LA EXPLOTACION SEXUAL INFANTIL

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Expandir vista Revisión de tema: LA EXPLOTACION SEXUAL INFANTIL

LA EXPLOTACION SEXUAL INFANTIL

Mensaje por Invitado » Jue 07 Dic, 2023 8:38 pm

Elon Musk acusa a Disney de traficar con niños.

LA EXPLOTACION SEXUAL INFANTIL

Mensaje por Invitado » Sab 28 Oct, 2023 3:57 pm

La investigación del Defensor del Pueblo estima en 440.000 las víctimas de pederastia en la Iglesia española

El histórico informe sobre los abusos en el clero, muy duro con la institución, convierte a España en el país con la proyección oficial de víctimas más alta. Se basa en una encuesta a 8.000 personas que cifra los afectados en un 1,13% de la población. Recomienda que el Estado también asuma su indemnización

https://elpais.com/sociedad/2023-10-27/ ... anola.html



LA EXPLOTACION SEXUAL INFANTIL

Mensaje por Invitado » Jue 20 Jul, 2023 7:06 pm


Sonido de Libertad (Sound of Freedom) Trailer oficial en español.
Basada en una apasionante historia verdadera, Sonido de Libertad relata la misión de un hombre para rescatar a niños de los rincones más oscuros del mundo.




Sound of Freedom: por esto no quieren que la veas | Con Eduardo Verástegui

LA EXPLOTACION SEXUAL INFANTIL

Mensaje por Invitado » Jue 04 May, 2023 3:56 pm

LA EXPLOTACION SEXUAL INFANTIL

Mensaje por Invitado » Lun 01 May, 2023 9:58 pm

Solo si hay sotanas.

LA EXPLOTACION SEXUAL INFANTIL

Mensaje por Invitado » Lun 17 Abr, 2023 3:37 am

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El depredador benévolo

En un piso del barrio de Salamanca, que imaginamos antiguo y cavernoso, Martin Vigil escribía cartas y tendía cebos a adolescentes, a quienes deslumbraba para abusar de ellos

Antonio Muñoz Molina

Uno no siempre dice la verdad sobre su educación lectora, unas veces por corregir el pasado, otras por simple olvido. Solo desde hace poco tiempo he vuelto a acordarme de que uno de los escritores a los que más admiré en mi primera adolescencia fue José Luis Martín Vigil, que ha regresado tristemente del olvido más de 10 años después de su muerte por una serie de sórdidas historias de abusos investigadas por Íñigo Domínguez. El tránsito entre el éxito abrumador y el descrédito irreparable puede ser muy rápido. Nadie puede desaparecer tan sin rastro como quien ha sido muy visible. Los lectores jóvenes de ahora no pueden imaginar la popularidad que tuvo Martín Vigil en los años sesenta y setenta, en aquella cultura literaria del franquismo que se ha borrado por completo de los estudios académicos y de la memoria común, y en la que predominaban superventas como las novelas de José María Gironella sobre la guerra civil y el Libro de la vida sexual del doctor López Ibor, sexólogo del Opus Dei. Había una propensión cautelosa a los temas “fuertes”, a las historias de insinuaciones sexuales, incluso de una cierta denuncia social. Ahora los autores que recordamos de aquellos años son sobre todo Miguel Delibes y Camilo José Cela, pero José María Gironella era mucho más leído que cualquiera de los dos. Los títulos de su trilogía sobre la guerra eran omnipresentes, y sugerían por sí mismos como una promesa de ecuanimidad en la rememoración: Los cipreses creen en Dios, Un millón de muertos, Ha estallado la paz. A Gironella llegué a saludarlo cuando ya era muy viejo, resignado a la oscuridad, tal vez también a la pobreza, después de haber vendido tantos centenares de millares de libros. Es posible que fuera mejor novelista de lo que recordamos.

Solo los títulos de las novelas de Martín Vigil competían en popularidad con los de Gironella. A los lectores incautos nos provocaban una sensación de atrevimiento y hasta de audacia, muy propia de aquella época, en la que había tan poca información y tan poca libertad, pero estaban surgiendo ya tantas expectativas, y en la que era tan fácil el gato por liebre. En una sociedad aislada, inquieta y medrosa, negociantes astutos como Cela o Dalí podían labrarse sin peligro una leyenda rentable de provocadores. El papel que ideó para sí mismo Martín Vigil fue el de aliado y cronista de una forma de rebeldía adolescente que no llegaba a desprenderse del cobijo de la Iglesia católica, que vindicaba una ardiente autenticidad frente a las hipocresías sociales, incluso una denuncia valerosa de la injusticia y la pobreza. En mi colegio eclesiástico, a los 12 o 13 años, yo dejaba sobre el pupitre una cierta novela de Martín Vigil y el título mismo ya era un manifiesto, un callado desafío: ¡Muerte a los curas!, Los curas comunistas.

En algunas de las novelas —Una chabola en Bilbao, Sexta galería— lo que nos atraía era una especie de apostolado o de obrerismo católico tan propio de la época como las misas con guitarras, las llamadas “misas de la juventud”, hacia las que nos atraía fatalmente nuestro inconformismo instintivo y muy poco informado. En alguna de aquellas misas alguien muy joven tocaba El cóndor pasa a la flauta en el momento de la consagración, y ahí se nos confundía un vago indigenismo con un residuo de la devoción a punto de extinguirse. Había curas viejos y feroces de sotanas brillosas que clamaban en los púlpitos contra el libertinaje de la juventud, los hombres afeminados con melenas, las chicas con minifalda, el desarreglo impío de las costumbres. El concilio reciente había abolido las misas en latín, pero ellos seguían amenazando con el azufre y el fuego del infierno, y nos aseguraban, cuando nos atrevíamos a confesarles que habíamos “pecado contra la pureza”, que no solo estábamos en pecado mortal: también por culpa de nuestro vicio se nos debilitaban los pulmones y la columna vertebral, y previamente a la condenación eterna nos estábamos ganando la tuberculosis y la hemiplejía.

