después de la muerte de Franco a su viuda, Carmen Polo: “Para dar una muestra de mi Real afecto y admiración a la su egregia figura, de singular relieve en una gloriosa etapa histórica de nuestra Patria”.

Pero sí el ducado de Franco que, en la misma fecha, otorga a María del Carmen Franco Polo, la hija del dictador “en atención a las excepcionales circunstancias y merecimientos que en ella concurren”. Y, por supuesto, el marquesado que concede, el 2 de julio de 1976, al ex presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro “en atención a los méritos en los momentos de la transición y del primero de la Monarquía, el patriotismo, abnegación, tacto y prudencia que ha puesto en su delicada gestión”. Afortunadamente, se ha respetado el Ducado que, el 25 de febrero de 1981, concede Don Juan Carlos al ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez.

Resulta curioso que el primer título de nobleza que concedió Franco, un ducado, fuera para un fusilado, José Antonio Primo de Rivera, el 18 de julio de 1948, y el último, un ducado póstumo para un asesinado, el almirante Carrero Blanco, en 1973, aunque el Ejército se llevó la palma con 16 generales, siguiéndoles los falangistas con 10 títulos. De estos 37 franquistas, 32 pasarán a ser plebeyos.

ANDREA FUENTES

▲Entrenadora española (13 medallas mundiales y 11 europeas) de la nadadora norteamericana Ana Álvarez, a la que salvó la vida zambulléndose vestida. Estaba finalizando su actuación en el mundial de natación de Budapest, cuando se quedó en el fondo de la piscina por un desvanecimiento.

MIQUEL ICETA

▲Ministro de Cultura y Deportes que, con motivo del Dia LGTBI, ha reconocido cómo se produjo su “salida del armario” en 1999, cuando le confesó su orientación sexual al vicepresidente Narcís Serra: “Recuerdo que sólo me dijo ‘ah, pues muy bien”. Que se sepa, ya son dos en el Gobierno.

LUIGGI GAGGERO

▲El director titular de la Sinfónica de Kiev, la orquesta ucraniana de gira por Europa, que se ha convertido en un símbolo fuera de sus fronteras, ofreciendo un concierto en el Museo del Prado durante la reunión de mandatarios de la cumbre de la OTAN, un gran regalo imprevisto del Gobierno español

GHISLAINE MAXWELL

▼Hija del magnate de la prensa británica y amante que fue del depredador sexual Jeffrey Epstein, ha sido condenada a 20 años de cárcel por su colaboración, reclutando a chicas menores de edad, algunas adolescentes, para su pareja y de las que se benefició también el príncipe Andrés.

Opinión
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Pornografía familiar y casera

Jaime Peñafiel
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Ver en el ¡Hola! y otros medios al pobre Felipe VI desairado públicamente por su esposa, dando el brazo a Amelia, la heredera de los Países Bajos porque Letizia, por alguna razón oculta, se negó a acompañarle a Oslo, impidiendo que Leonor asistiera al gran debut de las futuras reinas Ingrid de Noruega, Amelia de los Países Bajos, Elisabeth de Bélgica y Estelle de Suecia y a Christian de Dinamarca, el único príncipe en una generación de princesas, produce profunda tristeza.

Independiente del feo que Letizia le ha hecho a los anfitriones noruegos y a todos los representantes de las cortes europeas, también a su marido, dejándole desairadamente solo y demostrando, le guste o no a Ana Pastor, a Aitor Gabilondo y a todos los cortesanos que han colaborado en la serie a la mayor gloria de su protagonista, quién tiene la última palabra, quién manda no solo en Zarzuela sino en la Familia. Así se ha visto en la ocasión que comentamos, negándose a acompañar a su esposo en esta cumbre de reyes y príncipes que suponía la primera invitación para Leonor y la oportunidad de verla junto a las futuras reinas que compartirán con ella el trono de las monarquías europeas a finales de este siglo. ¿Tan poca esperanza tiene mamá de que su hija pueda convertirse, en un incierto futuro, en reina titular de España?

