Mensaje por Invitado » Mar 26 Nov, 2019 1:33 am
Sally Horner, en agosto de 1948, seis semanas después de ser secuestrada. La foto fue la que se difundió en periódicos para que se avisara a la Policía. La tragedia de la niña que fue secuestrada con 11 años por un depredador sexual muestra numerosas similitudes con la obra maestra de Nabokov. ‘La auténtica Lolita’, de Sarah Weinman, reconstruye su terrible historia.LO - L I -T A Paralelismos entre vida y literatura.Un libro revela que Nabokov sí conoció el secuestro de casi dos años de Sally Horner, pese a que sostuviera que su novela fue pura fantasía. La historia auténtica de la cría fue mucho más cruda MANUEL LLORENTE
ESCENARIO 1. Lolita tiene 12 años en la novela de Vladimir Nabokov. Humbert Humbert, de 42, se casa con su madre para estar cerca de la pequeña. Después de que la madre de Lolita muera accidentalmente, Humbert Humbert y Lolita viajan y duermen juntos durante meses. La novela se publicó por primera vez en Francia en 1955. En Estados Unidos, donde se desató la furia y el entusiasmo, en 1959. El libro lo acabó el 6 de diciembre de 1953, tal y como anotó en su diario: «
Lolita terminada; empezó hace exactamente cinco años». 450 páginas mecanografiadas por su mujer, Véra Nabokov.
ESCENARIO 2. Sally Horner desapareció en junio de 1948 en Candem (Nueva Jersey) con un hombre que dijo llamarse Frank La Salle. Estuvieron juntos 21 meses. Sally tenía 11 años y dos meses. Murió dos años después de ser liberada. La Lolita de Nabokov también fallece cuando va a dar a luz, tras haberse escapado de Humbert Humbert.
Algunas similitudes de ambos casos están contadas en el libro
La auténtica Lolita. El secuestro de Sally Horner y la novela que escandalizó al mundo (Kailas) de la periodista Sarah Weinman, publicado hace un año en Estados Unidos y ahora en España. De la novela de Nabokov se han vendido más de 60 millones de ejemplares en todo el mundo. En nuestro país, 200.000 copias por la editorial Anagrama.
Sarah Weinman indagó en expedientes judiciales, entrevistó a parientes de Sally Horner y visitó algunos de los lugares en los que vivieron la niña y Frank La Salle. Y sostiene que Nabokov es «un narrador que no es de fiar: toda la obra
[Lolita] descansa sobre la creciente tensión entre lo que Humbert Humbert desea que el lector sepa y lo que éste es capaz de distinguir. Resulta demasiado fácil acabar seducido por su sofisticada narración, sus ilustrativas descripciones de la vida de EEUU alrededor de 1947 y sus observaciones acerca de la chiquilla a la que él apoda Lolita. Si uno no tiene cuidado, pierde de vista el hecho de que Humbert ha violado repetidamente a una niña de 12 años a lo largo de casi dos, y sale impune».
ESCENARIO 3. Vladimir Nabokov (San Petersburgo, Rusia, 1899-Clarens, Suiza, 1977) fue preguntado decenas de veces sobre el origen de su
Lolita. En el libro
Opiniones contundentes (Taurus), que recoge 22 entrevistas con el escritor y resulta una radiografía tanto personal como literaria de sus 17 novelas y 500 páginas de relatos breves (según Juan Bonilla, experto en él), dijo a la BBC en 1972: «Debe de haber sido en 1939 en París. El primer estremecimiento de inspiración en cierto modo lo provocó de manera un tanto misteriosa un relato de un periódico, creo que del
Paris-Soir, acerca de un mono del zoológico de París, el cual, después de meses de haber sido adiestrado con halagos por los científicos, produjo al fin el primer dibujo al carbón trazado por un animal, y ese esbozo, reproducido en el periódico, mostraba los barrotes de la jaula de la pobre criatura».