Pero ya había otros curas, otros educadores católicos. En vez de acusarnos se ofrecían a comprendernos. La pubertad es más vulnerable todavía que la niñez. Despertar a la adolescencia en una sociedad oscurantista en la que el sexo es angustia, ignorancia y pecado, lleva a sentirse culpable sin saber de qué, a encontrarse tan perdido o perdida en el propio cuerpo como en el mundo exterior, que casi de la noche a la mañana ha dejado de ser el paraíso para convertirse en un lugar ajeno y hostil. De la autoridad grosera podíamos defendernos con un instinto visceral de rechazo, como del olor a sudor rancio y tabaco que a veces reinaba en la penumbra del confesionario. Más peligrosos podían ser algunos maestros suaves, benévolos, persuasivos, en los que el adolescente creía encontrar lo que más necesitaba, un adulto que se ponía a su altura y podía comprender lo que estaba sintiendo, lo que a nadie más podía contar, una voz de aceptación y no de condena.

Una voz así nos parecía escucharla en las novelas de Martín Vigil. Abríamos La vida sale al encuentro y el título ya estaba aludiendo a nuestro desconcierto, a nuestro desvalimiento. A diferencia de nuestros padres y nuestros profesores, lejanos en su hermetismo autoritario, Martín Vigil era el adulto cargado de conocimiento y experiencia en el que podríamos confiar, porque sabía lo que estábamos sintiendo, nuestro maestro, pero también nuestro cómplice, capaz en caso necesario de guardar un secreto. El peligro para un niño es el tío Sacamantecas y el Hombre del Saco, el monstruo que puede devorarlo. Para el adolescente, para el joven, el depredador más dañino puede que sea el maestro que lo deslumbra y que también se pone de su lado, el que comparte y acepta su confusión y al mismo tiempo, sin imponerle nada, le ofrece una guía, le anima a liberarse del miedo, y a atreverse a lo que desea, a ser él mismo.

Dice Íñigo Domínguez que al final de algunas novelas de Martín Vigil venía su dirección, para que los lectores pudieran escribirle. De eso yo no me acuerdo. Pero es posible que de haberla visto, yo también me hubiera animado a contarle por escrito mi admiración y mi gratitud, y hubiera esperado una respuesta, con la avidez ya olvidada con la que esperábamos entonces las cartas. Puedo imaginar lo que sintieran quienes sí recibieron una respuesta, la incredulidad, el halago, el nombre admirado en el remite, el propio nombre trazado en el sobre por la misma mano que escribía los libros, las palabras ahora exclusivamente dirigidas al destinatario de esa carta, llegada del reino fabuloso de la literatura, de una dirección particular de Madrid.

El depredador tiende con destreza su trampa y espera paciente a que caiga en ella la víctima. Su ventaja no es la fuerza física, sino la astucia de elegir la presa más débil. En un piso del barrio de Salamanca que imaginamos antiguo y cavernoso, el maestro escribía cartas y tendía cebos, experto tejedor de su tela de araña, y aguardaba el sonido del timbre, la llegada del elegido —en algún caso también la elegida—, el designado de antemano, el más herido, el más necesitado de lo que el maestro le había prometido, el profeta impostor, el lobo bajo una piel de cordero. Martín Vigil murió olvidado hace algo más de 10 años en una residencia de ancianos, y sus novelas desaparecieron hace mucho tiempo de las librerías, pero todavía hay personas marcadas para siempre por ese delito sin excusa que es la vulneración y el abuso de los indefensos.

LA EXPLOTACION SEXUAL INFANTIL

Mensaje por Invitado » Dom 16 Abr, 2023 4:41 pm

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Mensaje por Invitado » Sab 01 Abr, 2023 12:35 am

Un padre abronca y amenaza denunciar al claustro de un colegio de Oregón (USA) porque un profesor asignó a su hija una redacción sobre sus fantasías sexuales.

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Mensaje por overton » Jue 09 Mar, 2023 6:37 pm

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Mensaje por Invitado » Lun 22 Nov, 2021 2:13 am

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Experta en abuso infantil y víctima: "Hay muchos niños y niñas sufriendo abuso sexual y no queremos verlo"

Victoria Bernadet es presidenta de la fundación que lleva su nombre y que creó para asistir a las víctimas de abusos sexuales y violencia de género

María Victoria Bernadet i Rius tiene 67 años, pero hace 33 que nació. Porque fue a sus 34 años de edad cuando decidió contar que durante media vida había sufrido abusos sexuales como niña y maltrato de género como adulta. Al revelar su tortura infantil detectó un país no preparado para atender ese espanto. Así que en 1997 creó la Fundación Vicki Bernadet para asistir a las víctimas del pasado y del presente y prevenir las del futuro.

Los estudios epidemiológicos cuentan que alrededor de un 20% de menores sufre abusos sexuales antes de los 17 años y que el 60% de ellos no recibirá ninguna ayuda. El mundo conmemora este viernes el Día Internacional contra el Abuso Infantil, esa "pandemia silenciosa" de puertas adentro.