Según cuenta la revista de “mis amores y mis dolores”, “al día de hoy, al menos oficialmente, Letizia, nunca ha pisado Oslo. Por alguna razón, se le resiste Noruega”. Se dice que el motivo no es otro que la presencia, entre los invitados a la cumbre de las princesas herederas en Oslo, de Marie-Chantal de Grecia, esposa de Pablo, primo hermano de Felipe y gran amigo desde la infancia. Incluso estudiaron juntos en el internado de Canadá.

La princesa consorte de Grecia, hija del riquísimo empresario británico Robert Warren Miller, cofundador de la cadena de tiendas de lujo DFS, creció en la abundancia más ostentosa. El 1 de julio de 1995 contrae matrimonio en la catedral de Santa Sofía de Londres con el hijo y príncipe heredero del rey Constantino de Grecia, boda a la que asiste incluso el Rey Juan Carlos, tío del contrayente. Desde ese momento, Marie-Chantal y Letizia se convierten en grandes amigas, igual que Pablo y Felipe. Hasta que, en abril de 2018, se produce uno de los más desagradables incidentes de la historia de la monarquía española: la agresión verbal de Letizia a la Reina Sofía en las puertas de la catedral de Palma de Mallorca, cuando la real abuela solo pretendía hacerse una fotografía con sus nietas Leonor y Sofía.

Con lógica reacción por tan violenta actitud, Marie-Chantal declaró: “Letizia ha mostrado lo peor de ella en este incidente”. Desde ese día, la consorte de Felipe, cruz y raya con la prima Marie-Chantal. Se da la circunstancia de que esa “enemiga pública” se encontraba entre las invitadas a la cumbre real de Oslo junto a su marido Pablo, por lo que, sin Letizia, el reencuentro familiar entre los primos fue fácil y entrañable.

Otro de los motivos por los que, según se comenta, Letizia no gusta de viajar a Noruega es por el recuerdo de Eva Sannum, aquel gran amor de Felipe que se rompió por decisión del Rey Juan Carlos, el 14 de diciembre de 2001, cuando estaban a punto de anunciar la boda.

Famosa fue aquella portada de ¡Hola!, a principios de diciembre del año 2000. En el reportaje la pareja aparecía sonriente y abrazada durante una visita al Taj Mahal, el mayor monumento al amor, en un viaje a la India. La noticia de la separación acaparó grandes titulares en las primeras páginas de todos los periódicos noruegos, que señalaban las diferencias sociales y religiosas existentes entre ambos como causas relevantes en la ruptura. Razones que cayeron por su propio peso después de que Felipe se casara con la nieta de un taxista, divorciada, agnóstica y republicana. También se culpó de aquella ruptura a la imagen de la pareja en la boda de Haakon y Mette-Marit, en agosto de 2001. En las fotografías Eva Sannum aparecía con un traje de noche de color azulón y un grandísimo escote por delante y otro mucho más pronunciado por la espalda, con una copa de coñac en la mano que generó “mucha polvareda”. Lo cierto es que Doña Sofía, que conoció a Eva en aquella boda, la miró, testigo de ello fui, con esa mirada que toda madre dirige a la novia del hijo que no le gusta. Cuatro meses después, la pareja rompía su relación. Fue el propio Felipe quien lo anunció por televisión. Nunca un hombre lo ha hecho con tal cantidad de elogios a la mujer con la que rompía: “Espero que Eva y yo sigamos siempre siendo amigos. Sus cualidades son numerosas y quiero destacar algunas: su fortaleza, su dignidad, sensibilidad, capacidad de superación, sentido de la justicia y determinación por llegar a la excelencia de lo que se propone siempre. Me ha impresionado. Y no sigo porque nunca acabaría de hablar de ella”. Si en realidad era tal joya esa mujer ¿Por qué la dejaba? se preguntaba lógicamente el personal. ¿Reúne Letizia la mitad de estas cualidades? En la actualidad, la joven que pudo haber sido la consorte real de España vive en Oslo con su pareja, Torgeir Vierdal. Y tienen dos hijos de 10 y 13 años. La modelo noruega es hoy una prestigiosa y respetada consultora de comunicación.