El novelista británico Martin Amis, en un imposible salto al vacío, le
contestó décadas después en
La guerra contra el cliché (Anagrama): «La inspiración para escribir un libro no tiene por qué estar relacionada con el argumento de éste, pero es posible que se haya hecho excesivo hincapié en la falta de relación entre ese
primer débil latido y
Lolita. No se trata sólo de que Lolita fuera enjaulada y esclavizada, con ser esto muy grave. El peor delito de Humbert es haber violentado su naturaleza, haberla obligado, siendo aún niña, a pasar por los aros de la madurez femenina, con lo que insultó y degradó su esencia infantil».
Entonces, ¿no hubo ninguna referencia que le
inspirara al escritor? No y sí. En esa misma entrevista, preguntado por Humbert Humbert, contestó: «Es un hombre inventado por mí, un hombre con una obsesión, y creo que muchos de mis personajes tienen obsesiones repentinas; pero nunca existió. Existió después de escribir yo el libro». Y siguió: «Mientras lo escribía, aquí y allá en los diarios leía yo toda suerte de relatos acerca de caballeros de edad que perseguían a las muchachas: una especie de coincidencia interesante, pero nada más».
ESCENARIO 4. Brian Boyd, en su monumental biografía
Vladimir Nabokov (Anagrama), en la página 268 de su segundo tomo
–Los años americanos–, escribe: «[Nabokov] Necesitaba aprender la jerga de las colegialas de la época, y para eso cogió autobuses y fue apuntando en su diario fragmentos de lo que oía (…) Trató de encontrar estudios recientes de las colegialas americanas, y apuntó en sus fichas todos los detalles pertinentes de trabajos como
Actitudes e intereses de las niñas antes y después de la primera menstruación y La maduración sexual y el crecimiento físico de las niñas de seis a 19 años. Apuntó también noticias sobre accidentes publicadas en periódicos, sobre crímenes sexuales y asesinatos: ‘Un violador de mediana edad’ que secuestró a Sally Horner, una muchacha de 15 años de Nueva Jersey, y la mantuvo en su poder 21 meses, llevándola como ‘esclava’ por todo el país hasta que la encontraron en un motel del sur de California».

Ficha policial de Frank La Salle. Las fotos se las tomaron en 1943, al ser condenado por haber abusado de cinco menores. Cuando Sally Horner fue liberada, él no opuso resistencia a la policía. Murió en la cárcel de arterioesclerosis el 22 de marzo de 1966. Había cumplido 16 años de condena. Estaba al punto de llegar a los 70 años.
ESCENARIO 5. Lolita también tuvo, al menos, otro antecedente, la novela corta
El hechicero (Anagrama), escrita por Nabokov en París (el matrimonio embarcó rumbo a los EEUU huyendo de los nazis en 1940) pero traducida del ruso por su único hijo, Dmitri, en 1987. El protagonista también es un cuarentón, la niña también tiene 12 años.
Sarah Weinman dice en
La auténtica Lolita: «Lo que Humbert Humbert le hizo a Dolores Haze es, de hecho, lo que Frank La Salle le hizo a Sally Horner en 1948». Y escribe que La Salle fue un hombre con una cicatriz que le recorría la mejilla derecha, otra marca en la garganta y una media luna tatuada en una mano. También fue canoso, delgado y con cara de halcón bajo un sombrero de fieltro. Sally robó una libreta de cinco centavos en una tienda en marzo de 1948. «Soy agente del FBI», le dijo a Sally. «Estás arrestada». La dejó marchar a cambio de que le
informase y así no tendría que avisar a la madre de la fechoría desde la cárcel. Su madre, costurera, era viuda. El padre, alcohólico, se había suicidado cinco años atrás.