    ¿Cuál es su historia?
    Yo sufrí abusos sexuales en dos etapas. Una cuando tenía cinco años, por parte de una persona, y otra, desde los nueve hasta los 17 años, por parte de otra. A partir de ahí, tuve una agresión sexual y malos tratos durante 13 años. Pero esto no es la historia sólo de Vicki Bernadet, desgraciadamente es generalizado. Los estudios demuestran que si has sufrido violencia de pequeña y no te han ayudado vas sufriendo episodios de violencia hasta la edad adulta. Yo monté la fundación porque tras contar mi experiencia me vi muy sola y con poco apoyo.

    ¿En su caso los abusos se produjeron en el entorno familiar?
    La agresión sexual no, pero los abusos sexuales infantiles fueron en el entorno familiar. El más próximo.

    En el abuso sexual infantil veo una paradoja: el adulto abusa y sin un adulto es imposible que el niño o la niña pueda salir del abuso... Al final, la clave somos los adultos.
    Así es. Sin una persona adulta de tu entorno que dé un paso adelante pasa sacarte de eso, te quedas ahí. Si nadie da un paso valiente, no te rescatan. Hay un montón de niñas y niños sufriendo y no queremos verlo. Van pasando los días sin poderlos rescatar.

    ¿Cómo es el abuso sexual infantil? ¿Qué ven y tratan ustedes?
    Hasta los 16 años no hay consentimiento. Acabo de leer una noticia que dice que han detenido a un hombre de 46 años por tener relaciones sexuales con una niña de 13. No son relaciones sexuales. No podemos blanquearlo. Es abuso sexual. O violación. Afortunadamente, cada vez se tiende más a considerar agresión en vez de abuso, aunque está pasando más para adultos. Dentro de la familia, esto no se habla. Y es lo que abordamos. Nosotros tratamos el abuso sexual intrafamiliar y entorno de confianza.

    ¿Y de qué magnitud estamos hablando?
    El 92% de los casos no se hablan hasta la edad adulta. Hay muy pocos niños y niñas que hablen de ello. Por falta de formación y de reconocimiento se detecta poquísimo. Para conocer la incidencia, es decir, los datos de menores que pueden estar sufriendo abusos ahora mismo habría que ir a las denuncias que hay en los juzgados y estaríamos en un 7% u 8%. Pero la prevalencia, es decir, los adultos que cuentan que fueron abusados no está en un 7%, sino en un 23% y un 25% en niñas y un 10% y un 15% en niños.

    Es decir, estamos tratando un problema del ahora pero, de alguna manera, en diferido. Y entiendo que eso ayuda a hacer proyecciones sobre lo que está pasando.
    Exacto. Las víctimas o supervivientes no hablamos cuando queremos, sino cuando podemos. Hay personas que pueden a los 18 y personas que no lo hacen hasta los 70 años.

    ¿Cómo son los agresores?
    No hay un perfil de agresor. Puede ser cualquiera. No tengamos la percepción de que los abusadores tienen una apariencia de monstruo o que son desagradables o que son personas oscuras. Al contrario, quizá son las más simpáticas, las que más se relacionan, las que más importancia tienen en un rol de familia. Si pensamos que es un monstruo creemos que en nuestra familia no puede pasar. Y eso nos hace más vulnerables. Puede ser cualquiera, no son enfermos mentales. Y nos puede pasar a cualquiera; estadísticamente hablando, con muchas posibilidades.

    Entre un 15% y un 20% de media entre niñas y niños [OMS, UNICEF, Antiguo Ministerio de Asuntos Sociales, Fundación Vicki Bernadet y Save The Children]
    No soy una autoridad sanitaria, ni política, pero leí que se considera pandemia cuando un problema afecta a un 17% de la población y a más de tres países. Con un 20% y en todos los países del mundo, creo que el abuso sexual infantil es una pandemia silenciosa. Y hablamos de infancia, algo a cuidar especialmente. Somos muy laxos y deberíamos ser más proactivos. Avanzamos, claro, pero lentamente. Todo lo que se haga debe ser urgente. Y yo no lo veo.

    ¿A qué se refiere?
    A la urgencia de impartir una educación sexoafectiva en las escuelas. A introducir más talleres de detección para padres y madres. A que la sociedad aún no percibe el abuso sexual infantil como riesgo individual: cuando hablas con personas y preguntas si creen que en su familia podría ocurrir, la respuesta siempre es no. En ese terreno hay que hacer incidencia para despertar conciencias. La ley de protección a la infancia se aprobó en abril, pero llevamos pidiéndola desde 2012. Ha costado un montón de años. Hablamos de vidas que podemos hacer que no sean el doble o triple de peores que otras

    Vivimos en una cultura de mucho contacto físico. Llevamos toda la vida oyendo eso de: 'Dale un besito al tío, que te quiere mucho...'. Tras tantos años de experiencia con víctimas, ¿puede darnos alguna pista de lo que no se debe hacer y de lo que sí para proteger a nuestros niños?
    El beso es una de las herramientas de prevención del abuso sexual. No se trata de decir a los niños que no besen; la espontaneidad y la muestra de cariño son buenas. Hay que preparar a los niños, y esto se puede hacer desde los tres años, en el derecho a decir que no cuando no quieren. Darles herramientas para que si notan que ese beso no les gusta puedan decir que no y no sean reprimidos, ni castigados, ni catalogados de antipáticos. El beso no forma parte de la educación, no es lo mismo que decir buenos días y gracias. El beso es un acto espontáneo de un estado de ánimo. Estoy feliz y me apetece besar. Estoy enfadado y no me apetece. Y eso no marca si quiero o no a esa persona.