GREGORIO MARAÑÓN

▲Presidente del Teatro Real, ha recibido esta semana la Gran Cruz de la Orden de Isabel La Católica por su contribución al engrandecimiento de España y por lo que ya fue galardonado con la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio y la Medalla de Oro de las Bellas Artes.

ROSA MONTERO

▲Periodista y escritora, retratando como nadie a esa nueva fauna conocida como influencers ¿Victoria Federica? “Delgadas, convencionalmente monas, esos pechitos de globo, esas naricillas, todas empeñadas en sacar la lengua a cámara y retratarse de espaldas, poniendo el culito en pompa”.

ROMUALDO IZQUIERDO

▲El querido compañero de EL MUNDO acaba de publicar en La Esfera de los Libros Los Falcó, la apasionante historia sobre una de las familias aristocráticas más interesantes de la vida española, tanto por parte de Carlos como de su hermano Fernando, el único playboy español con categoría internacional.

JOSÉ FÉLIX TEZANOS

▼El impresentable presidente del CIS, empresa pública manejada a su antojo en beneficio del Jefe, autor de Pedro Sánchez: de las primarias a Moncloa, hagiografía de tal intensidad en el elogio que lleva “casi al alipori por su infantilismo y por su contenido ridículamente apologético a Sánchez”

Opinión
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Letizia dejó solo a Felipe

Jaime Peñafiel
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Ignoro si Ana Pastor, Aitor Gabilondo y otros colaboradores han sido las gargantas profundas de Letizia, como Andrew Morton lo fue de Lady Di para el libro Diana, su verdadera historia. Pero de lo que no me cabe la menor duda es de que estos compañeros son unos cortesanos de padre y muy señor mío. Unos más que otros, colaborando en una operación mediática dictada por la consorte real para ensuciar y hundir al Rey Juan Carlos, endiosar a Felipe VI y, sobre todo, ensalzar a Letizia, afirmando que es “la única de la familia que no está manchada por un escándalo”.

Al menos hoy. Porque pasado, Letizia tiene. Lo reconoce el propio Felipe cuando, en vísperas de la boda y por culpa de un tema muy sórdido, turbio y delicado de su vida más íntima, y al que le implican, le dice a Letizia, según David Rocasolano, primo hermano e íntimo amigo entonces de la consorte real: “Si mis padres se enteran, la boda es inviable”.

En la serie se recuerda cuando se le criticó, durante la ceremonia de la pedida en el palacio de El Pardo cuando Letizia puso de manifiesto, ¡lógicamente!, su carácter –“¡Déjame terminar!”– cuando Felipe la interrumpió mientras ella estaba hablando. Fui el único periodista que la defendió cuando la prensa no entendía cómo podía dirigirse de aquella forma al Príncipe.

Lo que no me parece de recibo, sino babosa y cortesana frase, que se diga en la serie que Letizia “es el gran sostén de la Familia”.

Cierto es que “la plebeya que venía a cargarse la monarquía” no es que “la está salvando”, ¡tampoco es eso! estimada Pastor, sino que aquella terrible frase que Don Juan Carlos le dijo a su hijo el día que Felipe le comunicó que se iba a casar con una periodista y... divorciada: “Te vas a cargar la Monarquía”, pasado el tiempo y por todo lo que ha sucedido quien ha estado a punto de cargársela ha sido... él.

El gran activo de la Familia Real, según la serie, es que Letizia sea plebeya, de clase media y nieta de un taxista. A propósito de esto, recuerdo lo que Doña Sofía le dijo a Pilar Urbano para su libro La reina: “Si hay un hijo que se quiere casar con quien no le conviene, con quien no debe ser, haces lo que sea por evitarlo. Pero si no atiende a razones, ¿qué vas a hacer? Pues acoger a la nuera en tu familia y tratar de ayudarle a que el matrimonio funcione”. ¡Y así se lo pagó ella en la catedral de Palma!