Se acaba el curso, Sally sacó buenas notas, siguió colaborando con la Cruz Roja juvenil, fue voluntaria en hospitales. A mediados de junio de ese 1948 (Sally acababa de cumplir 11 años) reapareció el hombre de la cicatriz. Comenta a tu madre (vino a decirla) que yo soy el padre de dos amigas tuyas del colegio que te han invitado a pasar unas vacaciones en Atlantic City. Mientras la niña lo contaba en casa a su madre, sonó el teléfono: era el hombre del sombrero y la cicatriz, «el señor Warren». En la casa hay mucho sitio, dijo a la madre. «Era una oportunidad para que Sally fuera de vacaciones. Yo no podía permitírmelas», dijo la madre (Ella Horner) semanas después. Aunque también señaló que la cría no estuvo especialmente encantada. Sally Horner había sido amenazada por el hombre
del FBI «por orden del Gobierno».
14 de junio de 1948. Madre e hija fueron a la estación de autobuses de Camden. Sally subió y Ella Horner la vio sentada junto al que supuso el señor «Warren». Ni él se acercó a saludar a la madre ni ella vio que estuviera con sus hijas. Una carta, una llamada telefónica (siempre desde una cabina) tranquilizaban a la señora Horner. Incluso se dejó convencer para que Sally continuara las vacaciones (va a ver un espectáculo de hielo). Las cartas de la madre a la hija regresaron con la frase «Devolver al remitente». 31 de julio, otra carta. Se van a Baltimore, volverá a casa a finales de semana. La hermana de Sally, Susan, estaba a punto de dar a luz: ¿cómo va a estar lejos de casa ante una situación así? Ella Horner llamó a la policía. 4 de agosto: los agentes William Marter y Marshall Thompson entran en una habitación de Atlantic City vacía. La casera, la señora McCord, les dijo que allí vivieron el señor Warren y la niña, él
haciendo de padre. Ni rastro de una mujer ni de otras niñas. Durante esos días, Warren trabajó en una gasolinera bajo el nombre de Frank Robinson. No recogió su última paga, ni la ropa, ni el sombrero. Tampoco una foto de Sally columpiándose ese mes de agosto (seis semanas después de salir de casa).
Peor aún, si cabe. La policía informó a la señora Horner que el señor Warren en realidad era Frank La Salle, quien seis meses antes de desaparecer su hija había salido de la cárcel donde cumplió condena por mantener relaciones sexuales con cinco niñas de edades comprendidas entre 12 y 14 años. Ocurrió en marzo de 1942. La policía de Camden vio sola a una niña a las tres de la madrugada. Horas después confesó que ese hombre, La Salle, la había obligado a mantener relaciones íntimas; y antes, que le presentara a cuatro amigas. Huyó y fue detenido un año después. Se le condenó el 22 de marzo de 1943 a dos años y medio de cárcel. El 18 de junio de 1944 se le concedió la libertad condicional. Pasó 14 meses en prisión. Acusado de cobrar un cheque falso de 110 dólares, volvió a presidio. Salió en 1948. En marzo fue cuando habló por primera vez con la niña Sally Horner.
La foto de la niña en el columpio apareció en periódicos de todo el país. El (ahora) detective Thompson siguió con el caso. Muchos dieron por muerta a la niña. Él, padre de una hija única, no. Fue tenaz. Investigó pistas que le llegaron desde Pensilvania y Filadelfia. Habló con la primera mujer de La Salle y con la segunda. Difícil encontrar a alguien que ha cambiado hasta 20 veces de nombre. La Salle también había sido líder de una banda de ladrones de coches y contrabandista.
En Baltimore, siempre según el libro de Sarah Weinman, la violación a la niña había empezado a ser habitual... a la vez que la matriculó en un colegio católico. En marzo de 1949 (llevan nueve meses juntos) se fueron de la ciudad. La Salle ha sido acusado de secuestro, lo que supone enfrentarse a entre 30 y 35 años de prisión. Fueron a un parque de caravanas de Dallas. La niña, a otro colegio católico donde logró notables y sobresalientes. En febrero de 1950, se trasladaron de Dallas hacia otro parque de caravanas, ahora de San José (California). Allí, una mujer, Ruth chuli, notó algo raro en sus vecinos, una niña y su padre. Se fue acercando a Sally hasta que confesó. Llamaron por teléfono a la madre, pero la línea estaba desconectada por falta de pago. Llamaron a la hermana de Sally. Contestó su cuñado, Al Panaro. ¿Dónde estás? Al Panaro preguntó por el detective Marshall Thompson. Fin.
