Mensaje por Invitado » Sab 27 Abr, 2024 10:26 pm
V. M.BERROCAL
UNA BRIDGET JONES, MUY FLACA, Y CON TOY BOY
La última entrega de Bridget Jones está al caer y en LOC hemos querido buscar quién interpretaría mejor este papel en España. Vicky Martín Berrocal atraviesa un momento dulce con Enrique Solís, su novio de 30.
ALBERTO REYVUELVE BRIDGET JONES a los cines. Lo hará el día de San Valentín de 2025. Hasta la fecha de lanzamiento de la cuarta entrega de la saga tiene retranca. Y todo indica que Renée Zellweger, su protagonista, se marcará una buena gira promocional. Más de dos décadas después del bombazo de
El diario de Bridget Jones, ni Bridget ni Renée son la misma persona. Ni representan las mismas cosas ni podemos compararlas con la misma gente. O sí. Actrices como Olivia Colman y Candela Peña, cantantes como Adele y Chenoa o famosas multiusos como Vicky Martín Berrocal son causa y consecuencia del fenómeno Bridget Jones: el triunfo de la mujer normal y, sobre todo, su negativa a tener que pedir permiso y perdón por todo. Bridget es locuela como Olivia, metepatas como Candela, ordinaria como Adele y orgullosa como Chenoa. Ha estado, como Vicky, toda su pvta vida a dieta, pero ya está harta. Y ha descubierto que, a los 50, lo último que una quiere es tener a su lado a un tío de 60. En
Bridget Jones: Mad About The Boy, Bridget es viuda y tiene dos hijos. También tiene una fijación con un hombre joven. Si en 2013, cuando se publicó la novela, eso no tenía mayor importancia, por qué iba a tenerla en 2025, cuando se estrene la película. Eso también es feminismo (¿eso también es feminismo?).
BRIDGET TRASPASÓ LA PANTALLA
Bridget Jones, personaje interpretado por Renée Zellweger, se convirtió en una especia de heroína cotidiana y traspasó la pantalla del cine. Del rodaje de ‘El diario de Bridget Jones’ hay muchas anécdotas como que la propia Renée tuvo que engordar diez kilos para interpretarla y también aprender a usar acento inglés. Kate Winslet rechazó el papel porque no quería interpretar a una chica cuya preocupación era si estaba gorda o no (una preocupación que sigue muy vigente). El personaje de Mark Darcy, al que daba vida Colin Firth, es un homenaje al libro ‘Orgullo y prejuicio’ de Jane Austen.
El diario de Bridget Jones es una de las cumbres de la chick lit (literalmente: “libros de tías”) subgénero literario de arrollador éxito que hizo estrellas a Helen Fielding (autora de la saga de Bridget Jones), Candace Bushnell (
Sexo en Nueva York), Sophie Kinsella o Marian Keyes. En España, Elisabet Benavent o, en versión guarrona, Megan Maxwell, son sus reinas. Casi todas han visto como varias de sus obras se convertían en películas. Sin embargo,
El diario de Bridget Jones (la película) y
Sexo en Nueva York (la serie, las películas no) son realmente las únicas que han encontrado un lugar propio en la cultura pop.
Si tuviésemos que elegir una mujer real, española y conocida, para hacer de puente entre ambos universos, el de Bridget Jones y el de Carrie Bradshaw, esa mujer sería sin duda Vicky Martín Berrocal. Uno la imagina a lo Bridget anotando con vergüenza (y con gracia) sus desdichas nutricionales día a día y, luego, en otro cuaderno, escribiendo reflexiones sobre amor y sexo, como la protagonista de
Sexo en Nueva York.
Por fuerte que sea la presencia cultural de la petarda Carrie, con sus neurosis y sus Manolos, Bridget, con sus neurosis y sus manolitos, es un personaje, una mujer y un concepto mucho más potente. Para empezar, porque
Sexo en Nueva York (como
Valeria, su dignísima y desacomplejada copia española) distribuye virtudes y defectos entre sus varias protagonistas. Bridget, en cambio, se los come todos. Sobre todo los defectos. Y los manolitos.