Después de 18 años, la serie intenta desvelar los obstáculos y dificultades a los que Letizia tuvo que hacer frente hasta llegar a ser la consorte real. Porque el Rey Juan Carlos no la soportó jamás. El resto de la familia se limitó a aceptarla por lo que Felipe tuvo que enfrentarse a todos para poder seguir adelante con su relación. La serie califica a Letizia de “resistente” y llegan a afirmar que “a pesar del Rey Emérito es la Reina de España”.

Me gustaría recordar a Ana y Aitor lo que Doña Sofía reconoció a Pilar Urbano: “Yo no tengo un estatus propio como Reina. El Rey es él. Yo tengo un estatus como consorte del Rey. Consorte: ese es mi estatus personal”.

Desconozco si muchos españoles saben o les importa que el abuelo materno de Letizia haya sido un taxista. Pienso que la serie insiste excesivamente en esto. Yo, que no conduzco y soy usuario habitual del taxi, puedo presumir, querida Letizia, de haberme subido al taxi matrícula 2509 CNW de tu abuelo. Sucedió el día que, por medio de Radio-taxi, solicité un servicio. Cuando el conductor, don Anselmo Marco, vino a recogerme, dijo: “Señor Peñafiel, le voy a regalar una gran noticia: no se la va a creer, pero acaba de subirse al taxi del abuelo de Letizia”.

No se refería exactamente al Renault 12 negro de Francisco Rocasolano, sino a la licencia que el señor Marco le había comprado cuando Paco se jubiló a cambio de tres millones y medio de pesetas, coche incluido.

Anselmo era un compañero y amigo del abuelo de la inefable consorte real, que frecuentaba su casa de la calle Picos de Artillero, en Moratalaz, donde vivía con Enriqueta, su esposa y abuela paterna de Letizia, y Otilia, la hija que ella aportó al matrimonio cuando se casó con Francisco (¿que habrá sido de ella?). Luego nacerían Paloma, la enfermera de Comisiones Obreras y actual suegra de Felipe VI , y Francisco que también fue taxista como su padre. Paco Rocasolano, hijo de un albañil, combatió durante la Guerra Civil en el bando llamado de los rojos. Terminada la contienda civil, se hizo taxista. Como tal, fue uno de los promotores de la primera huelga que los taxistas hicieron, el 26 de julio de 1966, contra el Ayuntamiento, para quejarse del obligado uso de las gorras. Ese día, más de dos mil gorras fueron arrojadas a la fuente de la Cibeles, suceso que recibió el nombre de motín de las gorras. El recuerdo de Paco el Comunista perduró muchos años en el sector. Se trataba de un hombre bueno, simpático y solidario.

Para terminar, me gustaría aclarar a Rosa ¡ay Rosa, Rosae Rosam! que ha llegado a afirmar que yo “he vivido de Letizia” cuando soy Jaime Peñafiel mucho antes de que la consorte real naciera. Y que si me he ocupado de ella es porque, desde el día del anuncio de su compromiso, no ha dejado de ser noticia.

DIMAS GIMENO

▼Ex presidente de El Corte Inglés, contra quien se han querellado en un juzgado de Madrid el ex director de Comunicación de la empresa durante 40 años, Ángel Barutell, su esposa Gloria Allende y el periodista Eulogio López por clonar sus teléfonos móviles contratando para ello a la empresa israelí NSO Group.

GERARD PIQUÉ

▼35 años, a quien se le acumulan los problemas dentro y fuera del terreno de juego tanto en lo referente a su matrimonio roto como a sus actividades comerciales ajenas al deporte que han afectado a su vida empresarial y personal hasta convertirlo en un ídolo caído que nadie quiere.

MERY P./RAFA NADAL

▲Tras más de catorce años de sólido noviazgo y casi tres de matrimonio, se casaron el 19 octubre de 2019, en Mallorca y después de ganar el Roland Garros, confirman que esperan su primer hijo. Ella cumple 34 años; el 36. El tenista siempre confesó que su mayor deseo era ser padre.

ÁLVARO LUIS

▲Inspirador de los premios Pata Negra, que esta semana se han entregado en el Tablao de la Villa a José Luis Martínez Almeida, Jaime Cantizano, Roberto Gómez, Sonsoles Ónega, Marta Robles, Jorge Borrajo, Carlos Sobera y Los del Río entre otros y mención especial a Jaime Mayor Oreja.