Sally confirmó a un tribunal que en Baltimore Frank La Salle fue la primera vez que la forzó, que él llevaba un arma durante mucho tiempo para mantener su papel como agente del FBI.
ESCENARIO 6. El 31 de marzo de 1950, Sally volvió a ver a su madre, 21 meses después. En 1952 se graduó con matrícula de honor. Ese verano, el 15 de agosto, fue a la playa con una amiga, Carol Starts. Las dos trabajaban de camareras. Sally, que tenía ya 15 años, conoció a un apuesto Edward Baker, de 20. El día 18 tuvieron un accidente. Un coche que venía en sentido contrario los arrolló. Sally murió sin sentir nada.
El 20 de agosto, Nabokov, según Sarah Weinman, escribió unas líneas sobre la muerte de Sally Horner «en una de las 94 notas acerca de
Lolita que nos han llegado. En ella se da cuenta de la muerte de Sally».
El funeral de Sally se celebró el 22 de agosto. La Salle envió un ramo de flores desde la cárcel.
“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. pi. Ta.
Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, cuando estaba derecha, con su metro cuarenta y ocho de estatura, sobre un pie enfundado en un calcetín. Era Lola cuando llevaba puestos los pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos fue siempre Lolita”.
-Inolvidable comienzo de ‘Lolita’, la célebre novela de Nabokov.
[img]https://i.imgur.com/O4eit7M.jpg[/img]
[f]Sally Horner, en agosto de 1948, seis semanas después de ser secuestrada. La foto fue la que se difundió en periódicos para que se avisara a la Policía. La tragedia de la niña que fue secuestrada con 11 años por un depredador sexual muestra numerosas similitudes con la obra maestra de Nabokov. ‘La auténtica Lolita’, de Sarah Weinman, reconstruye su terrible historia.[/f]
[t1=250]LO - L I -T A[/t1]
[t1=150]Paralelismos entre vida y literatura.Un libro revela que Nabokov sí conoció el secuestro de casi dos años de Sally Horner, pese a que sostuviera que su novela fue pura fantasía. La historia auténtica de la cría fue mucho más cruda[/t1]
MANUEL LLORENTE
[t1=130]ESCENARIO 1.[/t1] Lolita tiene 12 años en la novela de Vladimir Nabokov. Humbert Humbert, de 42, se casa con su madre para estar cerca de la pequeña. Después de que la madre de Lolita muera accidentalmente, Humbert Humbert y Lolita viajan y duermen juntos durante meses. La novela se publicó por primera vez en Francia en 1955. En Estados Unidos, donde se desató la furia y el entusiasmo, en 1959. El libro lo acabó el 6 de diciembre de 1953, tal y como anotó en su diario: «[i]Lolita[/i] terminada; empezó hace exactamente cinco años». 450 páginas mecanografiadas por su mujer, Véra Nabokov.
[t1=130]ESCENARIO 2.[/t1] Sally Horner desapareció en junio de 1948 en Candem (Nueva Jersey) con un hombre que dijo llamarse Frank La Salle. Estuvieron juntos 21 meses. Sally tenía 11 años y dos meses. Murió dos años después de ser liberada. La Lolita de Nabokov también fallece cuando va a dar a luz, tras haberse escapado de Humbert Humbert.
Algunas similitudes de ambos casos están contadas en el libro [i]La auténtica Lolita. El secuestro de Sally Horner y la novela que escandalizó al mundo[/i] (Kailas) de la periodista Sarah Weinman, publicado hace un año en Estados Unidos y ahora en España. De la novela de Nabokov se han vendido más de 60 millones de ejemplares en todo el mundo. En nuestro país, 200.000 copias por la editorial Anagrama.