    ¿Cómo es el mapa de los lugares del abuso sexual infantil? La casa, el colegio, internet...
    El abuso sexual infantil puede pasar en cualquier sitio donde haya poder. Por ejemplo, en las actividades extraescolares deportivas, porque hay un entrenador que te puede colocar en el equipo o no. En la familia, en las redes sociales. Donde haya una relación de poder emocional, como en la familia, o de manipulación, como en las redes sociales. En el ámbito intrafamiliar y entorno de confianza, como puede ser el padre, la madre, el tío... es la sensación de la criatura de no entender lo que pasa. Amas mucho a tu padre, pero a la vez te hace daño... En otros ámbitos es engaño, manipulación y amenaza.

    ¿Cómo se ejecuta el abuso en las familias?
    El que abusa es el que se supone que tiene que proteger al niño. Es el que me dice que lo que me está pasando es porque soy muy especial. Lo que la criatura ve es que está en un engranaje donde él es un ser dependiente, porque como niño o niña no tiene autonomía, y que se da cuenta de que ante la palabra de los adultos la suya tiene una credibilidad bajo mínimos. Así, si pone una bomba en la familia su propia estabilidad se tambalea. Hay miedo a perder esa estabilidad: ¿Qué pasa si yo hablo? ¿Me voy a quedar sin padre? ¿Me voy a quedar sin familia? Mi padre trae el dinero a casa... si lo meten en la cárcel, ¿qué voy a hacer? A veces, el silencio del niño es para preservar su propia seguridad y la de la propia familia.

    Ustedes sostienen que este tipo de delitos no debe prescribir. ¿Por qué?
    Es de sentido común. El abuso sexual se sufre en la infancia y se habla de adulto. Nadie puede prever en qué momento este adulto va a estar preparado para hablarlo. Todas las víctimas de abusos sexuales deben tener la misma oportunidad de poder denunciar los hechos. No unos sí porque no prescribe y otros no porque ha prescrito. Es un delito que tiene connotaciones de olvido o de incapacidad de hablarlo hasta que uno puede. Hay muchas personas que no pueden hablar hasta que tienen 50 o 60 años. Que nadie piense que las víctimas exigimos la no prescripción porque queremos venganza, sino para la protección de vuestros hijos. Este delito no prescribe en países como Inglaterra o Estados Unidos. ¿Por qué en unas democracias sí y en otras no?

    Usted también habla del abuso sexual infantil como un problema de salud pública. ¿Por qué lo considera así?
    Porque no tiene que ver sólo con el trauma de la criatura, sino con que todas las personas tienen derecho a una vida sana. Salud pública es todo lo que podemos dar a un ser para que evolucione sanamente. El abuso sexual toca todos los puntos: la familia, la salud física, la mental, el rendimiento en la escuela... Es integral. Es un problema de salud pública.

    ¿Y cómo está preparado el sistema para ello?
    Dado el porcentaje de la población afectada, debería haber más unidades especializadas de atención y detección. Hay pocos servicios de formación especializada... Nosotros, como Fundación, tenemos una lista de espera de 40 personas. La demanda supera lo que podemos ofrecer con los recursos que nos proporcionan.

    ¿La demanda crece?
    Cada vez hay más, pero no porque haya más casos, sino porque hay más posibilidades de hablar, se conoce más. Es más por la apertura de la mirada del abuso. Cuando un periódico saca un testimonio de una víctima hay muchísimas personas que se identifican y piensan la posibilidad de contarlo.

    ¿Con qué caso aún le cuesta dormir?
    Tengo tantísimos casos en la mente... Es difícil encontrar uno. Lo que no me deja dormir es leer que un juzgado ha rebajado una condena de 14 años de prisión a una multa a un hombre que abusó de varios niños porque ha considerado que no era necesaria la cárcel. Lo que no me deja dormir es que por falta de formación se cometen injusticias en hechos que ha costado mucho que salgan a la luz. Y cuando salen a la luz no reciben justicia, solamente reciben leyes. Y no es lo mismo.

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Mensaje por Invitado » Vie 19 Mar, 2021 8:34 pm

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Rusia advierte a Twitter: remueve la pornografía infantil o se va del país

Twitter tiene 30 días para eliminar el contenido ilegal, de lo contrario no podrá seguir operando en Rusia. De acuerdo con el Roskomnadzor, el Servicio Federal de Supervisión de las Telecomunicaciones, Tecnologías de la Información y Medios de Comunicación, el contenido prohibido en el centro del conflicto involucra más de 3000 publicaciones que contienen información sobre suicidios, pornografía infantil y drogas que aparentemente han permanecido en línea desde 2017.

Este miércoles 16 de marzo, el Kremlin defendió las acciones del Servicio Federal de Supervisión de las Telecomunicaciones hacia Twitter como un intento de obligar a la plataforma a seguir la ley rusa, que «claramente viola». ¿Realidad o excusa de Moscú para limitar la libertad de expresión?