Opinión
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El pubis: de Jackie a Emma

Jaime Peñafiel
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bobamaria escribió:Lo malo es intentar no repetirse, dice. No es que se esfuerce mucho, no?

Guest escribió:Hombre, mujer, tampoco es que tú te renueves constantemente. No sé si en tu tierra conocéis la morcilla, pero aunque tiene virtudes hay que evitar abusar de ella.

bobamaria escribió:Lo malo es intentar no repetirse, dice. No es que se esfuerce mucho, no?

PREGUNTA.- Noventa años…

RESPUESTA.- Una edad muy jodida. Miro siempre las esquelas del ABC. De ochenta mueren muchos. Con noventa, muy pocos.


P.- Cuesta mucho llegar.

R.- Por si acaso intento no sufrir. Sufrir envejece.


P.- ¿Más secretos?

R.- Llevo una vida espartana. Sólo como una vez cada 24 horas. Camino siete kilómetros todos los días.


P.- Y publica. Mucho.

R.- Lo malo no es escribir. Eso es un oficio. Lo malo es intentar no repetirse.


P.- Pues no para.

R.- Setenta años de vida profesional. Ni un día sin trabajo. La columna me cuesta porque no es literaria. No hablo de mi gato o mi familia. Busco noticias. Hago reporterismo.


P.- ¿Lo literario es el recurso fácil?

R.-Hombre, quizá en esta columna hable de mí, de mi cumpleaños. Llegar a los noventa tiene cojones. Aunque ya estuve muerto.


P.- Cuénteme.

R.- Un covid terrible. El médico le dijo a Carmen que me dejara ir. No era una muerte dolorosa. Era dulce. Hice balance.


P.- ¿Y?

R.- Estaba en paz. Una tarde le pedí a Carmen que dejase abierta la ventana, que me iría con el día.


P.- No cumplió.

R.- Pues no. Aunque no creas que temo a la muerte. Sólo cambias de escenario.


P.- ¿Aquello de que los cínicos no sirven para este oficio?

R.- Los cínicos sirven. Mucho. Por ejemplo, disimulamos la opinión que tenemos de la persona a la que entrevistamos. El periodista necesita un punto de cinismo.


P.- ¿La cercanía causa problemas?

R.- La cercanía con el poder es problemática para el periodista. Debes estar vigilante. Al poder hay que mantenerlo a distancia.


P.- A menudo repite que vale más por lo que calla que por lo que cuenta. ¿Es un farol?

R.- Todos callamos. Los periodistas debemos ser leales con las confidencias. Por ejemplo con el Rey Juan Carlos, con el que he tenido mucha relación.


P.- Ha sido muy crítico con la institución, mejor dicho, con algunos de sus miembros.

R.- Pero nunca traicioné las confidencias íntimas. Sé lo que puedo contar. Nadie se ha disgustado conmigo por eso.


P.- ¿Cómo llega al periodismo?

R.- Mi abuelo era magistrado y quería que fuera abogado. Mi padre, ingeniero, también. Estudié Derecho en Granada. Perdí cinco años. Yo quería ser escritor. Qué tontería ¿no?


P.- Hombre…

R.- Todo porque en la biblioteca de mi abuelo, una gran biblioteca, leí El filo de la navaja, de Somerset Maugham, donde el protagonista, Larry, es un escritor que se marcha a las minas del Ruhr. Hice lo mismo.


P.- ¡Minero!

R.- Dos años. Ayudante de picador. A 700 metros de profundidad. ¡A pesar de mi claustrofobia terrible, que hasta me cuestan los ascensores! Hubo una explosión de grisú, en una mina próxima. Murieron 14 mineros. Mi padre creyó que se volvía loco. Fue una experiencia muy dura.


P.- ¿No le sirvió de nada?

R.- Lo pasé muy mal. ¿Gané algo? No lo sé. Quizá respetar más a la gente que trabaja y que sufre.


P.- ¿Cómo era su padre?