Sarah Weinman indagó en expedientes judiciales, entrevistó a parientes de Sally Horner y visitó algunos de los lugares en los que vivieron la niña y Frank La Salle. Y sostiene que Nabokov es «un narrador que no es de fiar: toda la obra [i][Lolita[/i]] descansa sobre la creciente tensión entre lo que Humbert Humbert desea que el lector sepa y lo que éste es capaz de distinguir. Resulta demasiado fácil acabar seducido por su sofisticada narración, sus ilustrativas descripciones de la vida de EEUU alrededor de 1947 y sus observaciones acerca de la chiquilla a la que él apoda Lolita. Si uno no tiene cuidado, pierde de vista el hecho de que Humbert ha violado repetidamente a una niña de 12 años a lo largo de casi dos, y sale impune».
[t1=130]ESCENARIO 3.[/t1] Vladimir Nabokov (San Petersburgo, Rusia, 1899-Clarens, Suiza, 1977) fue preguntado decenas de veces sobre el origen de su [i]Lolita[/i]. En el libro [i]Opiniones contundentes[/i] (Taurus), que recoge 22 entrevistas con el escritor y resulta una radiografía tanto personal como literaria de sus 17 novelas y 500 páginas de relatos breves (según Juan Bonilla, experto en él), dijo a la BBC en 1972: «Debe de haber sido en 1939 en París. El primer estremecimiento de inspiración en cierto modo lo provocó de manera un tanto misteriosa un relato de un periódico, creo que del [i]Paris-Soir[/i], acerca de un mono del zoológico de París, el cual, después de meses de haber sido adiestrado con halagos por los científicos, produjo al fin el primer dibujo al carbón trazado por un animal, y ese esbozo, reproducido en el periódico, mostraba los barrotes de la jaula de la pobre criatura».
El novelista británico Martin Amis, en un imposible salto al vacío, le [i]contestó[/i] décadas después en [i]La guerra contra el cliché[/i] (Anagrama): «La inspiración para escribir un libro no tiene por qué estar relacionada con el argumento de éste, pero es posible que se haya hecho excesivo hincapié en la falta de relación entre ese [i]primer débil latido[/i] y [i]Lolita[/i]. No se trata sólo de que Lolita fuera enjaulada y esclavizada, con ser esto muy grave. El peor delito de Humbert es haber violentado su naturaleza, haberla obligado, siendo aún niña, a pasar por los aros de la madurez femenina, con lo que insultó y degradó su esencia infantil».
Entonces, ¿no hubo ninguna referencia que le [i]inspirara[/i] al escritor? No y sí. En esa misma entrevista, preguntado por Humbert Humbert, contestó: «Es un hombre inventado por mí, un hombre con una obsesión, y creo que muchos de mis personajes tienen obsesiones repentinas; pero nunca existió. Existió después de escribir yo el libro». Y siguió: «Mientras lo escribía, aquí y allá en los diarios leía yo toda suerte de relatos acerca de caballeros de edad que perseguían a las muchachas: una especie de coincidencia interesante, pero nada más».
[t1=130]ESCENARIO 4.[/t1] Brian Boyd, en su monumental biografía [i]Vladimir Nabokov[/i] (Anagrama), en la página 268 de su segundo tomo [i]–Los años americanos–[/i], escribe: «[Nabokov] Necesitaba aprender la jerga de las colegialas de la época, y para eso cogió autobuses y fue apuntando en su diario fragmentos de lo que oía (…) Trató de encontrar estudios recientes de las colegialas americanas, y apuntó en sus fichas todos los detalles pertinentes de trabajos como [i]Actitudes e intereses de las niñas antes y después de la primera menstruación y La maduración sexual y el crecimiento físico de las niñas de seis a 19 años[/i]. Apuntó también noticias sobre accidentes publicadas en periódicos, sobre crímenes sexuales y asesinatos: ‘Un violador de mediana edad’ que secuestró a Sally Horner, una muchacha de 15 años de Nueva Jersey, y la mantuvo en su poder 21 meses, llevándola como ‘esclava’ por todo el país hasta que la encontraron en un motel del sur de California».