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Mensaje por Invitado » Mar 23 Feb, 2021 4:48 pm

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El abuso sexual a menores aumenta en España: manadas, acosos virtuales y el agresor en el hogar

Un estudio de la Fundación ANAR desvela la realidad del abuso sexual a menores: los casos no dejan de aumentar desde hace cinco años y los expertos reclaman "la limitación el acceso a ciertos contenidos"


Aunque cueste creerlo, en poco más de una década, entre 2008 y 2020, los casos de abusos sexuales a menores han aumentado de forma "extraordinaria", según tilda la Fundación ANAR, especializada en la erradicación del asunto y que, tras un profuso trabajo, ha sacado a la luz los datos: se ha producido un incremento del 300,4%, pasando de 273 casos en 2008 a 1.093 en 2020.

El gran salto se produce entre 2017 y 2018, cuando de 715 casos de abusos sexuales en menores se pasa a 1.038. En ascenso desde los últimos cinco o seis años, los expertos de la Fundación ANAR, muy preocupados con esta deriva, achacan el aumento a que los abusos comenzaron a darse también a través de nuevas tecnologías, esto es, a través de redes sociales y aplicaciones.

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Dos fenómenos se generaron a la vez y están detrás de los números. Ha aumentado lo que se conoce como grooming en un 36,7%, por lo pronto. ¿Qué significa esto? Que "un adulto se hace pasar por menor de edad para acabar abusando sexualmente de la víctima", explica Benjamín Ballesteros, director de la Fundación ANAR. "Van cebando a la víctima durante meses hasta que consiguen su confianza y entran en sus redes, consiguen algún tipo de material sobre los menores y ahí comienza su extorsión para abusar de ellos".

La otra cuestión es el sexting, que ha aumentado un 25% en los últimos cinco años. Se trata de una práctica que implica enviarse imágenes o vídeos de contenido sexual, pero entre menores, "novios que en un momento dado se pasan vídeos y que, sin el consentimiento de la víctima, uno de ellos manda esa información a terceros".

"Sucede entre adolescentes en sus primeras relaciones sentimentales, pero supone un delito. Sólo hay que pensar en cómo han aumentado también los casos de manadas, de 2 a 10 en 11 años, es decir uno de cada 10 casos son abusos sexuales en grupo y esto es una barbaridad", amplían desde ANAR, que trabajan por la concienciación y proponen una recogida de firmas que la aumente.

"La razón es el acceso incontrolado a internet y a contenidos violentos y pornográficos, como no hay control parental empiezan a educarse en sexualidad lo hacen a través de la pornografía, de forma que los adolescentes integran ciertas prácticas como si fueran normal", prosigue Ballesteros, para quien no queda otra que "limitar el acceso a cierto contenido" en internet.

El perfil de víctima es mayoritariamente femenino (78,3%), aunque también los chicos lo sufren (21,7%). La edad media de los menores que sufren abusos sexuales es de 11 años pero hay un alarmante 16% de niños de 5 años que también los están viviendo.

Otro problema es que los abusos no suelen ser casuales o suceder únicamente una vez, sino que se repiten en el tiempo. A veces, demasiado tiempo. El abuso es reiterado en el 69% de los casos. Sólo en un 31% sucede sólo en una ocasión. En los varones, suele durar alrededor de un año. En las chicas, se puede alargar hasta tres.

Por si fuera poco, más de la mitad de los casos (53%) de abuso sexual están acompañados de violencia física, cuestión que se incrementa a medida que la edad de la víctima es mayor. Es decir, sucede más con adolescentes.

El informe elaborado por la Fundación ANAR, Abuso sexual en la infancia y la adolescencia según los afectados y su evolución en España (2008-2019), es extremadamente completo y también relata lo que cuesta oír: el detalle de en qué consisten los abusos sexuales a menores en nuestro país.

Hubo tocamientos obscenos hasta en un 35% de los casos, hubo penetración -con violencia en un 10% de los casos y sin ella en el 7% de ellos-. La retahíla va así: obligar al menor a masturbarse, poseer pornografía infantil y mostrarla, agresiones en grupo (manadas) y hasta prostitución del menor.

Uno de los problemas a la hora de demostrar estos abusos es que existe "gran dificultad" para conseguirlo dado que los perpetradores "no dejan marcas". En el 80% de los casos no quedan rastros del abuso perceptibles.

Suele ser la propia víctima la que pide ayuda y relata lo que está viviendo. Bien lo saben en ANAR que disponen de atención a menores de diversas maneras telemáticas que hasta permiten que las líneas de texto desaparezcan al minuto de ser enviadas y que no quede rastro de la conversación.

Perfil del agresor

En el 95,8 de los casos, el agresor es un varón, siete de cada 10 agresores son mayores de edad. Hay alarma por las agresiones en grupo, pues en el 10,5% de los casos los abusos los perpetra más de una persona. En el 80% de los casos el abusador pertenece al círculo familiar. Hasta en un 23% de los casos el que abusa es el padre del menor, aunque también ha aumentado la proporción de parejas de la madre que abusan.


Confinamiento y abusos

Los abusos también aumentaron durante el estricto confinamiento de 2020. En el lugar presuntamente más seguro, donde se puede ser uno mismo y sentir hasta paz, el hogar, hay menores que no sólo están aislados, sin colegio y sin ver a sus amigos sino que además han sufrido «casos graves de violencia intrafamiliar» que, recrudecidos con el confinamiento, dibujan un panorama «alarmante» para quienes desde el inicio lo vieron venir.