R.- Un santo. Jamás me levantó la voz. Y eso que yo, con 14 años, me vine a Madrid.


P.- ¿Con 14?

R.- Me escapé de casa. Quería ver el zoo. Los leones, ¿sabes? Me escapé haciendo autoestop. En Madrid dormí en una pensión. Al despertar me esperaban unos señores. La Policía. Me llevaron a la Dirección General de Seguridad. Después, a la estación. Me dejaron con una pareja de la Guardia Civil. Hicimos trasbordo en Moreda, donde me pusieron a otra pareja. Así seguimos hasta Granada, donde esperaba mi padre. No dijo nada. Lo único, que en mi habitación, sobre la mesa, había dejado un recorte de La Codorniz. Una viñeta que decía El hijo pródigo.


P.- ¿La recuerda?

R.- Había un niño, abrazado por sus padres. Junto a un plato de huevos fritos que le habían puesto. Eso fue todo.


P.- ¿Su padre le llegó a ver de periodista?

R.- Murió antes. Lo mío no es genético: mis padres murieron jóvenes.


P.- ¿Reconoce el oficio en la era de internet y las redes sociales? ¿Hemos mejorado o empeorado?

R.- El oficio no sé, pero el país ha ido a peor. Tenemos el peor presidente de la historia. Peor que Zapatero, que era tonto. Sánchez es malo. Lo peor de lo peor. Va de cínico. Siempre rodeado de un harén, de aduladores.


P.- ¿Le seguirá funcionando?

R.- Estoy deseando que se marche. Espero que sea antes de que me muera. Si no no podré disfrutarlo. Claro que... al menos no lo veré.


P.- ¿Un buscavidas?

R.- Solamente se quiere él.


P.-¿Le gustaría ser presidente de una república?

R.- Felipe VI cree que Sánchez va a por él. No. Sánchez va contra la institución. Quiere ser jefe de Estado y presidente de la República. Tiempo al tiempo.


P.- ¿Qué es la prensa del corazón?

R.- No lo sé. Hay prensa de opinión y la hay de evasión.


P.- Visto así...

R.- Hola no te permitía opinar. Eso me salvó de ser señalado cuando cubrí las cacerías de Franco. Fui siempre como reportero.


P.- ¿De qué hablaba Franco?

R.- Podría escribir miles de páginas de mis conversaciones con Franco... Un libro en blanco.


P.- ¿Nunca hablaba?

R.- Te miraba como miras a un perro. Con aquella mirada fría. Menos una vez, que me preguntó algo terrible.


P.- ¿Qué?

R.- “Peñafiel, ¿Usted cree que mi fotógrafo es masón?”.


P.- ¿Quién era?

R.- Su fotógrafo desde Salamanca, José Campúa. También hacía la cobertura de El Pardo para la revista Hola.


P.- Menudo susto.

R.- Franco tenía un obsesión tremenda con los judíos y los masones.


P.- ¿Qué le respondió?

R.- Me quedé boquiabierto. Menos mal que alguien le reclamó. Algo de las escopetas. “Excelencia”.


P.- Menos mal, sí.

R.- Lo habían visto en Estoril. Haciendo fotos al Conde de Barcelona. Para Franco, todo el que iba a Estoril era masón. No volví a las cacerías.


P.- Las fotos del hospital.

R.- Me las vendió un colaborador de Franco. Amenazó con suicidarse si decía su nombre.


P.- ¿Cómo reaccionó su editor?

R.- Antonio Asensio. Me dijo que que me harían daño. Pero las publicamos. Aunque tenía razón. Necesité guardaespaldas. Hasta Felipe González, mi amigo, me las reprochó. “¿Tú hubieras publicado unas fotos así de tu padre?” Pero mi padre no era jefe de Estado.


P.- Le denunció el marqués de Villaverde.

R.- Era muy chulo. Llegamos al Supremo. Y el presidente del Tribunal, Villaverde, dígame, ¿qué opinión tiene del procesado? Ah, magnífica, estupenda. Un gran señor. Gran periodista. El juez se mosqueó. Me había acusado de ladrón. Ah, no, no, dijo Villaverde, Si él no las ha robado, pero lo denuncié para qué diga quién ha sido. Estuvo a punto de procesarle por falsa denuncia.