En su podcast, Vicky Martín Berrocal es Carrie (que, en
And Just Like That… la secuela de
Sexo en Nueva York, también es podcaster); en las tomas falsas de Masterchef es Bridget perdiendo los papeles con cualquier hidrato de carbono. A Vicky me la imagino tanto ilusionadísima ante una celebración de San Valentín como llamándola, como acuñó el irrepetible Fabio McNamara, “San Ballantine’s”. Bridget Jones diría lo mismo, aunque su bebida favorita es el Chardonnay. En su momento, se acusó a Bridget (inciso: se acusó a un personaje de ficción) de haber devaluado la percepción de ese tipo de vino. Decían que asociarlo a una soltera patética no ayudaba a las ventas. No obstante, en 2024, los Chardonnay siguen despachándose con alegría. Además, ¿cuál es el problema de usarlos para ahogar las penas amorosas en alcohol? ¿Acaso se han quejado los fabricantes de batamantas, helado, chocolatinas, queso, galletas y porno? Que levante la mano quién no haya recurrido a alguno de esos elementos (o a todos, o a todos al tiempo) para salir adelante después de un bajonazo sentimental. A su manera, Bridget Jones reivindicó todo eso como derecho fundamental. Para las tías, para los tíos y para todes. Qué ganas de ver cómo la Bridget fílmica de 2025 se enfrenta a eses coses, por cierto.
Vicky Martín Berrocal, como todas las de su clase, es muchas cosas a la vez… y ninguna del todo. Diseña, presenta, podcastea… Durante un tiempo fue un poco actriz pero, como tantas otras, esa carrera también la dejó a medias. Ojalá no hubiera sido así y, gracias a ella, el cine español tuviera a su propia Bridget Jones. Y a su propia Carrie Bradshaw. “Hoy me he fumado treinta pitis, me he zampado veinte manolitos y, mientras escribo esto, voy por la tercera copa de rebujito. La báscula se me ha quedado sin pilas y no pienso salir a comprar porque qué necesidad de añadirme desgracias”. Ojalá Renée Zellweger acuda al podcast de Vicky para promocionar su nueva película. Ojalá entonces Vicky no se haya cansado de ese trabajo (“trabajo”).
EL MUNDO / SÁBADO 27 DE ABRIL DE 2024
[img]https://i.imgur.com/gxLdyoF.jpeg[/img]
[font=Georgia][size=180][color=#ff151e]V. M.BERROCAL[/color][/size]
[size=200]UNA BRIDGET JONES, MUY FLACA, Y CON TOY BOY[/size]
[size=130]La última entrega de Bridget Jones está al caer y en LOC hemos querido buscar quién interpretaría mejor este papel en España. Vicky Martín Berrocal atraviesa un momento dulce con Enrique Solís, su novio de 30.[/size]
ALBERTO REY[/font]
[font=Georgia][color=#ff151e][size=70][s]V[/s][/size][/color][/font]UELVE BRIDGET JONES a los cines. Lo hará el día de San Valentín de 2025. Hasta la fecha de lanzamiento de la cuarta entrega de la saga tiene retranca. Y todo indica que Renée Zellweger, su protagonista, se marcará una buena gira promocional. Más de dos décadas después del bombazo de [i]El diario de Bridget Jones[/i], ni Bridget ni Renée son la misma persona. Ni representan las mismas cosas ni podemos compararlas con la misma gente. O sí. Actrices como Olivia Colman y Candela Peña, cantantes como Adele y Chenoa o famosas multiusos como Vicky Martín Berrocal son causa y consecuencia del fenómeno Bridget Jones: el triunfo de la mujer normal y, sobre todo, su negativa a tener que pedir permiso y perdón por todo. Bridget es locuela como Olivia, metepatas como Candela, ordinaria como Adele y orgullosa como Chenoa. Ha estado, como Vicky, toda su pvta vida a dieta, pero ya está harta. Y ha descubierto que, a los 50, lo último que una quiere es tener a su lado a un tío de 60. En[i] Bridget Jones: Mad About The Boy[/i], Bridget es viuda y tiene dos hijos. También tiene una fijación con un hombre joven. Si en 2013, cuando se publicó la novela, eso no tenía mayor importancia, por qué iba a tenerla en 2025, cuando se estrene la película. Eso también es feminismo (¿eso también es feminismo?).