La Fundación ANAR lo advirtió cuando llevábamos un mes encerrados: «Entre el 23 y el 30 de marzo hubo 270 comunicaciones alertando de situaciones violentas, y 173 casos graves en los que los menores estaban sufriendo algún problema dentro de su propia casa».

https://www.anar.org/

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Mensaje por Invitado » Lun 06 Jul, 2020 4:18 pm

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Fundador de varias ONG infantiles y ex alto cargo de la ONU, condenado a 16 años por pederastia en Nepal

Peter Dalglish trabajó para ONU Hábitat en Afganistán entre 2010 y 2014
Posteriormente fue asesor urbano de la OMS Organización Mundial de la Salud
Es también uno de los fundadores de la ONG Street Kids International


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Paso importante para acabar con la impunidad de los pederastas en Nepal. Un tribunal ha condenado a 16 años de cárcel a un extrabajador canadiense de Naciones Unidas por abusar sexualmente de dos niños. Peter Dalglish, de 62 años, fue detenido el año pasado en su casa de Katmandú y acusado el pasado mes de junio por los abusos sexuales a un niños de 12 años y otro de 14.

“Ha sido condenado a nueve años de cárcel en un caso y a siete por el otro”, ha dicho el portavoz del tribunal de distrito de Kavre, Thakur Nath Trital.

Aunque la suma de las dos penas son 16 años de cárcel, se purgarán de forma simultánea, por lo que solo pasará entre rejas nueve años. También tendrá que pagar una indemnización de 9.000 dólares a los menores.

Dalglish, que ha defendido su inocencia durante todo el proceso judicial, ha avanzado que recurrirá el fallo. “El debido proceso no se ha respetado, así que apelaremos”, ha dicho su abogado, Rahul Chapagain. Éste ha contado que en estos momentos su cliente se dedica a dar apoyo financiero a niños de familias pobres. Anteriormente, había trabajado con ONU Hábitat en Afganistán y con la misión de la ONU en Liberia, así como con ONG.

Defensores de los Derechos Humanos han celebrado el fallo por su efecto disuasorio. “Ayudará a acabar con la creencia de que Nepal no se toma en serio los abusos a los niños”, ha valorado Tarak Dhital, activista por los derechos de la infancia.

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Mensaje por Invitado » Jue 25 Jun, 2020 3:26 am



Atleta A: El documental sobre las gimnastas olímpicas sobrevivientes

Sí, ‘Atleta A’ da una mirada de cerca al mundo de las ex gimnastas de los Juegos Olímpicos en medio de un caso de abuso por parte del Dr. Larry Naasar.


El documental ‘Atleta A’ llega a la plataforma de ‘streaming’ para destapar la historia detrás del caso de investigación de las gimnastas olímpicas que fueron víctimas de los abusos de su médico osteópata, el Dr. Larry Naasar, miembro de la la Federación de Gimnasia de los Estados Unidos. En el documental, que se estrena esta semana, aparecen los testimonios de algunas de las víctimas, la declaración de Naasar ante las autoridades respectivas y los periodistas que dieron voz a uno de los casos más sonados del 2016, que terminó con la sentencia a prisión del doctor estadounidense.

A continuación, todos los detalles de un documental que es importante que veas:

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¿De qué se trata el documental ‘Atleta A’?

El documental ‘Atleta A’ devela las acusaciones por abuso sexual del equipo de gimnasia femenina de los Juegos Olímpicos de los Estados Unidos al Dr. Larry Nassar, el médico osteópata que trató a estas jóvenes, durante 29 años, sin escrutinio por parte de las autoridades pertinentes. En el 2016, un correo electrónico de una de sus víctimas, Rachael Denhollander, al periódico local Indianapolis Star, despertó las investigación del caso que llevó a que, dos años más tarde, el Dr. Larry Nasaar, fuera sentenciado a prisión por hasta 175 años.

El Dr. Larry Naasar abusó de más de 500 mujeres que lo acusaron ante los tribunales. Ellas aseguran que su ex médico lo hacía durante los exámenes rutinarios y las sesiones de fisioterapia que se llevaban a cabo en Karolyi Ranch, el Centro de Entrenamiento del Equipo Nacional de Gimnasia de Estados Unidos en Huntsville, Texas. Se sabe que ningún padre estaba permitido en pisar este campamento y que, dentro de él, las gimnastas adolescentes eran atormentadas por su peso y condición física.

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¿Por qué el documental ‘Atleta A’ se llama así?

El documental lleva el nombre camuflado de la atleta olímpica estadounidense, de 22 años, Maggie Nichols; quien poco después de informar a USA Gymnastics sobre el abuso sexual del que fue parte a manos del Dr. Larry Naasar, fue omitida del equipo de gimnasia olímpica de 2016 y fue llamada ‘Atleta A’, después de presentar su denuncia. Se cree que, de esta manera, los denunciantes quedaban anónimos y no escuchados. Es así que cuando Maggie Nichols y luego Aly Raisman y McKayla Maroney contaron lo sucedido ante las autoridades atléticas respectivas, firmaron su testimonio como los Atletas A, B y C.

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El documental ‘Atleta A’ debe su nombre a la gimnasta olímpica Maggie Nichols.

¿Quienes son los protagonistas del documental ‘Atleta A’?

Al tratarse de un documental, los protagonistas son las propias víctimas del caso que llevó al Dr. Larry Naasar a prisión en el 2018. Además de los periodistas involucrados en la investigación y un abogado comprometido en que lo sucedido no quede impune. Maggie Nichols, Jennifer Sey, Rachael Denhollander, Jamie Dantzscher, John Manly, Mark Alesia, Jessica Howard, Steve Berta, Tim Evans, Mike Jacki, Marisa Kwiatkowski, Andrea Munford, Gina Nichols, John Nichols, Angela Povilaitis, Geza Pozsar, Tracee Talavera, son parte de las ex gimnastas del documental, de una hora y 40 minutos, que lleva por título: ‘Atleta A’.