[cajai=35][img]https://i.imgur.com/Oeb09op.jpg[/img]
[f]Ficha policial de Frank La Salle. Las fotos se las tomaron en 1943, al ser condenado por haber abusado de cinco menores. Cuando Sally Horner fue liberada, él no opuso resistencia a la policía. Murió en la cárcel de arterioesclerosis el 22 de marzo de 1966. Había cumplido 16 años de condena. Estaba al punto de llegar a los 70 años.[/f][/cajai]
[t1=130]ESCENARIO 5.[/t1] [i]Lolita[/i] también tuvo, al menos, otro antecedente, la novela corta [i]El hechicero[/i] (Anagrama), escrita por Nabokov en París (el matrimonio embarcó rumbo a los EEUU huyendo de los nazis en 1940) pero traducida del ruso por su único hijo, Dmitri, en 1987. El protagonista también es un cuarentón, la niña también tiene 12 años.
Sarah Weinman dice en [i]La auténtica Lolita[/i]: «Lo que Humbert Humbert le hizo a Dolores Haze es, de hecho, lo que Frank La Salle le hizo a Sally Horner en 1948». Y escribe que La Salle fue un hombre con una cicatriz que le recorría la mejilla derecha, otra marca en la garganta y una media luna tatuada en una mano. También fue canoso, delgado y con cara de halcón bajo un sombrero de fieltro. Sally robó una libreta de cinco centavos en una tienda en marzo de 1948. «Soy agente del FBI», le dijo a Sally. «Estás arrestada». La dejó marchar a cambio de que le [i]informase[/i] y así no tendría que avisar a la madre de la fechoría desde la cárcel. Su madre, costurera, era viuda. El padre, alcohólico, se había suicidado cinco años atrás.
Se acaba el curso, Sally sacó buenas notas, siguió colaborando con la Cruz Roja juvenil, fue voluntaria en hospitales. A mediados de junio de ese 1948 (Sally acababa de cumplir 11 años) reapareció el hombre de la cicatriz. Comenta a tu madre (vino a decirla) que yo soy el padre de dos amigas tuyas del colegio que te han invitado a pasar unas vacaciones en Atlantic City. Mientras la niña lo contaba en casa a su madre, sonó el teléfono: era el hombre del sombrero y la cicatriz, «el señor Warren». En la casa hay mucho sitio, dijo a la madre. «Era una oportunidad para que Sally fuera de vacaciones. Yo no podía permitírmelas», dijo la madre (Ella Horner) semanas después. Aunque también señaló que la cría no estuvo especialmente encantada. Sally Horner había sido amenazada por el hombre [i]del FBI[/i] «por orden del Gobierno».
14 de junio de 1948. Madre e hija fueron a la estación de autobuses de Camden. Sally subió y Ella Horner la vio sentada junto al que supuso el señor «Warren». Ni él se acercó a saludar a la madre ni ella vio que estuviera con sus hijas. Una carta, una llamada telefónica (siempre desde una cabina) tranquilizaban a la señora Horner. Incluso se dejó convencer para que Sally continuara las vacaciones (va a ver un espectáculo de hielo). Las cartas de la madre a la hija regresaron con la frase «Devolver al remitente». 31 de julio, otra carta. Se van a Baltimore, volverá a casa a finales de semana. La hermana de Sally, Susan, estaba a punto de dar a luz: ¿cómo va a estar lejos de casa ante una situación así? Ella Horner llamó a la policía. 4 de agosto: los agentes William Marter y Marshall Thompson entran en una habitación de Atlantic City vacía. La casera, la señora McCord, les dijo que allí vivieron el señor Warren y la niña, él [i]haciendo[/i] de padre. Ni rastro de una mujer ni de otras niñas. Durante esos días, Warren trabajó en una gasolinera bajo el nombre de Frank Robinson. No recogió su última paga, ni la ropa, ni el sombrero. Tampoco una foto de Sally columpiándose ese mes de agosto (seis semanas después de salir de casa).