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[b][color=#ff151e]BRIDGET TRASPASÓ LA PANTALLA[/color][/b]
Bridget Jones, personaje interpretado por Renée Zellweger, se convirtió en una especia de heroína cotidiana y traspasó la pantalla del cine. Del rodaje de ‘El diario de Bridget Jones’ hay muchas anécdotas como que la propia Renée tuvo que engordar diez kilos para interpretarla y también aprender a usar acento inglés. Kate Winslet rechazó el papel porque no quería interpretar a una chica cuya preocupación era si estaba gorda o no (una preocupación que sigue muy vigente). El personaje de Mark Darcy, al que daba vida Colin Firth, es un homenaje al libro ‘Orgullo y prejuicio’ de Jane Austen.[/cajad][i]El diario de Bridget Jones[/i] es una de las cumbres de la chick lit (literalmente: “libros de tías”) subgénero literario de arrollador éxito que hizo estrellas a Helen Fielding (autora de la saga de Bridget Jones), Candace Bushnell ([i]Sexo en Nueva York[/i]), Sophie Kinsella o Marian Keyes. En España, Elisabet Benavent o, en versión guarrona, Megan Maxwell, son sus reinas. Casi todas han visto como varias de sus obras se convertían en películas. Sin embargo, [i]El diario de Bridget Jones[/i] (la película) y [i]Sexo en Nueva York[/i] (la serie, las películas no) son realmente las únicas que han encontrado un lugar propio en la cultura pop.
Si tuviésemos que elegir una mujer real, española y conocida, para hacer de puente entre ambos universos, el de Bridget Jones y el de Carrie Bradshaw, esa mujer sería sin duda Vicky Martín Berrocal. Uno la imagina a lo Bridget anotando con vergüenza (y con gracia) sus desdichas nutricionales día a día y, luego, en otro cuaderno, escribiendo reflexiones sobre amor y sexo, como la protagonista de [i]Sexo en Nueva York[/i].
Por fuerte que sea la presencia cultural de la petarda Carrie, con sus neurosis y sus Manolos, Bridget, con sus neurosis y sus manolitos, es un personaje, una mujer y un concepto mucho más potente. Para empezar, porque [i]Sexo en Nueva York[/i] (como [i]Valeria[/i], su dignísima y desacomplejada copia española) distribuye virtudes y defectos entre sus varias protagonistas. Bridget, en cambio, se los come todos. Sobre todo los defectos. Y los manolitos.
En su podcast, Vicky Martín Berrocal es Carrie (que, en [i]And Just Like That…[/i] la secuela de [i]Sexo en Nueva York[/i], también es podcaster); en las tomas falsas de Masterchef es Bridget perdiendo los papeles con cualquier hidrato de carbono. A Vicky me la imagino tanto ilusionadísima ante una celebración de San Valentín como llamándola, como acuñó el irrepetible Fabio McNamara, “San Ballantine’s”. Bridget Jones diría lo mismo, aunque su bebida favorita es el Chardonnay. En su momento, se acusó a Bridget (inciso: se acusó a un personaje de ficción) de haber devaluado la percepción de ese tipo de vino. Decían que asociarlo a una soltera patética no ayudaba a las ventas. No obstante, en 2024, los Chardonnay siguen despachándose con alegría. Además, ¿cuál es el problema de usarlos para ahogar las penas amorosas en alcohol? ¿Acaso se han quejado los fabricantes de batamantas, helado, chocolatinas, queso, galletas y porno? Que levante la mano quién no haya recurrido a alguno de esos elementos (o a todos, o a todos al tiempo) para salir adelante después de un bajonazo sentimental. A su manera, Bridget Jones reivindicó todo eso como derecho fundamental. Para las tías, para los tíos y para todes. Qué ganas de ver cómo la Bridget fílmica de 2025 se enfrenta a eses coses, por cierto.
Vicky Martín Berrocal, como todas las de su clase, es muchas cosas a la vez… y ninguna del todo. Diseña, presenta, podcastea… Durante un tiempo fue un poco actriz pero, como tantas otras, esa carrera también la dejó a medias. Ojalá no hubiera sido así y, gracias a ella, el cine español tuviera a su propia Bridget Jones. Y a su propia Carrie Bradshaw. “Hoy me he fumado treinta pitis, me he zampado veinte manolitos y, mientras escribo esto, voy por la tercera copa de rebujito. La báscula se me ha quedado sin pilas y no pienso salir a comprar porque qué necesidad de añadirme desgracias”. Ojalá Renée Zellweger acuda al podcast de Vicky para promocionar su nueva película. Ojalá entonces Vicky no se haya cansado de ese trabajo (“trabajo”).
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