¿Quiénes son los directores del documental ‘Atleta A'?

Los directores a cargo del documental ‘Atleta A’ son la pareja de esposos Bonni Cohen y Jon Shenk. Justamente en el 2016, estrenaban el documental Audrie & Daisy, sobre tres casos de violación de adolescentes estadounidenses entre los años 2011 y 2012. Ante el éxito, la ex gimnasta y autora del libro Chalked Up, Jennifer Sey, se les acercó para hablarles sobre las verdades de la gimnasia de élite. Faltaban pocos meses para que los Estados Unidos y el mundo se entere sobre las acusaciones de abuso sexual contra Harvey Weinstein.

¿En qué terminó el caso contra el Dr. Larry Naasar?

En julio de 2017, el Dr. Larry Nassar se declaró culpable de tres cargos federales de pornografía infantil y, cuatro meses después de otros de agresión sexual. Ello no acabaría aquí. Larry Naasar sumaría otros 40 años a los 125 antes pactados. Al año siguiente, fue sentenciado a prisión por las autoridades de los Estados Unidos por hasta 175 años. Durante su audiencia de ese año, más de 150 mujeres declararon en su contra. Más tarde, la historia de Naasar alcanza un total de 500 acusaciones que, se espera, se incrementen con el estreno del documental ‘Atleta A’.

¿Cuándo se estrena el documental ‘Atleta A’?

Será este miércoles 24 de junio cuando podremos ver el documental ‘Atleta A’, en Netflix.

LA EXPLOTACION SEXUAL INFANTIL

Mensaje por Invitado » Mar 24 Mar, 2020 1:28 am

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Diario del cirujano 'intachable' francés que abusó de 349 niños

Una vecina, dos sobrinas y un paciente, con edades cuando los hechos de entre 4 y 6 años, son las voces acusadoras en el juicio aplazado hasta octubre tras una primera sesión. Coleccionista maniático, el doctor Le Scouarnec guardaba 301.544 fotos y vídeos de niños por ordenados temas: zoofilia, escatología... Durante 28 años, anotó sus abusos.


En 2004, el doctor Joël Le Scouarnec tiene 54 años y acaba de cambiar de trabajo. «Serio, competente, buenas relaciones con el personal y las familias», dicen sus cartas de referencia. En su diario, él escribe: «10 de abril, 8.15, en los retretes, hospital de Lorient. Fumando mi cigarrillo de la mañana, he reflexionado sobre el hecho de que soy un gran perverso. Soy a la vez exhibicionista, voyeur, sádico, masoquista, fetichista, pedófilo. Y soy feliz así».

Otra anotación: «22 de noviembre 2004. He sabido que la pequeña Y. Z. fue violada a los 8 años. Confieso que me he puesto celoso». El 9 de diciembre la gendarmería le detiene. El FBI ha detectado su tarjeta bancaria entre los usuarios de una web pedófila rusa.

Admite tres conexiones, algunas descargas. El interrogatorio no pasa de cinco preguntas. La policía confisca el ordenador familiar. Nada ilegal... El cirujano intachable guarda el material comprometedor en su despacho del hospital, que la policía no registra. Cuatro meses de cárcel, en suspenso, por poseer imágenes.

Cuando sea detenido en abril de 2017, Le Scouarnec habrá acumulado 301.544 fotos y vídeos de menores, ordenados (zoofilia, escatología, niños desnudos). Él se define como «coleccionista» pero es un obseso. Tiene montones de muñecas; unas son juguetes sexuales, otras infantiles. Es un eremita del vicio que no se relaciona con nadie.

Vive por y para sus actividades pedófilas, mañana, tarde y noche, un día tras otro. Se filma. Y lo cuenta con detalle. Mi diario íntimo acaba teniendo miles de páginas. Apunta cada jornada entre 1990 y 2017. Tres periodistas, Margaux Stive de France Info y Rémi Duré y Florence Aubenas de Le Monde, han sacado a la luz los sórdidos detalles de estos archivos. Las víctimas los llaman «cuadernos negros». Tomo de ellos las citas.

«Los primeros años describe sus agresiones sexuales en forma de carta encabezada por un nombre o una forma de cortesía. También escribe: "Te quiero". Y luego relata qué les ha hecho: caricias, tocamientos, penetraciones digitales. Se nota que, al escribirlo, vuelve a sentir placer».

Stive continúa: «Con el tiempo, las cartas se transforman en textos de pocas líneas. A veces, entre paréntesis, apellido, fecha de nacimiento y dirección. También y en aumento, relatos de masturbación. En su casa y, sobre todo, en su despacho del hospital, con vídeos. Cada año, por su cumpleaños, escribe su edad y en mayúsculas: "SOY PEDÓFILO"».

La investigación del diario ha permitido identificar a 349 víctimas. El diario permite atisbar cómo una persona integrada en la sociedad se hundió en la miseria moral. Cabe preguntarse cómo pudo disimular sus prácticas viciosas durante tantos años y cómo su entorno no le denunció antes.

Joël Le Scouarnec es hijo de una familia de obreros bretones instalados a unos 20 km de París. El mayor, el listo, el líder. La hermana pequeña, profesora de inglés, el hermano menor trabajó en un banco.