P.- Estuvo en el viaje de Pablo VI a Tierra Santa.

R.- El primer Papa que abandonaba el Vaticano.


P.- ¿La coronación de Bokassa?

R.- Había un plato nacional de carne, quizá de escolares asesinados. Fue lo más surrealista que he visto. Con un estadio lleno, en un trono de oro, coronado como Napoleón. Giscard le montó el tinglado a cambio de diamantes.


P.- ¿Qué le debe España a Juan Carlos?

R.- La democracia.


P.- El exilio de Juan Carlos.

R.- Lo echaron. Señor, le dijo Jaime Alfonsín, jefe de la Casa Real, de orden de la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, tiene que abandonar esta casa y este país.


P.- ¿Y no será que el Perú se jode mucho antes?. ¿Aproximadamente con la salida de Sabino Fernández Campos?

R.- Fue el hombre más leal que ha habido en la Zarzuela. Sabino le decía la verdad. Pero claro, el hombre leal es muy incómodo.


P.- Y leal en momentos muy duros.

R.- El 23 F, a las cuatro de la mañana, cuando Milans del Bosch seguía con los tanques en la calle, Juan Carlos se echa a llorar y le dice a Sabino, ¿Te habrás equivocado? Y Sabino respondió: “Señor, si me he equivocado mis compañeros me fusilarán al amanecer”.


P.- Para acabar, ¿vio a los leones?

R.- Sí, y a un oso en su jaula.

El lector me va a permitir que en la columna de esta semana hable de mí. Por la feliz razón de que hoy, sábado día 11, hace ¡¡90 años!! que nací y no el 13, como figura en la partida de nacimiento, fecha en la que mi padre, que estaba de viaje, inscribió mi nacimiento.

Usted puede pensar que me considero una persona un tanto especial con una especial sabiduría o un especial bagaje de experiencias. Sobre lo primero, el pudor y la modestia impiden cualquier comentario por mi parte. Lo segundo, no es que lo crea sino que 70 años de profesión, subiendo a los palacios y descendiendo a las cabañas, lo respalda. Durante todo este tiempo y como periodista he conocido y entrevistado a reyes, reinas, emperadores, emperatrices, príncipes y princesas, duques, grandes duques, duquesas y barones amén de jefes de Estado y de Gobierno, tiranos y dictadores, profesionales de la política, de las ciencias, artistas, intelectuales, actores y actrices, cantantes, empresarios, deportistas, playboys, cortesanas, amantes de reyes y estafadores.

Ante este panorama, no puedo por menos que confesar como Pablo Neruda, que “he vivido” tanto como para entrar hoy en la década de... los ¡¡90!!, un “privilegio” reservado a muy pocos y que, desgraciadamente, suele ser, sin duda alguna, la última década de todo ser humano de más o menos recorrido. Lo hago en plenitud física y mental hasta el extremo de oír con frecuencia: “Este cabrón no puede tener 90 años”. Pues sí señor y muy vividos.

¿El secreto para conservarme así? (¡Qué horrible palabra!): comer una vez, solo una, cada 24 horas. Un día pescado, otro carne, un tercero legumbres, hortalizas y ensaladas. Eso sí, el pescado de Las Coruñesas y la carne de La Finca. Y el café, mucho café, de Orus, mi proveedor particular. Andar diariamente... siete kilómetros. Trabajar ocho y hasta 10 horas diarias. Beber mucha agua. Y procurar no sufrir. Hesíodo decía que “los que sufren, envejecen pronto”.