Peor aún, si cabe. La policía informó a la señora Horner que el señor Warren en realidad era Frank La Salle, quien seis meses antes de desaparecer su hija había salido de la cárcel donde cumplió condena por mantener relaciones sexuales con cinco niñas de edades comprendidas entre 12 y 14 años. Ocurrió en marzo de 1942. La policía de Camden vio sola a una niña a las tres de la madrugada. Horas después confesó que ese hombre, La Salle, la había obligado a mantener relaciones íntimas; y antes, que le presentara a cuatro amigas. Huyó y fue detenido un año después. Se le condenó el 22 de marzo de 1943 a dos años y medio de cárcel. El 18 de junio de 1944 se le concedió la libertad condicional. Pasó 14 meses en prisión. Acusado de cobrar un cheque falso de 110 dólares, volvió a presidio. Salió en 1948. En marzo fue cuando habló por primera vez con la niña Sally Horner.
La foto de la niña en el columpio apareció en periódicos de todo el país. El (ahora) detective Thompson siguió con el caso. Muchos dieron por muerta a la niña. Él, padre de una hija única, no. Fue tenaz. Investigó pistas que le llegaron desde Pensilvania y Filadelfia. Habló con la primera mujer de La Salle y con la segunda. Difícil encontrar a alguien que ha cambiado hasta 20 veces de nombre. La Salle también había sido líder de una banda de ladrones de coches y contrabandista.
En Baltimore, siempre según el libro de Sarah Weinman, la violación a la niña había empezado a ser habitual... a la vez que la matriculó en un colegio católico. En marzo de 1949 (llevan nueve meses juntos) se fueron de la ciudad. La Salle ha sido acusado de secuestro, lo que supone enfrentarse a entre 30 y 35 años de prisión. Fueron a un parque de caravanas de Dallas. La niña, a otro colegio católico donde logró notables y sobresalientes. En febrero de 1950, se trasladaron de Dallas hacia otro parque de caravanas, ahora de San José (California). Allí, una mujer, Ruth chuli, notó algo raro en sus vecinos, una niña y su padre. Se fue acercando a Sally hasta que confesó. Llamaron por teléfono a la madre, pero la línea estaba desconectada por falta de pago. Llamaron a la hermana de Sally. Contestó su cuñado, Al Panaro. ¿Dónde estás? Al Panaro preguntó por el detective Marshall Thompson. Fin.
Sally confirmó a un tribunal que en Baltimore Frank La Salle fue la primera vez que la forzó, que él llevaba un arma durante mucho tiempo para mantener su papel como agente del FBI.
[t1=130]ESCENARIO 6.[/t1] El 31 de marzo de 1950, Sally volvió a ver a su madre, 21 meses después. En 1952 se graduó con matrícula de honor. Ese verano, el 15 de agosto, fue a la playa con una amiga, Carol Starts. Las dos trabajaban de camareras. Sally, que tenía ya 15 años, conoció a un apuesto Edward Baker, de 20. El día 18 tuvieron un accidente. Un coche que venía en sentido contrario los arrolló. Sally murió sin sentir nada.
El 20 de agosto, Nabokov, según Sarah Weinman, escribió unas líneas sobre la muerte de Sally Horner «en una de las 94 notas acerca de [i]Lolita[/i] que nos han llegado. En ella se da cuenta de la muerte de Sally».
El funeral de Sally se celebró el 22 de agosto. La Salle envió un ramo de flores desde la cárcel.
[list][i][t1=120]“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. pi. Ta.
Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, cuando estaba derecha, con su metro cuarenta y ocho de estatura, sobre un pie enfundado en un calcetín. Era Lola cuando llevaba puestos los pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos fue siempre Lolita”.[/t1]
-Inolvidable comienzo de ‘Lolita’, la célebre novela de Nabokov.[/i][/list]