Desde los 7 años, sueña con ser cirujano, no un «un simple médico, expendedor de pastillas». Se titula en Nantes. A los 35 años ha realizado sus sueños. Tiene una clínica con dos socios en Touraine. Durante una estancia en un hospital de París conquista a «la primera y única mujer de mi vida», una enfermera a la que le prestó un paraguas.

Todo les sonríe. Tienen tres hijos. Casa de campo, coches, perros, viajes. A ella le gusta recibir en casa. Él es todo un personaje: inteligente, brillante, culto. Siempre controlado, nunca levanta la voz. Su padre está orgulloso.

A mediados de los años 80 tiene lugar lo que, en su declaración a la policía, llama «elemento disparador». Su sobrina de 8 años se sienta sobre sus rodillas. «La niña que siempre quise tener. Me seducía, sin querer, desde luego. Pasar de los abrazos al estado sexual se hace con naturalidad». El doctor pedófilo ha admitido ante los investigadores tocamientos a cinco niñas, hijas de familiares y vecinos. Y a «tres o cuatro pacientes». Los comienzos.

«Hay que saber ser paciente y tener suerte», escribe en su diario. El doctor hace la ronda por su clínica abriendo las puertas de las habitaciones... «14 de mayo, 10.20. Cuando he entrado en la de N. he tenido la agradable sorpresa de encontrarla sola... así que he vuelto para aprovecharme».

Treinta años al acecho. Evitando repetir paciente. «Haciendo pasar los tocamientos por gestos profesionales», según su confesión. «La ventaja de las niñas pequeñas (de 3 a 10 años) es que puedes tocarlas sin que te hagan demasiadas preguntas». A partir de esa edad, actuaba cuando «estaban dormidas o bajo anestesia». Violaciones sin restos de esperma o de ADN, agresiones sin lesión ni amenazas, víctimas sin recuerdos. Perverso pero cuidadoso.

Pasarán diez años antes de que su esposa se percate de sus vicios: «Llegó el cataclismo... ELLA sabe que soy pedófilo». Su pareja le pide que se cure y se deshaga del contenido del armario que cierra con candado. No hará ni lo uno ni lo otro. El material se lo lleva a la clínica y cuatro meses después vuelve a las andadas.

Octubre de 2000, una sobrina se niega a participar en una reunión familiar. A sus 10 años, se siente culpable y tiene vergüenza cuando se lo cuenta a su hermana mayor. Ella también ha sufrido abusos. Juntas hablan con su madre, que se queda de piedra. Pilla a solas a su hermano. No niega nada pero «no tiene la impresión de haber empleado la violencia». Vuelve a prometer que va a intentar curarse. Tampoco lo hará. Tampoco será denunciado.

Llega la detención que terminará en condena. «9 de diciembre 2004. Lo que tenía que pasar ha pasado: estoy fichado como pedófilo. Voy a tener que parar en internet». Al día siguiente: «18.30. He encontrado al pequeño A. solo y no he dudado en bajarle el calzoncillo».

Hay alguna denuncia al colegio de médicos; queda en nada. El doctor brillante se vuelve huraño. A mediodía ya no come con los compañeros. Va a su casa, un edificio vetusto. Vive solo porque su mujer le ha abandonado. Come de pie, latas de conserva. Desnudo. Se baja imágenes pedopornográficas. Se hace fotos en tutú o con ropa interior robada a algún menor. No se lava durante meses. Bebe whisky hasta caerse. Todas sus muñecas tienen nombre. Su preferida, Verónica, mide un metro y duerme en su cama. Tiene sexo con ella.

Por la ventana observa a los vecinos, una pareja joven que tiene dos hijos. Se fija en la niña de 6 años. Será la heroína de esta historia sórdida. La que propiciará su detención. Estamos en abril de 2017. Una tormenta ha abierto una brecha en la empalizada que separa ambas fincas. Y él repara en la niña, sentada en un sillón.

Los vecinos lo encontraban «misterioso». Música fuerte toda la noche. La casa sucia. Visitas nunca. Le ayudan cuando una tormenta derriba un árbol. Se presenta como cirujano y Jérôme Loiseau, al oírlo, piensa que es un buen tipo. Un día le muestran fotos pero él juguetea con la niña, que insiste en entrar en casa. Ella le dice a su padre: «Ayer el señor me enseñó su pilila».

Jérôme, de niño, fue agredido sexualmente por un vecino. Se ha jurado que eso nunca le pasaría a sus hijos. El padre de su esposa le quita de la cabeza la idea de matarlo. Le denuncian y la gendarmería acude a casa de Le Scouarnec. Encuentran las muñecas, una esposada, otra con un sexo de silicona. Y medio centenar de discos duros. La niña le ha contado a su madre que el vecino pasaba el brazo por debajo de la empalizada para tocarla con sus dedos. Un certificado médico establecerá que «el himen tiene una perforación central, con dos desgarros recientes que pueden corresponder a la fecha de los hechos descritos».

Y así en mayo de 2017 fue detenido el mayor pedófilo conocido. Por la denuncia de unos padres valientes que han comparecido ante la prensa para denunciar el silencio de la familia. Y por eso el viernes pasado, Joël Le Scouarnec se sentó en el banquillo del tribunal de Saintes acusado de violaciones y agresiones sexuales a dos sobrinas, una paciente y la pequeña vecina que rompió el muro de silencio de casi 30 años. El proceso, tras una primera sesión fue aplazado hasta octubre debido a las medidas de confinamiento vigentes.

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