En un artículo titulado “Viejos”, mi estimada compañera Rosa Montero aportaba una serie de inquietantes datos sobre la vejez. Entre estos, que España es el cuarto país con más esperanza de vida del mundo. “Antes, llegar a viejo era un orgullo, ahora ser viejo es un problema”, escribía Rosa. No estoy de acuerdo. Pienso todo lo contrario. A lo mejor, es que formo parte no de los nueve millones de personas mayores de 65 años, según el Centro Superior de Investigaciones Científicas, sino del 6% de la población de octogenarios. Ignoro cuántos de 90 años. Aunque por las esquelas de ABC, veo que son pocos los que se mueren a esta edad. Aunque a mí ni me preocupa ni temo a la muerte que no es más que un cambio de teatro. Pero ser viejo, querida, es un lujo. ¿Cómo saberlo todo sin envejecer?, se preguntaba un sabio cuyo nombre no recuerdo. Confieso como Stevenson que mi memoria es magnífica para olvidar. Pero tantas cosas han pasado ante mis ojos, algunos casos muy lejos atrás, flotan en la memoria, aunque en el momento de redactar esta columna póstuma, tengo la sensación de que mis recuerdos son como una esperanza invertida: se mira al fondo del pozo, como antes miraba a la cima de la torre. Me gustaría, como Marcel Proust, que la mejor parte de mis recuerdos, ahora que voy a entrar en la última década de mi vida, residieran fuera de mí, en el sonido de una melodía, en el aroma de un perfume o en el olor propio de una habitación y no en las miserias o grandezas de nuestros hombre y mujeres que de todo ha habido en los protagonistas de mi vida profesional.

También me gustaría hoy poder contarles qué pasó aquel año de 1932, en que vine al mundo en un precioso carmen del Albaicín granadino.

Ignoro si el planeta que reinaba ese día que nací yo, como cantaba Imperio Argentina en la película Morena Clara de Florián Rey (1936), era bueno o malo. Pero lo que estaba por venir no presagiaba nada bueno. Eran los años previos a la guerra civil. El 10 de agosto se produce el primer golpe militar contra la República del general Sanjurjo en Sevilla abocado al fracaso. Se declara el estado de guerra en toda Andalucía y el 30 de enero de ese año, Adolf Hitler se convertía en canciller del Reich y los nazis en la primera fuerza alemana con 230 escaños en el Reichstag.

En ese año, Navarra rechaza el estatuto vasco. Desea uno propio según su régimen foral y no unirse a la llamada entonces Vascongadas. Todo esto me suena. Y también se aprueba el Estatuto de Autonomía para Cataluña por 314 votos contra 24, que me sigue sonando.

Además, el Gobierno ordena la retirada de los crucifijos de las escuelas públicas. Y se aprueba la ley de divorcio por primera vez en la historia del país. Coincidiendo con mi nacimiento, se instalan los primeros hornos crematorios para incinerar cadáveres y se suprime la cadena perpetua en el Código Penal.

Esta es mi vida. Espero y deseo que no me olvidéis en esta década en la que estaré tan solo ya que no puedo invitaros a que me acompañéis.

REY FELIPE VI

▼Por la discusión que mantuvo con su padre en Zarzuela y que ha impedido la presencia este fin de semana de Don Juan Carlos en Sanxenxo en la regata que lleva su nombre. A juicio de Zarzuela, tuvo excesiva exposición en su anterior regreso.

PENÉLOPE CRUZ

▲A quien se le ha concedido el Premio Nacional de Cinematografía en reconocimiento a su contribución a la proyección internacional del cine español. La actriz, de 48 años, ha sido ya cuatro veces candidata al Oscar que lo ganó en 2009 con Vicky Cristina Barcelona. También fue galardonada con cuatro Goya.

RAFAEL NADAL

▲Vencedor de 14 ediciones de Roland Garros y cuya gesta no hay palabras para describirlo ya que, como escribía en EL MUNDO, Emilio Sánchez Vicario “se me acaban los adjetivos. Ha ganado la partida de ser el mejor jugador de todos los tiempos. París le ha puesto en el pedestal”.

EL PAPA FRANCISCO

▼Quien, a pesar de que Pedro Sánchez le invitó en 2020 y en 2021, y Núñez Feijóo a visitar Santiago, ha dejado a España fuera de su agenda de viajes cuando, el 7 de agosto, tendrá lugar la Peregrinación Europea de Jóvenes a Compostela. Tampoco al V Centenario de Santa Teresa en Ávila.